Valentina, la chacha desnuda (03)

Tras azotarla en el trasero Tom sigue castigando a la chacha por la falta cometida y luego se la folla bien follada.

Antes de seguir con ella Tom volvió a grabarla con el teléfono móvil recorriendo su cuerpo con la cámara. Mientras la grababa  casi durante un minuto seguido  se deleitó de la chica desnuda en todo su esplendor. Valentina  tenía en ese momento sus senos erizados de excitación y le temblaban las mamas al más mínimo movimiento, se diría incluso que le habían crecido levemente quizá al activar el riego sanguíneo. Asimismo, como Tom no le permitía cruzar sus piernas se le veía también el clítoris tieso como si hubiera estado follando y los labios vaginales brillantes de humedad. La chica temblaba llorosa pero aún así se esforzaba por controlarse avergonzada de llorar delante de la cámara

  • ¿Qué hace, señor?, ¿por qué….por qué me graba con el móvil?

  • Eso a ti no te importa, así que cállate y obedece.  Y ahora date la vuelta, quiero  ver cómo te ha quedado el culo.

Valentina obedeció al momento mostrando su trasero a ese hombre.

Las piernas bien abiertas, dijo ásperamente mientras le grababa bien la retaguardia.

  • Sí, sí señor.

  • Más, más, así ajá, dijo él enfocando sus nalgas rojas y entonces se las acarició con el dedo provocándole un estremecimiento.

  • AYYY

  • ¿Te duele?

  • Sí, sí señor.

La mujer no se movió y siguió  mostrando sus piernas abiertas y su culo desnudo que se dejó tocar todo lo que él quiso.

  • Muy bien, ahora quiero que te agaches con la espalda muy derecha, pero mantén las piernas separadas.

  • ¿A… así?

  • Sí, muy bien.

Valentina se agachó haciendo un ángulo recto con su cuerpo mostrándole aún más abiertamente su retaguardia. Maquinalmente la muchacha se sujetó los pechos con las dos manos. La postura permitía que Tom pudiera ver mejor su vagina, pero no lo suficientemente bien.

  • Pon las manos en las nalgas y sepáralas, quiero inmortalizar en mi móvil ese coño tan sucio que tienes.

Aquello no podía ser más humillante pero Valentina volvió a obedecer y se separó las nalgas mostrando perfectamente su sexo y su ano al señor de la casa. Por si la visión no era suficientemente obscena, Tom podía ver ahora sus mamas colgando por delante como si fueran las ubres de una vaca y decidió tenerla en esa humillante postura un buen rato mientras no paraba de grabar.

En cuanto Valentina se separó las nalgas sus labia también se despegaron entre sí  mostrando la piel rosada de su sexo. Inmediatamente un peculiar olor  llegó hasta la nariz de Tom que además se vio sorprendido por esa gota blanquecina y viscosa que asomaba tímidamente entre los labios interiores.

El hombre se sonrió al reconocer una mujer caliente y cachonda como las modelos sumisas  de sus vídeos, y eso que acababa de recibir una buena azotaina…. o quizá precisamente por eso estaba así de caliente.

  • Pero señor, ¿por qué me graba?, no entiendo ¿Qué,… qué va a hacer con eso?

En lugar de contestarle Tom le dijo.

  • Agita un poco las tetas puta, quiero que quede claro que son pechos naturales.

Valentina se quedó sin saber qué hacer y Tom le dio otro azote.

PLLAASSS

  • Que las muevas, joder.

Entonces Valentina lo hizo y sus senos se movieron hacia los lados como dos flanes gigantes.

  • Ja, ja, pero qué vaca lechera tan guarra tengo, así, así más fuerte, muévelas bien, ja,ja……venga, venga,…..basta, ya está bien ¡Eh, eh para!, para que vas a provocar un terremoto, ja, ja.

La chica estaba roja de vergüenza de tanta humillación.

  • Veo que te depilas el sexo, ¿sueles hacerlo, so guarra?

Valentina no se sentía muy  cómoda hablando de eso.

  • Sí,….sí señor

  • ¿Y  lo tienes siempre pelado como una mona? Dijo mientras le acariciaba entre los labia. Pareces una de esas monas del zoológico esperando a que se la follen esos monos tan salidos,…sí,… los bonobos.

El hombre sabía muy bien cómo acariciar a una mujer.

