Valeria al Xtremo IV...en el auto

La posición de ambos era algo incómoda pero no dimos marcha atrás, estábamos dispuestos a culminar esa rica tarde lluviosa con un delicioso acto sexual.

La posición de ambos era algo incómoda pero no dimos marcha atrás, estábamos dispuestos a culminar esa rica tarde lluviosa con un delicioso acto sexual.

El clima nos favoreció. La tarde estaba lluviosa y por lo tanto la presencia de personas en la calle era practicamente nula. Me encontraba en el asiento trasero del auto de Jose Alberto despojándome del pantalón. Quería complacerlo en su deseo de mirarme solo con la diminuta tanga de color morado que llevaba debajo del mismo. No le gustaban las pantaletas asi que también me la quitaría. El esperaba impaciente en el asiento del conductor. En cuanto yo estuviera lista se pasaría atrás conmigo.

-¡Eres una gran puta!¡Me duele la verga de tan parada que la tengo mirándote!-

-¡Lista papi!¡Ya puedes pasarte aquí conmigo!-Dije cuando terminé de despojarme de las prendas descritas.

No tardó mucho en estar a mi lado ya que como dije el pasar de personas era nulo y el tránsito de autos también era escaso.

-¡Muéstrame el culo perra!¡Como te dije hace unas horas, voy a azotar tu culote!-

El estaba sentado en el extremo del asiento. Me incorporé y dándole la espalda subí ambas piernas en el asiento inclinándome lo más que pude. No hubo necesidad de colocar las sombras en los cristales del auto, todos se encontraban empañados y era imposible mirar desde el exterior a causa del agua acumulada.

Por principio se dedicó a acariciar toda la extensión de las nalgas, una y otra vez sentí sus manos masajear mis carnes. Gemidos placenteros escaparon de mi boca haciéndole saber lo deliciosa que era su caricia. Después sin que yo lo esperara azotó mi nalga derecha, el ardor me hizo estremecer; segundos después la nalga izquierda sufrió la misma suerte.

-¡Perra, en serio que cómo me encanta tu culote y ahora que lo tengo frente a mí me dan ganas de azotarlo y a la vez de llenarlo de besos por lo tanto que me gusta!-

Alternó el castigo en ambas nalgas hasta que finalmente se decidió a pasar uno de sus dedos sobre el hilo de la tanga, de arriba a abajo. Yo mientras tanto cuando sentía que pasaría sobre mi ano apretaba el esfinter para que supiera que estaba en el lugar exacto.

-¡Puta así como aprietas el culo quiero que lo hagas ahorita que te meta la verga!-

Y entonces dejo su dedo sobre el hilo y sobre mi ano provocándome una deliciosa cosquilla, lo movía con rapidez sabedor de lo excitante que eso me resultaba.

-¡Ven acá puta, quiero que te tragues toda mi verga, la quiero bañada de tu propia saliva para ensartarla en tu culote!-Me dijo a la vez que tiraba de mi brazo derecho. Se sentó nuevamente y con prisa desabrochó su pantalón y lo bajó hasta sus tobillos. Su pene se marcaba pronunciadamente debajo de su boxer, alcancé a vislumbrar una generosa cantidad de líquido preseminal manchándola por el frente.

-¡Empínate puta y consiente a la rica verga que te gusta!-

Me acomodé sobre el eje del auto y acercando mi rostro posé los labios sobre la gran mancha de su boxer. Estos quedaron brillantes tal y como si me hubiera pintado con un labial. Saqué mi lengua y disfrutando el sabor engullí el líquido.

-¡Qué putísima eres!¡Se ve que te encanta la verga!-

No esperé más y con ambas manos bajé el boxer y al descubrir su pene me abalancé sobré el devorándolo por completo. Me empeñé en hacerle el sexo oral de manera que quedara satisfecho como las veces anteriores.

-¡Así es puta, mámamelo rico porque ahorita que termines te voy a dar una rica cogida en tu culote!¡Procura que quede chorreante de tu saliva!-

Hice gustosamente lo que me pidió, tomaba el pene con una mano y lo masturbaba hasta que en la punta del glande aparecía su líquido preseminal a causa de tanta excitación. Dejaba que éste resbalara a todo lo largo del tronco y después, con uno de mis dedos, lo dsitribuía hasta llegar a sus testículos.

