Venciendo mi Timidez. Capítulo 4
Una vez entendido el tema de las señales comenzaron los aprendizajes avanzados para Claudio
Capítulo 4
Lamentablemente al otro día sonó el despertador, y comprendí que lo soñado había ocasionado que mi último pijama limpio y las sábanas, quedaran marcadas de la ya seca simiente derramada… ¡Uhmm!, no sé qué pensaría las chicas del aseo que vendrían mientras estábamos en el colegio.
Desayunamos y dejamos la casa aún “patas arriba”, volvimos al colegio, mis compañeras de clase, se juntaron a mi alrededor apenas entré a la sala, afortunadamente sonó la campana y acto seguido entró Miss Betty para dar inicio a la clase, pero no pude evitar sentarme al lado de Ani, la que como nunca se apegó más a mi lado. Ani se comportaba muy melosa conmigo, lo que en más de una ocasión me distrajo y con gran esfuerzo apenas logré retomar las materias que nos impartían.
Luego en los sucesivos recreos las cuatro chicas, en ello incluyo a Pau, andaban a mi vera, no se despegaban de mí, incluso en una oportunidad me esperaron a la salida de los baños. Ante tal situación llegué a realizar una actividad impensada para mí, es así que, para evitar el acoso, en el último recreo me uní a los otros chicos del nivel para jugar futbolito, fue un momento de respiro y pese a no ser muy bueno en ello, no dejé de jugar por ningún motivo.
A la salida del colegio me junté con Cecilia, la que por primera vez noté que estaba ansiosa de iniciar la tutoría. Al igual que la vez anterior al llegar estaba su hermana mayor que nos recibió con una abundante merienda, la que Cecilia y yo devoramos a la par, es increíble pensar que come tanto como yo, y debe pesar solo dos tercios de lo que peso yo. A diferencia de la vez anterior su hermana Laura, que es como se llama iba a estudiar a casa de una compañera, pues está en la universidad estudiando algo relativo a fisioterapia. Comenzamos el estudio sin demora, mi pupila tuvo algunas dudas que le aclaré rápidamente, para así continuar con los ejercicios que me había provisto Miss Betty, los que resolvió sin contratiempos. Estábamos finalizando temprano y al término del último ejercicio, llegó lo que esperaba, su casi patentado “baile de la victoria”, donde entre una gran sonrisa comenzó a moverse alardear y desencadenar su serie de golpecitos en mis rodillas.
Revisé sus resultados, aún cuando ya sabía que los tenía correctos, pues había vigilado sus desarrollos… al término del pequeño análisis la felicité por el excelente resultado, ella me miró sonriente, para luego rodear mi cuello con sus brazos y besarme… fue tan sorpresivo que su lengua invadió mi boca sin oposición alguna… traté de reaccionar y tomar la iniciativa, pero ya era tarde, pues se abalanzó sobre mí montándose a horcajadas.
Tras unos instantes de sorpresa instintivamente puse mis manos en su cintura mientras ella continuaba besándome a su propio placer, claro que no podría decir que me molestara la actitud de mi “pupila”. Cecilia con una iniciativa que yo no poseía, también acariciaba mi cabeza y cara, la verdad es que no solo mi corazón se aceleraba, si no que mi amiguito crecía y se entusiasmaba como nunca, llegó un momento en que indudablemente Cecilia debía sentir apoyada mi pujante hombría entre sus piernas….
No sé cuanto tiempo transcurrió, solo debieron ser unos pocos minutos en que nuestra sangre hervía de deseos, hasta que sentimos la cerradura de la puerta de calle y Cecilia con su agilidad felina, salió de encima mío y se sentó en su silla. No pasaron quince segundos cuando su madre se asoma y nos saluda: · Hola chicos, ¿Cómo va el estudio? · Cecilia: Muy bien mamá · Yo: Hola señora Gómez, muy bien. · Mamá de Cecilia: ¡Dime Laura, el “señora Gómez”! suena a vieja. · Yo: ¡Oh claro! Laura, igual que su hija mayor · Laura Madre: Sí no fui muy original, pero es también el nombre de mi madre, jejeje · Ceci: ¡Mamá!, hemos avanzado mucho, ya las mate, no son un misterio, jajaja. · Laura: Me alegra mi niña. Preparamos otras materias en los últimos minutos de la tutoría, lo único diferente es que nuestras miradas se cruzaban con cierta complicidad, mientras su madre deambulaba de aquí para allá, ignorante de las actividades extracurriculares de su hijita. Cuando me tuve que marchar, ella me acompañó a la puerta y se despidió de mí con un beso demasiado cariñoso. Llegué a casa, y no fue necesario decirle a Pau que algo había acontecido en mi tutoría, pues al mirarme simplemente sonrió y con voz cantarina me dijo: · ¡Uhmm!, veo que te fue bien… · Yo: ¿Cómo lo sabes? · Pau: Tu cara, jajaja
Continuamos el diálogo en la cocina mientras preparábamos la cena, la que sería más tarde, luego los dos fuimos a estudiar, en especial historia occidental y lenguaje castellano, el que, si bien sabíamos hablar, poco o nada sabíamos de los análisis lingüísticos que nos exigía la prueba universitaria.
Cerca de la hora de la cena, Pau cerró sus libros y sin más rodeos me preguntó los pormenores de lo que ella había adivinado por mi cara de felicidad. Obviamente se los conté con lujo de detalles, y lo abrupto que había terminado todo con la llegada de Laura la madre de Cecilia, además, incluí mi problema de donde dejar las manos.
Pau se sorprendió de lo osada que resultó Cecilia, tanto que no podía creer, que ella me había asaltado, pero lo que más la impresionó fue de mis penosas reacciones y la poca iniciativa que presenté con mis manos… por lo que me propuso recrear la escena, yo al escuchar su propuesta simplemente no lo creía, pues por un lado se liaba entera por un simple beso, y lo vivido con Cecilia era más que un beso, pero por otro lado se notaba que le gustaba instruirme en las lides de las conquistas… ¿¡quién la puede entender!?