  • No sé si los sabes pero las hembras de los bonobos deben ser las mejor folladas en el reino animal.

  • Por favor, déjeme..…

  • Claro, te afeitas el coño porque quieres tener contento a tu novio bonobo, ¿no?

  • No,….no tengo novio….. señor.

  • Ah entonces es para follar mejor con cualquiera,… con el primero con el que te topas…..conmigo, por ejemplo.

  • No le entiendo, señor.

  • Sí que me entiendes furcia, dijo él sin dejar de acariciarle el clítoris y los labios vaginales. Eso del coño depilado es para agradar a tus clientes. Por eso te vestiste como una puta poligonera el otro día, para seducirme y tener oportunidad de prostituirte conmigo, ¿verdad?

  • No señor, no es cierto, es que tenía calor.

PLLLAAAS

  • Callate zorra, oliste el dinero,  querías que te follara y que te pagara bien por ello…, claro y por eso te pusiste aquel bikini tan pequeño y te has desnudado hoy con la excusa del baño,…. muy lista.

  • No, señor, yo no soy una puta.

  • Una pornochacha que viene a ser lo mismo, a mí no me engañas, te vendes por unos pocos pavos y además te gusta, tienes esto de aquí muy, muy caliente, no estarías así si no te gustara.

Nuevamente Valentina se dejó hacer mientras su señor la humillaba sin piedad. La joven mantuvo en todo el rato los mofletes del culo separados y se dejó tocar en el sexo aguantando sus ganas de suspirar de gusto.

  • ¿Y esto de aquí?, le dijo de pronto acariciándole el ano, ¿también lo llevas limpio para dejarte encular?.

Eso provocó que la joven se rebelara por fin y se apartó de él dando un brinco.

  • No, no me toque ahí, ahí no, se lo ruego.

  • Vaya, ahora te entran remilgos, ¿no te gusta que te lo hagan por el culo? Pero si eres una cochina.

  • No, por detrás no, es muy sucio, por detrás no me gusta.

  • ¡Vaya con la princesita!. ¡Qué decente te has vuelto de repente!. Lo de la sodomía no te va pero tener el coño sucio de fluidos delante de la cámara no te importa, ¿verdad?

  • No me diga eso señor,… por favor me da mucha verguenza.

  • Venga zorra,  deja de fingir conmigo y  pon inmeditamente postura de sumisión, ahora vas a repetir a la cámara lo que te voy a decir. Si no lo haces llamaré a la agencia de chachas y a la policía y ya sabes lo que pasará.

Valentina obedeció otra vez..

  • Vamos repite. “Mi nombre es Valentina Sánchez”.

  • Mi….mi  nombre es Valentina Sánchez.

  • “Soy una  pornochacha y utilizo mi trabajo para prostituirme”.

  • Pero, señor.

  • He dicho que repitas lo que digo.

  • No señor, no diré eso.

  • O lo haces ahora mismo o te doy de azotes hasta que lo hagas.

  • No..

  • Vamos túmbate aquí encima, desobediente te voy a dar hasta que obedezcas.

  • No, eso no, otra vez no.

  • Pues dilo.

  • Soy, soy, pornochacha….

  • ¿Y qué más?

  • …y utilizo mi trabajo para prostituirme.

  • “Desde hoy soy la esclava de Tom Smith”…

  • Desde hoy soy la esclava de Tom Smith….

Eso lo dijo llorando.

  • Qué poco te ha costado decir eso puta, ahora repítelo sin llorar.

  • No, no puedo señor, no me obligue a decir eso.

  • Sí que puedes, lo estás deseando.

  • No

  • Vamos

  • Desde….desde hoy soy la esclava de Tom Smith….

  • “Soy de su propiedad y me entrego a él y a quien él quiera por mi propia voluntad”….

  • Soy de su propiedad y,  y me entrego a él…y a quien él quiera…….. por mi propia voluntad….por favor señor, ¿por qué, por qué es tan cruel?  ¿Por qué me humilla?. Estoy obedeciendo…voy a hacer todo lo que usted quiera.

  • Ja, ja, lo has hecho muy bien y lo has repetido todo perfectamente, igual no eres tan lerda como pareces.

Valentina lloraba por las humillantes palabras que le había hecho decir mientras se volvía a tapar las vergüenzas, quizá hubiera podido rebelarse pero tenía miedo a que ese hombre cruel cumpliera su palabra. De todos modos también estaba cabreada consigo misma por ser tan débil y tan imbécil.

