Vainilla antes, sumiso después

Aitor antes de casarse solo era un chico que tenía sexo con su novia, después de casarse pasó a ser el sumiso de su mujer después de un orgia de Dominación y sexo

VAINILLA ANTES, SUMISO DESPUÉS

Nuria y Aitor llevaban saliendo aproximadamente tres años y habían decidido casarse. Podían haberse ido a vivir juntos y sería lo mismo, pero les apetecía oficializar su unión. Durante su noviazgo habían demostrado su pasión en el sexo y contado sus fantasías, anhelos etc en éste campo. Lo que no sabía Aitor es que Nuria le había preparado tal sorpresa que si aceptaba podría cambiar su vida para siempre.

Nuria justo cuando preparaba la boda empezó a quedar para tomar café más veces con una antigua amiga con la que hace años siendo las dos más jóvenes había follado. Luego cuando su amiga se casó dejaron de intimar y no quedaban tantas veces a charlar y de juerga tras la separación de Amaia, que así se llamaba la otra mujer, volvieron a quedar para charlar etc pero sin sexo. Las dos estaban tentadas, pero Nuria antes de la boda que era cuando pensaba plantearle a su ya entonces marido la situación no quería meter la pata y que Aitor lo tomara como una deslealtad e infidelidad.

Un día le contó a Amaia las fantasías de Aitor y que a ella alguna de ellas le excitaban y que le gustaría recuperar sus ratos de sexo. Amaia también confesó las suyas, pero también su bagaje sexual en éstos años y casualidades de la vida sabía dónde Nuria podía buscar para preparar la sorpresa, pero el precio a pagar, aunque en especie era muy alto.

Concertaron la cita con la Ama que Amaia le iba a presentar. Era en un chalet en una zona de alto standing. Fueron conduciendo en el coche de Amaia. Tocaron al timbre en la entrada de la finca. La puerta se abrió al reconocer un pequeño sensor en la verja la matrícula del coche de Amaia. La mujer condujo hasta la parte delantera del jardín donde un mayordomo estaba esperándoles. Éste les ayudó a bajar y les condujo por el interior de la casa hasta el salón donde una mujer les esperaba. Tomaron asiento cerca de ella. Luego entró el mismo mayordomo dándole a cada una un taco de hojas escritas a ordenador y un bolígrafo.

La Ama tomó la palabra:

Amaia me ha contado tu idea de convertirte en Dómina de tu marido y convertirle en un fiel sumiso, incluso en esclavo y tu matrimonio en un perfecto matrimonio Femdom. Me parece perfecto, pero te diré que para ello debieras tener algo más de experiencia de la que tienes. Sé que tu futuro marido tenéis una vena liberal no resuelta que si no la encauzáis puede dañar ese matrimonio Femdom. Básicamente la que debe mandar eres tú, pero porque él tenga claro quien está por encima y no es fácil. Queda unos meses para tu boda. Si eres seria y de verdad te has tomado esto en serio y aceptas mi precio para el día de tu boda estará todo listo. Si no aceptas mi precio podremos ser amigas a través de Amaia, aunque no lo veo muy probable. Mi precio es el siguiente: Tu absoluta entrega a mí, la de Amaia y la de tu marido. Pero esa entrega será a mí y a quien yo determine. En éste último caso en la circunstancia que requiera y durante el tiempo que me apetezca. No hace falta que me respondas ahora. La de tu marido sé que no la sabremos hasta la noche de bodas. La de Amaia ya me la sé, la tuya como te he dicho puedo esperar unos días o si quieres leerte estas hojas y firmarlas. Tú decides.

Nuria miró a Amaia y ésta mantenía una actitud serena y como si jugara una partida de cartas no movía ni un músculo. Nuria decidió leerse el texto. Amaia ya se conocía el texto y lo dejó sobre la mesa a la espera que su amiga se lo leyera. Nuria preguntó varias de las cosas que ponía. Tenía que reconocer que estaba excitándose mucho. Los papeles estaban hechos como sumisa y como Dómina. Cuando terminó decía que firmaría. Pero antes que nada la mujer le indicó que también debería firmar un contrato de confidencialidad y por supuesto ser usada por quien ella determinase e intentar hacer lo mismo con su marido. Si su marido no aceptase lo que ella hiciera luego en su matrimonio era cosa suya. Con la mirada inquirió a Amaia que haría y ésta le dijo que solo respondería cuando lo hiciera ella. Nuria firmó tanto el contrato de confidencialidad como el de prácticas, derechos y obligaciones.

