Vendida para ser violada IV

Acaba el fin de semana con los primeros violadores que pagaron a mi novio.

Antes de continuar, me gustaría dar las gracias a todos aquellos que me han escrito comentarios como por e-mail, tanto por los elogios como por las críticas. Y espero que continuéis disfrutando del relato como yo al escribirlo, y acepto sugerencias o mejoras en ellos. Muchas gracias por leerme y vuestra atención. Un beso a todos/as.

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Estaba en un rincón de la habitación sentada con las rodillas dobladas rodeada por mis brazos, mi cabeza entre ellas, llorando y rodeada de oscuridad, sólo entraba algo de luz por la puerta de la habitación, seguía desnuda con el collar puesto y la cadena limitándome el espacio de movimiento, escondida detrás de la cama, como si fuera una niña pequeña, si no los veo ellos no verán.

Entonces, la poca luz que entraba por la puerta disminuyo, alcé la cabeza por encima de mis brazos, y vi unas figuras en la puerta, eran ellos de nuevo, mi cuerpo temblaba de miedo, pero extrañamente, también se excitaba al verlos.

Una de las siluetas, tomó el mando, y se adelantó a las demás, no podía distinguir las caras, la luz me dañaba a los ojos de tanto llorar, pero cuando habló supe que era mi novio:

Venga, para de llorar ya, es la hora de comer – dijo acercándose y quitando la cadena de la argolla sujeta a la pared.

Así lo hice, me coloqué a cuatro patas, tenía ya mi culo muy dolorido, y no quería más azotes, aunque el frío suelo lo había calmado un poco. Salimos así de la habitación, mientras hacían un pasillo para que pasáramos, sus manos me sobaban mientras decían:

Buena perrita – y se reían

Me llevo a cuatro patas por el pasillo, mientras continuaba notando la mirada de los chicos en mí. Hasta la puerta de entrada

No no no no… no me saques así al pasillo por favor , que me conocen – suplique a mi novio, quizás aún tenía algo de respeto hacia mí

Pshhh!!! Callate – me espeto – No es mala idea… pero ahora no es el momento

Uno de los chicos se acercó por detrás, y se sentó encima de mi espalda.

No te muevas - me dijo – y abre la boca - mientras introducía en mi boca un trozo de tela y posteriormente colocaba un gran trozo de cinta aislante alrededor, evitando que pudiera expulsar ese trozo de tela o hablar.

Mi novio, se sacó del bolsillo un trozo de tela que sacudió en el aire por encima de mí, y me lo colocó en la cabeza, cubriéndomela entera. Era un saco de tela, una tela suave, quizás seda. Volvió a cogerme de la correa y tiro fuertemente, haciendo que perdiera el equilibrio y me cayera justo al lado de sus pies.

Ahora quiero que te pongas de rodillas, abriendo bien las piernas, las manos en la espalda – me ordenó – y que te portes bien

Yo no podía emitir ninguna palabra, sólo salió un leve ruido de mi boca que pretendía que fuera un sí, mientras asentía con la cabeza.

Escuche el timbre, el horror recorría mi cuerpo, ¿qué estaba pasando ahora? Y entonces escuche la voz del que llamaba a la puerta gritando Pizza ¡!!! , lo siguiente que escuche fue a la puerta abriéndose, dejando entrar una corriente de aire frio del portal que me erizo levemente los pezones, y como los dos se saludaban.

Aunque no veía, sabía que el repartidor me estaba observando, y no tardaría en saber que no me equivocaba, notaba su mirada recorriendo mi cuerpo, y sin saber porque, eso me excito, quizás sea porque no podía reconocerme, o porque realmente me gustaba que me exhibieran y fuera la perrita que habían sacado

Son…. Son…son…. 21 euros – dijo por fin el repartidor tartamudeando –

Mi novio se echó a reír, tirando de la correa hacía él, haciendo que mi cabeza se acercará algo más  a su pierna

¿Te gusta? Es mi nueva mascota, una perrita – le dijo –

Sus palabras volvieron a clavarse en mí como puñales ardiendo, es como me había tratado, presumía de ello y le gustaba.

