Vacaciones llenas de tentación

¿Cómo sabrá mi prima? Mi mano se movió más rápido, y perdí la atención que le había puesto al video para ver en mi mente a mi prima desnuda, para mí solito y sentir mis manos recorriendo su cuerpo… Cómo sabría, cómo me tocaría, cómo sería empalarla… Tocar sus nalgas, acariciarlas y probar su coño. N

Lamento mucho que la ortografía me fallara en el relato pasado... Ahora intento seguir sus concejos, y aquí publico de nuevo, lo que un lector me ayudó con una fantasía que me envió. Gracias O.J, Realmente sí me ayudó mucho lo que me enviaste, y lamento que no sea tan parecido, pero gracias.

Era viernes por la tarde cuando mi familia y yo llegamos a Puerto Vallarta, la verdad era que no íbamos todos, solo mi papá, mi mamá, mi tía y mi prima, que había cambiado bastante en los últimos meses, era bastante atractiva. Las vacaciones familiares las habíamos planeado durante mucho tiempo, ya que el hotel en esa temporada tenía mucho auge, pero la diferencia era que estaba dividido en dos partes: la de sólo para adultos, y la de niños y adolecentes menores de dieciocho años. Mis tíos apartaron dos habitaciones distintas para Carolina y para mí, pero una al lado de la otra en cualquier emergencia, ya que al parecer me tenían desconfianza.

Esa tarde, lo primero que hicimos fue llegar y acomodarnos, la verdad es que siempre me he llevado bien con ella, soy mayor por dos años, ella sólo tiene quince, y solemos platicar y pasarla muy bien. Carolina siempre había sido bonita, interesante, pero esta vez que la vi, parecía más atractiva que las veces anteriores, probablemente porque había crecido, y porque no se seguía vistiendo como niña, si no que más bien como una adolecente. Ella es un poco alta, al menos 1.65 m y es delgada, atlética, ya que está en el equipo de Volley Ball de su colegio. Esas vacaciones llevaba un short de mezclilla, que permitía una vista de sus largas, torneadas, firmes y suaves piernas, aunque intenté reprimir mi imaginación sobre lo que había debajo de su ropa. Sus pechos eran perfectos, ni grandes, ni pequeños, prometían estar firmes, no podía esperar por verla en traje de baño. De seguro que habría traído uno de dos piezas, mucho mejor para mí.

Camino hacia nuestras habitaciones, iba alegre, parecía que las vacaciones le sentaran bien, al igual que la playa. Acomodamos cada quien nuestras cosas en la habitación, y después fuimos con la familia a conocer Vallarta viejo.

Cuando salimos, iba todo perfecto, disfruté el calor del lugar… Mi mamá comenzó a hablar con Carolina, e hizo que se alejaran hacia adelante, como una plática de mujer a mujer, el caso es que la vista era tan buena, movía acompasadamente sus caderas, que perdí realmente la razón del momento. Sólo pensaba en lo bien que se veían sus piernas y ese trasero que iban delante de mí. Sentí un poco de calor, y sentí cómo creció mi polla levemente, y gracias al cielo, no se notaba. Dejé que se me olvidara un poco, luego fuimos a comer… La verdad era que la comida no era tan buena como en otras partes, pero lo disfrutamos. Carolina comía camarones, y de nuevo me calentó porque lo hacía de una manera provocativa, y que hasta llegaba a pensar que si así sería como mamaría una verga…

Al llegar al hotel, mis tíos y nosotros nos separamos por el área, y quedamos de vernos a la mañana siguiente para desayunar, que eran al menos las siete, y ellos tenían actividades, como noche de disco.

-¿Una competencia a ver quién es más rápido para cambiarse e ir a la alberca?-retó Carolina

-Mejor con calma-respondí no muy convencido. La verdad era que seguía duro, y quería quitarlo antes de que ella me viera así.

-Eres un amargado-giró los ojos al techo.

-Nos vemos en media hora-anuncié, ella asintió.

Abrió la puerta de su habitación, y entró sin más remedio para cambiarse. Entré a mi habitación, y me senté en la cama de inmediato, junto a mi maleta para sacar mi computadora portátil…

Bajé mi pantalón, y mi ropa interior para quedar desnudo de la cintura para abajo, y puse un video porno, de los de Redtube, no tenía imaginación. Una rubia ardiente de poco pecho se besaba con su amiga, en una de las clases para “aprender a besar”, si mi verga estaba tiesa, ver a dos mujeres juntas me hacía excitar más. La rubia le quitaba de pronto la blusa a su amiga, que era una chica de cabello castaño, y se encontraba con la sorpresa de que no llevaba sujetador, y dejaba ver unas tetas firmes, y con los pezones tiesos, la rubia tomó uno de los pechos, y comenzó a besarlo, lamerlo, mordisquearlo y disfrutarlo, mientras que la otra gemía de placer, sin pensarlo dos veces, me puse la mano en la polla erecta, y la acaricié suavemente, de arriba a abajo… La rubia dejó de besarle los pechos, después de dos minutos, y ambas se volvieron a besar apasionadamente, se ayudaron a quitar la ropa, y la chica rubia hizo a su amiga acostarse con las piernas abiertas, para dejar a la vista un coñito jugoso, e hinchadito. La rubia se acercó, y la penetró con la lengua, moviéndola como si estuviera chupando un dulce, y la otra gemía como loca, hasta que se tensó y se corrió en la boca de su amiga. Mmm… ¿Cómo sabrá mi prima? Mi mano se movió más rápido, y perdí la atención que le había puesto al video para ver en mi mente a mi prima desnuda, para mí solito y sentir mis manos recorriendo su cuerpo… Cómo sabría, cómo me tocaría, cómo sería empalarla… Tocar sus nalgas, acariciarlas y probar su coño. No tardaba mucho en correrme, y solté un bufido justo cuando derramé la leche. ¡Qué rico! Después tomé una ducha relajante, para después encontrarme con Carolina.

