Veinte días - 4
El hospital... Afrontar mis acciones... llega el vigésimo día desde que todo empezó...
VEINTE DIAS
4 ASUMIENDO RESPONSABILIDADES
Cuando desperté me encontré atendida por el personal sanitario de una ambulancia. En cuanto fui capaz de coordinar y razonar pregunte por Diego a los sanitarios, estos me indicaron que una UVI se lo había llevado para el hospital, cuando les pregunte que como estaba me dijeron que no lo sabían, que ellos llegaron justo cuando lo introducían en la UVI al cuidado de un medico. Afuera estaba la policía tomando declaración a los testigos, una agente femenina se acerco para tomarme los datos y recabar una primera información de lo sucedido, algo que explique como buenamente pude dada la situación.
Según me informaron por lo que les habían contado los testigos el vehículo se había saltado un semáforo, entrando en la calle a gran velocidad, cuando yo entre en el paso de cebra se conoce que no me vio hasta que fue demasiado tarde, afortunadamente para mi Diego había visto venir el coche y salto a por mí, empujándome con violencia para quitarme de la trayectoria del coche, desgraciadamente para hacer eso fue el que se coloco en mi lugar, siendo alcanzado de lleno por el vehículo, que lo lanzo por el aire con gran violencia. Según los sanitarios era un milagro que no lo hubiese matado en el acto dada la violencia del golpe. Tras esto ellos mismos fueron tan amables de acompañarme al hospital donde habían llevado a Diego.
Cuando llegue me encontré que tras hacerle una serie de pruebas lo habían metido al quirófano. Según me dijo el médico que le atendió en el sitio y que todavía andaba por allí rellenando informes, por lo visto tenía un traumatismo serio en la cabeza junto a una brecha de grandes dimensiones que había sangrado profusamente, pero que no representaba ningún peligro, era más aparatosa que otra cosa. Rotura de cadera y fractura abierta en una pierna era lo que se podía observar a primera vista, pero según el hasta que no terminaran las pruebas no sabrían a ciencia cierta cómo se encontraba realmente. Según me dijo le habían metido a hacer una batería de pruebas por lo del golpe en la cabeza y cuando terminaran si no había problemas lo pasarían a quirófano para operarle de la cadera y la pierna, que en cuanto acabaran saldría el médico para hablar conmigo.
Una hora después salió un momento uno de los médicos para hablar conmigo, según me dijo la operación se había iniciado ya e iba muy bien. A consecuencia del golpe por lo visto tenía un hematoma que había formado un pequeño coagulo en la cabeza que esperaban que se disolviera por sí mismo en poco tiempo, pero que debido al cual una vez operado lo mantendrían sedado para evitar problemas hasta que este empezara a remitir, que no obstante había que esperar 24h para ver su evolución. Tras informarme de esto se volvió a meter hacia adentro, supongo que a seguir colaborando en la operación.
Estuve sola en la sala de espera de quirófanos durante el tiempo que transcurrió la operación esperando a que salieran a informarme, un tiempo que se me hizo eterno. Diego solo tenía un hermano que estaba en la otra punta del globo y mi familia vivían también muy lejos, así que estaba sola para afrontarlo, tampoco se me ocurrió llamar a ninguna amiga ni nada. En todo el tiempo que estuve allí esperando solo podía pensar que iba a perderlo, y me aterrorizaba la posibilidad de que eso pasara, no me acorde en esos momentos de nada de lo pasado en estos últimos días, solo en que si lo perdía yo me quería ir detrás de el, creo que estuve llorando todo el tiempo hasta que salieron de la operación.
