Veinte días - 1
cuando me asome, me sobresalte quien avanzaba por el pasillo no era el marido de Cristina, sino Diego, mi propio marido
VEINTE DIAS
1 - LOS CUERNOS DE MI MARIDO
Me llamo Susana, todo empezó cuando mi amiga Cristina me llamo para tomar un café, me cito en el bar de un hotel del centro de la ciudad, así que supuse que después querría que fuéramos de tiendas las dos juntas, tal y como habíamos hecho otras veces. Cuando llegamos nos sentamos en una mesa y pedimos un café cada una, nada mas servírnoslo Cristina lo pago, algo que me extraño porque siempre pagamos antes de irnos, pero tampoco le di mayor importancia, pensé que quizá tuviera prisa.
De repente Cristina me dijo que me fijara en la mujer rubia que entraba al hotel, me gire y mire a quien me decía, una mujer como he dicho rubia de unos 35 años, con al menos una talla 120 de pechos operados, labios siliconados, alta y con un vestido que le quedaba como un guante al cuerpo, desde luego no diré lo que parecía porque resulta obvio, me reí por lo bajo y le dije a Cristina que parecía que algún cliente había solicitado una profesional. Me desentendí de ella para seguir hablando con mi amiga cuando está muy seria me dijo que por favor no la perdiera de vista que luego me lo explicaría, que me había llevado para que fuera testigo, me quede paralizada, supuse en el acto que debía de ser amiga del marido de Cristina, joder no sabía que decir así que me calle e hice exactamente lo que me dijo.
Vi como la rubia iba a la cabina pública del hall y llamaba por teléfono, decía unas pocas palabras y colgaba, según salió con su maletita en dirección al ascensor mi amiga me dijo que la siguiera, acercándose a recepción vi como una de las recepcionistas le paso un papelito que llevaba escrito un numero. No hacía falta ser Sherlock Holmes para imaginarse que era el numero de habitación de la rubia. Subimos corriendo por la escalera hasta la planta en cuestión, tuvimos tiempo de sobra para ver la habitación donde entraba la rubia, Cristina cogió entonces un colgador de esos de "No molestar" de una de las puerta y lo puso justo en la de enfrente de la rubia, según me dijo para tener claro cuál era su puerta. Me llevo al otro lado del pasillo y me pidió que esperáramos medio escondidas al fondo, en un pequeño hueco del pasillo. Me dijo que el hombre al que esperaba la rubia llegaría en unos diez minutos, todo esto muy seria, estaba bloqueada, no sabía que decirla así que opte por callarme pensando en cómo lo debería de estar pasando mi amiga. De repente me señalo el pasillo y me dijo que me asomara con cuidado para que le viera, que no hiciera ningún ruido que nos pudiera delatar, cuando me asome, me sobresalte quien avanzaba por el pasillo no era el marido de Cristina, sino Diego, mi propio marido era imposible debía de ser un error.
Pero no lo era, pude ver como llamaba a la puerta de la rubia, esta se abría, mi marido sonreía y entraba dentro. Mi amiga me dijo que esperara un momento, tardo dos minutos en volver, en ese tiempo estuve apoyada en la pared buscando aire, me costaba respirar. Cuando Cristina volvió me susurro que la siguiera, saco una llave y abrió la puerta de enfrente de la habitación de la rubia. Según me conto Cristina luego unos días antes fue a recoger a una amiga suya que trabaja en la recepción cuando vio entrar a mi marido al hotel, no la dio tiempo a saludarlo porque entro con mucha prisa. En ese momento no le dio mayor importancia pero dos días después volvió a pasar, pero esta vez le siguió como habíamos hecho ahora y vio en la habitación que entro, cuando bajo le pregunto a su amiga por quien estaba en la habitación y esta la dijo que una rubia con una pinta de putòn verbenero que tiraba de espaldas, la dijo que todos los días que ella llegaba luego subía siempre el mismo hombre a toda prisa a la habitación, riéndose la dijo que seguro que era algún lio. Cristina no la dijo que conocía al hombre y estuvo pensando que hacer, al final decidió traerme para que lo viera yo misma porque si me lo contaba lo mismo no la creía y pensó que lo mejor era demostrármelo.
