Ven
Sueños de amor que se hacen realidad en la distancia
Sobre blancas sábanas de raso
o sobre la tibia arena de una playa desierta,
sobre el duro lecho de una mesa,
o en cualquier rincón apartado
escondidos de miradas ajenas,
espero un día amarte.
Espero el momento de consumar una cita;
ansiosa espero el desenlace
de esta insidiosa demora,
de esta dilación, sin calma
de esta pasión sin expectativas.
Las lluvias y el frío
empujan el otoño al olvido,
el frío y la lluvia
dejan mis huesos helados,
añorantes de tus caricias.
Miro tus fotos,
y mis manos recorren
el perfil de tu cuerpo,
bucean en tus pantalones
o levantan tu camiseta
buscando tu pecho;
las caricias
brotan y se expanden
por la pantalla y por tu piel,
sin dejar un milímetro
que venerar, que idolatrar.
Ven, déjame probar el fruto
de tu boca lasciva,
que entre mis labios
trémulos, se encienda
el centelleo ardiente de tus besos,
la llama de la pasión
el gozo de la dicha.
Ven, déjame probar el fruto
de tu piel prohibida,
que se abran bermejos
los pliegues de tu flor más íntima,
que la flor de mi deseo,
entre en tu húmeda gruta,
y estalle, efímero,
el gozo de la dicha.