Vende tu novia - 8

Parecían estar acompasados, como una sinfonía de cuerpos, había quien jugaba con unas pinzas en sus pezones, los que tomaban sus manos para que les masturbara… Era un peluche pero de carne.

Uff, tia. Como me gustaría quedarme pero tengo obligaciones

Diego, acariciaba a Mabel que se acurrucaba en su regazo como una gatita… Nunca entenderé a las mujeres. Hace unas horas parecía un carácter indomable y ahora se restriega con el tío que acaba de romperle el culo.

Yo también tendré que volver a casa. Ya digo que mañana tengo lio - terció Jorge

¿Me vais a dejar solo con una ninfómana y un borracho?

Jajaja, pues vente - Diego empezaba a levantarse dejando a Mabel sentada en el suelo sin saber que hacer - ¿Tú que dices, chiquilla?

Ella no opina. Es mía hasta el domingo, ¿verdad puta?

Su mirada volvía a reflejar odio. Me miró pero no dijo nada. Agachó la cabeza dejando que Diego la acariciara.

Mira yo tengo hambre, si queréis os invito a tomar algo y luego seguimos la fiesta en el Zafiro

Acabamos de cenar, gracias -le solté

Si, bueno, ya se que ella va bien alimentada - dijo Diego sonriendo - vale, me haré un sándwich en el Club. No soy de desaprovechar las ocasiones.

Nunca había oído hablar del Zafiro. No está al alcance de cualquiera, no se anuncia en internet, solo accedes por invitación de algún socio. Nada que ver con el garito de la despedida de soltero… Era como de película, con sus puertas de forjado, cámaras de vigilancia y al fondo del camino, invisible desde la carretera, la “mansión”, nada de esas edificaciones victorianas, más parecido a un chalet, de diseño… un tipo se encargó del coche cuando llegamos. Al mamón le divertía nuestra extrañeza.

  • ¿Esperabais ver un bar? Es algo más que un bar

El interior parecía más una discoteca, su barra, sus luces, sus mesas… o un puticlub porque las tías que no andaban totalmente en bolas poco les cubría.

  • ¿qué queréis? ¿un rinconcito para montarnos la fiesta o…? - mi cara. volviéndose hacia cada jaca que nos rodeaba, debió sugerirle la propuesta.

  • Como tú decides por ella ¿qué te parece cambiar de montura? Ella se va a ensanchar agujeros con algunos amigos y tú pruebas alguna de estas “exquisiteces”

Mabel no se enteró de la idea. Entre el desconcierto del lugar y el whisky que se había trasegado antes de salir andaba algo perdida.

La verdad es que su vestuario desentonaba. Vale que había alguna “equipada” como colegiala como ella, pero no eran prendas del “chino” como las suyas.

Me dejé llevar. O mejor nos dejamos llevar. Diego estuvo hablando con un par de tipos y casi sin darnos cuenta ya estaba rodeada de algunos hombres que se la llevaron casi en volandas, entre sobeteos, caricias, algún besuqueo… no llegué a enterarme mucho si al final fueron 6 o más los que atravesaron con ellos aquella puerta.

  • Ven - Diego me palmeó el brazo y me dirigió hacia otra puerta… un cacharrito de esos con luz verde y teclado (lo dicho, de película) puso la clave y se abrió. No era excesivamente amplia la sala pero sí ¡qué cabrón! el enorme vidrio que daba a la sala donde mabel comenzaba a ser desnudada por sus acompañantes… si, eran seis, pero a lo largo de la velada iban entrando y saliendo otros.

  • Desde aquí veremos mejor la función, jeje, ¿que te apetece tomar?

  • Tu mismo

  • Yo soy muy raro. Ahora estoy en “fase coñac”... ¡manías que me pagan!

  • No, mejor cerveza, queda mucha noche

  • ¿Rubia, negra, artesana?

  • ¿Me estás ofreciendo cervezas o tías?

  • JAJAJA… vale.

No me enteré de lo que acabó pidiendo por el telefonillo, mi vista estaba clavada en la sala. Un tío le estaba pegando una comida de coño a Mabel que la tenía vociferando, solo que no se oía nada de los berridos que estaría dando mientras cogía por la cabeza a su lamedor. Este le daba manotazos para apartarla pero tuvo que ser otro de los presentes quien se decidiese a cogerla de los hombros, echarla hacia atrás en la mesa y cuando tuvo su cabeza colgando enfundarle la polla hasta la garganta.

Parecían estar acompasados, como una sinfonía de cuerpos, había quien jugaba con unas pinzas en sus pezones, los que tomaban sus manos para que les masturbara… Era un peluche pero de carne, un juguete de carne caliente entre las manos de unos expertos jugadores.

No me sonaba de nada la marca de la cerveza, tampoco me fije en ella apenas, solo la camarera me hizo desviar la mirada de la bacanal de la sala

  • Es Carol, no es de las veteranas pero lo pone mucho empeño como veras - Dijo Diego

Si señor, ponía empeño. No le costó sacarmela y enfundársela hasta la garganta. Siempre he creído que mi polla era respetable pero la boca de esta tía seguro que admitía mucho más, nunca me habían lamido los huevos mientras se tragaban todo el sable… ufff!

