Vecinos complacientes en plena cuarentena II

Vuelve a reír al tiempo que levanta su mirada, observando como disfruto y al mismo tiempo tiemblo, no solo de placer sino de miedo por ser pillado. ¡Volviendo está a ascender hasta mi glande y finalizar con una atragantada… ooohhh!!.

Vecinos complacientes en plena cuarentena II

Continuo con mi amistad y vivencias en plena cuarentena con mis vecinos, vecinos que me muestran su lado más oculto e inaccesible, vecinos que dada la situación se han abierto hacia nosotros. Os lo presento con sus verdaderos nombres, pues ellos son los primeros en decir que unos nombres no señalan a la persona, menos aún la definen. Un matrimonio formado por Natalia (36 años) y Alejandro (42 años), matrimonio donde ella es bicuriosa y el hetero con dudas, pero ambos disfrutan del sexo, donde de un principio te dicen…

  • “Nosotros no buscamos nada, solo buscamos provocar, desear y ser deseados, buscamos un ambiente de erotismo, sexualidad y buenas formas”.

Pero que finalmente me confiesan que desean tener nuevas experiencias, no importándoles compartir sexo con chicas… para ambos, chicos para ella con derecho a mirar el, y claro está intercambio con parejas. Contándome todo esto, pues ante las medidas de este confinamiento les ha cortado las alas, pensando en nosotros para solucionar sus deseos. Donde Natalia se le ha metido en la cabeza seducir a mi mujer, idea que le he dado suerte en su proyecto, mientras que Alejandro no deja de tentarme con su mujer. Tentación que tengo prohibido confesarle que su mujer ha comenzado ya sin él, pues no me he podido negar y más por mi estado, dejándome que me la comiera y algo más… uuuffff!!.

Los demás Whatsapp no hace falta contaros las conversaciones a excepción de alguna compañera, compañera que me cuenta sus penumbras y fantasías, compañera que se encontraba en plena separación cuando estas restricciones le han hecho detener su proceso. Pero bueno comenzaré… El pasado sábado 28 de marzo me despertaron de mala manera mi mujer, soltándome…

  • “Anda vago despierta que son ya las diez de la mañana, despierta que tengo que salir a sacar al perro, comprar pan e ir a la farmacia”.

Adormilado despiertas, no levantándome aun de la cama, simplemente me quede sentado mirándome en el espejo, espejo que no son otros que las puertas correderas del armario. Mi mujer vuelve para despertarme, mirándome y volverme a soltar…

  • “Ya estas despierto o no, joder… estas empalmado, dime con quien coño as soñado so degenerado… pervertido”.

No sabiendo responderle, pues aun continuo dormido, pienso solo en mi café sin darle importancia a lo que me dice, volviéndola a escuchar decirme…

  • “Vaya tío de mierda que estas hecho, menudo pervertido… anda levántate que me marcho”.

Cayendo en esos momentos en que nosotros no tenemos perro, pensando que ella nunca ha ido a comprar el pan y pocas veces ha ido a la farmacia.

Sin tiempo ni para tomar el café escucho de lejos la puerta cerrarse, dando por hecho que mi mujer se ha marchado finalmente. Caliento el café en el microonda, tiempo que me da para orinar y lavarme la cara, sentándome y coger el móvil, observando los incesantes Whatsapp que tengo, llamándome la atención sobre todo la de mis vecinos… Whatsapp por separados, familia, amigos, compañeros y algunos de amigas. Comienzo por el Whatsapp de mi vecino Alejandro, el cual tras un buenos días me enseña un video de escasos segundos donde me muestra la follada que le ha dado a su mujer, penetración que le da desde atrás mientras ambos están delante del espejo… uuuffff!!. Video que detengo a los pocos segundos, pues no estoy como para ver mucho porno, menos aún para ver a su mujer desnuda. Continuo por abrir el Whatsapp de su mujer Natalia, donde ella me manda una imagen de ella con unos buenos días, imagen que no es otra que delante del espejo del baño con tan solo sus braguitas, siguiendo leyendo los demás mensajes, donde me pregunta…

  • “¿Qué te ha parecido el video que mi marido Alejandro te ha mandado, donde el me penetra desde atrás?, espero que te haya gustado”.

