Valeria

En vez de violar a la madre, el atacante decidio cobrar su venganza con la hija de 18 años.

Su nombre es Valeria, siempre le ha gustado llamar la atención, es y se sabe atractiva, desde que era una joven de 14 años era imposible no fijarse en sus tetas, las mas grandes de todas las chicas de su edad en el colegio, o su culo, paradito y firme, la envidia de las demás chicas y el deseo de cualquier chico, ahora, con 18 años recién cumplidos, era imposible no fijarse en semejante hembra, ella lo sabia, y lo aprovechaba, casi siempre vestía de maneras sugerentes, una minifalda que dejase ver su excelente par de piernas, torneadas y firmes, o una blusa escotada, que dejase ver sus pechos, grandes y firmes, o un top que dejara al descubierto sus hombros, su rostro, contrastaba con su cuerpo, pero no por ser fea, no, si no lo contrario, de una belleza juvenil, al contrario de su cuerpo que parecía querer sexo a cada momento, su rostro, era como de un ángel, irradiaba inocencia pura, sus labios rosados, que invitaban a ser besados suavemente, sus ojos color azul eléctrico que junto con su sonrisa era capaz de derretir a cualquiera, enmarcados bajo su pelo, pelirroja, no le gustaba su color natural, pero lo mantenía ya que, los tintes le maltrataban mucho el pelo y a ella eso no le gustaba.

Si bien por su manera de ser, exhibiéndose en muchos lados, muchos podrían pensar que era una chica fácil, o al menos, que ya tendría bastante experiencia, pero no, no era así, aunque ella sabia, lo que podía lograr enseñando por aquí, por allá, no era una chica que supiera mucho de sexo, aunque no era virgen, un antiguo compañero suyo había tenido el placer de poseerla por primera vez cuando tenia 17, y que, a la semana, la había abandonado por otra, eso le dolió, pues ella lo amaba, así que, después de eso, ya no era fácil que accediera a acostarse con cualquiera.

Aquel día, salía de la Universidad, el clima estaba bien, de esos días que no son  fríos, pero el sol no calienta demasiado, templado le dicen algunos a un día así, empezaba el otoño, salio agotada de sus clases, pensó que tal vez, alguna de sus amigas la llevara en su coche hasta su casa, pero sus amigas tenían planes de fiesta, la invitaron, pero Valeria solo quería llegar a casa, así que declino la invitación, y se dirigió a la entrada de metro.

Como siempre, iba vestida de manera espectacular, una faldita muy, pero muy corta, apenas esa faldita cubriría 1/4 de la distancia de la entrepierna a la rodilla, y pegada, que para no parecer puta, combino hábilmente con unos mallones color negro que le llegaban muy arriba de sus deliciosos muslos, llegarían como a la mitad de la distancia entre sus rodillas y su entrepierna, dejando ver, únicamente, una delgada línea de piel que no cubrían los mallones ni la minifalda, se veía simplemente irresistible, al ir así, ese día decidió no mostrar nada de arriba, aunque si remarcar, llevaba un chaleco pequeño, y una blusa completa, muy pegada, que hacían resaltar sus generosos senos. No le agradaba viajar en metro, pues en ocasiones, no faltaba el tipo que quisiera meterle mano o incluso querer llegar a algo mas, encontró asiento disponible en el vagón, se coloco sus audífonos para escuchar música y emprendió el camino a casa.

Su casa, una casa grande, aunque su familia no era numerosa, padre, madre y un hermano, la casa fue herencia de la abuela, que si había tenido descendencia numerosa, abrió las cerraduras de la puerta y al abrir la puerta sintió que alguien la empujo, perdió el equilibrio y cayo dentro de la casa, escucho como alguien mas entraba a la casa y cerraba la puerta, quiso levantarse del suelo, pero su atacante la agarro del cabello fuertemente, y así, la arrastro por toda la casa, buscaba algo, Valeria gritaba que le soltara, pero el no pronuncio ninguna palabra, siguió abriendo puertas, hasta que encontró una recamara, entro con Valeria y la empujo hacia la cama, quiso levantarse, pero el se le hecho encima, empezó a tratar de besarla y a arrancarle la ropa, Valeria lloraba, quería evitar el ser violada, pero la fuerza de aquel tipo la sobrepasaba, luchaba lo mas que podía, le gritaba, le suplicaba que la dejara en paz, pero el no la escuchaba, o no quería escucharla, la trataba con violencia, le arranco la blusa y el sujetador, dejando a la vista su hermoso par de pechos, grandes y firmes, con su pezón rosado, su atacante empezó a sobarlos, a besarlos, a lamerlos, se notaba que no sabia que hacer frente a tanta delicia que tenia delante, los amasaba, los mordía, ella trataba de zafarse, pero era inútil.

El dejo de aprisionarla para quitarse el pantalón, Valeria aprovecho para salir de ahí, entonces sintió como su atacante la sujetaba del brazo y la volvía a aventar a la cama, el atacante, volvió a besar sus labios rosados, a masajearle los pechos, con dificultad le levanto la falda, le hizo a un lado las bragas y de una sola embestida la penetro. Valeria empezó a llorar como nunca lo había hecho, el dolor era insoportable, entonces su violador empezó a moverse dentro de ella, lo hacia de manera rápida, muy rápido, Valeria dejo de luchar, suplicando que aquel tipo terminara pronto, su violador la humillaba diciéndole a Valeria que follaba delicioso, o le decía que tenia el coño muy estrecho y que le apretaba muy rico, o que para que no se le olvidara nunca, la dejaría embarazada para que se hiciera cargo de su hijo.

Valeria sollozaba, quería que terminara de hacerla suya por la fuerza lo mas pronto posible y así fue, sintió como aquel tipo le llenaba su coño de semen, entonces se salio de ella y le paseo su verga por sus pechos y el rostro, dejándoselos embarrados de semen.

Mientras su atacante se vestía, le dijo a Valeria que sentía el haberla violado, era empleado de la madre de Valeria, pero debido a que había sido descubierto robando lo había despedido y humillado públicamente, el quiso vengarse violando a la madre de Valeria, pero, al ver a Valeria, tan joven, tan follable, una de las mejores hembras que había visto, prefirió cobrar su venganza con ella, así que su madre estaría a salvo.

El se marcho, dejando a Valeria con las marcas de haber sido violada, en su mente resonaba esa idea, ella había pagado lo que se suponía le harían a su madre, decidió callarlo, pues no quería alarmar a su familia, se dio un largo baño, tratando de limpiarse las heridas del alma, tratando de olvidar.

Han pasado los años, ahora ella tiene 32 años, es madre soltera de un hijo de 14 años, sus padres creen que fue un desliz de su hija, aun así, la apoyaron, solo ella sabe la verdad, y ella sabe, que hay cosas que es mejor guardar para siempre en silencio.

--Es mi primer relato, agradezco sus comentarios para poder mejorar, saludos =)