Preparamos la escena, incluido los libros, Pau imitó a Cecilia incluyendo los más mínimos detalles, dentro de eso, imitaba su voz, lo que siempre me causa risa, por lo que solo pude actuar cuando logré controlarla… Cuando ya todo estaba tranquilo, partimos con el tema en serio y después de los golpecitos pensé en poner mi mano en su rodilla… estaba contando mentalmente los tres segundos. Entonces la miré y ella simplemente con una agilidad desconocida por mí, saltó para montarse a horcajadas, y sin más me besó… mi corazón rápidamente se aceleró… entonces Pau tomó mis manos y las puso en su cintura, me siguió besando. Luego se detuvo y mirándome con su rostro un poco congestionado me preguntó. · ¿Entendiste? · Yo: Creo que sí… pero ¿Qué debo hacer después del beso? · Pau: Lo que tu imaginación te ilumine… · Yo: ¿Qué es eso? Sin mediar más palabras, ella me besó nuevamente y de pronto sentí como su lengua se filtraba entre mis labios, sin siquiera pensarlo la dejé entrar, para cuando nuestras lenguas se encontraron en mi boca, mi amiguito crecía hasta alcanzar su máxima dimensión y dureza, hoy sin duda moriría de calentura. Pese a toda mi excitación, mis manos se mantuvieron quietas sobre su cintura, entonces ella se detuvo nuevamente y después de mirarme de forma que nunca antes la había visto, me preguntó con su respiración aún agitada. · ¿Solo te imaginas eso? · Yo: La verdad no, es que… · Pau: Vamos que es una lección que debes aprender. · Yo: Eh… bueno Ante tal declaración, ahora yo fui el que la besó con inusitada pasión, aventurando mi lengua al interior de su boca, donde iniciamos una verdadera batalla por quien se aventuraba más, luego pensé por un instante en mis manos y comencé a deslizarlas por sobre los lados de su cintura. En la medida que avanzaba por su contorno, el sentir el calor de su piel que traspasaba su ropa me puso caliente hasta el tuétano, por lo que sin más las deslicé por el apretado culito de mi hermanita, seguí amasándolo con delirio… hasta que de pronto sentí sus manos detener las mías, por lo que separándome un poco le pregunté: · ¿Qué pasa? · Pau: Tus manos están autorizadas hasta ahí… · Yo: Pero… · Pau: No debes abusar de tu suerte, somos nosotras las que permitimos o no. · Yo: Pero he escuchado que cuando las chicas dicen no, es un tal vez y cuando dicen tal vez es un sí. · Pau: Esta chica piensa distinto y creo que Esti también, en cuanto a Cecilia… bueno no estoy segura, pero no te pases… por lo que un no, es un no. · Yo: Pero así no avanzaré nunca. · Pau: Capullo, yo no he dicho que no lo intentes nuevamente…. · Yo: Ahhh… Ante tal invitación volví a besarla, cosa que fue bien recibida por Pau, es más recibió mi lengua sin inconvenientes y obviamente intenté avanzar con mis manos sobre su apretado culo… aprendida la lección, avancé un poco más con mis manos, ahora conseguí unos centímetros más, no fueron muchos, hasta que nuevamente me contuvo, no fue un gran avance, pero fue un avance. No sé cuanto tiempo continuamos besándonos, sé que no fue mucho, pero fue más largo que cualquier otro beso en mi vida. De pronto Pau se detuvo y aún agitada dio por terminada la clase. · Pau: Es suficiente clase por hoy, me voy a la cama · Yo: Pero Pau… · Pau: No me digas que aún tienes dudas… · Yo: La verdad es que… · Pau: No me mientas, creo que hemos sido suficientemente explicativos Por la noche me di una paja monumental, imaginando que mis manos seguían su camino hacia arriba sin oposición alguna, primero imaginé a Cecilia, luego a Esti, pero al fin solo Pau ocupaba mi mente, creo que me corrí como nunca. Al amanecer siguiente desperté con una tremenda erección, mientras dudaba de seguir en la cama y aliviarme o ir a la ducha como la lógica me lo indicaba, volví a pensar en Pau y lo vivido en la clase de ayer por la noche… ¿aceptaría darme más clases?... ¿qué dudas me quedaban?... Creo que pocas, pero el haber besado y tocado a mi Pau me excitaba de sobremanera, por lo que me decidí hacer una “levantada rápida” y esperarla en la cocina con el desayuno, en una de esas tendríamos tiempo de educarme algo más. Para sorpresa de Pau, al poco rato ya estaba preparando el desayuno. Ella me sonrió y me agradeció mi gran iniciativa, luego se agachó para abrir una de las cajas aún cerradas de la mudanza, para sacar un termo y colocar en él ale agua recién hervida. En eso se giró dándose cuenta de cómo la miraba sin disimulo, en otras palabras, la estaba mirando el culo con descaro.
Pau: ¿Qué estas mirando?… Yo: Este nada… Pau: sabes que no me gustan las mentiras… Yo: Bueno te estaba mirando a ti… Pau: Si te cazan como yo lo hice, lo mejor es decir la verdad un poco disfrazada… Yo: ¿Cómo? Pau: En este caso, en vez de decir que me mirabas el culo, podrías decir que me mirabas lo linda que amanecí. Yo: ¡Oh!, ya veo Tras esa nueva “capacitación”, rápidamente pensé en aprovechar el momento, por lo que empecé a preguntar por otras dudas “razonables” en un pardillo como yo, por lo que mi ya impaciente hermana, comenzó a desviar la atención del tema cambiando a otros del tipo escolar. Si bien me puse algo nervioso, seguí presionándola, y el solo pensar en su precioso culito hizo que se me pusiera dura poco a poco la verga.
Pau, tomó otros artefactos de la caja recién abierta y aprovechó de ponerlos en un gabinete alto, al empinarse para acomodarlos, se vio la frontera de la corta falda colegial y sus “inocentes bragas”… mientras hacía eso se acomodó incrustándose la manilla de unos de los cajones, como también se inclinaba apoyada en la mesa con su culo parado.
No sé qué me impulsó a ponerme detrás, y pegarme a su culo, apoyando mi ya entusiasmada verga entre los cachetes, ella giró la cabeza mirándome estupefacta, pero no dijo nada, por lo que aproveché el momento y la besé Pese a que tenía las pulsaciones demasiado elevadas, aún no sabía que hacer con mis manos, por lo que las puse en el mesón. Pau interrumpió mi beso y me dijo: · Veo que estás aprendiendo, pero te falta algo más de iniciativa. -Ahora pégate a mí y tómame de la cintura · Yo: ¿Así?, dije tomándola de las caderas · Pau: Sí…recuerda lo que te dije ayer Su recordatorio me estremeció. Ya me quedaba claro que debía avanzar... volvía besarla mientras deslizaba mis manos por sus caderas hacia la cintura, luego las bajé por el contorno de ella hasta llegar al delicioso culito que estaba apoyando… abrí los ojos ella y me di cuenta que ella permanecía con los suyos cerrados. Cuando estaba tocando el contorno del ansiado culito ella me detuvo con sus manos.
Recordando lo aprendido, deshice el camino avanzado mientras ella ponía sus manos en el mesón… Recordé la máxima que dice: que “todos los caminos conducen a Roma” y deslizando mis manos hacia arriba llegué hasta sus tetas… para evitar que me lo impidiera, no hice ni siquiera el ademán de detenerme, alcanzando a abarcar con mis manos la mitad de sus preciosas mamas, por primera vez tocaba unas tetas y eran las mejores del mundo.
