Varado en la carretera

Después de una pelea con su novio, un joven vagar por la carretera hasta que un camionero macho y moreno lo recogerá para darle un aventón y algo más.

VARADO EN LA CARRETERA

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El viento le soplaba directo en la cara, mientras Braulio caminaba muerto de frío al borde de la carretera, solo las luces de los carros y las señales fosforescentes de la autopista iluminaban el camino.

Estaba muy cansado, había caminado por un par de horas en plena madrugada pero nadie lo recogía ya resignado siguió sin rumbo, aunque se encontraba exhausto no quería detenerse para que el viento helado no lo consuma.

Estaba totalmente ensimismado en sus pensamientos y no se dio cuenta que un camión afortunadamente sin pedirlo se detuvo.

El estruendoso ruido de la bocina del trailer lo hizo reaccionar, quedándose parado sin saber que hacer, además le costaba acostumbrarse a la fuerte luz que emitían los focos del camión, de pronto la puerta del copiloto se abrió y la bocina sonó por segunda vez.

Después de pensarlo escasos segundos decidió acercarse con temor, la luz dentro de la cabina se encendió, se pudo notar que la persona que estaba adentro arreglaba el asiento, llegó a la puerta y una voz gruesa y muy masculina lo invito a subir, el hizo caso, cerrando la puerta tras de él.

_ Muchas gracias – dijo Braulio.

_ Joder muchacho ¿que andas haciendo ha esta hora por carretera? – preguntó el hombre extrañado.

Braulio giró su cabeza encontrándose con una mirada penetrante de un hombre de piel morena.

Como es natural en las personas, ambos estudiaron su aspecto físico con una mirada rápida, Braulio era un chico de cabello castaño y rizado aunque por ser de noche se notaba negro, nariz respingada con facciones en el rostro finas pero masculinas, delgado, sin embargo brazos y cuerpo definidos pudiéndose ver gracias a camiseta ajustada que traía, junto con un pantalón deportivo.

Por su lado el chófer del camión, era un hombre de piel morena, cabello recortado ondulado con algunas canas haciendo un efecto cenizo, nariz un poco ancha, penetrantes ojos negros y facciones gruesas y varoniles, brazos bastante gruesos y se notaban fuertes con vello negro, a pesar de la camisa que traía podía entreverse un buen cuerpo macizo.

Braulio no respondió la pregunta del hombre, no porque no quisiera, sino porque no sabía que cosa decirle.

_ Es una historia un poco larga de contar – respondió el chico.

_ Ah vale, vale, si no quieres contar no hay problema- respondió amablemente el hombre.

El señor era muy amigable a pesar de su evidente aspecto físico rudo.

_ ¿Cómo te llamas? – preguntó el chófer.

_ Braulio, y ¿usted?

_ Horacio.

_ Gracias por detenerse – dijo el chico nuevamente mientras miraba a Horacio.

El hombre miraba defrente a la carretera.

_ ¿Te han asaltado?

_ ¿Qué? ¿Por qué lo dice? – preguntó extrañado.

_ Por el golpe en tu pómulo y por el hecho de que estés deambulando solo en plena madrugada en la carretera.

Braulio cayó en cuenta y supo de lo que estaba hablando.

_ Ah eso, no, digamos que fue una especie de pelea.

_ Ahora entiendo pero ¿por qué deambulabas por aquí? No hay nadie y es peligroso.

_ Me aleje del grupo de amigos con el que estaba, de hecho la pelea fue con mi novia y producto de ello terminamos – dijo con poca convicción.

_ Caray esa noviecita tuya golpea como hombre – bromeó el hombre.

Braulio soltó una risa muy floja.

_ ¿Y tan grave fue la discusión que tuviste que salir huyendo del lugar donde estabas? En todo caso la que debí encontrar por acá era a tu novia y no a ti, tú sabes, las mujeres y sus dramas.

El hombre rio. A decir verdad algo no le cuadraba a Horacio en la historia de Braulio.

_ ¿Cuándo años tienes Braulio?

_ 25 señor y usted?

_ 45 años.

Siguieron conversando un rato más pero de un momento a otro el camión de detuvo.

_ ¿Por qué paramos? – preguntó Braulio.

_ Me entraron ganas de mear, también deberías hacer lo mismo, no volveremos a parar más adelante.

Al muchacho le pareció buena idea, bajó dejando su celular dentro de la cabina.

Horacio sin aguantar más descubrió su polla bajando el cierre de su pantalón, exponiendo su pedazo de carne gordo y peludo, soltando el chorro de orina hasta que su vejiga se termino por vaciar, sacudió su pene y se lo guardo.

_ ¿Terminaste? – le preguntó al chico.

_ Aun no.

Horacio se metió a la cabina nuevamente para buscar su cajetilla de cigarrillos, y el teléfono de Braulio comenzó a vibrar pero no le prestó importancia.

El chico comenzó a subir nuevamente.

_ ¿He hijo, fumas? -preguntó Horacio.

_ Si claro, lo hago muy a menudo.

_ Perfecto, quédate abajo entonces ahorita te alcanzo con cigarros.

Braulio aceptó y volvió a bajar mientras Horacio buscaba sus cigarros, al mismo tiempo el celular del chico volvió a vibrar varias veces llamando la atención del hombre, que al encontrar los cigarros tomó el celular con la intención de avisar a su dueño pero de la poca seguridad del teléfono, Horacio pudo leer unos de los mensajes que le habían llegado el cual decía.

_"Amor perdóname por el golpe que te di, no fue mi intensión, respóndeme los mensajes, estoy muy preocupado por ti”.

El remitente no tenia nombre, solo se leía el número, había sido borrado de los contactos.

En ese instante Horacio cayó en cuenta sobre la sexualidad del muchacho ya que el termino usado fue en masculino.

