Valery 1

Mi nombre es Valeria y esta... es mi historia. Una historia apta solo para quienes saben que la fantasía nace de la realidad y que todas en lo más profundo somos una putas degeneradas y morbosas. Esta es solo una de las muchas historias que tengo para contar...

Mi nombre es Valeria y esta... es mi historia.

Una historia apta solo para quienes saben que la fantasía nace de la realidad y que todas en lo más profundo somos una putas degeneradas y morbosas.

Esta es solo una de las muchas historias que tengo para contar...otra de las tareas que me pone mi "psicólogo".

TIEMPO PRESENTE.......

Este es definitivamente un lugar agradable para vivir, en el llevo viviendo varios años de mi vida.  Esta mañana es particularmente calurosa y tengo problemas para despertarme, mi cabeza da vueltas estoy dormida y despierta, oigo a mi esposo dormir profundamente a mi lado, a lo lejos escucho la voz de los  empleados de oficios varios de la unidad que están cortando el césped. Entre dormida escucho risas y carcajadas;  uno de ellos el más viejo, contaba como  la noche anterior su mujer gemía como cerda cuando él le metía la lengua en el culo, imitando los gemidos de forma graciosa y riendo hasta ponerse rojo y atragantarse con su propia risa.

Sin darme cuenta estaba ya acariciándome los pechos y sentía dos dedos buscando torpemente mi vagina, mi respiración se paralizó al notar que no eran mis dedos, trate de levantarme de la cama pero un brazo gordo y peludo me lo impedía, por un momento le dije a Jorge que quitara su brazo pero....Jorge es lampiño, delgado y no huele a tierra y sudor...no era mi marido, trate de gritar pero solo salía un gemido mudo de mi boca y empecé a sentir un hombre acomodándose encima mío dispuesto a penetrarme. Era Don Horacio el mismo que hace unos momentos se reía de los gemidos de su mujer con su compañero, pero como llego hasta acá y dónde está mi marido?...

Sentía todo su peso encima mío y su sudor excesivo, comenzó a besarme de manera burda y desesperada, lamiendo mi lengua con morbo; yo, abría la boca sin saber porque, solo podía sentir su aliento...y me gustaba, era un aliento a hombre, no olía feo pero no olía a Jorge, siempre tan aseado y limpio.... comencé a chupar su lengua, a corresponder sus lamidas y empecé gemir  lentamente, me di vuelta pudiendo zafarme de este animal de 90 kg gracias a su sudor.....no para escapar sino para poner mi culo en cuatro, quería que me hiciera lo mismo que a la cerda de su mujer, quería que me metiera toda su asquerosa lengua en el culo mientras su descuidado bello facial rosaba mi raja.

Sentí esa lengua caliente y babosa como mil orgasmos en mi esfínter, mi vagina chorreaba sin parar mientras el reía a carcajadas y se ahogaba con mis líquidos....no estaba solo, todos sus compañeros, el del reciclaje, los de transporte,  vigilantes, incluso estaba Don Rubén y su secretaria quienes hacían parte de la administración de la unidad y hacía 10 años se negaban a pensionarse,  todos reían, me señalaban y sacaban sus lenguas llenas de saliva moviendo las de arriba abajo en forma de burla  mientras yo resoplaba como cerda.

¡Más adentro que me corro...!

¡Más adentro cabrón!!

¡Cómeme el culo por favor!

¡Por favor!

¡Quiero más lenguas!!

¡¡¡Quiero más lenguas!!!

¡¡¡Quiero m.......

Valery amor despierta....

¡Valery...!

¡Valery..!

....

Bañada en sudor, agitada y con mi vagina tratando de comerse mi piel, le di un beso a Jorge y le dije tratando de buscar un poco de desfogue:

-estaba soñando contigo mira como estoy de mojadita, mientras agarraba su paquete sin encontrar mucho ánimo de su parte.

Se rio, me dio un beso en la frente y me dijo:

-hoy quiero llegar rápido a la oficina amor, me voy a bañar.

-Está bien corazón, seguiré durmiendo, te amo.

Cuando Jorge cerró la puerta, cerré los ojos y dormí un poco más esperando poder continuar con mi sueño, pero ya se había esfumado.

