Valentina, la chacha desnuda (11)
Tom viste a Valentina de doncella porno para que reciba a un amigo que viene de visita y le sirva en todo lo que necesite.
El telefonillo volvió a sonar con insistencia
¿Quién?, dijo Tom respondiendo inmediatamente.
Soy Markus cabronazo, ábreme de una vez.
Y Tom accionó la puerta.
El invitado traía una maleta de ruedas y cruzó el jardín con los ladridos de fondo acostumbrados. Cuando llegó a la puerta ésta se abrió mostrándole una visión celestial.
La impresión que tuvo Markus al abrirse esa puerta fue como si un ángel le mostrara la entrada del cielo. Nada menos le recibía la chacha desnuda,
adornada con leves aditamentos de bondage.
La chica tenía una cara preciosa y un cuerpo de diosa. El visitante no estaba seguro si había soñado alguna vez algo tan bello pero desde luego si así había sido se acababa de hacer realidad ante sus ojos.
Bienvenido señor, deje aquí su equipaje, dijo Valentina servilmente. Luego se lo subiré a su habitación.
Muchas, gracias guapa, contestó Markus sin poder apartar los ojos de esas tetas turgentes que temblaban al menor movimiento.
Ahora le esperan en la sala de arriba….Sígame por favor.
Y tras cerrar la puerta Valentina guió a su invitado escaleras arriba.
La chica subió las escaleras despacio delante del hombre moviendo su culo con gracia y sensualidad.
Por su parte Markus estaba encantado con la vista y podía ver perfectamente el corazón tornasolado del tapón anal balanceándose a ritmo entre esas nalgas prietas.
Por supuesto Valentina no estaba tan contenta por la visita, pues el tal Markus era un individuo muy poco agraciado. Aparte de gordo y bajito era bastante feo con bigote amarillo de nicotina, pelo rizado y unos labios regordetes que estaban constantemente húmedos. Valentina disimuló en la bienvenida pero sólo pensar que ese cerdo le estaba mirando el culo de esa manera le hacía vomitar.
Pase por aquí señor.
¡Hola muchacho!.
Tom se puso de pie y le ofreció los brazos.
Hola Markus cuánto tiempo, ¿sabes Valentina?, éste es el amigo que habló contigo por Skype el otro día, ya sabes, cuando estabas atada a la portería recibiendo varazos en el culo.
Sí, el mismo, ja, ja, a ver cuándo lo repetimos.
Valentina bajó los ojos un poco avergonzada.
- Puf Markus, hueles a demonios, ¿qué ha pasado?
Los dos hombres se abrazaron y Tom ofreció un asiento a su invitado.
Pues ahora te cuento, vengo reventado y me suda hasta la raja del culo.
Vale, gracias Valentina, traenos algo de beber.
Sí señor, y la joven se volvió observando incómoda que el tal Markus no le quitaba la vista de encima.
¿De modo que esa es tu famosa criada?, menudo pibón, ¿cómo la has conseguido?.
Pura casualidad.
¿La tienes todo el día así desnuda?
Sí, se puede decir que sí.
¡Qué suerte! ¿Y cómo consigues que sea tan sumisa?
Ha bastado con algo de chantaje. Bueno, eso y que es un poco gilipollas, es guapa pero tonta, ja, ja. ¿Te gustó la sesión del otro día?
En esto volvió Valentina con la bandeja y las bebidas. La chica depositó la bandeja en una mesita y se quedó frente a los dos hombres derecha y callada en espera de la próxima orden, con las manos cruzadas a la espalda y muy derecha.
- Psschh, no estuvo mal, dijo Markus mirándola de arriba abajo descaradamente mientras tomaba el primer sorbo. Sin embargo tienes poca imaginación con las torturas, se le pueden hacer muchas más cosas a una tía tan buena como ésta.
Valentina bajó la mirada avergonzada otra vez al comprobar que estaban hablando de ella.
