Vecinita despechada 9, increíble.

Se pusieron a bailar como antes en el bar, muy sugerentes y excitadas pero esta vez en lencería y sólo para mí! Me recosté un poco en el sofá, aunque no hubiese pasado nada más esa noche yo ya era feliz presenciando el espectáculo.

Aquel día algo cambió dentro de mí (leer relatos anteriores de la serie "vecinita despechada"), llegué a casa y como si me hubiesen dado una paliza me puse delante del ordenador tras ducharme pero creo que no aguanté ni 5 minutos despierto.

Sobre las 18:30h me despertó mi mujer, llegaba de recoger a las niñas al salir de su trabajo. Yo me levanté del escritorio con la espalda destrozada por la postura y justificando que me había tomado algo para el dolor de cabeza me había quedado dormido. Todo transcurrió con normalidad pero durante el día no eran pocas las ocasiones en las que miraba por las ventanas hacia la casa de mis vecinos. Ese día no hubo comunicación con María.

Por la noche mi mujer Elena al notar que yo entraba a la cama después de ella, me puso una de sus piernas sobre las mías, conociéndola era una insinuación a follar. La verdad que me encantaba mi mujer pero la sesión maratoniana de sexo de por la mañana me había dejado los huevos vacíos y la polla muy sensible al tacto, quizá por irritarse un poco la piel por tanto guarreo. Hice como que no me daba cuenta de sus insinuaciones y disimulé dormirme rápidamente. En cuanto Elena notó mi respiración se giró hacia el otro lado y también se durmió.

Mi cabeza daba vueltas sin parar, toda esta aventura con la vecina estaba influyendo en mi vida matrimonial y no podía pensar en nada más que en ver cuando podía tener a María entre mis brazos. Me dí cuenta de que lo que comenzó como un jugueteo se estaba convirtiendo en una obsesión, no dejaba de mirar mi móvil para ver si me había escrito, observar por las ventanas por si cruzábamos unas miradas… Pero lo que peor me hacía sentir era que estaba dejando de lado a mi esposa a la que quería mucho.

Días más tarde, tras unos breves mensajes con María pudimos coincidir de nuevo. Tanto su novio como mi mujer estaban en  trabajo y esta vez fue María la que vino a verme a través de los arbustos del jardín. Ahí la estaba yo esperando con una sonrisa de oreja a oreja. Como eran las 11 y el sol apremiaba quisimos charlar un poco antes de dar comienzo a la faena, sacándo un par de cervezas de la nevera nos pusimos a hablar en un banco de mi jardín.

-

Pues Toni, la verdad que con mi novio la cosa no va mal… pero algo ha cambiado. Empecé todo esto contigo para no sentirme mal de ser una cornuda pero es que ahora he ido al extremo contrario… me da igual que venga a casa o que se quede por ahí con sus cosas del trabajo.

-

Bueno María en cierto modo has conseguido que no te afecte negativamente los mamoneos de ese imbécil… y la verdad que yo lo paso muy bien contigo.

-

Lo sé pero… es que cuando nos acostamos ya me da hasta igual. Creo que he comenzado a gemir cuando me folla simplemente por compromiso… creo que ya no disfruto con él.

-

Si te sirve de consuelo a mí me ha pasado algo parecido con Elena. La quiero a rabiar pero el sexo ya no me atrae tanto como antes. Creo que me he acostumbrado a ti.

-

Bufff. Toni no me digas eso que me siento mal. Yo también te tengo un sentimiento especial, ya lo sabes. Pero no me perdonaría nunca el destruir una familia como la tuya. Sois muy buena gente.

-

Bueno guapa, dejemos de pensar en esos términos, por ahora estamos bien y ya está. ¿no es suficiente?.

Sin decir nada más nos besamos. Al mismo tiempo nos dimos cuenta de que fuera en el jardín podía vernos algún otro vecino cotilla y decidimos entrar a mi casa. Sin hablar la cogí por la cintura y la llevé a trompicones al dormitorio de arriba. Toda nuestra ropa cayó a los pies de la cama, al agacharme para quitarme uno de los calcetines tuve cerca sus bragas que recién habían caído al suelo, las miré y ahí estaban ya mojadas…María estaba plenamente preparada para follar.