Cuando el cirujano salió fue directo a hablar conmigo, me dijo que de la pierna y la cadera no tenia que preocuparme, que puede que de la pierna quedara una leve cojera, pero que aun esto no era seguro, que lo más probable es que no tuviera secuelas de ninguna de ambas lesiones, que había sido prácticamente un milagro la limpieza da todas las fracturas. Según él la herida de la cabeza solo era aparatosa, pero aun así necesito 32 puntos de sutura. Pero cuando paso al hematoma de la cabeza su expresión cambio y no pude evitar temerme que algo muy grave pasaba. Según al cirujano el hematoma no presentaba ningún riesgo momentáneo, tendrían sedado por completo a Diego para ver cómo evolucionaba y que en las próximas 24h tendrían que ver cómo evolucionaba, que esperaban que con toda probabilidad remitiera por si solo reabsorbiéndose. Que esperaban que no existieran complicaciones de ningún tipo. Le pregunte que si había alguna complicación o no remitía que era lo que pasaría, entonces me dijo que no lo sabrían hasta que pasara lo que fuera, pero que podría ir de intentar reducirlo medicándolo, manteniéndolo sedado a llegar incluso, si la cosa se agravaba bastante, a inducirle un coma farmacológico para evitar que el pudiera perjudicarse a sí mismo y reducir al mínimo el trabajo en su cerebro. Pero que no adelantara acontecimientos que por ahora todo iba bien.
El cirujano me dijo que en una hora más o menos podría entrar a verlo, que no me asustase cuando lo viera por como estaba. Que solo podría estar diez minutos, que luego me fuera a casa porque al estar sedado en la UCI no podría hacer nada mas allí, que lo mejor aunque me resultara duro era irme a casa a descansar después de todo lo sucedido, porque además yo también estaba bastante golpeada por el empujón y hasta el día siguiente no podría volver a verle, si hubiera cualquier novedad ellos se encargarían de avisarme. Cuando entre a verle por fin me lleve un susto de muerte, me puse pálida y me empecé a marear, suerte que conmigo entro una enfermera, supongo que están acostumbrados a que esto pase constantemente. Diego estaba tumbado en una cama repleto de tubos, sondas, bolsas, drenajes, etc.... fue terrible verle así, en ese estado. Cuando salí estalle otra vez en llanto, creo que fue por toda la tensión acumulada en estas horas del accidente. La enfermera me abrazo y me estuvo dando ánimos, algo que siempre le agradeceré que se mostrara tan humana conmigo. Después me fui a por el coche al parking y desde allí a casa.
Una vez en casa hice lo peor que podría haber hecho, ponerme a pensar en todo esto que me estaba sucediendo, y creerme que las conclusiones no me agradaron nada de nada, es más, acabe completamente aterrada de la remota posibilidad que esta nueva situación me llevo a poder siquiera considerar. Recordé cuando nos separamos al empezar a salir, como me lie con todos los chicos que pude en ese corto periodo de tiempo, al final volví con Diego y este nunca jamás me reprocho nada, incluso cuando yo intente recompensarlo permitiéndole estar con otra haciendo un trió se negó porque solo le interesaba yo, incluso se enfado con mi insistencia y a cambio me prometió que si algún día me estorbaba el mismo saldría de mi vida para que yo pudiera ser feliz si ese era mi deseo. Cuando había estado en peligro había saltado corriendo a salvarme a costa de ponerse él en mi lugar, había sustituido el riesgo de mi vida por el riesgo para la suya, su alegría esa mañana con una, según él, sorpresa increíble para mi... el mostrarse como siempre conmigo... los pequeños detalles que seguía teniendo conmigo... ¿ese mismo hombre me estaba engañando?, ¿Y si estaba equivocada con él?, ¿Y si por muy típico que pareciera, por muy 2+2=4 resultara ser igual a 5 porque había un 1 por algún lado y no lo había visto?... si no me hubiera engañado y yo... al llegar a este punto rechace la idea de forma histérica, completamente aterrada simplemente ante el hecho de poder siquiera considerarla posible, de que por muy remota que fuera pudiese ser real. Todo esto aumento mi angustia, pero esta vez no podía dilucidar si lloraba de angustia o de terror al considerar seriamente... todo esto empeoro mi estado de ánimo.
