Vampiras - introducción
En un mundo donde conviven los vampiros y los humanos, dos vampiras de diferente rama se enamorarán, y no sólo eso, tendrán que hacer frente a los miles de problemas que les lloverán encima cuando decidan mantener su relación a pesar de todas las reglas impuestas hace milenios por la reina vampira. Además no solamente deberán cuidarse de que no las ataquen los de su raza, sino también que los humanos no las encuentren, ya que si lo hacen puede ser el fin de ambas... o de las tres...
Hubo un tiempo en que la Tierra estaba poblada por dos razas: la humana y la vampiresa. Los vampiros solían asediar a los humanos, puesto que se alimentaban de su sangre, por lo que no era sorprendente que cada vez quedaran menos miembros de la raza humana.
Los vampiros tenían una reina: Elipti, quien también era su madre. Para procrearlos ella había obtenido ayuda de un vampiro, a quien amaba con locura, sin embargo, él la traicionó con otra hembra, lo que provocó que Elipti los asesinara a ambos.
Sin embargo, el rencor que albergaba la vampira reina nunca desapareció, así que usando el argumento de que los humanos estaban rozando la extinción, asesinó a casi todos los vampiros, dejando vivas solamente a las hembras y a pequeños vampiros que eran unas crías, pues de esa manera ya no podrían reproducirse a un ritmo exponencial permitiendo de esa forma que los humanos se recuperaran y mejoraran su reproducción, ya que sólo así habría más sangre para beber.
Elipti se dio cuenta que su amargura la había consumido tanto que ya no tenía más ganas de vivir, por lo que decidió crear cuatro hijas. Las creó, concibió y les dio a luz ella sola, puesto que era hermafrodita, situación que no había aprovechado anteriormente debido a que se había enamorado.
Las cuatro hijas que procreó se llamaron Luren, Gralia, Alala y Mali. Las llamó las Blooderwhites Supremas porque en ellas vertió todos sus poderes. Ellas tenían el poder de curar, de utilizar la fuerza al máximo que incluso movieran montañas, eran increíblemente veloces, también las hizo hermafroditas, para que pudieran copular utilizando su falo. Elipti les enseñó que la mejor compañía romántica que podían tener era otra hembra.
Las Blooderwhites Supremas le hicieron caso en esa sugerencia, sin embargo pronto surgió otro problema: las Blooderwhites solían dejar embarazadas al resto de las vampiras, quienes pasaron a llamarse “inferius” junto con los pequeños vampiros. Elipti no toleraba tal actitud de sus hijas debido al rencor y odio que tenía, por lo que asesinó a todas aquellas vampiras embarazadas. Para evitar que se repitiera la misma situación creó una vampira y un vampiro que eran más poderosos que los inferius pero menos que las Blooderwhites. Ellos dieron origen a una nueva raza: las Blooderwhites, vampiras hermafroditas y más fuertes que los inferius, pero que eran más débiles que las Supremas.
Cuando Elipti decidió que ya habían cumplido su función quiso asesinarlos, pero ellos ofrecieron resistencia, lo que generó que ella se debilitara mortalmente después de luchar contra ellos y lograr su objetivo.
Antes de morir la reina vampira les hizo prometer a las Supremas que siempre se mantendrían juntas, y que mantendrían controlados a los inferius. Lo hizo porque sabía que sus hijas no podían incumplir ninguna promesa, si lo hacían sus poderes se reducirían hasta llegar a la muerte.
Las Blooderwhites supremas cumplieron su promesa de tal manera que volvieron esclavos a los inferius, incluso desarrollaron el poder que les permitía obligar a las vampiras a hacer lo que ellas quisieran, incluso a la hora de abusar de ellas.
Desafortunadamente Luren y Mali no pudieron evitar enamorarse de un par de inferius, de una hembra y un macho, respectivamente. Alala y Gralia las enfrentaron por lo que Luren aceptó alejarse de su pareja, pero Mali prefirió huir con el vampiro. Sus hermanas nunca más la volvieron a ver.
Luren no pudo permanecer mucho tiempo alejada de su vampira, por lo que siguió viéndola a escondidas, ignorando que la inferius la utilizaba. Una tarde después de haber mantenido sexo la inferius le hizo prometer que liberaría a su pueblo, Luren por amor a ella aceptó.
Alala y Gralia discutieron son su hermana, sin embargo, no querían que se fuera como Mali, ni que perdiera sus poderes, pues eso las debilitaría aún más, así que aceptaron pero con la condición de que siempre estarían acechando a los inferius, así que antes de liberarlos los amenazaron con que si los humanos desaparecían pronto, los siguientes en extinguirse serían ellos.
Cuando los inferius se marcharon Luren buscó a su pareja, al encontrarla ésta se burló de ella, diciéndole que nunca la había amado y que estaba con alguien más. Ante esa confesión la Blooderwhite la asesinó desmembrándola, puesto que era la única forma de que un vampiro muriera. Después, despechada, se apartó de sus hermanas por vergüenza.
Los humanos mientras tanto se habían refugiado en castillos que volvieron fortalezas. Gracias a que habían dejado de ser tan perseguidos por los inferius, pudieron enfocarse en desarrollar su tecnología, hasta que diversas enfermedades comenzaron a provocar su muerte, así que los humanos pensaron que quizá la sangre de los vampiros pudieran sanarlos, por lo que crearon armas y trajes para poder atacarlos.
De esta forma pasaron dos mil años, tiempo en que comienza esta historia…