Valentina, la chacha desnuda (18)

Markus lleva a Valentina y su hermana Gina por todo el valle para que las conozcan los viejos granjeros. Por fin, tras pasar por muchas manos, acaban el día en una granja de ordeño de vacas.

A la mañana siguiente nada más amanecer, Ramona despertó a las dos esclavas y se las llevó abajo. Sacar a Gina de debajo del cuerpo gordo y fofo de Bruce le costó un triunfo pero, a pesar de todo, el tipo estaba tan borracho que ni siquiera se despertó. Momentos después liberó a Valentina a la que habían vuelto a encerrar en el claustrofóbico escobero tras ser follada repetidamente por los hermanos hasta altas horas de la noche. Allí al aire libre, a las siete de la mañana hacía un frío de mil demonios y las mujeres tiritaban heladas.

  • Vamos, dijo Ramona, no hay tiempo que perder, tengo que prepararos antes de que Markus se levante.

Y les urgió a que se apresuraran si no querían recibir castigos extra. Así, como no tenían ducha ni bañera, puso a las hermanas contra la pared de la casa y dándoles jabón y una esponja se alejó unos metros y les enchufó con la manguera. Ante el impacto del agua helada las dos jóvenes gritaron y lloraron. Ramona ya sabía por experiencia lo odiosa que era ese tipo de ducha así que intentó que la rociada no fuera muy larga.

  • Venga, ahora frotaros bien por dentro y por fuera que tengo que prepararos,…. vamos,…. no seais remolonas,  daos prisa.

Ellas obedecieron y sin parar de temblar se enjabonaron y frotaron bien el cuerpo. Entonces Ramona volvió a aclarar el jabón con el agua de la manguera provocándoles nuevos gritos.

Una vez limpias y sin siquiera secarlas empezó a disfrazarlas de ponygirls.

Para empezar Ramona les encajó en la cabeza unos capuchones de cuero negro que les tapaban toda la cara y sólo dejaban unas pequeñas aberturas para los ojos y los agujeros de la nariz. Asimismo el pelo les salía en forma de  coleta por un orificio practicado en la cúspide del capuchón. Luego les embadurnó de aceite todo el cuerpo con sus propias manos para que les brillara toda la piel. La esclava lo hizo de forma delicada pero también decidida pues no podía perder el tiempo…..

…..De todos modos le agradaba mucho acariciar esos cuerpos jóvenes y perfectos.

No es que Ramona fuera lesbiana,……….. bueno, ni lo era ni dejaba de serlo,  pero estaba harta de los cuerpos fofos y viejos de todos esos cerdos. Era lógico que le gustara tocar la piel joven y fresca de Valentina y de su hermana.

Tras embadurnarles bien de aceite  les puso unas botas altas  y unos arneses compuestos de cintas de cuero negro, tachones y anillas de metal. Estos formaban una bella retícula de cuero negro que destacaba  sobre su piel desnuda y enmarcaba las redondeces de sus cuerpos realzando su belleza natural. Por último les esposó las manos a la espalda y a su vez al collar del cuello de manera que las chicas tenían que llevarlas dolorosamente retorcidas entre los homoplatos. Por último, para el orificio anal les introdujo sendos  dildos  terminados en colas de caballo.

  • MMMMM, MMMMM

Las dos chicas volvieron a gemir de dolor al ser sodomizadas por los dildos, en realidad aún no se habían acostumbrado a ser enculadas por penes naturales o artifíciales.

  • Tenéis que aprender a relajar el culo, si no lo vais a pasar mal cada vez que os enculen, les dijo Ramona que ya tenía una larga experiencia en sodomía.

Tras enjaezarlas de esa manera tan humillante, la esclava las hunció a un carricoche y las dejó allí de pie y solas. El caso es que después de todas esas prisas las chicas tuvieron que esperar a la intemperie más de una hora. La temperatura debía ser de unos siete u ocho grados así que las dos jóvenes  tiritaban azules de frío y sólo podían entrar en calor pateando el suelo con las piernas.

En esto les pilló Markus que tras sacarse el miembro delante de ellas y mear tranquilamente les obligó a permanecer quietas mientras terminaba de prepararlas.

  • Ya veo que Ramona os ha limpiado y vestido adecuadamente. Al hombre no le hizo falta verles la cara pues ya reconocía sus cuerpos.Hoy os voy a llevar de visita por las granjas para que todos los granjeros os conozcan y os caten. Creo que les vais a gustar mucho a todos esos pervertidos.