Bajó con los cigarrillos y el celular entregándoselo a su dueño.

_ Toma, no paraba de vibrar – dijo entregándoselo.

_ gracias – dijo guardándolo.

_ No lo vas a revisar?

_ Ahora no, no tengo ganas de responder.

Encendieron sus cigarros empezaron a fumar.

El hombre sutilmente le bombardeo con preguntas las cuales el chico como había entrando en confianza respondía.

_ ¿Cómo se llama tu mamá?

_ María

_ ¿y tu papá?

_ Julio.

_ Y tu novio?

_ Max

Al escuchar lo que salió de su propia boca, el muchacho enmudeció, y Horacio confirmó su teoría.

_ ¿Entonces no era una novia la que te hizo ese golpe, sino, un novio?

_ No, me confundí, quise decir… -trato de hablar muy nervioso.

_ Hey hijo, descuida, no hay ningún problema, no te apures en querer excusarte, es tu vida, ahí no me meto.

Luego se formo un silencio el cual fue roto cuando Horacio le ofreció una chata de ron a Braulio , quien le dio un profundo trago, el hombre hizo lo mismo.

La tranquilidad del chico se restableció.

_ Joder que vergüenza.

_ No chaval, no tengas vergüenza, si te gustan los hombres que más da.

_ Gracias señor, es un alivio saberlo, pensé que me iba a dejar tirado por la carretera

_ ¿Tan malo me veo.?

_ Tal vez por la mirada y sus expresiones serias la gente podría confundirlo.

_ Tienes razón si me lo han dicho.

_ ¿Usted es gay?

Aunque Horacio demostró que no era homofóbico, no se esperaba esa pregunta, por la cual sintió un poco de incomodidad ya que al ser un hombre tan viril jamás nadie se hubiera atrevido a confundirlo, pero respondió de manera cortes pero a su estilo.

_ No muchacho, a mi me gustan los coños, no las vergas. Esas te las dejo a ti – dijo .

Los dos rieron.

_ Bueno subamos ya son casi las dos de la mañana – propuso Horacio.

Se pusieron en marcha por la carretera nuevamente retomando una amena conversación.

_ ¿Cuándo falta para llegar? – preguntó Braulio viendo la hora

_ Aun como 5 horas.

_ Mierda, es mucho tiempo.

_ Así es, pero no puedo aumentar la velocidad.

_Si, si entiendo.

Horario le dio un trago al ron.

_ Hey, no se supone que no se debe tomar y manejar al mismo tiempo – interrogó el chico preocupado.

_ No te preocupes chaval, que siempre lo hago y nunca me he chocado.

_ Joder tío, no me digas eso, que soy muy nervioso.

_ Bueno dale, concéntrate en otra cosa, y convérsame para no dormirme o chocaremos.

Braulio puso cara de pánico y Horacio lo miró riendo.

_ Chaval que es broma, más bien ¿Por qué no me cuentas que exactamente que sucedió?

Resignado Braulio comenzó a hablar.

_ Se supone que iba a ser una reunión con nuestro grupo de amigos en la casa de playa de uno de ellos.

_ Dale ya veo, pero ¿para ir a la playa tienen que irse a otra ciudad?

_ Es que las mismas playas aburren y las de por aquí son mejores.

Horacio emitió una risa.

_ Bueno, cosa de ustedes los jóvenes, prosigue -dijo.

_ La cuestión es que absolutamente ninguno de nuestros amigos sabía que mi novio y yo éramos pareja, ni mucho menos gays, siempre nos comportábamos como amigos ante los demás, no levantábamos ninguna sospecha.

_En eso tienes razón, no pareces marica.

Instantáneamente Horacio se disculpó por lo que había dicho.

_ Disculpa muchacho, no fue mi intención insultarte, solo que soy muy brusco al hablar.

_ No te preocupes te entiendo, yo también me digo marica a mi mismo.

Los dos hombres emitieron una pequeña carcajada, entraron en plena confianza.

_ Como te seguía diciendo, nadie sabía nada, mi novio y yo nos escapamos a morbosear un rato, habíamos tomado y no reparamos en que alguien nos pudiera ver; nos fuimos por algunas zonas oscuras, por el malecón, nos empezamos a tocar, siempre alerta por si veíamos a alguien, estuvimos buen rato, sin embargo un amigo de nuestro grupo apareció de la nada, mi novio se dio cuenta y me apartó bruscamente y me arrojo un puñete insultándome, caí al suelo y me golpeé el cuerpo.

_ Osea fingió que lo habías besado a la fuerza.

_ Exacto, me insulto refiriéndose a mi de la peor manera – Dijo el chico- Me dijo que era un maldito maricón, por besarlo a la fuerza, y que si lo volvía a hacer me iba a ir peor, luego ese amigo también intentó golpearme, pero afortunadamente él lo detuvo.

_ Era lo mínimo que podía hacer, el dejar que el otro también te golpeara hubiese sido mucha cabronería y tu novio es un hijo de puta.

_ Tienes razón, quiero comprenderlo en parte porque obviamente no estaba planeado que alguien se enterara sobre su sexualidad.

_ La violencia nunca es justificada chaval, y además tu quedaste como el marica irrespetuoso, eso manchó tu imagen.

_ eso es verdad, pero lamentablemente hay personas que aun les importa que nadie se entere de su sexualidad, yo en lo personal no es que lo quiera ocultar a morir, pero si alguien se entera y no puedo hacer nada para evitarlo, pues que más da, ya está.

_ Que pena contigo muchacho, se nota que eres un buen chico y tu novio un hijo de puta.

_ Gracias.

Era rara la sensación de Braulio, le estaba contando su vida privada a un desconocido, pero la confianza que se habían brindado en ese escaso momento que se conocían parecía de años.