Ten en cuenta que si te digo ven para que te use ó te lo ordena alguien que yo desee que te use debes obedecer porque si no, es ruptura del contrato. Podrás follar con Amaia, ella hará de intermediaria. Ahora antes de seguir quiero verte desnuda, me ha contado Amaia que eres muy apetecible sobretodo para el spank.

Se levantó y muy pudorosamente se fue quitando la ropa hasta quedarse completamente desnuda. Las manos cubrían su sexo y sus pechos. La otra mujer dio una orden a Amaia que se levantó y situándose por detrás de la chica liberó sus manos y la hizo mostrar todo su cuerpo a la Dómina. La mujer se levantó y simulando aburrimiento valoró el cuerpo de la chica. Luego se retiró dejándolas allí. Amaia ya sabía como comportarse y la dijo que debían irse. Durante los siguientes meses fue instruida en todo ese mundo y poco a poco con ayuda de Amaia y la mujer fue redactando el contrato que presentaría a su marido en la noche de bodas.

Cuando lo tubo redactado con prácticas, etc lo encuadernó y lo dejó listo para la noche de bodas. Lo guardaría Amaia.

Llegó la boda. Los novios estaban espectaculares. Amaia era invitada porque era amiga de los dos novios. En el coche había dejado el contrato. Después del baile a eso de las 19 de la tarde Nuria y el novio se retiraron a la suite donde pasarían la noche de bodas. Amaia esperaba en la habitación de al lado. Entonces, Nuria planteó la gran cuestión.

¿Te acuerdas cuando hace aproximadamente un año hablamos de tus fantasías y de las mías? ¿Te acuerdas que te dije que te sorprendería? Pues te voy a plantear la situación. En esa mesa tienes un libro. Quiero que lo leas completamente.

Nada más empezar la introducción y los primeros artículos el hombre no pudo menos que excitarse. Excitarse mucho. Físicamente no sabía si estaría a la altura, pero sabía que mentalmente sí. A ella le había confesado todo, pero se había dejado que creía que su mente era absolutamente esclava y no lo había contado por miedo a perderla. Si aceptaba también abría la posibilidad que ella follase a otros hombres. Él, no era celoso y sabía que se lo contaría, pero el miedo de él era más profundo y era que si ella le viera muy esclavo podía verle demasiado blando y humillable que perdiera aliciente, pero cuando se lo confesó ella le confesó que precisamente eso era lo que más le excitaba.

Entonces Aitor firmó el contrato. Ahora le indicó Nuria que se levantase y se desnudase. Aitor obedeció sin rechistar. Su vello púbico estaba recortado, pero no completamente rasurado. Nuria le hizo caminar de rodillas hasta la cama y allí le tumbó boca arriba en la cama. Le colocó una capucha con la que no podía ver nada ni escuchar. Hizo entrar a Amaia. Cogieron espuma de afeitar y una cuchilla de las tradicionales. Rasuraron el pubis entero y todo vello del torso desnudo de su ya marido.

Lo lavaron y cuando así estaba lo esposaron e inmovilizaron a la cama. A un lado se situó Nuria y al otro Amaia. Esta última sacó la capucha del hombre y éste al ver a la amiga de su mujer no pudo reprimir la erección y Amaia de un fustazo castigó su osadía. Con la cuchilla Nuria jugó con el cuerpo de su marido. Amaia hizo lo mismo con un pequeño puñal. A Aitor le entró sincero pánico. Nuria se sentó encima de su marido sin penetrarse. Luego se apoyó en el pecho de su marido y se ensartó sin miramientos y por sorpresa. Lo iba cabalgando, a veces de forma desaforada y otras muy lento y suave. Amaia, por su parte, se sentó sobre la boca del hombre y le ordenó que la lamiera. Fueron jugando así los tres hasta que Nuria lo soltó. Lo hicieron bajar de la cama y se tumbó Nuria y ofreciéndole la mano le invitó a penetrarla. El hombre lo hizo e iba follando a su mujer. Pero él quería follarla el culo como había hecho muchas veces durante su noviazgo, pero hoy su mujer no le iba a dejar.