Las dos chicas ya sabían que eso significaba tener que comerse un montón de pollas de viejos paletos y ser violadas por ellos o por sus animales,…. aparte de los castigos extra, claro. Lo que probablemente no esperaban es que iban a hacer de yeguas  humanas.

Markus siguió hablando.

  • Como veis me vais a llevar vosotras mismas tirando del carricoche pero antes os voy a poner un par de aditamentos que os faltan.

Y sin ninguna   piedad se vino con unos cascabeles y unos imperdibles.

  • Con este frío se os han puesto los pezoncitos como piedras, ideales para perforarlos con esto.

  • MMMMMHHH

Cuando el granjero le perforó el pezón con la aguja por su justo medio Gina gritó y tembló por el tremendo dolor y estuvo a punto de mearse encima, pero soportó el castigo. Luego le hizo lo mismo en el otro y Markus  colocó sendos  cascabeles colgando de ellos.

Como decimos, la chica gritó y lloró pero volvió a gritar aún más fuerte cuando Markus se los retorció en direcciones opuestas.

  • MMMMMMHHH

  • ¿Qué se dice, puta?

Y ella dijo algo incomprensible tras su máscara que parecía ser algo así como “Gracias, amo”

Al ver que Markus cogía otros dos imperdibles Valentina negó llorando pero igualmente le traspasó sus pezones sin hacer ningún caso de sus ruegos.

  • MMMMMMHHH

La chica gritó más alto que su hermana y se agitó desesperada culminando en sollozos continuos.

Sin embargo ahí no había acabado la cosa, pues Markus cogió otros dos imperdibles más y se los mostró antes de colocarlos en su sitio. Eran más grandes y tenían el alfiler algo más grueso.

  • ¿Adivináis dónde os voy a poner el tercer imperdible?

Para su desgracia ellas lo entendieron pero apenas les dio tiempo a protestar

  • MMMMMHHH

  • MMMMMMHHH

Así las dos muchachas aún gritaron mucho más fuerte y se retorcieron literalmente de sufrimiento cuando el bestia de Markus les traspasó el clítoris con el tercer imperdible.

Lo siguiente fue colocarles otros cascabeles colgando de la entrepierna.

  • Así anunciareis a todo el mundo vuestra llegada, ja, ja.

A pesar del tremendo sufrimiento las dos chicas continuaron obedeciendo y permanecieron quietas y de pie mientras el verdugo seguía colocándoles cosas, así

en el imperdible del clítoris les puso también unos electrodos con cables que deslizó bajo su entrepierna.

Finalmente cuando las tuvo preparadas del todo Markus cogió una fusta y un pequeño transformador eléctrico, se sentó cómodamente en el carricoche  y les metió una dolorosa descarga en medio del coño.

  • MMMMHHH

Las dos jóvenes esclavas dieron un brinco y empezaron a caminar muy apuradas.

  • Más deprisa, más deprisa, shaaack, shaack arre, arre,  y Markus les empezó a dar fustazos en el culo y a accionar las descargas al mismo tiempo.

Las chicas no tuvieron más remedio que ponerse a trotar para evitar las descargas eléctricas de manera que Markus terminó usando sólo la fusta.

  • Ya vais aprendiendo ¿verdad potrillas?, ja, ja., venga, aprisa, aprisa.

Antes de salir al camino les hizo dar unas cuantas vueltas por la granja como prueba. Por supuesto ni Valentina ni su hermana Ginebra habían hecho nunca de ponygirls pero por la cuenta que les traía se esforzaron en correr con todas sus fuerzas y pronto aprendieron a hacerlo disciplinadamente y a ritmo.

Tras la prueba salieron  al camino y se encaminaron hacia la primera granja corriendo a buen ritmo, el hombre estaba encantado de verlas mover esas nalgas redondas al unísono sin parar de correr y con ese agradable sonido rítmico que hacían los cascabeles.

  • Shaaack, shaaackk, arre, ja, ja, arre les decía con la polla tiesa venga a darles fustazos en sus tersos culos y en su espalda.

Las chicas tenían el cuerpo brillante del aceite mezclado con su propia transpiración y jadeaban de cansancio aunque no podían aminorar la marcha pues entonces se ganaban un calambrazo en medio del sexo.

  • Shaaack, shaaackk, vamos, más aprisa, venga.

Poco podía sospechar el cruel verdugo que las dos zorras también se estaban poniendo cachondas mientras trotaban con el agujero del culo ocupado y sus pezones y clítoris dolorosamente punzados. Por supuesto las tetas les bailaban y brincaban al correr lo cual les resultaba tremendamente doloroso e incómodo aunque tambien contribuía a excitarlas.