- Escucha Valentina, dijo Tom, he pedido a mi amigo Markus que venga para que me enseñe nuevas maneras de castigarte. Aquí donde lo ves es un experto en torturas ¿lo sabías?.
La chica se puso aún más roja al oír eso y bajó la mirada al ver la sonrisa cruel de ese cerdo asqueroso. Aparte de grima ese tipo le daba un miedo atroz.
Sí pequeña, tu dueño no exagera, añadió Markus comiéndosela con los ojos. ¿Puedo? dijo alargando la mano hacia ella.
Por supuesto, Valentina, acércate y deja que el invitado te toque.
La joven no lo deseaba en absoluto pero obedeció igualmente y tembló de asco cuando ese cerdo puso sus asquerosas manos en su cuerpo.
¿Al final cuántos días quieres que me quede?, dijo acariciando los suaves muslos de Valentina y su redondo culo.
No sé, lo que puedas.
Oh, yo por mí no tengo ningún compromiso, mis hermanos cuidan de la granja así que me puedo quedar cuatro o cinco días,…. o más si hace falta, depende lo que me divierta con esta jamona, ¿verdad que sí pequeña?.
Ante la mirada severa de Tom Valentina no tuvo más remedio que asentir con la cabeza. Markus seguía sobándola cada vez con mayor confianza y ya le clavaba los dedos en las nalgas como si fueran dos garras. Por supuesto la joven dejó que el tipo le hiciera todo eso y más pero deseaba en su fuero interno que se quedase el mínimo tiempo posible.
Sin embargo cuando él hizo ademán de enredarle entre las piernas la chica se sublevó y retrocedió un paso.
¡No! ¡eso no!, dijo ella, pero de la misma se arrepintió de su reacción.
¿Qué acabas de hacer so puta?, le gritó Tom muy enfadado.
Entonces Valentina se arrodilló delante de él implorando.
Perdón señor, perdón, ha sido sin querer, AAYYYYY.
¿Cómo te has atrevido? ¿se puede saber cómo te has atrevido, zorra?. Le dijo retorciéndole el pezón izquierdo entre sus dedos.
AAAAYYY
A esta esclava le falta entrenamiento Tom, dijo Markus tomando un sorbo, no la tienes tan dominada como crees.
Eso cabreó a Tom.
- ¿Ah no?, ahora verás, ven conmigo que te voy a dar unos latigazos, furcia.
Y ya se la llevaba de los pelos y a cuatro patas.
No, perdón señor, por favor.
Espera, espera, Tom, espera un momento que no ha sido para tanto, venga déjamela a mí,…
Tom le miró y le hizo caso.
Vamos, ven pequeña arrodillate aquí a mi lado.
Sí, sí señor.
Muy arrepentida Valentina se apresuró a arrodillarse ante Markus y esta vez puso las manos en la nuca y dejó que le sobara las tetas y le tocara todo lo que quisiera aguantando la grima. De hecho cuando le puso la mano en toda la pocha y se entretuvo jugueteando con los dedos ella ni siquiera pestañeó, aunque al de un rato de tocarla y acariciarla en su sexo con los dedos ya estaba mojada y caliente.
Así, asi pequeña, muy bien, eres una perrita buena, te gusta que te toquen, ¿verdad?...
Y Valentina siguió suspirando por la masturbación.
Además de estar buena, tu chacha es una tía fácil, Tom mira cómo la tengo de entregada y eso que sólo la he tocado un poco.
Ten en cuenta que lleva varias semanas de entrenamiento.
Bah, seguro que esta tía ya era una guarra antes de conocerte. ¿Verdad que sí chochito mojado?
Valentina ya cerraba los ojos y suspiraba mientras Markus no dejaba de masturbarla.
Pues sí, probablemente tengas razón porque no le costó mucho despelotarse en mi presencia y ya ves que no tiene ningún problema en trabajar de chacha todo el día desnuda.