Soltándole incrédulo sin querer decirle que sí, pero esta vuelve a mandar ante mi silencio…

  • “No te ha llegado… no me lo creo, no me digas que no te ha puesto como mi marido me folla y mis pechos botaban al compás de las embestidas… ja ja ja”.

No contesto, pero con el siguiente sorbo a la taza del café, vuelvo a recibir por parte de ambos un nuevo Whatsapp, mensajes que me dan por deducir que ambos están juntos y es parte de su juego. Donde tras leer uno y después el otro… en ambos me invitan a ir a su casa, invitación que se alargaría hasta después del almuerzo, pidiéndome que fuera con mi mujer si es posible. Cosa que tras recoger un poco la casa, ducharme y vestirme, me presento en la puerta de mis vecinos, donde mi vecina me abre nuevamente en bata, prenda que me hace ver que debajo apenas tiene ropa… uuuffff!!. Deducción que se afirma en el momento que ella me hace pasar en indicándome donde estaba su marido, mientras entra en el baño y se quita la bata, soltando un grito de aviso a modo…

  • “Cielo, me voy a enjuagar un momento y ahora salgo”.

Esa imagen me acompaña hasta que llego a su cocina, donde Alejandro mi vecino me está preparando un café, sonriente este, me dice…

  • “¿Qué te gusto el video o no?”.

  • “Dice Natalia que a ella no le contestas por vergüenza, no me digas que no te ha gustado… no me lo creo”.

Fui a decirle que sí, cuando este interrumpiéndome, dice…

  • “No me digas que no… no finjas, además se te nota que te ha gustado… ja ja ja”.

No sabiendo exactamente a que se refería y en parte me daba miedo preguntárselo, coge y me suelta…

  • “Vamos a esperar a Natalia a que salga, así desayunamos los tres y pena que no seamos cuatro”.

Tras un vale por mi parte, coge este y me dice…

  • “Si quieres acércate al baño y observa como mi mujer se ducha, te puedo asegurar que merece la pena”.

Una negación por mi parte pues no lo vi lógico en esos momentos, ya que no lo veía coherente y además me cortaba que su propio marido, me incitara a hacerlo. Soltándome este…

  • “Joder José… ¿Qué te has puesto colorado?, como si no conocieras bien las curvas de mi mujer, bien que el otro día no te cortaste cuando se masturbaba… ja ja ja”.

Y una voz proveniente del baño le hizo callar, cogiendo las tazas y demás picatoste y dirigiéndonos hacia el interior del salón, donde en apenas unos minutos apareció deslumbrante su mujer Natalia. Recuerdo que después de haberles contado mi despertar y acabar por descojonarse ambos, donde ambos coincidían en la misma idea, no siendo otra que…

  • “A tu mujer perdona que te lo diga, pero le hace falta que le echen un buen polvo, no decimos que no sepas echarlo, pero quizás necesite ese cambio de rol”.

  • “Necesita que un tío se la meta bien metida, un pollon de las que le haría gritar y llorar en la primera embestida, no sé cómo la tienes tú… pero la mía según Natalia es una admiración”.

Fue decir esto y a los pocos minutos comenzara a sonar el móvil de Alejandro, levantarse este e irse caminando hacia el interior de su vivienda, acabando por entrar en su despacho, donde acabo por cerrar la puerta. Quedándome a solas con su mujer Natalia, donde viendo que nos quedamos a sola, vio su oportunidad para presentarme a una amiga suya que como ellos buscan amigos. Me la presento como Paola, no sabiendo si era su verdadero nombre o no, comenzando por enseñarme fotos de esta desnuda, siendo estas imágenes de menor grado de erotismo a un mayor… uuummm!!. Donde sale Paola en braguitas como única prenda, ¡enseñándome videos donde esta sale cómo se realiza un dedo… uuuffff!!, no quedándome otra que detener a Natalia, pues no sabiendo si lo hace aposta o no, imagino que desea ver como se me pone de dura, aunque no hace faltaba mucho. Donde acaba por decirme…

  • “Son una pareja como nosotros, ella con 35 años y el con 44 años, ambos amantes del morbo tanto juntos como por separados, donde su marido le deja que se divierta”.

Acabando por soltarme Natalia…

  • “Sabes de eso que dicen de ‘Señora en la calle y Puta en la cama’, pues Paola es la viva imagen, ¡no veas como traga… mmm!!”.

