Veinte días - 3
Tengo sentimientos encontrados con respecto a mi marido se me va la mano en la despedida de soltera y pasa algo mucho más grave.
VEINTE DIAS
3 SENTIMIENTOS ENCONTRADOS
El lunes por la mañana cuando me levante como es habitual tenía el desayuno preparado en la cocina, ya que Diego, como dije anteriormente, cuando se levanta primero prepara el desayuno para ambos. Ese Lunes debía de pasar por la farmacia ya que estaba a punto de terminar con mis pastillas anticonceptivas, no pude dejar de pensar que Diego llevaba algún tiempo pidiéndome tener un hijo, pero yo no estaba por la labor, cuando perdí al niño que esperábamos me resulto muy duro de superar, creo que la realidad es que tenía miedo de no poder llevar a término un embarazo. Ahora con todo este asunto de verdad que me alegraba de la decisión tomada, si lo hubiéramos tenido ahora esto podría ser un drama, con un hijo de por medio....
Ese lunes me volví a entregar por completo a Carlos, esta vez fue sexo salvaje, sexo al que estaba acostumbrada antes de casarme, debo de decir que lo disfrute, realmente lo disfrute. Al terminar quede físicamente desecha, con mi coñito y el culito doloridos pero contenta. Cuando terminamos el encuentro ambos nos duchamos y cada uno se fue en dirección a nuestras respectivas casas. Cuando llegue a casa como también era habitual últimamente Diego no había llegado todavía, supuse que su zorra rubia le tendría todavía entretenido en su "reunión de negocios".
Me puse a hacer la cena para ambos, eso sí, yo no le espere, le deje su cena en la cocina y yo me fui a acostar porque Carlos me había dejado completamente desecha y al día siguiente tenía que trabajar por partida doble, de día en el ministerio y por la tarde en la cama con Carlos. No sentí cuando Diego se acostó y mucho menos aun cuando se levanto por la mañana, para ser exactos apunto estuve también de no oír el despertador cuando sonó, realmente estaba desecha.
El Martes fue más de lo mismo, por la mañana al ministerio a trabajar, aunque esa mañana me llamo Patricia para quedar el miércoles por la tarde para tomar algo e irnos de compras, supuse que querría saber que decisión había tomado con respecto a Diego, algo que realmente todavía no tenía decidido. La verdad es que no me estaba escondiendo de él para hacer lo que hacía, pero tampoco tenía ganas de enfrentarlo, de hecho con Carlos me lo estaba pasando francamente bien y si enfrentaba a Diego y decidíamos divorciarnos de mala manera tendría que dejar de verlo por razones obvias, para no darle a Diego munición contra mí.
Esa tarde volví a quedar con Carlos que me volvió a llevar a las nubes, debo de reconocer que el cabròn sabía perfectamente cómo tratar a una mujer, me hacia delirar de placer con su enorme herramienta. Al final acababa sistemáticamente con el coñito y el culo doloridos por las tremendas folladas que me pegaba por ambos sitios, y en serio que había veces que pensé que se me desencajaría la mandíbula al comerle el miembro debido a su tamaño. Cuando acabábamos nos turnábamos para usar la ducha, primero lo hacia él, me besaba y se despedía. Posteriormente entraba yo en ella, ya sola en la habitación y debo de reconocer que me lo tomaba con tranquilidad, era relajante después del intenso combate sexual que había mantenido con mi amante.
Pero... bien, supongo que siempre existe un pero, ¿no?. El problema llegaba después de..., cuando estaba con Carlos no había problemas, mientras me duchaba sintiendo esa sensación de mujer satisfecha tampoco, tenía mi mente ocupada en el, en lo que me había echo disfrutar, en lo bien que lo había pasado. Pero después, de camino a casa, durante la cena, al acostarme, una vez pasada la euforia del sexo con mi amante.... bueno la verdad es que no acababa de estar bien, seguía teniendo esa sensación extraña que no me dejaba en paz. Sentía como una especie de regusto amargo que no me dejaba, pensaba que era debido a la situación a que nos estaba conduciendo la estupidez de Diego, su traición, pero a medida que pasaban los días cada vez estaba menos convencida de que se tratase de esto.
