Vecinos 2

No me quiero enamorar. Pero deje que haga lo que quiera conmigo.

VECINOS 2

Mi nombre es Carolina y esta es la continuación de mi historia con mi sexy y peligroso vecino. Tengo el cabello castaño y corto, la tez blanca y ojos cafés, soy rellenita pero mis curvas se defienden, no me puedo quejar.

Continuando con la historia esa mañana empecé tarde mi jornada, y hacía las cosas como un zombi. Me encontré con un par de amigos que hace tiempo que no veía y no pude decirles que no cuando me invitaron a cenar para recordar aquellos momentos que pasamos juntos. Luego de la cena me apresure a volver a casa, pues estaba ansiosa por continuar lo de la noche anterior.

Iba a coger con David esa noche y me mojaba tan solo de pensar en la dureza de su pija.

Ya por fin en casa, me entre a bañar me unte crema en todo el cuerpo, y me puse aquel perfume para ocasiones especiales.

Tenía un conjuntito de ropa interior de encaje con un estampado de flores que me encanta y no dude en ponérmelo. Días atrás había comprado un vestidito negro de invierno que decidí estrenar esa noche. Una vez lista y ansiosa le mande un mensaje para que supiera que había llegado pues tenía mucha vergüenza de ir hasta su pieza.

A los 15 minutos golpeo la puerta.

Le abrí nos miramos, me sonroje un poco y le invité a pasar. Nos sentamos uno frente al otro, el televisor estaba encendido pero no le dimos importancia.

Hablamos sobre temas triviales y una serie que nos gusta. Me levante de la silla y lo abrace por la espalda. Él tomó mi mano y me puso en frente suyo para sentarme en sus piernas. Nos besamos suavemente y de repente empezó a contarme una historia que había vivido el año pasado.

David: Quiero ser sincero contigo, antes de ayer me vi con mi exnovia y hablamos mucho sobre la razón por la que terminamos – termino contándome por qué y sus razones para volver con ella. Me entristeció pero trate de que no se notara mucho. Luego continúo diciendo:

D: Yo no soy un chico que suele estar con una sola chica, siento que es aburrido estar con una sola por mucho tiempo. Quería dejar eso en claro y ser honesto contigo.

Me puse a pensar nunca creí que sería un príncipe azul, pero estaba de novio ahora y eso me molestó un poco al principio, pero aun quería que lo hiciéramos ya que la atracción que sentía hacia él era más fuerte.

C: Me gustas mucho, y no me importa, no me molesta. Te tengo que confesar que yo también estoy saliendo con alguien. Así que estamos en la misma situación.

Nos volvimos a besar y me apretó fuerte de la cintura. Con eso me olvide de todo.

Me levante ya que noté la dureza que se escondía tras su bragueta y liberando aquel paquete apretado en medio esos jeans, lo tome con mis manos y empecé a lamerlo desde la base hasta la punta, lo mordí suavemente y luego trate de tragármelo entero, cosa que no funciono porque era muy grande. Tenía que abrir bastante mi boquita para que cupiera bien, y se deslizara. Así subí y baje mirándolo a los ojos para ver su expresión de deseo desenfrenado.

Nos pusimos de pie, David termino de quitarse los jeans y nos fuimos besando hasta la habitación.

Sentí mis piernas chocando contra la cama, y el empujón que me dio tirándome sobre ella se puso encima y ataco mi cuello con besos y chupándome suavemente. Mi nalga era bruscamente atacada por su mano que luego entro bajo mi vestido y me subió la colaless metiéndose en medio de mis labios vaginales muy fuerte arrancándome un gemido.

C: Se gentil por favor – le pedí, pero el hizo caso omiso a mi petición.

Cambiamos de posición y yo quede encima suyo empecé a moverme para estimular más su a su pija. Me quite el vestido y lo bese con toda la pasión que el encendía en mí. David se bajó el bóxer y se quitó el buzo que tenía junto con la remera. Tomó su billetera la cual había dejado sobre mi mesita de luz y saco un preservativo.

Yo ansiosa quise quitarme la colaless pero el no me dejo pues le gustaba así con la ropa interior puesta.

Se puso el preservativo rápidamente y se ubicó en la entrada de mi mojada conchita y corriendo mi colaless un poco metió dos de sus dedos. A lo cual empecé a gemir pues me causaba un placer sentir como se movían dentro.