Si quieres, puedes tocarla –continúo diciendo- le encanta que la toquen los desconocidos, ella se deja – acariciando el saco con su mano libre como si realmente de una perra me tratase- Pero existe una condición para ello

Claro que quiero ­ – le dijo el repartidor – Me encantan las tetas que tiene…. ¿Pero cuál es la condición?

Es muy sencilla, no creo que suponga ningún problema ­ – contesto mi novio – verás, sólo tengo un billete de 20 euros, y las pizzas son 21, como sabrás, me hace falta un euro – hizo una pequeña pausa – Te dejo que juegues con ella un rato si con ello quedamos en paz con el euro y tú propina

Me estaba de nuevo vendiendo, pero esta vez iba a dejar que un desconocido me sobará por un euro y la propina, estaba segura de que tenía más dinero, en todo el fin de semana había gastado nada, además, sabía de sobra que yo en mi monedero siempre llevo suelto y 10 euros.

En mi interior, se volvía a juntar dos sentimientos opuestos, el de la humillación y el de la excitación que eso me estaba causando ahora.

Tras una breve pausa, el repartidor acepto finalmente

Pasa, pasa – le dijo mi novio - así podrás hacerlo tranquilamente. Las condiciones son que puedes tocar todo lo que quieras, pero no puedes quitarle el saco, puedes masturbarla y hacer que se corra si es tú deseo, pero sólo con los dedos.

No tardé en sentir como unas manos ansiosas se posaban en mi pechos, los agarraba y los manoseaba a su antojo mientras yo continuaba en la misma postura, lo que acaba de escuchar me había dejado en shock, no era capaz de reaccionar.

Se notaba que el chico tenía que ser joven, no tenía mucha experiencia en el tacto, las estrujaba con demasiada fuerza, si no hubiera tenido la boca tapada, seguro que se me hubiera escuchado algún grito de dolor.

Cuando se cansó de las tetas, bajo una mano por mi vientre, hasta mi coñito, pasando su mano entera por él

Esta mojadita tu perrita – le dijo a mi novio –

Si, es toda una perrita – dijo acariciándome de nuevo la cabeza como si realmente fuera una perrita –

Introdujo uno de sus dedos en mi interior, moviéndolo drásticamente y duramente, lo que me confirmó su falta de experiencia, me estaba haciendo daño con su exploración, mi cuerpo se tensaba ante la invasión, e introdujo otro, entrando y sacándolos, mojándolos con mis fluidos, hasta que finalmente los saco

Mmmmque rico está … me encantaría continuar pero tengo que repartir más pizzas – dijo - Un placer hacer negocios contigo, tio. Llama cuando quieras.

Mi novio se despidió de él y tras unos segundos escuché la puerta cerrarse

Muy bien zorrita – dijo quitándome el saco de la cabeza – Como ya sabrás, el chico se ha chupado tus dedos y los tenía mojaditos de ti, sabía yo que estaba con una putita y de las buenas

En una de sus manos llevaba las cajas de la pizza, mientras que con la otra tiraba de la cadena de mi cuello, haciéndome andar a cuatro patas detrás suya hasta el salón, donde estaban todos los chicos sentados en el sofá, aplaudiendo cuando nos vieron aparecer entre comentarios de por fin la comida!! Que buena perrita!! Lástima que no se uniera a nosotros .

Me coloco delante de la Tv, mirando al sofá, y delante de la mesa del sofá había dos platos de perros, uno de ellos con agua y en el otro echaron algunos trozos de pizza.

Tu comida – dijo mi novio – quédate con hambre que después tienes cuatro salchichas que comer con leche

Todos se rieron ante ese comentario de nuevo. Me quitó de un tirón la cinta adhesiva, tirando de la piel y de los labios, sacó de mi boca el trozo de tela que me había metido, era mi tanga, el que llevaba el primer día donde comenzó todo.

Había estado tan ciega sintiendo la humillación que no me había dado cuenta que estaba sedienta y hambrienta. Así que en cuanto me lo quitó, fui a coger corriendo el cuenco con el agua, pero un tirón de la cadena me impidió llegar a mi objetivo.