  • Y ahora ven aquí y sube una pierna en el brazo del sofá que te voy a acariciar la pocha hasta que te corras de gusto.

  • No,… no lo haré, yo no soy una puta, dijo rebelándose con poca convicción

  • Si que lo eres y si no obedeces haré que te echen ya lo sabes.

  • No.

  • De acuerdo, y cogiendo el móvil, empezó a marcar.

El teléfono sonó varias veces hasta que alguien respondió.

  • Agencia de limpieza a domicilio, dígame…

Valentina se apresuró a obedecer otra vez con lágrimas en los ojos y manteniendo las manos en la nuca puso la pierna derecha sobre el sofá dejando la otra muy recta y apoyando todo su cuerpo en ella.

  • Ja, ja, dijo Tom colgando el teléfono ¿lo ves?, ni siquiera ha hecho falta que insista mucho.

Entonces Tom llevó su mano hacia la entrepierna abierta y disponible de ella y volvió a acariciarle el clítoris y los labios vaginales con sus dedos lenta y suavemente.

Valentina tembló ante el tocamiento pero se dejó masturbar y al de un rato de caricias ya cerraba los ojos y gemía de placer incapaz de mantenerse derecha.

  • Estás caliente como una perra, no lo niegues. Yo creo que lo de los azotes te ha gustado y todo.

  • No,…. los azotes no me gustan,… los odio.

  • No me lo creo, de todas formas no te preocupes, si no te gustan todavía, terminarán por gustarte, tenemos muchos días para eso, dijo mientras seguía con las caricias.

  • No, no volveré,…dijo ella entrecortadamente mientras sentía como le llegaba el orgasmo…. hoy aguantaré mi castigo…. pero  mañana me marcharé… guárdese su dinero.

  • De eso nada, tienes un contrato y vas a cumplirlo o iré a la poli, ya lo sabes. Eres la chacha de esta casa y seguirás trabajando para mí, y cada vez que cometas un fallo o te niegues a obedecer recibirás un castigo, ¿está claro?.

La joven ni siquiera respondió, se quedó inmóvil, con los ojos cerrados y la boca entreabierta mientras ese hombre seguía masturbándola. Y lo hizo durante unos eternos minutos mientras volvía a grabarla con el móvil.

  • Así, así, córrete para mí preciosa….

Ella no quería correrse delante de la cámara pero no pudo evitarlo y gimió intentando no mirar al móvil pues le daba demasiada vergüenza.

  • Esto cada vez está más mojado, no me vas a durar ni un minuto. Vamos preciosa déjate y disfruta, venga  córrete para mí y para tus admiradores.

Tom era muy hábil, evidentemente esa no era la primera vez que masturbaba a una mujer. La joven cada vez suspiraba de forma más evidente e intensa. Evidentemente no había entendido eso d elos “admiradores”.

El hombre siguió humillándola mientras la masturbaba.

  • Se nota que eres una tía muy fácil, seguro que te haces pajas todos los días…..venga sigue disfrutando  y ahora chúpate las tetas.

  • No,…, eso no.

  • Obedece, lo estás deseando, no lo niegues.

Valentina dudó un poco, pero esta vez no hubo que insistirle más y cogiendo su seno derecho con las manos se lo subió a la boca y se empezó a lamer el pezón a sí misma.  La  chica ya estaba desinhibida y transida de lujuria ante la cámara de Tom.

  • Así muy bien, chupa, chupa con ganas, ja, ja….qué zorra,……. ahora la otra,…. y ella lo hizo obedientemente.

Así le tuvo un buen rato lamiéndose sus propias tetas hasta dejarla a puntito de caramelo.

  • Decididamente eres una mujer muy fácil dijo de repente dejando de masturbarla.

Eso hizo que ella se sintiera profundamente humillada, ¿pero por qué la trataba así, por qué no le había dejado llegar al orgasmo si al final lo estaba deseando?

La chica se volvió a tapar entonces con los brazos.

  • Déjeme, déjeme  que me marche, por favor dijo con voz débil y muy poca convicción…..llame si quiere a la agencia, llame a la policía, ya no me importa perder mi trabajo.

  • Muy bien, adelante, márchate.

  • Deme mi ropa.

  • De eso nada, si quieres marcharte de esta casa tendrás que salir a la calle en pelotas.