_ Yo me quedé tirado en el suelo, cuando ellos se fueron me levanté del piso, y rápidamente salí del lugar, intenté que algún auto me recogiera pero nadie se detenía, solamente usted.

_ Bueno tampoco soy tan insensible como para dejar a alguien que evidentemente no la estaba pasando bien ahí afuera con todo ese frío, podrá ser verano, pero en la carretera por las noches hace mucho frío.

Se formo un silencio un poco incomodo, Braulio aprovechó para cerrar los ojos y se quedó dormido.

Horacio siguió manejando dejando descansar al muchacho, tenia los ojos puestos en la carretera cuando suena su celular, la primera vez lo dejó pasar, no le gustaba contestar mientras manejaba, pero volvió a sonar de manera repetitiva, pensando que era algo muy importante estacionó el camión a un costado de la carretera para poder hablar con tranquilidad.

Nada más contestar un grito histérico sonaba por mediante el teléfono.

_ ¿Dónde estás? – gritaba su mujer.

_ ¿Cómo que donde estoy? Trabajando.

_ Ah si? Y ¿Por qué no respondías?

_ Porque la señal es demasiado mala por la carretera.

_ A mi no me engañas, tú estás con otra mujer y usas de pretexto tu trabajo para largarte con tus amantes.

_ ¡Estás loca! Cada día estás insoportable, me celas con todo mundo, hasta con tu prima lo haces, no tienes ningún maldito límite Erika – dijo levantando la voz.

_ Crees que soy estúpida, te vieron Horacio en un restaurante y que casualidad que justo cuando te llamo para confirmar, no hay señal.

Horacio ya estaba completamente irritado por lo que su mujer equivocadamente le reclamaba.

_ Y si estoy con otra mujer que más da, en casa tu no me atiendes como se debe, siempre me dices que debo cumplir con mi papel de hombre de la casa, y cuando yo soy el que te pide que cumplas tu rol de mujer conmigo, lo haces de mala gana, hasta el sexo siempre me lo niegas, y cuando acceder te quedas quieta como un maldito tempano de hielo y no haces nada para complacerme, solo sabes pedir dinero – le gritó esta vez enfadado.

_ Maldito miserable solo me vez como un objeto sexual, no me valoras..

_ No Erika, la que no valora eres tú.

_ Que ejemplo le estás dando a tu hijos Horacio, eres un cochino adúltero.

_ hablas de ejemplo cuando tú misma te has encargado de poner a nuestros hijos en mi contra.

_ ¿ahora me hechas a mi la culpa? Te recuerdo que siempre paras de viaje y nunca tienes tiempo para ellos.

_ Si, yo trabajo, pero la mayor parte del tiempo pasan contigo y tú te has encargado de decirles que yo no los quiero, por eso cuando intento acercarme a ellos, se alejan.

_ Te lo tienes bien merecido por ser tan miserable conmigo.

_ Sabes que? te voy a colgar antes que se me termine la paciencia. Ojalá me encuentre una verdadera mujer y joven que sea una hembra en la cama y se deje coger como a mi me plazca – colgó gritándole.

Braulio despertó por los gritos. Horacio golpeó con ira el timón del camión, maldiciendo.

_ ¿Todo bien? -preguntó el muchacho.

_ Lo siento hijo, creo te desperté, solo sigue durmiendo.

_ Descuide, pero ¿Qué pasa?

_ Lo mismo de siempre, problemas con la loca de mi mujer.

_ ¿Celos?

_ Si, los malditos celos, no me deja tranquilo, me cela con cualquiera.

_ ¿Y son celos con o sin razón?

_ Bueno ya le he sido infiel varias veces, pero jode que todo el tiempo te repitan lo mismo.

_ Es algo con lo que vas a tener que cargar siempre, para las mujeres una infidelidad es la peor traición del mundo.

_ Si y mira a lo que ha llevado todo, les ha lavado el cerebro a mis hijos y desde hace mucho tiempo son distantes conmigo, como si no fuera su padre.

_ Imagino como te debes de sentir por eso. ¿Te puedo hacer una pregunta?

_ Si claro, hazla.

_ ¿Por qué no has dejado a tu esposa si no la quieres?

_ ¿ Y quien te dijo que no la quería?

_ Pues como le has sido infiel.

_ Una cosa no tiene nada que ver con la otra muchacho, el día que te cases te darás cuenta que muchas veces de amor no se puede vivir todo el tiempo, en la relación tiene que existir pasión, lujuria, si yo le fui infiel es porque mi esposa no ha sabido complacerme sexualmente, cuando vamos a tener relaciones se hace de rogar y cuando al fin accede, se queda tirada en la cama y me apura para terminar.

_ Yo pienso distinto.

_ Puede ser que no todos los que estén en la misma situación sean infieles, pero en mi casa yo no me puedo aguantar soy un hombre bastante fogoso y todo el tiempo estoy con la verga dura y cuando eso sucede necesito de un buen coño para calmarme, pero no solo basta eso, la mujer tiene que ser una perra en la cama.

_ Con lo de perra a que te refieres?

_ Chico si pareces nuevo – Dijo sonriendo – Ah bueno ahora recuerdo a ti te gusta la verga.

Braulio lo miró como afirmando.

_ Me refiero a que sepa moverse en la cama y no se quede inerte como mi mujer.

Horacio a cada momento se acomodaba la verga en el pantalón.

El camión aun seguía estacionado mientras conversaban y tomaban unos tragos.

_ Joder muchacho me he puesto burro con lo que te he contado, mírame nada más como estoy – dijo Horacio agarrándose descaradamente el paquete.

Braulio llevó su mirada al bulto del hombre imaginándose una gran verga debajo de eso.