Por la amiga de cristina me entere que llevaban algo más de dos semanas viéndose tres días en cada ocasión, los lunes, martes y viernes. Estuvimos en la habitación hasta que sentimos que la puerta de la suya se abría, dejamos pasar unos segundos y con mucho cuidado miramos viendo a Diego dirigirse pasillo adelante hasta llegar al ascensor. Corriendo nos metimos otra vez para adentro de la habitación a esperar a ver si la mujer salía pronto o no, tal y como le había dicho su amiga a Cristina ella salió a los quince minutos. Nos asomamos y vimos como se había cambiado de ropa, llevaba el pelo todavía húmedo como de haberse duchado, gafas de sol y un gorrito. Cuando desapareció de la vista Cristina bajo un momento a recepción a ver a su amiga, cinco minutos después subía con la llave de esa habitación, me dio la llave para que entrara yo en ella, según abrí y di un paso me encontré con la cama completamente desecha, más que si hubieran dormido o hecho el amor dos personas, como si se hubiesen revolcado en ella dos fieras, me asome al baño y me fije que el suelo estaba lleno de agua también . No pude soportarlo y salí cerrando la puerta, Cristina me hizo entrar en la otra habitación donde estuve llorando un buen rato. De todas forma me seguía costando asimilarlo, como era lunes le dije a mi amiga si podíamos verificarlo al día siguiente para asegurarnos. Cristina me abrazo y me dijo con tristeza que claro que sí, que hablaría con su amiga para poder hacer lo de hoy.
Al final le agradecí todo a Cristina y me fui para casa, cuando llegue Diego ya se había acostado como hacia muchos días, incluido según recordé los Lunes, Martes y Viernes de las últimas dos semanas, una rabia tremenda me estaba inundando .. Al acostarme le pregunte a mi marido por el día que había tenido y él me respondió que agotador, que había estado en una reunión con un cliente y había tenido que apagar el móvil, que esperaba que no le hubiera llamado para algo, le dije que no, me sorprendió la sangre fría con la que me contesto, sin duda era una casualidad, seguro que mañana no pasaría nada. Al día siguiente se repitió todo igual, la rubia, el teléfono, mi marido al rato, salir la rubia quince minutos después de el, la cama destrozada, la ducha usada y al llegar a casa el hijo de la gran puta dormido por estar según el agotado . Cabròn de mierda.
No lo entendía, con Diego la cosa funcionaba muy bien, no lo hacíamos muy a menudo últimamente porque llegaba muy cansado pero esto .. Cuando nos conocimos estuvimos tonteando unos meses, después le deje porque no me iba, me parecía demasiado buen tío, no me llenaba, me iban más los malotes y yo estuve unos tres meses de tío en tío divirtiéndome hasta que llego otra vez Diego. No sé por qué razón pero volví a caer en sus brazos, no tenía un aparato espectacular, de hecho solo unos 16cm, tampoco muy gruesa sino mas bien finita y desde luego como amante dejaba que desear, yo había sido su primera y única mujer. Sinceramente me parecía un crio jugando a ser hombre, pero por alguna razón decidí darle una oportunidad, en último año de carrera de ambos me quede embarazada, cuando se lo dije supuse que saldría corriendo aterrado pero sin embargo inmediatamente me dijo de casarnos cuanto antes. Cuando se lo dije a mis padres Diego estuvo conmigo, de hecho a mi padre se le escapo la mano cuando se lo dije y el que se llevo el golpe fue el, al interponerse en medio para que no me pegara. Nos casamos al mes.
Dos meses después perdía al niño, acabamos la carrera, Diego se hizo abogado y yo economista. El monto con un compañero de facultad un bufete que les iba de muerte y yo hice oposiciones y me logre colocar en un ministerio. Durante esos dos meses de embarazo no sé si por las hormonas o porque coño fue, le propuse a Diego hacer un trió MHM, el no había estado con mas mujer que yo, y yo había estado con un montón de chicos, además en esos meses que no estuvimos el no estuvo con ninguna pensando en mi, en tener una oportunidad y que yo no pudiera luego echárselo en cara mientras que yo me tire a todo lo que se movía, supongo que sería algo de cargo de conciencia mezclado con mis hormonas. Muy serio me dijo que no, que para él solo existía una mujer, que era yo y que el día que no tuviera suficiente conmigo seria porque habría muerto. Recuerdo que le abrace completamente emocionada, entonces de broma le dije en tono pícaro que entonces que tal un HMH. Diego no cogió el chiste y me miro muy serio, me dijo que si no tenía suficiente con el su seriedad hizo que me diera un vuelco el corazón, entendí que esto era serio, se lo había tomado de verdad. Le explique que era una broma, pero él me abrazo y me dijo que por favor nunca le engañase, que si alguna vez no tenía suficiente con él, que sentía que no me llenaba como mujer física o emocionalmente simplemente se lo dijera, que él se quitaría de en medio, que saldría de mi vida para siempre donde no pudiera volver a molestarme con su presencia para poder rehacer mi vida con alguien que supiera hacerme feliz, si él era incapaz. Pero me recalco mucho eso de que por favor que nunca lo engañara, que directamente se lo dijera, que le creyera que solo quería verme feliz y ahora ese cabròn me hacia esto .