En ese momento mi erección era total, y pese a que mi pantalón era de esos géneros gruesos, con el estado en que me encontraba Pau debía de sentir una enorme presión en su cola, pues yo sentía la separación de sus cachetes del culo rodeado mi verga. Entonces Pau dejando de besarme me tomó de las manos y las retiró, intenté bajarlas para ir a sus caderas, pero ella lo impidió girándose y escapando de la feroz apoyada que le había dado, agregando.
Te graduaste… es suficiente… Yo: Pero… Pau: Suficiente, ahora puedes ponerlo en práctica con tus chicas… Yo: Pero tú… Pau: Soy tu hermana, no podemos… Yo: Sí podemos, tal vez no debemos… Pau: No tergiverses las cosas, no debemos ni podemos … Mirándonos a los ojos la volví a besar, no hubo reacción alguna por parte de Pau, por lo que continuábamos besándonos con los ojos cerrados, lo que solo significaba que nuevamente tenía la vía libre…. Ahora fue ella la que tomó la iniciativa y con uno de sus brazos me tomó una de mis caderas atrayéndome hacia ella.
Cuando mi agrandado paquete se encajó en su pubis presionando por encima de su falda, Pau comenzó a moverse cadenciosamente para atrás y adelante. En ese momento la tomé del culo apretándola contra mi verga que enloquecía bajo mi pantalón... ya no pensaba en ella como mi hermana, todo en mi era deseo por follarla.
Por lo que percibí en ella también el deseo estaba tomando el control de su mente, literalmente estábamos follando vestidos, el tener los cachetes de su culo en mis manos me tenían desatado, por lo que puse mis manos bajo su falda y las metí bajo sus bragas, ¡mis manos estaban en su culo!
Pau: ¡Ahh! ¡No!, no debemos Yo: ¡Umm sí podemos! Pau: ¡La tienes re-parada! No dije nada, solo la apreté más fuerte y saqué una mano que puse en sus tetas. Instintivamente comencé a amasarle las tetas, ella ahora me besaba con furiosa pasión
Mmm sí ahí me la estás apoyando muy arriba… un poquito más abajo… tengo la ... Trata de agacharte un poquito más, y apoyármela ahí, ¿sí? Yo: Ahí, dije apoyándola como decía. Doblé las rodillas para alcanzar a apoyarla en su coñito, pero ahora le levanté la falda, mientras ella se dejaba hacer… todo mi ser se estremecía de lujuria, mi verga daba saltos al interior de mi bóxer, instintivamente comencé a sincronizarme con la cadencia que me imponía Pau, la cual se fue abriendo de piernas para sentir mi apoyada con más profundidad… Mis manos prodigaban caricias a su culito y tetas, intenté sacarle el brasier pero no pude:
Pau: Así no saldrá, debes aprender como Yo: ¿Me enseñaras? Pau: Atrás al medio están los ganchillos que unen todo, toma los dos extremos y júntalos. Yo: No puedo… Pau: Inténtalo de nuevo. Pau no dijo nada más y con una mano me ayudó a descubrir el misterio de como abrir un sujetador, por lo que finalmente logré hacerlo, acto seguido metí mis manos y liberé sus portentos de tetas, por primera vez masajeaba unas tetas directamente, creí morir y pienso que ella también, por el profundo y largo suspiro que dio cuando alcancé sus pezones.
Pau: Chúpalas... No tuvo que repetir la instrucción, rápidamente busqué sus pezones con mis labios, lamentablemente el hacerlo hizo que ya no pudiera seguir “punteando” su coñito, alcancé a libar un poco de sus tetas soñadas cuando ella en un minuto de lucidez me dijo: · Tenemos que desayunar e ir al colegio… · Yo: Solo un poco más… · Pau: No, ya has aprendido suficiente. El desayuno fue en silencio, por más que quería hablarle, no se me imaginaba nada más que el tema del sexo y del deseo que me invadía, probablemente a Paula le ocurría lo mismo que a mí. La jornada escolar fue de lo más normal si se considera que en los recreos interactué con Esti, Ani y Cecilia, de Pau no vi ni la sombra, por otra parte, mis compañeros empezaron a integrarme a sus partidas de futbol en el recreo largo, por lo que por 20 o algo más minutos mi mente estaba detrás de una pelota y no de un culo de las chicas A la hora de salida me esperaba Esti para marcharnos a estudiar, la verdad es que ansiaba ver su comportamiento ante mis nuevos conocimientos acerca de las chicas, ¿sería igual que con Pau o Ceci?, ansiaba tener la oportunidad de ponerlos en práctica.
Apenas nos subimos al bus, la tomé de la mano y nos sentamos en la parte trasera, no me importó que hubiese otros escolares del colegio, ya que no había ninguno conocido para mí y a Esti no le molestó. Como siempre conversamos de muchas cosas, pero evitamos hablar de sentimientos o algo relacionado con lo que estábamos viviendo en cuanto a sexo. Al llegar tía Adela y Maite nos saludaron con efusividad y me anunciaron con gran alegría que mis padres por fin volverían en un par de sábados más. Si bien la noticia era alegre pues los extrañaba, una parte de mí renegaba de ello, pues afectaría mi relación con Pau, dado que deberíamos dejar las clases de señales y temas de chicas. Inicié la tutoría con Esti la que cada cierto tiempo me miraba y sonreía, ya no eran las discretas señales que tanto me costó detectar, la verdad es que ahora eran sonrisas y miradas francas e inequívocas.