Si supieran a dónde las llevaban, probablemente las dos mujeres se hubieran puesto aún más cachondas……..

Durante la mañana, Markus hizo un tour completo por todas las granjas de la zona con sus dos yeguas. En todas ocurrió parecido. Los granjeros estaban muy ocupados en sus faenas pero en cuanto las vieron llegar, ninguno dudó en hacer un descanso para ir a magrearlas aprovechando que estaban desnudas y maniatadas. Al principio se limitaban a acariciarlas con prudencia y cuidado como si fueran objetos valiosos y se deleitaban viéndoles jadear con toda la piel brillante de su propio sudor.

No obstante la actitud sumisa de las dos muchachas transtornaba al más pintado como lo hacían igualmente los imperdibles que atravesaban la sensible carne de sus pezones. De este modo poco a poco los granjeros y sus jornaleros se animaban y terminaban abusando de las chicas de todas las formas posibles. Muchos empezaban exigiéndoles mamadas sin siquiera quitarles las capuchas, pero después pasaban a mayores y se las follaban vaginal y analmente.

Para las dos muchachas la visita a cada granja se convirtió en una procaz orgía y todos esos pervertidos les obligaron a comerse pollas de personas y animales: cerdos, burros y caballos. Asimismo  fueron obligadas a hacer el amor entre ellas y con las otras esclavas de las granjas.

Sin embargo, no contentos con usarlas como juguetes sexuales también les exigieron todo tipo de trabajos, así que tuvieron que realizar las tareas más duras y penosas como limpiar los establos de los cerdos, arar un par de campos, accionar la rueda de un molino de aceite, sacar agua de un pozo….. sin embargo, lo mejor de la jornada les esperaba al final………….

Después de pasar por seis granjas distintas, las dos hermanas estaban agotadas pero finalmente a eso de las cinco de la tarde llegaron a una granja de vacas. Como ya estaban muy sofocadas Markus les había quitado las capuchas y los arneses así que venían tirando del carricoche completamente desnudas.

  • Hombre Markus, ¿Qué me traes aquí? , dijo el nuevo granjero ante la celestial visión de esas dos jovencitas desnudas y maniatadas cuyas tetas temblaban como flanes de gelatina por la carrera.

  • Hola Robby éstas son mis nuevas esclavas, “conejita y lechoncita”.

Al hombre lo primero que le llamó la atención fue los imperdibles clavados en los pezones.

  • Mmmh, qué bufas tan bien puestas, dijo toqueteándoselas el tal Robby que era un experto en pechos femeninos. Las dos chicas estaban ya bastante domadas como esclavas de modo que  ni siquiera se resistieron y una vez más se dejaron tocar sumisamente esperando a ver por cual se decidía ese tipo. Oye, cómo se parecen estas dos tetonas.

  • Sí, son hermanas. Están buenas ¿verdad?

  • ¿Estas también dan leche como Ramona?. Con estas peras seguro que dan una buena cantidad, y el tío no dejaba de tocárselas.

  • Aún no y además no queremos preñarlas por el momento, por eso quiero someterlas al “tratamiento”.

  • Claro, claro,…. el tratamiento,….. muy bien, ya sabes que hay que darles infusiones de hinojo y de anís pero lo más importante es estimularles los pezones de diferentes maneras, tú ya me entiendes.

  • Pues no sé exactamente a qué te refieres. Precisamente venía a que me dieras unos buenos consejos para estimularles las mamas como es debido.

Mientras Markus le hablaba, Robby les examinaba los pechos a las dos hermanas como si fuera un ginecólogo, sopesándolos y apretándolos con los dedos. El hombre les desclavó los imperdibles entre gritos de dolor y siguió toqueteándolos y pellizcándoles los pezones poniéndolos bien duros. Sin embargo al de un rato se las metió en la boca y se puso a chuparle a Gina de los pechos con mucha avidez como si ya pudiera sacar leche de ellos.

  • MMMMHHH

  • Gina se retorció de placer mientras ese tío se los metía en la boca, y luego hizo lo mismo con Valentina con resultado similar.

  • Joder, dijo limpiándose la boca de babas, menuda sensibilidad tienen. Se les han puesto aún más tiesos sólo con unas pocas lamidas.

  • ¿Y eso es bueno?

  • Es buena señal, no obstante hay que estimular esa sensibilidad de todas las maneras posibles.

