Vacaciones inesperadamente morbosas
Unos días de playa sin hijos ni responsabilidades pueden hacer que la desinhibició nos llevara a altas cuotas de placer y desenfreno inesperado
Al fin llegaron las vacaciones, días de sol, playa, sin hijos….., habíamos alquilado un apartamento en la costa, busqué lo mejorcito y cuando llegamos vimos que habíamos acertado, tenía una preciosa terraza que daba al mar, allí Ana, mi mujer, podría tomar el sol libremente (una de las cosas que le encantan), el apartamento era amplio y espacioso, con una cama de matrimonio de 2 metros para lo que sin duda serían muchas noches de sexo, y es que en vacaciones damos rienda suelta a nuestras pasiones…., Ana y yo somos muy activos en este tema.
Pero Ana encontró un detalle que hasta cierto punto le desagradó, al terraza estaba separada de la del apartamento vecino con una pequeña valla de macetas con setos que no medirían más de un metro de altura, eso le impediría tomar el sol desnuda, ni tan solo en topless, curiosamente es muy reservada para esto, solo lo hace si sabe que nadie la va a ver, y las pocas veces que lo ha hecho en la playa siempre ha sido en calas con muy poca gente y sabiendo que nadie la reconocerá.
Y digo curiosamente porqué a mi me encanta enseñar su cuerpo, incluso me pone a 100 ver otros hombres que miran sus tetas, todo lo contrario que a ella.
Por suerte los primeros días el apartamento estaba desocupado así que nada le impidió conseguir un moreno integral ni que después de cenar acabáramos follando en la terraza, pero al cuarto día cuando mi mujer se disponía a salir (solo llevaba una camiseta encima del cuerpo), vio a un hombre tomando el sol en la terraza vecina, inmediatamente volvió a entrar, yo estaba con mi ordenador (algunas veces tengo que trabajar a pesar de las vacaciones), bastante desilusionada se puso el bikini, salimos los dos para saludar al vecino, era un hombre de nuestra edad, enseguida se levantó, parecía muy amable, incluso nos invitó a un café que trajo en pocos segundos, era del tipo de personas que fácilmente estableces una relación.
Tras un rato de charla en el que nos enteramos que se llamaba Juan, estaba solo, se había separado hacía poco, que buscaba paz en aquel pueblo que conocía desde pequeño ya que sus padres veraneaban allí y con su esposa habían pasado muchos veranos, Ana se puso en la tumbona para tomar el sol y yo regresé a acabar lo que tenía a medias.
Hacia la una oí que Ana y Juan hablaban, asomé la cabeza para escuchar que decían, Juan nos invitaba a hacer el aperitivo con él, de hecho había sacado cosas de picar y beber a la terraza, como vi qua a mi mujer quería, salí y tras cruzar los setos nos sentamos en la mesa de la terraza, nuestra primera impresión sobre él se confirmó, incluso había algo que le unía a mi mujer, ambos eran economistas.
Nos fue muy bien la charla ya que nos contó cosas del pueblo, lugares que ver, playas, incluso nos habló de una nudista que solía ir con su ex, Ana enseguida le aclaró que nosotros no éramos nudistas, supongo que para guardar ciertas distancias.
Ya no lo vimos hasta la mañana siguiente, evidentemente aquella noche follamos en la cama, parecía que la terraza ya no sería posible en todas las vacaciones, al día siguiente en la terraza no pasamos de unos saludos, pero cuando regresamos por la noche tenía montada una especie de fiesta con varias parejas, enseguida al vernos nos invitó a acompañarles y aceptamos, se notaba que eran amigos de mucho tiempo pero hicieron que nos sintiéramos muy cómodos, todos parecían agradables.
Y cuando la gente empezó a marcharse quedamos solo nosotros dos, Juan y una pareja, Pedro y Marta, me extrañó ver que la mujer tonteaba con mucho descaro con Juan sin que su marido le diera la menor importancia, incluso los vimos entrar solos en la casa con actitud muy sospechosa, Ana se percató igual que yo, nos quedamos los tres hablando mientras Juan y Marta estaban desparecidos, y de repente oímos unos gemidos, era evidente que aquello era un orgasmo de Marta, Pedro, lejos de extrañarse se quedó escuchando en silencio con una sonrisa, tardaron en salir y como si no hubiera pasado nada se sentaron.
