Vacaciones inolvidables. (Primera parte)
Una madre la cual consigue unirse hasta tal punto a su hijo que se acaba replanteando como será su vida después de esas vacaciones.
Les voy a hacer una breve introducción para que podáis conocer un poco más a esta madre y a este hijo.
Ella se llama Isabel, una madre normal de 43 años a la que la vida no le brindó demasiada suerte y con 22 años tuvo que hacerse cargo de su hijo ella sola puesto a que su pareja en ese entonces decidió que la mejor idea era irse a por tabaco en vez de hacerse cargo del hijo que iban a tener. Ella es una mujer que aún no estar entrada en carnes tampoco estaba delgada, pero con un poquito de labia se ganaba a cualquier hombre que ella quisiese, puesto que hacia de vez en cuando deporte y se mantenía más o menos en forma.
El hijo se llama Pablo, tiene 21 años y como nunca conoció a su padre, el vive agusto con su madre sin tener la necesidad de que ningún hombre le corriga sus malas conductas, un chaval que aún teniendo malos hábitos, le gustaba ganarse sus propios díneros y tejerse su buen futuro para que cuando se tenga que independizar no tenga que depender de nadie, nada más que de su sueldo.
Ahora ya que conocéis un poco más en detalle como fué su vida hasta llegar aquí, comenzaré con la historia.
Todo comienza cuando una madre se cansa de solo trabajar y tener que sacrificar toda su vida para darle de comer y tener un techo en el que vivir a su hijo.
Ella decide comentarle a su hijo que necesita unas vacaciones para notar que no sólo trabaja para sobrevivir y que necesita tiempo para ella misma y sentirse de nuevo viva. Total que ella decide ir a una agencia de viajes para que le recomienden los mejores destinos y con mejores ofertas, en la cual al final se decide por un viaje a París con su mejor acompañante de la vida, el cual es su hijo.
A él no le hace mucha ilusión puesto que tenía pensado quedarse con la casa sola durante una semana e invitar allí a sus mejores amigos y si se presentaba la situación incluso a alguna amiga con la cual tener relaciónes.
La madre logra convencerle y hacerle ver que van a salir de España, cosa que él nunca había hecho. Total, que 3 días después cojen el avión y van directos para París en un viaje un poco largo y aburrido.
Al llegar al hotel, le dan las llaves de la habitación que habían reservado, en la cual tenían dos camas separadas, una para Isabel y otra para Pablo. Empiezan a deshacer las maletas, cuando de pronto dice Isabel:
Pablo, con tanto ajetreo del avión, el taxi y todo, no había pensado nada para hacer esta noche, que te parece si nos duchamos, nos arreglamos y vamos a algún restaurante famoso de la ciudad.
Vale mamá, me parece buen plan, así ya vamos conociendo un poco más como es París y no sólo hacemos turismo.
Entonces se comienzan a duchar, primero se ducha la madre y después el hijo, se arreglan y se disponen a salir, cuando de pronto suelta Pablo antes de salir:
Mamá llevaba años sin verte así de guapa y de arreglada, yo creo que este viaje te va a venir muy bien para rejuvenecerte y sentir que todavía no tienes tu vida pérdida y que podría rehacerla con cualquier hombre que te apetezca.
Pero bueno hijo, y esos piropos tan bonitos que le estás diciendo a tu madre, y no cariño, yo ya me veo bien y pienso que a no ser que cambié de trabajo y cambié mucho mi vida, no me queda otra que aguantar como voy ahora y seguir con mi vida como hasta ahora.
Bueno mamá, yo pienso que no, que todavía tienes edad para hacer muchas más cosas y no sentirte así, hazme caso mamá eres muy joven todavía.
Jajajajajaja, pero que niño tengo, como me quieres hijo mio, eres lo único que tengo en mi vida y siempre intentaré tenerte felíz, y que me digas esas palabras tan bonitas las apreció tanto...
Solo te digo lo que pienso mamá, pero bueno vámonos que se nos hace un poco tarde ¿no?
Si hijo si.
Toal, esa noche cenaron en un restaurante bastante caro pero que comieron de maravilla, y en el cual se tomaron cada uno 3 copas de vino mientras comían.
Llegaron a el hotel y cada uno se puso a un lado a cambiarse y a ponerse cómodos, (entre ellos había confianza y casi siempre andaban en ropa interior por casa), al estar cambiándose, estuvieron hablando de que les había parecido la cena:
Pues la verdad que aún siendo un poco caro, la verdad que yo he comido de lujo, el entrecot estaba buenísimo y con las copitas de vino entraba solo, y además las copas me han dejado justo para dormir de un tirón esta noche, jajajajajaja.
Si mamá, yo el solomillo que me he pedido al roquefort estába estupendo, y las copas, aunque eran caras, las he disfrutado muchisimo y la verdad que voy contentillo, jajajajaja.
Mientras que se quedaban en ropa interior, Pablo, que nunca antes le había sucedido, recordó la conversación en la cual su madre le decía que era el único que tenía y que quería siempre tenerlo feliz, y observandola detenidamente, vió que su madre tenía un cuerpazo y que no tenía nada que envidiar a el cuerpo de las chavalas con las que el hablaba, y encima a ella la tenía todos los días más cerca que ninguna, y al pensar todo eso, el se le estaba nublando la mente y estaba pensando cosas que nunca había pensado sobre su madre, y sin él querer, tuvo una erección, el cual tuvo que disimular acostándose, poniendo de excusa que el alcohol le estaba subiendo y le estaba entrando mucha morriña.
Hasta aquí el primer relato, de esta historia en la cuál, sucederán muchas cosas las cuáles, ellos antes de viajar, ni siquiera se les pasaba por su cabeza.
Es el primer relato que escribo, así que cualquier cosa que queráis comentarme para mejorar, bienvenido sea.