Puto cabròn de mierda, cínico de los cojones. Me acerque a la habitación y observe como dormía, el muy cabròn estaría agotado después de la paliza que se había dado con la puta de la rubia estos dos días, mientras yo trabajando en el ministerio y para desahogarme por las noches usando a Fede .. Cerdo cabròn, esta me la tenía que pagar de alguna manera antes de que le corriera a golpes de casa Por eso me compro el hijo de puta a Fede, una tanda como ahora que llegaba muy cansado yo me queje porque necesitaba más cariño y me sentía abandonada en el ámbito sexual por el, una noche apareció con Fede, un consolador de una medida similar a su pene. Cuando le reclame que porque no había cogido uno más grandote me dijo que ese le pareció bien, le estuve pinchando hasta que le saque la verdad, en el fondo me parecía que era como un niño, todo colorado me dijo que no lo había comprado más grande porque había oído que si no luego mi vagina se acostumbraría a ese tamaño mayor y luego el no sería capaz de darme placer, que luego yo no sentiría nada con él. En ese momento me hizo gracia seguro que el cabròn de mierda este ya me la estaba pegando entonces . A este desgraciado antes de darle le pensaba convertir en un ciervo, se le iba a doblar el cuello por el peso de los cuernos.
Pensé que el primero con el que pensé que se los debería de poner para vengarme es con su socio, pero pese a ser un juerguista era leal a sus amigos, además no se jugaría el bufete ya que Diego es el que más ingresos genera. Si lo intentaba y fallaba me podía pillar la manos. Decidí que le primero sería uno de mis compañeros de trabajo, era un chulo, pero estaba buenísimo y según las malas lenguas tenía una buena herramienta y además sabia usarla. Al día siguiente me vestí mas provocativa de lo normal para ir a trabajar, si alguien me preguntaba era porque luego me tenía que ir a un sitio y no me daba tiempo a cambiarme, con un día de vestir así sería suficiente para atraerlo hacia mí y poder luego follarmelo. Ese mismo día estuvo remoloneando por donde yo estaba, por fin a media mañana nos encontramos en el cuarto de archivos como "por casualidad". El estaba dentro y después entre yo, cuando se cerró la puerta empezó a tirarme los tejos, yo me acerque a él y le pregunte que porque decía tantas tonterías, le eche mano al paquete ante su total sorpresa. Me agache y le baje la cremallera, ante mi apareció un pene de unos 23cm completamente duro, bastante ancho, lleno de venas, sin pensármelo me lo metí en la boca, sorbiéndolo, lamiéndolo, chupándoselo mientras mi mano izquierda se perdía dentro de mi braguita introduciéndome dos dedos en el coño. Estaba delicioso y era enorme, no me cabía casi en la boca, seguí lamiéndolo mientras continuaba con el trabajo sobre mi coño, al poco saque mi mano de mis braguitas y empecé a acariciarle los huevos con ella mientras seguía lamiendo esa estaca como si fuese una piruleta. Cuando note que se iba a correr me dispuse a no perder ni una gota de leche, me trague toda la que pude, casi no se desperdicio nada. Cuando termino de escupir leche continúe lamiéndosela hasta dejarla limpia y dura de nuevo, entonces me levante, me apoye en un armario archivador y bajándome la braguita a los tobillos y enrollándome la falda a la cintura le pedí que me follara, no hizo falta que se lo repitiera, me la clavo de golpe en el coño, gracias a dios había estado antes con los dos dedos trabajándomelo, preparándomelo además de estar completamente chorreando, aun así me hizo un poco de daño, dolor que rápidamente desapareció sustituido por un intenso placer. Mi compañero, Carlos siguió embistiéndome con dureza, además yo entre gemidos le pedía que me la metiera más fuerte, necesitaba sentir esa estaca clavándose más adentro de mi, en ese momento no pensaba ni en cuernos, ni en engaños, ni en venganzas, ni en tonterías, solo era capaz de pensar en ese mástil que me estaba haciendo disfrutar tanto, además se notaba que tenía experiencia en la faena. Me corrí dos veces antes de que el llegara al orgasmo, cuando le note que llegaba le dije que quería que se corriera dentro de mí, cosa que hizo, me lleno el coño de leche, no tan abundante como la primera pero suficiente para que rezumara. Cuando nos vestimos, yo iba notando como mi braguita se encharcaba de la leche del macho, el me pregunto si se repetiríamos y yo le conteste que si quería tenía que ser fuera de allí, le dije que ya le avisaría pero que se preparara porque quería que me destrozase el culo con esa estaca que tenia, esto se lo dije mientras estaba muy pegada a él y le apretaba la polla por encima del pantalón, en ese momento me sentía como una autentica puta. Estaba otra vez apunto, pero no me atreve a mas por temor a que nos pillaran en plena faena, me reincorpore al trabajo sin que nadie se hubiese dado cuenta de nada. Desde luego eso era follar y no lo que me había estado haciendo el picha corta del cornudo este tiempo, de risa el comparar su mierda de polla con esta señora pollaza de Carlos, como un cristal y un diamante, igual.
