Venancio, el viejo tendero 5.
No había vuelto a ser follado por el viejo Venancio; lo único que pude hacer fue una felación a Marcos, donde le tuve que tragar todo el semen; eso había sido el lunes a la noche; lo habíamos hecho en los aseos del bar.
Estábamos a jueves, y desde la semana pasada no había vuelto a ser follado por el viejo Venancio; lo único que pude hacer fue una felación a Marcos, donde le tuve que tragar todo el semen; eso había sido el lunes a la noche; lo habíamos hecho en los aseos del bar.
Ese jueves parecía que había bastante marcha, ya empezaba a ser la hora de cierre del bar, y además del viejo tendero y yo, todavía quedaba una pandilla de 5 estudiantes; 4 eran universitarios, y otro empezaría ese año, ya que había aprobado la selectividad; no hacía mucho que habían entrado; venían de una fiesta universitaria, o botellón; no les entendí bien; al parecer eran conocidos de Marcos, el camarero.
En una de las ocasiones en las que fui al aseo, entró Marcos, y después de magrearme el culo, me dijo que esa noche no me fuera que íbamos tener fiesta. Ya había avisado al viejo Venancio y que este estaba de acuerdo.
Cuando salí del aseo, fui para la mesa donde solíamos ponernos, y luego de sentarme yo, vino el viejo Venancio, sentándose a mi costado. Dejó que Marcos ocupara el sitio que estaba enfrente de mí. Allí al menos dejó su copa Marcos, mientras atendía a los chavales, e iba limpiando y recogiendo poco a poco, para cerrar en cuanto pudiera.
Ya habían pasado unos 40 minutos cuando aquellos chavales se iban del bar; eso fue lo que yo pensé, que se habían ido los 5, pero había quedado uno de ellos; era el más jovencito, era el que se había examinado de selectividad; y yo no me había dado cuenta de ello.
Marcos les abrió la puerta que ya se encontraba cerrada, una vez salieron, volvió a cerrar la puerta, y ahora sí, bajó las persianas para no ser vistos desde fuera. Luego ocupó su puesto en la mesa. El chaval que había quedado estaba en otra mesa que quedaba enfrente de la nuestra, pero a la otra parte del bar, cosa que yo no sabía, y es que con el ruido de la película que estaban Echando, y lo silencioso que estaba aquel chaval, yo no me había enterado.
Volví a ir al servicio a mear. Cuando estuve de vuelta a la mesa, me agarro Marcos por la cintura, empezando a meterme mano e intentar desabrochar el cinturón del pantalón, cosa que llevó a cabo, para luego empezar a desabotonarme el tejano Levi's que llevaba puesto. Tan pronto hubo desabotonado el primer botón, este ya me empezaba a caer; había adelgazado bastante, y el pantalón que llevaba puesto ese día, sino era sujetado por el cinturón, se me caía el solo; cuando quiso desabotonar el segundo botón, ya tenía el pantalón por debajo de las rodillas. ¡Joder ciego, tu pantalón parece que tiene prisa por dejarnos ver tu culito! Tiró del slip para abajo, y ambos cayeron a la altura de mis tobillos.
¡Hostia ciego! Ya estás bien empalmado. Empezó a menearme la polla con una de sus manos mientras con la otra la subía por el pecho, levantándome la camiseta que llevaba, y acariciar y pellizcarme los pezones. Dejó que el viejo Venancio se apoderara de mi polla y huevos, mientras él me sacaba la camiseta, dejándola una vez me la hubo quitado sobre una de las mesas. Luego se agachó para sacarme por completo el pantalón y slip, y ponerlos junto a la camiseta. Ya me tenían en pelota picada, y ellos todavía estaban completamente vestidos, además que yo seguía sin haberme enterado de la presencia del chaval; chaval que como luego supe, se llamaba Luca, y que en unos días iba cumplir los 18 años. Al parecer el chaval estaba disfrutando del espectáculo y no perdía detalle.
