Veinte años.
La edad, la inocencia, la madurez, el deseo, todo reunido en un relato íntimo y personal.
21 de Junio de 2010
Abrí poco a poco los ojos y la luz cegadora me hizo volver a ponerme el antifaz, subí lentamente dejando que la luz diera en mis parpados y estirándome y retozando por toda la cama abrí los ojos.
- Las seis y media de la mañana, ¡Enserio¡
Me levante y sentándome en la taza orine hasta que note mi vejiga vaciá y con la actitud de un zombi volví a la cama donde de nuevo me coloque el antifaz y deje mis sueños libres por el cuarto.
Tres horas después ya era persona, me levante y me prepare el desayuno, mensaje:
. PATRI- guapo buenos días¡¡ playa??
. JESUS- buenos días, por favor si
. PATRI- pasamos por tu casa y vamos a la caleta que estará mas tranquila y hay chiringuito???
. JESUS- 13:00??
. PATRI- hasta ahora guapo, muakss
. JESUS- ;)
Era la mejor época para ir a la playa, esa y septiembre, no hace tanta calor y el agua esta fresca, ordene un poco la casa y me salí al patio a fumar mientras con la manguera regaba el jardín, sentirme en casa, desnudo, y regando era lo mejor que me había pasado nunca, desde niño lo deseaba y tras mucho esfuerzo lo conseguí.
- ¡Vamos a una playa playa con bañadores y eso¡
- Claro, por que si por mi fuera ya sabes que así es como mas cómodo me siento, luego me molesta todo.
- Anda ábreme porfa
- ¿Y Lucas?
- Estaba en casa de su hermana para no se que, ahora lo acerca su cuñado.
Entramos en casa y deje todo lo necesario que me iba a llevar y con desgana el bañador encima, para ponérmelo en el ultimo momento, desde que me vine a vivir hace unos ocho años, mis normas eran: yo vivo desnudo, la basura se saca siempre y una sonrisa por favor.
Llegamos a la playa donde las sombrilla invadían el terreno y el chiringuito rebosaba de gente, decidimos caminar un poco para estar mas tranquilos, el agua estaba limpia y transparente, había un ligero oleaje y el sol cubría el paisaje.
Mi amiga Patri había invitado a una amiga que vivía cerca, la conocía de oídas, de alguna vez tomar algo, pero nada mas, llego al rato con un gran sombrero y un pareo de colores brillantes a su lado su hijo, nos presentamos y tras bromear de la vida y comer, madre e hijo se fueron al agua y yo aproveche para fumar y leer, mi amiga y el marido se encontraba en sus respectivas tumbonas roncando a pulmón abierto. Desde la lejanía comprobé como el chaval jugaba con la tabla y de vez en cuando hacia de rabiar a su madre, me pareció divertida la escena, tras un capitulo leído y sentir gotas de sudor caer por mi frente me decidí ir al agua, al entrar salia Paula y aprovechamos para entablar conversación y conocernos un poco mas, tras un buen rato le dije que quería nadar y me fui buceando.
Estire mi cuerpo en cada brazada y cuando me sentía ahogado me hacia el muerto y disfrutaba de la magnifica sensación de sentir el sol en la parte anterior de tu cuerpo y el agua en la posterior, reanude mi marcha y acercándome a unas rocas me subí y me senté a disfrutar de las vistas. Es una cala muy bonita, con pequeñas calas que dan como mas privacidad y con salientes de roca para bucear y vistas al monte, mientras me perdía en el horizonte vi como el muchacho se acercaba a donde su madre y tirando la tabla volvía al agua, nado hacia mi y se sentó a mi lado.
- ¿Que tal?
- Bien, ¿tú?
- Bien
Como una gacela se subió a las rocas y mirándome con una amplia sonrisa me dijo:
- ¿Te animas a saltar?
- Por supuesto
Hacia años que nadie me invitaba a saltar desde las rocas al agua, buscar zonas donde saltar y saltar de modos divertidos, cambiábamos de rocas a algunas mas altas y otras mas bajas, la ilusión en nuestras caras reflejaban la tranquilidad de estar con alguien que te sigue en algo que te gusta, tras varios golpes con el agua que son bastante dolorosos, volvimos nadando y en un pequeño saliente nos sentamos y comenzamos a hablar.