Joder, yo la tendría tiesa todo el día si tuviera a una tía así trajinando por la casa en pelotas. Oye, ¿por qué no me la alquilas una temporada?. No sé, un mes o dos. Allí en la granja tenemos una esclava desde hace dos años pero está muy estropeada.
De pronto Valentina abrió los ojos alarmada, estuvo a punto de decirle que no a su dueño pero se contuvo.
No,…ya os dije que por el momento no se la voy a alquilar a nadie. Quizá cuando me canse de ella…
Eso no es de buenos amigos, protestó Markus sin dejar de masturbarla lenta y suavemente.
Además me la estropeariais, con lo sádicos y bestias que sois….
Oye pequeña, dijo Markus acariciándole sin parar ¿sabías que tengo una granja de cerdas?. Está en el campo, en un sitio muy apartado y recóndito donde nadie viene nunca a molestar. Tú serías mi cerda favorita, le decía venga a tocarle las tetas, bueno…..mía y de mis tres hermanos, ja, ja.
Sí, y de todos los labriegos y paletos de los alrededores, ya conozco yo tu granja de cerdas.
Valentina estaba toda asqueada pero no quería provocar a su amo.
Venga ¿Por qué no dejas a este flojo y te vienes conmigo? Di que sí preciosa.
No, no, muchas gracias señor, aquí estoy bien, contestó ella intentando no ofenderlo y dejándose masturbar sin oposición.
Haces bien Valentina, dijo Tom, lo que no te cuenta Markus es que él y sus tres hermanos son los granjeros más sádicos y repugnantes que conozco. Tienen una cámara d etortura que parece sacada de un museo sobre la Inquisición, pero sobre todo les encanta crucificar mujeres.
Valentina sintió un escalofrío de terror al oír eso pero siguió dejándose masturbar.
La chica tragó saliva y se atrevió a preguntar.
¿Con clavos?
No claro que no, por el momento la crucifixión la hacemos con cuerdas, sino sería muy peligroso y la diversión se acabaría enseguida.
Eso hizo que la chica respirara algo más tranquila.
Pero no creas que por eso es mejor, al de media hora de colgar de la cruz las chicas suplican a gritos que las bajemos,….. todas hacen igual. Venga Tom, enrollate, vamos a llevarla mañana a la granja y así prueba lo que se siente al ser crucificada, mi hermano Bruce es un experto ¿Qué te parece?
Ya te lo dije el otro día, lo haremos a su debido tiempo pero desde luego no mañana.
Joder pues yo quiero carne fresca, estoy harto de Ramona, tiene las tetas caídas y el agujero del culo todo cedido, además ya no grita tanto como al principio. Dime preciosa ¿no tendrás ninguna amiga tan guarrilla y masoquista como tú?. Valentina dijo que no con la cabeza haciendo esfuerzos por no correrse de gusto mientras ese tipo seguía masturbándola. ¿No?, entonces no sé, una prima,…..quizá….. una hermana.
Y al decir esto último la joven abrió los ojos poniendo un gesto de alarma. Fue sólo un segundo pero el gesto de Valentina fue muy elocuente y desde luego no pasó desapercibido ni a Markus ni a Tom.
- ….O sea que sí que tienes una hermana, dijo Markus muy interesado por su repentino descubrimiento….. Y seguro que es tan guapa como tú. ¿Qué es?, ¿más joven o más vieja?
Repentinamente Markus había dejado de masturbarla y ella se apresuró a negar muy nerviosa y apurada.
No,….. no tengo hermanas,…. soy hija sola.
Estás mintiendo, le dijo Markus,….. yo creo que miente y que sí que tiene una hermana buenorra y cachonda como ella ¿tú que opinas Tom?
Pues ahora que lo pienso y a juzgar por su reacción opino como tú. Una hermanita ¡qué calladito te lo tenías zorra!.
No, no, de verdad, no tengo hermanas, la chica cada vez estaba más nerviosa….¿por qué habría de ocultarlo si fuera mentira?.
