Vaya entreno de baloncesto

Mi historia relata como me curó mi dolor en muslo mi entrenador de baloncesto.

Soy una chica normal de 18 años, buena estudiante, salgo con un chico y juego a baloncesto.

Mi historia pasó justamente a causa del baloncesto, hace un par de años que tengo un entrenador de 28 años, con novia y que está como el pan.

Las chica siempre susurramos sobre él. Es un tipo simpático que nos tiene mucho aprecio y nos llevamos muy bien.

Los entrenamientos se terminaban era final de temporada y no quedaba mucho para las vacaciones incluso muchos equipos ya habían finalizado.

Estabamos entrenando solos en el pabellón cuando me caí y quedé como abierta de piernas y me dió un tirón fuerte en un muslo. Así que David

el entrenador, dió por finalizado el entreno y nos mandó a las duchas, a mi me dolía y me dijo que le siguiera que en su vestuario tenia un gel antiinflamatorio. Sabía bastante sobre lesiones, así que le seguí, mientras mis compañeras se metian en la ducha. Fuímos hasta su vestuario y me dió la pomada. Yo llevaba unos calentadores que llegan casi a la rodilla y era imposible con la mano acceder al muslo. Así que me quité el pantalón y empezé a frotarme el muslo sentada en una camilla que hay.

No conseguia esparcir toda la pomada ya que es muy densa y mi entrenador se ofreció para continuar el. Yo le dije que si sin problema, tenemos mucha confianza, no había motivo para dudar de nada. Me dijo que me tumbara que estaría más comoda y se puso de pie delante de mi, el llevaba un pantalón corto donde se le marcaba su paquete y una camiseta a tiras. Se puso pomada en la mano y empezó a masajearme el muslo justo en la zona donde me dolía. Lo hacía con fuerza ya que tenía unas manos muy fuertes. Aún así le costaba así que se ayudó de la otra y empezó a tocarme los muslos con las dos manos. La verdad es que me gustaba así que me relajé y me estiré del todo mientras veía su pantalón que cada vez estaba más apretado, yo diría que estaba empalmando, pero no hice caso.

Al poco noté sus manos que subían un poco, me dijo que debia pasarme la pomada por todo el musculo. Yo le dije que sin problema. El empezó a ponerse como nervioso y noté un cambio en su masaje, parecía que se estaba recreando en mi pierna, pero me gustaba. Al poco rato noté que con su dedo pequeño rozaba ya mis braguitas y me subía la camiseta. Yo me incorporé un poco para ver que hacía y me dijo que no pasaba nada que tranquila.

El acercó su paquete hasta mi brazo que tenía estirado, hasta llegar a mi mano y me lo puso a tocar mi mano, mi reacción en principio fué de apartar mi mano pero después noté un calor en su paquete que me hizo rectificar y no me moví.

El seguía con su manoseo y ya pasaba su mano por debajo de la camiseta, era evidente, quería algo más que curarme la pierna. Yo no sé que se me pasó por la cabeza que con la mano empezé a acariciarle su paquete estaba a punto de explotar. El me quitó la camiseta y empezó a besarme el cuerpo mientras se quitaba el pantalón y ante mi sorpresa vi que no llevaba calzoncillos. Me la puso cerca de la boca ya que yo estaba estirada.

Casi que me la pone dentro, yo se la cogí y empezé a masturbarle mientras que con la lengua intentaba llegar a su capullo. El me quitó las braguitas y empezó a tocarme. Yo estaba muy mojada. Me quitó el sostén y después de un colpe me giró, yo quedé sentada en la camilla de cara a él y sin más dió un empujón y me la metió hasta el fondo, me dolió un poco y di un grito pero al momento estaba gozando como una loca, mi entrenador me estaba follando. Si lo supieran las otras.

Pues si! Lo sabían. Al oír mi grito se acercaron hasta donde estabamos, algunas envueltas en toallas, en ropa interior y algunas vestidas. Lo sé porqué las vi, estaban subidas en un banco donde se nos veía por una ventana grande que queda arriba. Estaban alucinando, yo no podía ni reaccionar, no sabía si parar si reir, llorar, estaba como fuera de mi. Después él me pidió que se la chupara, se sentó a la camilla y yo empezé a chuparsela, estaba con la polla durísima. Sabía que ellas lo estaban viendo, y también noté que él las había visto, pero esto le excitó aún más. Estaba viendo algunas del equipo en ropa interior o envueltas en toallas mirando como yo le chupaba la polla. Que situación!

Estubimos follando un buen rato ya sin pensar que nos miraban, tube un orgasmo que nunca olvidaré, seguro que fuí la envidia de todo el equipo.

Ahora de vez en cuando alguna se hace daño en el entrenamiento. Pero creo que yo fuí una privilegiada.

CRIS