El miércoles me reuní con Patricia que como supuse quería saber si había decidido algo con Diego, la verdad es que se ofreció a lo que fuera que necesitara, algo que la agradecí. Se me ocurrió plantearla la posibilidad de colocarles alguna cámara o algo similar, pero me hizo desechar la idea, primero porque según su amiga era la rubia la que exigía el numero de habitación entre las disponibles algo que me extraño que se pudiera hacer, pero según Patricia la política es que el cliente siempre tiene razón y además la orden de permitírselo venia dada desde la dirección según su amiga, así que.... Por otro lado si hacíamos algo similar y su amiga salía a la luz por habernos ayudado la costaría el puesto, algo también evidente a todas luces. Solo me quedaba la opción de contratar un detective privado o directamente enfrentarle y procurar que no me pillara a mí en un renuncio si la cosa iba por malas. Tampoco tenía claro si quería divorciarme de Diego o no, si quería terminar la relación o intentar darnos una nueva oportunidad. La verdad es que estaba hecha un autentico lio y el hecho de que Diego casi no parara en casa no ayudaba a que me decidiera, era como eso de "corazón que no ve...", o puede que solo tuviera miedo de quedarme sola, no sé.
El jueves fue más de lo mismo, un día normal, trabajar por la mañana y toda la tarde libre, para olvidarme de todo y tratar de evadirme de esa extraña sensación que me acuciaba decidí acudir a un Spa, para darme unos masajes, unos baños tonificantes y ponerme a tono. La tarde fue divina, logre olvidarme de todo, estar completamente relajada, por lo menos hasta que llegue a casa de nuevo, y de nuevo esa sensación hizo su aparición, como si estuviera anclada a algún punto de mi alma o mi conciencia. Por mucho que quisiera siempre acababa apareciendo de nuevo a mí alrededor. Esa misma noche le pregunte a Diego si nos íbamos a algún sitio ese fin de semana ya que el martes era fiesta y tenia puente en el ministerio, por lo que el lunes no trabajaba. Quería irnos esos días para intentar hablar definitivamente con Diego de todo esto, pero el me salto con que no podría ser porque ese mismo Lunes tenía mucho trabajo en la oficina por la tarde, algo de lo que no se podía escaquear. No me hizo falta ser ningún lince para imaginarme que trabajo era el que tenía que hacer ese lunes en la oficina, un trabajo en el coño de una zorra rubia.
El viernes por la mañana quede con Carlos también para el lunes por la tarde, aunque debo decir que esto me lo pensé durante un buen rato por algo que os contare ahora. Esa mañana quede con mis compañeras para la despedida de soltera del sábado. Todas quedamos en ir muy sexis y llevar las ganas de armarla gorda a tope. De hecho me enredaron para ir con ellas esa misma tarde a comprar cosas divertidas para el día siguiente. Ya sabéis, lo típico, sombreros en forma de polla, un consolador de regalo para la novia, un muñeco hinchable con pollòn enorme, tarta con forma de polla, etc... Bueno más o menos lo típico como ya he dicho. Pero esto me obligo a cancelar mi "reunión de trabajo" con Carlos esa tarde. Me di cuenta de que no me ponía buena cara, lo que no me gusto nada en absoluto, parecía como si se creyera con ciertos derechos sobre mí, algo a lo que no estaba dispuesta, al final quede con él para el Lunes como antes he dicho pero.... Puede que os parezca extraño pero me sentí como empujada a dejarlo con él, a que este martes pasado hubiese sido la última vez, la sensación de que bastantes líos tenia como para permitir que el primer imbécil que se presentara me metiera en mas, por muy buena polla que tuviera o muy bien que me follara, sin embargo decidí no totalmente convencida quedar el Lunes. Os juro que ni yo misma me entendía, solo podía achacarlo a que todo esto que sucedía tan de golpe me estaba descentrando cada vez mas. Me resultaba a cada momento más evidente que debía de parar con todo y pensar detenidamente que hacer de una vez por todas, antes de que los acontecimientos pudieran decidir por mí, dejándome sin opciones.