Pues para protegerla de sádicos como nosotros, ¿por qué si no?
Que no, que no tengo hermanas, de verdad….. Señor, señor,… quizá su invitado quiera algo más que la bebida. Dígame ¿quiere quiere que se la chupe ahora?.
Markus la miró sorprendido.
- Vaya, ¡cómo ha cambiado de repente la chacha!, antes no se dejaba tocar la pocha y ahora quiere chuparme la polla. ¿Qué pasa que de repente ya no me encuentras tan repulsivo?
Tom sacudió la cabeza.
- Siempre hace eso cuando está en un lío. La hemos pillado y no sabe cómo salir de ésta. Como ves no es muy lista.
Markus se sonrió y en su mente se fue forjando un perverso plan.
Ya, ya veo,…. bueno Tom dijo el granjero cambiando de tema,…. el caso es que como te he dicho, vengo un poco guarro del viaje. A la entrada de la ciudad se me ha jodido la furgoneta y he tenido que dejarla en un taller. He tenido que andar no se cuántos kilómetros y coger varios buses y metros, y encima tirando de esa maleta tan grande.
Con lo gordo que estás, ja, ja. ¿Y qué traes en esa maleta si puede saberse?
Pues varios juguetes para hacerle cosquillas a tu chacha, ¿qué si no?.
¡Qué me dices!. Déjame ver.
Hoy no, estoy muy cansado, ya desharé la maleta mañana, ahora me gustaría tomar un baño,…. quizá tu chacha me pueda ayudar.
Por supuesto, cómo no, vete a prepararle el baño Valentina.
Sí, sí señor.
Y la muchacha se levantó y salió rauda de la habitación a preparar el baño feliz porque creía que les había engañado con lo de la hermana.
Los hombres esperaron a que se marchara para hablar en voz baja.
- Ja, ja, mira de lo que nos hemos enterado por casualidad dijo Markus dando otro sorbo al botellín. O sea que una hermanita, ja, ja. Presiento que me voy a divertir con tu chacha más de lo que yo creía.
Cuando se acabaron las bebidas Markus se fue para el cuarto de baño donde Valentina ya le tenía preparado el baño. Se la encontró a media faena.
El muy cerdo la vio desde el pasillo dentro del baño y se quedó un rato deleitándose de la doncella que en ese momento le mostraba su cuerpo desnudo en una postura muy sugerente, inclinada sobre la bañera y con las tetazas colgando.
De pronto la joven le vio cómo la miraba y sintió ganas de vomitar al verle un bulto enorme en los pantalones, de la misma se incorporó e hizo ademán de salir.
Ya tiene el baño, señor, le dijo humildemente, pero el la agarró del brazo al tiempo que cerraba la puerta con pasador.
Eh, no tan de prisa, preciosa ¿a dónde vas?
Yo,…. ya tiene el baño, supongo que querrá que le deje solo.
No lo has entendido pequeña, a mí mi madre me bañaba siempre cuando era pequeño y eso es exactamente lo que tú vas a hacer en este momento.
No, no,…. no puedo, mi amo me espera.
Mira preciosa sé perfectamente que nos has mentido ahí afuera,… sí que tienes una hermanita y a juzgar por cómo la proteges debe ser más pequeña que tú, qué tiene ¿15 años?.
Lo inteligente hubiera sido seguir negando pero Valentina estaba dividida entre dos urgencias, su hermana y ella misma, así que cantó como un pajarito sin prever las consecuencias.
La semana pasada cumplió 18 dijo en un hilo de voz.
Joder, 18 nada menos, un yogurcito, ja, ja, y seguro que la quieres mucho, ¿verdad?. Y diciendo esto le agarró un pellizco en el pezón. Seguro que no te gustaría que tu hermanita pequeña cayera en las garras de tipejos como yo ¿a que no?.