El “como sigas así me corro” fue como una espoleta, se levantó rápido, al tiempo que se abría de piernas tomó mi polla, la apuntó a su agujero más estrecho… y se dejó caer.

¡Joder, que cabalgada!. Me tenía enganchado por la nuca para aplastarme de vez en cuando entre sus tetas… No, no era un “mete-saca” tradicional, estaba haciendo twerking sobre mi polla.

Y, claro, reventé… y tuve que cogerle de las caderas para que parara porque aunque se enterase de que ya no quedaba rigidez en lo que ocupa su culo no paraba su baile.

  • joder, que putada, no me ha dado tiempo a saborearte, chiquilla

  • jaja - Diego me miraba divertido- No te preocupes, te la seguirá lamiendo hasta ponerla de nuevo en forma, ¿verdad Carol?

Ella afirmó con la cabeza sin abandonar su presa. No era ya un movimiento forzado sino suave, casi una caricia, como la que su lengua proporcionaba a mis huevos

  • Y si tienes ganas de mear no te cortes, eso lo ha practicado bastante también.

Perdí la cuenta de cuantos tíos pasaron por la habitación, pero seguro rondaría los veinte, musculitos y entrados en carnes, jóvenes y canosos. Lo curioso del caso es que todos los que la follaron o encularon lo hicieron con condón, solo conté tres que se corrieron en su boca y otros tantos, más o menos, que la embadurnaron de leche casi al final de la sesión… y se corrió ¡vaya si se corrió varias veces! de vez en cuando Diego activaba el sonido para escuchar sus gritos.

Era una situación alucinante, tan morbosa como respetuosa. ¿Qué sitio era este?

  • Es un club para hombres, muy exclusivo - me aclaró Diego - solo los socios pueden añadir otros socios y el comportamiento ha de ser impecable. Si te pasas no hay avisos: expulsión y, a veces, con la nariz o las costillas rotas

  • Joder… bueno, yo quiero

  • jaja… no creo

  • Jorge es miembro, ¿no?, puede avalarme.

  • Jorge me cae bien. Hace mucho que nos conocemos, viene a veces pero no es miembro. Demasiado caro para él. Son de 2 a 10...

  • ¿euros? Creo que me queda algo de suelto… - Diego se reía - ¿mil? ¿al año?

Su cara de condescendencia me impactó

  • ¡ostias! ¿al mes?

  • No está a tu alcance… pero cuando te acompañes de chiquillas como ésta puedes volver, jeje

Carol cumplió a la perfección… Quedaba poco en mi "depósito" cuando me exprimió por segunda vez pero se lo tomó. Luego preferí usar el aseo en lugar de la recomendación de Diego, pero él sí que la usó para vaciarse… y también cumplió. Ni una sola gota cayó en la moqueta.

Le comenté a Diego que quizás alguno de sus socios estaría interesado en el virguito que me ofrecieron por 12.000€

  • En principio pedía 20

  • jajaja… la gente cree todo lo que sale en las películas. Pero sí, pásame el contacto, seguro que a Mario le divertirá la movida. Lo mismo les compra no solo el virgo sino a toda ella… o los dos, jajaja… Vamos, me parece que ya han acabado con tu amiga ¿en serio pusiste un anuncio en facebook?

  • Y en badoo, meetic…

  • ¡Qué movidas os montais!

Junto la barra Mabel era atendida por una mujer impresionante, rondaría los treinta y poco… y el metro ochenta. Supe que Angie (apodo tomado de los Rolling) era bi, tan “bi” que podía asumir la delicadeza de una gacela o la rudeza de un camionero, impresionaba pero también era adorable. Se estaba dedicando a reñir a los que aún acompañaban a Mabel haciendo como que le arreglaban la ropa mientras le metían mano.

  • Sois unos cabrones ¿de dónde habéis sacado esta chica? - dijo mirando a Diego cuando nos acercamos

  • Este tío se la ha alquilado a su novio

  • ¿Qué coño…? - me miró y asentí con la cabeza. Verdaderamente me sentí intimidado por aquella tía en un primer momento

Mabel no se enteraba de casi nada ya, apoyada en la tetaza de Angie se dejaba acariciar por ella, medio adormecida.

  • Puse un anuncio y su novio me la alquiló

  • ¿Un chuloputas?

  • ¡Qué va! son novatos… ¡no veas lo que se hicieron de rogar!

  • Capullos… tú y él. Valiente cabrón, ponerse los cuernos por dinero…

  • A ver, Carlos - Diego se volvió hacia mí para hablarme pero mirando de reojo a la interesada - Angie es que es la que entrena a las novatas cuando llegan y, claro, como esta se la han cepillado los chicos antes que ella está algo mosca…

  • ¡Vete a la mierda, Diego!

Todos los presentes se pusieron a reír la ocurrencia de Diego (algo de verdad tendría) y la cara de mosqueo que le dedicó Angie… pero las risas se cortaron de repente al oír una voz que venía desde detrás del grupo:

  • ¡¡QUE HIJOS DE PUTA!!

Siempre se agradecen los comentarios

Esta serie tiene un spin-off en "Vendiendo mi virgo", consecuencia de la conversacion de Carlos y Diego.