La velada se acabó así, aquella noche estábamos bastante calientes, sin duda lo que había sucedido nos había “motivado”, normalmente no escuchamos orgasmos en directo y menos teniendo a su pareja al lado, jaja. Realmente no entendimos nada y eso que le dimos muchas vueltas.
Los días siguientes fueron muy normales, incluso Ana y Juan los vi hablar de temas de su trabajo con toda normalidad, de vez en cuando nos invitaba a tomar algo o éramos nosotros quienes lo hacíamos, y un día por la mañana en que estaba trabajando Ana entró y me dijo que Juan la había dicho si quería acompañarle a la playa, a ella le encanta paro debido a mi trabajo matinal son pocas las ocasiones, no me opuse, a pesar de que en cierto modo tenía mis reservas tras lo visto aquella noche así que se marcharon, como no estaba muy tranquilo y aprovechando las vistas de la terraza con mis prismáticos los estuve observando, se comportaban como dos amigos lo que me tranquilizó, para nada vi a Juan alguna insinuación ni nada parecido, aquella mañana trabajé poco!
Se repitió dos o tres días seguidos más hasta que un día al llegar Ana me dijo que habían quedo que iríamos a cenar los tres, me pareció buena idea ya que la compañía era agradable.
Ana se puso muy sexy con una minifalda roja y un top negro que dejaba a la vista el ombligo y también marcaba los pezones ya que no usó sujetador, y tras la agradable cena nos llevó a un local que conocía, ponían música bailona, algo que le encanta a mi mujer y que yo sigo sin mucho interés pero enseguida vio que también le gustaba a Juan así que preferí dejarlos bailar mientras observaba con una copa en la mano, se lo pasaban muy bien, algunas veces nuestro amigo agarraba a mi mujer por el vientre desde atrás, sin duda le clavaba la polla en el culo pero todo resultaba muy natural, de repente vi que una mujer se acercaba a ellos, sin duda Juan la conocía, presentó a mi mujer y se quedó bailando con ellos, estaba claro las intenciones de este ya que los roces y acercamientos aumentaban por minutos, Ana fue discretamente apartándose para dejarlos libres, incluso regresó a mi lado, desde la mesa los veíamos bailar y estaba claro como acabaría aquello, al rato vimos que salían de la zona de baile desapareciendo entre la gente, nos quedamos por el local, queríamos ver que pasaba en la zona más oscura y la verdad es que valió la pena, un montón de parejas metiéndose mano y algunas follando descaradamente, probé suerte con Ana y cuando la agarré para morrearla no me esquivó, sin duda estaba caliente así que encontramos un pequeño espacio entre dos parejas a las que no podíamos ver por la poca luz, Ana tomó la iniciativa, nunca la había visto tan marchosa ni habíamos hecho nada parecido en un sitio público, me hizo sentar y se puso sobre mis piernas de caras a mi, su falda cubría mi paquete, sin dejar de morrearnos noté su mano abriendo mi bragueta Y ME SACÓ LA POLLA que estaba totalmente erecta, la apuntó a su coño separándose el tanga y sin el menor reparo se la calvó!!!!!!!, realmente hacíamos lo mismo que otras parejas, incluso alguna ella iba casi desnuda que no era el caso de Ana que seguía con el top, empezó a cabalgarme, de las parejas de al lado no veíamos más que una silueta pero con al que estaba a mi derecha los roces entre ellas de brazos eran constantes, incluso sincronizaron la follada lo que me daba más morbo, puse las manos por debajo del top encontrando unos pezones duros, de repente oigo que el hombre de mi lado me dice:
Que bien nos lo pasamos, verdad?
Conocí inmediatamente aquella voz, ERA JUAN!!!!!!!!, se estaba follando a su amiga al lado nuestro, no creo que Ana se hubiera percatado ya que ella cuando folla se olvida de todo lo que no sea disfrutar, dude si decírselo pero me gustaba la situación así que seguí pero me fijaba en Juan, le abrió el vestido a la chica, no podía ver más que una silueta de dos tetas que se movían al ritmo de la follada, supe que aquello requería que yo también se lo hiciera a Ana, desconocía su reacción pero probé suerte, levanté el top sin la menor queja, ya os he dicho que ella cuando folla no se entera de nada, ahora Juan podía ver las tetas de mi mujer, claro que poco ya que estaba casi a total oscuridad.