La tiré en la cama boca arriba y comencé a besar su cuerpo desde su cuello pasando por sus preciosos pechos, lamí sus tatuajes de un costado y los de su bajo vientre, le mordisqueé las pantorrillas y la piel de sus piernas cerca de su sexo. Ella suspiraba gemía y se dejaba hacer estirando los brazos completamente estirada en la cama. Cuando la tuve bien caliente comencé a besar su vagina, totalmente húmeda, los pliegues de sus labios vaginales navegaban por la comisura de mis labios. Sus fluidos me daban a entender que conmigo no fingía en absoluto, ella disfrutaba igual o más que yo de nuestros escarceos..

Mientras saboreaba la intimidad de su chochito mis manos le apretaban el culo, a veces la azotaba y le arrancaba grititos que me daban a entender que le encantaba que la azotasen. Una de mis manos como siempre buscó su ano. Con mi dedo índice untado en mi propia saliva y algo de sus flujos comenzó a penetrar ese ano que tantas veces me había comido. Ella se retorcía, no iba a aguantar mucho más la corrida, la conocía y sabía que iba a ser inminente. Mi polla al 100% de dureza se restregaba en las sábanas que caían por el lateral de la cama uniéndose a ésta con finos hilos de líquido preseminal como de costumbre.

Casi me corro yo también al sentir como María agarrotaba las piernas rodeando mi cabeza y explotaba en un orgasmo sensacional. Toda su humedad salía de su coño para ir a parar a mi boca, mi lengua y mi cara hundida en su intimidad. Los gritos me pusieron algo tenso, no estaba acostumbrado a follar con ella en mi casa y aunque no había nadie más en ese momento no me dejaba tranquilo.

Ya toda corrida María se despejó e incorporándose fue a buscar con la mano mi polla. Nos besamos mientras me pajeaba y me hizo sentar en el lateral de la cama. Poniendo la almohada en el suelo para apoyar sus rodillas se arrodlló y comenzó esa comida de polla que tanto me gustaba de mi vecina. La miraba y me moría de placer. Era preciosa, esa frescura de juventud y algo de inocencia me daba una presión extra en mis huevos que querían derramar toda la leche con sólo la imagen.

Estaba yo casi a punto de correrme cuando de pronto María se la sacó de la boca y sin dejar de pajearme lentamente comenzó a susurrarme:

-

Así que en este dormitorio es donde te follas a tu mujer… y por esa ventana es por donde os veo yo a veces cambiándoos de ropa. La verdad es que pienso que Elena se conserva estupenda físicamente… Toni crees que podríamos.. ya sabes, convencerla algún día de jugar los tres juntos???...

-

…¿Cómo???, ufff eso sería genial, poder compartir con las dos a la vez estos placeres sería todo un premio, pero aunque en los videos de internet parece muy fácil no creo que podamos conseguir eso con Elena. Ella es una fiera en la cama cuando quiere pero con más gente me parece que sería imposible de covencer. Y ni siquiera sabría como iniciar el tema con ella!!!!... pero sigue chupando amor, que ya luego hablaremos de esto…uffff!

-

Cabrón, no quieres que hable pero que siga chupando eh??? Bueno te lo mereces por ser tan buen vecino…

Volvió a meterse la polla en la boca y mientras con una mano me acariciaba los huevos con la otra dirigía mi pene para no perder ritmo en sus chupadas. Poco tardé en venirme entero. Mi leche invadió su boca como otras tantas veces, hasta sus mofletes se inflaron al recibir mi descarga. Mis gemidos profundos le daban a entender que mi placer estaba en su máximo apogeo y mi semen seguía saliendo y manchando su lengua y dientes. No tuve que decir nada, al mirarla ya se estaba tragando mi líquido y su garganta por sus movimientos me transmitían que lo estaba degustando con avaricia.

Se levantó del suelo y se tumbó a mi lado con un brazo sobre mi pecho.

-

Sabes? Hace ya muchos días que pensaba como sería estar contigo en esta habitación, como hace tu mujer. La verdad que Elena es afortunada. Salvo que te follas a la vecina por lo demás la tratas muy bien y se ve que la quieres.

-

Jajajajajaj María hoy te ha dado por pensar en mi mujer eh??

-

…Ya, es que… quiero que lo intentemos con ella Toni. Sé que lo ves difícil pero entre mujeres nos entendemos bien y creo que podríamos intentarlo si lo planificamos bien.

-

JAjajajajaj María estás loca!!! Que te digo que mi mujer jamás aceptaría entrar a estos juegos. Además si se entera de que tú y yo follamos me tira de casa y se divorcia fijo!!!

