Vendido

Una madre que odia a su hijo por culpa se su marido, se deshace de el vendiendolo a una finca regentada por mujeres.

Era una vez una madre que odiaba tanto a su marido, que era un ligón e infiel en el matrimonio que cuando el murió su odio lo trasladó a su propio hijo.

-Dejemos las cosas bien claras, cuando tu padre vivía hacías lo que te daba la gana porque el te tenía bastante consentido, pero por fin a muerto y las cosas van a cambian mucho entre tu y yo, solo tienes quince años por lo cual aún soy tu tutora legal, quiero que sepas que he encontrado a otro hombre del cual me he enamorado y tu ahora mismo me estorbas, pues el quiere venir a vivir conmigo.

Tengo unos contactos por los que he conseguido que seas adquirido por una organización de mujeres que se encargan de domesticar chicos jóvenes como tu para que luego sirvan a damas de alta alcurnia como esclavos.

A mi de darán por ti una suculenta cantidad, luego ellas te venderán y obtendrán un beneficio, pero antes de eso te domarán al gusto de la clienta quiera ser tu dueña.

-No tengo ninguna gana de dejarte para que otras sean tus propietarias, pero me veo obligada a ello si quiero vivir feliz junto al hombre que amo, yo quería domarte personalmente y que sirvieras a mis instintos sádicos como mi fiel esclavo de por vida o por lo menos durante una buen tiempo y luego venderte o alquilarte, pero las cosas cambian y tengo que hacer lo que te he dicho.

El muchacho temblaba ante estos comentarios de su madre, como podía una madre entregar a su hijo como esclavo a otras personas. Era increíble pero por lo visto su madre quería quitárselo de en medio y en ver de decirle que se fuera veía mejor venderlo como esclavo a así obtendría un beneficio.

Al día siguiente una señora se presento en la casa y estuvo hablado con su madre, de esta conversación salío el tema de que esta mujer quería adquirlo para llevarlo a una granja donde había otros jóvenes que estaban siendo adiestrados para servir a las mujeres en diversos modos, incluso algunos como caballos o perros y otros como retretes o simplemente como esclavos domésticos.

El muchacho rogó y suplicó a su madre que no permitiera eso, que el se iría de casa y que buscaría un trabajo en lo que fuera y que durante algunos años le daría casi todo su sueldo, pero que por favor no lo vendiera, porque sabía que eso sería casi seguro de por vida, solo tenía quince años y su adiestradaza se encargaría de quitarle todo lo que humano que tenía para convertirlo en un animal.

No hubo manera y su madre lo vendió y se despidió de él dándole una sonora bofetada y diciéndole, -esto es por no poder tenerte como mi esclavo, pero espero que tus dueñas te hagan sufrir lo que yo no puedo hacerte.

El muchacho atado y con los ojos vendados fue enviado al rancho donde iba a ser domado para su posterior venta. Lo primero que vio cuando estuvo allí fueron varios chicos de su edad mas o menos que unos eran montados por robustas mujeres, otros estaban lamiendo sus partes intimas o sus botas y también los había que estaban limpiando el culo de sus instructoras.

Lo pasaron a un despacho, después de esperar un rato vino una mujer de unos cincuenta años, con gafas y cara de pocos amigos y le dijo que allí estaba para aprender a servir a las mujeres en todo lo que ellas quisieran, lo mismo para servirles de silla como de montura como de inodoro, que no intentara escapar pues había vigilancia constante y era hasta posible que le matasen, y si lo cogías los castigos eran tan atroces que preferiría haber muerto en el intento.

Luego se lo llevaron a una cuadra, lo ataron y lo dejaron allí por toda la noche, al día siguiente una preciosa chica, de unos treinta años se presentó ante el y le dijo, voy a ser tu instructora, espero que te portes bien, durante el tiempo que estés de entrenamiento vas a ser mi esclavo, luego es posible que te compre yo, pero en fin ya veremos, tu vida aquí va a se un infierno, te montaré, te cagaré, te azotaré, te escupiré y muchas más cosas que ni siquiera puedes imaginarte.

De momento te voy a poner la silla de montar, las bridas y el bocado mientras yo me pondré las espuelas y cogeré el látigo.

Mañana seguramente serás marcado como propiedad nuestra, luego cuando seas vendido seguramente tu dueña querrá marcarte de otra forma, pero eso ya lo veremos más adelante, piensa que de aquí no podrás escapar y que tu destino ya está escrito, serás un esclavo de por vida de una mujer

Continuará….