¿Vacaciones sola? Parte 1 (primer día)

Vacaciones en la playa en compañía de desconocidos.

La playa es un lugar especial, para los que viven alejados de ellas son un sueño, para los que viven en ellas a veces son asfixiantes o incluso son parte de tu trabajo.

Mi pareja y yo trabajamos en nuestra ciudad natal, muy alejada de la playa, nos tiramos todo el año hablando de ir a Valencia, Alicante..... Etc... Pero a la hora de la verdad estamos siempre limitados por el trabajo. Pedir vacaciones, que te las concedan o... como algún año nos ha pasado... que te las denieguen.

Por suerte tenemos 23 años los dos y no tenemos ningún hijo a cargo, sino sinceramente estaría muy agobiada.

Se acercaba Junio y habíamos reservado una semana en un hotel cerca de Castellón, en el último momento a mi novio le dijeron que no podían darle vacaciones, yo me molesté mucho con él aunque sabía sinceramente, que él no tenía culpa alguna y necesitábamos trabajar para mantener nuestro nidito de amor.

Mi novio el pobre empezó a insistirme en que me fuera sola y él iría el fin de semana, no sé en qué estaba pensando, o tal vez sí, pero decidí irme sola.

Tras varias horas de viaje por fin estaba en aquel lujoso hotel, tenía piscina propia y estaba a pie de playa. Lo primero que pensé fue sin duda en ir a la playa, pero ya era bastante tarde así que decidí que me daría un baño en la piscina y me acostaría pronto para desayunar en la playa leyendo algo.

Yo soy una chica rubia teñida, un poco bajita y con algo de cintura, pero con un culo durito (sin pasarse) y con mucha delantera (así enamoré a mi novio), no tengo el vientre plano ni con abdominales, tengo algún michelín pues, no soy una top model ni mucho menos, pero yo creo que estoy muy bien.

Decidí ponerme un bikini nuevo que me había comprado, de color naranja fosforito, al mirarme al espejo pensé en mi novio, que se llama Carlos, el pobre se pondría super tonto de verme así, cogí mi móvil y le mandé un whatsapp con mi foto ;).

  • Carlos kari:

"Cabrona seguro que vas a ser la envidia de la playa".

^^ Decidí no contestarle, me gusta hacerle de rabiar.

Finalmente bajé a la piscina, parecía muy tranquila, solo había un grupo de niños con sus padres en la orilla y un grupo de cuatro personas mayores dentro del agua.

Yo decidí meterme en el agua también, estuve buceando un poco y nadando de un lado a otro, lo poco que permitía la piscina, hasta que sin querer tropecé con un hombre del grupo que describí antes.

  • Lo siento, ¿le he hecho daño? - Pregunté yo.

  • Tranquila joven - Me dijo el hombre mientras contemplaba que perdía el control.

Rápidamente lo abracé como pude, el hombre se agarró como pudo a mí, sentí como una de sus manos me cogió del culo y la otra sujetó fuertemente la tira del nudo de la parte superior del bikini.

Yo no tuve fuerzas para sujetarlo y el hombre calló de espaldas, mientras caía pude notar como mi bikini se iba con el. Casi me muero de vergüenza, como pude tapé mis tetas y buceé para sacar al hombre del fondo del agua.

El hombre me lo agradeció muchísimo, pero seguía con el bikini en la mano y no lo soltaba, sus amigos (los otros tres) se acercaron a mí. Pude notar todas las miradas clavadas en mí.

  • Oh perdona, casi lo olvidaba - El desconocido extendió la mano devolviéndome el bikini.

  • Espera yo te lo pongo - Dijo otro hombre de su grupo.

  • No gracias, no se preocupe - Dije yo.

Para ponerme el bikini tuve que soltar mis manos de mis tetas y estas botaron un poco, pude notar como todos me miraban sin decir ni una palabra, a mí la situación me empezó a excitar, los cuatro hombres tenían alrededor de 50-60 años, con una panza cervecera como la de mi novio, cosa que me pone desde que tengo uso de razón,  no sé porqué...