En ningún momento el muchacho había visto de manera sexual al hombre hasta ese momento en que se entretuvo en su bulto.

_ Ya me duele, de lo apretado que está aquí dentro, el ser vergón tampoco ayuda – presumió Horacio.

Braulio se tensó, y comenzó a excitarse por la situación, le dieron ganas de tocarle la polla a Horacio aunque sea por encima del pantalón.

_ ¿A ustedes los maricas les gusta que le den siempre por el culo?

La pregunta dejó un poco descolocado a Braulio, que no supo que responder por la vergüenza.

_ Vamos no tengas vergüenza ya estamos en confianza.

_ Este mmm bueno no a todos

_ ¿Enserio? Pensé que si.

_ Es que hay pasivos, activos y versátiles.

_ Y eso que es?

_ Pasivo le gusta recibir, activo le gusta dar y versátil ambos.

_ Joder te juro que si no me lo cuentas, yo ni enterado, ya vez es bueno hacer amistad con alguien homosexual.

_ Siempre hay algo nuevo que aprender – dijo Braulio.

_ ¿ Y a ti que te gusta?.

Braulio nuevamente se quedó callado.

_ hey vamos chico, dímelo normal, tú sabes que yo no juzgo.

_ Me gusta recibir.

_ ah okey entonces eres pasivo.

_ Si así es.

_ ¿ Y no te duele recibir por el culo?

_ Siempre duele un poco, pero es un dolor muy leve y muy placentero. La clave esta en la dilatación.

_ Osea que sientes placer?

_ Claro tú crees que me metiera una polla al culo sin que lo disfrute?

Braulio se escuchó así mismo y volvía a avergonzarse, Horacio lo notó.

_ Hey muchacho no te cortes.

_ es que no estoy acostumbrado hablar de esa manera.

_ Si y ya me di cuenta, pero de seguro cuando vez una buena pinga se te sale lo warra.

_ Solo si veo la de mi novio si.

Los dos rieron.

_ Pero te aseguro que si vez la mía, te alocas.

_ No lo creo, no soy infiel.

_ ¿ Quieres probar? – dijo Horacio sin pensar.

Estaban conversando tan naturalmente que Horacio no medía las consecuencias de sus palabras y estaba a punto de traspasar el limite de la conversación.

_ No sería mala idea- respondió Braulio también sin pensar.

Los dos se miraron serios un momento y luego soltaron la risa.

Horacio instintivamente revoloteó el cabello rizado de Braulio.

_ Definitivamente eres un buen muchacho, me gustaría que mi hijo tuviera un poco de tu nobleza.

Horacio dijo eso pasando su mano por el rostro del muchacho y acariciandolo. Braulio sintió la mano áspera y cálida del hombre raspando su rostro.

Todo esto ocurría mientras se miraban fijamente, Horacio sintió una extraña necesidad de seguir tocando el rostro del chico, sus dedos rozaron sus labios, y este por instinto besó los dedos del hombre quien siguiendo el juego casi de manera inconsciente presiono para introducirlos en la boca de Braulio haciendo que los chupara.

La verga de Horacio crecía más y se hacia dolorosa cada vez, ya que no cabía en su pantalón.

_ Chaval, extrañamente estoy excitado – dijo Horacio.

_ Yo también será mejor que lo dejemos, a ti no te gustan los hombres.

_ Tienes razón, no me gustan, pero conversar contigo me ha puesto palote, será mejor que nos pongamos en marcha, llegando a la ciudad me busco un coño.

Una inesperada sensación de decepción llegó a Horacio, del mismo modo a Braulio. El hombre pensó en arrancar, pero estaba demasiado excitado y no lo hizo, quería sacarse el clavo.

_ ¿ Qué pasa? ¿Por qué no arrancas? – preguntó Braulio.

_ Joder chaval, no se que me pasó ahorita, pero estoy muy excitado, no soy homosexual, ni me gustan los hombres, pero si no follo ahora mismo no podre estar tranquilo.

_ A mi me pasa lo mismo, quiero coger pero no quiero arrepentirme luego y tampoco tu quiero que te arrepientas.

_ No seas mojigato chico, yo le estoy haciendo caso a mis instintos, tu también debes hacer lo mismo.

Horacio volvió a tocar el rostro del muchacho y este sin poner más objeción aceptó la propuesta.

_ Okey, sin arrepentimientos

_ Bien, ¿entonces quieres chuparme la verga?

_ Muero de ganas por hacerlo – confesó Braulio acercando sus manos al bulto del hombre.

_ Espera – lo detuvo – ¿Eres completamente pasivo verdad?

_ ¿ A que te refieres? – preguntó confundido.

_ Es que no me gustaría que después tu intentaras cogerme también.

_ Que dices, si me encanta la verga y que me den por el culo.

_ Joder, perfecto.

Horacio se recostó en el asiento mientras Braulio intentaba bajar el cierre del pantalón pero nuevamente el hombre lo detuvo.

_ Una última cosa. Nada de besos.

_ Mierda que ganas de cortar el rollo, si vas a follar cógeme de una buena vez, antes de que me arrepienta.

Esas palabras terminaron por decidirse a Horacio, nadie le había pedido verga de esa manera, así que acerco de manera rápido la cabeza del chico a su entrepierna y la paso por todo el rostro antes de sacarla para chupar.

El chico mordía por encima de la tela, sintiendo la dureza del pene con los dientes, Horacio respiraba aceleradamente por el estimulo.

_ Chúpala de una buena vez cabrón.

Braulio bajo el cierre del jean, la verga estaba dura, guardada en un bóxer de color gris, Horacio lo miraba deseoso y con lujuria, pero el chico se tomaba su tiempo para excitar mucho más al hombre.

