Venciendo mi Timidez

Claudio, un chico opacado por no encajar en la vida que le toca en el extranjero, regresa a España, donde con la ayuda de su hermana inicia el camino para vencer su timidez

VENCIENDO MI TIMIDEZ

Hola, después de mucho pensarlo he decidido escribir mi historia, no es que yo sea famoso o tenga dotes especiales, pero lo que he vivido últimamente me parece con el mérito suficiente para contarlo… no es que yo sea extraordinario… creo que fui y soy una persona casi normal, o eso pienso de mí… Pero antes me presento, me llamo Claudio, ahora tengo 21 años, aún vivo con mis padres y una hermana un año mayor que yo, y hasta hace muy poco tiempo atrás era muy tímido.

Dado que realmente creo que por fin he vencido mi timidez, les diré como sucedió. Mi deseo al escribir este relato es poder dar testimonio de mi experiencia, de cómo logré superar mis trabas y lo que les narro es casi a modo de hacer una catarsis. Además, más de alguno de ustedes, pasa o pasó por la misma experiencia.

Contrario a lo que algunos o muchos piensan, ser seguros de sí mismo no es fácil, ya aquellos viven o les es natural serlo… pero esa realidad no siempre es así y a muchos, no nos es fácil actuar con aplomo y osadía. El ser seguro de sí mismo no es fácil y no le es propio a mucha gente. Incluso hay libros de auto ayuda para vencer la timidez, que lo tratan, o por lo menos para permitir o facilitar el proceso; pero a mi juicio dentro de la ecuación, todo pasa por factores relativos a la propia naturaleza de cada uno, del ambiente donde uno vive y se desarrolla… del apoyo de sus seres queridos, y que tan distinto o semejante es con sus pares… claro que uno debe tener algo de fuerza de voluntad para superar las vallas que le pone la vida.

En el caso mío, todo lo mencionado estaba “en mi contra” o así lo pensaba y la fuerza de voluntad para vencer esas adversidades era casi siempre superada por los fracasos, incomprensiones y el poco apoyo familiar para poder vencer la timidez. ¡Sí!, para mí todo era cuesta arriba y el cambio fue gatillado por algo diferente y eso es lo que les narraré. Fue algo que sin pensar me motivó o impulsó a un cambio positivo, el cual hasta hace poco no lo encontraba, y como les dije me tropecé con él casualmente.

Para no dilatar más la narración les puedo contar que todo empezó cuando nací,… perdón, creo que partí de muy atrás, en todo caso algo de cierto hay en este inicio, pues mis padres pertenecían al servicio diplomático y en efecto nací en otro país, a lo que se suma que en un principio no fui muy deseado, estos dos hechos marcaron mi niñez.

Para partir en orden, lo dicho primero podría ser menor, pero el que mis padres fuesen del servicio diplomático hizo de mi vida un ir y venir de diferentes lugares y culturas, lo segundo lo digo basado en el hecho que ya habían tenido una hija preciosa. Paula es un año mayor, y a diferencia de mí, ella fue bien recibida ya que fue adoptada con casi un año de vida en Rumania (sin malas noches por cólicos infantiles o llantos de hambre). Mis padres la adoptaron al no poder tener familia después de más de 10 años de infructuosos intentos. La adopción de mi hermana mayor les trajo mucha felicidad y si bien tenían algunas complicaciones, la recibieron dispuestos a superar todo.

En fin, mis padres eran felices pese a que ya no tenían la total independencia que requerían para realizar sus labores de representarnos ante gobiernos extranjeros, sobre todo por lo pequeña que era mi hermanita y lo dependiente que era de ellos. Ellos estaban dispuestos a ese sacrificio, pero al poco andar, no serían más de dos meses de tener a Paula, que mamá notó que se sentía “extraña”, con náuseas, deseos de comer cosas raras, cambios de humor sin motivo… Pero no los tomó en cuanta por otros dos meses más, pues estaban tan desconectados con la posibilidad de un embarazo, que mi aparición en el mundo fue realmente una sorpresa, y por cierto no muy grata.

Bueno, si consideran que mi madre recién supo de mi existencia luego de casi tres meses de continuas náuseas y vómitos mañaneros, como también cambios de humor que mi padre consideraba de locos, y unas ansias desesperadas por comer como nunca lo había hecho… Era tal el trastorno, que finalmente ella fue a consultar un médico. Inicialmente cuando el galeno le consultó por la posibilidad de un embarazo, ella le contó que era imposible, ¡es más! no supo contestarle cuando había sido su última regla.

Mi sorpresiva llegada vino a agravar más las obligaciones de criar a una niña a la que se sumaba un niño. Como también otras complicaciones, como de ya no tener una bebé crecida, si no que uno muy pequeño que “jodió” en la barriga de mamá por 9 meses, el que después no le hizo la vida más fácil, y si a todo eso sumamos que mamá sufrió una severa depresión postparto, el resultado no fue el mejor.

Este inicio de mi vida creo que nunca fue realmente superado y se vio agravado con la etapa escolar, pues a diferencia de mi hermana que fue elegida, yo les causé muchos “problemas”. Es así, que a ella siempre la consintieron… ¿Cómo lo sé?, fácil: Paula solo asistía a colegios o instituciones para diplomáticos o para las elites del país donde residíamos, en cambio conmigo, por ser “hombre” iba a cualquiera que les “tincara”, “le diera el pálpito” ¡o que se yo!... aún cuando se caracterizaron fundamentalmente por ponerme en cualquiera que les quedara cerca de casa. Según ellos, así yo podría enfrentar el mundo de mejor manera, al tener una mente “abierta al conocimiento y culturas locales” de los lugares en que vivíamos.

Si bien esto valió la pena del punto de vista cultural, pues hablo fluidamente inglés, portugués, mandarín, griego y castellano, este último en varias “modalidades”, afirmo esto último, porque es muy diferente el chileno, del argentino, como del español. Hispanoamérica esta unida por un hermoso idioma y separada por el mismo, y eso tiene sus inconvenientes si eres el nuevo… siempre fui el bicho raro donde llegase.