Eres una perrita – me dijo - Bebe y come como los perros, sólo con la lengua si no quieres que te enseñemos – mostrándome su mano alzada

Volví acercarme, pero esta vez sólo con la boca, sacando mi lengua y lamiendo, intentando beber el agua, tenía que inclinar los brazos, dejando mi culo en pompa. Notaba en él todas las miradas.

Acabaron de comer, y yo como pude, también acabe saciando mi hambre y mi sed.

¿Y ahora qué hacemos? – pregunto uno de los chicos - ¿Sé os ocurre algo?­ –

¿Y si jugamos una partidita de cartas? – propuso otro – Un póker

Todos asintieron la propuesta, un juego de cartas.  Me iban a dejar en paz, yo me había quedado de nuevo sentada en el suelo delante de ellos, en mi interior estaba eufórica, iba a cambiar el juego, ya no iba a ser yo el juguetito sexual.

Sacaron una baraja de cartas, las fichas del juego, y lo colocaron todo sobre la mesa. Ya estaba todo listo para jugar. Yo no me había atrevido a moverme, quería ser invisible, que no se acordarán de mí, pero una frase cambio los acontecimientos

Vamos a hacerlo algo más interesante, jugar por jugar, no es divertido – dijo uno de ellos - ¿Qué os parece que la perrita sea el trofeo? Quién gane CADA BAZA –remarco esas palabras – se va follando a la perrita

Silbidos y exclamaciones de vitoreó se escucharon en el aire confirmando la buena idea que había tenido, mi pozo en un gozo, ahora era un objeto, un trofeo, un premio que ganar, de nuevo a su merced.

La partida comenzó y la primera ronda fue demasiado rápida, o así se me hizo a mí, la mayoría comenzaron a PASAR sin levantar sus cartas, dejando ganar a mi novio, que con una sonrisa de oreja a oreja, se levantó del sofá, se sentó en el suelo delante de la mesita, quedando justo para continuar jugando viendo las cartas y apostar.

Vas a sentarte encima de mí, dándome la espalda – me ordenó mirándome con esa sonrisa de oreja a  oreja – y vas a follarte mi culito con mi polla – hizo una pausa y ante mi paralisis grito – YAAAAA!!!!!

Ese gritó me saco de mi mundo, a horcajadas me coloque sobre él, conforme me lo había pedido, me deje introducir su capullo en mi culo, ya algo más dilatado de estos días, pero al no estar lubricado me dolía, sus manos me agarraron de mis caderas, empujándome hacía abajo impaciente, hasta que no aguanto más, y sujetándome más fuerte, alzó las suyas y bajo las mías, chocando sus huevos contra mí, arrastrándome en su movimiento hacía el suelo, y de mis labios salió un grito de dolor.

Una vez que se había acomodado, acercó sus labios a mi oreja para ordenarme Ahora cabalga mientras juego y azoto mis cachetes con sus manos.

Comencé a moverme lentamente, mientras que él continuaba jugando, el ritmo del juego se había ralentizado, las apuestas se pensaban más, las decisiones tardaban, tiempo que aprovechaba mi novio para marcar él el ritmo, azotarme, tirándome del pelo, haciendo que mi espalda se curvara, haciéndome sacar mí pecho hacía delante, para deleite de los demás ver cómo me votaba. Arrancándome gritos de placer y de dolor a la vez.

Acabó está ronda, ganando otro de los chicos, mi novio acabo por darme una última embestida fuerte, haciéndome sentir sus huevos casi en mi interior también, para terminar saliéndose, dejarme en el suelo sentada, y dejar al nuevo chico que ocupara su lugar.

Voy a follarte la boca –me dijo- Ponte de rodillas con el culo en pompa mientras lo haces –me ordeno

A penas me había colocado como me había pedido, cuando agarrando mi cabeza me restregó su polla por la cara, acabando buscando la entrada en mi boca, sin otro remedio, abrí la boca dejando que entrará, y sin dudarlo un solo instante, me hizo llegar a sus huevos con mis labios, haciendo más presión en ese momento, provocándome arcadas, incluso asfixiándome, con la cabeza entre sus piernas.

