Vacunándome

Ayudando en mi ciudad a vacunar a los viejitos...

Hola a todos… hoy voy a escribir un relato real de alguien que conozco y me lo contó hace poco, me recuerda a mi misma cuando era una “niña joven"… hablaré en primera persona para que sea más sexy y se sienta más la historia… disfruten…

Me llamo Raúl, aunque cada vez, más gente me llama por mi sobrenombre; Afro. Viene de Afrodita la Diosa de la belleza y la sensualidad, creo que me lo he ganado a pulso, me describiré para que lo entiendan mejor.

Tengo 19 años recién cumplidos, mido 1.67, de piel blanca que siempre trato de llevar acaramelada por el sol, amo broncearme y dejar la marca de mis pequeñísimos bikinis en mi cintura… soy lampiña, de cabello castaño en rulos, lo llevo medio largo… tengo unas piernas hermosas que gracias a la natación y la bici tienen un aspecto que invita a disfrutarlas, ellas te llevan a una cola hermosa, mis pompis son paraditas y en forma de pera… cada una de mis nalgas son un manjar digno de comerse con las manos.

Desde que tenía los 10 o 11 años descubrí mi homosexualidad, pero ese cuento lo dejo para otro día. Desde esa edad me ponía la ropa interior de mi hermana cuando me quedaba sola, descubrí que me veo mejor con ropa interior femenina y que se lo debo a la naturaleza, mi colita en tanga es una hermosura… y eso lo sé usar muy bien.

Cuando comenzó esta pandemia me regresé a casa desde mi universidad en Barcelona ya que no sabíamos que pasaría y nos confinaron, eso fue aumentando mis necesidades de piel… pero desde que se han ido abriendo las oportunidades me he puesto manos a la obra para ayudar a mi prójimo y de paso alimentar a mi colita hambrienta.

Todo esto ocurrió hace muy poco, hace un par de semanas, fui al centro de vacunación de mi ciudad a ayudar en lo que se pudiera, voluntariamente me ofrecí a colaborar a ayudar a esas personas mayores a lograr su vacunación sin problemas, fui la más feliz todo el día rodeada de hombres de verdad… vendiéndome y yo disfrutando de mi puesta en escena.

El primer día me puse una tanga mínima de color negro, que apenas tiene un triangulito atrás y que me levanta aún más mi cola perfecta… un chándal de algodón, blanco de corte bajo que si levantaba mis brazos dejaba ver las cintas negras de mi tanga en la cintura y si me agachaba a propósito, mostraba el triangulito entre mis nalgas ricas… arriba me puse una camiseta de ACDC, me fascina el rock, y un suéter con capucha de esos que llaman los americanos, un Hoodie.

Me había dado un baño rico y olorosa con mi perfume discreto me dirigí al centro de vacunación, disfrute mucho mi viaje en el transporte público, tanto que casi no llego a mi voluntariado, me encontré con que un joven de 65 años venia apretando su hombría en mi cola de lo lleno que venía el bus, yo no solo se lo permitía, acomodaba mis nalgas a su bulto haciéndole pasar un feliz viaje y disfruté mucho de su erección, su respiración y lo que más me vuelve loca, mi entrega; me mata sentir que me desean y me mojo al sentirlo y entregarme al placer, eso ya me puso a tope, ya con eso tenía para todo el día, llegué mojadita al centro de vacunación y dejando a mi acosador de autobús muy triste cuando me bajé en mi parada. Otro día será, pensé para mis adentros…

Luego de registrarme me dirigí a mi puesto asignado justo en la entrada del centro y allí me dedicaba a recibir a las personas y explicarles donde ir según su edad y su necesidad.