Entre jadeos le suplique que me la metiera… mmmm por favor métemela ahora que ya no aguanto quiero sentirte dentro.

Me hizo caso y al instante sentí la punta de su pene entrando, y luego el grosor de todo su tronco durísimo. Mi cara no podía expresar más placer. Jamás había estado con alguien que la tuviera así de rica. La metía y la sacaba lentamente al principio.

Así estuvimos un rato y luego empezó a darme más fuerte y más rápido. Presintiendo que David iba a acabar y como yo no quería que se acabara todavía hice que cambiaramos de posición quedando yo encima.

Me quite la ropa interior pues quería sentirlo bien. Cabalgando sobre el me sentía a como una puta, el estrujaba mi tetas mientras yo me movía sobre su pija subiendo y bajando, saltando sobre ella. Hasta que por fin acabe y el no tardó mucho en acabar también.

Me levante y me acosté a su lado. Mis mejillas estaban ardiendo y de seguro estaba roja como un tomate. Nos acostamos y nos dormimos al instante. En la madrugada me levante al baño trate de no hacer ruido para no despertarle. Cuando volví pude verlo plácidamente dormido ya que entraba un poco de luz a través de la ventana.

Es tan lindo y sexy así dormido también, que peligroso podría perder mi juicio y terminar sintiendo algo por él. Abrió esos ojazos y

D: Pasa algo muñeca?

C: No… nada.

Pongamos un poco de música ya se me paso el sueño, o quieres terminar de ver la película de ayer? – dijo soltando un risotada.

C: Música está bien – Así compartimos un momento de gustos sobre la música y su familia. Parecía que los extrañaba pero no lo decía.

Lo miraba mientras me contaba aquellas historias de colegio que tuvo, las vergüenzas que paso. Se sentía muy bien estar así hablando y riendo. Nos volvimos a besar y eso llevo a que nos encendiéramos termináramos haciéndolo de nuevo. Me puso en cuatro esta vez y me embestía con fuerza haciéndome no solo gemir sino gritar porque por ratos me lastimaba ya que la metía entera y chocaba fuerte dentro de mi útero. Me saco unas cuantas lágrimas de dolor, cuando ya no aguante más le pedí que parara por favor pero no me escuchó y siguió su labor.

Yo trataba de zafarme pero me tenía sujeta muy fuerte de la cintura.

Hasta que por fin se dio cuenta y me pregunto si estaba bien. Me di la vuelta y me acomode como pude sobre la cama puesto que me dolía muchísimo supongo que esas son las desventajas de coger con alguien con semejante paquete. Llore por un momento diciéndole que me estaba lastimando.

D: Porque no me dijiste nada?

C: te pedí que pararas pero no me hiciste caso.

D: Disculpa, pensé que estabas gozando; es que a veces soy muy bruto.

C: Esta bien ya está pasando, y no te diste cuenta así que no hay problema.

D: En otra me pegas me arañas fuerte para que me dé cuenta por favor.

Y a pesar de lo que paso, y de que ya estaba amaneciendo, nos volvimos a dormir.

Cuando me desperté ya eran cerca de las doce del mediodía así que me levante rápidamente y me fui al baño a arreglarme. Volví y después de mirarlo por un momento lo desperté.

C: Despierta hermoso, ya es medio día.

Se vistió algo dormido y se fue a su pieza.

Me entre a la ducha después de que se fuera. Y salí a almorzar fuera. Y esa tarde, estuve dándole vueltas al asunto puesto que me había encantado nuestro encuentro. Pero esto es casual y no debo tener ningún sentimiento por él, pensaba y me atormenta.

Con el pasar de los días nuestros encuentros eran más intensos y más seguidos. Hasta lo hacíamos en el día.

Se tornaba peligrosa la situación no solo por el hecho de ser descubierto si no porque, después de todo soy mujer y no soy tan fría como a veces intento aparentar.

Siempre he sido así tratando de mostrar que soy fuerte, es como un escudo pero soy tan débil sobre todo si se trata de sentimientos. Poco a poco me fue gustando más estar con él y cada que se iba quería pedirle que se quedara un rato más invitarlo a comer alguna vez, pero jamás aceptaba.