  • Pero, no puede hacer eso, no puedo salir así, deme mi ropa por favor.

  • ¡Serás puta!, ¿te crees que te voy a dejar escapar?, ¡toma! y de la misma le dio una bofetada. Pon los brazos en la nuca inmediatamente.

  • No.

  • ¡He dicho que me obedezcas puta! y luchando con ella para que apartara los brazos le empezó a dar de bofetadas en la cara y en las tetas.

  • Tú te correrás sólo cuando yo quiera y como yo quiera, ¿está claro?.

Valentina reculó ante las tortas y volvió a adoptar la postura de sumisión.

  • Perdón señor, perdón  no me pegue más por favor.

  • ¿Te quedarás aquí y serás mi esclava?

  • Sí, sí, haré lo que usted me diga, obedeceré, pero no me pegue más.

  • Así está mejor,….ven aquí y no tengas miedo,… y entonces cambiando radicalmente de actitud se puso a abrazarla y acariciarla amorosamente.

Ella se echó en sus brazos y se puso a llorar.

  • Lo siento mucho señor, tráteme bien por favor.

  • Vamos pequeña, tienes razón, he sido muy duro contigo,… todos estos días te has portado bien y has trabajado mucho, además te has desnudado para mí poco a poco, hoy mereces tener un orgasmo. Venga, dame un beso preciosa.

Y Valentina aceptó de modo que los dos se besaron con los labios y la lengua como si fueran novios enamorados.

Y entonces él volvió a  acariciarle el coño con los dedos hasta que ella se calmó.

  • Quieres correrte, ¿verdad preciosa?

  • Sí, sí, por favor, siga,  no pare.

  • Muy bien pues di a la cámara eso mismo.

  • Siga, siga, mi señor… por favor, quiero,… quiero correrme.

Y efectivamente tras masturbarla un rato más ella cerró los ojos y empezó a gritar

  • ASI, ASI, MÁS FUERTE, JODER, ME CORRO, SI

Tom sintió un enorme placer al notar  como se estremecía el obediente coño de Valentina entre sus dedos.

  • Así, así, preciosa, muy bien.

La joven sintió mil escalofríos por su cuerpo mientras tenía ese delicioso orgasmo pero a pesar de temblar como una hoja no abandonó la postura en ningún momento.

El hombre sonrió por el efecto de sus caricias. Ahora Valentina le parecía aún más guapa. No hay tía más atractiva que la que está bien follada, se dijo Tom mirándola con orgullo y placer,…. pero inmediatamente le volvió la vena  sádica y autoritaria.

  • Arrodillate inmediatamente, esclava, ahora me toca gozar a mí.

Ella lo hizo obedientemente y lo primero que vio delante de sus ojos  fueron los dedos de Tom.

  • Límpiame esto con la lengua, zorra, tienes el coño perdido de tus propios flujos y me has dejado los dedos pringados.

Y ella le lamió los dedos aún toda cachonda saboreando así su propia pocha.

  • Hay que ver lo puta que eres, dijo él encantado de sentir la lengua de la muchacha. Bueno ahora me vas a comer la polla, pero sin manos, sólo con esa boca tan sucia, y no vas a parar hasta que me corra dentro de ella, ¿está claro?

  • Sí, sí señor.

Tom se recostó en su butaca se bajó los pantalones y los calzoncillos y se sacó la polla para que su criada se la chupara.

A eso Valentina no le hizo ningún asco. Al fin y al cabo Tom tenía un pene bonito y limpio y a ella no le importó chupársela con la esperanza de ponérsela dura y que se la follara de una vez bien follada.

De este modo la joven  se arrodilló entre las piernas de Tom y poniendo las manos en la espalda como si las tuviera atadas empezó a lamerle la polla con sumisión y delicadeza.

Casi inmediatamente Tom le empezó a grabar un primer plano de la mamada, aunque ella prefirió no mirar a cámara

La lengua de Valentina recorrió así lentamente la turgente piel del pene de su señor. Primero la punta, luego el frenillo, luego todo el pene y finalmente se entretuvo en los huevos un buen rato chupa que te chupa para volver al prepucio y rodearlo con sus labios como si fuera un polo helado.

Tom creyó estar en el cielo con esa jovencita desnuda y sometida a todos sus caprichos por pervertidos que fueran. La joven sabía chuaparla muy bien, de hecho tneía mucha experiencia, así que siguió lamiéndole el  pene con la lengua pero pronto volvió  a usar sus labios con insistencia y al de un rato se la había metido entera en la boca felándola lentamente arriba y abajo.