Volviendo de nuevo el tema hacia ellos, confesándome eso de que llevaban tiempo con la idea de hacer Dogging, idea que poco a poco fue creciendo al tiempo que las ganas, comenzando a indagar lugares para practicarlo. Donde les informaron de algunos, desde el descampado que hay en Sevilla Este junto a Alcampo hasta el aparcamiento de la Cartuja junto al rio y junto al Estadio Olímpico. En este último les informe yo…

  • “Esa zona es de cruissing… ya sabes dónde van tíos buscando tema gay, tíos hetero o bisex que buscan probar cosas nuevas, pero que si vais por allí seguro que pilláis algo”.

Pero lo mejor era cuando íbamos conversando, pues esta no dejo de acariciar y magrear mi entrepierna, magreos que no deje de advertirle que parara… no porque no me gustara, sino porque estando como estaba iba a lograr que me corriera. Ella ríe y me suelta…

  • “As pensado en lo que te dije el otro día”.

No contesto… simplemente dirijo mi mirada hacia la puerta del despacho, ella me mira y se dedica con ambas manos a bajarme la cremallera e introducir su mano de mi pantalón. Me sobresalto al no esperar tal descaro, pero me estremezco al sentir como sus manos cálidas se hace con mi miembro, tirando de este con cuidado hasta sacármelo fuera. Me mira de nuevo y sonriente, me dice…

  • “Mira como la tienes de dura, como se nota que tu mujer no te hace ni puto caso… seguro que nada más darte un lengüetazo te corres”.

Asiento con la cabeza, pidiéndole compostura y suplicándole que me dejara, soltándole…

  • “No me seas mala… por favor”.

Ríe y con su mirada picara, dice…

  • “Me parece que va a salir…”.

Cojo y giro mi rostro en dirección hacia el despacho, observando que la puerta continua cerrada, sintiendo en esos momentos como esta besa mi glande… ooohhh!!. Me estremezco pues no es para menos, evitando soltar algún gemido que pueda hacer sospechar a su marido, aunque dudo que este en verdad no lo sepa. Me da por mirar el salón, visualización que doy a modo de hallar alguna cámara u objeto parecido, mientras esta ha pasado de los besos a lamer mi glande e ir descendiendo hasta la base… uuummm!!.

Me vuelvo a estremecer… dejándola seguir pues no me queda otra, bueno eso y que necesito desfogarme… aaahhh!!, pues la muy cabrona es buena… uuuffff!!, noto con gran placer como su lengua discurre desde mi capullo hasta mis testículos… uuummm!!. Deslizándose por mis gruesas venas marcadas por mi tronco, lame y chupa mis pequeños genitales… ooohhh!!, levantándomelos al tiempo que ella se inclina a modo de poder llegar a la zona del perineo… uuummm!!.

Vuelve a reír al tiempo que levanta su mirada, observando como disfruto y al mismo tiempo tiemblo, no solo de placer sino de miedo por ser pillado. ¡Volviendo está a ascender hasta mi glande y finalizar con una atragantada… ooohhh!!, introducírsela por completo en su boca… aaahhh!!, no pudiendo evitar posar mis manos en su nuca al tiempo que estallo… uuummm!!... aaahhh!!. Corriéndome en su boca, descargando directamente en su garganta, ella traga y absorbe mientras no deja de pajearme, ordeñándome como si se tratara de una vaca… uuuffff!!. Esta me mira pícaramente de nuevo, sacándosela sonríe, siseándome a modo de hacerme callar, acabando por decirme…

  • “Te pensaste eso de mi fantasía… ya sabes de ser mi juguete”.

Recuerdo que le miré incrédulo sin saber que contestar, pues pensé que, en esos momentos, aquello no era una pregunta sino parte de su conversación, aquella conversación que era más una mezcla de confidencias, deseos, pretensiones, sueños y fantasía. No dejando de acariciar mi flácido miembro, volviéndome a decir nuevamente…

  • “No recuerdas que te dije… si deseabas ser mi juguete, no te calles vecino y contesta coño, no es una broma… te he elegido a ti porque no me queda otra”.

Calla por su espontaneidad, pero continúa hablándome… explicándome con toda naturalidad, continúa diciéndome…

  • “Bien sabes que tengo muchas fantasías, fantasías que no quiero hacerlas con mi marido… aunque a él le ponga verlas, antes de este dichoso confinamiento tenía muchos voluntarios, pero ahora el temor de juntarnos les frena”.