El primero en sacar la polla fue el viejo Venancio, que luego de abrazarme, morderme el cuello, para continuar con los labios, dándome pequeños mordiscos, hasta que metió su lengua en mi boca para saborear y jugar con mi lengua.
Me empezó a empujar por los hombros hasta que me dejó a la altura de su polla. Acercándome la polla a mis labios, me pidió que abriera la boca; abre y chupa que vamos a lubricarla un poco antes de metértela en el culito.
Abrí la boca, y empecé a saborear aquel manjar que me estaban ofreciendo.
Mientras yo chupaba y lamía la polla del viejo Venancio, Marcos había ido por el lubricante que tenía, empezando a pasar sus dedos por mi culo, luego introducir un dedo, y terminar de lubricar mi culito y meterme otro dedo en mi ano.
Una vez me hubo lubricado bien el ano, Marcos bajó sus pantalones y bóxer, llevó su polla que ya la tenía más tiesa que el mástil de un velero, a la entrada de mi culito, me sujetó por las caderas, acomodó el glande en la entrada de mi ano, arrimó las piernas más a mí, y dando un movimiento a su pelvis, me enterró la polla dentro de mi culo.
¡Dios, ya me tenían empalado por los 2 agujeros de los que disponía! No podía gemir ya que cada vez que habría la boca para hacerlo, la polla del viejo Venancio se me incrustaba más en mi garganta, dándome arcadas, y hacerme llorar.
El que no paraba de gemir, era el camarero Marcos, ¡ooooohhhh, ooooohhhh, que culito más delicioso tienes ciego! Que gusto, ¡oooohhh!
Debía ser el morbo por la situación y la calentura que tenía encima Marcos, que no tardó en llenarme el culo de semen, ¡ooooohhhh, ciego, ya me voy correr! ¡ooooohhh, ya me corro, ya me corro!
Clavó más profundo su polla dentro de mi culito, y empezó a soltar trallazos de semen, en lo más profundo de mi culo.
Cuando Marcos sacó la polla de mi culo, yo saqué la polla del viejo Venancio de la boca, ya que tenía la boca desencajada, y cansada de tanta polla; necesitaba coger un poco de aire.
Pero fue por poquito tiempo, ya que Marcos no dejó pasar la ocasión de meterme la polla en la boca, y que se la dejara limpita de semen.
Una vez terminé de chupar y relamer la polla de Marcos, este abrazándome me empezó a comer la boca a besos. Mientras me acariciaba con sus manos, fue cuando me soltó lo del chaval.
Tenemos una sorpresa. Hoy tenemos un espectador invitado, se llama Luca. Es un estudiante amigo mío, el cual es gay, y quería participar de la fiesta. No te hemos dicho nada, porque queríamos darte una sorpresa, y que Luca se fuera calentando y animar a participar. También nos ha pedido permiso para grabar con el teléfono, y si a ti no te importa, nosotros se lo damos; ya ha grabado todo hasta ahora, así que, si a ti no te importa, lo dejamos seguir grabando y que no borre lo grabado.
Joder, pues sí que sois bien cabrones, bien me pudisteis haber avisado antes. Pero bueno, si quiere participar, yo no tengo ningún inconveniente, por mi parte no hay problema alguno.
Luca se acercó a mí, se presentó dándome la mano, luego me abrazó y empezó a darme un pequeño morreo. Llevó su mano a mi polla acariciándola, llevando la mía a su entrepierna, mira cómo me habéis puesto, si llega a seguir un poco más, me voy en los bóxer.
Estuvimos charlando un poco mientras terminábamos de beber las copas que teníamos, para poco a poco volver a empezar con aquella pequeña orgía. Pero ahora con la participación de Luca, y mientras tanto, Marcos nos seguía grabando.
Mientras Luca se iba despelotando, yo volví a la polla del viejo Venancio. Tenía su polla en la boca, cuando se me acercó Luca, agarró mi polla y huevos con su mano, y con la otra iba metiendo 2 de sus dedos en mi culito. Mientras me follaba el culo con 2 de sus dedos, Luca, con la boca iba lamiéndome por toda la espalda, y dando pequeños mordiscos.