El lunes por la mañana fui a ver a Diego, no había podido dormir nada en toda la noche, dándole vueltas a todo cada vez mas asustada e histérica. Estaba literalmente desecha, destrozada. Cuando entre a verle por el ventanal por el que se le podía ver, estuve la hora que me permitieron pegada al cristal casi sin respirar, absorbiendo cada respiración, vigilando que no se parara, puede parecer estúpido pero eso es lo que hice, no pensé, solo miraba, rezaba y le vigilaba.... Cuando me dijeron que me tenía que ir vino a mi encuentro el médico que le opero, me dijo que todo iba muy bien, que todavía no había empezado a remitir el hematoma pero que no había aumentado, lo que era algo excelente. Le hice prometerme que si veían que empezaba a remitir por favor me avisaran por teléfono. El se giro llamando a la enfermera, dándola instrucciones para que lo hiciera, a lo que ella asintió sonriéndome. Pero a cambio me dijo que me tenía que ir a casa, no aparecer por allí hasta el día siguiente y meterme en la cama a intentar dormir, que no saliera de la cama sin haber dormido al menos 3 o 4 horas por difícil que me resultara, que si no podía permaneciera en ella todo el tiempo posible para que al menos mi cuerpo pudiera descansar. Incluso si era necesario hasta que me levantara el martes para venir a ver otra vez a Diego, me lo dijo muy, muy serio, así que asentí aceptando.
Me fui a casa, desde donde llame a trabajo para informar de lo que había pasado y avisar que no iría en toda esta semana y parte de la siguiente, aunque había puente, solo la mitad de la plantilla se lo tomaba. La mitad se cogía un puente y la otra mitad el siguiente, mi jefe trabajaba este, me dijo que me tomara el tiempo que fuese necesario que no me preocupase que él se encargaba. Se lo agradecí. Me metí en la ducha para intentar relajarme bajo el agua, cuando salí no pude ni con el esfuerzo de ponerme un camisón, me acosté denuda y me tape con la sabana. Como estaba destrozada logre dormirme....
No sé cuanto había dormido cuando sonó el timbre de la puerta, me lleve un susto de muerte, corriendo me puse una bata por encima y acudí a toda velocidad a abrir la puerta. Me encontré de frente con Carlos, no me había acordado que había quedado con él. Me hice a un lado para que pasara y no hablar en la escalera. Una vez dentro me disculpe por no avisarle a lo que me indico que no había problema que como trabajo se entero de lo sucedido el día anterior, que solo había acudido para ver si necesitaba algo, se lo agradecí pero le dije que no, que además lo nuestro se había terminado del todo, que no quería perder a mi marido por nada del mundo, que esto me había hecho ver lo mucho que me importaba y que lo quería. El me dijo que lo entendía que no me preocupara.
Ante esto me tranquilice y le invite a un café, la verdad es que necesitaba hablar con alguien, en ese momento sonó el teléfono dándome otra vez un susto, esta vez sí que pensé lo peor... pero era todo lo contrario, según la enfermera habían llegado las segundas pruebas que le habían hecho el hematoma había empezado a remitir, muy poco, pero que una vez iniciado el proceso solo era cuestión de tiempo que acabara remitiendo del todo si no existían nuevas complicaciones. Le di las gracias y colgué, entonces cometí el mayor error de toda mi vida, algo terrible, algo que jamás me podre perdonar a mí misma. Me abrace a Carlos llorando y riendo de la alegría del momento.
No sé como sucedió, pero cuando me quise dar cuenta estaba tumbada en el sofá, con la bata abierta y Carlos encima mío besándome como un loco mientras se metía entre mis piernas e intentaba introducir su polla en mi coño, comportándose como un enajenado. Sentí como su miembro entraba dentro de mi salvajemente, de un solo golpe hasta el fondo, al no estar lubricada me dolió horrores. Intente zafarme pero no pude hacer nada, me inmovilizo y empezó a follarme con saña, mientras me besaba frenético y lamia las lagrimas que resbalaban por mi cara. Lo peor vino cuando mi cuerpo empezó a responderle pese a mis esfuerzos por evitarlo, por quitármelo de encima. Lo probé todo para evitar que lubricara y le respondiera, morderme la lengua, los labios, clavarme las uñas... pero nada, poco a poco me iba lubricando y descargas de placer me empezaban a alcanzar lentamente.
