Vendetta se escribe con v (2 - Final)

Vendetta.

Vendetta se escribe con v (Segunda parte y última)

Nada más irse Fátima hice ademán de levantarme para apagar el vídeo y comenzar a verlo, sin embargo, me encontraba cansado. Comencé a pensar. La verdad es que nunca he sido un portento sexualmente y con dos polvos seguidos me encuentro más que satisfecho y a veces bastante cansado, qué le voy a hacer. Los pensamientos se sucedían. Después de echar un polvo siempre me pasa lo mismo, comienzo a darle vueltas a la cabeza. Me preocupo. ¿Será verdad eso que dicen los amigos de que echan polvos sin parar durante toda la noche con intervalos de 5 minutos? Ya me gustaría poder decir que follé toda la noche como un condenado...el caso es que uno es como es. Seguían sucediéndose los pensamientos. El plan estaba desarrollándose según lo previsto. La verdad es que me sorprendió lo acertado de mis previsiones, salvo en una cosa: no pensé que Fátima de 17 años y educada en un colegio del Opus fuera a reaccionar de la forma que lo hizo. Pensé que cuando la descubrí se pondría a llorar y me pediría discreción y punto. Pero no fue así, no... Y cómo la chupa. Qué les enseñarán en esos colegios? Parecen que se pasen el día con una polla en la boca, no sé. A mis hijas desde luego no las llevaré allí.

Cuando me repuse un poco me levanté y apagué la cámara de vídeo. Me gustó muchísimo cómo había quedado la grabación. Era obvio que habría que hacer algunos retoques pero tenía mucho potencial. Fátima parecía muy metida en su ‘papel’ y no se veían sus gestos de desagrado salvo en el momento en el que le dije que se fuera sin ducharse pero esa parte la podía suprimir ya que no era un objetivo a incluir en el vídeo. Ya fue suficiente con la humillación personal que sufrió la pobre chica. Me sorprendí a mí mismo en ese pensamiento y me reprendí:

Ahora sólo falta que te compadezcas de la niñata. Pareces tú más gipipollas que ella.

Cogí mi teléfono móvil y llamé a Ana. Solía hacerle una llamada perdida para no consumir mi escaso saldo de la tarjeta activa y ella cortaba y me llamaba ya que tenía un contrato financiado por el cornudo de su padre, es decir, el clásico método del ‘llama-cuelga’. Ana no corto la llamada y me cogió.

Hola. Por qué me has cogido?

Se me olvidó. Además pensaba que ya tenías dinero para pagarte el móvil. Hasta mi hermana pequeña lo tiene.

Es que tu hermana es muy precoz (me reí internamente).

Qué tal con ella?

Muy bien, encantadora. Se empeñó en traerme ella misma los papeles.

En serio?

Sí.

Te dijo algo?

Nada, hablamos poco (jejeje, me encontraba muy sagaz a mí mismo). Le dí algo para beber y prácticamente se lo llevó puesto (jajajaja aquí me superé a mí mismo).

Ana no sospechó nada. Yo creo que debía estar con algún amiguito porque la notaba un poco ida de la conversación. Simplemente añadió.

Bueno, te llamo luego, vale?

Muy bien. Adiós.

‘Ciao’.

Eran más de las 10 de la noche y pensé que sería un buen momento para hacer el montaje de la cinta. No pensé que fuera tan aburrido y pesado hacer un montaje. Gemido arriba, gemido abajo, corta por aquí y entra otra vez pronto para que no se note... Estuve hasta las dos de la mañana pero creo que mereció la pena. Mañana pasaría la prueba de fuego. Llamaría a algún amiguete a ver qué le parecía...

Por cierto, Ana no llamó. Mi confidente estaba en lo cierto.

Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin, riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin, riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin, riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin...!!!!!!!!!!

Dios!!!! Jodido despertador! Esto de ser currante es la ostia. Me voy al currelo. Afortunadamente podía ir en coche ya que no hay mucho tráfico y en las inmediaciones del Bernabéu se aparca bien en verano porque hay poca gente trabajando.

Trabajé un día más limpiando mesas y retretes en el burger. A la hora de comer llamé al Chispas, mi colega mecánico y le convidé a mi casa. A las 8 quedamos.

El chispas es un tío que ha vivido mucho, o eso dice, la verdad es que y no creo sus historias pero de mis colegas es el que más confianza me merece. Le dije que el pasado fin de semana había triunfado y que me la lleve al piso para grabar el ‘festejo’.

No jodas tío.

Ya te digo. Son muy putas.