  • ¿Cómo qué?.

  • Bueno, por supuesto que follen mucho, todo lo que puedan, ah, …. y ponerles las ordeñadoras varias horas al día todos los días, además……. hay ciertas torturas que ayudan.

A Markus le brillaron los ojos mientras las jóvenes miraban alarmadas al granjero.

  • ¿Torturas?, ¿Cómo cuáles?.

  • Bueno de eso sabes casi tú más que yo: perforaciones, pinzamientos, descargas eléctricas, es importante estimular toda esta parte, dijo poniendo las dos manos como si cubriera los dos senos de Valentina, pero sobre todo los pezones y las aureolas. Eso sí, hay que hacérselo con frecuencia, si se puede, todos los días.

  • ¿Habéis oído furcias?, no te preocupes Robby yo me ocuparé personalmente de aplicarles el tratamiento adecuado.

  • Respecto a las ordeñadoras ¿por qué no empezamos ahora mismo con ellas?, precisamente ahí dentro están de ordeño en este momento.

  • Buena idea, desengánchalas y vamos a meterlas para dentro.

Brutalmente introdujeron a las dos muchachas dentro de la sala de ordeño donde en ese momento los tres hijos de Robby y varios trabajadores más estaban ordeñando  a  más de treinta vacas en una enorme nave. Antes lo hacían a mano pero desde hacía unos años usaban ordeñadoras mecánicas. Cada vaca estaba en su establo y de sus ubres salían unos tubos de plástico mientras ella comía tranquilamente. Aquello parecía una fábrica de leche más que una granja con todos esos extraños tubos y ese sonido repetitivo y seco de las succionadoras que no cesaba ni un momento.

Entre las vacas varias esclavas desnudas y cargadas de cadenas se afanaban por recoger y limpiar el estiércol. Bueno, todas menos una que por lo visto estaba recibiendo un castigo, pues, tras quitarle las cadenas, dos operarios la habían atado con los brazos en alto y en ese momento le estaban dando de latigazos y calambrazos con una picana eléctrica.

  • ¿Qué ha pasado, dijo Robby a sus operarios examinando el cuerpo desnudo de la esclava cubierto de marcas de látigo.

  • Nada, que esta imbécil ha tirado una de las cántaras de leche derramando todo el líquido por el suelo y le hemos dado veinte latigazos.

  • Que sean cincuenta, y luego dejadla colgando de los pulgares, así aprenderá.  Venid, venid por aquí, en este pasillo tenemos a las vaquitas más guapas de la granja ya veréis.

Apartadas de las vacas de verdad tenían a cinco esclavas, dos eran propias y otras tres eran de otros granjeros que se las llevaban a diario precisamente para ser ordeñadas. A todas ellas las tenían colocadas en cepos y les habían puesto  ordeñadoras mecánicas en los pechos. Las ordeñadoras estaban venga a trabajarles las mamas sin parar.

Sin embargo, eso no era todo, pues a las cinco mujeres les habían puesto una máquina de follar por detrás. Esta consistía en una rueda que accionaba un doble émbolo al final del cual había dos dildos, uno para el coño y otro para el ano, de manera que por efecto de la rotación de la rueda ambos entraban y salían alternativamente en sus orificios como si fuera el mecanismo de un tren de vapor.

Valentina y Gina se sorprendieron de ver toda esa parafernalia y esas cinco chicas desnudas ordeñadas y folladas todas en fila, pero les sorprendió aún más la actitud de todas ellas. A juzgar por los rostros de esas jóvenes esclavas la experiencia no debía ser precisamente desagradable. De hecho algunas estaban en pleno éxtasis.

  • Ja, ja, os gusta lo que veis, ¿verdad vaquitas? Dijo Robby palmeándolas las nalgas. Estas chicas están tan cachondas que como media tienen dos o tres orgasmos a la hora, es una consecuencia de la estimulación constante. De todos modos eso también es bueno pues dan más leche.

Efectivamente los depósitos donde se recogía la leche de esas chicas estaban casi llenos.

A las dos hermanas se les pusieron los pezones erizados y llenos de arrugas sólo de ver lo que les hacían a esas chicas.

  • Vaya Markus, parece que las dos hermanitas están dispuestas a que las ordeñen, mira como se les han puesto las tetas.

  • Venga, pues a ello.