Carlos como ido me decía que solo era una puta, que quería disfrutarme por última vez, que no lo haríamos mas pero que por lo menos esta vez se la debía. Lo peor fue cuando empezó a decir que había ido pensando en el morbo que sería tirarse a una puta como yo en mi propia casa, en mi propia cama mientras el marido estaba muriéndose en el hospital, mientras me corría con su polla dentro de mí. Que sería una gozada ver que tan puta guarra podía llegar a ser para hacer eso... Después de oír esto empecé a llorar histérica, pero siendo incapaz de hacer que mi cuerpo no le respondiera, sabia como tocarme, como acariciarme para que este le respondiera excitándose por su cuenta, sin mi intervención consciente. Fue agónico notar eso, y lo que me termino de destrozar la moral fue sentir el orgasmo en el momento en que el hijo de puta se corría dentro de mi coño.
Cuando termino de correrse intento todavía obligarme a ir hasta mi cama, para según decía riéndose darme por el culo también, pero esta vez sí que en la cama donde dormía con el cornudo moribundo, que seguro que alguien tan puta como yo lo disfrutaría mucho, que me haría gritar de placer con el culo roto por su polla, que me correría como la zorra que era, que lo estaba deseando, que él lo sabía muy bien. Creo que este ultimo insulto me proporciono fuerzas de donde no había, logre zafar un brazo y alcanzar un jarrón que le estampan contra la cabeza, rompiéndoselo en ella. Me soltó por el dolor del golpe, momento que aproveche para salir corriendo a la cocina y hacerme con el cuchillo que teníamos para cortar el jamón. Con él en la mano me volví para ver como Carlos se paraba en seco al verme con él, ni me lo pensé me lance a apuñalarlo por lo que me había hecho, pero solo logre darle un tajo en el antebrazo. Al final salió corriendo con el brazo chorreando sangre, yo aproveche para cerrar la puerta detrás suyo y derrumbarme en el suelo llorando, el muy hijo de puta me había violado y lo que para mi aun era peor, me había corrido sin poderlo evitar... solo quería morirme.
Poco después me llamo Patricia a la que cogí el teléfono llorando, cuando me pregunto qué tal estaba, llorando le conté todo lo que me había pasado, el accidente, Carlos.... me dijo que debía denunciarlo, que enseguida llegaba y me colgó quedándome abrazada al teléfono llorando, incapaz de hacer nada de nada. Cuando llego me sorprendió porque llego con dos agentes de policía, dos mujeres, por lo visto una de las agentes era prima suya y estaba atendiendo en las denuncias por violación, denuncia que formule. Debo de decir que la prima de Patricia me convenció y animo para hacerla, según ella entre las pruebas que había dejado al correrse en mi interior sin preservativo, mas la sangre del cuchillo, mas las marcas que yo tenía del forcejeo le sería muy difícil poder escaparse de esta. Debo de decir que si Patricia no hubiese tomado la decisión de avisar a su prima y presentarse con ella no sé si al final me hubiese atrevido a ello por miedo a que Diego se enterara de todo al despertarse, algo que cada vez me aterrorizaba mas.
Ahora ya no había vuelta atrás, cuando Diego se recuperara tendría que afrontar mis decisiones de estos días, solo esperaba no perderle o me moriría. Patricia me aconsejo que debía de ser franca con él, que debía de hacerlo comprender que le había puesto los cuernos con mi compañero por despecho, pero que tenía claro que el sabría ver que de esa violación yo no era culpable, que de Diego podríamos decir muchas cosas, hubiera hecho lo que hubiera hecho, pero pese a eso nunca que no me quiera con todo su corazón. Que él me apoyaría en todo esto. Patricia solo sabía que me había acostado una vez con Carlos antes de esto, no me atreví a decirla más, nada de todo lo que había hecho por despecho y celos. Desde luego nada de la duda que me corroía por dentro sobre si de verdad me estaría engañando Diego... pese a todo no lograba desecharla de mi cabeza, para mi más completo y absoluto terror.