-

No seas tonto!! No se enterará de que tu y yo nos vemos. Pero deja que piense estos días porque algo tenemos que intentar con ella. Además ya sabes que con Victor ya no me pone el sexo, sólo me caliento con las nuevas experiencias que vivo contigo. Y hasta ahora nos ha ido bien!! De hecho ayer me escribió Diego y me preguntó por ti jejjjjjeje. Lástima que ahora se haya echado un novio algo más serio y no quiera venir a vernos, por ahora…

-

Bueno Guapa, como quieras, piensa el plan que prefieras pero yo no puedo tomar parte activa como comprenderás… Además te repito que no nos va a salir bien, Elena es muy clásica con estas cosas.

-

Toni déjamelo a mí. No te preocupes que tú no te verás implicado. Por lo menos hasta que no estemos las dos en esta misma cama comiéndote la polla a la vez jejeeejjj!!!!

Con sus risas aproveché para hacerle cosquillas, como dos quinceañeros comenzamos un ligero combate de broma hasta que sin darme cuenta ya estaba yo dándole polla por su coñito, con ella a cuatro patas y mis manos estirándole del pelo hacia mí. Esas nalgas redondas y duras rebotando bajo mi vientre mientras mi pene se esconde dentro de ella, y al salir la piel de mi nabo la veo brillar por sus flujos… me encanta esta chica pero creo que me va a meter en un lío.

Tras corrernos a la vez decidimos despedirnos, su novio iba a llegar a su casa para comer con ella. Yo me quedé pensando en qué clase de plan tramaría mi vecina para liar a mi mujer pero cada vez que lo imaginaba veía más claro que no iba a funcionar. Elena había sido criada en la más absoluta perfección católica, aunque de novios le enseñé todas las posturas sexuales y durante estos años habíamos guarreado con muchas cosas no habíamos salido de la línea del sexo “normal” nunca. Alguna follada en la piscina como mucho alguna noche que no teníamos sueño y pocas cosas más de ese índole atrevido.

Los días entre semana pasaron muy rápido, y salvo dos reuniones online algo tensas con cosas de mi trabajo a distancia no pasó nada interesante. Pero el viernes María me escribió por la tarde:

-Toni, este finde Victor se pira de “reunión de trabajo” otra vez… como ve que no le busco para follar creo que está arreglándose más excusas para dormir con alguna de sus compañeras… es idiota. Mejor! Me quedo sola en casa. Tú puedes idear algo para que tus hijas duerman el sábado en casa de tus suegros o algo?? Voy a intentar ligarme a tu mujer pero el tema de que estén las niñas en tu casa me da palo…

  • Intentar ligarte a mi mujer??? Estas loca? Que te digo que no va a querer!!! La vamos a liar María!!

  • no seas tonto, puedes enviar a las niñas fuera sí o no???

-…ehhh si, creo que podría.

-vale, pues mañana te vuelvo a escribir por la mañana que tengo al idiota este aquí haciendo la maleta y diciéndome que su trabajo es muy sacrificado… menudo hijo de puta. Un beso y verás como consigo lo de tu mujer!! ;)

Joder, el corazón se me había acelerado. Estaba loca, se le había metido en la cabeza hacer un trío con mi mujer y la verdad que a mí me apetecía, sobretodo porque si salía bien podríamos vernos más María y yo los fines de semana que estaba Elena en casa y follar todos juntos…pero no daba ni un duro a que lo iba a conseguir. Además como Elena se enfadase con la vecina o sospechase de que tengo algo con ella se me iba a complicar mucho la existencia.

Tras pensarlo un rato fui a la cocina a buscar a Elena, estaba ahí dando la merienda a las niñas y me acerqué y la abracé desde atrás.

-

Elenita…. Que guapa estás!

-

Uy Toni cuando vienes así de zalamero es que necesitas que te ayude con algo…jejjeeje

-

Qué dices?? Es que un hombre no puede abrazar a su hermosa mujer???

-

Bueno ya verás. Qué ha pasado???

-

Nada boba!, sólo que estaba pensando en que podíamos dejar que las nenas pasasen el finde en casa de tu hermana con sus primas y así tu y yo salíamos a cenar el sábado noche. Que te parece????

-

Uy!! Esto si es una sorpresa! Mi maridito quiere una cena romántica conmigo? Pues claro amor!! Ahora llamo a mi hermana que seguro que no le importa, además ya hace tiempo que no me haces caso ninguno y comenzaba a pensar que ya te aburro.