Como les decía, mi vida y la de mi hermana fue itinerante desde el primer momento, cambiándonos de casa, colegio, idioma y amistades permanentemente, nunca tuve alguna relación o raigambre perdurable en el tiempo… No así mi hermana que funcionaba en “el sistema Diplomático” y era querida por todos incluyéndome… pero yo en cambio al ser el “nerd rarito” o “el local” como me dijeron más de una vez, apenas era aceptado por algunos. Ahora puedo decir que lo que no te daña te hace fuerte, pero las penurias te marcan… claro que, pensándolo bien, durante mi niñez para mí eso no fue un problema, pues pasaba encerrado en mi mundo imaginario donde todo era perfecto… sin embargo, eso afectó a mi socialización, pues el único contacto real y permanente con otros niños de edades similares fue mi hermana mayor… con la cual jugaba incluso a las muñecas. Pero hay una cosa buena en todo esto, Paula siempre fue el sostén de mis emociones, buenas y malas, como de mis logros.

Resumiendo, un poco, esta etapa que recién superé, era un sinnúmero de ciclos que se repetían, cuando ya me comenzaba a ambientar en algún lugar, o tener algún amigo, pronto me iba, dejando atrás todo. Estos ciclos eran terribles para mí, considerando que el esfuerzo de hacer amistades por mi naturaleza tímida, nunca me fueron fáciles y si agregamos el tema de los idiomas… ¡Uff!, era terrible. Eso hizo que mi carácter fuese reservado, casi huraño… lo que hacía más complicado hacer amistades, evitar peleas, sumar alegrías y dejar penas atrás. La estadía más larga en algún lugar fue de cuatro años y fue casi al principio de mi vida. Vale decir que siempre fui el alumno nuevo, el vecino nuevo, el gilipollas nuevo… el que no habla bien el idioma y al que hay que gastarle bromas.

Creo que el cambio para vencer la timidez y por ende vencer las trabas para poder relacionarme con gente, comenzó en China, o sea como a los quince años. Como la mayoría de los que visita un país tan diferente, todo era nuevo y relativamente complejo pero superable... el idioma y la escritura casi lo peor, seguido de las comidas. Lamentablemente a diferencia de la mayoría de extranjeros, yo no iba de turista, y esa realidad se presentó abruptamente al entrar a la nueva escuela que eligieron mis padres, donde nadie hablaba otra lengua que no fuese el chino mandarín. Como supondrán, pasé los seis primeros meses totalmente incomunicado, era el “waiguo” o simplemente el extranjero, claramente mi nombre nunca lo supieron o lo pudieron decir, pero mi estrategia de supervivencia me permitía sobrevivir en este inmenso y extraño país, con una cultura tan diferente a las otras donde había vivido… pero todo se complicó cuando comencé a conversar con una chica muy mona e inquieta… creo que tenía unos 16 años, ella en los recreos trataba de ser amable conmigo y conversarme, al principio no nos entendíamos pero su insistencia era insuperable. No puedo negar que aquella chica me era atractiva… menuda, de ojos casi negros que chispeaban cuando hablaba conmigo, la verdad lo que más me atraía era su dulce amabilidad y gentileza… aún la recuerdo con cariño, pues fue bondadosa. Sin embargo, ella más allá de tener algún deseo movido por los cambios hormonales de la juventud, diría que tenía mucha curiosidad por el “waiguo” y a mí me motivaba la necesidad de comunicación con otras personas. Aún hoy puedo afirmar que realmente no tuve intención amorosa con ella, y creo que ella tampoco lo tenía conmigo; piensen que nos entendíamos con gran dificultad, pero eso bastó para que otros chicos quisieran darme una lección por pretenderla. Fue una lección muy dura, pasé tres días en cama en un hospital y casi dos meses recuperándome de la fractura de uno de mis brazos. De la chica nunca supe más, pues mis padres me cambiaron de esa escuela a otra, a una que acudían los hijos de funcionarios del partido comunista (no a la de mi hermana); en la nueva mi problema de comunicación no cambió de inmediato, pero si cambió, además tuve la fortuna de que había clases optativas, entre las cuales estaba artes marciales. Esas clases no eran de un estilo en particular, usualmente eran impartidas por soldados del ejército o maestros provenientes de alguna organización gubernamental. Al no ser de un estilo en particular, podríamos compararlas a las artes marciales mixtas, así y todo, la filosofía oriental estaba impregnada en ellas, y cada mañana se hacían ejercicios similares a lo que ustedes conocen como “Katas”. Al respecto, puedo decir que no era muy malo, pero tampoco muy bueno, mi única ventaja era que era hijo de alguien importante. Claro que para mí fue un buen cambio, pues me trataban con respeto por el solo hecho de estar ahí, ya que como les dije, significaba que mis padres eran poderosos, pero seguía siendo alguien diferente a ellos, por lo que más de una paliza me llevé en el gimnasio, pero nunca tan grave como la que motivó el cambio. Luego de dos años de clases y prácticas, ya podía equipararme a casi todos en técnica y superarlos en envergadura… En cuanto al resto, podía hablar mandarín sin problemas, no perfecto, pero sí muy bueno, tanto que era el traductor oficial de la familia cuando íbamos a las tiendas y mercados, muchas personas se sorprendían que les hablara en su idioma, dado lo difícil que es, pero seguía sin tener amigos… Por otra parte, una cosa que también me ayudó a superar mis problemas, provino de algo totalmente inesperado… en esos dos años, me di cuenta que era seguido siempre por un sujeto que aparecía de la nada en cualquier sitio donde fuera, era como mi sombra… Siempre era el mismo, se podía decir que era casi un amigo o familiar, tan notoria era su existencia para mí, que una vez me di cuenta que se había quedado dormido en el autobús de regreso a casa, dado que me tocaba bajar lo desperté, jajaja. Él alarmado, quiso escabullirse, pero logré calmarlo y comenzamos a conversar, finalmente llegamos a un acuerdo y desde ese momento el me esperaba y acompañaba a todas partes. Tal era mi familiaridad que me contó como si fuera un secreto mortal, que él no solo era mi “agente de seguridad”, si no, mas bien mi “custodio”, creo que fue y aún es uno de los pocos “amigos” que he tenido. Alcanzada ya la condición fundamental de dominar el idioma, e impulsado por mi ya declarada revolución hormonal, la que vino con algo de acné incluido, finalmente me atreví y conversé con una chica muy linda… no sé si realmente partimos flirteando o conversando… la atracción era mutua, pero mi timidez no me permitía hacer algo más que hablar de trivialidades o caminar juntos... pasó el tiempo y yo no hacía nada más que hablarle, hasta que en una ocasión ella tomó la iniciativa de acercarse a mí más de lo usual (tal vez aburrida de hablar y caminar), momento en que con su tácita anuencia y dada su cercanía, por primera vez intenté darle un beso. Fue más un cabezazo que un beso, ambos quedamos paralizados, no saben lo difícil que me resultó tan solo volver a intentar hablar con ella, después de dicho golpe, me temblaba el habla, mi corazón se aceleraba y las mariposas en el estómago me asaltaban, por lo que comencé a tartamudear en mi ahora correcto mandarín… Ella luego del “golpe inicial” me sonrió y cerró los ojos, la besé suavemente, el sentir el roce sus labios con los míos fue un éxtasis, pero todo cambió cuando sentimos el carraspeo de una persona detrás nuestro, era uno de los maestros… de pronto ella me empujó y con su rostro enrojecido por la vergüenza salió corriendo, ante la mirada atónita de los pocos testigos de nuestro beso y la del maestro que nos observaba con cara de reproche, después supe que nuestro comportamiento era muy inapropiado. Claro que ese pequeño beso no lo olvidaré nunca, tal vez había sido torpe y ella escapó para no hablarme nuca más, pero fue mi primer beso y lo atesoro. Al respecto de mi primer beso, se corrió la voz en el colegio y otros chicos fueron muy críticos, tanto conmigo como con ella. Incluso esas críticas llegaron a mis padres, los que me dijeron “debes estar loco por acosar a una niña hija de un importante líder de la ciudad”, mi hermana mayor también adolescente, se reía y lanzaba algunas puyas, pues en su escuela predominaba las costumbres cristiano occidentales. Increíblemente el único que me comprendió y dio ánimos, era el agente de seguridad chino destinado a mi seguimiento, que como les dije, ya través de los años llegamos a tener cierta confianza y en más de una oportunidad nos hablábamos de nuestras vidas, creo que a esas alturas me conocía como se conoce a un buen amigo. Bueno hasta ahí llegó mi única osadía romántica en China, tenía casi 18 años.