Durante la mañana solo un par de señores me demostraron interés, creo que para la mayoría su mayor interés era lograr su vacunación y no estaban por vacunarme a mi… tristemente comencé a pensar que no lograría encontrar sexo ese día… menos mal que…

Me di cuenta que había un señor que no dejaba de verme a lo lejos, a él le dediqué mis mejores movimientos e inclusive me pareció ver que se acarició su hombría más de una vez… decidí acercarme para reconfirmar si me estaba “viendo" como me lo estaba imaginando o solo mi hambre me hacía ver ilusiones, de comprobarlo podría atreverme a más…

Me retiré de mi puesto unos minutos con la excusa de ir al baño y en el camino me acerqué a él lo suficiente para verlo bien de cerca y dejarme ver mejor, el clavó su mirada en mí, tanto que tuve que saludarle al pasarle al lado, me metí en el baño muy nerviosa y excitada, me metí en un cubículo sin cerrar la puerta y bajando mi chándal dejando ver mi cola enfundada en mi tanga mínima… así estuve unos 3 minutos mostrándome y nada que escuché nada, ni sentí a nadie… me arreglé y salí del baño, en la puerta estaba el susodicho hombre, que me lanzó una mirada que casi me hace correrme allí mismo, no se si me vio cuando estuve semidesnuda en el baño o que, lo que si logré fue comprobar que me veía con deseo, eso ya me tenía lista para lo que fuera…

Volví a mi trabajo y no pude pensar mucho en mi admirador…

Las siguientes 2 horas fueron muy duras ya que había bastante gente, pero a eso de las 2 pm llegó la hora de descanso y nos daban para comer una hora… yo no había llevado nada de casa y al verme allí sin nada que comer decidí ir a buscar algo para comer, cuando ya salía del centro escuché una voz para que me detuviera, era él, mi admirador, casi me había olvidado de su existencia de lo cansada que había sido la última hora.

-Jaime: Hola, ¿a dónde vas?, mientras me tomaba del brazo.

-Jaime: soy Jaime y estoy acá ayudando con la logística y sé que es tu primer día y tu primera hora de comida, creo que no sabes que acá damos comida a quién no tenga… Ven conmigo y te llevo al comedor, acompáñame…

Para ese momento yo estaba completamente enamorada y derretida por este hombre magnífico, tendría unos 65 años de juventud, hermoso, de piel blanca y cabello rubio que le coronaban, pero lo mejor era como me veía y además que lo había pillado antes viéndome desde lejos pero no me di cuenta que trabajaba acá como voluntario, pensaba que era otro paciente que venía a por su vacuna… me llevaba al comedor medio tocándome la espalda para dirigir mi camino…

Allí había una especie de mini bufete donde los voluntarios hacían fila para su plato de lentejas… que por cierto estaban buenísimas.

Me dejó al final de la cola y dándome una mirada aún más lujuriosa que todas las anteriores, me invitó a que me tomara un café con el cuando terminara de comer… me explicó donde me estaría esperando.

Comí, muy ansiosa…

Había un cafecito casi antes de entrar en los baños, allí me estaba esperando cuando terminé de comer mis lentejas.

-Yo: Hola, gracias por todo, moría de hambre y además estaban re buenas esas lentejas.

-Jaime: no te preocupes, te he estado viendo trabajar y quiero que estés feliz y satisfecho…me llamó Jaime y ¿tu…?

Yo: me llamo Raúl, pero todos mis amigos cercanos me llaman Afro, Afrodita… mientras estiraba mi mano para estrechársela… el la apretó, suavemente y al escuchar mi mote, me acarició con su pulgar diciéndome, “no me lo tienes que explicar, eres todo lo que esa Diosa representa"

-Jaime: ¿y como quieres que te llame? ¿Raúl o Afrodita?

Esta vez fui yo la que, sin soltarle la mano, le acaricié con mi pulgar viéndole a la cara muy cerca le dije, “llámame Afro…” ya estaba todo dicho…

Creo que no había mucho más que explicar, creo que a buen entendedor pocas palabras, este maduro había puesto sus ojos en mi y mi cola estaba lista para conocerle… no había ni que explicarlo…

Nos tomamos el café platicando un poco más de todo un poco y justo cuando ya me tocaba regresar a mi puesto, me levanté y estirando mis brazos le di una buena vista de mi cintura y mi tanga, el sin ningún complejo vio y disfrutó de mi muestra… le dije; “voy Al baño y de nuevo a trabajar”, se levantó como con un resorte y diciendo que el también tenía que ir al baño y también a trabajar…caminó a mi lado hacia los baños…