Su sinceridad me conmueve y al mismo tiempo me atrae, pocas mujeres en mi vida se han parecido a ella, mujer tan abierta tanto emocional como sensual. La escucho con atención, bueno eso y con gran placer, ¡pues esta continúa masajeando mí ya morcillona polla… uuummm!!, miembro que vuelve a tomar forma poco a poco. Mientras está dice…

  • “Sé que lo deseas… lo veo en tus ojos, sabes que tengo muchas fantasías y en estos precisos momentos, no tengo precisamente ninguno de mis voluntarios”.

  • “Además bien sabes que entre mis fantasías está el seducir a tu mujer, aunque creo que es más vuestra que mía… ja ja ja”.

Ríe nuevamente la muy cabrona, soltándome pícaramente…

  • “No me digas que no te pondría ver a tu esposa con otra mujer, mentirías si dices que no”.

Callo, pues no supe que contestar, volviendo está a replicar…

  • “No te preocupes por Alejandro mi marido, no sabrá nada o al menos de momento, aunque se por sus labios que él desea proponerte algunos roles, donde tu mujer está entre ellos”.

Callo y ella sigue…

  • “Rol que uno de ellos es parte mía, pero donde otro de esos juegos es por parte de mi marido”.

Volviendo a introducirse mi miembro, tragando y sintiendo como esa lengua me volvía loco… uuummm!!. Propuesta que en verdad no sé qué decir, volviendo está a decir…

  • “Piensa en lo que te dije… vecino, piensa en que el confinamiento puede ser largo, imagínate que no salimos hasta junio… Dios no lo quiera”.

  • “Pero es una realidad, nos van a quitar el podernos mover, no quedándonos nada más que esto, además nadie se tiene que enterar, piensa que es una manera de no aburrirnos”.

Momentos en que escuchamos el pomo girarse y claro esta es una señal que su marido volvía a unirse a nosotros. Llegando y soltar…

  • “Por dónde íbamos”.

Le explicamos en la idea de seducir a mi esposa, cosa que les advertí que iba a ser una empresa difícil de llevar a cabo, siendo Natalia la que sugerido…

  • “Bueno podemos hacer una cosa, no sé si os gustara, pero es una idea”.

Ante nuestro silencio… con más atención hacia mí, esta prosiguió…

  • “Podemos realizar una cena, venís guapos y cenamos, pero en el plato de ella puedo echar un estimulante, cuyos efectos con el alcohol de los cubatas veras lo rápido que acabamos en la cama, ya sea las dos como los cuatro”.

  • “No creo que diga nada por la mañana cuando despierte, sobre todo cuando caiga en la cuenta que ha hecho el amor tanto conmigo como con mi marido”.

  • ”Bueno quien sabe… quizás le ponga el sándwich que queremos hacer, ¡donde mi marido le penetrará por delante mientras tú le das por detrás… uuummm!!, y ya de paso que me coma el ‘chichi’… uuummm!!”.

Lógicamente yo aplaudí la idea, pero expuse las pegas que pondría mu mujer, pegas que hundió todos los planes de Natalia, acabando por decir…

  • “Bueno entonces solo me queda llegarme un día a tu casa, e intentar enrollarme con ella y ver si se opone o le gusta, ya os diré cuando pase, mientras los juegos se quedarán entre nosotros tres”.

Fue el momento en que Natalia se levantó a llevar a la cocina las tazas, dejándonos solos y Alejandro preguntarme…

  • “Bueno… dime José, te la ha mamado ya mi mujer…”.

Joder que directo es el muy cabron, no supe decirle de primera, no sabía si confesarle que su mujer no solo me la ha mamado una vez… o van tres. Siendo este el que prosiguió…

  • “Bueno no te preocupes, sino te la ha chupado aun… no tardara, veras que maravilla de boquita y lengua posee, ¡no veas… uuuffff!!”.

Fue decirme esto mientras poso una de sus manos sobre mi muslo, mano que no se cortó para nada cuando recorrió la longitud de mi muslo, no atreviéndose a tocar más allá. Fue cuando se atrevió a decirme…

  • “No soy bis… ni me gustan los hombres, pero ante lo hablado con algunos amigos, me he reconsiderado esto y estoy pensando en probarlo, no sé si me entiendes”.