Por favor, señor, deje a mi hermana en paz, se lo suplico.
Claro, claro que sí, no tienes por qué preocuparte por ella, pero eso sí, si quieres que no le pase nada vas a ser muy obediente conmigo y esta noche te vas a sacrificar por tu hermanita ¿verdad?, le dijo acariciándole el culo.
Valentina sintió un escalofrío de asco pero finalmente no tuvo otro remedio que decir que sí.
- Muy bien pues para sellar nuestro acuerdo me vas a dar un beso con lengua, luego me vas a desvestir y me vas a dar un baño y luego nos vamos a ir a mi camita a hacer cochinadas toda la noche, ¿a que sí?
A Valentina le salieron lagrimas de los ojos pero nuevamente dijo que sí a todo. Entonces venciendo su asco se puso a besarse con Markus y efectivamente el contacto con los labios y la lengua de ese hombre le dio tanto de entera que los labios le temblaban y estuvo a punto de vomitar. Por si fuera poco el muy cerdo se puso a estimularle los pezones con los dedos mientras le daba un largo beso con lengua por lo que ella se excitó y empezó otra vez a destilar por su pocha.
Bueno, no ha estado mal el beso. Venga y ahora me vas a quitar la ropa.
Sí, sí señor.
Para desgracia de la pobre muchacha ese gordo era un individuo muy poco aseado y olía a sudor rancio que echaba para atrás, pero lo peor con mucho fue quitarle esos calzoncillos que tenían un sospechoso color entre amarillento y marrón.
La pobre Valentina tuvo que ahogar una arcada.
Ya desnudo, Markus parecía todo un “adonis” con ese barrigón peludo, esas tetillas fláccidas, toda la espalda llena de pelo y un culo patético y arrugado. Encima su pequeño pene apenas asomaba entre una pelambrera negra y tenía un prepucio pequeño que parecía la cabecita de una tortuga asomando fuera del caparazón.
Al verle de esa guisa, Valentina volvió a sentir una nausea y como no podía más se dio la vuelta y haciendo de tripas corazón cogió una esponja y un bote de gel y echó una buena cantidad en la esponja.
Nuevamente Markus negó con la cabeza exhibiendo una sonrisa diabólica.
¿Qué ocurre?
No pequeña, así no. Me vas a limpiar todo el cuerpo con la lengua, y sólo cuando lo hayas hecho entonces me meteré en el agua.
¿Qué?, ¿está loco?
Eso le valió recibir una bofetada.
Es la última vez que te permito eso, esclava. Mira, si no me obedeces ahora mismo, no voy a parar hasta convencer a Tom de que secuestremos a tu hermanita y la traigamos aquí, ya verás, la voy a torturar salvajemente delante de tus propios ojos y tú no podrás hacer nada.
NO, NO, se lo suplico, haré todo lo que me diga pero no le haga daño a ella.
Eso es otra cosa, y Markus se puso a cuatro patas y le dijo. ¿Sabes lo que es un beso negro, zorra?
A Valentina casi le dio un mareo de puro asco viéndole los cojones colgando del escroto como si fuera un cerdo bien cebado, pero como no le quedaba otra se puso a cuatro patas a su vez y sin pensárselo más enterró su cara entre las nalgas fláccidas del sádico amigo de su amo.
- Así, así zorra, muy bien, chúpalo, ja, ja, qué gusto.
Valentina estaba muerta de grima pero siguió y siguió chupándole el agujero del culo. El tío lo tenía lleno de pelo y ella tuvo que escupir restos sólidos de vete a saber qué.
La tía nuevamente ahogó una arcada y volvió a la carga sin pensarlo mucho.
- Más adentro, así méteme la lengua en el ano, sí puta, hasta dentro, ja, ja que cosquillitas.
Y ella siguió con el rimming hasta que consiguió relajarle el ojete y literalmente le empezó a sodomizar con la punta de la lengua. Estaba en estas cuando de repente ese cerdo asqueroso le echó una ventosidad en plena cara.