Despues de que tía Adela nos dejó con una bandeja de emparedados y jugos, llegó Maite de un trabajo que había realizado en un afamado centro comercial, pasó por donde estábamos estudiando y después de saludarnos nos dijo. · Voy a llevar a Mamá a visitar una exposición de arte, pórtense mal · Esti: ¡Qué dices Maite! · Maite: Bueno que aproveches el tiempo, jajaja, no todo es estudio, jajaja · Yo: Nosotros nos portamos bien… · Maite: Por eso lo digo, espabila pardillo, jajaja Seguimos con nuestro trabajo, de hecho, avanzamos bien y para cuando Maite y tía Adela salieron ya estábamos terminando la serie de ejercicios. Tía Adela y Maite se despidieron y nos dejaron solos… apenas cerraron la puerta me puse intranquilo al igual que Esti, la que intentaba solucionar el último ejercicio totalmente desconcentrada… · Yo: Si quieres terminamos aquí, un ejercicio más o menos no hará la diferencia · Esti: No, lo haré, en la selección también estaré nerviosa. Esperé con paciencia que terminara el ejercicio, los verifiqué y solo tuvo problemas en uno de ellos, lo raro es que fue el segundo de los diez planteados. Terminada la revisión, me miró y me dio un tierno beso, acto seguido nos besamos cada vez con más pasión, por lo que mi temperatura iba también en aumento por lo que mis manos pasaron de la cintura al precioso culito de mi Esti, luego siguiendo por su cintura llegué a sus preciosas tetas. Ella no me reclamaba por nada. Inconforme con solo “franelearla” como diría un uruguayo o argentino, me propuse ir un poco más allá, por lo que comencé a desabotonar su blusa, entonces ella me detuvo con sus preciosas manos y me dijo: · ¡No tan rápido!, pardillo mío. · Yo: Pero quiero tocarlas, dije con una personalidad que hasta hacía poco no tenía. · Esti: Si bien soy modelo, no soy muy osada, necesito tiempo… para eso tienes a las otras chicas… · Yo: ¿Qué otras chicas? · Esti: Jajaja, no pensé que fueras un cínico, jajaja… Ani y Ceci, ¿¡o no!? · Yo: Bueno la verdad es que algo pasa con ellas… · Esti: Lo sé, me di cuenta hace tiempo… cuando te decidas me avisas, por ahora los besos están bien. Nos franeleamos casi media hora, yo estaba que estallaba de caliente, pero si bien Esti estaba que reventaba como yo, no cedió ni un ápice en que yo la desnudara, aunque fuese parcialmente, lo que si permitió es que yo tomase una de sus manos y la pusiera en mi abultado paquete, ella me besó con mayor pasión, pero no hizo nada más que mantener su mano sobre él. Cuando yo ya estaba bruto de caliente Esti se separó un poco de mí y me dijo: · Claudito, debemos calmarnos… ya no puedo más… · Yo: Esti, yo también, pero podríamos aliviarnos… · Esti: Me encantaría, pero soy virgen y aún no estoy lista… · Yo: No tenemos que llegar tan lejos, podemos aliviarnos mutuamente, me atreví a decir… · Esti: No me atrevo, pero lo pensaré… ¿cómo lo haríamos? · Yo: Tal vez nos podemos estimular mutuamente… · Esti: ¡Sí lo entiendo!, ¿pero cómo? · Yo: Bueno yo podría tocarte abajo mientras te acaricio las tetas y tu… bueno tú me pajearías… · Esti: No sé, lo tengo que pensar… Nos detuvimos y seguimos con lo que nos quedaba de tutoría, la verdad es que ya me dolían los huevos de tanto franeleo y poco alivio, por lo que me mantuve lo más quieto posible. Cuando me fui a casa aún no llegaban ni tía Adela ni Maite, por lo que en el portal de la casa al darle un beso de despedida tomé del culo a Esti y la besé con pasión, tanta que mi verga volvió a tomar un gran tamaño, y no contento con eso, subí mis manos a sus tetas y las amasé bien amasadas, tanto que ella me dijo: · Calma mi amor, que no soy de fierro. · Yo: Perdón Esti, es que me vuelves loco… · Esti: Tú también a mí, pero no puedes irte con tu cosa parada en el bus, jajaja Regresé a casa y más parecía un toro de lidia que un enamorado, estaba casi desesperado por lo recién vivido con Esti, entrando vi a Pau en el comedor estudiando, probablemente era historia, pues era de lo que flaqueábamos. Me miró haciendo un gesto de saludo, continuando con su tarea, pero como les dije, necesitaba más… Al verla trabajando en la mesa me percaté del profundo canalillo que se le hacía en las tetas y eso me enloqueció en segundos. Me acerqué a ella y me puse a su lado, en ese momento mi erección era total, y pese a que mi pantalón ocultaba parcialmente mi frenesí hormonal, tenía una gran carpa, y sin meditar ni un poco me incliné besando a Pau fogosamente.
Pau: ¡qué te pasa! Yo: Solo quiero saludarte Pau: ¿Solo eso?, dijo al mirar mi entrepierna Yo: Bueno la verdad es que quiero que me enseñes a besar Pau: ¿Aprender a besar?... ¿Esti te mandó caliente a casa?, jajaja Yo: Un poco, jejeje La tomé del mentón e inclinándome un poco la besé, ella cerró los ojos y recibió mi beso con apasionada ternura, luego se levantó y se colgó de mi cuello, aún ella sentada y yo inclinado la abracé y la estreché contra mí, acto seguido le metí mi mano por el canalillo de su blusa y sujetador, logré alcanzar uno de sus pezones y con mis dedos comencé a acariciarlos, el pezón rápidamente se endureció tanto como mi verga, Pau se levantó lo que me obligó a sacar la mano de su teta y nos abrazamos con mayor pasión.
En el estado en que me encontraba Pau debía de sentir una enorme presión en su pubis, pues yo si la sentía. Acto seguido la tomé de los cachetes de su hermoso culo, apretando más duro mi verga contra ella. Entonces Pau dejando de besarme me tomó de las manos y las retiró, intenté dejarlas en sus caderas, pero ella lo impidió girándose y escapando de la feroz apoyada que le había dado, agregando.
¡No!, soy tu hermana… es suficiente… Yo: Pero me gustas y sé que te gusto Pau: ¡No!, ¿es que no entiendes lo de hermana?… Solo es unos besos, algo físico nada más… Pau: Ya te dije soy tu hermana, es incesto para eso están tus chicas… Yo: ¡Pero te gusta!, no es algo malo, los césares y faraones lo hacían… Pau: Así como salieron con problemas de salud y algunos pervertidos… Yo: No tendríamos los problemas de salud si ese es el caso y sabes que no soy un pervertido, el hecho es que eres irresistible… Pau: No tergiverses las cosas, no debemos ni podemos … Mirándonos a los ojos la volví a besar, no hubo reacción alguna por parte de Pau, por lo que continuamos besándonos con los ojos cerrados, volví a estrecharla en mis brazos…. Pese a su pasividad, percibí como se apretaba contra mi hombría, Paula estaba gozando al percibirla en su coñito, sin dudas se calentaba pese a negarlo con sus palabras.
Como pude fui incursionando cada vez más y cuando mi agrandado paquete encajó completamente en su pubis, ella abrió un poco sus piernas y se sentó casi colgando en la mesa y yo por instinto comencé a moverme cadenciosamente para atrás y adelante. En ese momento la tomé de las piernas, para incrementar su apertura, apretándola contra mi verga que enloquecía bajo mi pantalón, le pegaba feroces embates para que sintiera como la deseaba... ya no era la primera vez en que pensaba en ella como una chica ¡y qué chica!... solo quería follarla.