- Que guay, hacia tiempo que no hacia esto.
- Esta guay, hay un chaval que desde la parte más alta se tiro de cabeza.
- ¿Enserio?
- Si y creo que me molaría hacerlo, pero me da mucho miedo.
- Normal, yo ni loco.
- Ya.
- ¿Terminaste las clases?
- Si hace una semana.
- ¿Y que tal?
- Bien, bueno un poco de todo, no he suspendido ninguna pero no estoy muy centrado
- ¿Y eso?
- Pues....
- Perdona te conozco de hace nada y no hace falta que me contestes.
- No tranquilo, no me lo había preguntado nadie, no se es como en general todo, mi cuerpo cambia cada día un poco mas, mi madre esta encima todo el día, mi padre igual, es como mucha presión encima, decide que quieres estudiar y ahora mismo solo me apetece jugar a videojuegos y hacerme pajas.
- Te entiendo.
- ¿Si?
- En lo de las pajas, en lo de los videojuegos no tanto.
- Es lo mejor. Mi madre no me entiende y mi padre menos, me tratan como a un niño pero a la vez quieren que sea adulto, pues no necesitare un proceso por favor.
Sin esperarlo dejo caer su cabeza en mi hombro y vi como las lagrimas caían por sus mejillas, la sensación de ternura y de ganas de besarlo en ese momento fueron infinitas, estire mis brazos para rodearlo y acercándose mas a mi cuello, apoyo su frente y con un beso en mi pecho dejo de llorar. El tiempo pasa y las lagrimas caídas se resecan y vuelve todo a la normalidad, le bese en la coronilla, el me respondió colocando su mano sobre mi pene, de la sensación se comenzó a empalmar y ya no sabia donde meterme, el notándolo la soltó y se levanto.
- Perdona de verdad, no quería, bueno si quería pero no debo, lo siento
Salto y se perdió en la profundidad del mar durante breves segundos, salio y se tumbo junto a su madre, desde ahí veía como me observaba, aun seguía sentado y empalmado, no sabia muy bien que es lo que había pasado, pero si que sabia que no.
Al volver a la toalla estaban recogiendo para marcharse, el chaval tímido en ese momento y callado se vistió y sin mirar atrás se dirigió a su casa.
- Oye me ha dicho mi hijo que se lo ha pasado genial contigo, ya pensaba que era un antisocial, gracias, bueno ¿Te espero en casa el martes?
- ¿Por?
- Hemos estado hablando y como el martes es la noche de San Juan, ha Sandra le apetece hacer algo en su casa, me comento Patri.
- Ahhh, vale, martes... bien si, ¿que llevo?
- Algo de bebida y algo de picar, yo haré el resto.
- Hablo con Patri y ya me diga hora y eso.
- Perfecto, un placer verte de nuevo.
- Igual.
Termine el día masturbándome pensando en el mar, en sus pies, en su cuerpo mojado, en su cara desde abajo esperando verme saltar, en su....
El martes sobre las diez llegamos Patri y yo a casa de Sandra, vivía cerca de la caleta, solo se veía una parte de ella y a la otra varios edificios y montañas, era una construcción moderna con toques antiguos que me gusto, había decorado la terraza con diversas velas y farolillos, una gran mesa y sillas descolocados para que cada uno eligiera donde sentarse, mire a mi alrededor y no vi al muchacho, desconecte y continué. Eramos unos diez, ayudamos a Sandra a traer lo ultimo necesario y mientras me fumaba un cigarro con un amigo escuche a Sandra gritar:
- ¡Chicos venir que esta la cena¡
- ¡Cinco minutos¡
- Ya, por favor
- Vamos....
Y allí apareció entre dos chicas de su edad, riéndose y contándose cosas.
- ¿Hijo te acuerdas de Jesús?
- Hola.
- Hola Aitor.
- Y estas son las hijas de Laura Y Paola.
- Encantado.
La velada paso entre tortilla de patatas, ensaladilla rusa, guacamole y mucha bebida, aunque esa noche no me apetecía beber la verdad, durante la cena estuve entretenido hablando con cualquiera, el muchacho se sentó junto a su madre y mi amiga Patri, en uno de los momentos Patri se levanta y le dice que se sentara cerca mio que seguro que tendría mejor conversación.
- ¿Te gusta la tortilla de patata?, me pregunto.