-

Eso nunca amor!

Le dí un beso y me marché a mi despacho. Mi parte ya estaba hecha. Ahora a ver que hacía María para unir los puntos de su plan y conseguir lo que tanto ansiaba últimamente. Tal como llegué a mi escritorio le escribí a María explicándoselo y ella con un emoji mostró su contento.

Sábado por la mañana.

Quedé con mi mujer que yo llevaría a las niñas a casa de mi cuñada y así hice sobre las 12 de la mañana. Al volver aparqué el coche delante de mi casa y entre. Llamé a Elena pero no aparecía por ningún sitio de la casa. Supuse que se había ido a comprar aunque me extrañó que su móvil se lo había dejado en la mesa de la cocina. Me puse a hacer mis cosas.

Como una hora más tarde apareció Elena en casa y vino a contarme.

-

Amor que tal? No te vas a imaginar donde estaba y haciendo el qué jijijiji.

-

¿¿?? Cuenta cuenta.

-

Pues al poco de irte tú a llevar a las nenas ha tocado al timbre María, la vecina. Se ha puesto a hablar conmigo en la puerta y como con algo de vergüenza me ha pedido que la ayudara con algo. Me ha dicho que como no tiene muchas amigas por aquí que si la podía aconsejar con unos conjuntitos de ropa interior.. te imaginas??

Ay dios! Que María iba fuerte con mi mujer…

-

…ahh… si?? Y eso?? No sois tan amigas no???

-

Pues por eso se me ha hecho raro que me llamara!! Pero la verdad que al final me alegro porque nos hemos reído mucho y lo he pasado bien. El tema es que dice que su novio no le hace caso y quería hacerle algo romántico y especial esta noche y se ha comprado varios conjuntitos de lencería… bastante subidos de tono pero no sabía por cual decidirse. Me ha dicho que como ve que nosotros mantenemos muy bien nuestra relación y se nos ve felices puesque quería que yo la aconsejara. La verdad que esa chica tiene un cuerpo espectacular!! Mientras me ha invitado a un café pensaba que iba a hacerme el típico pase de modelos cambiándose en otra habitación pero lo fuerte es que me ha dicho que la siguiera a su dormitorio y sin taparse se ha despelotado entera delante de mí mientras me hablaba sin ningún pudor…

-

Bueno ya sabes… la gente joven…

-

Al principio me ha dado algo de vergüenza pero tras cambiarse un par de veces la verdad que me he relajado. Comose nota que debe tener veintimuchos… un poco de envidia sí que me ha dado al verla.

-

..y entonces desnuda está bien???

-

Que si está bien?? Está perfecta, tetas algo más pequeñas que las mías pero se ve que operadas porque no se caían ni un centímetro, y nunca he sido fan de los tatuajes pero a la vecinita le quedan que no veas. No sé… ha sido como muy íntimo y no tengo con ella tanta confianza pero al final me he alegrado de poderla ayudar. Se la ve que quiere reconquistar a su novio.

(ya, seguro)

El día transcurrió con normalidad, comimos algo y fuimos a hacer la compra semanal. Ya sobre las seis de la tarde veía que Elena observaba el armario eligiendo que ropa ponerse para nuestra cena especial. Parece que la sesión de lencería de la mañana con la vecina la había hecho pensar y la ví sacando de un cajón unas medias de liguero y algo más de lencería que sabe que me encanta. Todo se contagia entre mujeres.

María me escribió un whatsapp preguntándome como íbamos, y a que hora se suponía que saldríamos. Le contesté que sobre las 20h tenía pensado salir de casa con Elena para ir a un restaurante que había reservado.

No eran aún ni las 19:20h y llamaron a la puerta. Abrió Elena y desde el piso de arriba oí como unos sollozos y alguien entrar a casa. Bajé al comedor y ahí estaba mi mujer sentada al lado de María que venía con un espectacular vestido negro de tubo completamente pegado al cuerpo y zapatos de tacón a juego. Estaba espectacular, pelo alisado, algo de maquillaje… sólo que estaba llorando sentada al lado de mi mujer. Elena por su parte trataba de tranquilizarla abrazándola y hablándole serenamente. Aparecí en el comedor y me miraron.

-

Uhh, hola María, algún problema?? Te ha pasado algo???

María se cogió la cara con las manos comenzó a llorar de nuevo, fue Elena la que me contestó.