Debía de quedar con Carlos para el viernes por la tarde, el día que el ahora cornudo cabròn de mi marido estaría con su rubia de tetas siliconadas, ese día pensaba exprimir esa vergaza que tenía mi compañero, la misma que me acababa de hacerme correr como una perra. Se me hacia el coño agua solo de pensarlo. Cuando salí de trabajar me fui a buscar a mi cornudo marido a su despacho con mi coño lleno de la leche de otro hombre, me excitaba el pensar que si le daba por meterme mano la sacaría llena del pringue de otro que había estado antes que él en ese sitio que solo debería ser suyo, solo de pensarlo me humedecía por momentos. Después de verle para pedirle unos papeles como escusa me dijo que saldría muy tarde que no le esperase para acompañarlo, que mejor me fuera para casa. Había dejado el coche en un parking cerca del despacho y cuando llegue a mi coche vi a dos chicos de unos 19 años que estaban saliendo del suyo, estaba dos plazas antes de llegar al mío en la última planta del parking, al pasar por su lado uno de ellos me llamo tía buena, y el otro siguiéndole el cachondeo me dijo que si quería algo largo y duro . Me dije que porque no, al fin y al cabo el objetivo era que ese hijo de puta muriera por el peso de los cuernos y los dos chavales estaban bastante bien.
Me volví y le dije al chaval que venga, que si quería algo largo y duro, vi como se cortaba, estaba claro que había hecho la gracia y ahora no sabía cómo reaccionar. Esto me puso todavía más caliente, hice como con Carlos, le pegue un empujón para apoyarlo de espaldas al coche, me agache, le saque la polla que tenía un buen tamaño y me la metí en la boca chupándosela con fruición, estaba saladita. El otro se quedo parado viéndonos limitándose a tocársela por encima del pantalon, me la saque de la boca y lleve a mi semental al capo del coche tumbándolo sobre él, me incline para seguir mamándosela y le hice señas al otro para que viniera, mientras con mi otra mano me quitaba las braguitas, cuando llego donde estábamos le dije que me subiera la falda y me follara mientras que me ocupaba de su amigo. Me la clavo en el coño enseguida, tenía un tamaño normalito, enseguida empezó a embestirme y a llamarme puta, guarra, zorra.. yo le dije que eso era exactamente eso, una puta que le estaba poniendo los cuernos a su marido con dos tíos, que esperaba que mereciera la pena, que esperaba que fueran dos tíos y no dos maricones afeminados. Dicho esto seguí esmerándome en exprimirle al chaval la polla mientras su compañero ahora se afanaba por quedar bien, en su ansia por follarme se olvido hasta de insultarme. Entre ambos lograron que me corriera tres veces más, mientras que ellos se corrieron en mi boca y en mi coño una vez cada uno, porque después de ordeñarlos les hice cambiar de posición. El primero al que le había chupado la polla se tumbo todo lo largo que era encima del capó del coche, yo me subí encima empalándome, entonces su amigo se situó detrás mío metiéndomela de golpe en el culito, el dolor fue increíble, le dije que se quedara quieto hasta acostumbrarme cosa que el chaval hizo. Cuando empezó a remitir le dije que se moviera despacio, pero poco después los dos estaban perforándome mis agujeritos con dureza, animados por mí que les llamaba maricas, impotentes, . Mientras ellos me llamaban zorra, puta barata, guarra come pollas . Todo esto me ponía cien, se corrieron en poco tiempo dentro de mí, yo me corrí una vez mas también. Cuando terminaron me incorpore y les comí las pollas otra vez hasta dejárselas flamantes, después me limpie de leche mi coño y mi culito con mi bragas.
Una vez terminamos del todo me fui en mi coche dejándoles como recuerdo mis bragas manchadas de su leche y la de Carlos. Para ser el primer día le había puesto a mi marido los cuernos con tres tíos .. y esto no había hecho más que empezar.
Una vez en casa me duche y me fui a la cama satisfecha como en mucho tiempo no lo estaba, y follada como hacía años que tampoco lo estaba. Recordé esos meses que me aleje del cabròn este, esos meses de desenfreno, esos meses en los que si me gustaba un chico me lo follaba sin pensármelo, esos meses que me dieron luego cargo de conciencia, pensaba recuperar ese tiempo perdido con este cornudo cabròn que me había traicionado. Dormí como un lirón, ni siquiera sentí cuando llego el cornudo y se acostó.
CONTINUARA