Valis y N (6)

Valis se opone a que su chica continúe su entrenamiento como profesional del tekoki

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Sentada en sus rodillas, N enmarca el rostro de Valis con sus grandes y pálidas manos y le suplica con voz de niña traviesa. La habitación está sin luz. Detrás de ella una ventana en la pantalla LCD muestra con excesivo pixelado la grabación de un combate de tekoki del circuito profesional japonés entre la joven campeona escolar y una robusta pornodiva tailandesa. Las diminutas manos de la frágil estudiante exprimen con tal avidez que su fila de sementales pierde efectivos a un ritmo contra el que la experimentada tailandesa no parece poder rivalizar.

-Vamos, Val, son 2 semanitas, 14 días. Tio Lou puede quedarse en la tienda. Con los ojos cerrados Valis trata de zafarse pero N tiene su cara estrujada con tanta fuerza que no lo consigue.

-No es sólo la tienda. Todo esto es una locura. Donde vamos a acabar?

-Antes te gustaba verme hacérselo a otro. Te volvía loco. Tú me lo pedías.

Valis agarró a su chica de las muñecas y forcejeó tímidamente, hasta darse por vencido, hundiéndose en el sillón. N se arrodilló encima de él y le pellizcó la barbilla. Los altavoces crepitan con el relato chillón del comentarista japonés, más histérico de lo habitual puesto que el preparador de la tailandesa acaba de tirar la toalla, y en la esquina de la japonesita forman una piña y saltan de júbilo.

-Es Axel no? Piensas que me gusta más que tu.

-Valis se giró y hundió el rostro en el respaldo de fieltro. N lo agarró por las axilas y levantándolo a pulso le dió la vuelta obligándolo a mirarla a los ojos.

-Val, mi vida, yo quiero estar contigo...

-Pero?

-...pero no puedes detenerme ahora. Tú me metiste esto en el cuerpo. Tú me descubriste todo lo que podía hacer, me dijiste que era la mejor. Ahora no puedes impedirme que lo demuestre. Quiero ir a Japón y ganar ese campeonato. Que todo el mundo sepa quien es la número uno. Y luego volver aquí y celebrarlo contigo. Tú y yo solos. Axel es un semental. Un tío duro al que le cuesta aceptar que una chica pueda dominarlo. Me gusta competir con él. Eso es todo. Tú eres mi chico, Val, no seas celoso.

La ventana muestra un primer plano de la escolar, respondiendo las preguntas con expresivos monosílabos y golpes de cabeza, mientras se tapa pudorosamente la boca con una de sus manitas chorreadas del semen de sus víctimas. N se vuelve hacia la pantalla y suspira, con sus pupilas clavadas en las de la campeona.

El zumbido de su celular la arranca del trance. Se incorpora y atiende el mensaje. Es Greg con la confirmación de que Master Krishna ha aceptado el desafío y vuela desde Mumbai para enfrentarse a ella en el Guerrieres la velada del Domingo. Valis yace con la cabeza oculta bajo una montaña de cojines. N recoge su bolsa de deportes, acaricia su hombro y sale procurando no batir la puerta.