-

Nada Toni, que María quería prepararle una cena especial a su novio pero parece que él ha preferido irse a otro sitio…

Aquí María comenzó su actuación explicando más profundamente….menuda actriz!

-

Pues que yo estoy intentando recuperar la llama de nuestra relación pero Victor ha preferido irse al hotelito donde me pone los cuernos cada dos por tres… y yo aquí como una tonta toda arreglada y sin plan para cenar ni nada… soy una idiota… no valgo para nada…!

-

María no digas eso!! Contestó Elena, con todo lo que te estabas currando tu noche especial y va ese inmaduro y te deja para irse por ahí… desde luego.

-

Gracias Elena, eres un sol, me he puesto a llorar y como esta mañana me habías ayudado mucho he aparecido en tu puerta con todo el rimmel corrido. Pero no quiero molestaros, veo que os estábais preparando para salir. Por lo menos que alguna pareja de esta calle tenga su noche romántica…. Y no seré yo.

Hubo un momento algo incómodo, pero la magia del plan de María estaba haciendo efecto, y me dí cuenta cuando de repente mi mujer dijo:

-

Mira estas preciosa, te has arreglado que se te ve todo un pibón y no lo vas a desaprovechar. Eso de quedarte sola nada, te vienes a cenar con Toni y conmigo!.

Joder que es cierto que el plan estaba empezando a dar sus primeras señales positivas… las mujeres nos hacen lo que les da la gana y nosotros ni nos enteramos!!.

Tras varios rechazos por parte de María pero con la boca pequeña al final decidimos acabar de cambiarnos de ropa con María esperándonos en el salón.

-

Toni cariño espero que no te moleste, sé que querías esta velada para nosotros solos pero esto me ha dejado triste, no quiero que nos vayamos y dejarla sola tal y como estás. Me perdonas??

-

Elena no te preocupes, yo estaba pensando igual.

-

Eres un sol. Luego te lo recompensaré cuando vayamos a dormir!!!

(no sabes cuanto me lo vas a compensar…jejje)

Poco después salimos al restaurante que tenía reservado, como era algo caro sabía que no habría problema para incluir a una más ya que nunca estaba lleno. Cenamos los tres, María no dejaba de agradecernos el invitarla y Elena le cogía la mano encima de la mesa y le deciá con ternura que todo estaba bien, que los vecinos están para ayudarse. Mi cara a veces era un poema, veía como esas dos hembras a las que me follaba iban intimando cada vez más. Las botellas de vino comenzaban a acelerar y María no dejaba de rellenar su copa y la de Elena. Rieron juntas contándome su pase de modelos de por la mañana, contaron anécdotas de una y de otra, y María no dejaba de halagar a mi mujer por su figura, su elegancia… a veces yo estaba ahí callado como viendo un partido de tenis pero excitado a la vez por como podía acabar el tema. Las peticiones de más vino por parte de María eran hasta un poco exageradas, sobretodo porque incluso con el postre se atrevió a pedir la última.  A Elena parecía que no le importaba porque enseguida le acercaba la copa para que le sirviera también, estaban cogiendo un puntillo de alcohol que se hacía evidente.

Salimos del restaurante cuya factura por tantas botellas me irritó la cartera, pero en fin, todo por un bien mayor. Fue mi mujer la que sorprendentemente dijo que se lo estaba pasando muy bien y propuso acercarnos a tomar alguna copa a los pubs cercanos, ella nunca quiere ir a pubs pero el alcohol la estaba deshinibiendo mucho. María la cogió del brazo y se pusieron a andar, a veces me sentía un poco marginado por la gran amistad que estaban cogiendo la una con la otra, pero luego pensaba en el plan de María y sonriendo las seguía sin decir nada.

En el pub tras pedir las copas se pusieron a bailar fogosamente en medio de la pista donde aún no había casi gente. María le restregaba todo el culo por delante a Elena, la imagen era brutal… la polla comenzaba a palpitarme. Elena lejos de rechazar los tonteos le seguía el juego, se la veía algo borracha pero bailaba con María de forma muy sensual y a veces me miraba como intentando ponerme caliente. Joder el plan estaba surgiendo!!! No habría apostado nada, mi mujer era una tía clásica hasta esa noche… Los tíos de alrededor comenzaban a mirarlas descaradamente y con vicio en sus miradas, no era para menos, las dos estaban con sus vestiditos ajustados y restregándose entre ellas al son de la música.