Por instinto de supervivencia, use las manos para separarme haciendo fuerza hacia arriba, consiguiendo elevarme un poco, perdiendo la postura con la que había comenzado. Un ruido rompió el silencio, y un golpe seco hizo arder la piel de mi espalda.

No te ha dicho en esa postura – me dijo mi novio tras propinarme con el cinturón un golpe en la espalda.

El grito de dolor fue ahogado en mi boca, pero no mi llanto, que comenzó a bañar mi cara. Volví a ponerme en la postura, aguantando como podía la respiración, porque lejos de parar, el chico continuaba así, y noté como el golpe le hizo disfrutar más, pues su polla creció más en mí interior.

Pude relejarme un poco, cuando comenzó la nueva ronda, pues el chico había comenzado a jugar pero seguía marcando el ritmo con su mano, en ocasiones, levantaba las caderas empujando también, aprovechando cuando abría la boca algo más al ahogarme con los sollozos.

No entendía de Póker, pero sabía que estaban tardando lo máximo posible para continuar con mi agonía. Antes, cuando mi novio me estaba enculando, los veía como se detenían para observar el espectáculo, y ahora, tenía la misma sensación.

Finalmente, escuché de nuevo moverse las fichas por la mesa, el chico me soltó la cabeza, dejándome libertad, e iba a sacármela ya, me dolía de tenerla tanto tiempo abierto. Cuando su mano me detuvo rápidamente

No perrita – me dijo – he ganado yo, quiero que continúes así .

Y volvió a asfixiarme, apretando mi cabeza, rozando sus huevos con mis labios, de nuevo mis manos iban a actuar,  pero me rendí, sabía lo que pasaría si se volvía a repetir lo anterior, otro azote con el cinturón.

Seguía en las mismas, me dolía ya las rodillas de estar apoyadas en ellas, la boca de tenerla abierta sin poder cerrarla, mientras el continuaba, en un instante, aumento el ritmo, sentía como su polla había crecido al máximo en mi interior, un sabor impregno de repente mi paladar, volvió a asfixiarme y a continuación sentí un chorro de líquido caliente impactando en mi garganta, se había corrido en ella, de nuevo.

Hizo unos pequeños movimientos para que se la limpiara dentro de mi boca, levanto mi cabeza restregándomela por la cara, manchándome de una mezcla de semen, lágrimas y saliva. Cuando terminó me aparto de un empujón, haciéndome caer en el suelo, mientras los demás lo felicitaban y lo elogiaban por su gran corrida.

Estaba ya derrotada, la boca me sabía a su semen, me dolía también. Pero mi atención se desvió a la mesa, ahora la ronda continuaba de una manera más rápida, no se pensaban mucho las apuestas, tiraban las fichas al centro y ya. Sólo era un nuevo juego conmigo.

Antes de que pudiera recuperarme, vi y escuche, como había un nuevo ganador de la ronda. El intercambio de posición entre el chico que había ganado ahora y él que se había corrido en mi boca. Todo volvía a comenzar, pero esta vez agradecía al menos que fuera de uno en uno.

El chico que gano la ronda, antes de sentarse, agarró una cartera, hurgando en ella vi como saco un pequeño papelito doblado de color morado.

Quiero follarme su culo – le dijo a mi novio – Mientras mamaba su polla – dijo señalando al chico que se había corrido – lo estaba mirando y deseando

Con ese billete es todo tuyo – respondió mi novio mirándome triunfante –

Pero antes de dártelo –continúo mientras desdoblaba el billete – Quiero follarlo mientras ve lo que me ha costado hacerlo

El mundo se me callo encima escuchando esa conversación, para ellos humillarme no tenía límites, había caído en un círculo vicioso en el que ya dudaba de quién era yo, habían acabado destrozando mi orgullo y mi dignidad,  y lo seguían pisoteando.

Me agarró de la correa tirando de mi hacía él, haciendo que recobrará la consciencia del momento que estaba viviendo, quedando de nuevo en la postura de cuatro patas, volvió a tirar de mí, acercándome a la mesa.

Con la mano libre, movió sus fichas hacía mi novio mientras le decía Apuesta lo que te vaya diciendo , extendió el billete en la mesa, justo delante de mí.