Finalmente, por esas cosas locas del servicio diplomático, volvimos a España, una España que era casi totalmente desconocida para mí, pues había estado en contadas ocasiones y en la que solo había vivido en ella dos años completos, siendo muy pequeño. Por ende, debía volver a empezar, pero esta vez no como siempre, ahora mis complejos de ser distinto (que no lo era), estaban impregnado en mí. Además, a esas alturas de la vida, me consideraba feo, lo que me pesaban en el alma y eso de volver a relacionarme con gente nueva me mortificaba. El proceso de retorno fue uno más de los usuales para la familia, tal vez con la sola diferencia que ahora viajaría a un país donde ya hablo el idioma y conocería parientes, que si bien nunca había visto, esperaba que me trataran con afecto o simplemente respeto. El resto sería igual, o sea asistir a un colegio donde nunca había estado antes, no tendría ningún amigo, y menos un tema en común con los locales, los que han vivido una realidad muy diferente a la mía. Nuevamente mi mundo se tornaba del todo complicado. Mis padres, que con el tiempo comenzaron a preocuparse algo más de mí, sobre todo después del “incidente de la escuela china”, notaron que la noticia me afectó en mi comportamiento, se dieron cuenta de mi pena, y comenzaron a alarmarse… Entonces de un día a otro, me insistían que yo era lo mejor de lo mejor, y que en esta nueva etapa de mi vida todo sería perfecto… pero mi experiencia decía lo contrario. Ahora que lo pienso me doy cuenta que por ese motivo pusieron a Paula a que estrechara sus lazos afectivos conmigo y que me guiara en el proceso de retorno a España y también para salir de mi depresión.

La “Operación Retorno” se inició con nosotros, pues ellos aún tenían cosas que hacer y se debían quedar algo más de tiempo, especialmente por un tratado comercial que estaba ad-portas de firmar y porque nosotros, nos debíamos ir antes para alcanzar a entrar al segundo semestre del último año de la secundaria, esto era importante para lograr nivelarnos a nuestros compatriotas con los que encarábamos las pruebas de selección universitaria. Esta decisión también competía a Paula, la que, pese a ir más adelantada que yo y había terminado la secundaria, se sentía algo incómoda con el desafío y prefirió esa fórmula, pues al igual que yo, tenía vacíos para enfrentar tal proceso de selección universitaria. En el inicio de esta “Operación retorno”, por ser menor de edad, viajaría a cargo de mi hermana, la idea era que nos preparáramos en un colegio, para después dar los exámenes necesarios para ingresar a la universidad o sea la selectividad.

El viaje con mi hermana Paula fue largo pero tranquilo, como estábamos acostumbrados a viajar no fue para nada dramático, lo más excitante fue que tuvimos escala en Moscú, donde tomamos conexión a Madrid, ella como mi “tutora o apoderada” se burlaba de mi todo el tiempo, pero “en buena” por así decirlo, así y todo, estábamos un poco nerviosos, creo que por enfrentar nuevamente un cambio en nuestras vidas.