Bajo ligeramente la ropa interior quedando el glande aprisionado con el elástico de la tela, toda la cabeza del pene estaba completamente mojada por el pre-cum que expulsaba. Braulio comenzó a aspirar su olor una y otra vez.

Horacio confundido preguntó.

_ ¿Qué pasa? ¿huele mal?

_ No, al contrario, huele demasiado bien, me encanta este olor.

_ ¿no me mientes? No me la he lavado en todo el día, tengo la verga y las bolas sudadas.

Esa confesión prendió mucho más a Braulio, el chico le indicó que se baje un poco más el pantalón y Horacio obedeciendo, se levantó un poquito en su asiento para aflojarse el cinturón, y bajarse el pantalón dejándolo por debajo de los huevos.

Horacio era dueño de una verga totalmente hermosa y rica, grande de unos 23 cm gorda en la base, pero el glande ligeramente más pequeño, las bolas perfectamente redondas con abundante vello púbico, olían a macho, estaba húmedo, oloroso y sudoroso, los pelos emanaban un aroma embriagante.

_ Joder, me estás poniendo a mil, eres una completa guarra, cómetela ya – ordenó el hombre.

Horacio tomó de la cabeza al chico y la llevo justo a su verga. Braulio como era su costumbre no se metió la verga a la boca hasta jugar con la cabeza del pene y así lo hizo, lo tomó con su mano sintiendo su dureza y le comenzó a dar lametones tomando todo el líquido preseminal.

Horacio tenía la piel de gallina y estaba a la expectativa

_ MMM está saladito

_ ¿No te gusta?

_ Me fascina.

Acto seguido el chico se comía de a pocos la verga del hombre, primero el glande, haciendo estremecerse al macho, su respiración se comenzó a acelerar. Braulio mamada la punta de una manera suave sin usar los dientes como un bebe recién nacido, poco a poco comenzó a hundirse más hasta que la verga chocó con la garganta del muchacho impidiendo el paso, hasta ese momento iban 13 centímetros de verga adentro, el chico se detuvo ahí, aparentemente ese era su límite, y solo esa porción de la verga trabajaba chupándola, succionándola una y otra vez.

_ Mierda niño que bien lo haces – posando su mano en la cabeza del chico.

_ ¿Te gusta? - preguntó el chico.

_ Esto me está encantando, lastima no te la puedas comer toda, pero entiendo que debe ser muy grande para ti – dijo tocándole la barbilla.

Braulio sonrió.

_ Observa lo que voy hacer, vas a alucinar.

Braulio se agachó nuevamente para seguir chupando, se metió la porción de la verga hasta lo acostumbrado hasta el momento, luego acomodo de tal manera la posición de su cabeza hasta que la verga traspaso la barrera, dejando atrás las glotis, la garganta se abrió, desapareciendo todos los 23 centímetros de verga, la nariz del muchacho estaba pegado al vello púbico.

El pene de Horacio tuvo un espasmo haciendo que todo su cuerpo vibre de placer.

Jadeando el hombre dijo:

_ Dios muchacho, casi haces que me venga.

Braulio estuvo unos segundos con la verga enterrada en la garganta y cuando estaba a punto de zafarse, Horacio lo tomó del cabello y hundió más la cabeza, fallándola sentado, y solo lo liberó cuando el chico le palmeó el brazo.

_ Joder, nadie me ha hecho lo que tú acabas de hacer, te la comiste toda, ninguna puta lo hace – dijo el hombre muy contento.

Braulio con los ojos llorosos y respirando muy rápido le sonrió secándose la boca mojada de saliva.

Hazlo otra vez – ordenó tomándolo de la cabeza y guiándolo.

Y así lo hizo, Horacio con un poco de brusquedad hizo que el muchacho se comiera toda la verga sin dejar ni un milímetro afuera.

Horacio jadeaba cada vez más cogiéndole la boca a gusto pero la radio en la cabina interrumpió.

_"Sala de control a unidad VG-1025.”

Recién en ese momento se percató que habían estado mucho tiempo estacionados.

_ Aquí unidad VG- 1025.

_ Unidad VG-1025 hemos verificado que está estacionado más del tiempo permitido en el Km 25 de la Panamericana Norte. ¿presenta algún inconveniente?

_ Ningún inconveniente sala de control, solo que me sentí mal por un momento.

_ ¿Es grave la sintomatología?

_ No, solo tuve un pequeño mareo, pero ya me pongo en camino.

_ Recuerde que si quieres detener a descansar puede hacerlo en el grifo más cercano previa coordinación. Buen viaje. Cambio y fuera.

_ Cambio y fuera.

_ Olvidé por completo que nos detuvimos – dijo Horacio.

_ Entonces ya se acabó? - preguntó Braulio.

Horacio se masturbaba la verga que aún estaba dura.

_ De ninguna manera, ya veremos que hacemos, sigue chupando.

Braulio volvió a dirigir su boca a la verga para chuparla como un corderito, al cabo de unos kms de camino Horacio se detiene en un grifo coordinando con sala de control para que no tengan ningún inconveniente.

_ ¿Que hacemos aquí? - preguntó Braulio.

_ Aquí vamos a pasar la noche

_ ¿Cómo? ¿Aquí? ¿No serán muy incomodos estos asientos?_ ¿Cómo aquí?

_ Ya verás, pero primero deja que me guarde esto – dijo metiéndose la verga morcillona al pantalón.

Bajaron ambos del camión, y fueron a la parte trasera, Horacio deshizo la seguridad, abrieron la puerta y entraron cerrando la puerta por dentro. Estaba completamente vacío, solo había un fino colchón arrumado.

Horario encendió una lámpara que emitía una luz blanca.

_No hay nada acá. ¿Pensé traías algún cargamento– comentó Braulio?

_ Es que estoy de regreso, fui a entregar unos motores, pero regresé vacío.