Probablemente fue involuntario pero al hacer ese movimiento los senos de Valentina se empezaron a acariciar contra las peludas piernas de Tom cosa que ella hizo con gusto pues así estimulaba sus propios pezones.

  • Así, así, preciosa, dijo él cerrando los ojos para disfrutar más y manteniendo el móvil enfocado.

  • ¿Le, le gusta, señor? Dijo ella satisfecha de que por fin le hubiera dicho un piropo en lugar de insultarla.

  • No está mal, di que te gusta mi polla a la cámara.

  • Me, me  gusta mucho esta polla, dijo ella mirando fijamente a la cámara y otra vez se puso a chuparla sin bajar la mirada.

  • Ahora echale un poco de saliva.

Ella lo hizo y dejó que su saliva le cayera en la punta y se deslizara por la piel del pene.

  • Vuelve a chuparla, no dejes que caiga al suelo.

Y ella obedeció metiéndose otra vez todo el miembro en la boca.

  • Así joder, muy bien y tirando del pelo le obligó a sacársela de la boca.

Tom le dio una bofetada en la cara.

  • Venga abre la boca y enséñala.

Al hacerlo Valentina mostró la boca llena de babas.

  • Ja, ja, dijo él y le echó un escupitajo en la boca, ten cuidado de no hacerme daño con esos dientes de conejo. Valentina hizo un gesto de asco pero de la misma se tragó la saliva y siguió con la mamada sumisamente.

  • Eso es, ahora métetela más adentro así, hasta la garganta, y el tipo le puso la mano en el occipital para obligarla un poco.

Valentina hizo todo lo que pudo y se la metió hasta que los labios le tocaron las pelotas y ella aguantaba la arcada para no enfadar a su jefe.

  • Joder que garganta profunda estás hecha, zorra, dijo él sintiendo su miembro rodeado  por ese calor húmedo tan agradable. Vamos sigue así chupámela más fuerte, métetela hasta dentro y de arriba a abajo, vamos, vamos, eso es,… eso es… hija de ….mil ….putas….sigue…. quiero ….quiero correrme dentro.

Y ella lo hizo deglutiendo y mamando lo mejor que podía subiendo y bajando la cabeza cada vez más fuerte y más rápido.

Las babas que destilaban de la boca de la chica se deslizaban lentamente por el pene y los huevos de Tom haciéndole unas cosquillas muy agradables.

En un momento dado casi por casualidad el hombre pudo ver a su criada desnuda reflejada en el vidrio del mueble bar y juzgó que tenía un culo perfecto, de nalgas redondas y tersas ideal para los azotes y los latigazos. La muchacha subía y bajaba la cabeza rítmicamente y él sintió que le venía mientras anticipaba  en su mente la próxima azotaina que le iba a dar.

  • ¿De modo….de modo que aún tienes… el culo virgen? Dijo él absorto en el agujero del ano que se le adivinaba entre las nalgas.

  • Mmmh, Mmmmh. Ella dijo que sí sin sacársela.

  • No sé,… no me lo creo…..me extraña que una tía tan zorra como tú…… no se haya dejado sodomizar por el primer macarra con el que folló….. Díos, si sigues así me…voy a correr…vamos, zorra, chupa más…. fuerte,… vamos y diciendo esto le empezó a toquetear las tetas y al sentir los pezones duros como piedras le cogió un doloroso pellizco.

  • MMMMMMMHHH

A Valentina eso le dolió pero  se aguantó y siguió mamando cada vez con más energía sin sacársela de la boca mientras él se los retorcía con los dedos y le aplastaba los pezones con toda su fuerza.

  • Sigue, sigue puta, no pares,…. no pares o te los arranco…. hijaputa

  • MMMMHHHH

Y ella siguió y siguió chupando y aguantando el dolor como podía.

Sin embargo, Tom decidió de repente que  no quería correrse todavía así que la agarró del pelo y le obligó a sacársela de la boca.

Entonces le dio un par de hostias en la cara y una bofetada en las tetas que le hizo chocar una contra la otra.

Valentina echó por su boca todas las babas al recibir los tortazos, pero en lugar de protestar  se recuperó de las tortas y siguió con la actitud sumisa dispuesta a seguir con la felación.