Me llevaron para las pruebas al mismo hospital donde estaba Diego, no quiero decir la consternación del personal cuando se enteraron de lo que me había pasado estando mi marido allí, incluso se paso a verme el personal que atendía a Diego para darme su apoyo. Todo esto hacia que me sintiera más miserable que nunca, me sentía una guarra, me sentía sucia... Solo podía pensar en cómo me mirarían si conocieran toda la verdad de esto... Según me dijo el cirujano todo iba viento en popa con el hematoma de Diego, pero querían asegurarse de que se recuperaba del todo, de forma que todavía le mantendrían sedado unos días más, según él para el viernes le retirarían la sedación, por la tarde lo vigilarían allí mismo y para el sábado cuando yo quisiera llegar por la mañana ya estaría en una habitación. Acudí todos los días a verlo el escaso tiempo que podía estar viéndolo.
El viernes por la tarde a última hora después de llegar a casa, llamaron a la puerta, al abrir (después de mirar por la mirilla, aprendí la lección) me encontré con Jaime, el socio de Diego, alguien con quien estaba muy cabreada ya que no había ido ni una sola vez a verlo al hospital. Cuando entro me dio un beso en la mejilla y me dijo que había ido al hospital pero que ya me había ido, que se había informado por la enfermera de cómo iba todo. Que me sentara que teníamos que hablar de algo muy importante, que no había podido ir a ver a Diego porque tenía que terminar lo que Diego había empezado y que no se perdiera su trabajo. Me lo dijo tan serio que me asuste, aunque no sabía que lo que iba a contar realmente me aterrorizaría... Esa parte del trabajo de Diego... mis temores, esa idea..... estaba aterrorizada temiendo que....
Os resumiré lo que me dijo, no reproduciré la conversación, creo que no soy capaz de recordar ni la decima parte, estuve como sumida en una pesadilla en la que se encontraran mis más oscuros temores, surgiendo para aplastarme. Me enseño un periódico del día muy contento, en la página de economía se hablaba de la increíble subida de acciones de cierta empresa, su valor se había triplicado en una sola sesión de Wall Street, según parecía había adquirido una patente tras la que llevaban un año entero de negociaciones, esta había sido vendida por la viuda del inventor, para mi absoluto y mas abyecto terror vi la foto de la rubia siliconada en el artículo, identificándola el texto bajo la foto como la vendedora de la patente. Jaime tuvo que llamarme la atención para que le escuchara porque estaba en blanco, aterrada, negándome a escuchar mas, temiendo lo peor, temiendo que me dijera la realidad de la posibilidad más me había aterrorizado desde el momento del accidente...
Para mi aterrorizada mente fue difícil la comprensión de lo que me decía, que esta señora era una paranoica, una esquizofrénica que en su mente creía que la seguía la CIA, el MOSSAD, el FSB Ruso, y varios más para hacerse con su patente, por eso pedía ella habitación, luego llamaba a Diego, al que hacia dejar en la caja fuerte de la habitación todos los objetos que llevara, móvil, llaves, reloj, bolígrafos.... todo, incluso le obligaba a volverse los bolsillos para poder ver que no se guardaba nada en ellos, totalmente paranoica del todo. Después le pasaba un detector de metales portátil y un detector de micros. Por lo visto siempre destrozaba la cama para pasar estos detectores por cada rincón de la ropa, el colchón y posteriormente cada una de las esquinas de la habitación, incluso una vez le dijo Diego que le tocaba esperar siempre 20 minutos a que pasara los cacharros por la moqueta del suelo también. Diego debía de tomar notas de todo el acuerdo con los folios y el bolígrafo que ella misma le proporcionaba. Que luego cada nueva cita verificaba en el borrador que Diego llevaba que todo estuviera como ella quería, tal y como lo había dictado, algo que solo había conseguido superar Diego.