- Si, pero con cebolla.
- Y a mi.
- ¿Que tal el costado?
- Bien ya casi ni me duele.
- Me alegro.
- Gracias.
Sin pensarlo como el día anterior dejo caer su cabeza sobre mi hombro y apoyando la frente sobre el dio un largo suspiro y se marcho.
No me percate si alguien nos vio y me dio igual la verdad, continué con la velada donde de pronto apareció una cantidad desbordada de dulces, acompañados de cantidades industriales de alcohol, casi llegando a las doce cada uno teníamos un papel preparado con los deseos y una vela para poner en la piscina, Aitor iba y venia de su cuarto, escribió en una hoja y doblándola se acerco a todos y especialmente cerca miá y cada uno iba quemando sus deseos. Con música clásica de fondo, la terraza llena de velas, el cielo despejado, la brisa de Junio a medianoche que aun te apetece taparte un poco, sentí como una mano se posaba en mi hombro y acercándose a mi oreja me dijo:
- Solo deseo algún día poder abrazarte y desearte y que no sea un delito.
No le conteste, no pude un nudo en la garganta se me atravesó y durante un buen rato no podía ni deseaba hablar, me acerque a la zona donde menos jaleo había y encendiendo un cigarro me hice una promesa.
Llamadlo el destino o lo que fuese pero los siguientes dos años pasaron muy rápidamente, en el tema laboral cada vez tenia mas responsabilidades, que a la vez me daba mas quebradero de cabeza,pero me dejaba más tiempo para los míos, mi circulo de amigos se amplio un poco mas y dentro de ese circulo sin buscarlo Sandra fue uno de mis grandes confesores, compañías y risas de esos años, y por consiguiente de Aitor, Sandra cada vez que nos veía juntos disfrutaba con nuestra complicidad, dejamos el tema aparcado esa noche de San Juan y lo que hicimos fue crear una amistad en la cual el como menor y yo como adulto responsable realizábamos desde rutas de senderismo, buscar sitios donde saltar, hacer padel-surf e incluso que me enganchara a los videojuegos, se creo en algunos momentos una familia y mientras las reuniones se alargaban y los días y meses pasaban en el recuerdo quedaron esas lagrimas.
Aitor cada año estaba mas guapo, creció como es natural mas, su cuerpo se perfilo y se abulto en zonas donde el ni se había imaginado, era delgado y fibrado, un día sin avisar vino a mi casa y desde la valla se aupó y se llevo una sorpresa al descubrirme limpiando la entrada desnudo, le vi allí subido con los ojos como platos y sin dejar de mirarme.
- Hola Aitor, ¿quieres pasar?
- Pues no se.
- Si te molesta que vaya desnudo me visto.
- No tranquilo.
Abrí la verja y entro, no era la primera vez que venia a mi casa, habíamos celebrado algún que otro cumpleaños y demás allí, pero por respeto nunca ni comente ni me desnude, aunque fuera mi casa. Entre a la casa y deje la escoba en su sitio, me acerque al salón y me lo encontré desnudo.
- Aitor no es necesario que te desnudes.
- ¿Por que? Es tu casa y se va como tu digas.
- Ya, pero no es obligatorio.
- ¿Me visto?
- ¿Estas cómodo?
- Mucho.
- Pues ya esta, eso es lo importante. ¿Como que te ha dado por venir?
- He cogido la bici para llevar los papeles para la Universidad y volviendo me pillaba cerca y aquí estoy.
Allí estaba si señor, con 17 años y desnudo en mi salón, con un cuerpo donde no cabía la posibilidad de no morder y mi incapacidad para no soltar lo primero que pienso.
- Me alegro, bonito pene, digo bonito cuerpo, joder¡¡¡ paseo¡¡¡
De la risa que le entro casi se ahoga y yo de verle casi me hago pis, al menos mi mente sucia hizo relajar el ambiente.
- ¿Quieres tomar algo?
- Una coca zero.
Saque una bandeja con dos cocas zero y unas papas y me metí en la piscina, el me siguió y entro, en su momento pensé en haber hecho la piscina mas grande,sentándose frente a mi sumergió su cuerpo y estiro las piernas, las mías flotaban y las suyas me seguían.
- Desde que te conocí me fije mucho en tus pies.
- Son bonitos si.