  • Y ahora de rodillas puta que te la voy a clavar como a ti te gusta.

Valentina ni siquiera protestó por cómo la maltrataba y la insultaba, en su lugar le volvió la espalda de rodillas y posando la cara y las tetas en el frío suelo le ofreció su retaguardia con sumisión separando bien las nalgas con las manos para que se la follara a lo perrito.

La chica estaba tan caliente y tan mojada que a Tom casi no le costó nada penetrarla por su sexo.

  • AAAHHH.

La joven gimió poniendo los ojos en blanco al sentir cómo su señor la taladraba.

  • ¡Hasta dentro puta!, ¡a la primera!, y ahora mueve el culo. Y Tom se dejó follar por ella que hizo todo el trabajo moviendo atrás y adelante su redondo trasero una y otra vez.

Ahora veía la cara de ella reflejada en el mueble-bar y su gesto de lujuria mientras sentía que le llegaba el orgasmo.

Nuevamente Tom se fijó en el agujerito del culo de su sirvienta. Ahora parecía un diminuto volcán de lo relajado que lo tenía y tras chuparse el dedo se lo empezó a masajear y luego se lo empezó a introducir poco a poco por el agujero pequeño.

  • No, no, por favor, por ahí no, se lo suplico, pero esta vez la chica no se quitó ni se rebeló sino que siguió follando mientras él le enredaba en el culo.

De hecho, Valentina tuvo el gesto reflejo de hacer fuerza con el esfínter y al notarlo Tom se puso a follarle el culo también con el dedo,…. el resto fue coser y cantar.

  • AAAAHHH, AAAHH, SSIII, JODEERRRRR

El caso es que tras varios empujones más la chacha volvió a correrse de gusto y empezó  a bramar y gemir  mientras Tom sentía los espasmos de su coño contra su pene y el esfínter apretándole bien el dedo.

  • Lo sabía, ja, ja, ja, eres una puta anal, un día de éstos te voy a romper el culo, ya verás como te gusta.

Ella se fue recuperando poco a poco,… la verdad es que estaba toda cachonda y sólo quería que Tom se la siguiera follando. Seguramente hubiera dejado en ese momento que la enculara si él hubiera insistido.

Cuando ella se calmó por fin del todo, Tom le sacó el miembro y agarrándola del pelo la obligó a volver la cara y se puso a masturbarse enérgicamente.

  • Abre la boca zorra que me voy a correr, y ella obedeció recibiendo de repente una lefada caliente dentro de su boca.

  • Así, así, toma zorra, trágatelo todo…

Tras eyacular unas cuantas veces jadeando Tom le dejó perdida de semen caliente la cara, las tetas y los muslos, cayendo algunas gotas al suelo.

Eso le valió recibir otra hostia en la cara.

  • ¿Cómo te has atrevido?, vamos, limpia el suelo,…con la lengua.

Y Valentina lo hizo volviendo a restregar sus tetas por el piso como buena sumisa. La joven  lamió todas las gotas de semen que habían caído al suelo sin dejar una, luego se lamió a sí misma los muslos e incluso se llevó los senos a la boca para lamer ávidamente  el esperma que le había quedado en los mismos.

Mientras se lamía las tetas  a sí misma Tom la miraba sonriendo con lujuria y sadismo. El hombre tenía a su débil chacha cogida por los huevos y podía hacerle chantaje indefinidamente para conseguir de ella sumisión ante todo tipo de actos sexuales o sádicos.  Sin embargo, ella también parecía disfrutar en cierto modo lo cual hacía todo más divertido….

  • Y ahora levántate esclava y deja de hacer guarradas de una vez.

La chica se puso de pie.

  • Las piernas abiertas y las manos en la nuca, creo habértelo dicho antes, no me obligues a repetirlo.

Ella lo hizo y manteniendo la mirada en el suelo dijo tímidamente

  • ¿Ha, ha  terminado ya mi castigo el señor?

  • Por hoy sí, pero quiero que sepas que mañana pienso utilizar esto en tu trasero, y sacó una vara de avellano de un paragüero.

Valentina le miró de reojo sintiendo un escalofrío.

  • Acuérdate, le dijo él acariciándole la piel con la vara,  hemos dicho veinte golpes, pero como has dejado caer el semen  al suelo vamos a añadir treinta más, o sea cincuenta.

