Vecinitas

Alicia seduce a ana con una carta a la vieja usanza y acaban en una tarde repleta de sexo.

MI VECINITA

Hay veces que un segundo nos cambia la vida, una solo décima de segundo cambia nuestra percepción de lo que nos rodea. Esto le pasó a nuestra amiga Ana. Una mañana bajaba a por el pan para luego ir con sus amigas a la playa y vio que en el buzón había una carta que le iba dirigida a ella.

Que raro, nadie la mandaba una carta manuscrita hacía muchísimo tiempo, es más ya casi ni lo recordaba. La carta decía:

Solo me conoces de vista, vivo cerca de ti y el otro día al asomarme a la ventana te vi ahí y mi cuerpo reaccionó. Antes solo me había acostado con alguna mujer de vez en cuando pero al verte me dije que quiero llevarte a la cama, te deseo con locura. Quiero sexo contigo, sexo dulce, sexo loco, pasional, lo que quieras. Te hago una propuesta si lo que ves en la foto que adjunto te gusta baja al garaje a las 21 de la noche del viernes, esa noche estaré sola. Mi marido no está y mi hijo estará el fin de semana en casa de su abuela. Espérame justo en la puerta que da acceso a tu ascensor, si te veo allí sabré que deseas tener sexo conmigo.

Dio la vuelta a la carta y la vio. Una mujer completamente desnuda pero sin la cara ni la cabeza. Algunas veces ya había pensado en acostarse con una mujer pero esto era distinto pero le apetecía pero por otra parte tenía miedo. Aunque la mujer parecía discreta y eso la empujó a hacerlo.

Esa noche le dijo a su madre que no dormiría en casa, que lo haría en casa de una amiga. Y tanto que en casa de una amiga. Se duchó, se perfumó y eligió la ropa, un pantalón blanco de lino atado con dos cordones a la cintura y un top negro. Bajó y a las 20:55 ya estaba en el garaje. Recibió un sms que ponía:

Vete a tu moto y coge lo que hay en el sillín.

Fue casi con miedo pero al final llegó y vio un pañuelo de seda negro. Recibió otro sms que decía que volviera donde la debía de esperar y ponerse el pañuelo. Llegó y se lo puso. Al de poco notó que alguien llegaba y la besaban en el cuello a la vez que la dirigían hacia el ascensor.

La introducían en el ascensor y pulsaban un botón. Notó que era el ascensor de otro de los bloques, por lo tanto por el cuerpo empezaba a tener sospechas de quien era. Llegaron, la puerta del ascensor se abrió y salieron. Ella abrió la puerta, la cogió de la mano y la dijo si quería ir al baño y tener una ducha juntas o empezar en la habitación.

Dijo que a la habitación. La mujer la besó en la nuca y subiendo sus manos rozando los pezones de la chica la soltó el pañuelo y pudo ver a la chica. Era la que cuando subían en el ascensor imaginaba. Se estaba empezando a excitar cuando notó como la mujer la iba levantando el top con tanta lentitud que casi sentía los poros de sus manos rozando su vientre, sus pechos, sus pezones. Luego soltó el botón de los pantalones y fue bajando la cremallera tan lento que Ana podía escucharlo tan alto que a veces tenía la sensación que cualquier vecino podía escucharlo y eso la excitó sobre manera.

Ahora solo la quedaba el tanga puesto y sintió como la mujer la empujaba hacia la cama y la ponía boca arriba y la ataba.

Ahora estas a mi merced, puedo hacerte de todo, no tienes miedo?---Dijo Alicia.

Ana pensó que la mujer tenía razón pero si la había llevado a su casa no iba a hacer nada así que se relajó y vio como la mujer iniciaba un striptease. Llevaba un vestido negro de tirantes y se lo fue quitando poco a poco hasta quedarse ¡¡¡¡desnuda!!!!!

No llevaba ni braguitas, ni tanga.

Alicia se acercó a su boca, la fue besando con suavidad. Ana elevaba la pelvis, abría las piernas y dejaba que el cuerpo de Alicia se deslizaba entre ellas y notaba como sus pechos rozaban los suyos y su coño se quedaba a la altura del suyo.

Alicia iba bajando por el cuello poco a poco. La iba mordisqueando descendiendo con la lengua, elevándose por los pechos hasta llegar a los pezones y allí atrapar sus pezones succionándolos. Dejando un rastro húmedo bajaba al ombligo y lo rodeaba y bajaba hasta el pubis de la chica.

Lo tenía rasurado, eso no lo esperaba. Su vecina tenía 20 años pero era algo inocente y esperaba que lo tuviera más peludo pero lo prefería así, lo fue lamiendo primero el pubis hasta llegar al clítoris el cual atrapo con sus labios y jugaba con el. Ana no paraba de gemir y pedir más. Alicia se puso encima de ella con su coño sobre la boca de Ana.

La joven era inexperta pero se fue guiando por los gemidos y las peticiones de Alicia para ir dándola placer poco a poco hasta que las dos se abrazaron y estallaron en un orgasmo. Alicia se deslizó hasta ponerse detrás de la chica y besándola en la nuca la dijo lo bien que lo había pasado y si quería darse un baño antes de irse a dormir y si quería pasar la noche con ella.

Ana se levantó y fue al baño. Espero a Alicia mirándose al espejo y refrescándose la cara. Alicia preparó la ducha. Una columna de ducha con chorros. Alicia la dejó entrar y empezó a besarla la espalda y bajar por ella lo mismo que la hizo en la cama por delante ahora por atrás hasta que llegó a su culo y lamió su ano haciendo que se relaje y con los dedos penetrarla el coño.

La chica se apoyaba contra la pared y no para de gemir y disfrutar. Ahora las dos mujeres estaban enfrentadas, besándose y acariciándose y masturbándose mutuamente. Ana bajó por el cuerpo de su iniciadora hasta morder con suavidad los pezones.

Alicia no paraba de gemir, enlazaba un orgasmo tras otro en el momento que era penetrada analmente por un vibrador que Ana había encontrado en un cajón del lavabo. Alicia se vio sorprendida por la jugada y solo se dedicó a gozar con las acometidas de la chica que ahora con las bolas chinas que estaban en el mismo cajón se las fue introduciendo mm a mm muy poco a poco hasta que al sacarlas de golpe Alicia se corrió entre gritos de placer susurrando el nombre de su joven amante.

Este es un relato imaginario, si queréis podéis escribirme, sobre todo mujeres a:

Picante100@hotmail.com

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