Pues esta no tenía pinta de puta.

Eso pensé yo pero tiene costumbres muy raras.

La verdad es que se ve que está muy metida. Dijo.

De verdad? Pensé que no le había gustado mucho la actuación.

Qué va!! Está encantada. Mírala como gime.

Dijo esto en uno de los gemidos que yo había metido artificialmente. Había pasado la prueba!!! No parecía obligada la mojigata.

Te importa que me haga una paja?

Ponte un condón no me vayas a manchar todo.

Me sorprendió que el chispas, protagonista de historias de sexo que duraban noches enteras se pajeara con esta cinta... Me parece que sus historias iban perdiendo credibilidad por momentos. No me quiero desviar. Perdón lector.

El resto del verano me lo pasé trabajando. Lo único reseñable es que contraté los servicios de una puta. Ya no tenía que ahorrar y decidí llamar a una puta para que me diera un gustazo. Desde que me follé a Fátima estaba a dos velas... Sé que es triste irse de putas pero no tenía ganas de salir... No creo que repita. El precio fue brutal: en una hora (ya os he comentado que para mi es más que suficiente) me puli media paga de agosto.

Cuando se fue la guarrilla inevitablemente pensé que me había equivocado de profesión...

Eran las 8.00 del 2 de septiembre y los padres de Ana volvieron de vacaciones el día anterior, domingo. Ana decidió quedarse unos días más. Esta situación me hizo reafirmarme en mi plan. La muy hija de puta se quedaba allí con su amiguito... cuando yo no había conseguido estar una noche con ella....

9.00 Oficina de correos de la Calle Orense.

Envíe este paquete a la atención de la Sra. X calle Pº Conde de los Gaitanes nº X.

Son 1,90 más o menos 315 pesetas. No me aclaro con el euro chico. Dijo después de mirar una tabla de conversión.

Poco a poco hombre. Antes del mediodía?

No, voy a tardar unos meses...

El paquete hombre!!

Ahhh!! Sí, sí! A las 12.00

Perfecto.

Quería que tuviera tiempo de verlo antes de que volviera su marido. Me fui corriendo al Burger y trabajé hasta las 4:30 de la tarde. A esa hora se cambiaba el turno. He de reconocer que a las 12 sentí una sensación extraña. Era la hora de entrega. Sin embargo, lo más curioso es que a las 12.20 sentí un auténtico escalofrío. Preferí no darle importancia, pero una cosa está clara en la cocina de un Burger se pueden sentir muchas cosas pero una de ellas no es un escalofrío...

Llegué a casa y vi una llamada en el contestador automático.

Tiene un mensaje nuevo... Mensaje núemro 1:

Espero que sepas dónde te has metido. Llámame inmediatamente.

Era la madre de Ana. El tono era extremadamente serio. Parecía hasta forzado. Sin embargo, a mí me asusto. Tenía razón no sabía dónde me estaba metiendo.

Marqué precipitadamente el número de su casa. Estaba muy asustado.

Dígame?

Podría hablar con la señora?

De parte de quién?

Soy Raúl, el novio de Ana.

Hola, soy su padre. Qué tal hijo?

Era evidente que la madre no le había dicho nada, ya que guardaba las formas como lo había hecho todas y cada una de las veces que me había cogido el teléfono a lo largo de los últimos meses, período en el cuál se oficializó en casa de Ana nuestra relación.

Muy bien y usted?

De vuelta de vacaciones, bastante duro.... ja ja ja ja

Su puta risa pausada me exasperó. No estaba de humor.

Ya, es lo malo...

Bueno te dejo con mi mujer que sé que quería comentarte algo. Hasta luego hijo.

Hasta luego.

Después de medio minuto oí al otro lado del auricular.

Escúchame. No sé qué pretendes. Sin embargo, debes saber que como vea alguien más que tu y yo este vídeo acabo con tu miserable vida. Ven mañana a las 11.00 de la mañana.

Tengo que trabajar. Apelé.

Podrán prescindir de ti.

Colgó el teléfono. Me resultó frustrante la seguridad con la que hablaba. Tanto ella como yo sabíamos que iba a hacer lo que me dijera y eso me relegó a una posición desfavorable en la negociación. El plan se estaba desviando de lo previsto. Pero todavía tenía tiempo para encauzarlo hacia un terreno más favorable.

Esa noche dormí bastante mal. Dándole vueltas al encuentro del día siguiente. Ensayé mil corrientes de actuación.

Lo siento. Fue un error. No debí hacerlo...

Hay que ver como la chupa su hija, a qué colegio dice que iba?