Al salir, noté que ella chasqueaba la lengua, impaciente porque sólo había tardado cinco minutos. Llevaba una toalla a su alrededor, lista para nadar. ¿Cómo sería su traje de baño?

-Lamento haber tardado-admití apenado

-No importa-sonrió de inmediato, sin mostrar algún tipo de molestia, y caminamos juntos a la alberca que estaba algo vacía. Lo mejor de todo es que los adultos que vienen de vacaciones casi no traen niños… Y entonces Carolina se quitó la toalla de su alrededor. ¡Vaya manjar! Los pechos si los tenía desarrollados, y exquisitos, sus piernas tenían una mejor vista, y su trasero… En ese momento quise estar de nuevo en la habitación, masturbándome.

-¿No vas a nadar, Jona?-preguntó

-Sí, en un momento-respondí, asustado. Estaba duro de nuevo, y no sabía qué hacer… Dejé la toalla a un lado, cuando ella estaba de espaldas y me metí rápidamente al agua. Carolina se había zambullido por un momento, y después se acercó a mí.

-¿Quieres jugar?-preguntó

-¿A qué?-respondí

-Competencias de nado… Ya sabes, ¿no?-preguntó

-Ah, claro-admití. Nadamos un poco, pero no se me bajaba la erección, aumentaba más ya que las gotas de agua en su piel me hacían pensar en querer lamerla, y en un momento, sus pezones se endurecieron, marcándolos en el traje de baño.

-¿Y si mejor platicamos?-pregunté

-De acuerdo-asintió, con una sonrisa.-¿Por qué tardaste tanto en salir?

-Estaba viendo un video-respondí, intentando no parecer tan nervioso.

-Y era erótico-agregó. La miré con cara de salido, me había descubierto, y no sabía cómo responder ahora…-Y no se te ocurra decirme que no, que se escuchaba que la pasabas bien.

-No le digas a nadie, por favor-pedí

-¿Por qué? Todos lo hacemos-respondió con ironía.-Jamás pensé que escucharía a un chico hacerlo…

La curiosidad comenzó a salir, y entonces comenzamos a hablar sobre temas sexuales, ¿acaso ayudaba?

-Sólo quiero ayudar-admitió al final

-¿A qué?-pregunté, perplejo, parecía que esperaba algo… Y después miró en dirección a mi traje de baño. Movió su mano, estando dentro del agua, y sacó mi polla que estaba dura de nuevo, me empezó a masturbar. No pude negarme, a pesar de que no era lo mismo, se sentía tan bien, hasta que casi me corro… De no ser que paró.

-Será mejor que nos vayamos ya-sonrió maliciosamente. Entendí su indirecta, y no me pareció tan mal salir de ahí, y tuve que encorvarme para poder salir de ahí sin que se me notara la erección.

En el elevador nos besamos apasionadamente, llegamos a su habitación y ella cerró la puerta rápido, me quité la toalla y nos acercamos para besarnos de nuevo, era un deseo, ya no era fantasía. La contemplo tal como es, la beso en los labios, me puse detrás de ella para disfrutarla,  y sintiendo sus senos en mis manos, besé tu cuello haciéndola estremecer, Carolina pegó nalgas a mi cuerpo frotándolas y sintiendo como mi rigidez está al límite deseándola, por encima del bañador. Mis manos se pierden dentro de su bikini y mis dedos juegan con tus pezones erguidos, listos para ser comidos. Sus manos buscaron y acarician dentro de mi bañador, masturbándome con esas gentiles manos, haciéndome ver el cielo. Nos desnudamos lentamente, nuestras respiraciones eran agitadas y llenas de deseo. La recosté en su cama y empecé a chupar sus pezones, son deliciosos duros, erectos, y el roce de mi lengua con ellos parecían mandar descargas de placer al cuerpo de mi prima, ya que se estremecía y gemía como una gata en celo. Me acuesto y comienzo a chupar su vagina de manera que ella podía chupar mi pene erguido, sabía a miel, a gloria pura, era tan deliciosa, mis labios y mi lengua se detienen en su clítoris provocándole un espasmo tanto que comienza a gemir, movió sus caderas buscando que siguiera con mi tarea pero con mayor intensidad, y gimiendo como loca. Me puse frente a ella y mi pene lo dirijo a su vagina, rojita, hinchadita y bien depilada, comencé a hundirlo, cierra los ojos mientras voy avanzando, su vagina está caliente, húmeda y palpitando. La penetro  y sin poder controlarme chupo sus senos porque quiero sentirla toda porque también mis manos están recorriendo su cuerpo acariciándolo por completo. Mueves sus caderas más y más rápido, estamos perdiendo el control de nuestros cuerpos, ellos actúan solos dejándose llevar por el deseo. Tensó sus músculos, arqueó la espalda, entornó los ojos y soltó un gemido de placer. No podía aguantar, seguía metiendo y sacando tan rápido que estaba sudando, y finalmente me corrí dentro de ella. Nos tumbamos en la cama exhaustos… Y después, supimos que lo repetiríamos durante nuestra estancia.