_ Bueno mmm ¿Qué hacemos? - preguntó el chico.

_ Continua lo que empezaste – le dijo Horacio bajándose el cierre del pantalón.

El hombre se acercó al chico, quedándose frente a frente, había diferencia en su tamaño, el hombre alto como de 1.80 m y el muchacho un poco menos, de 1.70, la mirada del hombre era penetrante, seria y con lujuria, puso sus dos manos en lo hombres del chico y empujo hacía abajo invitándole a que se arrodille.

Una vez arrodillado Braulio volvió a lo que estaba haciendo en la cabina, esta vez tenia la verga frente a frente, ahora se veía mucho más grande que cuando esta sentado.

Horario tenia los pantalones abajo y un hilo de líquido preseminal colgaba cayendo al suelo, Braulio sacó la lengua y deposito el pre semen saboreandolo posteriormente se trató ese pena hasta al fondo.

Mientras chupaba Braulio metía las manos por debajo de su camisa, frotando el abdomen velludo de Horacio, la combinación de la mamada y las manos suaves del chico animaron más al hombre.

Horacio con la camisa ya desabotonada con una mano en la cintura y con la otra presionando la cabeza de Braulio era una escena muy excitante.

En un momento Horacio quedó completamente desnudo y Braulio sin camiseta y con el pantalón a medio bajar.

_ Termina de sacarte ese pantalón y enséñame el culo – ordenó Horacio.

El macho solo seguía sus instintos, si bien es cierto hasta ese momento nunca había tenido un encuentro gay, pero su instinto y sus perversiones hablaban por si mismo dejándose llevar.

Braulio obedeció quedando completamente desnudo también, se puso a cuatro patas encima del colchón mostrando su ano rosado y depilado, Horacio se acerco atraído fuertemente por lo que estaba viendo.

_ Chaval, parece el culo de una mujercita – dijo tocando las nalgas.

_ ¿Te gusta papi? – preguntó el muchacho tocándose el ano.

Esa manera de hablar me gusto al hombre.

_ Si nenita me encanta, rosadito, depiladito y un huequito chiquito -contestó el hombre relamiendose.

Horacio atraído acercó su rostro besando primero las nalgas, y cuando estuvo frente al ano del chico se animo y lo probó, primero oliendolo, el olor no le desagradaba, y pasó la lengua, una y otra vez, el chico comenzó a gemir suavemente.

Lamía el culo, desde el ano, hasta el perineo, luego chupaba el ano como succionándolo y jugando con su lengua, dejándolo un poquito hinchado, Braulio dirigió su mano a la nuca del hombre y presionó para que no parara.

_ Prepárate que te la voy a meter, te voy a hacer sentir mujer cuando te la meta nena- dijo Horacio acercando su verga peluda al ano.

_ Si papi métela, te lo pido – le decía Braulio sobandose el ano con dos de sus dedos.

El glande estaba en la entrada y el ano palpitaba, Horacio se escupió en la mano y embarrándose la verga presionó y el huequito comenzó a ceder.

Braulio pegó un gritito que animo a seguir a Horacio. La cabeza del pene entró completamente pero aun quedaban 20 cm por entrar.

Horacio sacó el pene pudiendo ver como se había agrandado el ano, dejando un hueco más grande.

Volvió a meter su pene grueso y moreno, y está vez abriéndose pasó sin detenerse, cada vez más el esfínter se agrandada, y aunque el muchacho emitía quejidos, no pedía que se detenga, pues eran quejidos de placer.

Cuando ya toda la verga estaba adentro Horacio se detuvo para sentir lo apretadito y cálido que se sentía el ano del muchacho.

_ Ufff perrita ya la tienes toda adentro y que rica la aguantas, a mi verga le gustas, y esta noche disfrutaras como nunca.

Braulio llevó su mano hacía atrás y sintió los vellos púbicos de su amante.

_ ayyyy papi ya cógeme por favor, fóllame como a tu perra.

_ No sabes como me encanta que me pidan eso.

Una vez que el ano se acostumbró , Horacio comenzó a cogerlo, pero era muy considerado, si bien es cierto estaba muy excitado pero se procuraba hacerle sentir placer también al muchacho así que metía y sacaba el pene despacio hasta que este listo para recibir una verdadera cogida.

Gradualmente aumentó la velocidad llenando el ambiente de gemidos agudos por parte de Braulio y el sonido de las nalgadas que recibia.

_ ¿Te gusta zorrita? – preguntó Horacio con las manos en la cintura del chico.

_ ayyy sii mmfff, si me gusta – respondía Braulio.

Ahora las embestidas eran brutales, la estaca de carne se clavaba muy fuerte en la cavidad anal del chico. Horario penetró a cuatro patas al chico hasta llegar al fallo, con la última embestida provocó un dolor en la vejiga que aguantó.

El hombre salió del ano del muchacho y se sentó en el colchón detrás de Braulio, admirando su ano dilatado y palpitante que emanaba sus propios jugos.

Sentado, estirando las piernas y haciendose ligeramente hacia atrás usando de apoyo sus brazos, dejo a merced del chico su verga.

_ Es toda tuya, destroza mi verga con tu culo perrita – ordenó el hombre.

Braulio inmediatamente se sentó sobre la verga de Horacio acomodándose de tal forma que ambos cuerpos sentados estaban cruzados, mirándose fijamente.

El muchacho tuvo el impulso de besarlo y así lo hizo pero Horacio se hizo a un lado y no logró su cometido.

_ Ya te dije que besos no – dijo serio el hombre.

A decir verdad Horacio pensaba que los besos involucraban algo más, estaba equivocado.

Horacio sintió la cara de decepción del chico y de un momento a otro sin pensarlo más tomó la cabeza de Braulio y lo beso, sus labios chocaron y la pasión de volvió a encender.