Acércate a la mesa –ordeno- dejando tu cabeza por encima de ella y mira bien el billete.

Así lo hice, quedando con la cabeza casi pegada a la mesa, con el billete a la vista, a cuatro patas delante de ella como la perrita que ya comenzaba a considerarme obligatoriamente.

Sus dedos índice y corazón se introdujeron en mi vagina, mientras que con el pulgar jugaba con el clítoris, la partida se había parado, ninguno había mirado las cartas, estaban expectantes de la situación.

Mi cuerpo se estaba excitando con sus movimientos, mi respiración se aceleraba, y entonces, paró, saco sus dedos y los deslizo hasta mi ano, donde comenzó a jugar con el índice en su interior, y a continuación el corazón. Cambiando mi excitación por el dolor, que se calmó cuando los sacaba lentamente moviéndolos en el interior.

Sus manos agarraron mis cachetes, separándolos, le escuché escupir y sentí un líquido caliente y viscoso en mi ano, e inmediatamente después, su capullo comenzó a invadir mi ano despacio, deleitándose en el momento de estar comenzando a follarme.

El billete comenzó a moverse delante de mí, y vi como los dedos de mi novio lo sujetaban de una esquina moviéndolos, cuando observo que tenía mí atención

Esto es lo ha pagado por hacer lo que está haciendo – me dijo, provocando la risa de los demás.

La polla casi había desaparecido en mi interior, terminando en una embestida fuerte, dejándome notar sus huevos en mi culo aplastados. Y se acabó la delicadeza en ese momento, su mete y saca se hacía cada vez más fuerte y rítmico, la partida se reanudo, continuaban deleitándose observando cómo me usaban.

Finalmente acabo, de una manera extraña, habían pasado todos, ganando el que me estaba follando. Celebrándolo, sacando su polla entera e introduciéndola de golpe, apretando mis cachetes con sus manos y guiándome hacía él. Me dolían esos movimientos.

De nuevo, se repartieron, y comenzó una nueva ronda, sus embestidas iban aumentando de nuevo, agarraba mis caderas con las manos, me manoseaba y azotaba el culo, seguro que poniéndomelo rojo, notaba el ardor en los cachetes.

Apretando su cuerpo contra mí, se apoyó en mi espalda con su cuerpo, jugando con mi pecho y me susurro

Cierra las piernas al máximo perrita

Mi respiración se cortó en ese momento, aún recordaba el dolor que me produzco eso cuando mi novio me lo hizo, me quede petrificada escuchando esas palabras.

Vamos – dijo retorciéndome uno de mis pezones

Se puso de rodillas detrás de mí de nuevo, yo comencé a hacerle caso, sabía que se estaba enfadando, y eso supondría algún castigo para mí. Terminé por cerrar las piernas del todo, presionando más su polla en su interior, la sentía entera en mí.

Agarró mi pelo, tiro de él hacia atrás, haciendo que me curvará la espalda, dejando que todos vieran la cara de dolor que tenía que tener en ese momento, y el que me quedaba por sentir.

Satisfecho por fin con la postura, comenzó con un vaivén de sus caderas, terminando presionando fuerte en mi interior, queriendo introducirla más y más al fondo. La partida se había detenido de nuevo, no se apostaba ni nada, todos estaban disfrutando de mi dolor.

Uno de los chicos se levantó, colocándose en mi lateral, mientras se pajeaba sobaba uno de mis pechos, a continuación, el otro chico lo siguió, y se colocó en el otro lateral haciendo lo mismo. Acercaban sus pollas a mis pezones para rozarlos y acariciarlos.

Excitado de ver la situación, aumentó su ritmo, tirando más de mi pelo, haciéndome levantar más la cabeza, y dejándome observar enfrente a mi novio, masturbándose mientras grababa la escena con la cámara.

Paró el ritmo de las embestidas, para moverse atrás y volver a introducirla casi entera en mi ano, haciendo que gritará de dolor por las embestidas y al tirar de mi pelo, y en una de sus embestidas, me lleno con su semen a la vez que apretaba mis cachetes fuertemente con sus manos en las zonas ya enrojecidas por los azotes.

