Valentin me invitó a su casa

Aprovechando que ese viernes había paro en la enseñanza Valentín me invitó a su casa, llevé todas las cremas para lubricarlo antes de proceder a la penetración y esto que narro fue lo que sucedió esa tarde.

VALENTÍN ME INVITÓ A SU CASA

Todo los que viven en Uruguay saben que el viernes hubo paro de la enseñanza, el jueves anterior me tocó cerrar la oficina de mi hermano Leo y justo ese día tuve la satisfacción de que viniese Salvador con la soda.

Los empleados casi se habían ido solamente quedaba alguno rezagado cuando veo a Salvador muy sonriente con un cajón de soda, me extrañó que el Richar no viniese con él y ante mi indagatoria me respondió.

-Al guacho ese anoche le rompieron el culo y se pasó cagando por eso no vino a trabajar.

Como quedamos solo aprovechó la ocasión sacando su verga a medio parar y allí como tantas veces en la oficina de Leo le hice una mamada de antología para terminar recibiendo toda su leche sobre mi cara, pero esta vez Salvador me extrajo con sus manos hasta la última gota de mi néctar, por suerte antes de irse me hizo ese favor y no me dejó caliente como la última vez que nos habíamos encontrado.

Hay interrupciones molestas y una de ellas sucedió casi en el momento en que mi blanquecino néctar hacía acto de presencia saliendo por mi uretra para depositarse sobre la moquete de la oficina.

Justo en el momento en que estaba gozando sonó el teléfono, pensé en no atenderlo porque a esas horas en la oficina ya no tenía que haber nadie, pero igualmente después de sacudirme la verga tomé el auricular para enterarme de que la llamada era de Valentín.

Le conté a Salvador la aventura que estaba teniendo con Valentín y éste me respondió que algo sospechaba porque el Richar le había insinuado algo de lo que le había contado su primo.

Valentín me invitó para que fuese a su casa el viernes porque como no había clases por el paro de la enseñanza se imaginaba que estaría libre y como sus padres trabajaban tendríamos la casa para nosotros dos solos, sí yo quería ir hasta allá.

Por supuesto que acepté inmediatamente auque tenía la cara recién bañada por la leche de Salvador ese placer no me lo iba a privar porque aun deseaba perforar el culo apretadito y virgen de Valentín.

Me dio las indicaciones de como llegar a su casa porque es un lugar bastante alejado, cualquiera que no conoce esa zona se puede extraviar y luego acordamos que al otro día de tarde iba a ir hasta su casa para concretar mi tan anhelada meta..

Valentín vive en una vivienda pasando el Manga y hasta allí me dirigí con mi coche para encontrarme con una casa modesta de dos pisos en donde los tres dormitorios se encontraban en el piso superior y allí se concretaría mi deseo de penetrar a Valentín en su dormitorio o en el de sus padres cualquiera serviría para este acontecimiento.

Valentín me abrió la puerta con el mate en la mano, inmediatamente me dio un beso de lengua con el cual el sabor de la yerba mate pasó a mi lengua para ser asimilado por mis glándulas gustativas.

Después me hizo entrar diciéndome que hablase bajo porque las paredes eran tan delgadas como el cartón y aunque sus vecinos de al lado estaban trabajando nunca se sabe si por alguna razón alguno de los ocupantes estaría por allí por no haber ido al trabajo.

Dejó el mate sobre la mesa del comedor para acercarse a mí y meterme las manos por todo mi paquete a la vez que yo le metía mis manos por su turgente culito diciéndole:

-Hoy me lo vas a tener que dar, traje todo lo necesario para encremártelo bien.

Y era verdad porque después de salir de mi casa había pasado por una farmacia donde había comprado una caja de condones, un pote de crema de ordeñe y un spray de xilocaína para anestesiarle el esfínter para que no le doliese en el momento en que se lo iba a penetrar con mi verga, la cual estaba hambrienta desde que había visto su hoyito apretadito.

Allí mismo en el comedor comenzamos a desvestirnos mientras nos besábamos y nos tocábamos los cuerpos por arriba y por debajo de las pocas vestimentas que nos iban quedando en ese apresurado pero intenso tirar de prendas por doquier previo al acontecimiento que imaginábamos que tendría lugar en su cama.

Antes de subir la escalera Valentín me dijo que recogiésemos la ropa, aunque nadie iba a venir por las dudas nos aseguraríamos que nadie sospechase nuestro comportamiento tan extraño en su morada.