Acabé de atarme y colocarme el bikini y cuando me estaba girando para proseguir con mis largos, el hombre con el que tropecé y ayudé a que subiera del agua y no se ahogara me dijo:

  • No nos has dicho tu nombre.

  • Me llamo Elena.

  • Muchas gracias por ayudarme antes.

  • Había sido culpa mia, tenía que ayudarle - Dije mientras guiñaba un ojo.

  • ¿Por qué no dejas que te invitemos a tomar algo?

Acepté la proposición, pues a fin de cuentas estaba sola y me vendría bien tener algo de compañía un rato, ya tendría días para estar sola.

Todos se presentaron:

Juan era la persona a la que había ayudado, tenía 64 años, pelo largo blanco, por lo que estuvimos hablando era heavy y mantenía sus ideales de drogas, fiesta y sin compromisos.

Alberto tenía 54 años, era el joven del grupo, al parecer un motero, con família lejos de allí, le gustaba juntarse con sus amigos y dejarlo todo, era calvo y también era sin duda el mas tímido y con mayor tripa.

Enrique tenía 57 años, era empresario, el único del grupo que había prosperado, estaba divorciado, tenía el pelo corto y mucha barba.

Simón tenía 67 años, era el más mayor, también motero y heavy, trabajaba de pintor, tenía bastantes entradas y llevaba una coletilla pequeña.

Fuimos al bar del hotel, yo les insistí en que me subiría a cambiar para ponerme algo decente, pero ellos dijeron que no, que así estaba bien y que nos tomábamos algo rápido.

Empezamos con cerveza mientras me contaban cosas de su vida, yo también les comenté que andaba sola y que mi novio vendría el fin de semana, más o menos estuvimos una hora hasta que Juan dijo que empezáramos a tomar algo más fuerte, bebida de verdad dijo.

Empezaron a pedir cubatas, yo no soy nada tolerante al alcohol pero no me dejaron no beber, eran todos majísimos y cada vez me caían mejor.

Estuvimos como una hora más con conversaciones amenas, el alcohol me empezaba a subir y a ellos al parecer también.

Simón propuso que siguiéramos en su habitación tomando algo, me pareció una buena idea, pues me lo estaba pasando genial, subimos a su cuarto y sacó una botella de brugal.

Empezamos a tomar chupitos y las conversaciones tomaron un rumbo erótico y personal. Juan y Simón empezaron a contar batallitas que habían tenido con mujeres.

  • Pues yo estuve una hora con la zorrita esa, siempre pedía más - Dijo Juan.

  • Ohh sí, después me la cepillé yo otra hora más, ahí sí quedó exhausta - Dijo Simón.

  • Hala, hala una hora, si mi novio su día más fuerte fue 15 minutos - Comenté yo.

  • Es que tu novio no debe saber, ¿Cuánto le mide? - Preguntó Juan.

  • Bueno... No se la he medido nunca pero es muy grande - Exclamé contenta.

  • Seguro que te estás tirando un farol, no creo que sea más grande que la mía. - Insistía Juan.

  • Vamos, yo creo que ya a tu edad eso ha bajado de proporciones, eh - Dije entre risitas.

  • Dame un momento para acordarme de la visión de tus tetas antes, cuando te he quitado el bikini, y te lo demostraré.

  • ¿¿QUÉÉ??? ¿Me lo has quitado antes aposta? - Dije sorprendida y a la vez algo molesta.

  • No te enfades, ya a nuestra edad tenemos que buscarnos las mañas... Si tuviéramos 20 años menos te conquistaríamos todos rápidamente. - Dijo Simón.

  • Bueno venga, tanto hablar, enséñame la polla a ver. - Dije algo enfadada y excitada por sentirme deseada de estos desconocidos, quería también dejarles mal, pues me estaban tratando de niñita de porcelana e inocente, sabía que la tendría pequeña o no se atrevería a enseñarla delante de sus amigotes de toda la vida.