Mi lujuria también despertó el deseo en ella, el sexo estaba tomando el control de nuestras mentes, literalmente otra vez estábamos follando vestidos… pero yo quería más, por lo que dejé cada uno de sus pies sobre una silla, para así liberar mis manos, acto seguido la tomé de su prieto culo y como efecto las apoyadas se intensificaron… ¡Mmm! el tener los cachetes de su culo en mis manos me volvía loco, por lo que traté de meterlas por el interior de su pantalón, cosa que era imposible, casi con desesperación intenté desabotonarlo. En eso ella me dice
Pau: ¡Para! ¡No!, no debemos Yo: Solo un poco Pau: ¡No me vas a violar! Yo: no, solo haremos lo que tú quieras… Pau: Entonces saca las manos de ahí. Yo: Bueno, dije con algo de pena. El desilusionante diálogo no bajó mi deseo por mi Pau, por lo que volvía a apretar su culo contra mi paquete y seguí con nuestro acalorado encuentro simulando follar vestidos… Pero en ese momento recordé una de sus enseñanzas, por lo que, de no poder hacerlo por un lado, hay que atacar por otro, solo se trata de buscar el punto vulnerable y sin dudas uno de esos puntos debía de ser las tetas de Pau, las que tenía en abundancia.
Dejé el delicioso culo que no pude alcanzar y subí mis manos a sus tetas para “franelearla”. Es así como comencé a amasarle las tetas, y al parecer si funcionaba ya que ella ahora me besaba con furiosa pasión, tanta que se le escapó
¡Mmm que rico… amásalas suave mmm sí!… Yo: ¿Así? dije mientras liberaba el broche del sujetador que apenas las contenía. Pau: No, no debemos hacer eso. Yo: ¿Por qué no? ¡tus tetas me vuelven loco! Pau: Eres malo, no debes hacer eso. Yo: No puedo evitarlo. La feble oposición de Pau era más que nada por lo poco de recato que le quedaba, acto seguido abrí su blusa y metí mis manos liberando sus deliciosas tetas, por primera vez masajeaba las con total libertad y directamente, mi verga dio un respingo y la liberé de su encierro mientras con mis labios alcancé sus pezones.
Pau: ¿¡Qué haces!?... Yo: Te doy besos en tus tetitas Pau: No lo otro… Yo: Me dolía tenerlo encerrado… Pau: Pero el roce con mis pantalones… Yo: Bájatelos… Pau: Pero la meterás… Yo: Te prometo que no lo haré…. Solo tocaré tus bragas, así no ensuciamos los pantalones Pau: Bueno, tienes razón... Me separé lo justo para que ella se sacara los pantalones, y tan pronto pude la seguí apoyando en su coño, cubierto solo por sus bragas, podía percibir su cálida humedad mientras mi líquido pre seminal fluía para una lucha que no se daría el día de hoy. Seguimos besándonos mientras yo amasaba y acariciaba sus tetas y pezones, pero nuevamente mi hermanita me dijo: · Paremos, ha sido suficiente. · Yo: ¿No podemos un poco más? · Pau: Solo un poco ya que estoy caliente · Yo: Yo también, por lo que… · Pau: No fuerces a tu suerte, me interrumpió. Paramos unos minutos después, cuando ya mi verga tenía totalmente incrustada las bragas de Pau en su coño y ambos delirábamos de lujuria, si no fuese por mi respeto a su negativa, la hubiese penetrado hasta el fondo… Si de casa de Esti venía hirviendo, ahora estaba que me moría de caliente, en eso Pau me dice: · ¿¡Podríamos bajar nuestra calentura!? · Yo: ¿Cómo? · Pau: Bueno pajeándonos · Yo: Claro, pero ¿qué hay de especial con eso?… · Pau. Bueno, yo te lo hago a ti y tú a mí… · Yo: ¿En serio… no bromeas? · Pau: No… · Yo: ¿Lo has hecho antes? · Pau. Bueno con mi último novio Tiago nos dimos mutuo placer una vez · Yo: Entonces enséñame… · Pau: Sentémonos en el sofá y cuidado con ensuciarlo. · Yo: Claro Nos sentamos uno al lado del otro, yo me bajé los pantalones y ella se bajó las bragas, y de pronto escupió saliva en su mano y tomó mi verga del tronco, para iniciar un suave pajeo, luego me dijo: · Pon tu mano en mi coño y acarícialo No tuvo que decir nada más, los dos comenzamos a masturbarnos uno al otro. El morbo de tener mi mano por primera vez en un coño, y no cualquier coño, pues era el de Pau, casi hace que me corriera de inmediato… tuve que esforzarme en no hacerlo, en especial considerando que sin ser una experta ella me estaba provocando gran placer… afortunadamente y diría que casi sin saberlo, comencé a tocarle su punto G o simplemente me topé con su clítoris, obviamente sabía de su existencia pero una cosa es saber del él y donde está, y otra es tocarlo. Un olor ocre que me embriagaba comenzó a salir del coño de Pau, no sé qué sería, pero me volvía loco, tuve que usar todo mi escaso autocontrol, para no saltar sobre ella, pero sí hice algo que ella no me había enseñado… cambiando de mano en su coño, seguí masturbándola mientras me giraba para comerle las tetas que aún estaban descubiertas. A poco andar ambos nos corríamos como berracos y derramábamos nuestros fluidos, apenas pudimos evitar dejarlos derramados por el sofá. Acto seguido en silencio nos compusimos como pudimos y en el mismo silencio, preparamos la cena la que comimos cada uno en su cuarto. La experiencia si bien muy excitante y sensual, también había sido abrumadora, por lo que creo que eso motivó a que no pudiéramos conversar de lo vivido hasta el otro día al desayuno. · Yo: Buenos días Pau · Pau: Buenas pardillo… · Yo: ¿Cómo amaneciste? · Pau: Bien, aunque me costó quedarme dormida… · Yo: En cambio yo dormí como un lirón. · Pau: No me extraña, dejaste mucha energía derramada por todos lados, jajaja Su última frase rompió el hielo que nos había cubierto desde el día anterior, por lo que no nos quedó más que reírnos. Controlada la gran risotada desayunamos con tranquilidad y hablamos de todo y nada acerca del colegio y nuestras opciones de carreras universitarias. Luego marchamos a clases donde el día transcurrió de forma normal. Por la tarde debía de ir a la tutoría con Cecilia, tal como costumbre llegamos a casa de Ceci y su hermana estaba por salir a sus actividades, por lo que nos dejó la acostumbrada bandeja de sándwiches y gaseosas, los