Venciendo su timidez

Hace unos días estuvimos juntos después de cuatro semanas sin vernos, al llegar a nuestro lugar él estaba esperando, con esa sonrisa que me derrite. Al verme, tomándome en sus brazos nos besamos, con la intensidad que se tiene después de todo un mes de añoranza. Diciéndome siempre lo mucho que extraña nuestros encuentros.

Venciendo su timidez

Hola de nuevo, se que han pasado unos meses desde mi relato anterior y aunque mi vida sexual no se ha detenido, asta ahora encuentro el tiempo para escribir de mi experiencia.

Retomaré donde lo dejé la vez pasada.

Poco a poco e ido cumpliendo mis fantasías, por supuesto con el permiso y colaboración de Gerardo mi esposo, pero ahora; solo platicaré de mi amante, Javier.

Como ya dije él es o era un poco tímido, y auque durante el tiempo transcurrido han sido pocas las oportunidades de vernos, (el también es casado y al igual que yo tiene responsabilidades que cumplir), cuando podemos, pasamos unas tardes maravillosas, llenas de sexo y placer.

Al principio de nuestra relación le aclaré que él sería el segundo hombre en mi vida y que como mi experiencia sexual se limitaba a lo que aprendí con Gerardo, tal vez para él no seria lo suficientemente satisfactorio, pero que estaba dispuesta a aprender lo que el me quisiera enseñar, a lo que contestó que a lo mejor mis expectativas con respecto a su sexualidad eran muy altas, pues en realidad no se consideraba un experto en la materia; así que acordamos enseñarnos uno al otro las cosas que nos gustan y probar cosas nuevas que se nos ocurrieran en el trayecto.

Su forma de tratarme, como me mira, me hace sentir deseada, anhelo sus caricias, sus besos, pero sobre todo, adoro su timidez y el hecho de que la venza cuando esta conmigo.

Hace unos días estuvimos juntos después de cuatro semanas sin vernos, al llegar a nuestro lugar él estaba esperando, con esa sonrisa que me derrite. Al verme, tomándome en sus brazos nos besamos, con la intensidad que se tiene después de todo un mes de añoranza. Diciéndome siempre lo mucho que extraña nuestros encuentros.

Nos desvestimos uno al otro; despacio, sin prisas, saboreando cada instante de sus manos en mi cuerpo, de la expresión de su cara ante cada nueva caricia, que siempre es más atrevida a la anterior.

Al tener su torso desnudo; entierro mi cara entre los vellos de su pecho para aspirar su aroma que tanto me excita, mientras gozo de escuchar sus gemidos al tomarle el pene con la mano. Advierto que al igual que yo esta listo para mí, pues su verga está completamente erecta, a sido tan largo el tiempo sin vernos que no esperamos siquiera llegar a la cama, se sienta sobre la silla que está a su espalda y arrodillándome me pongo entre sus piernas, las cuales acaricio y beso, llego a sus testículos y me recreo en ellos.

Tomando mí tiempo disfruto de su desesperación, pues sé lo que está esperando; él me lo reprocha. No lo hago esperar más y toco su falo con la lengua, volteo hacia arriba para verle, él me pide que la coma toda y la introduzco hasta mi garganta. Separándome un poco le digo que quiero tenerlo dentro y lo monto desesperada por tener al fin su pene en mi panocha.

El marca el ritmo tomándome por las caderas, en tanto con sus labios toca mis pezones, le digo lo mucho que me excita lo que estamos haciendo, que me gusta su verga, que estoy a punto de venirme y deseo que el también lo haga pues quiero tener su semen, él me besa, introduce su lengua profundamente en mi boca la cual succiono con fuerza, en ese momento siento como se viene en mí, yo estoy ardiendo y exploto en mi primer orgasmo mientras admiro mi propia satisfacción dibujada en su rostro.

Después de un momento, todavía unidos se levanta conmigo en brazos y me lleva al baño, donde el mismo entre besos y caricias se encarga de limpiarme.

Llevándome de regreso; esta vez a la cama me deposita en ella y se recuesta a mí lado, platicamos un poco, cuestionamos lo que hemos hecho, como nos ha ido en nuestra vida cotidiana, dándonos respuestas vagas, no queremos profundizar, pues seria involucrar sentimientos.

Ambos pretendemos solamente disfrutar y olvidarnos de todo menos de lo que vivimos juntos, allí; justo en ese momento. Toca mis pechos, dice que le gustan y va hacia ellos, toma mis pezones y los succiona, da pequeños mordiscos mientras su mano me recorre el cuerpo; baja por mi abdomen lamiendo y besando hasta llegar a mi vagina, dice que estoy rica y toma mi clítoris, lo succiona suavemente, hace círculos en él presionando con su legua, estoy tan excitada que me tiemblan las piernas, le pido: "por favor penétrame", pero él me ignora; me esta castigando por lo que le hice antes.

Me voltea poniéndome boca abajo, besa mis nalgas y las separa poniéndose entre mis piernas, me tenso un poco y él dice que no pasa nada, solo quiere acariciarme, siento su lengua, esta vez en el ano, me gusta lo que hace, me estoy dilatando, mete ya la punta de su lengua y la saca de nuevo, va hacia la vagina y hace lo mismo una y otra vez.

Estoy muy caliente y le exijo que no me haga esperar más, quiero su verga dentro, el se incorpora un poco levantándome por las caderas, se posiciona penetrándome de golpe el ano, esta duro y completamente excitado, con sus dedos toca mi clítoris y me masturba mientras me coge, siento que voy a venirme y se lo hago saber, él dice que no me detenga y me dejo ir; puede sentirlo, estoy apretando su pene y en ese momento tiene su propio orgasmo, siento como me baña por dentro con su semen, me encanta; cae sobre mí y así nos quedamos un momento hasta que todas las sensaciones pasan.

Se nos ha terminado el tiempo y es hora de despedirnos, no puedo evitar sentir un poco de tristeza ya que estoy conciente que nuestro próximo encuentro tarde en llegar.

El se acerca y tal vez piensa lo mismo que yo pues promete que esta vez no tardará tanto tiempo, después tomándome la barbilla me da las gracias y un beso.

Camino a casa, pienso en Gerardo que me espera.

Seguro me preguntará lo que pasó sé que esta excitado solo de pensar en ello, disfruta tanto de lo detalles; como yo cuando platicamos l o que hace con ella.

Sin duda fue una gran tarde y su mejor complemento….. Una excelente noche.