Yo permanecía quieto en la barra hasta que ví que María le dijo algo al oído a mi mujer y ésta vino a buscarme para llevarme con ellas. Las dos comenzaron a bailar pegadas a mí como haciéndome un sándwich entre ellas, se reían y se lo estaban pasando bomba. Yo actuando como con un poco de vergüenza me dejaba hacer y les cogía las manos, las acariciaba por la espalda… estaban borrachas y se les veía calientes. No recordaba la última vez que vi a sí a mi mujer, puede que en nuestra boda!.

Cuando ya el acecho de los hombres de alrededor por acercarse a ellas se hizo un poco pesado decidimos irnos. En el coche María sentada en el asiento de atrás pasaba su mano y le tocaba el hombro de Elena, y ésta le tocaba la mano con la suya como si fuesen amigas desde siempre.

Algo dijo María sobre lo sola que se iba a sentir cuando llegase a su casa (sinceramente me pareció muy forzado o así lo sentí porque sabía a lo que iba) y enseguida mi mujer le ofreció dormir en nuestra casa, en el cuarto de las niñas. María lo aceptó y la abrazó desde el asiento de atrás. Yo cada vez que las veía abrazarse o tocarse me endurecía un poco más.

Al llegar a casa María entró directa al cuarto de baño y entonces Elena riéndo por la borrachera me abrazó diciéndome que se lo había pasado muy bien, que le caía muy bien María y que luego me contaría una cosa. Por la cara que puso al decir esto le pedí que me lo contara en ese momento y me contó que una de las veces que habían ido al baño juntas en el pub se habían comenzado a dar picos en los labios pero que enseguida pararon y salieron. Me lo contó riéndose por la acumulación del alcohol que llevaba, en estado normal no sé como habría reaccionado. La polla casi se me sale del pantalón porque ví que a mi mujer le había hecho gracia y hasta la veía excitada contándomelo.

Sin decir palabra fue al mueble bar a coger tres copas y la botella de ron, en eso salió María del baño y me guiñó un ojo, a ella se la veía algo borracha pero controlaba más que mi mujer.

Comenzamos a tomar las copas en el salón con música suave y ellas dos reían comentando las miradas de los tíos que estaban en l pub. En cierto momento no sé como las dos comenzaron a halagarme por mi forma física, y Elena decía que estaba muy contento de que me mantuviese bien físicamente y no fuera uno de esos maridos con barrigón sentado en el sofá. Un segundo de silencio y de repente María se levanta y haciéndose la borracha más de lo que estaba y dirigiéndose a mí delante de Elena me dice:

-

Toni no entiendo a los hombres, mi novio o no me quiere o es gay… tu puedes creer que haya desaprovechado  disfrutar de un cuerpecito así???

Y de pie se quitó el vestido negro de tubo de un plumazo, quedando en tanga, sujetador y las medias con ligueros… momentazo!!! Ahí se la jugó mucho… enseguida mi mirada se fue a mi mujer para ver si iba a salir bien o muy mal pero ví que Elena comenzó a piropearla con la copa en la mano e incluso a acariciarle los muslos por su parte externa…

-

Eres un bombón vecina!!! Ese chico no sabe lo que se pierde!! Ojalá mantuviese yo esa figura!!!

-

Qué dices Cari!!! Si tu estás para comerte entera!!!! A que sí Toni??? A que tu mujer está de un apetecible que no hay ni palabras!!!!

Yo miraba atónito, la polla me tiraba gotas sin parar pero no decía nada. Sujetaba mi cubata como hipnotizado y las miraba a las dos. Dios mío…

En eso María levanta por las axilas a mi mujer y con precisos movimientos le desabrocha el vestido con la cremallera de la espalda y lo deja caer a sus pies. Ahí estaban ambas de pie con ropa interior y los taconazos, impresionantes, sonriéndose una a la otra y cogiéndose de las manos para bailar con la música de fondo. A mí se me notaba el bulto en el pantalón pero ya no lo escondía, todo estaba saliendo como María tenía en la cabeza. Me impresionó la facilidad y naturalidad con la que mi mujer se estaba tomando las cosas y lo feliz que se la veía.