...

Ninguna me convencía.

11.45 del 3 de septiembre 2002. Voy por la carrtera de Burgos dirección La Moraleja. Hice un poco de tiempo para llegar con 10 minutos de retraso. No quería parecer ansioso. Odio la sensación de llegar a una fiesta el primero, como si no tuvieras nada que hacer en todo el día. Me encontré la puerta abierta como era habitual en esa casa. Aparqué mi R18 en el jardín y bajé del mismo.

12.05 DING DONG!! Abre la puerta una filipina.

Qué desea?

Vengo a hablar con la señora de la casa.

Espere un momento en esta sala.

Todo era corrección por el momento. A lo lejos, después de 15 minutos interminables de espera ( creo que a ella tampoco le gusta parecer ansiosa) oigo unas pisadas de tacón alto.

Inmediatamente después entra en la sala la madre de Ana. Una señora castaña, pelo largo, ojos verdes, 168 – 170cm, unos 44 años y muy atractiva. Además tenía una gran figura. Se acerca y me da la mano.

Quieres algo de beber?

No gr gracias. Tartamudeé.

Está bien. Hablemos pues.

Se hizo un largo e incómodo silencio. Parecía que me cedía la iniciativa para que yo le mostrara que estaba desvalido y sin ningún plan.

Creo qu

Si quiere que esto no suponga una humillación para su hija, para usted y para su familia y una separación entre sus dos hijas tendrá que hacer una serie de cosas. La interrumpí.

Tardó en reaccionar. No esperaba este desarrollo de los acontecimientos.

El qué?

500.000 pesetas y

Miserable....Me interrumpió.

Y una noche con usted. Continué.

Vete de aquí. Te veré en los tribunales por abuso de una menor.

Usted sabrá. Ya sabe que el poco tiene poco pierde y no sé que pensarán sus amistades de la voracidad de su hija.

Intenté despedirme cortésmente pero rehusó mi mano. Estaba claro: había ganado el combate!! Eso sí la guerra estaba por decidirse y yo había jugado muy fuerte. Si perdía lo pasaría muy mal.

En el coche me sentía eufórico. Había sido una descarga de adrenalina muy fuerte. Sin embargo ya sólo quedaba esperar. Pasé cinco días pegado al teléfono. No iba a trabajar aduciendo una falsa gripe. Por supuesto, me despidieron al tercer día...(es lo que tienen los contratos basuras del señor ‘Ansar’ amigo de Bus. Dejemos política aparte).

22.00 del 8 de septiembre de 2002. Prescindo de hablar de mi relación con Ana ya que se reducía a sms en los que me decía que iba a aprovechar una semana más el buen tiempo. Ni se le ocurrió invitarme ahora que sabía que no tenía curro... Pero en fin, no me iba a picar por ese detalle ahora!! Suena mi teléfono.

Dígame?

Ven mañana a las 12 de la mañana. Trae todas las copias que tengas del vídeo. Confío en tu palabra.

Subimos las escaleras. Yo detrás de ella. Me mete en la habitación conyugal. Cierra con pestillo. Y se queda de pie. Yo comienzo por quitarle los zapatos de tacón. Después desabrocho su cinturón y el botón de sus pantalones. Los deslizo por sus piernas hasta el suelo. Ella levanta un pie primero y después el otro para que le libere de los pantalones que tenía en los tobillos. Después ella misma se quita la blusa y se tumba en la cama.

Yo todavía vestido le abro las piernas y comienzo a lamer la parte interior de sus muslos, muy firmes a pesar de la edad. Me entretengo en sus ingles por la parte exterior de sus braguitas. Cuando por fin llego las noto calentitas y un poco húmedas. Decido quitárselas. Ella colabora y se quita el sujetador ella misma. En ese momento me quite los pantalones y la camiseta para a continuación tumbarme boca arriba en la cama y pasar a dominar la situación.

Le dije que me bajara los calzoncillos. Le dije que me lamiera los huevos. Es una cosa que me excita enormemente y ella lo hacía de una forma excelente. Primera repasó toda la superficie de los huevos con la lengua y después se metía cada uno de los huevos en la boca y lo saboreaba al máximo. Yo estaba al borde del orgasmo pero traté de aguantar y a duras penas lo conseguí. Ella se dio cuenta y reaccionó igual que su hija intentando separarse pero yo trate de evitarlo sin conseguirlo. Al final el resultado fue peor ya que me vacié en su pelo. Me había corrido sin que me tocase la polla y había sido uno de los orgasmos más ‘bañados’ de mi vida.