Como aún seguíamos en vacaciones decidí irme un tiempo a mi casa antes de rendir. Puesto que quería despejar mi mente y alejarme de todo. Fue muy lindo estar junto a toda mi familia, hasta que mi abuelo tuvo una recaída de su enfermedad y casi se nos va, por suerte al final salió bien de la operación y ahora se encontraba recuperándose. Para ese tiempo ya tenía que volver al lugar donde estudiaba así que me despedí de todos en casa y regrese a mi hogar en la vecindad.

Lo volví a ver después de mucho tiempo, de tantos problemas que tuve y sentía que lo necesitaba, en ese momento me di cuenta de que era más que solo una atracción lujuriosa, no quería sentir esto pero necesitarlo como un todo, y no solo querer que me metiera esa pija rica que tiene, era algo más.

Lo malo de cuando lo volví a ver es que solo había vuelto para alistar su bolso pues se tenía que ir de nuevo, pero esta vez al campo.

Yo estaba en la entrada de mi departamento pensando en cómo decirle que lo mejor era dejar las cosas como antes ya que sino yo iba a salir con mi corazón herido. Para mi sorpresa no venía solo.

Paso a mi departamento con la excusa de que quería que cuidara su mascota, un gatito hermoso, igual que el tierno por momentos y una fiera en otros, y  sobre todo muy travieso. Se sentó como si estuviera en su casa.

D: Me invitaron a una herrada así que me voy de viaje hasta el domingo – Como excusándose, pero sin mencionarlo.

C: No estarás pensando dejarme a Totoro aquí – Le dije desafiante, aunque me fascinaba la idea de tener ese gatito hermoso.

Por favor cuídamelo hasta el domingo – Pidió por fin. Acepte pero a cambio de que me diera 12 horas de las que yo podría disponer cuando quisiera. Cerramos el trato con un beso.

En 2 hs me vienen a buscar y quisiera dormir un poco, porque voy a tener que manejar en el viaje.

D: Puedo echarme en tu cama- Pregunto tan seductoramente. Anticipando lo que pasaría le dije que sí.

Me fui al baño para ponerme el pijama cuando volví estaba plácidamente acostado bajo el acolchado, me hice un lugarcito a su lado e inmediatamente me besó, susurrándome al oído que me había extrañado, y yo le respondí no más de lo que yo a ti. Aunque hubiera  querido decirle no más que yo a tu durísima pija. Me moje en seguida él se puso encima me quito la ropa muy rápido me miró y empezó a manosear mis tetas lance un gritito de placer al sentir sus manos nuevamente sobre ellas. Nos quitamos la ropa mutuamente y cogimos tan rico me puso en cuatro se mojó los dedos y mientras su pene perforaba mi conchita sus dedos masajeaban mi colita. Con un poco de miedo a lo que iba a hacerme le pedí que fuera suave y gentil que pocas veces lo había hecho por ahí. Le temía al grosor de su pene, me iba a destrozar si lo metía por ahí.

Pero el hecho de no habernos visto en mucho tiempo ayudo a que me excitara más y por lo tanto a estar más predispuesta a hacerlo por ese lugar.

Saco su pija de mi conchita y la puso en la entrada de mi colita, sentí la presión que hacía al empujarla hacia adentro. Era una lucha entre empuja y afloja de mi colita y su pija. Hasta que cedí y entro poco a poco. Matándome de dolor al principio sentía como me ardía con cada centímetro que penetraba. Una vez que entro todo empezó a moverse y a jadear muy fuerte.

D: que estrecho y rico esta.

C: Ahh duele… duele mucho – Es lo único que podía decirle. Aunque ese dolor aumentaba la excitación que tenía que me moje de sobremanera sentía que mis flujos no dejaban de salir. Me estimule un poco el clítoris y llegue a un orgasmo bellísimo al instante.

El siguió embistiendo cada vez más fuerte tomando mis caderas tan fuerte que me dejo las marcas de sus dedos por unos días. Hasta que antes de eyacular la saco y termino derramando toda su leche sobre mi espalda.

Antes de caerme sobre la cama me limpio con una servilleta y nos pusimos a escuchar un poco de música.

No paso mucho tiempo hasta que sonó su celular porque lo pasaban a recoger. Me encargo nuevamente que cuidara bien de totoro y se fue apurado. Me quede triste pensando en él, y en que no pude decirle No.