Vaya cena, vaya sorpresa

Tras una cena a solas con una mujer casada nunca me esperaba acabar con ella en mi coche.

Hacia tiempo que llevábamos tonteando, ella a pesar de ser una mujer casada no le hacia ascos a comentarios calientes que yo intentaba repetir constantemente: que hoy llevas un tanga muy bonito, que si la minifalda con tacones la llevas muy bien... y cosas por el estilo, el caso es que habíamos intercambiado ya algunos correos electrónicos desde nuestras direcciones particulares con frases, deseos o fantasías que a los dos nos habían puestos muy calientes, y un día me decidí...

Llegaban las vacaciones y como era habitual los compañeros de la oficina, evitaré decir de que empresa para mantener su anonimato, decidieron organizar una cena de celebración antes de las mismas, a mi la idea no me acababa de convencer y las ultimas cenas habían sido un muermo, así que, como decía antes, me decidí proponerle a ella, a Maria el hacer una cena solos para, excusa barata lo reconozco, hablar del trabajo y comentar lo que podíamos esperar del resto del año después de las vacaciones. El caso es que sorpresivamente accedió sin saber yo que había entendido perfectamente que era una simple excusa lo que le había dado.

Bueno, el día de la cena, me presente donde habíamos quedado, no muy cerca de su casa porque, no sabia yo aun el motivo, no le había dicho al marido que cenaba a solas conmigo, sino que los compañeros que nos íbamos a juntar éramos diez o doce. El caso es que naturalmente fui puntual y ella aun lo había sido mas, cuando llegue me estaba ya esperando, llevaba el pelo recogido, unas gafas preciosas nuevas, un collar de perlas al cuello, un color de labios rojo muy llamativo y un vestido escotado... muy escotado que dejaba adivinar que bajo el mismo no llevaba nada mas que el pequeño, diminuto tanga que alrededor de su cintura se marcaba y un pequeño bolso que hacia juego con las preciosas sandalias con tacón que hacían elevar su altura casi diez centímetros. Me dejo helado tanta hermosura, jamás la había podido contemplar con tanta libertad, con tal escasez de ropa y casi al instante mis pensamientos mas carnales se pusieron en marcha y note como mi miembro se ponía a tono... simplemente con ver como su escote me dejaba ver cada centímetro de sus preciosas tetas al subir a mi coche... dos fugaces besos, un saludo y puse el coche en marcha en dirección al restaurante donde había reservado mesa.

La cena transcurrió muy tranquila, alternamos los temas de conversación, trabajo, mis novias, su vida de casada... y conforme el vino hizo su efecto y nos trajeron los postres subimos el tono hasta llegar a las confesiones, le conté sin ningún tipo de corte que algún sábado había acabado pegando un revolcón en el coche... y ella que era un sitio que nunca había probado para hacer el amor, hablamos de su escote, de su pelo, del tamaño de mi miembro, hasta que finalmente pedimos la cuenta... De vuelta al coche ella me dijo que si íbamos a algún bar de copas podíamos encontrar a algún conocido y que ella se sentiría muy incomoda, el caso es que le propuse acabar la velada charlando en algún lugar apartado dentro de mi coche... y, de nuevo, OH! Sorpresa! Aceptó.

Conduje el coche hasta un descampado que ya había utilizado en otras ocasiones con mis ligues... llegamos y la conversación de nuevo cogió tono caliente... muy caliente, fue ella la que pregunto sobre que hacia, como me las arreglaba, hasta que, sin poder evitarlo por mas tiempo, me decidí y acerque mis labios a los suyos a lo que ella respondió con un profundo beso, húmedo, caliente y en el que nuestras lenguas se entrelazaron durante varios minutos, ante esta situación mis manos se dirigieron a su escote y pronto encontraron sus duros pezones, pequeños, pero muy, muy duros... pero las sorpresas no habían acabado porque Maria se estaba dedicando a desabrocharme el pantalón, tocando mi dura polla y acariciandola con esmero... note, como no me había pasado antes que la tenia muy mojada, fruto de mi excitación.