Ella estaba muy caliente. Lo percibí al acercar mi rabo a su concha. Desprendía un calor inmenso que atraía sin yo quererlo a mi tranca. La penetré sin ningún esfuerzo. Ella gimió ligeramente en un primer momento y luego se relajo, de vez en cuando, suspiraba como sólo lo hacen las mujeres que van a alcanzar un gran orgasmo. Yo empecé a acelerar el ritmo cuando su respiración se empezaba a entrecortar y cuando estaba a punto de correrme ella gritó:

Sigue!!!

No sabía si iba a aguantar pero tenía que darlo todo. Y conseguí contenerme las convulsiones hasta que gritó como una desesperada momento en el cuál no pude evitar descargar con todas mis fuerzas dentro de su coño. Solté nuevamente una gran cantidad de leche después de retorcerme de placer. Mi semen rebosaba su cavidad vaginal y ella estaba como desmayada del placer que había alcanzado.

Sin embargo, yo no había dicho la última palabra. Sorprendentemente tenía fuerzas para un tercer orgasmo, a pesar del esfuerzo realizado. La puse a cuatro patas y le lubriqué el culo untándole lo que tenía dentro del coño en el culo. Se la acerqué y con cuatro toquecitos conseguí ensartársela. Ella lo debió encontrar placentero porque perdió el equilibrio y se desplomo en la cama. Tuve que repetir la operación sin embargo, decidí lubricar su culito con mi propia saliva dándole un lengüetezo y penetrándole ese mísero agujero con mi lengua. La mezcla de sabores ejerció de afrodisiaco, me puso a mil. La penetré con menos esfuerzo que antes y y después de 10 minutos de movimiento frenético me di un golpe...

Me cago en la puta!!! Me he caído de la puta cama. Todo era un puto sueño. No había ganado la puta ‘batalla’ y lo que es peor mi gran actuación en la cama fue sólo un sueño.

Me dio un gran bajón en ese momento y comencé a darle vueltas a lo que pasaría mañana pero a cada minuto que pasaba me encontraba más despierto y con menos confianza de triunfar.

Eran las 11.50 ny yo entraba en mi R18 por la puerta de la urbanización. Di un par de vueltas para hacer tiempo y a las 12.05 entraba por la puerta, siempre abierta, de la casa. Aparqué. Llamé

DING, DONG!!

Abre la puerta la filipina.

Buenos días, qué desea?

Que me abra la puerta!

Se sorprendió pero abrió finalmente la puta puerta.

Espere aquí por favor.

Apareció un señor al cuál yo no conocía de nada, vestido con un impecable traje de marca. Lo cual me asustó bastante.

Raúl González?

Puede ser.

De qué depende?

De quién me lo pregunte. Me sorprendí a mí mismo con mi tono chulesco.

Pablo Sebastián. Abogado Penalista. Es usted Raúl González?

Las palabras Abogado Penalista tuvieron un efecto devastador en mi moral. Tanto que sentí un repentino mareo que casi me hace caerme al suelo. Sentía que tenía ganas de morir.

Sí, soy yo. Que sucede?

Creo que tenías que darle algo a la señora de la casa...

Tome, tome. Le entregué las cintas sin saber muy bien que es lo que hacía y sin tener en cuenta las consecuencias que ello tendría.

Toma, ella también te quería hacer entrega de unos documentos.

Alargó su mano y me entrego unos documentos. Cuando los leí tuve que pedir un refrigerio porque estaba completamente mareado.

Los documentos eran una copia de la denuncia que se había presentado en los juzgados de Plaza de Castilla por abuso de menores... En ese momento comprendí que había jugado demasiado fuerte y había perdido.

Os ahorraré todos los procedimientos judiciales que me han llevado a escribir este relato desde la biblioteca de la cárcel de Carabanchel ya que son largos, penosos y humillantes para mi persona. Os podría narrar el recibimiento que me hicieron los reclusos al ser considerado como violador gracias a los astutos movimientos de la madre de Ana y Fátima entre sus contactos en Carabanchel y es que los ricos tienen contactos hasta en la cárcel, sin embargo, no lo haré ya que mi relato debería ser incluido en otra categoría diferente a la que lo he hecho.

Afortunadamente ya estoy terminando de pagar mi deuda con la sociedad aunque ello me haya costado una fuerte adicción a la metadona, regalo del sistema presidiario de los países avanzados.

Un saludo a todos y espero que les haya gustado mi relato. Si quieren contactar conmigo mi correo es el siguiente: enfant_terrible001@yahoo.es

Carabanchel 2003