· Paula: ¿Te sientes emocionado de volver a la Madre Patria pardillo? · Yo: Sí… pero no soy pardillo… · Paula: Pero vas a mi cargo, jajaja. · Yo: Por poco tiempo… luego cumpliré los 18 y dejarás de controlarme, además la que estaba asustada del sujeto que te miraba en el aeropuerto de Moscú eras tú, y si no me pongo a tu lado te hubieses meado encima, jajaja. · Paula: Pero ¿quién no le tiene miedo a un psicópata? · Yo: Cierto, pero ese tío no lo era, solo te miraba lo linda que eres · Paula: Pero el tío era un viejo demasiado insistente. · Yo: Para ver la belleza no se tiene edad · Paula: Gracias por encontrarme linda hermanito. Llegamos a Barajas, donde nos estaban esperando nuestros familiares entre los cuales estaba mi tía Adela hermana de mamá y su familia, compuesta por Iñaki su marido, el hijo mayor de unos 25 años llamado también Iñaki o Nachito según ellos, Maite la hija del medio de unos 23 años y finalmente Estíbaliz de 19 años la más cercana a nuestra edad. El encuentro fue raro, nuestra tía y mi hermana se estrecharon en un apretado abrazo y comenzaron a llorar, yo más atrás saludando de estrechón de manos a los hombres y los consabidos dos besos de las chicas… yo estaba casi paralizado por el encuentro y esta “familiaridad”, cuando ya terminábamos esta extraña ceremonia, llegó un sujeto con paso presuroso, casi corriendo, ¡era el hermano de papá!, no cabía dudas, era casi un clon, estaba muy agitado por intentar llegar a la hora, era seguido a la distancia por el resto de su familia, o sea tía Julia, su hija Julita, la prima mayor de 24 años, Estefanía o Fani y su melliza gemela Sofía o Sofi, ambas de 22 años. Mi verga se endureció ante tanta belleza y curvas por doquier, sería tímido, pero tanto mis tías como mis primas me parecieron unas bellezas. Verdaderamente no sé si conocía a todos esos parientes antes. Creo que solo recordaba vagamente a la familia de mamá, que nos visitaron en Uruguay unos años atrás cuando yo era muy pequeño. La extraña ceremonia de saludos anteriormente descrita, se repitió con los recién llegados, con idénticas reacciones mías. En cuanto mi hermanita se recuperó de todas las lágrimas derramadas, partió conversando y contestando las preguntas de todos por los dos, luego de ello, nos llevaron a un hotel donde alojaríamos por unos días, mientras tía Adela la hermana de mamá buscaba la “casa perfecta”, donde viviríamos cuando nuestros padres llegaran. Dejamos nuestro equipaje en las habitaciones que eran contiguas y pese a lo cansado que estábamos, nos invitaron a almorzar a casa de mis abuelos maternos que vivían en la ciudad… la reunión fue de lo más cordial, mis primos nos bombardeaban de preguntas en un idioma que se asemejaba al que yo hablaba, pero con fuertes acentos que casi había olvidado, sin dejar de lado términos que no entendía, por ser propios de jóvenes españoles, mis respuestas en más de una ocasión les causó risas y más de una puya lanzaron contra mí, cosa que me avergonzó aún más si cabía. Algo más tarde nos regresaron al hotel para que descansáramos, por lo que me acosté casi vestido ya que no tenía ánimo de buscar mi pijama en la maleta. Antes de dormir en la soledad de mi cuarto, me puse a pensar lo buena que estaban mis primas y tías. Seré tímido, pero no tonto ni ciego, mi libido había despertado hacía mucho tiempo. Mientras amasaba a mi amiguito comencé un descarnado análisis preliminar de ellas. Por algún motivo que es inherente a mí, lo hice metódicamente, comenzando en cuanto a sus evidentes atributos físicos y la somera apreciación que tenía de sus caracteres. En la oscuridad de la noche y con mi afiebrada calentura al máximo, comencé a estimularme mentalmente pensando en tía Adela, ella tiene un bello rostro adornado de pelo y ojos oscuros, los que resaltan en su nívea piel, que enfunda un cuerpo que se notaba sin dudas muy duramente trabajado, en especial si pretendía sostener unas tetas grandes, en las que sus grandes y erectos pezones lograban hacerse notar a través de sus ropas; su cintura es breve, terminando en un perfecto culo, duro y levantado, el cual sin ser grande, se ve apetitoso. Le siguió su hija Maite, de idénticas cualidades que su madre, pero con unos ojos azules como los de mi tío, que destacan en su bronceado caribeño, el que logró en el último viaje como modelo de una importante agencia madrileña… por lo curvilíneo de su físico, suponía que era modelo de bañadores o lencería, pues las modelos de ropa son delgadas y no tienen “carne” ni para hacer una hamburguesa… Eso sí, Maite no se ve tan explosiva como su madre pues es más alta que mi tía, diría que, alcanzaba 1,75 metros, lo sé pues es algo más baja que yo… luego me detuve inextenso en mi prima Estíbaliz, la que solo es un poco mayor que yo, ella es una copia juvenil de Maite, pero indudablemente más simpática y jovial, como también algo más alta, por lo que sus curvas pasan un poco más desapercibidas, la verdad es que ambas son dignas de posar para alguna revista como deportes ilustrados o algo más eróticas Es así como, pensando en ellas me comencé a pajear suavemente, ya que mi verga se endureció con tan solo pensar en sus cuerpos… pese a recordar tanta belleza, trato de conservar la calma y buscando dilatar mi clímax, por lo que me detengo y llevo a mi imaginación a realizar un profundo análisis de la familia de papá… Para Analizar a la familia de mi padre, empecé con tía Julia de 42 años, por lo que aprecié, ella es una mujer bastante segura de sí misma, de un físico espectacular, parecido al de tía Adela, con algo más de tetas, pero menos culo, en todo caso ¡bellísima! Luego está Julita mi prima mayor de 24 años, la más voluptuosa de todas, con unas tetas y culo impresionante que sabe destacar sutilmente, lamentablemente ella es de las más petulante de todas, pero en fin yo la imaginaba comiéndome la verga y para eso no se necesita simpatía. Después estaban las mellizas de 22 años, las que, si bien eran casi idénticas, diferían mucho en cuanto a simpatía, donde Estefanía o Fani, se destacaba por ser muy amistosa y Sofi tan pesada como una “vaca en brazos”, por lo que le seguía los pasos a su hermAni mayor… sin conocerla mucho, diría que la imitaba en “todo”, obviamente las mellizas eran lindas. Pero el sueño me estaba venciendo, por lo que tuve que apurar mi paja, desatando mi lujuria junto con mi imaginación, por lo que pronto todo se transformó en una orgía familiar, donde las tetas y culos de mis tías y primas se mezclaban con mis tirones de verga, me corrí como hacía mucho no lo hacía. Tenía tanto de donde elegir que empecé por las que me caían más mal, es así que una de las primeras fue Fani, la que se recostó de espaldas sobre mi cama. Me puse de rodillas entre las piernas de mi hermosa prima, luego le bajé una tanga negra que apenas le tapaba un abultado monte de Venus, pasé mi lengua por su rajita, mi sueño era tan vívido que pude comprobar lo empapada que estaba… su sabor despertó en mi el deseo de comerle el coño con furia, por lo que repasé mil veces mi lengua por ese coño empapado y pese a que nunca había catado uno, el potente sabor que tenía la vagina de Fani me volvía loco, y como un animal sin razonamiento, comencé a comerle todo lo que había allí, a la vez que metía un dedo a su interior.