Al parecer la ronda ya había acabado, porque enseguida el primer chico que se había colocado en mi lateral, dijo:

Es mi turno, quiero follarte la boca - y les dijo a los demás – nos sentaremos los tres en el sofá y ella se tumbará encima nuestra con mi polla en su boca – dirigiéndose ahora a mi novio- y tu podrás grabar la escena sentado en el trono del ganador, vamos, donde la usamos

A todos se les iluminaron los ojos, se les veía la excitación de todos los momentos. Se sentaron seguidos, iba a intentar tumbarme como habían dicho, cuando me interrumpió el que había ganado la ronda.

Colócate en el otro extremo del sofá – ordeno - llegarás a esta polla ­ –dijo agarrando la suya – arrastrándote por encima de ellos, deberás pasar por sus pollas con la lengua y con una de tus tetas sí o si hasta llegar a mí.

Me coloque en el apoyabrazos de pie, me incline hacia delante, acercándome a la polla del primer chico con la lengua, me incline más, dejando que mi pezón rozará la polla que acababa de lamer, mis caderas ya comenzaban a rozar el apoyabrazos, mi culo quedo al alcance del primer chico, que no dudo en sobarlo, empujando, haciendo que perdiera el equilibrio hacia delante.

Ayudarla a moverse, muchachos – dijo el ganador de la ronda – Que somos unos caballeros

Sobándome por donde querían, iban tirando de mí por él, le dio la cadena al ganador que no dudo en tirar de ella también, apretando mi cuello, con las manos iba ayudándome a desplazarme hacía delante, mientras él tiraba.

Pase mi lengua por el segundo también, después mi pecho, hasta llegar a la polla del ganador, que la tenía sujeta apuntando ya en dirección a mi boca. Cuando ya estaba con mi cabeza encima suya, tiro de la cadena asfixiándome de nuevo, abriendo mi boca, momento que aprovecho para guiarme con su mano el ritmo.

Las manos de los otros me recorrían el cuerpo, el primero, se recreaba introduciendo sus dedos en el culo que me acaba de follar, moviéndolos en su interior y repartiendo aún su semen por él, mojándolos y pasándolos por toda mi raja.

Ahora tu sola – me ordeno – que no caiga el ritmo

Giró mi cabeza, haciendo que mi cara la recogiera la cámara, me retiro el pelo de la cara, y sujeto mis muñecas a la espalda con la ayuda del otro chico, mientras yo subía y bajaba por su polla con mi boca lentamente como podía, agarro su polla haciéndola moverse en mi boca, marcándola  en la mejilla a la vista de la cámara, moviendo sus caderas en esa posición.

Volvió a marcar el ritmo con mi cabeza, sin dejar que la cámara se perdiera un momento de mi cara, unos dedos me comenzaron a masturbar, acariciando y jugando con el clítoris, mi cuerpo reaccionaba excitándose, notaba los cuerpos de los chicos debajo de mí, y sus pollas rozándose con mi cuerpo.

Aunque tenía la polla en la boca, se escucharon gemidos que venían de mí, mi novio se retiró, captando lo que yo supongo que sería toda la escena completa, para volver a colocar la cámara grabando mi cara.

Se volvió a retirar, arrastrando la mesa hacía el exterior, la polla salió de mi boca, las manos dejaron de sobarme, y me tiraron al suelo, quedando yo sentada en él. Rápidamente se colocaron a mi alrededor, masturbándose encima de mí, incluido mi novio, hasta que finalmente uno por uno se fue corriendo en mi cuerpo magullado.

Y con estos chicos – dijo mi novio apagando la cámara – Se acabo todo. Gracias por vuestra participación y espero seguir contando con vosotros – moviendo el billete que estaba encima de la mesa riéndose – Ahora, podéis limpiar la polla en su boca y nos despedimos.

Uno de ellos, me agarro de la cadena, guiándome hacía su polla, yo sabía lo que tenía que hacer, y se la limpie. Repetí con los otros dos, y mi novio me llevo a la habitación, donde me encadeno de nuevo, y salió a despedirse de los chicos.