- Hace poco leí un libro sobre los fetiches sexuales y flipé con la cantidad de ellos que ahí.
- Lo se, cada uno tiene sus gustos.
- Algún día espero poder hacerlos realidad.
Agarro el vaso de bebida y pego pequeños sorbos.
- ¿Entonces ya tienes todo para la Universidad?
- Casi, me falta un papel y una foto.
- ¿Estas nervioso?.
- Bueno nervioso no estoy, estoy con ganas de descansar de esto, voy aprovechar el verano para trabajar en el camping de la playa de Luz, para trabajar con los turistas alquilando todo tipo de deporte acuático.
- ¡¡¡¡Enhorabuena¡¡¡¡
- Gracias.
- Como me alegro y ademas de lo que te gusta.
En esa ocasión fui yo el que se acerco a darle un abrazo, sentí su cuerpo mojado junto al mio, apoye mi cabeza en su hombro y lo apreté fuerte contra mí.
- Perdona.
- ¿El que?
- Nada, solo que estamos los dos aquí en pelotas y bueno mi cabeza.
- Me gustan tus abrazos, me he acostumbrado a ellos, no te he dado uno al llegar por que estabas todo tenso, pero a dártelo iba.
- Lo se, por eso me he ido sin terminar de barrer.
- Jajaja
Continuamos hablando y poniéndonos al día, era como hablar con alguien de mi edad, tenia la cabeza y las manías de un adulto y el cuerpo de un joven, había sacado todo sobresalientes y ademas se quería sacar el carnet, hacia cada vez mas cosas con nosotros que con sus amigos y no le llamaba la atención salir de fiesta, lo llamaba una perdida de tiempo y de neuronas, cada año flipaba mas con el.
El verano paso como cada año, rodeado de cerveza, olor a crema bronceadora y galán de noche, cenas interminables, días de playa con la espalda roja y alegría sobre todo mucha alegría.
El otoño paso como de normal en la costa, de lado, el cumpleaños de Aitor era el doce de Diciembre, justo un mes antes que el mio, su madre decoro la casa y tras reunir a casi mas de cincuenta personas, Aitor apareció como si nada de la Universidad y para nuestra sorpresa su primera reacción fue llorar como un niño, allí estábamos todos detrás de cortinas, sofás y mesas y el en la puerta con lagrimas en los ojos de la emoción, me busco y cuando me encontró se abalanzo sobre mi y dándome un gran abrazo se tranquilizo, tras lo que continuo continuo abrazando y besando al resto.
La cara de su madre, su padre, su abuela y el resto de familia fue un poema, yo intente por todos los medios parecer natural pero en mi era imposible.
- ¿Jesús puedo hablar contigo un momento?, me pregunto su madre
- Claro.
Ya en su cuarto:
- Jesús nunca pensé que me fuera a pasar esto y que me entraran celos, solo dime por favor, ¿mi hijo y tu tenéis algo?
- Una amistad.
- ¿Te has liado con mi hijo?
- Nunca.
- ¿Te gustaría?
- No lo se.
- Joder Jesús es mi hijo y tu tienes casi cuarenta tacos enserio de verdad me estas diciendo que te gustaría, ¡que es mi hijo¡.
- Lo de que es tu hijo me ha quedado muy claro.
- Pero de verdad me entiendes o me estoy volviendo loca.
- Te entiendo.
- ¿Y por que entonces? ¿Por que la primera persona a la que ha ido abrazar a sido a ti?
- No te puedo contestar a eso porque no lo se.
- ¿Le quieres?
- Si.
- Joder Jesús, que es un crio.
- Y yo soy un adulto que no ha hecho nada, solo ser su amigo y si se ha malinterpretado algo no es a mi a quien deberías hacer el primer grado.
- Lo siento, pero cuando le he visto entrar y he visto su cara, se le han saltado las lagrimas de la alegría y mientras sus ojos húmedos buscaban a alguien, mi deseo era mirame hijo y cuando se abalanzo hacia ti, algo se rompió dentro de mi.
- De verdad que lo siento.
Lloramos abrazados durante unos minutos cuando escuchamos la puerta abrirse.
- Mama, ¿has visto a Jesús?, pregunto mientras entraba.
- Estoy aquí Aitor.
- Pero, ¿que os pasa?, pregunto mientras se arrodillaba ante nosotros.
