Vampiro

Una extraña raza convive con nosotros en el planeta pero sólo unos pocos elegidos conocen las realidades de su existencia. Para el resto de la humanidad sólo son mitos susurrados al calor de las hogueras o guiones de películas. Mientras ellos disfrutan del sexo con todas las bellezas a su alcance.

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Nos llaman "familiares", no es mas que un nombre bonito para decir criados. Pero a cambio de nuestros servicios conseguimos ventajas que el resto de los lacayos no tiene. Juventud, largas vidas y un montón de buenos ratos.

Ellos son los inmortales, pertenecen a otra raza, no son humanos. Alguna teoría que circula entre ellos dice que son alíenigenas. Es poco probable pues pueden alimentarse perfectamente con proteínas terrestres. Mi teoría es que son resultado de algún tipo de mutación.

Con los años he hecho mis propios estudios y he aprendido cosas de la ciencia moderna. Ya no soy el joven paleto que se cruzó con un vampiro en medio de un campo. Los elegidos, aunque los llamen vampiros en realidad no se alimentan de sangre, sería una dieta muy pobre.

Comen carne, verduras, pescado, lo mismo que el común de los mortales. Una completa y variada alimentación para mantener sus cuerpos en forma. Pero para alimentar sus poderes y sus mentes necesitan de un suplemento: Energía de un tipo especial, de la que se consigue con el sexo.

Ninguno de los que he conocido ha probado jamás algo de hemoglobina. Se reúnen de vez en cuando, pero no mucho para no llamar la atención. Son muy discretos o han aprendido a serlo con los siglos.

Follando los vampiros recargan sus poderes mientras drenan a sus amantes que quedan agotados pero no mueren. Solo han de descansar y alimentarse para reponer fuerzas. Y volver a la carga.

Así se organizan enormes orgias en las que los participantes disfrutan. Apenas se nota el gasto de energía repartido a discretas seducciones detrás de graneros o en callejones. Incluso se puede pagar por sexo al fin y al cabo sus fortunas son legendarias. Amasadas a través de siglos de interés compuesto y de experiencia financiera.

Y si no consiguen desconocidos o nuevos amantes con quien follar, bueno nos tienen a nosotros los familiares. Siempre dispuestos a entregar nuestros cuerpos a su desenfrenada lujuria, y a la nuestra.

Lo de la luz del sol es una tontería desde luego, si eso los afectara vivirían la mitad del año por encima del círculo polar y la otra mitad en el extremo sur de América. Mi amo es el gran dragón, es uno de los más antiguos.

Bueno, no es que sea gay, le he visto follar con bellezones y macizas de pechos enormes. Pero la verdad es que el duro culito de un chico de diez y ocho años le pierde. En realidad se follaría cualquier cosa chicos, chicas, mujeres, hombres y todo lo que pilla en medio,. No diría que no haya probado con animales pero desde que le conozco no ha tenido tanta necesidad.

De hecho así fue como entré a su servicio cuando hace cien años yo era un paleto detrás de un arado tirado por bueyes y él pasó a caballo por allí. Casi era un crío pero como todo adolescente lleno de hormonas estaba deseando estrenarme y follar. Aquel galante caballero parecía la persona ideal para perder la virginidad.

Después de unos lascivos besos que me sacaron toda la saliva de la boca el vampiro me bajó las calzas. Durante un buen rato estuvo comiéndome el culo. Lamiendo mi ano. Y cuando quise darme cuenta me estaba empalando apoyado en mi propio buey. Perdía energía y me encontraba flojo por eso me apoyaba en el animal. Pero el orgasmo fue algo increíble. Haría cualquier cosa por volver a sentir algo así.

A partir de ese día mandé a la mierda la vida de labriego y me convertí en su escudero. En cuanto llegamos a su viejo castillo me di un buen baño y fui yo quien se folló ese duro culo. Además de lamernos el uno al otro absolutamente todo el cuerpo. Fui una novedad durante un tiempo. Cada vez que follabamos perdía energía que recuperaba en unos días con buena alimentación y descanso, lo que nunca había tenido hasta entrar a su servicio.

Tomar parte en todo esto tiene sus ventajas. Ademas de que al compartir su energía la vida y la juventud se prolongan. Pasaban los años y mi envejecimiento se había casi detenido.

Ahora, siglos después, vivimos en Los Ángeles. Buen tiempo, poca ropa y sobre todo buenos ejemplares de jóvenes muy apetecibles. Recorría Hollywood blv. con el enorme cadilllac descapotable rosa que usaba para hacer compras y recados. Circular por la ciudad en ese vehículo pasado de moda que parecía un barco por su manejo y tamaño era mucho mejor que arrear una yunta de bueyes aunque era casi igual de temperamental.