Para ordeñar a Gina y Valentina no las pusieron como a las demás sino que por petición expresa de Markus lo hicieron de una manera no tan agradable. Así las ataron en estrapado con los brazos atados en alto tras su cabeza lo cual les obligó a torcer el torso exageradamente hacia delante. Asimismo las rodillas y tobillos también se las ataron entre sí con ásperas sogas y por último les pusieron otras sogas distintas de cuerda muy fina atadas a la base de los pechos con nudos corredizos. Estas últimas se las ataron muy tirantes a las rodillas de manera que ellas mismas se apretaban el nudo corredizo al menor movimiento.

Por último les pusieron las ordeñadoras en los pechos gracias a unas ventosas y Matías accionó la máquina ordeñadora. También por petición de Markus la puso a la máxima potencia y con un ruido seco y rítmico las aspiradoras empezaron a succionar alternativamente uno y otro pezón haciéndo que éstos se introdujeran dolorosamente en los tubos de plástico.

Las dos jóvenes gimieron de dolor y placer a un tiempo mientras la ordeñadora seguía y seguía succionando…. cinco minutos sin parar……diez,…… y así las tuvieron la primera media hora.

En unos momentos se acercaron allí los hijos de Robby para ver a las nuevas esclavas.

  • Joder qué tías, dijo uno de ellos,¿podemos tocarlas?

  • Claro que sí, contestó Markus, podéis hacerles lo que queráis. Van a estar así varias horas así que folladlas  todo lo que os de la gana, como veis a éstas no les hemos puesto máquina de follar.

Aquello fue dicho y hecho y mientras las ordeñadoras no paraban de trabajar ni un segundo los hijos de Robby se colocaron tras los culos de Gina y de su hermana y se sacaron sus pollas.

  • Joder, estrán cachondas y calientes, tienen todo eso mojado, dijo uno de ellos metiendo el dedo en la raja.

Y sin más ceremonia penetró a Gina de una sola embestida de lo mojada que estaba.

  • AAAAAH, síiiii, joder, dijo la chica tras poner los ojos en blanco de puro placer. Eso si que era una polla y no la del cerdo de Bruce.

Animados por su hermano y la reacción de la esclava los demás ayudaron a su padre a follarse a esas dos jamonas por la boca, por la vagina y por el culo.

Durante estas penetraciones tanto Valentina como Gina tuvieron varios orgasmos y cuando terminaron los dueños de la granja, les tocó el turno a los jornaleros y el resto de operarios. Evidentemente allí había una jerarquía muy clara y unos tenían derecho preferente a probar a las nuevas, pero allí nadie se quedó cin catarlas. Por supuesto cuando terminaron, la mayor parte de aquellos hombres se tomó una segunda ronda e incluso algunos una tercera.

  • ¿Crees que así les saldrá leche?, dijo Markus viendo cómo Gina babeaba lefa y saliva al experimentar su cuarto orgasmo.

  • Oh sí, así sí,… ponles tres o cuatro horas al día las ordeñadoras  y proporcionándoles la alimentación y hormonas adecuadas. Ya verás, terminarán destilando leche. Y si no es así…. es igual porque los pezones se les pondrán ultrasensibles y no podrán ni ponerse una camisa sin ver las estrellas, ja, ja.

Cuando se las follaron todos los tipos que les apeteció hacerlo, Markus no se pudo reprimir y cogiendo la picana con la que habían castigado a la esclava de antes empezó a meterles calambrazos a Gina y a su hermana entre las piernas mientras las ordeñadoras seguían haciendo su trabajo.

  • AAAYYYY; AAAYYYY

Ellas bricanban literalmente de dolor al recibir las descargas eléctricas.

  • Que os creíais putas, ¿Qué estábais de vacaciones?, toma esta, y esta.

  • AYYY, NO POR FAVOR, BASTA, NOOOO

  • Os voy a traer aquí todos los días pero si no dais leche pronto, me voy a enfadar, ¿habéis oído putas?

  • SIII, SIIII, POR FAVOR, BASTA, MAS NO.

  • Oye Markus, dijo Robby subyugado por tanta belleza. ¿Por qué no las dejas aquí?, así podría encargarme personalmente de ponerles las ordeñadoras más tiempo.

  • Te gustan ¿verdad viejo pervertido?

  • Hombre,…… yo.

  • Estas dos no están en venta por ahora ni las vamos a alquilar, pero dentro de unos días vamos a hacer una cacería con ellas y luego las vamos a crucificar, por supuesto estás invitado.

  • Eso es otra cosa, hombre,,, se agradece,……. no faltaré. Además tengo muy buena puntería así que igual me llevo de trofeo a esta preciosidad dijo acariciandole el redondo culo a Ginebra.