  • Es que la edad... ¿por qué no nos las enseñas un poquito y me ayudas?

De golpe me incorporé e hice un gesto de ir a quitármelo, pero en el último momento pensé "¿Qué demonios estoy haciendo?".

  • Vamos, ¿no me digas que eres sosa? - Dijo Juan

  • No es que ... mi novio....

  • No se enterará - Dijo Simón.

Me quité el bikini y Juan se incorporó también bajándose el bañador, sin duda su polla era asombrosa, nunca había visto nada igual.

Simón de golpe también se levantó con un chupito.

  • Vamos a jugar a un juego, tenemos que bebernos los chupitos sin derramar gota, Elena, tienes que sujetar el chupito con el canalillo de tus tetas.

Me encantó la idea, estaba excitadísima.

Uno por uno fueron bebiéndose chupitos puestos en mis tetas, todos al ir a beber me las tocaban y me decían: "yo sujeto, tranquila".

Estaba que ardía y comenté:

  • ¿Bueno y ahora yo de dónde bebo?

Juan se derramó el chupito en su polla, yo me agaché y comencé a chupar, estaba en éxtasis y no me di cuenta de que el pobre también, de golpe empezó a brotar semen, yo me iba a apartar, pues nunca he chupado una polla hasta hacerla terminar, me daba algo de asco el semen. Las manos de Juan impidieron que me pudiera mover teniéndome que tragar aquel chorro que sobresalía por la comisura de mis labios, tuve un orgasmo que todos notaron, me encantó.

Simón me dijo que ahora le tocaba a él beber chupito, me quitó la parte de abajo del bikini y comenzó a chuparme mientras que Alberto y Enrique me metían mano, yo les hacía una paja a cada uno, ya tumbada en el suelo, ellos dos de rodillas y Simón con su lengua en mi vagina.

También empecé a chupar esas dos pollas que tenía en la mano, estaba totalmente ida, creo que ésta fue la mayor experiencia sexual de mi vida (al menos hasta el momento).

Alberto y Enrique se corrieron, uno en mi boca también y el otro en mi cara, lo hicieron de forma simultánea mientras yo gemía de placer.

Quería polla pero ya había agotado a Juan, Enrique y Alberto.

Paré con la mano a Simón y le dije: "por favor, fóllame".

Me hizo girarme, de forma que estaba tumbada boca abajo y empezó a penetrarme suavemente, yo no me movía, la verdad, nunca me muevo cuando lo hago con mi novio, siempre lo hemos hecho así y él había sido el único chico hasta ahora.

Estuvimos un poco así (en ese rato sin yo saberlo en ese momento el resto estaban grabándome con el móvil, en próximos relatos sabréis porqué).

Entonces me hizo ponerme a cuatro patas y comenzó a cabalgarme, mis tetas rebotaban y de vez en cuando me las agarraba con mucha fuerza, con desesperación.

Juan se acercó de nuevo y empezó a meterme mano en las tetas también, cuando Simón no lo hacía.

Estuvimos bastante tiempo así, yo había perdido la cuenta del tiempo, estaba algo borracha también. Me empezó a escocer de tanto que llevábamos.

  • Acaba ya cabrón, que me escuece.

  • Es que eres muy sosa. - Dijo el muy cerdo de Simón.

Me hizo cambiar de postura, ahora estaba yo encima, nunca antes había estado.

Empecé a moverme como pude, por las caras que ponía sabía si iba bien o mal hasta que finalmente se corrió dentro de mí, yo no lo vi venir, no sabía que lo iba a hacer, no estábamos usando protección pero tampoco le di demasiada importancia, pues tomo anticonceptivos, aunque ese día había olvidado tomarlos.

  • Ahora sí eres una profesional - Dijo Simón

Cada uno me pagó 100 euros, yo no dije que no la verdad, y me fui a mi habitación (andando desnuda por los pasillos).