Vamos a caminar
La voluntad... ¿qué es? ¿cómo funciona? ¿algo puede anularla? ¿alguien puede controlarla?
Hola a todos, hoy hablaremos de la voluntad ¿qué es? ¿cómo funciona? ¿algo puede anularla? ¿alguien puede controlarla?
Ahí estábamos saliendo del parque, el evento había terminado… era una extraña convención cibergoth de la que me enteré por FaceBook y a la que presa del aburrimiento decidí asistir, varias personas de mi ciudad iban a asistir por lo que, para comunicarnos mejor, creamos un grupo en WhatsApp y de esa manera aseguraba al menos, no estar sola.
¿Vamos por una cerveza? -preguntó una chica
Si, yo conozco un bar cerca de aquí -contestó alguien más
En vista del plan, varios se despidieron, mientras que los que quedamos empezamos a caminar… ya en el bar, con Arch Enemy de fondo, íbamos hablando de nosotros, conociéndonos, haciendo planes para alguna otra salida de comida y cervezas.
¿Cómo estás? - Me preguntó un muchacho a la vez que se sentaba a mi lado
Bien, gracias… ¿tú qué tal? – le contesté cordial
Denis era un chico de estatura promedio, fornido, lucía fuerte e imponente, pero lo más interesante no era su físico ni su porte, a pesar de tener una actitud más bien tranquila, tenía una mirada penetrante, profunda, inquietante, tenía algo que hacía no querer dejar de verla, es de esas miradas que entran sin permiso, revisan tus pensamientos y esculcan hasta el fondo de tus recuerdos, y aun así por alguna razón, no incomoda. Tras unas cuantas cervezas y una charla realmente interesante, empezó a caer la noche, así que empezamos a alistarnos para irnos…
¿Te parece si te acompaño? -me preguntó Denis mientras esperábamos a que todo el grupo terminara de salir
No, estoy bien -le contesté descuidada mientras revisaba el celular
Mírame -dijo con voz ronca y contundente
Dime -le dije mientras que un frío recorría todos mis nervios a la vez que mis ojos encontraban los suyos
¿Te parece si te acompaño?
Si señor, gracias -contesté de manera automática e inconsciente
En grupo nos dirigimos hacia la parada de bus más conveniente para todos, y mientras cada uno se iba despidiendo y tomando su bus…
Mila… ¿Cuál tomamos? – me preguntó Kefir, un chico con el que habíamos estado hablando y que resultó vivir muy cerca de mi casa
Me avisas cuando pase el E73 – contesté concentrada texteando a mi casa
Mientras esperábamos, en un momento sentí como Denis tomaba mi barbilla para levantar mi mirada y acto seguido besarme, era un beso lento, cuidadoso pero profundo, cuando nos separamos me tomó de la mano, se despidió de todos y empezamos a caminar, no entendía bien que sucedía, pero se sentía bien…
Estuvimos hablando de él y de mi por un largo rato, hasta que llegamos a su casa, me invitó a seguir, y apenas entré, me puse cómoda, como si ya hubiera estado ahí, todo se sentía tan familiar y conocido.
Mi señor, me voy a dar una ducha… ¿lo espero?
Claro, sirvo el whiskey y te alcanzo
Subí por las escaleras, mientras desesperada me iba quitando la ropa, instintivamente llegué a nuestra alcoba, me cambié por unos zapatos más cómodos y ya completamente desnuda, entré al baño y empecé a preparar la temperatura perfecta del agua; y así, de medio lado apoyada en la puerta de la tina mientras tanteaba el agua, sentí como Denis entraba detrás mío, con un brazo me agarró fuerte por la cintura, mientras con un pie separaba mis piernas, para así fácilmente con la otra mano y una ligera presión en la espalda doblarme a 90°, ante el inesperado movimiento solo acaté a apoyarme de la pared que tenía en frente, una nalgada o tal vez dos, y sin más lo sentí entrar, palpitante me expandía con cada embestida, fuerte, constante, saciando mis ganas.
Aaaah, dame así
¿Me extrañabas?
Cada noche, mi señor – respondí entre jadeos
¿Me necesitas? – me preguntó tras una estocada profunda
Sólo a ti, mi señor
Para luego retomar su ritmo perfecto y seguirme bombeando con fuerza, cuando mis gemidos empezaban a subir de volumen, frenó y salió de mí.
- Siéntate – me ordenó
Obedecí sin dudar, acomodándome en el escalón interno de la tina, esperando por él, quien con un vaso de whiskey lleno hasta el borde en la mano, entraba en la tina y se acomodaba entre mis piernas con mis tetas a la altura de sus ojos, finalmente con un dedo me empujó del pecho para recostarme un poco
- Saca la lengua – dijo
Y así, dejó caer el dorado licor en un hilo sobre mi boca, que luego rodó por mis tetas y por la inclinación sin dificultad terminó en mi vulva, por lo que con una sonrisa maliciosa se acercó a mis tetas y empezó a chuparlas aprovechando cada gota de la bebida, siguió besando y lamiendo mis costillas, mi vientre, finalmente ansioso levantó mis muslos sobre sus hombros para poder disfrutar cómodamente de mi, comenzó con feroces lengüetazos, que se fueron tornando en rítmicos movimientos en mi clítoris, bajaba delineando mis labios y saboreaba mi entrada que palpitaba por la intensidad del momento.
Entre gemidos y pequeños gritos, enredé mis dedos en su cabello y clavé mis uñas en sus hombros, extasiada, delirante… sin bajar mis piernas, se incorporó para entrar de nuevo, en un roce profundo, que me atravesaba y no me dejaba dejar de jadear, mientras me embestía con una mano seguía frotando mi clítoris de lado a lado con una velocidad desesperante, hasta que en un espasmo y un par de lloriqueos sentí ese orgasmo, intenso, recorrer cada centímetro de mi cuerpo.
Cuando desperté, estaba en mi alcoba, “que sueño tan raro” fue lo primero que pensé, hasta que una notificación me sacó de mis pensamientos…
- Espero verte pronto… D.
Tras leerlo, quedé petrificada, recordando su voz y su mirada… acto seguido presa del pánico, decidí escribirle a una amiga…
¿Es posible que alguien anule tu voluntad? … tengo miedo, él sabe dónde vivo.
¿Cómo pasó?
Creo que es su mirada, cuando lo veo, ya no me puedo negar.
Si, es posible… es un juego mental, te convence de vivir una fantasía con la que te sientas cómoda y así tú te sientas tranquila de hacerle caso
Todo era claro… malditos ojos negros, profundos.
Espero que les guste y como siempre… Gracias por leerme.