Valentina volvió a sentirse humillada por cómo jugaba con ella y sintió otro escalofrío cuando oyó cómo Tom hacía zumbar la vara  en el aire. Sin embargo no protestó ni suplicó. La chica se auto  convenció a sí misma de que tenía que sacrificarse y aceptar todos esos castigos si no quería quedarse en el paro.

  • Y ahora, vuelve a ponerte el pañuelo y termina tu trabajo, perezosa,  tienes que recuperar todo el tiempo que has perdido.

  • Sí, sí señor, y la chica abandonó la postura de sumisión y un tanto confundida se puso a dar vueltas por el salón.

  • ¿Se puede saber qué buscas?

  • …no veo mis ropas, señor, creo que las dejé por aquí.

  • ¿No decías que tenías calor?, pues desde ahora vas a trabajar siempre en pelotas, haga frío o calor, así podré hacerte lo que quiera cuando se  me antoje.

  • Pero, pero si ya me ha castigado.

  • Te he dicho que no me repliques y diciendo esto le dio otra nalgada.

PLAAASS

  • Sí, sí, señor, lo que usted mande.

Y Valentina tuvo que terminar su día de trabajo completamente desnuda menos por el pañuelo en la cabeza y los guantes de goma.

Eso también fue como estar en el cielo para Tom. La chacha hizo todo su trabajo como si no hubiera pasado nada y como si estuviera vestida. Limpió los pasillos pasando una balleta por el suelo en cuclillas una y otra vez. Después fregó todo el suelo de baldosa a cuatro patas y Tom se lo hizo repetir varias veces hasta casi sacarle brillo que parecía un espejo.

Luego salió al jardín y recogió las hojas de la piscina con una red y hecho esto barrió el porche.  La chica no hacía más que mirar alrededor no fuera que alguien la viera desnuda.

Después volvió a entrar en la casa y pasó el aspirador a todas las moquetas y alfombras moviendo enérgicamente su bella anatomía….

  • Valentina, ven aquí inmediatamente dijo de pronto Tom muy enfadado.

Ella acudió corriendo al cuarto de baño.

  • Sí, sí señor, dígame.

  • ¿Qué te dije el otro día?. Tom señalaba la taza del inodoro con el dedo.

  • No, no sé señor, no me acuerdo.

  • Te dije que si volvías a dejar cercos ahí lo ibas a limpiar con la lengua.

  • Sí, sí tiene razón, lo siento señor.

  • Pues venga, de rodillas, quiero ver cómo lo haces.

  • ¿El qué señor?

  • Pues eso, vas a limpiarlo con la lengua.

Valentina miró la taza y se le revolvió el estómago. En el borde se veían manchas amarillentas de las salpicaduras de orina del propio Tom. Ya le daba asco limpiarlas con estropajo y guantes así que con la lengua…..

  • No, por favor, no me obligue a eso, me da mucho asco señor.

PLASSS

Por toda repuesta Tom le dio una sonora nalgada y de la misma se quitó el cinturón.

  • Vamos zorra, obedece, de rodillas o te doy cincuenta más pero con esto.

  • No, no

Valentina se arrodilló delante de la taza pero no decidía a hacerlo, se le revolvía el estómago de pensarlo.

  • Señor por favor, déjeme usar un estropajo, dijo ella muerta de asco arrodillada delante del inodoro.

  • Ya te dije el otro día que lo hicieras bien pero mira esos cercos amarillentos, ahora los vas a quitar con la lengua, vamos que yo te vea.

Pero como ella seguía resistiéndose  Tom le metió la cabeza dentro de la taza y mantuvo dentro unos segundos hasta tal punto que ella llegó a tragar.

  • Te he dicho que lo hagas, obedece.

  • AAAaggg

Cuando le dejó sacar la cabeza empapada ella temblaba de puro asco.

  • Vamos, lamelo, lamelo o te lo hago otra vez.

Y tras mirarle angustiada Valentina cerró los ojos y sacó la lengua temblando, entonces empezó a limpiar la taza y su lengua tocó los orines secos.

La chica tuvo que ahogar una nausea y paró por un momento, pero luego volvió a lamer.

  • Venga, sigue, sigue no te pares.

PLAAAASS

  • AAAYYY

Tom le había dado con el cinto en la espalda.

  • Venga, lame el váter, zorra, lámelo.

Y ella se aguantó las nauseas y siguió lamiendo mientras Tom le daba más cinturazos cuando veía que flaqueaba.