El sábado amaneció con sorpresa, Diego me llevo a la cama el desayuno, chocolate caliente con churros, zumo de naranja... Me dijo que el trabajaría todo el día hasta muy tarde en su despachito de casa, que no me preocupara por el, que me fuera tranquila con mis compañeras cuando fuera la hora. No le dije nada, pensé que ese desayuno era una especie de soborno por su cargo de conciencia al engañarme con la zorra de la rubia siliconada con la que estaba liado. A media tarde me puse mi mejor modelito rompedor, mi mejor lencería y salí dispuesta a romper la noche con mis compañeras. Cuando nos reunimos me di cuenta que algunas más que a romper la noche parecía que se habían vestido para que las rompieran a ellas por donde quisieran. De esta guisa nos fuimos a cenar al restáurate que habíamos reservado, durante la cena entregamos los distintos regalos a la homenajeada, regalos a cual más bestia. No hace falta decir que fuimos la atracción del restaurante, no creo que nos dejasen de mirar desde ninguna de las mesas del local. Para terminar después de cenar, lo celebramos con un muestreo de chupitos antes de irnos al local de los Boys a disfrutar.
En el local éramos nosotras y otras cincuenta mujeres por lo menos, a cual más salvaje, después de casi dos horas de espectáculo estábamos todas como lobas con los chicos que se exhibían. Creo que si alguno se hubiera atrevido a bajarse con todas nosotras lo hubiésemos violado entre todas. Como colofón habían contratado un pase privado con tres Boys para nosotras solitas en un reservado del local, me imagino que les costaría un pastón pero desde luego el espectáculo mereció la pena. Ver esos tres cuerpos musculosos, de torsos aceitados, brillantes y perfectamente musculados pectorales, dorsales y abdominales. Debajo de todos estos músculos se encontraban unas pequeñas piezas de ropa que difícilmente eran capaces de sujetar las serpientes endurecidas que se adivinaban escondidas en su interior. Uno de los Boys era un rubito de ojos azules y cuerpo de infarto, otro pelirrojo de ojos verdes y mirada picara y el tercero era un hombre de color, con una herramienta que aparentaba ser enorme y gruesa, un tío de un morbo increíble. A más de una y de dos, incluida una servidora, se nos hizo la boca agua y el coño un lago, solo de pensar en lo que podríamos hacer con uno de esos Boys para nosotras solas en un sitio discreto, sin testigos.
Uno de los Boys se retiro del escenario hacia la parte de detrás, hacia sus camerinos, supongo que influenciada por el alcohol tomado me fui detrás de el sin que nadie lo advirtiera. Logre seguirle hasta una puerta por la que desapareció. Me acerque a la puerta y armándome de valor entre unos treinta segundos detrás suyo para ir a encontrármelo completamente desnudo, con una polla enorme bamboleándose, mediría unos 25cm y era muy ancha. Antes de que lograra salir de su sorpresa me arrodille metiéndomela en la boca todo lo que pude, empecé a sorberla como si fuese un polo, a lamerla, a enroscarla mi lengua en torno a su tronco para masajearla con ella, para que me entrara en la boca casi había tenido que desencajarme la mandíbula como si de una serpiente se tratase. En cuestión de pocos segundos sentí las manos del chico sujetándome la cabeza para evitar que me pudiera retirar, empezó a follarme la boca, usando sus manos para ayudar con el movimiento de su pelvis, cuando su polla entraba hasta dar contra mi garganta sentía como las arcadas acudían a mí, aunque en ningún momento parecí estar en riesgo de vomitarle encima. Estaba completamente empapada de pensar en tirarme a ese moreno de ojos negros como su piel, al que le estaba chupando la polla. De pronto sentí como separaba mi cabeza de su polla de forma brusca, en un principio pensé que se iba a correr y por eso lo hacía, pero no, se tumbo y me subió encima de el como si fuese una pluma, me levanto las caderas al sujetármelas con ambas manos mientras yo con mi mano derecha buscaba su polla para ponerla en la entrada de mi gruta. El chico una vez debió de notar la presencia de mi agujerito en la punta de su herramienta me la metió de golpe, hundiendo mis caderas contra él, sentí como su espada abría mi hambriento sexo, sentó como me separaba las paredes de mi vagina, como las abría y profundizaba más de lo que nunca lo había echo la polla de Carlos, con ser esta muy grande.