En su diminuto dormitorio terminamos de desnudarnos e inmediatamente comenzamos un 69 muy excitante en el cual no faltaron las metidas de dedos en nuestros respectivos culos, como lo habíamos hecho en la oficina pero acá por supuesto al estar más cómodos sobre su cama fue más apasionada la búsqueda de la dilatación de nuestros esfínteres.

Para hacerlo mejor me acosté sobre su cama, acomodándolo sobre mí de tal forma que mientras él me chupaba la pija yo pudiese lamerle el orto y con mis dedos ensalivados mandárselos para adentro para dilatarlo antes de ponerle la crema de ordeñe la cual le suavizaría el estrecho canal.

Valentín tenia el culito muy limpito, a lo mejor se había bañado para esperarme con su cuerpo limpio para que lo disfrutase con todos mis sentidos o simplemente se había dado su baño diario sin pensar en lo que haríamos.

Lamí su orto hasta saciarme, sintiendo con la punta de mi lengua esa estimulación que lo obligaba a abrir y cerrar su hoyito porque éste palpitaba muchísimo con el contacto de ella en su impenetrable lugar, pero cuando le metí un dedo ensalivado, dejó de chuparme la verga para suspirar y gemir diciéndome:

-Guauuuuuu!! AHHhhhhh.. Me gusta muchoooo seguí revolviéndomelo con el dedo!!!

Seguí metiéndole mi dedo y disfrutando como de su garganta seguían saliendo gemidos de placer pero cuando intenté meterle un segundo dedo Valentín gritó de dolor y tuve que suspender la operación para ir a buscar la crema de ordeñe.

Le embadurne con la crema todos los cachetes y el agujero para luego intentar introducirle mi dedo cubierto con la crema de ordeñe, pero sucedió lo mismo que con la saliva el primero fue hacia adentro sin problemas haciéndolo gemir por el gozo que le daba pero el segundo fue imposible mandarlo para adentro porque comenzaron otra vez sus quejas de que sentía mucha molestia en esa parte de su anatomía.

Si no conociese a Valentín hubiese creído que era una excusa para no darme su culito, pero estaba seguro de que él quería gozar por allí pero por alguna extraña razón su esfínter se negaba a dar paso a más de un dedo y menos una verga podría pasar por allí si que él gritase de dolor.

Desistí porque sus quejas iban en aumento y por esa razón había dejado de mamarme la pija tan deliciosamente como lo había estado haciendo antes de que comenzase ese nuevo intento por desvirgarlo.

Por las molestias causadas con mi intento de dilatar su esfínter su verga se había bajado un poco, pero con unas buenas succiones de mi boca la deslicé hasta mi garganta haciéndola recuperar la rigidez que tenía antes del malogrado intento de clavársela hasta el final.

Él comenzó a tragarse mi pija nuevamente haciéndome sentir que en cualquier momento iba a llenarle la boca con mi lechada, porque me excitó muchísimo su forma de apretarme las bolas mientras mi verga permanecía escondida dentro sus fauces.

No me abandoné al placer porque quería guardar mi leche con la esperanza de que se olvidase de las molestias que había sentido en su culo para luego poder excitarlo a tal punto que no se diese cuenta del dolor y me entregase su agujero para arremeter contra él.

Salió de arriba mío para acostarse a mi lado ubicándose de frente, donde comenzamos a refregarnos las pijas contra nuestros cuerpos hasta que lo di vuelta dejando su espalda contra mi pecho.

Aun quería metérsela por eso me embadurné la pija con más crema de ordeñe y comencé a pasársela entre las piernas sobre sus cachetes totalmente untados con la crema golpeándole el agujero con mi verga hasta que me pareció que la punta del glande había entrado entre sus pliegues.

Dije para mis adentros "si le pasa la cabeza me pongo el condón lo unto con más crema y se la entierro toda!.

Pero lamentablemente me quedé con las ganas porque Valentín nuevamente comenzó a contraer el esfínter y a quejarse mucho, haciéndome recordar que había llevado la xilocaína con la cual pulvericé su anito el cual se encontraba blanco por la enorme cantidad de crema sin derretir que había en sus contornos por donde se asomaban unos traviesos puntitos rojos producidos por la fricción que había sentido cuando había estado intentando meter mi verga por allí.

Con la xilocaína se le calmaron las molestias pero su esfínter se contrajo de tal manera que ni un alfiler hubiese pasado por allí.

Nuestros cuerpos estaban todos enchastrados por doquier porque la crema se había derretido por lo que no pudimos hacer más el 69 pero como seguíamos excitado Valentín me dijo que me la quería clavar a mí.