Seguimos así hasta que ambas mujeres se hubieron corrido unas cuantas veces, ni tan solo disimulaban sus gemidos, parecía una competición entre todas las de aquella zona pero la compañera de Juan y Ana ganaban sin duda, y al fin me corrí pero no lo hice solo, también lo hizo Juan, nuestras mujeres quedaron abrazándonos con las tetas la aire y Juan dijo:
Ha sido maravilloso.
Fue el momento en que Ana se percató de la presencia de Juan, se quedó unos segundos parada como no sabiendo que hacer pero reaccionó bien, le incorporó bajándose el top y respondió que había sido maravilloso.
Las dos mujeres se bajaron, incluso, como si fueran amigas se fueron al lavabo para sacarse la leche del coño, Juan y yo nos fuimos a la parte más iluminada esperando a nuestras parejas, no hablábamos pero era evidente que a los dos nos gustó muchísimo aquello, las vimos regresar, hablaban y se reían, los cuatro decidimos acabar la fiesta en el apartamento de Juan así que hacia allí nos dirigimos
Clara, que así se nos presentó, había sido una novia de juventud de Juan, se había separado hacía poco y aquello fue el rencuentro, era una mujer muy simpática y ya con más luz pude ver que físicamente estaba muy bien.
Cuando se acabó la noche y Clara se marchó, Ana y yo volvimos a follar, ella estaba muy caliente pero yo no menos.
Como cada mañana, Ana se puso a tomar el sol en la terraza, asomé la cabeza al oír a Juan hablar con ella, ¡Y SORPRESA!!!!!!, Ana hacía topless!!!!!!!, estaban hablando de un lado al otro de los setos sin que ella se sintiera cortada por enseñarle las tetas, salí, con una sonrisa mostré mi extrañeza pero también agrado, Ana, con todo descaro dijo:
Si hemos follado rozándonos no creo que sea un problema enseñarle las tetas, jajaja
Por al noche al regresar de cenar, oímos gente en la terraza, asomamos la cabeza para ver sin ser vistos, estaba Juan con Pedro y Marta cenando, la situación no era muy normal, se notaba un exceso de confianzas así que intrigados decidimos espiar, ella se morreó con los dos y cuando lo hacían no dejaban de meterle mano, incluso cuando besaba a uno el otro le tocaba las tetas, enseguida entraron y pudimos oír durante bastante rato como ella gritaba de placeres, por cierto, mientras lo escuchábamos medio asomados a la ventana alcé le vestido de mi mujer, le bajé le tanga y la penetré desde atrás, Ana escuchaba mientras la follaba, noté su coño encharcado y no paró de correrse pero en total silencio, no quería ser descubierta.
Era evidente que con aquella pareja nuestro amigo mantenía una relación triangular, algo para nosotros totalmente inaudito. Por la mañana, cuando nos levantamos vimos a Marta tomando el sol en topless en la terraza, sin duda la juerga duró toda la noche, Ana no quiso esconderse y salió a tomar el sol como cada mañana, pero con el sujetador puesto, se saludaron, es más, marta se levantó para acercarse, al poco salieron Juan y Pedro, traían café para los 5 así que me uní a ellos, Marta no se cubrió los pechos para nada, a pesar de esto todo se desarrolló con total normalidad.
Los hombres entramos y las dos mujeres se quedaron a tomar el sol, un rato más tarde Ana me dijo que si no me importaba bajaría a la playa con Marta, al parecer se estaban haciendo buenas amigas…..
No me importó, es más, esperaba que averiguara como funcionaba aquello, Juan dijo que prepararía cómoda para los 5 cuando regresaran.
Cuando lo hicieron Ana me dijo con una sonrisa pícara que ya lo sabía todo pero no podía contármelo, debíamos ir a comer.
Reconozco que nos lo pasamos muy bien, y no solo porqué para nada Marta se tapó las tetas a la hora de comer en la terraza, también por la conversación y trato, pero deseaba enterarme de lo que sucedía y cuando regresamos al apartamento me lo contó, resulta que cuando Juan estaba casado, los cuatro hacían intercambio de parejas, ahora al no tener a nadie, hacen tríos o simplemente ella se acuesta con los dos cuando están juntos!!!!.