Incluso me dijo riéndose que uno de los abogados que lo habían intentado antes les había comentado que después de las entrevistas con ellos, se duchaba, cambiaba de ropa y por lo visto cuando llegaba a su casa quemaba la que se había quitado en un incinerador que tenia por si le habían puesto algo, junto a los borradores que la entregaban por petición de ella para asegurarse que seguían todo como ella quería, con cada coma, acento, punto, etc.... algo según ellos imposible por como quería hacerlo la loca esa. Según me dijo Jaime riéndose era una paranoica total, pero el precio por ese contrato era astronómico, por eso el secretismo. Según me dijo Diego quería habérmelo contado pero él se lo impidió porque si por desconfianza interrumpía o hacia alguna estupidez me cargaría la ocasión, aunque si me dijo que Diego había puesto la mano en el fuego por mí, pero se vio forzado a no decírmelo por la clausula de confidencialidad del propio contrato que tenían con su cliente hasta que se cerrara el acuerdo, cualquier desliz les hubiese servido para anularlo y ni que decir tiene si la loca se hubiera enterado de que alguien más lo sabía.
Todo esto fue posible porque Diego tenía una particularidad que era lo que había impedido que fracasara exactamente igual que como todos los demás abogados que lo habían intentado. Aunque como a todo el mundo después de estar mucho tiempo escribiendo a toda velocidad se le deterioraba la letra cada vez más, siempre ha sido capaz de leer todo lo que escribe por muy mala que haga la letra, es capaz de rehacer el texto con puntos, comas y hasta la última silaba como se suele decir. Por eso las maratonianas jornadas, porque luego tenía que pasar todo eso a limpio. El pobre Jaime me termino de rematar cuando me entrego unos documentos que tenía que firmar para cobrar nuestra parte de los beneficios de todo esto. Según me dijo, Diego tenía pensado comprarme un coche nuevo que me tenia enamorada, un coche bastante caro, ya que el mío tenía varios años ya, pagar toda la hipoteca y relajarme la gran ilusión de mi vida, un mes a todo lujo para visitar Nueva Zelanda, algo con lo que siempre he soñado, un país que me fascina, pero que al estar en las antípodas y el dinero que costaba era prohibitivo, por si fuera poco todavía quedaba una muy jugosa cantidad de dinero como ahorros.
Antes de irse Jaime me dijo que si sabia donde guardaba Diego los papeles mirara si estaban esos manuscritos del acuerdo y los destruyera en la maquina que tenia Diego en su oficinita de casa para ello, aunque echándose a reír me dijo que casi daba igual, los había visto y no había cristiano que entendiera ni palabra excepto Diego... Cuando se fue me fui corriendo a donde guarda todos sus papeles encontrándolos rápidamente. Conocía muy bien la letra de Diego, además sabía muy bien de qué forma se le deterioraba esta, ya que era muy característica. Cuando vi esos manuscritos, debidamente fechados y numerados pude darme cuenta que todo lo que Jaime había contado era verdad, por la letra supe las horas que Diego debió de estar escribiendo para llegar, paradójicamente, a ese extremo de ser ilegible para todos salvo para él. Cuando comprendí lo que eso significaba me derrumbe en el suelo llorando mientras arrugaba esos papeles llevándomelos a la cara para tapármela, mientras mi llanto era cada vez mas desgarrador al recibir aterrada el mazazo de la completa y absoluta comprensión del significado de lo que había hecho.
Esa noche apenas pude pegar ojo con todo lo que había pasado, mientras desayunaba, mientras miraba la taza de café que tenía en mi mano, pensé en cómo me habían bastado veinte días para arruinar mi vida y la de Diego. Todo por el peor de los pecados que podía cometer, olvidarme de como es realmente Diego para conmigo, pese a todos los defectos que pudiese tener... olvidarme de que para él siempre he sido yo, yo, yo y yo, nunca el... me eche a llorar acongojada por todo lo que le había hecho, por todo lo que le iba a hacer todavía cuando se lo dijera... En ese momento sonó el teléfono, era la enfermera para decirme que habían subido a la habitación a Diego y darme el numero de la misma. Ahora debía afrontar ante Diego las decisiones que había tomado en estos días y pagar las consecuencias que de ellas se derivasen....