Fani: ¡Ahhhhhhh sí primito, sí, me matas, eres lo mejor! Sofi: Primito, no te olvides de mí, dijo posicionándose de rodillas a la altura de mi boca muy sonriente. Yo: No me olvido de ti, primita… si quieres cómeme este enorme pedazo de carne, le dije mencionando mi verga Sofi: ¡Mmm que bueno primito!, primero te la comeré y luego espero que me folles la boca Sofi en menos de un segundo se metió mi verga en el interior de su boca, la tibia humedad de su interior me envolvió, sentí como sus labios y lengua me daban un placer increíble.

Yo: Gracias por la bienvenida primita ¡Mmm eres muuuuy buena primita, Ahhh!. En tanto, Tía Julia le ordenó a Sofi y Julita que se pusieran de rodillas frente a ella y se besaran como “buenas hermanas”. Ellas obedecieron, cerrando los ojos y besándose como si lo hubiesen hecho muchas noches con anterioridad a esta ocasión, mientras su madre rebuscaba algo entre las cosas de su bolso, por otro lado, escuché con claridad como otra de mis primas decía.

Estíbaliz: Te amo, Maite, y amo tus besitos, dijo a unos pasos de mí, donde se estaban deleitando entre ellas. Y a mí me encanta tu lengüita traviesa, hermanita respondió Maite a Estíbaliz. POR mientras la lengua de Tía Adela se introducía entre los labios de sus preciosas hijas que estaban magreándose desnudas, mi imaginación era tan vívida que podía sentir las la midas y chupadas de este trio de ensueño, deseaba estar allí para meter mi verga entre sus bocas, pero mi verga estaba ocupada por mis otras primas…

Sofi y Tía Julia tomaron un tremendo consolador negro entre sus manos, se sonrieron mutuamente, y empezaron a lamerlo tímidamente al principio, y luego con gran intensidad, mientras mis manos se deslizaban por sus eróticos cuerpos, era como si yo pudiese estar en todos lados a la vez. Por su parte Julita, cual actriz porno se agarraba las tetas lamiéndose los pezones, mientras yo continuaba con mi vista en el otro trio… de pronto Julita se montó sobre mí para ser penetrada, sin dejar de chuparse las tetas.

¡Ahhhhh, sí, qué rico!, métemela hasta el fondo decía mientras me cabalgaba Litros y litros de mi leche fueron a parar a…. las sábAnis… en vez del interior de mi prima, la verdad es que hubiese preferido que fueran los rostros y tetas de mis seis “insaciables parientas”, pero la realidad era otra... No sé a qué hora me dormí la verdad es que estaba agotado y la feroz paja que me había dado terminó por extinguir mis fuerzas, por lo que me quedé todo pringado y no me importó.