El beso era rudo, cargado de lujuria, intercambiaban sabores, olores y fluidos.

Y mientras se besaban Braulio se movía haciendo su trabajo, Horacio aferraba su cuerpo al del muchacho abrazándolo y culeandolo entrelazados chorreando de sudor

Cuando se separaron del largo beso Horacio confesó el gusto que le dio.

_ Cielos chaval, ese beso fue genial.

_ A mi también me gustó papi.

Los dos sudaban, Horacio alzo un brazo enseñando su axila peluda, y guio la cabeza del chico haciéndolo que la bese, el olor y el sabor eran demasiado fuertes, pero era un embriagante éxtasis, compartiéndolo cuando se besaban.

Follaban sin descanso, cambiaron de posición y ahora Horacio se acostó en ese colchón con los brazos debajo de su cabeza, abriendo sus axilas peludas mojadas de saliva y sudor. Braulio comenzó a montarlo con esmero arrancando miles de suspiros a su macho de turno.

Horacio con cada sentón que se daba el chico, eliminaba de su mente la extrañeza que sentía al ver una verga revotando sobre su vientre y no ver una vagina. Braulio se agachaba y besaba al hombre, luego chupaba las axilas.

El muchacho era ahora quien controlaba la situación, cabalgaba esa rica verga y la apretaba a tal punto de provocarle espasmos, nuevamente cambiaron de pose, Braulio esta vez le dio la espalda, Horacio por la luz de la lampara miraba embelesado como su pinga se perdía en la cavidad anal del chico.

La forma del culo de Braulio era bonita, formadito y redondito, Horacio lo tenía agarrado de las nalgas con ambas manos para ayudarlo en los sentones que se daba, hasta metía un par de dedos para sentir la estreches del ano.

A pesar que el joven muchacho se movía tan bien, Horacio tuvo que pararlo porque era él quien le gustaba llevar el control, así que con firmeza lo tomó y lo recostó sobre el colchón, le levanto las piernas y abriéndole el culo lo penetró.

_ Mmm si papi más duro, reviéntame – le pedía Braulio entre gemidos.

Horacio con gusto obedecía aumentando la velocidad y la fuerza de la penetración.

La vena en la frente del hombre se había hinchado, denotando así el esfuerzo que aplicaba en la culeada.

_ ¿Así putita? ¿Te gusta como te violo? - preguntaba Horacio.

_ Si papi, me encanta.

_ ¿quieres que te preñe?

_ Si amor, préñame.

_ ¿Quieres que te llene el culo de leche? - interrogaba Horacio.

_ Si papi, embárrame el culo de leche, lo quiero todo adentro.

Horacio se enloqueció por la forma en que respondía Braulio, ninguna mujer había sido tan perra como lo era el chico.

La temperatura aumento más de la cuenta, las gotas de sudor de la frente de Horacio caían sobre el cuerpo y la cara de Braulio haciendo que este se limpie pues le quemaba un poco los ojos.

Ya había transcurrido buen tiempo desde que comenzaron a coger, finalmente Horacio sintió que ya se corría así que al soltar el primer chorro de leche, rápidamente se agachó para buscar la boca de Braulio quien al sentir como el abdomen del hombre frotaba su verga comenzó a correrse también, ambos besándose y gimiendo.

Al terminar de correrse Horacio quedó acostado sobre el muchacho jadeando en su oído.

_Joder chico, que rico me has hecho soltar leche.

_ Espero te haya gustado.

_ Claro que me gustó, aun tengo la polla dura.

Horacio se apartó y enderezándose volvía a coger a Braulio, pero esta vez con la finalidad de hacer crema de su leche en el culo del chico, consiguiéndolo.

El hombre ya iba perdiendo la erección así que retiró la polla llena de su semen hecho crema, se levantó y velozmente Braulio se arrodilló a chupar.

_ Eres toda una warra, mira nada más como te comes toda tu leche – dijo el hombre nuevamente excitado.

Braulio sonrió, y siguió chupando hasta dejarlo totalmente limpio, siguió con las bolas, y luego recorrió con su lengua desde su pubis hasta su pecho, jugando otra vez con las axilas hasta terminar con un apasionado beso.

Se sentaron frente a frente y prendieron un cigarro cada uno, se formó un silencio incómodo.

_ ¿te gustó? - preguntó Horacio.

_ Si -respondió un poco tímido el chico.

Horacio notó que Braulio nuevamente volvía a tener vergüenza.

_¿Qué pasó? Te noto avergonzado. - preguntó.

_ ¿Tú, no lo estás?

_ Para nada chaval, estoy de maravilla.

_ Pensé que luego de terminar te arrepentirías y seguirías tu camino - confesó Braulio.

_ No me digas- Y¿dejarte aquí después de amenazarte con que no digas nada a pesar que tú y yo no frecuentamos el mismo circulo social?

_ Pues si.

_ Mírame chaval. ¿acaso tengo cara de estar arrepentido? Claro que esto es algo nuevo para mí, y créeme que me ha gustado.

Braulio sonrió y se sintió aliviado.

_ ¿Entonces volverías a repetir?

_ La verdad es que no, soy heterosexual y cada vez que pienso en sexo es con mujeres, lo que pasó hoy fue por asares del destino además me es fácil conseguir mujeres.

Nota de autor: Lo que no sabía Horacio que el sexo gay era tan adictivo que no importaba cuantas veces se lo negara y cuan heterosexual sea, en cualquier momento desearía volver a repetir y no podrá contener sus ganas.

_ Eres seguro de ti mismo – solo dijo Braulio.

_ Claro chaval, lo mío son los coños y esto solo fue una cana al aire.

Ambos rieron por eso.