Al poco tiempo, sacó los dedos de mi culo, acercó su polla a mi ano. Puso la punta de su polla en mi esfínter, empujó un poco metiendo el glande, esperó unos segundos, y repitió la operación; sacó la cabeza de la polla, y volvió a meterla, dejando el glande en la entrada de mi ano. Le encantaba cómo mi esfínter le apretaba el glande de su polla, y estuvo repitiendo la operación varias veces.
¡Dios! Aquella sensación de estar abriendo continuamente con su glande el esfínter, me estaba volviendo loco, ¡ohhh! Métela de una vez, por favor, le pedí, ¡ooohhh! Vas a acabar conmigo.
¡Ahhh! ¡ummmmm! ¡ahhh! Me gusta como tu esfínter aprieta la cabeza de mi polla al entrar en tu culo, ¡ahhh! ¡ahhh! Que gusto me da.
¡Cabrón, oooohhhh!, métela de una vez, que no aguanto más.
Dio un golpe a su pelvis, y terminó por meterme toda la polla. Tan pronto la hubo metido por completo, empezó un vaivén salvaje y frenético.
¡Dios, el chaval era como un toro que no para de envestir! No paraba de gemir; era como si estuviera llorando, o en un lamento continuo. Tan rápido y fuerte me dio, que me hizo correr antes de que él me inundara de semen el culo, ¡ooooooohhhhh, dios me corro, me corro! Las piernas se me doblaban y me temblaban como un flan. Sino es por el viejo Venancio que me tenía entre sus piernas, me hubiera caído al suelo.
Menos mal que aquel toro salvaje empezaba a soltar toda su leche, ¡aaaaaaahhhhh, aaaaaaahhhh, gemía mientras me iba llenando el culo con su lechita.
¡Dios, los 2 estábamos sudando como si estuviéramos en una sauna, él abrazado a mi espalda, y yo tumbado sobre las piernas del viejo Venancio, agarrado con una mano su tremenda polla, la cual tenía pegada a mi cara!
Cuando el chaval se fue reponiendo fue saliendo su polla de mi culito, fue entonces cuando nos pusimos de pie, me dio la vuelta y empezó a comerme la boca a besos.
Pero el que todavía no se había corrido y no quería pasar sin descargar la mercancía que alojaba en sus huevos, era el viejo Venancio. Tiró por mis caderas, y me hizo sentar sobre su tremenda polla, ¡oooooohhh, dios mío, ya volvía estar empalado por una polla esa noche!
Mientras el pollón del viejo Venancio me taladraba el culo, Luca se apoderó de mi boca, y me iba mordiendo por todas partes. Mordía mis labios, cuello, y con sus manos apretaba mis pezones que ya estaban que reventaban de duros y excitados. Su lengua saboreó toda mi boca, jugó con mi lengua, me chupeteó el cuello y pezones, luego dio mordisquitos por todas partes, hasta que el viejo Venancio, empezó a correrse dentro de mí, ¡ooooohhhhh, oooooohhhh, ya ya, ya me vengo! ¡oooooohhhhhh!
Soltó unos trallazos de leche dentro de mi culito, y quedamos parados unos segundos recuperando la respiración.
Poco a poco nos fuimos reponiendo, y ayudado por Luca, me fui poniendo de pie, mientras iba saliendo el pollón del viejo de mi culito.
¡La hostia, tenía el culo abierto a más no poder y chorreando semen por él, el agujero que tenía, debía parecer un bebedero de patos!
Apretando el culo para que no escurriera el semen, me senté en la silla, y le pedí a Marcos que me diera algo de beber, que estaba muerto de sed. Fue para dentro de la barra, poniéndonos unas copas a todos.
Mientras tomamos las copas, yo y Marcos nos fumamos un par de cigarrillos. Ya iban dar las 5 de la madrugada, y allí estábamos haciendo una orgía y disfrutando de unas buenas y ricas pollas y culito.