que “devoramos” mientras trabajábamos en la tutoría. Fue un poco extraño que, durante todo este tiempo, no hubo caricia alguna, ni siquiera un mimo que revelase nuestra “complicidad”, la verdad es que no parecía para nada lo que habíamos vivido solo la semana pasada. Terminada la tutoría ella me miró sonriente como la vez anterior, los recuerdos me asaltaron, pero en esta oportunidad ya no me sorprendería, por lo que al voltearse para besarme… la estaba esperando y en esta oportunidad si bien su lengua invadió mi boca sin oposición, la mía inició una disputa por quien tomaría el control, acto seguido fui yo el que tomó la iniciativa y mi mano izquierda fue directo a una de sus tetas... · Ceci: ¡Uy! que osado, jejeje · Yo: No menos que tú… · Ceci: Bien relajémonos antes de que llegue mi hermana. · Yo: Todo menos eso Ceci. · Ceci: Es un decir, la entrenadora ayudante más de alguna vez nos ha dicho, que el sexo relaja antes de competir. · Yo: ¿¡En serio!? · Ceci: Sí y ahora quiero comprobarlo contigo. La franeleaba con pasión hasta que una de mis manos se introdujo casi por accidente entre su sujetador y una de sus tetas, sentí su pezón estaba inflamado tanto como mi verga… ella gimió de placer y lo demostró besándome con mayor pasión. En solo algunos segundos ella se levantó por un momento, sacándose la blusa y el doble sujetador que usaba para controlar sus hermosas y para nada pequeñas tetas cuando corría, debo decir que fue una sorpresa darme cuenta que tenía un buen par de ellas copa C probablemente… · Yo: Guau que lindas. · Ceci: Son talla 32C, incomodan mucho para correr… · Yo: ¿Por eso usa dos sujetadores deportivos? · Ceci: Sí, pero ahora no estoy corriendo, están libres, jejeje Debieron ser unos pocos minutos en que nuestra sangre hervía de deseos cuando ella se sacó sus pantaloncillos deportivos, conservando solo sus bragas y volvió a montarse a horcajadas, por lo que rápidamente comenzó a cabalgarme. Como pude me bajé mis pantalones conservando eso sí mis bóxer, todo era una marea de hormonas, hasta que sentimos la cerradura de la puerta de calle, yo me sobresalté pero en esta ocasión Cecilia pese a su agilidad felina no reaccionó ni salió de encima y sonriendo me dijo: · Ceci: Tranquilo es mi hermana · Yo: ¡Pero nos verá!… · Ceci: Sí, pero ella también necesita relajarse… además que es mi entrenadora ayudante, jejeje · Yo: ¿Qué? · Ceci: Ella me dijo que el sexo relaja, jejeje. · Yo: Pero igual es tu hermana… · Ceci: Lo es y si quiere relajarse con nosotros, ¿te molestaría? · Yo: Este, no… pero ¿que dirá? Tal como Ceci auguró, la que entró por la puerta era su hermana Laura, que se llamaba igual que su madre. Si bien “la pobre chica” luego de saludar, se sorprendió de ver a su hermana casi desnuda y montada sobre mí… No lo tomó a mal, la verdad es que solo yo estaba paralizado… no era miedo, tal vez pudor, pero me bajó un ataque de timidez, cosa que no era el caso de Ceci, la cual estaba más que acostumbrada a destacar y lucirse frente a la gente · Hola chicos, ¿Cómo va el estudio?... ¿¡Pero que hacen!? · Ceci: Hola Laura, muy bien y para tu información nos relajamos antes de la competencia. · Laura: ¿¡Están follando!? · Yo: ¡No Laura!... solo…. · Cecilia: Es cierto, aún no, pero quiero relajarme y como me dijiste, que el sexo es bueno para eso. · Laura: ¡Ahh!, veo que de vez en cuando me escuchas, pero ¡así y todo, debo decirte que estás loca!, ¿qué pasaría si mamá te viera? · Ceci: Tal vez estoy un poco loca, pero necesito relajarme, y mamá no vendrá hasta muy tarde… · Laura: Ya veo, jejeje, sonrió cambiando de sorprendida a algo diferente, luego agregó: Así no te relajarás nunca, falta un gran detalle, jajaja · Ceci: ¿Cuál? · Laura: Así como están no alcanzarán el orgasmo, jajaja, eso es lo que sí relaja... ¿eres virgen hermanita? · Ceci: Sí, pero… · Laura: ¡Mmm!, parece que tendré que enseñarles un par de cosas, jajaja, de otra forma quedarán super calientes, y no te relajarás, jajaja. Con una naturalidad abismante dejó su bolso deportivo en el suelo, se sacó su chándal y quedó con la sensual tenida de vóleibol, la verdad es que se veía preciosa, nos tomó de la mano y nos llevó al sofá de la sala… como yo estaba aún con los pantalones puesto, hice el ridículo al caminar tras ellas, pues parecía pingüino, traté de sacármelos, pero en vez de mejorar el tema lo empeoré, tanto que terminaron riéndose a carcajadas. Terminada mi poco digna caminata al sofá Laura cual profesora se puso a decir lo que haríamos Primero comenzó por decirle a su hermana
Sácate las bragas y siéntate en el sofá Ceci: ¡Me da vergüenza estar desnuda! Laura: ¿Por? Ceci: Porque ustedes me verán entera… Laura: ¿No es un poco tarde para eso?, este pardillo te tenía casi en pelotas, jajaja Ceci: Sí, pero tú y él estarán vestidos, o sea la única tonta como “Eva” seré yo… Laura: ¡Sácatela tú también!, me dijo a modo de orden Yo: ¡Oh!, si claro, pero ¿tú no?, atiné a responder Laura: Son unos mal agradecidos, más encima les voy a enseñar a como realmente relajarse y me tengo que “empelotar”, jajaja Ceci: ¿Entonces los tres a la vez?… Laura: Bueno pardilla, jajaja Comenzamos a sacarnos la ropa, yo con bastante vergüenza, pero Laura no se hizo problema y Ceci, bueno ella ya estaba casi desnuda
Ceci: Ok... Lista Yo: Yo también, dije con algo de vergüenza, pero totalmente excitado. Laura nos miró mientras se quitaba sus bragas y sujetador, tirándolas sobre un sillón, luego agregó:
Laura: Ceci, siéntate sobre un cojín con las piernas abiertas Ceci: ¿Y tú no? Laura: Yo también... Yo: ¿Y yo? Laura: Tú no, es hora de enseñarte a comer coño Yo: ¿En serio?, es que yo…. Laura: ¿Ya sabes comer coño? Yo: No, no sé Laura: Entonces arrodíllate frente a mí entre mis piernas… Ceci: Pero es a mí la que… Laura: Primero debo enseñarle… Ceci: Ah, claro... Laura y Ceci se rieron y yo también, claro que sin saber por qué.