El ordeño de las dos hermanas duró hasta la caída del sol y entonces Markus las volvió a enganchar al carricoche e hizo que le llevaran de vuelta trotando como dos buenas potrillas……..

De vuelta a casa, Bruce ya había confeccionado las dos cruces pues sabía que pronto  tenían fiesta con los vecinos  y el hombre se había espabilado para que no le pillara el toro.

Al ver aquello, Valentina redobló sus protestas y ruegos afirmando que ella sólo estaba allí de paso.

  • No me crucifiquéis, os lo ruego, mi dueño vendrá a  buscarme pronto, por favor.

  • A propósito, dijo Bruce, tu dueño Tom ha llamado hoy pero como no estabas aquí no ha podido hablar contigo.

  • ¿De verdad?

A Valentina le cambió la cara al oír aquello.

  • Sí, entonces ha dejado un mensaje grabado, ¿quieres oírlo?

  • Sí, por favor.

Bruce se sacó el móvil del mono y le puso el mensaje de audio de Tom.

  • Hola Valentina, te echo mucho de menos.

La chica sonrió esperanzada al oír eso, pero Tom siguió hablando.

Añoro tu cuerpo desnudo moviéndose cadenciosamente por la casa,…… tu lengua de seda acariciando mi miembro. Valentina miró a su hermana esperanzada…..y  el sonido del látigo sobre tu piel,…….. ahí Valentina se quedó expectante………, y de tus gritos y lamentos cuando te castigo……… Bruce sonrió a la chica pues ya conocía el final del mensaje……..por eso he pedido a esos buenos amigos que en cuanto lleguéis os sometan a ti y a tu hermana a una sesión de tortura de más de ocho horas y que la graben para que pueda verla en la pantalla del ordenador.

De pronto eso hizo que el talante de Valentina cambiara radicalmente.

  • No te lo esperabas, ¿verdad zorra?, ja, ja, dijo Bruce. Venga hermano, vamos a llevar a estas dos putas abajo, ya es hora de que vean lo que tenemos en el sótano.

  • ¿Dónde están Sam y Mike?

  • Precisamente están abajo con Ramona, llevan con ella un par de horas.

De este modo Bruce enganchó unas correas de perro al cuello de las dos hermanas y se las llevó al sótano alumbrándose con una pequeña lámpara. El sótano no se encontraba bajo la casa sino excavado en una pequeña mina cuya entrada estaba disimulada entre unos árboles cerca de la vivienda.

Todo estaba oscuro y en silencio y únicamente se oían los grillos y el crujir de las hojas secas al pisarlas. A pesar de la oscuridad, y sólo con la ayuda de una linterna, Bruce sabía perfectamente a dónde iba. De repente se paró y hurgando en el suelo cogió una argolla y abrió una trampilla de madera del suelo, enfocó dentro con la linterna y las aterrorizadas muchachas pudieron ver unas escaleras que parecían conducir al mismo infierno.

  • Vamos bajad por ahí pero con cuidado u os romperéis la crisma.

Así pues las dos jóvenes empezaron a bajar con tiento la docena de escaleras que conducían hacía la entrada del sótano pues tenían las manos atadas a la espalda. Una vez abajo Bruce encendió una bombilla que daba una tenue y tétrica luz y las dos muchachas experimentaron un escalofrío al ver lo que había escrito sobre la puerta: “Cámara de Tortura”. Un cartel tétrico a más no poder y hecho con letras góticas de color rojo sangre  anunciaba al recién llegado el horrible uso que se daba a ese lugar.

Valentina empezó a negar aterrorizada.

  • Aconojona, ¿verdad?, y eso que no la habéis visto por dentro  y diciendo esto Bruce golpeó la puerta que sólo se abría desde el interior.

En pocos segundos se abrió una mirilla de puerta y entonces las chicas se llevaron el susto de su vida pues apareció la cara de un ser demoníaco.  Mientras tanto del interior salía un estruendo de musica heavy que antes no se oía pues la cámara estaba totalmente insonorizada.

  • Vaya, ¿ya las traes? menos mal, nos estábamos aburriendo con Ramona.

En realidad era Sam que llevaba una de sus máscaras de verdugo con cara de diablo. Viendo que traían a las dos chicas desnudas y maniatadas se apresuró a abrir. El hombre abrió completamente la pesada puerta y les franqueó la entrada haciéndoles una reverencia.

  • Bienvenidas al infierno…..

Continuará