Vanessa

Se deja llevar por la lujuria creyendo que es su marido

1-

Me llamo Vanessa y tengo treinta y cuatro años, a los veinte me puse de novia con Luis y seis años después nos casamos.

Ambos trabajamos en una gran empresa adonde yo soy administrativa y el se desempeña en el área contable.

Soy una mujer aficionada al ejercicio fisico por lo que me mantengo en forma y delgada pero con buenos senos y trasero prominente.

Ademas tengo pelo oscuro, una cara bonita y ojos celestes lo que me hace una chica muy atractiva para el genero opuesto por lo que no han faltado las propuestas de aventuras, pero a mi solo me interesa mi esposo y todos los que se han atrevido a insinuarse conmigo acabaron defraudados y hasta avergonzados al comprender que nunca tendrian una oportunidad de conquistarme.

Con mi marido Luis siempre fuimos muy apasionados, me case absolutamente virgen y con el aprendí todo sobre sexo.

Nuestro sexo es realmente maravilloso y la mezcla de placer carnal y amor mutuo me hace sentir feliz y realizada.

2-

Luis, mi marido, tiene mas de cincuenta años y en los ultimos años ha empezado a fantasear sobre sexo libre con otras personas y se le ha hecho hasta una obsesión el imaginar que tenemos relaciones en grupo, sobre todo imaginando que me acuesto con otro delante de el o de que entre ambos me poseen cosa que nunca me atrajo pero para darle placer simulo que lo acompaño en esas fantasias y cuando estamos mintiendo relaciones en la cama acabo diciendole que si lo haria por el lo que lo pone muy excitado e incluso alcanza una completa ereccion cosa que con su edad y siendo diabetico le es muy dificil de lograr.

Lo que jamas me imagine fue que el pobre en esas noches de salida con sus compañeros de oficina y estando bebido llegase a comentarle nuestros juegos y fantasias sexuales a algunos de ellos.

Mucho menos a Roberto y Alvaro dos tipos jóvenes y desagradables muy groseros y con fama de mujeriegos a los que no podia soportar.

3-

Las ultimas veces que salimos con Luis a divertirnos el consiguió unas capsulas de estimulantes que alguien le dio e insistio en que las tomara.

Por su capricho me encerre en el baño antes de retirarnos y como me habia pedido ingeri esas famosas capsulas para después quitarme el sostén y la tanga para regresar a la mesa sin ropa interior.

Luis se puso frenetico de calentura al saber que estaba sin nada debajo de la ropa y salimos rapidamente para subirnos a nuestro automóvil y dirigirnos directo a casa.

Las capsulas ya estaban haciendo efecto en mi cuerpo y me sentia excitada y euforica.

Sin poderme controlar me agache sobre su falda y abriendole la bragueta le saque afuera el pene que con mis manoseos empezo a responder.

Me lo meti en la boca y se lo chupaba mientras Luis bajo su mano y subiendome la pollera pudo ver mi sexo desnudo por lo que metio su mano entre mis piernas para masturbarme con pasion.

Estabamos ambos tan calientes que el detuvo el coche en una calle lateral y yo me le monte encima para acomodar su pene en mi vagina y empece a menearme y sacudirme “cogiendomelo” como una ramera.

Luis me subio la remera y empezo a chuparme los pechos mientras yo jadeaba fuera de control.

“Asi!, dame mas asi!” le decia con voz ronca sin poderme contener.

“Imaginate que es otro el que me esta cogiendo, senti que puta puedo ser para vos!” le decia y de pronto ambos acabamos como dos locos perdidos besandonos descontrolados.

Cuando llegamos a nuestra casa volvimos a tener relaciones y comprendi que realmente esas capsulas podian volver loca de calentura hasta a una yegua.

4-

Este sabado estabamos invitados a una fiesta en casa de Roberto cosa que no me hacia mucha gracia pero Luis insistio en que lo acompañara.

Mientras cenabamos Luis me entrego otra vez un par de esas capsulas y me pidio que volviera a hacer lo mismo que en esa noche de locura.

Yo estaba bastante borracha por lo que le hice caso. Me encerre en el baño y podia oir que la gente ya estaba retirandose y se despedian.

Me trague esas capsulas y me saque la ropa interior quedando solo con la blusita liviana que llevaba y la minifalda.

Cuando sali del baño mi marido no estaba, me quede sorprendida pero Roberto me dijo que el se habia ido con otros amigos y le habia pedido que me llevara a casa.

Me enoje realmente y le dije que no me mintiera que Luis nunca se iría de alli sin mi exigiendole que me contara la verdad.

Roberto estaba semisentado en un taburete y bajando la voz me confeso que en realidad Luis estaba escondido en la cocina espiandonos y que le habia pedido que el me enamorara para poder vernos en esa actitud.

Me quede inmóvil sin saber como reaccionar, sabía que esa era la fantasia de mi esposo pero nunca crei que fuese capaz de entregarme de esa manera.

Roberto me convido una copa mas de alcohol que se sumo al que ya tenia en sangre y a los estimulantes que empezaban a hacer estragos en mi cuerpo y mi mente.

Por un momento pense que si el caradura de mi marido queria tirarme asi en brazos de otro le daria una leccion segura de que al verme claudicar saldria de su escondite y detendria toda la accion.

Me incline hacia Roberto y el me abrazo apretandome contra su cuerpo mientras me besaba el cuello haciendome estremecer.