Estaba sentada sobre el subiendo y bajando sobre su mástil, cuando sentí que desde atrás unas manos me empujaban sobre el pecho del moreno, intente girarme para ver qué pasaba cuando sentí como la punta de lo que supuse que era otra polla se ponía en mi entrada trasera, lista para abrirme el culito. Intente gritar que no, que no quería cuando sentí como me tapaban la boca con una mano impidiéndome gritar. Poco después sentí como me abrían el culito a lo bestia, sentí un dolor agudo al entrarme por detrás otra polla, comparándola con la más cercana referencia de la de Carlos me di cuenta que era un poco más pequeña, pero más gruesa. Sin dejarme recuperarme empezaron los dos a bombearme mientras yo intentaba zafarme sin conseguir nada, me estaban destrozando entre los dos. Poco a poco mi cuerpo se fue adaptando al castigo al que le estaban sometiendo y empezó a llegarme el placer, un placer cada vez más intenso. Pero todavía me quedaba otra sorpresa por descubrir cuando el hombre de mi espalda libero mi boca de su mano, en ese momento no pensaba en gritar ni nada por el estilo para zafarme, estaba totalmente entregada al placer que ambos hombres estaban proporcionándome. Tenía los ojos cerrando mientras jadeaba y gemía como una perra en celo, estaba en el cielo, de pronto sentí como algo duro se intentaba abrir paso al interior de mi boca, abrí los ojos encontrándome al Boys Rubio intentando meterme la polla en la boca, algo que consiguió al taparme la nariz y obligarme de esa forma a abrirla. Una vez dentro empezó a follàrmela con fuerza, alcanzando mi garganta, pero al ser de un tamaño más manejable no me produjo ninguna arcada ni nada por el estilo, pero no podía evitar ruidos guturales al ocupar por completo mi boca con su polla, igual que babear levemente al entrar y salir de mi boca. Estaba siendo usada por los tres machos que había visto en el pase privado, esos tres que me habían dejado el coño que parecía el amazonas cuando decidí ir tras el primero que se fue.
Debo de decir que sus comentarios me ponían a mil por hora, llamándome puta, guarra, zorra. Pidiéndome que moviera el culo de puta que tenia, que me iban a dejar el coño de puta en carne viva, que me pensaban dejar el culo como un bebedero de patos, que era una zorra babosa, etc a todo esto yo me ponía mas cachonda cada vez. Evidentemente con una polla en mi boca me era imposible contestar, pero si no la hubiera tenido posiblemente hubiera entrado al trapo con un lenguaje de similares características.
Primero se corrió dentro de mí el morenito en mi coño, después el rubio en mi boca para terminar por hacerlo en pelirrojo en mi culito. Cuando me sacaron los tres las pollas de mi interior quede desmadejada, intente levantarme para vestirme e intentar irme cuando entre los tres lo impidieron. Según me dijeron nunca había tenido una puta semejante a su disposición al terminar el show, y pensaban disfrutarme a conciencia antes de que me pudiera ir. Según el rubio había entrado buscando polla y ellos necesitaban descargar sus rabos después del espectáculo que habían dado ante tanta zorra junta, con todo el sarcasmo del mundo me dijo que lo iban a hacer dándome tanta polla como les diera a ellos la gana dado que la mas puta de todas había tenido la amabilidad de presentarse voluntaria para ello en su camerino. Me volvieron a manejar como si fuese un trapo, esta vez se situó le rubio debajo mientras el morenito me destrozaba ya del todo el culo, al meterme esa animalada de polla de golpe en el, mientras el pelirrojo se ocupaba de follarme la boca. Era como una muñeca sin voluntad en sus manos, me manejaban a su antojo por completo, aunque hice un último esfuerzo por intentar evitarlo fue inútil, mi fuerza no se podía comparar con la de ninguno de los tres y además contra los tres sí que no tenia posibilidad ninguna.
A los cuatro minutos no tenía ya ningún control sobre mi cuerpo, este respondía al placer que le estaban proporcionando los tres Boys, no daba a basto a asimilar tal placer, tal cantidad de sensaciones a cual más intensa. En algo menos de cinco minutos encadene tres orgasmos, cada uno algo más intenso que el anterior, quedando después completamente desecha, sin que por ello dejasen de taladrarme por todos mis agujeritos y boca.