Se pusieron a bailar como antes en el bar, muy sugerentes y excitadas pero esta vez en lencería y sólo para mí! Me recosté un poco en el sofá, aunque no hubiese pasado nada más esa noche yo ya era feliz presenciando el espectáculo. Mi mujer se tropezaba con alguno de los pasos de baile debido al alcohol pero María la mantenía cerca suya. Como a los 5 minutos la vecina se acercó a la boca de mi mujer y comenzó a besarla en los labios, al principio Elena se apartó un poco pero enseguida dio rienda a sus instintos y le correspondió metiéndole la lengua bien adentro. UFFFFFFFFFF

Yo permanecía quieto, me daban ganas de levantarme y unirme a manosearlas y besarlas a ambas pero preferí dejarlas seguir a ver que pasaba. Las dos dejaron sus copas en la mesa cercana y siguieron morreándose ya más violentamente cogiéndose del culo una a la otra. Al poco fue María la que se separó de su boca y mirándome le dijo a mi mujer que me tenían muy desatendido, a lo que Elena entendiendo sus palabras la cogió de la mano y se acercaron a mí. Elena me miró y yo sonriendo le di mi aprobación de todo lo que estaba pasando a lo que sentí como ella se alivió, estaba caliente y yo la iba a seguir en lo que quisiese hacer con la vecina.

Se arrodillaron frente a mí, y María con su conocido arte de desabrochar mi pantalón me sacó la polla ya completamente dura y algo pegajosa por los fluídos. Mi mujer la ayudaba sonriéndome como si no quedase nada de la Elena conservadora que nunca prueba nada en el sexo, estaba completamente desatada. Yo flipaba y me dejaba hacer. Por supuesto comenzaron a compartir mi polla con sus bocas, Elena se metía rápido el nabo entero en la boca mientras María me comía los huevos, y alternaban de posición mientras se comían la boca entre ellas. Yo no pude más y me incorporé para quitarme toda mi ropa que cayó en el suelo, ya metía las manos por sus cuerpos por dentro de ambos tangas mientras ellas me besaban en la boca y por el cuello.

El desenfreno dio lugar a movimientos más rápidos, a María ya la había visto en situaciones parecidas pero peculiarmente a mi mujer con la que llevaba tantos años nunca. El deseo imparable estaba presente en los tres, mis dedos ya hurgaban en ambos coñitos apartándo sus hilos de los tangas por su parte trasera y podía sentir claramente toda la humedad que emanaban ambas. María se deshizo de su sujetador y le quitó el suyo  a mi mujer mientras ésta se agachaba a comerme la polla de rodillas.  Mientras me la chupaba yo le comía las tetas a la vecina que ya no ahogaba sus gemidos, cada vez más fuertes.

La vecina volvió a levantar a mi mujer del suelo y la giró hacia ella para seguir besándola mientras le amasaba las tetas, quedando Elena con el culo pegado a mi polla erecta. “Fóllala bien” me dijo María sin dejar de magrearla y con las manos abrió ligeramente las nalgas de mi mujer ofreciéndomelas. Allí de pie con mi polla en la mano apunté a la vagina chorreante de Elena y la penetré de un empujón mientras los tres nos abrazábamos. Ellas se comían la boca cara a cara mientras yo hacía lo mío por detrás de Elena, mis embites movían a las dos chicas que se aferraban con sus pies al suelo para no caer hacia atrás.

Lo siento pero aunque acabábamos de empezar la follada el morbo de toda la noche no me permitía aguantar la leche en mis huevos, intenté decelerar el movimiento de las penetraciones pero cuando lo hacía mi mujer empujaba con su culo hacia mí y María la ayudaba a ensartarse más profundamente, por lo que con gemidos más altos comencé a derramar toda mi leche dentro del coño de mi mujer. Ellas lejos de enfadarse se excitaron más al verme correrme y se besaban con más fuerza.

Elena se apartó de mí dejándome la polla toda mojada salirse de ella, y volviendo a su posición de rodillas comenzó a limpiármela con la boca a la velocidad de una mamada normal, por su parte María se arrodilló detrás de ella y comenzó a lamerle la raja absorbiendo todos los restos de leche que de su vagina salían. Estaban calientes como cerdas no paraban y veía que cada vez estaban más cachondas. Cuando mi mujer acabó de limpiarme y tragar los restos de mi polla tumbó su cara en el suelo, con el culo completamente en pompa y María seguía dándole lengua dentro de su coñito mojado. Poco iba a aguantar Elena el orgasmo, se la veía completamente ida dejándose lamer por la vecina y ésta poniendo todo su empeño por hacerla correr. Y ocurrió, ahí en el suelo de mi salón donde suelen jugar nuestras hijas veía a mi mujer corriéndose gritando como una poseída mientras María le comía la raja mordisqueando ligeramente los pliegues de sus labios menores y tragando cada gota de flujo que de ella salía.