Eso fue demasiado para la joven.
- ¡Por Dios, qué asco!, dijo escupiendo como si eso pudiera borrar de su mente esa espantosa sensación.
De repente un olor nauseabundo inundó el baño.
- ¡Joder qué bien!, creo que me acabas de curar el estreñimiento que traía con esa lengua de zorra que tienes.
Y el tío se incorporó y se sentó en la taza del inodoro para hacer de vientre.
Valentina reculó hacia la puerta.
Deje, deje que salga mientras usted…
De eso nada, esclava, ven aquí de rodillas y cómeme el rabo mientras suelto toda la carga, ja, ja.
Por favor, no, se lo suplico.
Vamos imbécil, ven aquí te he dicho o si no tu hermanita lo pagará.
Y nuevamente Valentina obedeció y tuvo que hacer la felación más horrorosa de su vida mientras ese gordo asqueroso cagaba a pocos centímetros de su nariz. La pobre muchacha no supo cómo pudo hacer eso sin echar hasta la primera papilla, y se tuvo que empeñar durante casi veinte minutos de chupeteos hasta que consiguió que el tipo se corriera y le consiguiera echar unas pateticas gotas de lefa en la lengua.
Por fin pareció que terminaba ese infierno y el tipo dio a la cisterna, pero lo que vino después fue aún peor pues Markus se volvió y le obligó a limpiarle el agujero del culo con la lengua.
La joven suplicó y suplicó desesperada que no le hiciera pasar por eso pero no le sirvió de nada y finalmente tuvo que claudicar.
- Bañar a ese asqueroso fue posiblemente la experiencia más humillante que había sufrido hasta entonces la muchacha, pero tras limpiarle a conciencia todo el cuerpo con la lengua finalmente el tipo se metió en la bañera y por fin le pudo enjabonar y limpiar.
Al menos cuando le obligó a encamarse con él Valentina se aseguró que estuviera limpio pero a pesar de eso, pasar la noche follando con él tampoco fue una experiencia muy agradable que digamos. Mientras ese tipejo la sodomizaba y la aplastaba con su tripón Valentina llegó a añorar la jaula de los perros…….
Por fin llegó la mañana del día siguiente y la joven casi agradeció volver a la rutina mañanera. Como de costumbre, tras prepararles el desayuno ella misma tuvo que desayunar en la cocina arrodillada en el suelo como una perra y lamiendo de una escudilla mientras los dos hombres lo hacían cómodamente sentados en la mesa.
Tras terminar el desayuno, la joven recogió todo y preguntó a Tom por las tareas diarias pues quería salir cuanto antes de la presencia de Markus. Sin embargo, su dueño tenía otros planes para ella.
No Valentina, hoy quedas exenta de tareas.
¿Por qué señor? Preguntó ella temblando, pues ya imaginaba la respuesta.
Tom y Markus intercambiaron una mirada de cruel complicidad.
Hoy te vamos a llevar abajo a la cámara de tortura y Markus me va a enseñar un par de cosas para hacerte cuando tenga que castigarte, ¿vamos Markus?
Estoy impaciente.
Entonces Valentina se arrodilló y suplicó.
Señor, por favor, no, no me hagan daño, me aplicaré, le juro que me aplicaré y no cometeré más errores, sé que soy muy estúpida pero puedo aprender.
No lo entiendes Valentina, en el fondo no importa si cometes errores o no, la cuestión es que nosotros disfrutamos de tu sufrimiento. Si lo piensas, cuando sufres tormento es como si prestaras un servicio más, ¿no es así Markus?.
Sí, sin duda, es obligación de toda esclava sufrir por el placer de su amo.
Pero, pero…
Calla y obedece.
Y con lágrimas en los ojos pero sin protestar más la joven se puso de pie y poniendo las manos en la nuca se encaminó sumisamente hacia el sótano.
Continuará