Ella estaba en una esquina con el atuendo propio de una trabajadora del sexo. Alta, muy alta para una mujer, delgada, sus bonitos muslos salían de una falda de vinilo tan corta que su prieto culo casi asomaba. Llevaba unas botas altas por la rodilla y con un tacón inverosímil.

El top apenas cubría un buen par de tetas, operadas por supuesto. Una bonita cara, bien maquillada justo sobre una prominente nuez de Adán y una ondulada melena rubia rodeando el conjunto. El fino olfato desarrollado por los siglos me permitía percibir la testosterona que exudaba su bello cuerpo desde detrás del volante.

Pedía trescientos dolares por venirse a pasar la noche. Parecía un poco caro para haberla encontrado en la calle pero su belleza merecía la pena. El amo iba a quedar muy complacido con ese ejemplar.

Tenía que probar la mercancía antes de presentarla al amo. Sentada en el asiento del pasajero pude apreciar el tamaño y fuerza de su polla. Metiendo la mano dentro del encaje de sus coquetas braguitas rojas. Pero no quería su se corriera en la tapicería del cadillac. No tendría mas de veinte años y su fuerte sexualidad y belleza complacerían al vampiro.

Parecía impresionada por la alta valla y la verja de la mansión. Tardamos un rato en recorrer el sendero del jardín hasta llegar a la enorme casa. El amo nadaba desnudo en la piscina, deslizando perezosamente su cuerpo pálido, delgado y fibroso pero inmensamente fuerte a través del agua. Salió húmedo, sin vello con su largo rabo colgando entre sus muslos casi hasta las rodillas.

Nosotros lo esperábamos en la orilla tomando una copa del bien surtido bar. El vampiro no parecía del todo contento. Esa mañana me había pedido un chico y desde el agua aun no se había percatado de las particularidades de la invitada. El cloro de la piscina cubría el aroma real de la transexual.

Esta ya había caído presa del hechizo del hombre desnudo y mojado que la miraba curioso sin saber exactamente lo que pasaba. Así que sonriendo me limité a dejar caer sus bragas rojas al suelo dejando la hermosa polla y los huevos depilados colgando.

Era curioso que con la situación fuera la mía la primera que se estaba poniendo dura. Y la ávida mirada del amo hacia la invitada me decía que yo no iba a participar. Por suerte si podía verlo todo. Parecía hipnotizada por la poderosa presencia del vampiro, ¡como recordaba esa sensación de mis primeras veces!.

La besó largo, profundo morboso cruzando su larga lengua con la de la bella transexual. Ambas pollas empezaban a tomar consistencia según se iban excitando. El maestro la ayudó a librarse de lo que quedaba de su ropa. Falda y top volaron por los aires hasta el césped del jardín. Pero le dejó las botas.

La escena se desarrollaba en completo silencio. Al maestro no le hacían falta palabras para evitar sus deseos y su poderosa mente captaba enseguida las perversiones preferidas de sus amantes. Nos complica sin necesidad de que nos expresáramos.

Sus tetas firmes, rellenas de silicona, salieron al brillante sol y el culo respingón en cuanto cayó la falda. Todo eso sin dejar de meterle la lengua hasta la garganta. Sus manos recorrian el cuerpo del otro deseosas de acariciar y de recibir caricias.

Ella se inclinó lamiendo la pálida y suave piel, sus pezones, las axilas, su vientre hasta meterse el poderoso rabo en la boca. A la vez que deslizaba una mano entre sus muslos para meterle un par de dedos bien ensalivado en el culo. Ya he dicho que al vampiro le encanta el sexo anal.

El maestro podía aguantar la erección durante horas sin correrse. Yo era de los que recibía a veces el honor de su semen, en mi boca o culo. De hecho sólo concedía su esencia en raras ocasiones y normalmente sólo a sus familiares, gente de confianza o personas a la que debía algo o de las que quería sacar alguna ventaja.

Pero tenía orgasmos antes de dar su esencia, muchos y a veces dependiendo del amante muy fuertes. Temblando todo su cuerpo cuando tuvo ese primer extasis arrancado por la boquita golosa de nuestra invitada.

Antes el vampiro siempre tomaba la iniciativa. Como hizo conmigo en su día, también tenía cierta lógica pues entonces la gente a la que follaba era muy inocente. Con el correr de los años había aprendido a tomar en cuenta los deseos y perversiones de sus invitados.

Por eso la dejó hacer y la experiencia de la joven transexual consiguió que esa primera mamada fuera muy placentera para el amo. Con lo que yo le conocía podía ver la lujuria pura en sus ojos negros como la noche. No se molestó en indicarle el camino, la cogió en sus fuertes brazos.

Llevando el metro ochenta de la joven en brazos como si fuera una niña por la escalera de mármol de carrara. Hasta dejarla caer en la enorme cama con dosel, una antigüedad que me había hecho arrastrar de ciudad en ciudad durante doscientos años. Los seguí en su recorrido por la casa sin que a ellos les importara.