Al otro día me desperté a eso de las 09:00 horas y pese a que mi pijama mostraba rastros de leche seca, pensé que no se notaría mucho, por lo que no me importó demasiado… es más, tenía hambre y quería desayunar con Paula, y sin más remordimientos, me levanté para llamar tímidamente a la puerta de Paula, la que después de un rato me abrió con cara de sueño… ella vestía un pequeño pijama que sin ser osado, me revelaba lo buena que estaba… pese a que lo sabía de antes. No piensen que yo me pasaba rollos con mi hermana, nunca había reparado en demasía en aquello, que les puedo decir, pero de que es bella lo es, y si no fuera mi hermana, también hubiese participado en mis sueños. Ella me miró con cara de pregunta y me dijo: · ¿Qué quieres pardillo a esta hora de la madrugada? · Yo: Tomar desayuno y ya pasaron las 09:00… · Pau: Vete a joder a otro lado…. Aún tengo sueño…. ¿no sabes del Jet lag? · Yo: Sí, pero ahora serían las tres de la tarde en casa y tengo hambre. · Pau: Okey espera un momento que me duche y vamos. · Yo: Me ducho y estoy listo. ¿Después puedo esperar aquí? · Pau: ¿Y tu habitación? · Yo: Estoy solo en ella. · Yo: Bueno dúchate y entra cuando estés listo, pero nada de estar mirando donde no debes, solo la Tv. · Yo: ¿¡Oye quién crees que soy!? · Pau: ¡Hombre!, jajaja Me duche como los bomberos, o sea muy rápido y apenas pude volví al cuarto de Paula a mira la Tv… pensé en fisgonear, pero me contuve, por lo que volví a centrarme en la Tv… no entendía los programas españoles, por lo que me puse a ver películas en inglés, enganchando con una de acción muy entretenida, cuyo protagonista era Jackie Chan, “The Spy Next Door” o “El Súper Canguro” según los avisos del cAnil (extraño nombre para España). Mientras la veía escuchaba la ducha donde mi hermana como de costumbre se demoraba una eternidad, por lo que golpee la puerta para insistir que se apurara, finalmente Paula a instancias mías, salió rápido del baño, según ella… Me dijo que fuera a mi cuarto mientras ella se vestía, pero me negué, la verdad es que salió del baño en ropa interior… no podía creer lo que vi, en el año que no la había visto en bikini, sus tetas habían crecido, sus caderas y cintura ahora se diferenciaban… estaba de “comérsela”. Al ver mi expresión ella tomó una almohada y me la lanzó conminándome a mirar la Tv… Les juro que traté, pero mi instinto era superior a mí, por lo que disimuladamente seguí viendo la película con un ojo puesto en ella. Finalmente, a las 09:45 bajamos a desayunar, mi hermana se veía preciosa con sus jeans ajustados y una camiseta deportiva con cuello que no la dejaba disimular sus curvas y en especial sus grandes tetas. Casi nos dejan afuera del desayuno, pero el encargado y otros se fijaron más en ella que en la hora, incluso muchos clientes la miraban descaradamente, tanto que a contar de ese minuto me comenzó a molestar. Terminado el desayuno aprovechamos la mañana de pasear por la ciudad, la que era casi desconocida para mí, por lo que tomamos un tour de esos que pasan por diferentes paradas de interés turístico en la ciudad y uno se baja donde le plazca. Almorzamos algo ligero, momento en que supe que mi almuerzo es la comida para los locales y lo que es la comida para mí, es la cena. En la tarde acompañaríamos a tía Adela a visitar casas para nosotros y nuestros padres, por lo que fuimos a su casa desde donde salimos. El verla en vivo y directo como dicen en la Tv me causó una erección que intenté disimular con el mapa de la ciudad que tenía en mi mano, la verdad es que tía Adela es preciosa y pese a su edad la encontraba una mujer deseable, lo que muchos definirían como una verdadera MILF, ahora viéndola nuevamente podría decir que se parecía a una madura Veronika Zemanova. No sé cómo la miraría, pero Paula me dio un codazo en el estómago y me dijo al oído que dejara de mirarla así… ¿así como?, pensé, pero no le repliqué. Hicimos seis visitas a diferentes casas, todo marchó bien, incluso nos llevó a compara algunos cuadernos y libros para que asistiéramos a clases al lunes siguiente, cenamos con ella y después nos dejó en el hotel. Apenas llegamos a nuestro hotel nos fuimos a dormir, me puse el pijama y si bien estaba muy cansado, nuevamente antes de hacerlo comencé a divagar en lo que vivía… pero no pasó mucho tiempo antes de que comenzara a recordar lo vivido en el día, de eso a comenzar a pensar en mis parientes, en especial en mi tía Adela, fue solo un instante… pues habíamos estado varias horas con ella y recordar su escote, su vestido ajustado que delineaba sus caderas y cintura, que resaltaba su culo y tetas… un solo pensamiento, una simple neurona conectándose a otra… ¡mi tía era una mujer eróticamente atractiva!... Ya con solo eso comencé a calentarme completamente. Pero en esta oportunidad me pasó algo diferente, pues casi sin pensarlo incluí a mi preciosa hermana…. Soñaba que tenía a tía Adela en tetas pajeándome, al tiempo que invitaba a Paula a sacarse su blusa y sujetador, ella al principio no quería, pero pronto cumplía lo solicitado por tía Adela que ya me chupaba el glande y se liberaba de sus prendas… ¡Uhmm!, las tetas de mi hermanita eran tremendas, tan tremendas que podían rivalizar con las de tía Adela, por lo que a insistencias mías entre las dos me realizaban una paja cubana mental, por lo que ahogando el nombre de Paula en un tremendo orgasmo, fui corriéndome profusamente en la toalla del hotel, la que ahora tenía a mano para evitar quedar pringado como el día anterior. El pensar en tía Adela y Paula me colmaron de morbo, lujuria y finalmente placer, les juro que en mi mente podía sentir sus tetas acariciando mi verga, incluso diría que podía tocar sus pezones, los que imaginaba grandes y sonrosados, mi afiebrada mente volaba hasta que una vez más derramé toda mi leche… con la ventaja que lo hice sobre unas toallas y no sobre mi pijama. Una vez aliviado de mi calentura, me dormí agotado por el ajetreado día. Los pocos días que quedaban hasta entrar a clases fueron parecidos, con la excepción del sábado previo al colegio, en que nos juntamos con nuestra “nueva familia” (por lo menos para mí) … como siempre no hablé mucho con ellos, pero si miré mucho a ellas… las seis, perdón las siete, todas ellas eran unas diosas escapadas del Olimpo, pero no me atrevía a decirles algo de lo que me fuera a arrepentir. Sin saber cómo, ni darme cuenta de algo, el mundo de las chicas se habría lentamente ante mí, ahora podía afirmar que ¡definitivamente me gustaban las chicas!, aún cuando todavía no les podía hablar. Algo en mí había cambiado y las miraba a todas, no solo a las de mi familia, si no, que también, a las que se me cruzaban en la calle, las tiendas… el supermercado, o sea en todas partes, tanto que Paula en una oportunidad me dijo: · ¡Está buena esa tía rubia de ahí!, señalando a una chica que yo miraba. · Yo: Ehhh… ¿cuál? · Pau: No te hagas el pardillo, jejeje, que incluso eso no te resulta, jejeje… esa de las tetas grandes. · Yo: Bueno… ejem… sí está muy linda… · Pau: Buenorra diría yo, jejeje · Yo: ¿Te fijas en las mujeres? · Pau: Sí, pero en una forma diferente a ti. · Yo: ¿Cómo?, no entiendo · Pau: Yo miro a la competencia…. tú a los potenciales objetivos, jajaja. · Yo: Tú no tienes competencia alguna. · Pau: ¿En serio... eso piensas de mí?... · Yo: Eres tan linda que ninguna se te compara Paula… ¡increíble, con mi hermAni no era tímido! · Pau: ¿Y qué dices de tía Adela?