  • A partir de ahora vas a limpiar todos los inodoros de la casa con la lengua, así aprenderás

Y Valentina tuvo que hacerlo  hasta que le sacó brillo.

Por supuesto Tom le grabó también con su móvil haciendo todas esas guarradas.

Tras lo del baño Valentina tuvo que hacer la comida, la colada, tendió la ropa, y planchó,…. en fin hizo todo lo que solía hacer cada día, pero esta vez completamente desnuda haciendo las delicias del dueño de la casa que se pasó todo el rato observándola.

Además no contento con contemplarla como su madre la trajo al mundo, la siguió grabando con el móvil todo lo que quiso. Al final tenía un reportaje completo de la chacha haciendo todo tipo de tareas en pelotas.

Cuando por fin terminó la jornada de trabajo, Valentina se presentó humildemente ante Tom  y le dijo.

  • Señor, ya es la hora, ¿puede devolverme mis ropas?, tengo que volver  a mi casa.

  • ¿Tus ropas?, antes de darte tus ropas te voy a dar las instrucciones para mañana, y pon la postura que te enseñado si no quieres que te de un tortazo.

  • Sí, sí señor.

  • En primer lugar no vas a contar a nadie lo que ha pasado hoy aquí.

  • No, no señor, a nadie.

  • En segundo lugar mañana quiero que vengas por la calle con la  minifalda más corta que tengas y  el top que has llevado hoy, nada más ¿está claro?

  • ¿No puedo ponerme ropa interior?

  • No

  • Pero eso es como ir desnuda por la calle.

  • Así es,… lo has adivinado.

  • No, eso sí que no, no lo haré, no iré por ahí con el culo al aire por mucho que usted lo mande.

  • ¿Qué no?, ahora verás desobediente, le dijo levantándose violento. Entonces agarrándola de un brazo se lo retorció a la espalda y tirando fuertemente del pelo se la llevó por el jardín hasta la puerta de fuera a toda prisa entre los ladridos histéricos de los perros.

El hombre abrió la puerta y la echó así desnuda a la calle sin ninguna consideración cerrando la puerta tras sí.

La pobre Valentina se quedó en pelotas en la acera  tapándose como pudo con los brazos. Viendo que pasaban los minutos y  no abría la puerta decidió por fin llamar al telefonillo.

Tom tardó una barbaridad en responder, hasta tal punto que dio tiempo de sobra para que  acertaran a pasar algunas personas que se quedaron  anonadadas de ver una mujer desnuda en plena calle.

Valentina seguía tapándose mirándolas con terror y vergüenza. Sobre todo no quería que nadie viera su culo rojo de los azotes.

  • Qué vergüenza, ¿quién será?.... Bah una puta seguramente, siempre hay alguna de esas rondando esta casa. …..¡A dónde iremos a parar!.  Y la gente pasaba de largo.

Valentina volvió a pulsar el timbre insistentemente.

  • ¿Quién? Sonó de repente en el telefonillo.

  • Señor, señor, por favor, devuélvame mis ropas, por favor, haré lo que quiera, pero deme mi ropa.

Tom no contestó y tardó otra eternidad en volver a abrir la puerta y tirarle sus ropas a la cara, y con ellas unos cuantos billetes que se desperdigaron por el suelo. Tras eso volvió a cerrar la puerta.

Valentina cogió rápidamente el dinero  y se dio cuenta de que allí había cuatro veces más de lo que le correspondía por un día de trabajo. Entonces cogió los pantaloncitos y el top  y vistiéndose todo lo deprisa que pudo  se fue para su casa maldiciendo a Tom Smith…..

……Mientras veía las imágenes grabadas de la bella joven, Tom barajó la posibilidad  de que quizá no volvería a ver más en su vida a Valentina, su dulce y sumisa pornochacha. De no aparecer, probablemente ni siquiera la denunciaría,… pero había que reconocer que había sido divertido. La verdad es que no se arrepentía en absoluto pues lo había pasado en grande. El tío había sentido una impresionante descarga de adrenalina mientras la azotaba y se  follaba a esa tía buena. Sin embargo, reconocía que la había tratado brutalmente por lo que a pesar del dinero imaginó que ella no querría volver a pasar por una experiencia similar.

Por eso cuando la vio aparecer a la mañana siguiente puntual como un clavo se llevó una agradable sorpresa.

Continuará