Entramos y no había nadie, el se quedó justo en la puerta mientras me veía que entraba al cubículo, de espaldas a él, solo me baje mi chándal hasta los muslos dejándole conocer a mi cola hermosa, sin decir palabra se acercó, yo estaba meando con mi cola paradita y lista a lo que viniera, sentí su mano tomando mi nalga derecha y mientras su pulgar apretaba suavemente y muy cercano a mi hoyito que estaba feliz, feliz… gemí y me dejé tocar…pudo haber hecho conmigo lo que quisiera en ese momento, total, yo a eso había venido, a pescar una buena sesión sexual… sin darme la vuelta terminé lo que estaba haciendo y moví mi mano en busca de su polla, la encontré dura y palpitante bajo sus pantalones, sin dejar de masajearme la nalga se acercó a mi oído y me dijo; “nos vemos a las seis, a esa hora terminamos ambos, te estaré esperando en el café"

Estaba totalmente derretida por este macho divino… volví a mi puesto y les juro que las horas pasaron más lentas que el caballo del malo… duró una eternidad ese rato y además que no lo volví a ver mientras trabajé….

Por fin las seis de la tarde…

Me despedí de mis compañeros y me fui al café en busca de la felicidad, no había nadie… esperé unos diez minutos y no llegó nadie, medio molesta me levanté para irme, cuando de la nada apareció, me pidió disculpas por el retraso y sin decir nada más me tomó del brazo y me dijo vámonos mi Diosa, muero de ganas de darte mi alma…

Salimos hacia la puerta principal y caminando un par de cuadras me dirigió hacia un edificio que estaba siendo remodelado, nos detuvimos en una gran puerta de metal, sacando unas llaves abrió ese portón, del otro lado había una especie de solar y mientras caminaba me explicó que estaban remodelado ese lugar para venderlo, apenas había dado un par de pasos cuando sentí que había cerrado de nuevo el portón, se abalanzó a mi espalda abrazándome y pegando toda su hombría de mi…

Sus manos recorrían todo mi cuerpo mientras sentía su punzante y dura polla en mi cola, me comencé a quitar el suéter, cosa que aprovechó para meter sus manos dentro de mi camiseta y pellizcar mis pezones mientras me besaba el cuello y con su lengua me lamia… huy que rico me estaba haciendo sentir, sus manos me acariciaban divinamente y su polla durísima me quería penetrar con todo y ropa…

Sin dejar de tocarme toda, me fue dirigiendo hacia otra puerta que daba al interior de una especie de bajo que estaba en remodelación pero que se utilizaba como depósito, había muchos sacos de cemento, envases de pintura, herramientas y al fondo un sofá pequeño…

Cerró la puerta y volviendo a adueñarse de mi cuerpo desde mi espalda hizo que me apoyara de los sacos de cemento, haciendo que con este movimiento empinara mi cola retándole a todo… de un tirón me bajo el chándal y mis nalgas quedaron desnudas ante el que simplemente grito; “mamita rica, estas divina"… inmediatamente colocó sus manos en mis glúteos acariciando con sus dedos las costuras de mi tanga y por sobre todo mí hoyito hambriento…

Suspiraba y gemía una y otra vez, me tenía loca… mientras seguía acariciando cada centímetro de mi cola con una mano, con la otra bajaba su pantalón… hasta que sentí su animal de carne buscando una entrada entre mis nalgas hermosas, lubricado por los líquidos producto de su deseo… seguí disfrutando de sus manos, su respiración en mi cuello, su polla lubricando el valle del placer entre mis nalgas y su deseo infinito queriendo hacerme de todo.

Moviendo mi cuello le busqué su boca que abierta recibió la mía dejando que nuestras lenguas se violaran mutuamente, seguí besándole mientras volteaba mi cuerpo hacia el, sentí su mano adueñarse de mi pollita que dura y feliz salía por un lado de mi tanga… comencé a agacharme para comerme su hermoso ariete vikingo lleno de néctar dulce que me entregaba como ofrenda a mi, su Diosa… chupé su cabeza y lamí su frenillo sacándole un grito profundo, sordo y muy varonil… era mi macho entregado. Me agaché más aun y me comí una por una sus hermosas bolas rosadas y tibias, mientras le miraba directamente a sus ojos que me veían con una lujuria digna de cualquier libro prohibido…