Para Ana y para mi todo aquello era muy raro, siempre que habíamos oído hablar de gente que hacía estas cosas nos imaginábamos a personas muy raras, como fuera de la sociedad y para nada daban este aspecto, eran gente muy normal, lo cierto es que nos calentó bastante ya que Marta le contó que Juan era un auténtico animal en la cama y que follaba de maravilla, tanto nos puso a tono que no pudimos llegar a la habitación, follamos en el salón.
Y justo en el momento en que acabamos, Ana todavía tenia mi leche en su coño, Juan desde la terraza nos llamó, nos dijo que cenarían los tres y si queríamos acompañarlos, era la despedida de Pedro y Marta que se marchaban, no supimos que decir, pensábamos que podíamos interrumpir su rollo pero tras las insistencias de los tres aceptamos, preparaban la mesa, la barbacoa, incluso les ayudé mientras Ana se acababa de arreglar, por cierto, sabiendo que Marta lo haría, se puso muy sexy con un vestido blanco que dejaba ver claramente que no llevaba sujetador y se le marcaba el tanga, y Marta no se quedó corta, también lo estaba con su vestido de tubo negro que marcaba toda la figura y la ropa interior.
Nos sentamos, Ana quedó entre Juan y yo, la cena transcurrió muy bien, bebimos bastante, y justo antes de los postres, Juan dijo:
Supongo estáis al corriente de lo que pasa entre nosotros tres, a estas alturas de la cena hacemos un juego, si queréis podéis participar y si no queréis no pasa nada
Que tipo de juego?, preguntó mi mujer
Es muy inocente, no te preocupes, dijo Marta, hemos preparado unas fichas, hay que sacar una y continuar la cena tal como indica.
Nos las entregó, decían:
Todos acabaran la cena en ropa interior
Todos los hombres acabaran la cena en ropa interior
Todas las mujeres acabaran la cena en ropa interior
Sortead a una mujer para que acabe la cena desnuda
Sortead a un hombre para que acabe la cena desnudo
Vi a Ana dudar, cosa que me extrañó ya que la reacción normal hubiera sido decir que no, al final Marta encontró la solución:
Hacemos el sorteo y si queréis os unís, y si no, vosotros no intervenís.
Nos pareció buena idea, hicieron que mi mujer sacara una carta y salió la de “Sortead a un hombre para que acabe la cena desnudo”
La vi que se tranquilizaba pero claro, yo no tanto, me preguntaron si quería participar, no me dio tiempo a responder, Ana dijo:
Claro que participará, jajaja.
Vaya!!!!!, como estaba mi mujer, para ella era muy fácil, pero para mi, nada acostumbrado a estar desnudo ante gente no lo era tanto, es más, seguro que me empalmaría y sería al riota de todos, pero ya estaba decidido, con un dado lo sortearon, Y POR SUERTE NO ME TOCÓ A MI, tocó a Juan !!!!!!!
Todos esperaban a ver que hacía, se armó de valor, Marta lo hizo poner en un sitio donde todos lo viéramos, se sacó la camisa, los pantalones… y cuando solo quedaban los calzoncillos se apartó, Ana, muy lejos de como es habitualmente decía cosas como “sácatelos ya y enséñanos tu pollita”, “que veamos como la tienes” ….
Y de un solo gesto se los bajó, la polla no estaba erecta pero si morcillona, reconozco que tenía una buena tranca, quizás no más larga que la mía pero si bastante más gorda, los ojos de Ana, sin el menor disimulo se clavaron en ella, Juan, tras lucirse ante las damas se sentó, no sé que sentía mi mujer al tener a su lado un hombre desnudo pero no parecía cortada.