… · Yo: Es mi tía… · Pau: Sí, pero la desvestías con la mirada… · Yo: ¡Nooo!… solo es que… no quería mirarte solo a ti… · Pau: Gracias hermanito, eres todo un galán. Mi primer día de clases llegó, luego de una frenética búsqueda de la casa ideal la que aún no encontramos, por lo que seguíamos en el hotel y como no sabíamos aún dónde íbamos a vivir, con acuerdo de mamá, nuestros tíos nos inscribieron en el mismo colegio privado que acudía mi prima Estíbaliz, la que al igual que nosotros, llegaba al último año de secundaria, luego de que ella se atrasara por estar aprendiendo inglés en una escuela de idiomas seleccionada por una agencia de modelaje de los Estados Unidos. Por supuesto que como ya era una costumbre, llegué como pollo en corral ajeno, la verdad es que, pese a que Paula llamó a Estíbaliz para quedar con nosotros en la entrada… a la hora indicada la esperamos, pero no la encontramos. Nuevamente mis temores a la orfandad y el rechazo se agolparon en mi mente, pero después de un rato me autoconvencí de que ahora sería diferente y gracias al apoyo de mi linda hermana, entré con aplomo y serenidad, tal como si yo fuese a ese colegio de toda la vida, debía hacer frente al mal tiempo con buena cara. Entré y hablé con una señora que estaba a la entrada, mientras mi hermana seguía buscando a Estíbaliz con la vista. El enfrentarme a la persona de la entrada me tembló un poco la voz, pero ella amablemente me escuchó con atención y luego nos indicó que fuésemos a las oficinas administrativas y que pidiéramos hablar con alguien de docencia, y así lo hicimos. Al llegar al lugar indicado, la secretaria del área me atendió con mucha amabilidad… era una rubia muy bella de unos 40 y pico años, de un cuerpo que llamaba a la lujuria; no muy alta pero sí muy atractiva, ¿Qué pasa en este país que todas son tan voluptuosas comparadas con las chinitas? En mi primer encuentro con una adulta que no fuese mi familia me puso nervioso, pero ella fue muy amable, pasándome una ficha para mí y mi hermana, donde debíamos consignar algunos datos más de los ya aportados previamente… esperó con paciencia a que las rellenáramos, para llamar a su jefa y presentarnos a la Directora del establecimiento, la que resulto ser otra mujer de bandera, la que increíblemente también era otra rubia de edad madura de gran belleza y una presencia espectacular, como yo diría, digna de una paja particular. Fue la misma Directora la que nos llevó a los salones de clases que nos tocaba, en el trayecto nos comentó que estaba feliz de tenernos, que como excepción no iríamos a clases diferentes aún cuando veníamos de escuelas diferentes teníamos el mismo nivel, pronto llegamos al aula a la que debíamos llegar y abrió la puerta, al entrar interrumpimos el inicio de clases, ella sin inquietarse se dirigió a la maestra que estaba en el salón, una pelirroja de ensueño, no muy alta, pero voluptuosa, e incluso casi tan tetona como tía Adela (las chinas no lo son, jejeje), y les dijo a todos: · Señorita Betty y chicos, les presento a Claudio y su hermana Paula, son hijos de diplomáticos españoles que retornan al país, además de lo linda que es ella y lo apuesto que es él, son chicos muy inteligentes, y hablan varios idiomas, en otras palabras, nos darán prestigio a este Colegio, espero que los recibáis bien. · Yo: Bue… buenos días… · Paula: Hola a todos, es un placer conocerlos, espero que nos llevemos bien. · Profesora: Bienvenidos, Claudio siéntate al lado de Ani, que es la presidente de curso, ella te pondrá al día de lo que hacemos y tu Paula al lado de Benjamín, que es el primero en notas. · Paula: Gracias Miss Betty, ¿pero puede ser al lado de Estíbaliz? · Profesora: ¿Se conocen? · Paula: Sí es mi prima. · Voz Anónima: ¡Uy joder, toda la familia es linda! · Curso: Jajaja · Profesora: ¡Compórtense chicos! · Ani: Ven aquí, dijo sonriendo una chica muy linda sentada cerca. Desde el principio me puse rojo como tomate, no solo por la presentación si no que, por todo, tanto que otra chica que se dio cuenta, se lo comentó a otros del curso en voz risueña, algunos rompieron en risas, por lo que Miss Betty los hizo callar. En ese momento descubrí que estábamos en la clase de física, la que para la mayoría no era muy entretenida, afortunadamente la entendía del todo, aun cuando algunos términos los conocía por nombres diferentes. Los pocos términos o explicaciones que no comprendía en el español, tan poco usado por mí los preguntaba, pero en resumen entendía la materia que enseñaban sin dificultad, pues los había pasado hacía un año o más, pero con tanta pregunta que hacía, para alguien que no me conocía podría parecer que no los sabía, en eso miss Betty me pregunta: · ¿Claudio podrías definir los tipos de átomos que hay y donde encontramos el detalle? · Yo: Eh…. es… perdón son 110 y están en la tabla periódica, aún cuando hay algunos que dicen que son más, llegando incluso a los 200. Pese a lo simple de la pregunta, me puse nervioso y titubeé al responder. · Miss Betty: ¿Muy bien y que es el peso atómico? · Yo: Eh…mrmrmr… es la masa atómica o peso relativo de los átomos de los distintos elementos, por ejemplo, el peso atómico del carbono es 12. · Miss Betty: Muy bien, toma asiento, no es necesario ponerse de pie para contestar, dijo ante las risitas de la clase, entre ellos los de mi prima Estíbaliz y de Paula. Las preguntas eran básicas de cursos inferiores, pensé que la dichosa Miss Betty estaba viendo que tan ignorante era. Finalmente, el timbre para recreo sonó como campana salvadora. Salí de la sala casi como alma que se lleva el diablo, sin mirar atrás cuando en eso mi “tutora” Ani me detiene del brazo y me dice · ¿A dónde vas?, tenemos que hablar, dijo mirándome seriamente, debo confesar que sus ojos verdes me cautivaron, son hipnóticos. · Yo: Ehh… pero… ¿Para qué? · Ani: Para que te ubiques pardillo, jejeje · Estíbaliz: Ani, deja en paz a mi primito, jejeje, es un pardillo semisalvaje que no está acostumbrado a los españoles, jejeje, le dijo apareciendo por fin. · Ani: Por eso mismo debe hablar conmigo. · Estíbaliz: Yo también quiero participar para no pasar vergüenzas por ser su pariente, jajaja. · Ani: Si se deja moldear por mí, no