Estaba penetrando a su mujer cuando Amaia introdujo el extremo de un tubo de lubricante en el ano del hombre y luego su dedo buscando la próstata. La fue acariciando con suavidad guiándose por los gemidos del hombre. Cuando Nuria estalló en un gran orgasmo Amaia aceleró sus movimientos que hizo que Aitor eyaculase sin casi notar el orgasmo. Luego, se fueron besando los tres hasta quedarse tumbados abrazados. Amaia se despidió y dejó a los recién casados durmiendo.

Fueron de luna de miel. Ahora, él debía llevar siempre cb y ella llevaba la llave para soltarlo cuando a ella le apeteciera ó decidiera entregarlo a alguien.

Al de unos días Aitor estaba en una librería de unos grandes almacenes. Estaba leyendo la reseña de un libro cuando se fijó en una mujer que no estaba muy lejos de él. Tenía un gran magnetismo. La blusa con un botón suelo sugería un bonito pecho y se situaba sobre unos zapatos de tacón muy veraniegos. Unos pantalones que se pegaban a su cuerpo como una segunda piel y marcaba sus piernas. Unas piernas bien torneadas y sensuales.

La mujer que había planificado esto con todo lujo de detalles ya que, aunque él no se fijase en sus zapatos ella tomaría la iniciativa. Pero para su suerte él se quedó prendado de sus zapatos. Entonces ella inició su plan. En su casa de campo esperaban Amaia y Nuria. Pasó al lado de Aitor y parándose unos segundos le dijo:

Sé que me mirabas los zapatos, seguro que querrías adorarlos, pero perro solo lo harás si esperas medio minuto y me sigues, Luego camina detrás de mí 10 metros a mi espalda.

Aitor se quedó de piedra, pero con una gran erección que hacía que le doliera la polla por el impedimento del cb. Esperó el medio minuto y salió. La mujer esperaba cerca de un árbol y se puso a caminar por la acera alejándose de él. El calculó aproximadamente los diez metros y la fue siguiendo. Llegó al acceso peatonal de un parking y ella se introdujo por él. Él dudó si seguirla. Tenía permiso de su Dueña si luego se lo contaba. La mujer se paró en la máquina del parking y vio como pagaba. Él se quedó esperando. Luego caminó detrás de ella y de repente la perdió de vista.

Siguió caminando y justo tras una columna le salió al paso la mujer.

Veo que eres fetichista y además pareces muy obediente. Ahora desnúdate.

Aitor se fue desnudando en el orden que le indicaba la mujer. Primero, los zapatos y los calcetines. Luego, los pantalones, la camisa y cuando estaba sólo con el bóxer ella se acercó y separó la goma del bóxer y vio que llevaba cb (Nuria estaba haciendo un buen trabajo). Le ordenó darse la vuelta. El chico se la dio. Con el pie le obligó a abrir las piernas. Abrió el portón trasero del todoterreno y el sumiso se asustó porque lo que vio fue una jaula grande.

Le ordenó que subiera a la jaula y pusiera las manos a la espalda. Cuando así estuvo le colocó unas cadenas sujetando las muñecas. Seguidamente sujetó los tobillos y las dos cosas las sujetó a unas argollas que había fijas en la jaula para que durante el viaje no se lesionase si se movía.

Le bajó el bóxer liberando su culo y cogió del bolso un trozo de jengibre y se lo fue introduciendo en el ano. El chico empezó a quejarse y se llevó un azote con la mano y fue conminado a callarse.

La mujer se montó y condujo fuera de la ciudad hasta llegar a su finca. Aparcó al lado del garaje y le dio las llaves al mayordomo y le ordenó que le llevase al sótano el equipaje y le dio un pequeño toque en el paquete. El mayordomo de la casa de campo era un sumiso que le solía servir en sus fiestas y sus recibimientos a otra gente.

Bajó al sótano, luego se dirigió por un corredor a la zona de las celdas y allí estaban las dos chicas Amaia y Nuria. A Nuria la dio la orden que hoy iba a estar como sumisa su sumisa. Entraron y observaron cómo su marido estaba desnudo salvo el bóxer en mitad de la habitación.

Átale al poste----- ordenó la Ama.