EPILOGO
No le conté a Diego nada hasta que no le dieron el alta y le mandaron a casa, hable con el médico para saber si esa sería la mejor opción y el estuvo de acuerdo conmigo, aunque él pensaba que me refería a la violación solamente. Considero que lo mejor sería cuando estuviera más fuerte.
Carlos fue detenido por la violación, todavía está a la espera de Juicio, se que será muy duro ya que en el saldrá a la luz lo que hice, como engañe a Diego con él, como fue mi amante, pero sé que con Diego a mi lado saldré adelante, sin el... lo más doloroso para mi es el precio que voy a hacer pagar a Diego, como si no hubiera sufrido ya bastante por mi culpa desde que tuvo la desgracia de conocerme... por fortuna para mí.
Le confesé a Diego mi infidelidad con Carlos... pude ver el dolor en sus ojos a medida que yo hablaba. Este se agudizo cuando supo que desconfié de él, que no fui capaz ni de preguntarle directamente por mis sospechas. Cuando llegue a la violación vi como por sus mejillas caían lagrimas, solo me pregunto si era feliz con él, si él era suficiente para mí o no, llorando le conteste que si, el me pidió que por favor le dejara solo en la habitación que tenía que pensar. Salí de la habitación cerrando la puerta tras de mí, una vez cerrada me apoye en ella falta de fuerzas, al otro lado pude oír unos sollozos ahogados, no hacía falta ser un lince para saber que Diego estaba llorando por mi culpa, en la cama, imposibilitado por las lesiones que le habían causado por salvarme a mi... tambaleándome me fui al salón, al llegar al sofá me derrumbe a llorar como una magdalena, era incapaz de aguantar mas...
Además no le había contado nada de los chicos del parking, nada de los Boys, nada de como lo había disfrutado... pasase lo que pasase eso se iría conmigo a la tumba, no permitiría nunca que el sufriese mas por una miserable como yo... me sentía asquerosa, en todo el concepto del término. Tenía claro que el perdón no significa nada, eso hay que ganárselo día a día, minuto a minuto y con Diego no pensaba rendirme hasta demostrarle lo que siento por él, entregarme a él sin condiciones, para lo que sea, para lo que decida, para lo que quiera... por siempre.
¿Diego me ha perdonado?, sinceramente no lo sé, creo que sí, pero no es tan sencillo después de lo que le he hecho padecer, seguimos juntos pero no es el mismo, cuando le miro a los ojos solo veo dolor y tristeza en ellos, unos ojos a los que les falta ese alma alegre y feliz que siempre le animaba. Creo que me quiere tanto que la violación que sufrí ha sido decisiva para que permanezca junto a mí, y su amor es el que hace que me apoye en todo y ante todos, todo eso hace que siga conmigo. Pero no por esto soy menos consciente de que algo se ha roto en su interior, que su alma no está ahora cerca de mí, sino que parece perdida en algún lugar escondido, lejos, fuera de mi alcance. Por primera vez en todos estos años con Diego, soy consciente de lo que tengo a mi lado, de la suerte que he tenido desde que se cruzo en mi camino, de lo que representa Diego para mí de verdad... solo cuando he sentido que lo perdía del todo con el accidente he sido capaz de verlo todo claro, sin Diego no tengo nada, soy como una cascara vacía, soy nada...
Ahora debo de luchar con todas mis fuerzas porque venga a mí de nuevo, por reconquistarle, por volver a sentir la calidez de su alma, perseverando el tiempo que haga falta, hasta el fin de los tiempos si es preciso, sin desesperar, tal y como él hizo hace ya años cuando yo me fui de su lado, será muy duro, pero... le quiero más que a mi vida, el es mi vida, triste forma de descubrirlo, de no ser capaz de verlo antes, ¿no?.
FIN