Esta vez sin embargo los insultos y lindezas que me decían me empezaron a resultar desagradables por completo, uno de ellos se fijo en mi alianza, enseguida empezaron los comentarios de que era una puta que mientras seguro que mi marido se estaba partiendo los cuernos trabajando yo estaba follando con ellos, que si menuda zorra, que si esto no me lo daba el cornudo de mi marido, que si el cornudo tendría solo una pichita, que si en fin, multitud de insultos hacia Diego que por increíble que pareciera me corto por completo el disfrutar anímicamente de la experiencia, si bien físicamente mi cuerpo iba por libre.
Cuando por fin se corrieron en mi interior estaba casi exánime, primero se corrió el pelirrojo en mi boca, para después hacerlo el morenito en mi culo y por último el rubio en mi coño. Rebosaba leche por todos mis agujeros, escapándose también por la comisura de mis labios. Entonces pensé que por fin se había acabado todo, que por fin me podría ir y dejar a aquellos desgraciados, volver con Diego, volver con mi marido pero por lo visto los tres Boys no pensaban igual.
Se volvieron a turnar en mis agujeritos, esta vez el morenito me metió la polla en la boca, casi dislocándome la mandíbula, mientras el pelirrojo se cebaba en mi coñito y el rubio en mi culo. En esos instantes ni era capaz de protestar, era como un juguete roto en sus manos. Estuvieron follàndome durante casi quince minutos, debido a las dos primeras corridas esta tercera les estaba costando alcanzarla, yo alcance al menos tres orgasmos mas en ese tiempo. Tenía el coño y el culo completamente abiertos, la mandíbula dolorida del esfuerzo realizado con ella mientras me follaban la boca.
En este tiempo arreciaron todo tipo de insultos contra Diego y contra mí, aunque pueda parecer mentira los que me jodían de verdad eran los insultos contra Diego. Todos los que anteriormente dijeron contra mí me pusieron a mil por hora pero el que insultaran a mi marido . Estúpido por mi parte, ¿no creen?.
Cuando por fin se dieron por satisfechos de follarme por todos lados, me levantaron en volandas para llevarme con ellos a la ducha que tenía el local para los artistas, para que se pudieran quitar los aceites y limpiarse a conciencia antes de abandonar el local. Me lavaron y enjabonaron a conciencia, no puedo decir que no lo hicieran con delicadeza y cierto cariño, pero aun así como si fuera un elogia hacia mí no pararon de decirme que había sido la mejor puta con la que habían follado, que ninguna les había aguantado a los tres a la vez tres polvos seguidos como había echo yo. Incluso me ofrecieron volver a repetirlo algún día que pudiera volver a escaparme de mi marido. Estaba completamente ida, dolorida, reventada, humillada, asqueada, con un sentimiento de suciedad pero también, porque no decirlo, drogada a base de orgasmos y placer.
Cuando llegue a casa con un esfuerzo terrible me volví a meter en la ducha, estaba debajo del agua rememorando lo que me había pasado por ir a buscar una polla, como había sido recompensada con tres en vez de una, los insultos, como me puse como una moto con ellos hasta el momento en que empezaron a vejar a Diego, a insultarme usando a mi marido como carnaza. En ese momento sentí la voz de Diego preguntándome si me había divertido y si estaba bien, como pude reuní fuerzas para evitar que pudiera notarme algo y le dije que sí, que solo borracha, que se durmiera. Cuando un par de minutos después le sentí roncar suavemente me derrumbe, toda la tensión, todo lo pasado, todo me callo encima a plomo y empecé a llorar. Empecé a llorar por lo que había pasado con los Boys, por ser tratada como una puta, por sentirme precisamente así, por haberme permitido a mi misma llegar a caer tan bajo buscando una estúpida venganza, venganza que parecía que solo yo estaba sufriendo. Por sentir como poco a poco estaba llegando a límites despreciables a mi forma de ver y sentir, por dejar de ser como siempre he sido, por.... realmente por todo esto, por todo lo que hasta este momento había hecho para vengarme.
Por fin podía ver claro lo que eran esos sentimientos que llevaban tantos días martirizándome, era asco, era desprecio, era amargura por sentir en lo que me estaba haciendo a mí misma, a mi integridad, a mi forma de ser y pensar. Eran remordimientos por todo lo que yo me estaba haciendo a mi misma por una venganza que parecía que solo me apuntara a mí, pero que sin embargo no llegaba al culpable de ella. Cuando me acosté, solo quería soñar, olvidar todo lo pasado, despertar y que todo hubiese sido una pesadilla terrible, pero pesadilla al fin.