Laura: Vas a pasar tu lengua por la rajita dijo indicando su coño. Yo: ¿De alguna forma especial? Laura: de arriba abajo y puedes usar tu imaginación… Yo: ¿Entonces puedo tocarte?… Laura: Claro, todo lo que quieras, mientras más caricias mayor placer. Ceci: ¿Y yo? Laura: Después de que el pardillo aprenda. Yo: ¿Y yo? Laura: Tú también, pero después de que le enseñe a Ceci… No seguí con mis preguntas y procedí a pasar mi lengua, el gusto ocre que invadió mi lengua al principio me desagradó, pero en la medida que saboreaba el coño de Laura me fue agradando tanto como también me iba excitando, su aroma era embriagador ¿serían las feromonas?
Laura: ¡Mmm!, sí, hunde más la lengua… mmm sí Ceci: ¿Estás excitada? Le preguntó a su hermana. Laura: ¡¡Mmm Sí!!… mucho! Yo: Yo también dije sacando mi cara de su coño… Laura: Calla y sigue, busca mi clítoris y juega con él, se tierno y no dejes de amasar mi culo… también puedes tocar mis tetas. Traté de hacer todo lo que ella me pedía, como poder darle el máximo de placer, pronto ella comenzó a mover su culo como queriendo profundizar mis lamidas y chupetones en su coño, era como si estuviera follando con mi boca. No podía ver mucho, pero si sentía los gemidos de Laura y estaba convencido que pronto se correría.
Ceci: ¿Te vas a correr? Laura: Sí, estoy remojada… ¿Quieres ver? Ceci: Ya veo desde aquí… Laura: Pero no sabes cuanto estoy de mojada, me refiero a si quieres tocar. Una dubitativa Ceci estiró su mano, y le empezó a tocar el coño a Laura, pese a que mi cara estaba entre las piernas de su hermana… Entonces pude mirar a las dos, Laura estaba con cara de putita a punto de correrse y Ceci sonriente miraba con una cara difícil de describir, podría decir que era entre asombrada y excitada… entonces dijo:
¡Yo también quiero! Laura: Espera que ya me corro Efectivamente de pronto Laura empezó a lanzar fuertes gemidos y apretó mi cara con sus piernas, como también trataba de llevar mi boca hasta el fondo de su coño, lo que por poco me mata de sofoco, su olor y sabor ocre, me invadió por la boca y olfato, entonces Laura comenzó a estremecerse espasmódicamente.
Laura: Uff, ¡que corrida!, te felicito pardillo, te graduaste de comida de coño, jajaja Yo: Gracias, pero casi muero en el intento, jajaja, además quedé con la boca y lengua cansada. Ceci: ¿Y yo?, si estás cansado no me podrás hacer nada a mí. Laura: No te preocupes, si no puede él, yo lo hago… Ceci: ¿En serio?, dijo abriendo los ojos… Laura: Sí con una condición… Ceci: ¿Cuál? Laura: Que tu noviecito me parta el culo… Ceci: No, quieres desvirgarlo… antes de que… Yo. ¿Quién dijo que yo era virgen? Ceci: No lo niegues, se te nota, jajaja Laura: Sí, tienes cara de pardillo virgen, jajaja Yo: Bueno es cierto, jajaja Laura: Ceci, para no discutir, yo te comeré el coño y luego relajamos al pardillo, más adelante lo cataré, jajaja…. Ceci: Bueno, cuando quieras… Laura: Bien, pero ahora haremos algo diferente. Ponte en cuatro sobre el sofá Ceci: ¿Para qué? Laura: Ya verás, jejeje El ver a Ceci en cuatro sobre el sofá me volvió burro de caliente, estaba como para partirle el culo, pero en ese minuto yo solo era un testigo de cómo Laura nos “educaba”. Es así como Laura corrió la mesa de centro y acomodando las piernas y el culo de su hermana se sentó en el piso y apoyando la cabeza en el asiento del sofá, metió su cabeza entremedio y atacó el coño de su caliente hermanita.
La lengua de Laura pasaba de abajo hacia arriba, la metía como un taladro, la verdad es que se desempeñaba mejor que yo en complacer a Ceci, yo por mi parte excitado, no quise seguir de espectador y comencé a acariciarle las tetas a Ceci junto con besarla profundamente, ella se dejaba llevar y solo interrumpía mis besos cuando ya no podía evitar lanzar al aire sus gemidos o su agitada respiración le demandaba tomar aire.
Sin querer ser reiterativo, dentro de mi calentura se me ocurrió acariciar el culo de Ceci, el cual era duro, abundante… ¡perfecto!... de pronto mis manos se toparon con las de Laura que también lo acariciaba, fue cuando Laura dijo:
¿Quieres que te meta el dedito en el orto, o prefieres que lo haga Claudio? ¡Sí! Respondió sin decir quién procedería, por lo que mientras su suspirado sí, aún flotaba en el aire, Laura trató de meterlo… Lo sé porque vi como su dedo se metió entre sus cachetes buscando el agujerito… Trató de forzar la entrada.
Ceci: ¡Ay eso duele! Laura: Perdón falta de lubricación Yo: ¡Yo lo hago!… Laura: ¿Sabrás? Yo: Sí, fue mi caliente y lacónica respuesta. Chupé y ensalivé mi dedo índice con abundante fluido y comencé a deslizarlo con la ayuda de mi saliva, pero no entraba, Ceci estaba con el orto apretado, pese a la comida de coño que le estaban dando… junté toda la saliva que pude y escupí en mi dedo y en el orto de Ceci y nuevamente empujé, cada vez un poco más… Su culo estaba muy cerradito.
Laura al ver que el ojete no cedía salió de entre las piernas de Ceci la que protestó, pero Laura la tranquilizó y sacando mi dedo del culo de Ceci, acercó su cara de puta al orto de su hermana…sacó la lengua, y bien despacito, le dio un profundo lengüetazo con la puntita de la lengua… Ceci dio un respingo y luego dijo:
¡Ahhhhh!!!... ¿Qué me hiciste? -Preguntó sobresaltada algo sobresaltada Laura: ¡Te pasé la lengua por el orto!... ¡para que te relajes y el dedo de Claudio entre! Ceci: ¿No te da “cosa”? Laura: No, jajaja, ¿por qué? Ceci: Es el culo…. Laura: Es otro de los agujeritos que nos puede dar placer, jajaja Luego comenzó a meterle el dedo en el orto mientras con su otra mano le pajeaba el coño… dado que yo no quería quedar fuera de la acción, mientras le acariciaba y amasaba una de las tetas a Ceci, tomé una de las de Laura y comencé a chuparle el pezón, ella riendo me dijo:
¿Quién te dio permiso pardillo? Yo: Es que pensé que te gustaría… Laura: Jajaja, ¡Me encantó!... ¡dale!, en el sexo hay que tener iniciativa y creatividad Por fin el dedo de Laura entraba y salía del orto de Ceci, la que ya no se quejaba y pronto comenzó a boquear y gemir su orgasmo que se acercaba galopante…
Ceci: ¡Me corroooo! Laura sacó su dedo y volvió a meterle la lengua en el orto, pero esta vez se la pasó por el Agujerito de arriba abajo y le dio un lengüetazo tratando de entrar en tan restringido laberinto, junto con llenarle el ojete de babita, luego tomó mi mano y condujo mi dedo al interior de su hermanita que se corría a gritos, saltando como una posesa y estremeciéndose del todo.