...

Esa mañana estuve más ida que de costumbre, no me podía quitar de encima el recuerdo de ese sueño tan real.   Ya hacía una hora Jorge había salido para la oficina, decidí pararme de la cama y prepararme un "desayuno vegetariano".  Alrededor de las 9 am el cannabis me poseía totalmente y yacía en mi cama totalmente desnuda, hoy no iría al gimnasio, dedicaría el día a cuidar de mi piel.

Escuchaba un poco de electrónica mientras me preparaba para bañarme y cubrir mi piel con cremas humectantes; depile completamente mí ya casi lampiño coñito como acostumbro;  Siempre he cuidado mucho mi imagen, me gusta oler rico y lucir sexy.

Desde muy joven tengo vicio por llamar la atención con mi cuerpo, mi buen culo grande y mis lindas tetas falsas, que amo como si fuesen de verdad; los primeros meses después de la operación no podía apartar mis ojos de ellas, ni mis dedos de mi vagina, me excitaba con solo sentir el roce de la ropa en mis pezones como cuando era solo una niña y hasta ahora mantienen una hipersensibilidad que no me molesta para nada,  a veces con solo sentir las miradas lascivas de los hombres en el supermercado mis pezones se ponen duros y como la mayor parte del tiempo no uso sujetador es imposible ocultarlos, me entretiene ver como dan vueltas por los pasillos para mirar disimuladamente incluso con sus mujeres al lado y con Jorge al mío, a mí no me importa regalarles una sonrisa disimuladamente, eso hace que el juego se ponga más interesante, imagino como serán sus vergas y como van creciendo dentro de sus pantalones y eso me pone a mil, incluso cuando alguna que otra chica me mira, también me calienta muchísimo.

Sentí alguien silbando fuera de mi habitación la cual queda en un  segundo piso y da directo al jardín del conjunto residencial, la ventana estaba abierta pero tenía una cortina blanca semitransparente que el viento medio ondulaba, me asome despacio para observar y vi a Don Horacio, estaba solo, miró hacia mi ventana pero solo pudo ver mi silueta, dejo caer la vista sobre sus labores de nuevo tarareando una canción, comencé a observar a este hombre un poco entrado en años, gordo, obviamente con problemas de respiración y calores, no podía dejar de mirarlo, era totalmente feo y no podía dejar de tocarme mientras lo observaba, obviamente ese sueño me altero bastante, imaginaba sus dedos gordos y sucios rozando mis labios y entrando a mi boca para que los chupase.

Mis dedos buscaban mis erectos y rosados pezones, lucían hermosos en contraste con mi piel blanca y unos mechones de cabello rojo fuego que caían sobre ellos. Podía sentir el olor a sexo saliendo de mis bragas, ya mis jugos chorreaban por mis piernas; siempre he sido extremadamente jugosa por así decirlo, algo que... me ha causado varios problemas con mi marido, él es algo pudoroso y a mí de la emoción, de vez en cuando se me escapa uno que otro chorrito de pis.

Bajé mis tanguitas ya empapadas hasta la mitad de mis caderas y apoyada en un escritorio abrí un poco las piernas;  comencé a jugar con mi coñito mientras dejaba escapar pequeños gemidos que cada vez eran más frecuentes y sonoros.  Miraba a Don Horacio mientras el secaba su exceso de sudor de la cara con un trapo rojo y poco higiénico. Yo, me lo imaginaba completamente desnudo en mi cama lamiendo mi cuerpo por todas partes con morbo.

-que rica que estas putica, me decía mientras lamia la punta de mi lengua como si fuese mi clítoris,  a lo que solo pude responder con un gemido aún más profundo.