Me acosté boca arriba, levantando las piernas bien alto para ver como se acercaba la pija de Valentín hacia su objetivo que no era ni más ni menos que mi orto.

Vi como el reservorio del condón se acercaba a su objetivo pero antes de que me penetrase le pedí que me pusiese crema de ordeñe en mi agujero la cual permitió que la rígida verga de Valentín entrase muy fácilmente.

Debe ser por la juventud de sus veinti tantos años que le sucede eso porque este chico acaba tres veces seguidas sin perder la turgencia de su miembro viril el cual sigue tan campante después de cada eyaculación como si no se hubiese producido.

Realmente me excitó al máximo por eso cedí ya que quería ser yo el que inaugurase su orto antes de cederle el mío, pero el placer que me estaba dando pudo más y se lo entregué sin acordarme que en oportunidades anteriores se lo había negado hasta que él no me entregase el suyo.

Una vez que su verga quedó totalmente insertada en mi recto apreté su espalda con mis piernas atrayéndolo hacia mí y él correspondió besándome apasionadamente al mismo tiempo que comenzaba un mete y saca cada vez más acelerado.

Mientras me la metía su lengua se entrelazaba con la mía, Valentín bufaba, gemía, por momentos abandonaba mi boca para balbucear cosas como: "Que lindo orto que tenés" u otras similares.

El guacho estaba gozando como un niño con juguete nuevo, por eso quiso probar todas las posiciones y me sacó la verga chorreante de crema sobre el condón que la cubría y me hizo poner en cuantro patas donde arremetió con fuerza contra mí acalambrado ano.

Fue delicioso sentir el peso de su cuerpo sobre el mío a la vez que me cabalgaba como un jinete enardecido el cual no podía detener la feroz cabalgata porque le habían dado cuerda y no tenía frenos con los cuales detenerla.

Aunque tenía dolores en las caderas y por todo el recto provocados por esas arremetidas que me lo habían inflamado bastante, igualmente disfruté muchísimo ya que mi verga estaba demasiado dura hasta el punto de que sin tocarla comenzó a contraerse expulsando una increíble lechada sobre la cama de Valentín

A pesar de haberme hecho eyacular mi penetrador seguía dándome sin parar por lo que me puse de rodillas sobre su cama y así acabo llenando el condón con su jovial esperma, me di cuenta porque las contracciones de su verga fueron tantas que mi inflamado esfínter igualmente las percibió a pesar del dolor que lo embargaba.

Con tantas contraccioes su lechada habrá sido infernal!!!

Mi penetrador igualmente seguía de verga dura aunque mi ano trataba de expulsarla hacia afuera Valentín seguía firme con la pija dentro de mi recto por eso le pregunté:

-¿Querés echarte otro polvo?

-No uno, dos más porque tu culo está divino!!!

Lo convencí de que me dejase cabalgarlo, así al menos yo manejaría la situación y no podría darme esas estocadas tan violentas las cuales me irritarían más esa zona tan delicada.

Cuando me la sacó luego del plop característico, vi que su verga se había transformado en una cosa amorfa, claro cubierta por el condón ablandado por el calor y la fricción, su pija se había convertido en una cosa pegajosa de la cual chorreaba la crema de ordeñe derretida.

Se sacó el condón y vertió sobre mi pecho el contenido de éste, demostrándome que yo tenía razón al haber percibido a través de mi esfínter tantas contracciones porque efectivamente de allí salió una gran cantidad de leche la cual él prontamente la desparramó por mi pecho para finalizar relamiéndose los labios por el placer que experimentaba al hacer ese gesto.

Me gustó verle la verga en ese estado de dureza por lo cual la tentación no respetó nada y se la lamí un poco antes de permitir que se pusiese otro condón para luego sentarme sobre ella.

Mi esfínter se había relajado divinamente por eso cuando me senté sobre ella Valentín comentó:

-Si a mí me entrase así... tan fácilmente como te cabalgaría...

Así mirándolo a los ojos lo cabalgué un buen rato excitándolo mucho con mi culo y con mis manos ya que estas le pellizcaron los pezones hasta hacerlo gritar de dolor.

Como yo hice oídos sordos a sus quejas él me agarró la pija y apretándola hasta hacerme gritar a mí también logró que se me parase nuevamente.

Cuando estaba gozando porque mi acabada no se hizo esperas más lo besé en la boca mientras él seguía pajeándome con sus dos manos hasta que le mojé todo el pecho con mi segunda eyaculación .