Triste suerte la mía, cuando me desperté el domingo me sentía igual de miserable que cuando me acosté, eso sí, mi cuerpo estaba completamente destrozado, para moverme lo mas mínimo necesitaba de toda mi fuerza de voluntad debido a las agujetas que tenía en todos los músculos de mi cuerpo. Puede parecer irónico pero todo lo que antes hacia sin importarme si Diego me descubría o no, lo que sufría porque no veía lo que yo hacía, porque no me prestaba atención, ahora se convertía en todo lo contrario, en aguantar lo mejor posible el dolor del cuerpo para evitar que pudiera darse cuenta de nada, como si creyera que logrando eso todo volvería a la normalidad entre nosotros.
Cuando me levante Diego como siempre había preparado el desayuno para ambos, en mi bandeja tenia además una rosa con una nota en la que se leía una disculpa por tenerme todo este tiempo tan abandonada por el trabajo. Cuando después de desayunar se levanto para llevarlo todo a la cocina una silenciosa lagrima culpable se deslizo por mi mejilla, pensando en todo lo que había hecho buscando venganza. En que me había convertido en un ser tan ruin como Diego, al mentir, engañar, traicionar.... Cuando Diego regreso yo ya me había recompuesto, me dijo que nos íbamos al centro de compras, que tenía una sorpresa para mí. Que debíamos ir a un gran centro comercial del centro de la ciudad. Nos vestimos, montamos en su coche y partimos hacia el centro de la ciudad en ese soleado domingo.
Cuando aparcamos en un parking y salimos a la calle, podía ver a un Diego jubiloso y exultante como un niño pequeño. Me llevaba abrazada por uno de sus brazos en mi cintura dándome ocasionales besitos en la mejilla o el cuello, mientras que yo era incapaz de hacer semejante gesto con él, ni siquiera el de devolverle mi brazo en torno a su cintura. Se podría decir que me sentía culpable de haberle engañado, de haberme comportado como lo había hecho, ¿no es increíble?, siendo él quien me engaño a mí me sentía culpable yo, ¡¡¡manda narices!!!.
Me empecé a poner de mal humor al darme cuenta de estos sentimientos, poco a poco mi humor se empezaba a agriar, eso sin tener en cuenta el dolor que sentía por lo de la noche anterior con los Boys, mas la sensación de haber sido usada como una puta por esos tres hombres a su total antojo. En este punto perdí la paciencia y le dije a Diego que se diera prisa que estaba harta y quería volver a casa ya, empecé a caminar cabreada, a toda prisa hacia el centro comercial, llevando detrás de mí a un asombrado Diego que no entendía mi repentino comportamiento agresivo. Cruce un paso de cebra a toda prisa sin mirar, oí un grito de angustia de Diego que decía mi nombre... "SUSANA", acto seguido un empujón brutal que me lanzo casi dos metros en el aire contra la gente que estaba en la acera, chocando contra ellos de mala manera y cayendo al suelo, maltratando aun mas mi dolorido cuerpo.
Estaba en el suelo despanzurrada, empezando a volcar mi ira contra el imbécil de Diego por el empujón cuando la sangre se me helo en las venas, sentí a mi espalda el ruido de un frenazo, después un golpe terrible, para seguirle un golpe sordo y gritos de la gente. Cuando mire a mi espalda vi un coche detenido a unos metros de distancia cruzado sobre la calzada con el morro completamente abollado y un impacto brutal en su luna delantera, después vi a Diego, estaba tumbado en el suelo y bajo su cabeza empezaba a formarse un charco de sangre, su cuerpo mostraba una posición extraña en el suelo.... en ese momento grite histérica con todas mis fuerzas y a todo pulmón... "¡¡¡¡DIEGO!!!!", después me puse a chillar cada vez mas histérica para a continuación hacerse la negrura en torno a mí, oír voces cada vez más lejanas, voces que repetían una y otra vez... "...señora... señora... señora...", en ese momento perdí el conocimiento.
CONTINUARA