las pasara, jajaja. Así pasé mi primer recreo… sin casi hablar, escuchando miles de recomendaciones y datos, muchos de los cuales eran de los más insólitos a los más raros, mientras Estíbaliz hablaba con Paula… No había que ser sabio para afirmar que muchos eran para joderme la vida. La siguiente clase con otro docente, fue similar, las puyas no se hicieron esperar y como el profesor las apoyaba, y gozaba con ellas, el desorden era evidente. Me llegaron papelitos y otras cosas mientras el profesor miraba la pizarra, mi furia se fue acumulando, pero no dije nada, nuevamente me sentía un paria, y ese sentimiento no pasó hasta llegar al siguiente recreo; momento en que fui nuevamente interceptado antes de huir de todos por mi hermana, mi prima y la Presidente de Curso. Prácticamente todo el día lo pasé siendo adoctrinado por la preciosa Presidente de Curso y mi prima, ante la pasividad de Paula, lo único bueno es que estaba con dos chicas preciosas, a las cuales solo les contestaba con monosílabos, bueno en verdad con tres chicas preciosas si incluimos a Paula, así fueron pasando los días y mi personalidad estaba casi opacada por las dos féminas, perdón por las tres féminas, las que se creían mis instructoras de comportamiento cristiano occidental. Los días eran casi iguales, pajas más, pajas menos, lo único que rompió esa monotonía fue que el jueves, al llegar al hotel, teníamos un recado de nuestros padres, diciendo que llegarían casi en un mes más, dado que aún estaban trabajando en un acuerdo relativo a un tratado de cooperación tecnológica entre China y España, por lo que deberíamos encargarnos solos de armar la casa con los muebles que llegarían vía marítima en un par de semanas. Cenamos con algo de tristeza en el restaurante del hotel, ya que pese a la insistencia de tía Adela y Julia, no íbamos todos los días a casa de los parientes, para no molestar y sentirnos los suficientemente libres para respirar sin ser agobiados por tía Adela o tía Julia… mientras devoraba mi plato en silencio, mi hermanita me miró con la típica cara que ponía cuando se preocupaba por algo. · ¿Te pasa algo Claudio? · Yo: ¿Por qué preguntas? · Pau: Ay hombre contesta lo que pregunté y no me des evasivas con otra pregunta. · Yo: ¿Por qué esa preocupación? · Pau: Te respondería que por que estas a mi cargo, pero la verdad es que me preocupa verte así. · Yo: La verdad es que estoy en un problema…. · Pau: Vamos dímelo, tal vez te pueda ayudar… · Yo: Es Ani, me trata como un párvulo, pero no lo soy y le hago caso solo porque…. me gusta, pero no sé cómo decirle. · Pau: Mmm, eso es fácil, habla con ella cuando estén solos y te declaras. · Yo: Es que realmente ¡no sé cómo hacerlo! · Pau: Bueno eso sí es un problema, pero creo que te puedo ayudar, no es que sea una experta, pero tuve un par de noviecitos que me perseguían bastante. · Yo: ¿En serio? ¿Cuáles de los chicos eran? · Pau: ¡Oye que cotilla! Bueno uno era Mark y el otro Tiago…. · Yo: ¡Mírenlos! con la cara de gilipollas que se veían, jejeje. · Pau: Oye no te burles, eran más osados y menos pardillos que tú. · Yo: Eso es cierto…. ¿Pero cómo me vas a ayudar? · Pau: Mejor hablemos en mi habitación, ahora tengo que disfrutar el postre. · Yo: Bueno, pero más que disfrutar, lo devoras, jajaja · Pau: De cuando tan civilizado, jajaja Subimos a nuestras habitaciones, luego de un raro nos juntamos en la de ella, pues Paula decía que la mía era una “osera”, al sentarme a su lado, ella me preguntó que sabía de Ani la Presidente de Curso, y si había notado algo en ella. La verdad es que yo no sabía mucho y no había notado nada…. A lo que ella me respondió. · Jajaja, típico de los hombres, no notan nada y no saben nada, son unos capullos. · Yo: ¡Oye!, ¿vas ayudarme o burlarte? · Pau: Ayudarte, pero no me será fácil, jajaja. Primero me explicó cómo se comportaban las mujeres, o eso intentó, pero como única conclusión descubrí que ellas piensan “de lo más extraño”, ya que las chicas quieren que los hombres adivinen lo que ellas sienten en base a señales de lo más confusas. Por otro lado, nosotros los hombres esperamos a que ellas nos lo digan o lo evidencien en forma clara, lo que es un gran problema, pues sus comunicaciones no son claras o poco distinguibles. La verdad es que creo que me será muy difícil poder entenderlas o comunicarme con las féminas, ya que ciertamente yo no entendía lo que quería que hiciese mi hermana. Ella se dio cuenta de esto, luego que le pedí aclarar todo, pues me perdí en sus explicaciones, especialmente cuando llegó al tema de los gestos corporales; ahí dejé de entender lo poco que había entendido. · Pau: Mira capullo, tú debes primero hablar con ella e interesarte en lo que hace; cuáles son sus motivaciones, que le gusta, todo es básico para poder agradarle… debes tener algunas cosas en común, de otra forma es mejor que no lo intentes. · Yo: ¿Pero qué cosas en común podríamos tener ella y yo? · Pau: Muchas más de lo que piensas, por ejemplo, música que le gusta a ella, a mí pese a lo antigua que es su música, me gusta Mocedades... · Yo: A mí también, porque era lo que a nuestros padres le gustaba y la escuchábamos todo el santo día, jajaja… pero también me gusta Luis Fonsi. · Pau: También a mí, ves que puedes tener cosas en común… también pueden ser los deportes, a mí me gusta el atletismo y la natación. · Yo: En eso somos iguales, pero también me gustan las artes marciales. · Pau: Bueno, así vas construyendo la relación, también debes ver por qué quiso ser la Presidente de Curso, y todo lo que a ella la motiva, eso les permitirá ver en cuanto coinciden. · Yo: Pero ¿qué hay de la atracción? · Pau: Bueno eso debe existir, pero siempre es flor de un día. Lo importante es que esa atracción vaya junto con los gustos; volviendo al tema en nuestra relación, ambos nos amamos, pero con eso no es suficiente, tenemos que tener más para relacionarnos · Yo: Claro, hay cosas que nos permiten interactuar, como por ejemplo a ti te gusta coleccionar monedas y pese a que yo no las colecciono, te he ayudado a incrementar tu colección. · Pau: Sí, eso es y siempre se agradece tu ayuda. · Yo: ¿Pero cómo me doy cuenta que le atraigo? · Pau: Ay capullo mío, tal como ella se da cuenta que tú le atraes… Conversamos mucho de los gustos comunes y cultivar la amistad y dejamos el tema corporal para después, pues se hacía tarde y nos bajó el sueño, estaba tan cansado que ni siquiera me hice una paja. Al otro día al desayuno repasamos algunos temas a tocar y empecé a descubrir que mi hermanita además de ser muy amable, hermanable y cariñosa, tenía muchas cosas en común conmigo, tanto que quedamos de ir a trotar a un parque cercano y tomar helados a la salida del colegio. Finalmente nos pusimos de acuerdo de ir los sábados por la mañana a trotar, eso sí que nunca antes de las diez.