El mayordomo le ató al poste con la espalda sobre la madera del tótem. Luego le tapó los ojos dejándole completamente indefenso. La Ama hizo que se acercase Nuria y le hizo ponerse unos dedales que terminaban en cuchillas. Ella se dirigió donde Amaia y la hizo arrodillarse en la zona donde estaba el sumidero e hizo que la desnudase y la ayudase a vestirse con un traje de vinilo.

Le entraron ganas de orinar cuando estaba casi desnuda y orinó sobre la cara de Amaia. La orina caía por el cuerpo de la sumisa hasta perderse el sumidero. En el otro lado Nuria acariciaba con las cuchillas a su marido, el cual creía que era la Ama. Luego fue cortando el bóxer hasta rompérselo entero.

La Ama ya vestida y con Amaia de rodillas a sus pies hizo un gesto al mayordomo y éste trajo una manguera. La Ama roció a Aitor con agua fría a bastante presión. El sótano estaba una temperatura cálida con lo que el sumiso no se iba a resfriar. Luego la Ama cogió una varita de vidrio que daba pequeñas descargas y fue tocando la piel del chico primero en los brazos, luego en otras partes menos sensibles para seguir por los pezones, la polla y otras partes del cuerpo.

Ahora se separó y toco un timbre y de repente apareció un hombre enorme. Estaría por encima del 1,90 muy fuerte y llevaba un bóxer de cuero con un bulto en la parte delantera que demostraba que era muy dotado. Eso asustó a Nuria y le dijo al oído a la Ama que no sabía si su sumiso iba a aguantar eso porque sabía lo que iba a ocurrir y la Ama dijo que sí.

El Amo dio la vuelta al chico teniendo cuidado que no se diera cuenta que era chico. Ahora cogió una vela y empezó a verter chorros de cera que hacían que el chico se contrajera y sumando al jengibre las sensaciones eran muy molestas. Le colocó al sumiso un bocado para que no se quejase.

Le sacó el jengibre del culo. El ano boqueaba, se abría y cerraba. El hombre se bajó el taparrabos de cuero y se acercó donde Amaia e hizo arrodillar a Nuria. Amaia se estaba masturbando como una zorra. Se fue follando las bocas de las dos chicas con fuerza casi hasta la arcada.

Cuando la polla estaba dura como el acero se dirigió al chico, se untó la polla llena de lubricante y se masturbó con las dos nalgas del chico. Y cuando el chico estaba relajado pensando que era el strapon de la Ama que a su vez al oído le decía obscenidades. Luego le abrió las nalgas y fue empujando dentro, con firmeza, pero lento.

Estaba tan dura que el sumiso no notaba que era de un hombre porque a su vez le seguían echando cera. Enfrente la Ama le introdujo un dilatador por la uretra para proceder a dejar caer alguna gota de cera en la punta del dilatador para que tocase la punta de la uretra. El Amo que enculaba a Aitor le quitó la máscara que tapaba la mirada del chico que se dio cuenta enseguida que estaba siendo sodomizado por un hombre y por los espejos del fondo vio como Amaia se masturbaba sobre el suelo para luego proceder a comer el coño a la Ama.

Su mujer estaba a un lado desnuda acariciándose mientras le decía lo buen perro que era y como tenía un culo muy tragón cuando entró un Amo tan grande como el que le enculaba a él y por sorpresa cogió a Nuria poniéndole contra una mesa mientras alababa su culo y sin previo aviso sodomizarla de un solo golpe y follandola azotando su culo con la mano desnuda. Con una mano enorme y muy ruda empezó a masturbarla.

Por un lado, Amaia se corrió haciendo que se esmerara más en el cunnilingus que le hacía a la Dama y haciendo que también estallase. Por otro lado, el hombre que embestía a Nuria eyaculó sin poder sacársela y llenándola de semen. El Amo que estaba empalando a Aitor viendo todo el espectáculo y haciéndole una paja al sumiso hizo que éste se corriera y él también llenando la cara de Amaia de semen.

Por fin, se fueron todos a la ducha a limpiarse. A partir de ese día el matrimonio de Nuria y Aitor fue muy feliz con BDSM todos los días siendo usados por Amos o Amas y Nuria usando también a Aitor.

Este es un relato imaginario, pero me gustaría que me escribierais con vuestras opiniones a:

Picante100@hotmail.com