Metió sus manos en mis axilas haciéndome levantar, tomándome de mis bíceps me manejo cual maniquí hasta que hizo que me sentará en el viejo sofá, me pidió que me pusiera boca abajo, pero el sofá era pequeño y para poderme poner boca abajo como quería era mejor si ponía mi estómago sobre el apoya brazos, quedando así mi cola en alto, como en display, una vitrina para una joya que esperaba ser poseída…

Sentí sus manos abrir el camino, acercando su cara comenzó a comerse mi chochito rico, mi joya de la corona, mi fresón en almíbar, bueno, más bien con su lengua llenó mi fresón de almíbar… estaba lubricándome profundamente haciéndome gemir y casi ahogarme en busca de más aire para mis pulmones que estaban a tope alimentando de oxígeno a mi corazón desbocado, su lengua era un taladro enorme que abría mi culito dormido tras la ausencia de sexo durante mucho tiempo, que ricura sentía todo por todas partes mi piel era un solo sentido, el de la entrega… gritándole le dije: “méteme ya tu carne…!!!”

Sintiendo como su mano derecha hacia a un lado completamente mi tanga, sentí su glande encontrar mi fresita divina y colocarse en posición de ataque, suavemente entró su cabeza abriéndome poco a poco, sentí un dolor profundo pero el placer era sublime y de un solo movimiento de mis caderas me metí todo ese pedazo de hombría en mi cola hambrienta, quedándonos quietos mientras ambos nos fundíamos al unísono en un gemido animal.

El dolor fue bajando y mi lujuria subiendo, haciendo que instintivamente mi cintura bailará con mi cadera suavemente, logrando que el me tomara por mi estómago y besando mi espalda comenzara a meter y sacar su animal haciendo de mi su puta excitada, yo solo le gritaba que me diera rico ; “dame tu carne rica mi papi divino, métemela otra vez, así… más, así ahhhh, así métemela más!!!” Me estaba bombeando con su manguera haciendo que mis piernas comenzaran a temblar anticipando lo que se venía… comenzó a hacer ruidos de monstruo mientras con sus manos en mis caderas marcaba el ritmo de su propia eyaculación que ya era algo inminente, le grité con voz de niña excitada; “¡acábame adentro, lléname toda!!!!” estallando dentro de mi con furia, llenando cada rincón de mi alma con su néctar, una y otra vez me penetraba y en cada uno de sus movimientos profundos otro chorro sentía dentro de mí, a cada movimiento le apretaba con mi ano haciéndole gemir mientras lo exprimía dejándole seco por dentro y yo llena y mojada en mi interior…

Sus néctares se convirtieron en el mejor lubricante natural y el sin bajar ni un ápice su dureza y su poder seguía copulándome la vida…

Saco su polla de un tirón y se sentó en el sofá, pidiéndome que lo cabalgara, en menos de dos segundos mis piernas estaban a cada lado de sus muslos y volvía a enterrarme su miembro profundamente dentro de mi alma, comencé  darle la cabalgada del siglo, con su tronco completamente enterrado levantaba mis caderas hasta que con vértigo casi se salía de mí, volviendo de nuevo a moverlas hacia abajo, llenando mi hoyo de su carne completamente, subía y bajaba, gritaba y gemía como hembra loca sobre él, sintiendo que mi orgasmo estaba a la vuelta de la esquina, le dije; “lléname otra vez de tu leche, préñame mi papi divino” , poniendo sus manos en el sofá para hacer palanca y levantar mejor sus caderas hacia mí, me metió aún más su tranca en mi cola feliz y en un grito que debió escucharse en kilómetros a la redonda eyaculó una vez más en lo más profundo de mi cuerpo mientras mi pollita también explotaba de felicidad y  llenando su pecho con mi néctar divino… nos fuimos relajando entre convulsión y convulsión hasta que quedamos rendidos, él en el sofá con sus ojos cerrados y yo empalada sobre él, con mi boca abierta jugando con sus labios y su lengua…

Esta había sido la mejor vacunación de mi vida….

Aún sigo yendo a trabajar a diario, hay aún mucha gente por vacunar y a mi me vacunan a diario… soy suya… soy de ese macho divino llamado Jaime…

FIN