- Hijo.
- Si mama.
- ¿Quieres a Jesús?
- Si.
- ¿Pero no como amigo, sino como algo más?
- Si.
Fue el momento mas incomodo de toda mi vida.
- Jesús podrías dejarnos un momento a mi madre y a mi porfa.
- Claro.
Se sentó en mi sitio y antes de irme cogió mi mano y me la beso.
- Gracias Jesús, ¿Que quieres saber?
- Todo hijo todo.
- Pregunta.
- Me da igual lo que seas lo sabes, pero con Jesús, te dobla la edad.
- Primero Jesús y yo unicamente somos amigos, lo que podamos sentir el uno por el otro aun no esta claro, por que acabo de cumplir dieciocho años hoy mismo y lo que antes podía ser un delito ahora no lo es.
- ¡¡¡Me estas diciendo que quieres¡¡¡
- No mama te digo que quiero a Jesús mucho, que desde que lo conozco soy mejor persona, que la edad me la paso por.... bueno eso, y que te quiero mama mas que a nadie en el mundo y entiendo por que viene todo esto, estabas esperando que cuando entre la primera persona que fuera a buscar fuera a ti y no ha sido así, lo siento, es lo único que te puedo decir.
- Estoy un poco descolocada, nunca me imagine esto.
- Nosotros tampoco mama, todo ha salido de esta manera y así esta bien, no se lo que va a pasar, pero lo que si se es que te quiero a mi lado.
- Lo estaré.
Tras un largo sorbo de cava y las miradas de desaprobación de la multitud, decidí salirme fuera a fumar con una botella de cava y dos copas.
El interior de la casa era de un silencio sepulcral, mire hacia al mar y respire hondo.
- Bueno creo que no hay que contaros nada, gracias por venir de verdad, si queréis quedaros estáis en vuestra casa y si a alguien le molesta que salga ahí fuera a estar con la única persona que me apetece estar en este momento por favor le invito a salir de casa de mi madre y de mi vida.
- ¡Hijo no es necesario esto¡.
- Lo que no es necesario es que como yo soy el pequeño y el al ser el adulto responsable se le cargue con la culpa y para que lo sepáis todos, ese hombre que ahí hay fuera me ha respetado desde el día que me conoció y nunca nunca ha intentado nada, a lo mejor soy yo el culpable y no el.
Salio y cerrando de un portazo dejo a los invitados en silencio de nuevo, había oído cada palabra, me gire para mirarle, el se acerco lentamente a mi y cuando se encontraba lo bastante cerca se desplomo sobre mi y lloro, lloro durante un rato eterno, donde no había consuelo, le dolía el alma y eso necesita su tiempo, en ningún momento salio nadie y no me importo, acerque una silla y sentándome primero le pedí que se sentara sobre mi y se dejara llevar, lo acune como a un bebe, le besaba la cabeza y los dedos de la mano, el continuaba con la cabeza en mi pecho, los sollozos cada vez eran mas débiles, alargo sus brazos y me apretujo fuerte.
- ¿Me quieres?
- Si.
- Y yo a ti, ¿por que parece algo malo?
- Entiende que la gente tiene sus propios perjuicios y si no lo ha vivido nunca ni en su entorno tampoco, les parece algo demoledor, al principio ser gay era igual de duro, has tenido la suerte de nacer en una época donde los que antes de ti hicieron grandes cosas para conseguir esto.
- ¿Llegaran a entenderlo?
- Algunos si y otros no, lamento que te hayan recibido los dieciocho de esta manera.
- No es culpa tuya.
- Nuestra.
- Nuestra.
- ¿Puedo ver tu cara mientras hablamos por favor?
Levanto su cara y comprobé que no deseaba ver otra cara tan linda cerca.
- ¿Mejor?
- Mirarte a los ojos siempre sera lo mejor que haga en el mundo.
Y ahí ante las atentas miradas y bajo la luna de Diciembre nuestros labios se encontraron.
El amor no entiende de edades, sobre todo cuando son consentidas. Viva el amor y la felicidad.
Gracias por llegar hasta aqui y dejarte envolver de este relato que me encanta personalmente, continuare contando, tras ese primer beso, habra muchos mas y donde comienzan los besos, continuan las caricias y mucho mas.
Un abrazo enorme.