Cuando creí que aquello ya había terminado, y que nos iríamos para casa, el chaval, Luca, que estaba en pelotas como yo, agarró la polla del viejo Venancio, que seguía tiesa a más no poder, y se puso a lamerla. El chaval estaba impresionado por aquella tremenda polla del viejo Venancio. No quiero marcharme sin antes probar este tremendo pollón. Quiero meterlo en la boca, y quiero que me abra el culo y me lo llene de leche.
Empezó a lamer el pollón del viejo Venancio, y nos pedía a Marcos y a mí, que le lubricáramos el culo, y le chupáramos la polla.
Yo me puse sentado a los pies del viejo Venancio, el cual estaba de pie arrimado a una mesa; casi estaba sentado sobre ella; y mientras Luca le chupaba la polla al viejo, yo metía la polla del chaval en mi boca, se la chupaba como si estuviera comiendo un rico helado. Al poco apareció Marcos con el lubricante, y untándole bien el culito al chaval, le fue metiendo los dedos en él.
Ya llevábamos un buen rato, cuando Marcos se bajó los pantalones y sacando su polla, se la clavó en el culito al chaval, ¡oooooooohhhhh, gritó Luca, al sentir la polla de Marcos entrar en su joven culito, ¡ooooooohhhh, oooooooooohhhh, gritaba Luca!
No tardó en vaciarse Marcos en el culito del chaval, ¡ooooooooohhhhhh, me corro, me corro! Gritaba Marcos. Cuando de repente, empecé a tragar el semen que Luca estaba soltando en mi boca.
¿¡Sigue, sigue, pedía Luca mientras soltaba su semen en mi boca, oooooooohhhhh gemía mientras dejaba de chupar el tremendo pollón del viejo que tenía en su boca!
Cuando dejaron de soltar semen Marcos y Luca, el viejo Venancio agarró al chaval, lo sentó en la mesa, le levantó las piernas llevándolas sobre sus hombros, le colocó la cabeza de su tremenda polla, y se la fue introduciendo en aquel jovencito y rico culito.
Luca no paraba de gimotear, y en cuanto pudo, Venancio con un movimiento de cadera, le dejó ir toda la polla dentro.
El Chaval dio unos gritos algo más fuertes, pero en cuestión de segundos, ya gemía como una perrita en celo. Luca no paraba de gemir, y pedir más, ¡oooooooohhhh, dame más, dame, dame más, rómpeme el culo, ooooooohhhh!
Como Marcos había ido a seguir grabando, yo me coloque al otro lado de la mesa, y con mi boca le mordía el cuello, pezones, luego le pellizcaba los pezones, hasta que el viejo Venancio, empezó a gritar que se corría, ¡aaaaaahhhhh, me corro, aaaaahhhh, me corro!
Entonces me fui a la boca del chaval, y le fui mordiendo el labio inferior, luego le pasaba la lengua por sus labios, para al final introducir mi lengua en su boca, jugar con su lengua, y terminar por chuparle la lengua hasta que Venancio terminó de vaciar su semen en el culito de Luca, sacarle poco a poco la polla, y bajarle las piernas para que se pudiera incorporar.
¡Joder, ha sido maravilloso, decía Luca, nunca folle tan rico como hoy!
El chaval estaba que deliraba de placer. Todavía seguía gimiendo y con la respiración entrecortada.
Nos fuimos a lavar un poco al aseo, luego nos empezamos a vestir, y mientras lo hacíamos, Luca no paraba de decirnos que aquello había que repetirlo, que era maravilloso.
Cuando estuvimos listos y todo recogido y en orden, salimos del bar, y nos fuimos andando para casa. El primero al que dejaron fue a mí, ya que Venancio quiso acompañarme hasta el portal, despedirse y volver atrás. Allí también me despedí de Marcos y luca, el cual me dio un abrazo y un buen morreo en la boca.
Subí para casa, feliz, muy bien follado, el culito bien abierto, y repletito de semen.