Unos breves movimientos de sus expertas manos y cogió unas dimensiones exageradas y una dureza poco habitual, yo había acertado a bajarle los tirantes y me dedicaba a sus preciosas tetas, las acariciaba, pellizcaba los pezones y apretaba con pasión, de repente dejo de besarme y empujándome hacia atrás se dejo caer hasta mi polla y se dedico a ella con esmero... nunca me la habían chupado así, notaba un gran placer y en unos pocos movimientos note que estaba a punto de explotar, de correrme y llenar su preciosa boca con toda mi leche... la cogí del pelo y se la saque de la boca de golpe a lo que ella respondió: "¿te vas a correr verdad? Pero... ¿no es eso lo que quieres?" se soltó de mis manos y de nuevo se dedico a mamarmela con mas fuerza que antes... apenas unos segundos y yo estaba vaciándome en su boca con gran fuerza... no se como no le entraron arcadas porque en el momento de correrme se la metió hasta el fondo de su garganta... cuando hube acabado se levanto se limpio la boca con un kleenex, se recostó sobre el asiento... se quito el diminuto, transparente tanga rosa que llevaba y me susurro "ahora me toca a mi..." solo hacerte a poner mis labios sobre su precioso y depilado chocho y me puse también a chupar, le lamí los labios, el clítoris incluso el agujero del culete hasta que note como aceleraba su respiración, pero ella dirigía mi cabeza allá donde mas le gustaba... de pronto me aparto y me suplico que le metiera los dedos, que la masturbará a lo que accedí rápidamente, note como con uno no tenia bastante y acabe metiendo tres... cuatro y a mover mi mano lo mejor que podía... sus susurros, sus suspiros se habían convertido en aullidos y cuando de su boca comenzaban a salir las palabras... "ME CORROOOO" una gran cantidad de liquido se le escapo por los lugares que no ocupaban mis dedos... mojándolo todo, su vestido, mi camisa... incluso el asiento de mi coche...

A estas alturas, mi polla de nuevo se había puesto en acción y ella se había dado cuenta.... me despoje de la ropa que me quedaba y pase al asiento que ella ocupaba... llevaba el vestido enrollado a la cintura... las tetas mantenían una verticalidad asombrosa y su tamaño era mas que abundante, se puso a horcajadas y mientras me decía, recostada sobre mi pecho... "¿es esto lo que quieres?" Comenzó a meterse muy poco a poco mi polla en su caliente y muy mojada vagina... note como los líquidos aun fluían de interior y como comenzaba unos movimientos de mete saca que me estaba proporcionando un gran placer... los movimientos se fueron acelerando poco a poco hasta volverse casi salvajes, yo apenas acertaba a cogerle de las caderas para ayudarla y notaba como su humedad iba en aumento, pero mi corrida anterior me estaba ayudando a aguantar, esta vez un poco mas... de manera que le propuse que me dejara metersela por el culo... sin apenas decir nada fue ella la que hábilmente se movió hasta sacársela del chocho y sin apenas empujar se lo metió en el ano... se notaba que no era virgen por ese lado, pero a mi me estaba proporcionando una gran Excitación con la enculada... de nuevo era ella la que se movía y esta vez aun más fuerte... note como comenzaba a mojar mi zona púbica y como volvía a repetir las mismas palabras de antes pero esta vez casi chillando: "ME CORROOO" oh! Que gusto, que placer, casi al mismo momento mi segunda corrida le llenaba todo el agujero del culo por completo, su corrida había sido abundante, hilillos de liquido resbalaban por mis caderas mientras de su ano rezumaban gotas de mi leche... cuando dejo de moverse acerco de nuevo sus labios a los míos...me besos profundamente y me dijo... "Gracias, ha sido increíble".

La verdad es que aun no acertaba a comprender lo que había pasado, no había reflexionado sobre mis actos... me había follado a una compañera de oficina que además estaba casada y nos había gustado y de que manera a los dos.

Tras unos instantes de relax nos recompusimos la ropa y hablamos de lo que habíamos hecho, me confeso que, al igual que yo, hacia tiempo que pensaba en esta posibilidad, que incluso había fantaseado conmigo mientras alguna solitaria noche sin su marido había optado por masturbarse para satisfacerse, así que compartíamos fantasías y, para acabar con las sorpresas quedamos que ante el éxito, el placer y las dos enormes corridas que nos habíamos regalado que deberíamos repetirlo siempre que tuviéramos oportunidad... Ahora espero la próxima ocasión para poderla contar a todos los lectores.