-¿te gusta verdad?  me dice suavemente mientras un dedo gordo entra mi vagina, esta vez mi respuesta es más un chillido de placer, mientras despacio un chorrito caliente de pis avanza caliente hacia mi culito, el olor era profundo y excitante. Don Horacio resopla como cerdo al sentir el olor que sale de mi entrepierna, desesperadamente me da vuelta boca abajo levantando un poco mis nalgas con sus brazos e introduce toda su cara en mis caderas mientras resopla y mueve su lengua con desespero buscando mi orto, la sensación de una lengua caliente moviéndose en mi culito dilatado fue demasiado, el incremento en las contracciones de mi esfínter y en mi respiración, hizo que don Horacio siguiera el ritmo perfecto para meter y sacar su lengua, regalándome un orgasmo perfecto, mi culo y su cara se movían a un mismo ritmo mientras  de mi coño salían líquidos calientes que mojaban la cara de don Horacio; lentamente terminó de acompañar mi orgasmo hasta el final.

Exhausta me di vuelta hacia él y mirándolo a  los ojos lo bese apasionadamente probando el sabor y el olor de mis propios flujos, chupaba su lengua tratando de probar mi propio culo, aun seguía ardiendo....sin dejar de chupar su lengua, baje mi mano por su enorme barriga llena de pelos hasta su verga, sentía como de su glande salían góticas transparentes y no pude contenerme, puse mi lengua en la punta del miembro y comencé a jugar con su pre eyaculación, su cabeza aún estaba medio atrapada por el prepucio, así que fui metiendo mi lengua dando círculos para ir liberándola, cuando por fin bajo todo su prepucio, el olor a verga me invadió y no pude resistir tragármelo hasta el fondo.

No fue muy difícil, su verga no era muy grande aunque si algo gruesa y yo ya había comido rabos mucho más grandes.  Pero que no fuese difícil no significa que no me gustase, me encantan las pollas no lo puedo negar, pequeñas, grandes, gordas, flacas, blancas, negras, torcidas, con capucha o sin ella.  Para mi toda verga es como un manjar si se pone dura y babosa ante mis labios.

Con su polla completa en mi boca, saque la lengua para tratar de comérmela con todo y huevos, pero el cabrón tenía los huevos de un toro, libere su miembro de mi boca solo para mirarlas bien; eran unos huevos inmensos, Don Horacio me miraba con una sonrisa que dejaba ver lo orgulloso que sentía de sus cojones.  Con una mano le hacia la paja mientras con la otra masajeaba sus hermosos testículos, me acosté bocabajo con mi cara entre sus muslo sin dejar de pajearlo para tener mi cara más cerca.  Don Horacio al notar mi desesperado intento, se apiadó de mí y abrió sus piernas apoyándolas sobre la cama dejándome el camino libre para que lamiera todo su sexo.

Levantó un poco más sus caderas revelando un ojete peludo, mientras chupaba sus huevos uno a uno, mi lengua comenzó a buscar más atrás, al sentir mi lengua rosando su perineo, don Horacio jadeo más profundamente y yo con gusto le devolvería el favor.  seguí metiendo mi lengua lentamente a medida que el levantaba más las caderas hasta llegar a su culo, mi paja se hacía más rápida al igual que mi lengua,  de repente un gemido profundo anunciaba el primer chorro de semen caliente, sin dejar de comer su ojete, una y otra explosión de leche salía a borbotones bajando por sus huevos hasta mi cara desembocando en mi lengua que seguía con desespero comiéndole el orto, con mi única mano libre aprovechaba cada gota de semen que no alcanzaba a tragar para mojar mis dedos e introducírmelos en el coño, mi orgasmo no se demoró mucho, con la cara en lo más profundo de su entrepierna y mis dedos hasta el tope en mi vagina, resoplaba como loca con cada contracción.

Abrí los ojos y allí estaba yo al pie de la ventana, con una mano asfixiando mis gemidos y la otra frotándome el coño, mire hacia abajo, Don Horacio me miraba callado aprovechando el ondear de la cortina con el viento, retiré mis dedos del clítoris y lentamente fui recuperando el aliento sin dejar de mirarlo a los ojos, él sonrió tímidamente y yo hice un ademán de saludo lentamente con mis dedos aun pegajosos y cerrando ambos ojos suavemente esboce una sonrisa, Don Horacio bajo la mirada y continuo su trabajo.

TIEMPO PASADO.......

Quieres saber más de esta chiquilla traviesa y sus orígenes….no te pierdas la próxima entrega, Valery 1 “tiempo pasado”...

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