Su sonrisa lasciva impresionaba a la transexual. Y le permitió recorrer cada centímetro de su bonito cuerpo con su lengua. Desde los dedos de los pies, las plantas y los finos tobillos. Subiendo por las pantorrillas, las corvas detrás de las rodillas y la cara interna de los muslos. Fue subiendo sus piernas hasta que tocaron sus bonitas tetas.

Sus gemidos y suspiros pronto empezaron a llenar la enorme habitación. Yo los oía con placer desde el sofá del rincón donde estaba cómodamente instalado y a esas alturas ya desnudo del todo.

Así podía seguir por la parte de atrás de sus muslos y llegar al prieto y duro culo de la transexual. Apartando sus piernas el amo siguió por el perineo a los depilados huevos y lamer el tronco y el glande de su polla. Más que dura en ese momento.

Él puede retener su semen, pero ella no. Y es todo un maestro consiguiendo orgasmos de sus amantes. Sus mamadas son prodigiosas tanto a pollas como a coños y los orgasmos espectaculares. En cuestión de minutos ella se derramaba en la boca del vampiro que lo degustó con placer.

Evidentemente no se conformó con eso. Siguió lamiendo el vientre plano, subiendo hacia las poderosas tetas. Chupó sus pezones como millones de veces antes le había visto hacer con tetas de mujeres y pechos de chicos. La saliva de vampiro tiene efectos afrodisíacos. El rabo de la joven no estuvo mucho tiempo de bajón.

Subió sus brazos por encima de la cabeza para dejar las axilas depiladas al alcance de su lengua, el fino cuello, la barbilla y sus labios. Mientras volvía a besarla con mucha lengua y saliva el amo deslizó una de sus manos hacia atrás. Pero estaba muy concentrado en los expertos besos de la prostituta.

Pocas veces le había visto tan concentrado con alguien. Traer ese bombón había sido un acierto. Me iba a recompensar por ello. Me levanté y pasé la lengua por el culo y el ano de mi maestro mientras sujetaba con la mano la polla durísima.

Dejé caer saliva en el glande para lubricar. No es que el experimentado agujero negro del vampiro fuera a sufrir cuando le penetrara. Pero un orificio seco si podía dañar el cacharro de la chica que no era pequeño precisamente. Así que hice de mamporrero y guié el glande en su camino al placer.

Una vez ensartado el vampiro empezó a cabalgar despacio, moviéndose apoyado en las siliconadas tetas. Pellizcando los pezones con suavidad. Era un bello espectáculo, dos cuerpos hermosos acoplados sobre la cómoda cama. Una vez que me había acercado a ellos ya podía participar en su placer.

Me dediqué a dar lengua y saborear toda la piel que podía. Ella abrió las piernas para que pudiera acomodarme. Por suerte el maestro estaba subiendo y bajando despacio. Así podía lamer los huevos de la chica, parte de su polla y llegar a las nalgas y la espalda del vampiro.

Parece que estaba dispuesto a exprimir hasta la última gota del semen de nuestra invitada aunque esperaba que hiciera lo mismo con su energía o me las tendría que apañar para alimentarla y hacerle recuperar fuerzas. Por ahora no daba muestras de agotamiento desde luego era más fuerte que muchos invitados anteriores, casi tanto como lo era yo cuando lo conocí.

Podría ser una buena compañera para mí. Pero en ese momento me concentré en darle más placer a ambos. Mi polla no había perdido fuerza desde la mamada al lado de la piscina. Verlos me tenía muy excitado. El ano del maestro podía soportarlo así que escupe sobre mi glande y lo arrimé.

Deslizándolo sobre el tronco de la transexual llegué al agujero. No era la primera vez que lo hacíamos y el esfinter se tragó mi polla junto a la de la chica. La tres soltamos un fuerte gemido a la vez al notar las olas juntas dentro del cuerpo del vampiro.

Mi verga se frotaba con la de la transexual a la vez que las dos eran apretadas en el culo. Ahora era yo quien me movía empujando con suavidad. Nunca he podido cronometrar el tiempo con el maestro. Así que me parecieron horas las que estuvimos los tres enganchados.

Gemíamos haciendo notar a los demás el placer que sentíamos. Yo besaba, lamía y mordía con suavidad los hombros y nuca del amo mientras él hacia lo propio con las tetas, cuello y boca de la invitada.

Nos corrimos a la vez mezclando nuestro semen dentro del amo. Así renovaba su poder y adquiría nuevas fuerzas con nuestros orgasmos.

Follamos como los seres sexuales que todos éramos y ella se benefició de ello, en la nueva vida que empezaba a nuestro lado. Conservaría la juventud y las ganas de sexo como yo.

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