Acabamos de cenar, las bromas sexuales estaban en cualquier comentario, me alegré de que mi mujer siguiera el juego, tas los cafés vi que Marta, sentada al otro lado de Juan, tenía la mano en su muslo y casi le rozaba los huevos con la consecuencia de que la polla iba empinándose, y no solo la suya, la mía también, Ana no se perdía detalle, es más, Juan la miraba con una sonrisa, de repente Marta se levantó cogiendo la mano a Juan lo llevó a una timbona, su polla ya estaba al máximo, apuntaba a las estrellas, sabia que algo ocurriría y no me equivoqué, Marta puso las manos bajo el vestido y se sacó el tanga, se colocó a horcajadas encima de los muslos de Juan, con las piernas una en cada lado de su cuerpo avanzó hasta que cubrió con el vestido la polla, puso la mano debajo, notamos sin ver como agarraba la polla, los movimientos eran evidentes, la apuntó a su coño empezó a descender, SE LO ESTABA FOLLANDO ANTE TODOS NOSOTROS!!!!!, mi mujer miraba con ojos de excitación, Marta empezó a cabalgar, ambos estaban disfrutando de lo lindo, las manos de él acariciaban las tetas por encima del vestido, aquello no paraba, gemían muy fuerte sin importarles nada hasta que pasados unos minutos Marta se corrió con mucha fuerza quedando extendida sobre el cuerpo de Juan que sonreía satisfecho, miré de nuevo a mi mujer, tenía la cara que solo pone cuando está muy excitada, Marta se salió, la polla de Juan estaba muy gorda y brillante de los flujos del coño de Marta, y entonces pasó algo que ninguno esperaba, mi mujer se levantó y se acercó a Juan, se quedó quieta mirando aquella polla, yo no hacía nada a pesar de intuir lo que podía suceder, puso los dedos bajo el vestido Y SE SACÓ EL TANGA!!!!!, tras esto se colocó abierta de piernas encima de la polla de Juan tal como lo había hecho antes Marta, ni tan solo me miró, la agarró para que apuntara al coño de mi mujer a la vez que descendía, SE LO ESTABA FOLLANDO!!!!!!, mi mujer debía sentir como entraba cada centímetro de aquella ancha polla y yo quieto observándolo, Ana empezó a cabalgar, lo hacía con una fuerza y pasión inaudita, gemía quizás con más fuerza que lo había hecho antes Marta, Juan no se cortó y le acariciaba las tetas por encima del vestido, no estaba al tanto más que de esto pero Marta le estaba chupando la polla a su marido ya desnudo, al poco se acercó hacia la pareja de folladores y desabrochó los botones del vestido de mi mujer, esta facilitaba la labor, cuando las tetas quedaron a la vista enseguida fueron cubiertas por las manos de Juan, y antes de que pudiera acabar de sacárselo mi mujer se corrió.
Pero esto no significó que pararan, ahora, ya desnudos, veía claramente como al polla entraba y salía del coño de mi mujer, y cuando más estaba gozando vi a Marta acompañada de su marido que lo acercaba, lo hizo poner detrás también con las piernas separadas, ahora eran cuatro manos las que jugaban con sus tetas y el resto del cuerpo, incluso una de Pedro estaba acariciándole el clítoris, lo que sirvió para hacer que se corriera otra vaz.
Y tras este orgasmo Marta hizo que, sin parar de follar, se extendiera sobre el cuerpo de Juan, cogió la polla de su marido ¡Y LA PLANTÓ ANTE EL AGUJERO DEL CULO DE MI MUJER!!!!!, y pesáis que Ana se resistiría?, NOOOOO, todo lo contrario, la oí decir: “si, siiiii, otra polla por el culo, siiiiii”, jamás pensé que unas palabras así pudieran salir de su boca y allí las pronunciaba.
Y la polla fue entrando, mi mujer estaba como loca cabalgándose simultáneamente dos pollas, una por cada agujero.
Pero no os he contado que sentía, realmente dos cosas, extrañeza y excitación, mi polla pugnaba por reventar la cremallera.
Marta se puso a mi lado pero solo observábamos lo que sucedía, ya ni podía identificar las corridas de mi mujer, eran constantes, de repente Juan anunció que iba a correrse, curiosamente Pedro también anunció lo mismo así que simultáneamente le llenaron de leche los dos agujeros en un amplio, extraordinario, maravilloso, inenarrable orgasmo de mi mujer!!!!!!!
Se quedaron tumbados los tres como una masa humana, en este momento Marta me agarró la mano, me hizo levantar y me llevó al interior.
Lo que sucedió es que follamos toda la noche, era incansable, no hubo cosa que no hiciéramos pero no creáis que mi mujer se quedó en casa durmiendo, bueno, en casa si pero se pasó toda la noche follándose a los dos hombres.