Al fin miré como su pene estaba cubierto por el líquido viscoso en toda su extensión, brillaba deliciosamente así que me incliné lista para engullir todo el miembro, abrí la boca para evitar que el líquido se impregnara en mis labios. El miembro tocó mi garganta y al retirarme fui dejando saliva que acumulaba en la lengua. Gemí de placer cuando miré el miembro chorreante de los fluídos, incluso se veía aún más grande de lo normal.

-¡Muy bien putita, buen trabajo, mira qué verga tan rica voy a meter en tu culote!¡Voltéate y muestra el culo, lo voy a lubricar para cogerte!-

Ambos nos incorporamos y yo traté de acomodarme de la mejor manera posible, sin embargo no lograba que él me alcanzara como deseaba. No importó, con sus dedos sacó el hilo de la tanga de entre mis nalgas y lo acomodó sobre una de ellas. Escupió en su mano y distribuyó la saliva entre mis nalgas, después se ayudó con un dedo y me penetró levemente introduciendo algo de esa saliva. Estuvo girando el dedo dentro del ano hasta que se ayudó con un dedo más.

-¡Qué culo tan estrecho tienes perra, me gusta como me aprietas la verga cuando te la meto!-

Estaba tan excitada que llevé una mano hacia mi pene y comencé a acariciarme con fuerza. El no esperó más y se dispuso a acomodarse para penetrarme. La posición de ambos era algo incómoda pero no dimos marcha atrás, estábamos dispuestos a culminar esa rica tarde lluviosa con un delicioso acto sexual.

Como pudo, acomodó la punta de su miembro sobre el ano, llevé mi mano libre hacia mi nalga y tiré de ella, el con una mano abrió la otra nalga y tomando su pene con la otra empujó logrando introducir todo el glande.

-¡Ay papi, lento, lento papi!-Supliqué mordiendo posteriormente mis labios.

-¡Si puta, lo haré lento, quiero disfrutar viendo como te tragas toda la verga!-

Empujo de nuevo y dejé escapar otro gemido lastimero. Ya no se detuvo, continuó empujando sin importarle más mis súplicas.

Respiré aliviada cuando adiviné que me había penetrado por completo, sentí los vellos de su pubis cosquilleando la parte interna de mis nalgas. Relajé el esfinter para acostumbrarme al grosor que invadía el ano. Comenzó a mecerse suavemente de atrás a adelante provocando en mí el placer ya conocido y que me encantaba. Solté mi nalga y recosté mi cabeza sobre el brazo, levanté más el culo y mi espalda se curvó. El se aferró con ambas manos a mis caderas y el movimiento de mete y saca se tornó violento. Para ese entonces el dolor anal había dado paso al placer que sentía cuando se retiraba y después chocaba su pelvis en mi trasero.

Tenía el temor de que el movimiento del auto delatara nuestra presencia pero me calmé cuando el me dijo que no se veía nadie en la calle. Me abandoné por completo a la manera tan violenta en que me estaba penetrando. Yo continuaba acariciando mi pene con igual fuerza.

-¡Perra, voy a dejar mis mocos en tu culo, cuando esté a punto de venirme te avisaré y me detendré para que extraigas mi leche con la presión de tu culo-Me dijo con mucho esfuerzo y su voz entrecortada.

-¡Sí papi, avísame cuando te vengas, quiero hacerlo junto contigo-

El auto también se movia violentamente, a la par con nosotros que para ese entonces ya ni nos importaba ni nos preocupaba.

-¡Listo perra, estoy para venirme!-

Aceleré el movimiento de mi mano y sentí la deliciosa cosquilla previa a mi eyaculación. José Alberto se detuvo en seco y comencé a eyacular mientras que el ano automáticamente ejercia presión en todo su miembro, sentí cómo se contraía y disparaba chorros de semén que inundaban mi conducto anal. Los gemidos de ambos eran indescriptibles, demostrando lo mucho que habíamos disfrutado estar juntos. Ni cuenta nos habíamos dado de que nuestros cuerpos sudaban copiosamente.

Mi tanga por la parte frontal estaba chorreante de mi semen, mi venida había sido abundante y todo lo que había logrado acumularse sobre mi mano lo engullí avidamente. Era rico sentir la calidez del semén que comenzóa chorrear por la parte interna de mis piernas. Y más cuando sentí la flacidez del pene de José Alberto que comenzóa retirarse lentamente.

-¡Ah perrita, mira cómo dejaste mi verga toda exprimida...uy qué rico veo tu ano chorreante de semen!¡En verdad que sabes coger como a mi me gusta!-

Pasado un rato ambos procedimos a acomodar nuestras ropas y nos retiramos del lugar no sin antes acordar una futura cita.