Mi mente no queria continuar con eso pero mi cuerpo atiborrado de alcohol y estimulantes ya estaba encendido por lo que la razon ya no comandaba mis acciones.

Roberto me beso en la boca y en vez de rechazarlo abri mis labios dejando que su lengua se metiera de ella y se enredara con la mia en una caricia lujuriosa.

Fue desprendiéndome la blusa y mis senos desnudos quedaron frente a el que con sus manos empezo a acariciármelos primero suavemente y luego a amasarmelos con placer.

Se bajo el pantalón y el boxer dejando  libre su verga en ereccion.

Tenia una verga enorme!, nunca habia visto una cosa asi de larga y gruesa!, ademas erecta como un mastil de carne.

Llevó mis manos hacia su verga y yo como hipnotizada se la agarre sin poderme controlar.

“No te vuelvas!” me decia el, “Pero Luis esta en la puerta de la cocina masturbandose como un loco disfrutando al verte asi conmigo!”

Al saber que mi marido lo disfrutaba y para que lo siguiera disfrutando ya ni siquiera intente detenerme y lo masturbaba con mis manos mientras Roberto me chupaba los pechos.

Roberto me arrollo la pollera en la cintura dejandome desnuda de la cintura para abajo y levantandome de los muslos me monto sobre su falda apretando su verga contra mi sexo empapado de secreciones.

Sabia que estaba buscando penetrarme y eso me dio un poco de temor.

“No se Roberto” le decia balbuceante, “Tengo miedo de que Luis se enoje si lo hacemos!”

“Pero si es él mismo que me pidio que lo hicieramos!, hacelo por él nena!” me respondio Roberto. “Mostrale lo que sos capaz de hacer por su amor!” agrego y yo ya deje de resistirme.

Me empujó contra su verga y lo senti penetrarme de una manera salvaje. Jamas habia sentido asi el pequeño pene de mi marido!

Esta verga me abria y dilataba como si fuera la primera vez que me cogian en toda mi vida!.

Empece a gemir y jadear de placer mientras me meneaba empalada en la soberbia verga de Roberto besandolo de lengua descontrolada mientras el me sujetaba de las nalgas manejando mis movimientos a su compás.

El efecto de esos estimulantes en mi cuerpo era demoledor.

Me subio la blusa por encima de la cabeza quitandomela y quede solamente con la pollerita enrollada en la cintura prácticamente totalmente desnuda en sus brazos.

Pude sentir un ruido detrás de mi y Roberto sujetandome no me permitio volver la vista atrás.

“No mires atrás!” me decia con voz ronca, “Luis viene a disfrutar tambien con vos pero no quiere que lo mires!”

Sentí un cuerpo desnudo pegarse detrás de mi y Roberto con sus manos me separo las nalgas ofreciendole a quien estaba detrás de mí mi culo indefenso.

“Se delicado amor!” le suplicaba jadeando,

“Hacelo despacio que tengo miedo! Pero lo voy a hacer por vos mi vida!” le decia balbuceante a mi marido.

Cuando la segunda verga me penetro contra natura senti que me desgarrarian.

Pense que mi esposo debia de estar caliente como nunca porque su verga me parecía incluso mucho mas larga y gruesa que de costumbre.

Pero rápidamente el dolor se transformo en un sórdido placer morboso y empece a menearme entre los dos machos bufando y berreando de placer sintiendome la mas puta de las mujeres.

Mientras me culeaba el metio su mano en mi concha y empezo a frotarme el clítoris de manera brutal hasta hacerme aullar de placer.

“Si mi amor!” le decia casi gritando de placer, “Tocame asi que me volves loca, sabes que por es por vos que me porto como una puta!”

Explote en el orgasmo mas intenso y prolongado de toda mi vida, me sacudia entre los dos machos con mi culo y mi vagina contrayendose sobre sus vergas completamente enterradas dentro de mi.

Al sentirme acabar para ellos de esa manera escandalosa ambos empezaron a volcarse inundandome el vientre y las entrañas de su semen caliente.

Cuando termine de sacudirme y retorcerme en ese orgasmo increíble cai semi desvanecida entre ellos que me soltaron dejandome caer de rodillas al piso.

“Te dije que esta yegua necesitaba que alguien se la cogiera bien!” le decia Roberto y al mirar al otro me di cuenta con horror que no era mi marido sino el canalla de Alvaro el que me habia poseido por el culo.

Balbuceante le preguntaba por mi marido y ellos se reian contandome que le habian dado un somnifero que lo tendría fuera de combate por toda la noche.

Pero ellos todavía no estaban satifechos por lo que me arrastraron hasta un dormitorio y alli seguimos esa orgia los tres desnudos en la cama hasta el amanecer

Roberto se ensaño con darmela tambien por el culo hasta hacerme berrear como una oveja en el matadero.

A pesar de que habia caido en una trampa no pude evitar volver a reventar en muchos más orgasmos delirantes, el ultimo con las vergas de los dos juntas en mi ya dilatada vagina.

Cuando saliamos de ese departamento mi marido estaba todavía muy borracho y yo que iba sin ropa interior podia sentir brotarme del culo y la vagina el semen de esos animales y chorrearme entre los muslos.

Estuve horas en la ducha tratando de quitarme el olor a semen que sentia en mi cuerpo mientras mi marido, ajeno a todo, dormia su borrachera.