_ ¿Qué hora es muchacho? - preguntó Horacio.

_ Casi las seis de la mañana señor.

_ Mierda, se pasó la hora volando.

_ Así es cuando se folla rico - respondió Braulio.

_ Tienes toda la razón hijo

_ Y entonces ¿qué hacemos?

_ La verdad quisiera continuar manejando, pero estoy muy cansado, lo mejor será que durmamos un poco.

_ ¿Pero no tienes problema? ¿Dormir con un hombre?

_ ¿Me has creido idiota muchacho? Te acabo de follar y piensas que me va a dar reparos en compartir la cama contigo.

Braulio se apenó por eso

_ Venga acuéstate que no pasa nada.

Los dos se acostaron compartiendo el colchón, Horacio casi lo ocupaba todo y Braulio por ratos sentía el suelo frio del camión.

Horacio como por costumbre atrajo al muchacho hacia su pecho, así lo hacía con sus mujeres, y del mismo modo con Braulio, que acostado en su pecho se durmió rápidamente.

Durmieron solo un par de horas, Horacio despertó primero con la verga parada como un burro, tenía abrazado a Braulio y recordó lo que habían hecho horas atrás, sintió la tentación de volverlo a penetrar ya que su verga estaba situada justo en la entrada del ano del chico, pero no lo hizo, se puso de pie y busco su ropa para vestirse. Braulio despertó también, dándose cuenta que Horacio tenía la verga parada.

_ Joder así me pongo palote en las mañanas - dijo Horacio poniéndose el bóxer.

_ Ahora que la veo de día, se ve mucho más grande - comentó Braulio.

_ ¿Verdad que si? - preguntó a modo de respuesta Horacio.

Braulio asintió.

_ Chaval si quieres quédate a dormir aquí, yo te aviso cuando lleguemos.

_ No, descuide, también voy con usted en la cabina.

_ Bueno, está bien.

Ambos bajaron de camión, Horacio caballerosamente compro aguas y algo de comer.

El hombre manejó al por unas cuantas horas más, conversando todo el tiempo con el chico, esta vez no hablaban nada de sexo, sino de sus vidas y trivialidades, habían forjado una amistad en poco tiempo.

Llegaron al medio día a la ciudad.

_ Hey Horacio, bajo aquí, ya por aquí tomo un taxi – dijo el muchacho.

_ Te hubiese podido llevar a casa pero no permiten el paso de transporte pesado en zonas urbanas – dijo Horacio.

_ No se preocupe. Muchas gracias por traerme hasta acá, no sé qué hubiese hecho sin usted en la carretera.

Braulio estaba a punto de bajar cuando Horacio le entregó un papel.

_ Hey Braulio, toma mi número, cuando tu novio se porte mal, llámame y le doy su lección.

_ Gracias Horacio, lo tomaré en cuenta, aunque no se si regrese con él.

_ Bueno chaval de todos modos, igual podemos mantener el contacto, pero solo como amigos – dijo riendo Horacio.

_ Dale Horacio que yo no quiero nada más – dijo Braulio riéndose y bajó del bus.

Al cabo de una semana, Horacio se encontraba en la comodidad de su hogar, descansando sentado frente al televisor de su sala, cuando un mensaje le llegó al teléfono.

_ Hey Horacio ¿Cómo estás?, Soy Braulio.

_ Hola Braulio, ¿Qué tal?, pensé habías botado el papel con mi número.

_ No tío, es que aquella vez llegué a casa y deje la ropa en el sesto y justó ahora como voy a llevar la ropa a lavar, encontré el papel con tu número y te escribí.

_ Ahora entiendo todo, que bueno saber de ti.

_ Gracias Horacio, y ¿qué haces?

_ Ahora viendo una serie en Netflix y ¿tu?

_ como te digo yendo a la lavandería, pero luego iré a casa de mi novio a desayunar con sus padres.

_ He a las finales te reconciliaste con tu novio y hasta ya te presentó a los padres.

_ No nada de eso, iré solo como su “mejor amigo” sus padres aún no saben nada, y además es la primera vez que los veo.

_ Joder, menudo cobarde tu novio pero bueno espero la pases bien.

_ Gracias, estamos en contacto, no te olvides de agendarme- escribió Braulio.

Horacio se había alegrado al saber de Braulio, tenía una sonrisa dibujada en el rostro.

_ Erika, nuestro hijo no durmió hoy anoche aquí - preguntó Horacio a su esposa.

_No, se quedó en casa de un amigo y ya me aviso que están viniendo a desayunar _ dijo Erika desde la cocina.

_ No me jodas, y avisa a última hora.

_ No eres tú quien dice que debemos conocer a los amigos de nuestro hijo, así que pon tu mejor cara que no te cuesta nada y gánate a tu hijo.

A horacio no le quedó más remedio que aceptar, ya que buscaba un acercamiento con su hijo. Fue a ponerse algo de ropa ya que estaba sin polo por la casa.

Al cabo de un rato se abrió la puerta, entrando el hijo de Horacio con su amigo.

_ Mamá mira él es mi amigo del que te hable – dijo presentándolo.

_ Buenos días señora, mi nombre Braulio – dijo Braulio presentándose.

_ Mucho gusto joven.

En ese momento Horacio bajaba por las escaleras, encontrándose nuevamente frente a frente con Braulio.

_ Mira amor, él es el mejor amigo de Max, te acuerdas que nos habló de él.

Horacio y Braulio se miraban sorprendidos pero con una leve sonrisa.

Mucho gusto – dijeron ambos dándose la mano.

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HE VUELTO DESPUÉS DE TIEMPO MUCHAS GRACIAS POR TENER PACIENCIA.

CUALQUIER COSA ESCRIBIR A MI CORREO sexualesr@gmail.com