Ceci: ¡Ahhhh!.... me matan…. Laura: ¿Te gustó? Ceci: Fue re lindo. Laura: ¿Quieres que te lo haga de nuevo? Ceci: No, estoy muerta… Tal vez después…. Con Ceci derrengada sobre el sofá, Laura me besó con pasión y me agarró la verga pajeándola suavemente. Cuando la tomó creí morir, nadie antes lo había hecho, fue una sensación más allá de la usual de cuando uno se pajea, luego me dijo al oído que me pusiera de pie, lo que obedecí ciegamente. Apenas lo hice, ella se la zampó casi por completo…. Yo alucinaba al tiempo que luchaba por no correrme.
Fue cuando algo más recuperada Ceci se sentó en el sofá y al vernos exclamó:
¿Qué están haciendo? Laura con una naturalidad única se sacó mi verga de la boca, para decir:
Le estoy haciendo un felatio hermanita... Ceci: ¡Le estás haciendo ¿Qué?!... Laura: Le estoy comiendo el rabo, le estoy haciendo un pete, le como la verga…. Ceci: Ya entendí…. Laura: ¿Quieres aprender cómo se hace? Ceci: ¡Sí! Ceci se sentó cerca, y miraba como su hermana me comía la verga, moviendo la cabeza de adelante hacia atrás y viceversa…. Yo solo atinaba a acariciarle el pelo mientras recibía el mayor placer a la fecha vivido… no solo era las chupadas y besos que me prodigaba con su boca en mi verga, también era el morbo de ver como una chica preciosa que casi no conocía era la que lo hacía, sin contar que otra chica que me gustaba estaba a punto de comerse mi verga babeada por su propia hermana.
Ceci: Ya déjame a mí Laura: Ya casi… Ceci: ¡Yo también quiero!!!, Dijo, sintiéndose celosa. Laura: Okey, ponte como yo… Ceci: ¿Qué más? Laura: Fácil, es como chupar un helado de agua, claro que este no está frío, jajaja Ceci: Okey, pero espera un minuto, ¿algo más que saber? Laura: Sí, se puede correr, a algunas les gusta el sabor a otras no… Ceci: ¿Te gusta? Laura: Algo, hay que acostumbrase Ceci: Entiendo Cecilia se la metió en la boca hasta donde pudo, se trapicó y debió toser, por lo que Laura dijo que lo hiciera con calma y cuidara de no dañarme con los dientes. Una vez recuperada volvió a la carga y fue moviéndose de atrás hacia delante, chupando mi verga, la verdad es que una vez que le “tomó el gusto”, no había gran diferencia a lo que hacía su hermana.
Mientras Ceci me la chupaba Laura se paró a mi lado y me dio un morreo padre y señor mío, por lo que dejé de acariciar la cabeza de Ceci y comencé a amasarle las tetas. Las tetas de Laura eran un poco más grandes que las de Ceci, pero eran muy parecidas, o sea un placer poder tenerlas en mis manos.
De pronto Ceci se sacó mi verga de la boca, dos hilitos de baba le corrían por la comisura de los labios, me miró como pidiendo aprobación, por lo que la miré y le sonreí, una vez que captó mi satisfacción, volvió a acariciarme la verga con su lengua y retomó la mamada, que cada vez le salía mejor, o por lo menos eso me parecía.
De pronto sentí como me venía un tremendo orgasmo y como pude le dije a Ceci: Yo: Ceci me voy a correr… Ceci: ¿Sí? Laura: Sigue pardilla, para que se corra Ceci: Pero no sé si tragarla Laura: Si no te gusta déjalo que se corra en tus tetas. Ceci: ¡Ahh! bueno Se la volvió a meter y continuó chupando y lamiendo con toda la pasión de que era capaz, mientras su sonriente hermana le acariciaba la cabeza, era tal su faena que mucha saliva y líquido pre-seminal corría de su boca… lo hacía rápido como si la vida se le fuera en ello, dándome mucho placer.
Me corrooo, grité Ceci me dio una última gran chupada apretando sus labios contra mi glande, tronco y frenillo, de inmediato mi simiente brotaba a chorros, increíblemente no sacó la boca ni le dieron arcadas, solo se separó de mii verga cuando ya no me salía nada más y ya la dureza se perdía.
Laura: ¡Guauu! Te la tragaste toda… Ceci: Sí, tenía que probarla, es asquerosa, pero soportable. Laura: Te acostumbrarás Ceci: ¿Todas tienen el mismo sabor? Laura: No es que haya tragado muchas, pero sí, más o menos. Si ya estaba feliz porque casi había perdido la virginidad con la primera mamada que había recibido en mi vida, el hecho que fuesen dos hermanas las que chuparon mi verga y se tragaran mi leche, me tenía eufórico y si a eso sumamos las comidas de coño y caricias de tetas, mi calentura no bajó, sin dudas quería más… por lo que las levanté y tomándolas del culo las atraje hacia mí, nos besábamos con pasión, sus tetas se refregaban contra mi pecho, mientras mi verga volvía a ponerse dura…
Laura: ¡Uy!, veo que aún te queda fuerzas, jajaja Ceci: Laura, ahora tu podrías tragar su lechita, jajaja Laura: Eres una pervertida hermanita, pero creo que tienes razón, ¿te queda lechita Claudito? Yo: Puede ser, hay veces que me sale más de una vez… Las dos me miraron sonrientes y Laura se sentó en el sofá y me colocó en posición para darme otra mamada de verga. No tardó mucho en animarse y comenzar mientras yo le acariciaba el coño a una excitada Ceci que finalmente se corrió cuando su hermana me sacaba las últimas gotas de leche que me quedaban… Vaya con lo caliente que eran las dos hermanitas…. Si el objetivo era que nos relajáramos, este se cumplió cabalmente, tanto que cuando regresé a casa, saludé a mi hermana casi sin fuerzas, luego cené con ella y casi mudo me fui a la cama… nada de pedir lecciones u otra cosa