Vagón y lago
Coincidieron en el vagón del tren y tenían el mismo destino. Ya se conocían de algo. Tras el viaje tuvieron un conocimiento más profundo de sí mismos...
Vagón y lago
A Evita Diablesa
Casualmente hemos coincidido en el mismo vagón, no es algo planeado, pero ahí estamos y por suerte no hay nadie más con quien compartirlo. Al principio nos quedamos mirándonos un poco de reojo porque nos resultan familiares nuestras caras, hasta que nuestros ojos se encuentran en una mirada fija e intensa y nos reconocemos... Ante tal suceso sobran las palabras y falta solamente echar el seguro de la puerta del vagón. Estiras tu mano y... clic, seguro echado. Y mi mano se estira para coger tu mano en una caricia que asciende por tu brazo lenta como una fila de hormiguillas que te hacen cosquillas mientras mis labios se acercan para besar tus dedos y subo el beso por tu brazo suave hasta tu hombro y de tu hombro paso a tu cuello y lo beso y lo muerdo delicadamente y lo acaricio con la lengua lasciva que sube hacia tu boca para fundirse en un beso apasionado en el que nuestras lenguas se restriegan y se acarician y se abrazan mientras mis manos acarician tu cuerpo y tus manos recorren el mío despojándonos de las ropas, que caen al suelo; primero tu jersey y mi suéter, tu camisa y la mía, tu falda y mis pantalones ... y quedamos en ropa interior, tú con tus botas y yo con mis zapatos... Pero la ropa que nos queda tarda poco en caer al suelo, pues en un ataque de pasión y lujuria nos la arrancamos a bocados...
Desnuda y solo con las botas puestas te sientas sobre la cama desplegada del vagón y yo me arrodillo para besarte suavemente en la boca, mientras mis manos acarician tus piernas y tus muslos, y tus manos mis hombros, y tus uñas de tigresa arañan suavemente mi espalda, y ruges a mi oído unas palabras que me hacen bajar lentamente la cabeza por tu pecho y aprovecho para lamer y besar y morder con exceso tus pezones como si mis dientes fueran pinzas o perchas de los que colgar tus senos pletóricos y rebosantes que me apuntan acusadores, lujuriosos...
Continuo el beso arrastrando lentamente mi lengua por tu barriga entreteniéndome en tu ombligo y descendiendo hasta tu pubis, donde aspiro para absorber tus aromas y tus efluvios hipnotizadores y me deleito, te miro a los ojos, me sonríes picaruela y me sumerjo en tu sexo para comerlo y devorarlo y besarlo y lamerlo, y chupo con fruición y lentitud esos labios que me llaman y los muerdo con mis dientes como pinzas y los araño con mi lengua, que penetra entre sus pliegues hambrienta ... Entonces subes tus piernas sobre mis hombros para que mi boca te saboree con mas comodidad, pero al hacerlo dejas al descubierto el agujerillo de atrás..., y sin poderlo evitar mi lengua se desliza hasta él y lo lame y deposita sobre tu agujerillo saliva..., y mi dedo comienza a acariciarlo mientras mi boca sube hasta tu sexo en busca de tu clítoris, y comienzo a lamerlo y pellizcarlo con los labios y los dientes mientras mi dedo lentamente se introduce por tu culo entrando y saliendo, entrando y saliendo..., y mi lengua se adentra todo lo que puede dentro de tu sexo lamiendo tus paredes vaginales como si en ello le fuera la vida... Tus manos me agarran de la cabeza y la aprietan contra tu sexo para que chupe más dentro, más dentro, más dentro... Dos dedos ahora en tu culo entrando y saliendo y mi sexo enhiesto llama tu atención. Con tus botas me empujas hacia atrás y me acuestas sobre el suelo del vagón y te acuestas sobre mí en posición inversa y quedamos en un sesenta y nueve en el que nos devoramos como glotones cuyo plato favorito esta servido... Tú haces tus picardías con mi sexo y un poco más abajo con tus dedos y tu lengua...
Una vez saciadas nuestras bocas te levantas y te sientas sobre mi sexo, que apunta al tuyo, e introduces la punta entre tus labios húmedos y ardorosos y te dejas caer lentamente, cogida de las caderas por mis manos, que te suben y te bajan aunque apenas hace falta porque el traqueteo del tren nos mueve como si estuviéramos subidos sobre un vibrador gigantesco... Llevo mi mano a tu boca para que la chupes mientras nos miramos a los ojos..... Saco mi mano de tus labios y la llevo a tu sexo, donde comienzo a frotar y acariciar tu clítoris al compás de las subidas y bajadas subidas y baaajadas subidaaas y bajaaaadas hasta que los dos a la vez explotamos en un orgasmo que hace que se nos haga borrosa la visión...