Callo no digo nada y simplemente le escucho…

  • “Me gustaría que un tío me la comiera y por supuesto yo comérsela, pero el hacer un trio o un intercambio de pareja, donde el desenfreno por el sexo es lo que quiero, todos que seamos bisexuales para poder llevarnos horas disfrutando de todos. No sé si vez por donde voy…”.

Fue decir esto… cuando su mano llego a mi entrepierna y comenzó a masajear mi miembro, notando que para nada evidenciaba una erección, dando por hecho que no me interesaba sin imaginarse que su mujer me había dado una mamada horas antes. Pero fue precisamente cuando apareció Natalia, pillándole metiéndome mano y preguntarle a su marido…

  • “¿Qué se lo has dicho ya… o no?”.

Respondiéndole este…

  • “Si… pero no me contesta, creo que hemos elegido mal al vecino”.

Fue cuando Natalia le soltó…

  • “Tranquilo a mí me ocurrió lo mismo, le he soltado lo que pretendo y esta aun en shock… ja ja ja”.

  • “Pero para nada hemos nos hemos equivocado, además le va costar empalmarse si le hubiera atraído tu proposición, pues tras haberle dado una mamada y correrse… no veas”.

Saltando su marido…

  • “Que cabron… y no me había dicho nada, joder que calladito se lo tenía y yo que no he dejado de insistirle… ja ja ja”.

Fue en esos momentos en el cual había que decidirse, momentos en que Alejandro se levantó y me miraba fijamente, mientras Natalia le dio por bajarle la cremallera e introducir su mano dentro del pantalón, hurgando y tirar hacia afuera del miembro de su marido. Donde esta mientras estaba en esto no dejo de decirme…

  • “Te voy a mostrar lo que es una polla y te enseñare como hay que comerla, veras como mi macho disfruta”.

Me quede perplejo cuando esta saca el pollon de su marido fuera, pollon que con descaro se la mete en la boca hasta la campanilla, sacándola y comenzar a darle muerdos en su glande, deslizando la lengua hasta los enormes genitales. Sacársela de la boca y decirme…

  • “Esta es la que queremos que disfrute tu esposa, verla como gime y solloza de placer, como se estremece y grita que le rompa el culo, no sé si llegaremos a tanto, pero que al menos se venga tanto como dedos tiene en una mano”.

Uuuffff!!... como me puso escuchar eso, mi polla comenzó a reaccionar ante tales palabras, comenzando a masajearme sobre el mismo pantalón. Volviendo está a decirme…

  • “Estamos deseando coger a tu mujer y que tú seas testigo de cómo te pone los cuernos, pero no te sientas mal… pues mientras ella disfruta, ¡deseo romperte el culo a ti delante de ella con mis juguetes… uuummm!!”.

Girando mi rostro hacia ella… mirándolo con miedo, pues una cosa es disfrutar en la intimidad de sus juegos a realizarlo delante de mi esposa, no sabiendo como actuaria esta ante ese nuevo hallazgo. Me mira y me dice…

  • “Pero bueno… ya te hemos seducido, ahora toca la perversión y para eso hay que enseñarte, antes de comenzar con lo difícil… toca lo fácil, ¡toca cogerla y sentir su tacto… mmm!!, toca saboréala y chuparla… mmm!!, toma cógela y comienza…”.

Soltó eso y cayó como una ducha fría, ahí estaba yo con ese pollon a escasos diez centímetros de mi boca, decidiendo que deseaba hacer, pues la decisión que tomara iba a marcar como quería pasar la cuarentena. Ya que por un lado era pasarla a pan y agua con la estrecha de mi mujer, cabrona que se había convertido desde que sale con unas amigas y en especial una, cuya bruja me odia y ha hecho que mi mujer me odie también, ya que odia a los hombres desde que se separó. Y por otro lado estaba el aceptar la proposición de mis vecinos, vecinos abiertos de mentalidad como adictos al sexo y todo lo que lo rodea, cuyas ideas eran muy morbosas y atrayentes… uuummm!!. ¿Qué pensáis que hice?, pues la cuarentena se hizo más larga y dura para unos que para otros, donde me encuadrar a mi…

Bueno dicho esto y por deseando alargarlo mucho más, os dejo y espero que os haya gustado, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Claro está, mi email es: jhosua 1974 @ gmail. com (obviamente… todo junto).