Valentín también disfrutó porque sentí como su glande aumentaba de tamaño dentro de mi recto, luego se contrajo para expulsar otra dosis del néctar blanquecino y para finalizar me dejé caer clavándomela toda en el canal que ya ni sensibildad tenía.

Seguí clavado en esa estaca mientras contemplaba todo el pecho de mi amigo el cual estaba cubierto por mi blanca leche mezclada con la suya que había caído de mi pecho mojándole todo su abdomen.

Como noté que aun seguía dura metida en el escondrijo donde se había refugiado me levanté para descansar porque mis tejidos estaban muy molestos y me tiré a su lado viendo como su pija seguía bastante elevada.

Se sacó el condón mostrándome todo el contenido y luego comenzó a pajearse demostrándome con esa acción que aun le quedaba otra buena dosis de leche en sus cojones.

-¿Querés acabar otra vez?

-Sí... Ando muy caliente, déjame sentar arriba tuyo así me pajeo sintiendo que tu verga me roza el orto.

Valentín se puso a horcajadas sobre mí con sus rodillas apretándome las piernas, después apoyó la raja de su culo sobre mi verga medio mustia y empezó a pajearse mientras yo sostenía con mis manos mi tranca lo más posible cerca de su agujero.

Comenzó a mover el culo sobre ella como si toda la vida lo hubiese hecho, dándome calor con esa fricción y aunque mi verga no quería más acción igualmente respondió a los estímulos poniéndose bobona.

Cada vez apretaba más su culo contra mi verga y a la vez se pajeaba como enloquecido como queriéndome demostrar que todavía le quedaba leche en sus bolas como para mandarse otra eyaculación más.

Y era verdad con un poco de esfuerzo y apretándose las bolas mientras su otra mano corría su prepucio a toda velocidad, logró eyacular nuevamente mojándome el pecho donde aun se notaba sus lechadas anteriores las cuales se estaban secando.

Cayó sobre mí besándome como agradecimiemto por tan lindo momento en el cual gozamos ambos, pero yo sin mandarme una tercera lechada, que ye es demasiado a mi edad y en unas dos horas de sexo continuo.

El aroma a semen comenzó a notarse por eso bajamos a ducharnos porque el baño estaba en la planta baja y allí nos enjabonamos mutuamente pero a Valentín se le puso dura con el contacto de mis manos las cuales las estaban pajeando con la espuma del jabón.

Separando mi mano de su herramienta se agachó y se puso a mamármela nuevamente logrando con esa acción que tuviese una erección bastante buena.

Su culito estaba totalmente limpio porque la crema derretida por el agua caliente se había escurrido por sus piernas para terminar en el resumidero por eso al tocárselo y encontrarlo terso me agaché y me puse lamerlo introduciendo mi lengua a la vez que el se pajeaba expulsando una cuarta lechada en esas dos horas y media que estaba durando mi visita a su casa.

Quedó tan satisfecho con el tratamiento que recibió su ano que se agachó de nuevo para meter mi verga en su boca y a los pocos minutos sentí como se contraía expulsando las ultimas gotas que estaban guardadas quien sabe en que recóndito lugar de mi escroto.

Que guacho lleno de leche encontré!! Nunca se le acaba la materia prima!!!

Cuando me vestí para irme me pidió $ 200, como lo miré como diciéndole "Como me vas a cobrar sí gozamos juntos", me dijo:

-Son por si alguna chismosa del barrio le dice a mis viejos que vino un señor en un auto y estuvo mucho tiempo estacionado frente casa, para despistar les voy a decir que mi patrón me mandó con su hermano el dinero que le había pedido y por eso vieron ese auto porque te quedaste conversando conmigo

Valentín goza mucho cuando le toco o le lamo el orto pero cada vez que quiero ir más profundo se queja de dolores no sé a que se debe ese temor.

Es divino verle salir la leche porque como expulsa mucha cantidad es un agradable descanso para la vista ver como mana ese líquido blanco desde su oscura verga de cabeza morada.

A pesar de que mi propósito no era darle mi culo antes de haber probado el suyo, quedé tan satisfecho con todo lo sucedido esa tarde en su modesta morada que llegué a mi casa terriblemente agotado por lo que me acosté, durmiendo profundamente hasta pasada la medianoche en que me desperté famélico y con ganas de orinar.

No sé si tendremos otro encuentro porque nuestros horarios no coinciden y ese día gracias a una huelga pude disfrutar todo lo que narré anteriormente.

Un abrazo para todos mis lectores.

OMAR

Espero comentarios como siempre en: omarkiwi@yahoo.com