Doña polla volvía a renacer mirando a mis mujercitas, Elena se quedó completamente inmóvil en el suelo respirando agitadamente, María no daba por terminada la velada, le dio la vuelta boca arriba y a horcajadas le puso el chochito en la cara a mi mujer, comenzó a restregarse en ella. Como yo estaba de pie frente a ellas, la vecina me cogió la polla alargando el brazo y me estiró para acercarme aún más, enseguida comenzó a mamármela mientras Elena recuperando el aliento por la corrida empezaba a lamerle esa vagina que se restregaba por su cara. Lejos de arrepentirse mi mujer le cogía el culo con fuerza a María mientras se la comía, y con los ojos que sobresalían podía ver como ésta me la chupaba, estaba siendo demasiado para los tres y ya estábamos a tono de nuevo. Parecía que María se iba a correr de inmediato pero aguantó y se levantó de ella, “vayamos a vuestro cuarto” dijo, y andando subimos los tres las escaleras hacia nuestra cama matrimonial.

Nada más subirse a la cama ambas se pusieron de rodillas abrazándose y besándose de nuevo. Ahí me metí yo juntando mi lengua con las suyas, un beso a tres bandas, nuestras manos se cruzaban acariciándonos entre los tres, alguna me metía los dedos por debajo de los huevos como buscando mi ano, no veía quien de las dos era pero supuse que María seguía con su obsesión por mi ano. Fue la vecinita como siempre la más atrevida la que empujándome de un hombro me tumbó en la cama boca arriba y preguntándole a mi mujer si no le importaba se sentó encima mío incrustándose mi polla dentro de sí.

Elena no reaccionaba a ningún instinto de celos o parecido, lejos de eso se sentó sobre mi cara posicionando su chochito en mis labios mientras que ambas sentadas en mi cuerpo se lamían las tetas la una a la otra. Yo en la gloria como imaginaréis, los flujos de mi mujer derramándose por mi cara y los de la vecina recorriendo mi polla hasta mis huevos, ambas saltaban y se restregaban en mí acompasadamente y alguna de las dos me pellizcaba suavemente los pezones mientras se comían las bocas. Mi mujer volvió a correrse y con sus gemidos excitó a María que hizo lo mismo cabalgándome sin tregua. A mi mi corrida anterior me daba impulso para poder aguantar y me deleité con dos preciosas féminas corriéndose al unísono sobre mi cuerpo. Increíble.

Ambas se levantaron y Elena siguiendo las indicaciones de María me dieron la vuelta boca abajo y me hicieron ponerme a cuatro patas en pompa, a saber que querían hacerme estas dos cachondas, aunque ya me lo imaginaba. Enseguida María se situó detrás de mi culo y mientras me pajeaba desde atrás metió su cara sin vacilaciones en la raja de mi culo y comenzó a lamerme los huevos y mi ano. Elena al verla no se quedó quieta y poniendo su cara al lado de la de ella intentaba lamerme la misma zona mientras me cogía los huevos con una mano y de vez en cuando se los metía enteros en la boca. El calentón era máximo y la leche me hervía por salir, así que fui yo el que tomando la iniciativa me incorporé y con algo de violencia tiré en la cama a cuatro patas a la vecina y de un golpe le metí la polla en la vagina. Mi mujer se sentó delante de ella con las piernas completamente abiertas y María le comía el chochito a la vez que Elena se masturbaba mirándome fijamente y mordisqueándose el labio. En esa posición duraron algo más que antes pero  en un momento dado y por lo cerdo que me estaba poniendo saqué la polla de su vagina y apuntando con una mano comencé a penetrarle el ano a la vecina. Todos los fluidos derramados hasta entonces habían suavizado su orificio y no me fue difícil clavársela hasta los huevos. En cuanto María con mis embites comenzó a gritar que se corría y derramando mucho líquido de su coñito en mis piernas propiciado por su ritmo frenético frotándose el clítoris con los dedos, mi mujer apretando la cara de la vecina contra su coño y acelerando la masturbación por su parte superior también gritó poseída por el orgasmo que le estaba entrando. Ya no pude aguantar la leche,  toda mi corrida rellenó el culo de mi vecina con los gritos de ambas mujeres en el cuarto y con los míos de fondo. Exhaustos caímos rendidos en la cama y nos quedamos dormidos.

El despertar para el siguiente capítulo…