En ese momento el tren se detuvo. Habíamos llegado a nuestro destino, que era el mismo, así que rápidamente nos vestimos y salimos fuera. Nos tomamos un café en una mesa del bar de la estación y hablamos un rato mientras con tu bota acariciabas mi pierna sobre mi pantalón, desde el tobillo hasta la entrepierna, con tu sonrisa picaruela y lasciva que se perfilaba tras las bocanadas de humo que me arrojabas a la cara mientras me enseñabas disimuladamente tu lengua sabrosa. Después del café cogemos un taxi y nos vamos a las afueras de la ciudad, a una zona de campo y montaña por la que cruza un río de aguas tranquilas. Nos adentramos en la montaña paseando hasta llegar a un rincón donde el río formaba una piscina natural de poca profundidad y allí al lado echamos una toalla al suelo y nos acostamos para descansar... pero nuestras manos no se contienen y comenzamos a acariciarnos lentamente por todos lados hasta que poco a poco nuestras ropas van desapareciendo de nuestros cuerpos y quedamos, ahora sí, totalmente desnudos... nos levantamos y nos zambullimos en el agua que esta fría pero que enseguida hierve porque nosotros estamos ardientes... Nos abrazamos y comenzamos a besarnos apasionadamente mientras nuestros cuerpos se frotan y resbalan uno sobre el otro, nuestras manos recorren nuestros cuerpos acariciándolos y nuestra excitación crece y crece mi sexo también y tus pezones se endurecen y mis dientes suavemente los muerden y los titila mi lengua y mi mano acaricia tu sexo y tu mano masajea mi sexo...
Te cojo de la cintura y te levanto poniéndote sobre mi muslo como si cabalgaras y mientras nos besamos y acariciamos, te subo y te bajo y así tu sexo se roza con mi pierna y gotea... Te extiendo sobre el agua y te quedas flotando, acostada boca arriba, te sujeto por abajo para que no te hundas y tu sexo queda ofrecido a mi boca, que se sumerge entre tus piernas y comienza a lamer alrededor de tu sexo, lame tus labios vaginales y los muerde dulcemente y mi lengua los acaricia e imita el girar de un torbellino alrededor de tu clítoris hasta que queda agotada de tanto lamer y lamer ... Entonces me pones a mí como tú estabas, y mi sexo queda expuesto ante ti para que te sacies con él, y lo besas y acaricias y lo lames con fruición y pasión, y muerdes mis testículos y mi glande, y por debajo del agua arañas mi espalda con furia mientras tu boca sube y baja por mi sexo...
Después te cojo y te pongo apoyada en la ribera del rió, dándome la espalda inclinada, y tu trasero queda expuesto ante mi, que bajo desde tu nuca besando tu espalda y llego hasta tu agujerito y lo lamo y juego en él con mis dedos y mi lengua, mientras mis dedos libres juegan con tu sexo y titilan tu clítoris, mientras gimes y mi sexo crece por tu excitación dos dedos dentro... meto mi lengua y lamo y lubrico tu ano... tres dedos... mi otra mano tiene dos dedos dentro de tu sexo... te muerdo en las nalgas... araño tu espalda... Gimes de placer y me susurras lasciva que la meta, métela... métela... ah ... Te agarro por las caderas y pongo mi sexo enhiesto en la entrada de tu ano ya dilatado y comienzo lento a penetrarte, mientras con una mano te cojo del sexo y lo froto con suavidad pero firmeza... mi sexo te penetra lento... aúllo de placer y mi sexo crece aún mas ante la excitación... Ya ha entrado la mitad y lo saco lentamente para volver a introducírtelo con suavidad... la mitad... tres cuartas partes.... aah... ahora mis testículos golpean en tu sexo porque mi sexo ha entrado entero dentro de ti por detrás y comienza el movimiento con un ritmo fijo y suave al principio, pero el ritmo se va acelerando mientras te acaricio con más fuerza el sexo y las embestidas se hacen más fuertes y los gemidos aumentan... giras la cabeza y nos miramos a los ojos... tú te pellizcas los pezones y yo te agarro ahora con las dos manos de las caderas para penetrarte con dulzura y firmeza entera.... pasas una mano por debajo de tu sexo y agarras mis testículos y los aprietas... te suelto de un lado y llevo mi mano a tu sexo y acaricio con velocidad tu clítoris... Ya me falta poco , me dices, vamos , gritas entre gemidos ahogados hasta que con un susurro sordo y prolongado te tiemblan las piernas y te desmayas en un orgasmo intensísimo justo en el momento en que me corro silbando tu nombre.