Vacaciones fin de año. Parte 2

Era el último día del año y le tenía preparado muchas sorpresas a María, quería que fueran unas vacaciones inolvidables, y de momento lo estaban siendo.

Era el último día del año y le tenía preparado muchas sorpresas a María, quería que fueran unas vacaciones inolvidables, y de momento lo estaban siendo.

Empezamos la mañana calentando motores dentro del jacuzzi. Mi chica esta espectacular en bikini!

Por la noche decidimos ir a cenar por ahí en plan romántico las dos solas y más tarde saldríamos con unos amigos que también habían ido a celebrar fin de año a Benidorm.

Se hizo el momento de salir de fiesta y fuimos a una discoteca donde ponían música latina, para bailar pegaditas.

Mi chica iba espectacular, con un vestido negro bastante corto, dejando ver todos sus encantos.

Empezamos a bailar al principio en grupo pero acabamos bailando las dos juntas.

Cada vez los besos eran más húmedos y los bailes más calientes. Estuvimos hasta las tantas hasta que el calentón pudo con nosotras. Fuimos al baño y había mucha cola (como suele pasar en cualquier baño de chicas). Puede que fuera el alcohol o el calentón o ambas juntas, pero al entrar me puso contra la pared metiéndome mano y besándonos creando todo un espectáculo para las chicas que estaban esperando.

Había una chica rubia, que nos miraba con especial atención. Le giré la cara a mi chica para que la viera, a ver si pensaba lo mismo que yo.

-

Vamos a por ella...

le dije.

Me miró con sorpresa y me besó. Me cogió de la mano y fuimos a presentarnos.

Estaba con un grupo de amigas y la separamos un poquito, porque delante de ellas parecía un poco cortada.

- Hola guapísima, ¿cómo te llamas?

La chica parecía muy cortada pero tenía ganas.

- Hola, soy Andrea, ¿y vosotras?

-Nosotras somos Cristina y María. ¿te gusta lo que estabas viendo? Nos gustaría invitarte a una copa, ¿quieres?

-Si, claro... vamos.

Dijo la chica bastante sonrojada.

Les dijo algo a sus amigas, que se quedaron bastante sorprendidas y salimos del baño.

Estaba flipando con María! Parecía que se había tomado muy enserio el ir a por Andrea.

Se puso mi chica delante y cogimos cada una de una mano a Andrea y fuimos hacía la barra.

Había muchísima gente en la discoteca, así que íbamos muy pegaditas las tres. Estábamos paradas intentando pasar.

La solté de la mano y la cogí con las dos manos por la cintura, se giró sorprendida y me sonrió.

La empecé a dar besos por el cuello y le dije al oído:

- Tenemos una habitación en un hotel cerca, nos gustaría mucho que vinieras... ¿te apetece preciosa?

Se volvió a girar con mirada de sorpresa y antes de que pudiera decir nada, puse una mano por su cuello y la besé. Me apartó, me miró, sonreímos y me besó.

Cogí a mi chica de la mano y a Andrea de la otra.

-Vamonos.

Salimos de la discoteca, paramos un taxi y nos subimos. Dejamos que Andrea se sentará en el medio y le dijimos la dirección al taxista. Empezamos a hablar sobre que tal había ido la noche y demás, para ir rompiendo el hielo con Andrea que parecía bastante cortada por la situación. Vi que la chica aun no se sentía a gusto, le puse una mano en la pierna, dándole caricias, acercándome cada vez más a su entrepierna e incliné la cabeza hacía su oreja, pero pasando primero con suaves besos por todo su cuello...

- Andrea, ¿no estás a gusto con nosotras? Si te arrepientes solo tienes que decirlo... no pasa nada.

-NO! estoy a gusto con vosotras y no me arrepiento... es solo, que estoy nerviosa... es la primera que vez que hago una locura como esta!

La cogí por el cuello y empecé a besarla, mientras con la otra mano cogí la mano de María y la lleve hacía la entrepierna de Andrea, que poco a poco fue abriendo las piernas dejando paso a la mano de mi chica.

El coche paro y el taxista carraspeó mirando el espectáculo que tenía montado en la parte de atrás.

-

Ya hemos llegado señoritas... Son 10'40€

-Gracias señor.

Quédese

con el cambio!

Le di el dinero y nos bajamos.

-Muy amable! Pásenlo bien!

Dijo el taxista con un poco de cara de pervertido.

Entramos al hotel y subimos al ascensor. Nada mas subir, mi chica me cogió y empezó a besarme. Andrea se apartó un poco, como dejándonos espacio.

- Bésala

, le dije a María. Ella obedeció. Fue hacía Andrea mirándola con cara de pervertida y empezó a besarla como si no hubiese un mañana. Ver aquello hacía que todo mi cuerpo pidiera sexo ya!

Por fin llegamos a la última planta, se abrieron las puertas del ascensor y empecé a ir hacía la habitación. Entré dejando la puerta abierta y fui a servirnos unas copas. Cuando entraron por la puerta vi que mi chica iba sin vestido y que entraban a la habitación sin dejar de besarse y meterse mano.

Empezaron a desnudarse mientras se dirigían hacía la cama. Ver a mi chica liarse de aquella manera con otra me cabreaba y me ponía muy cachonda al mismo tiempo. Fui hacía ellas para unirme y tomar el control de la situación. Mi chica me vio y se separó de Andrea buscando comerme la boca. La deje con las ganas y las lleve a la cama.

-

Quitaros la ropa.

Las dije en tono autoritario y ellas obedecieron con miradas viciosas.

Se tumbaron en la cama, una al lado de la otra esperando más ordenes.

Me tumbe en medio de ellas mientras Andrea me besaba y mi chica me quitaba la ropa y empezaba a tocarme como ella sabe.

- Cariño, ponte en mi boca, quiero comerte.

Le dije a mi chica, que sonrió y obedeció.

- Y tu...

le dije a Andrea mientras la sonreía y la atraía para que se pusiera sobre mi. La besé y le dije que bajará a comerme.

Ella al igual que mi chica, obedeció. Fue directa, dio unos cuantos besos alrededor y empezó a lamer. Mi chica estaba muy mojada, no paraba de beberme todos sus fluidos. No hacía falta que moviera mi cabeza. Maria se movía sobre mi cara, hacía delante, hacía atrás, en círculos y mi lengua hacía el resto. No tardó demasiado en correrse y continuó. Mientras tanto, Andrea me estaba haciendo gozar muchísimo. Me lo comía de una manera brutal. Solo podía cogerla de la cabeza para que no parará. Empezó a meterme dos dedos mientras seguía lamiéndome el clítoris y haciéndome gozar.

Cada vez que abría la boca para gritar de placer me entraba toda la humedad de mi chica.

Estaba en la gloria. Después de unos cuantos orgasmos, era el momento de hacer gozar a la nueva, que después de tanto estaría muy perra. Mande a Andrea a que se tumbará en mitad de la cama, María se puso a cuatro patas encima de Andrea y yo fui en busca de la entrepierna de Andrea. Estaba muy mojada, empecé a lamerle el clítoris, a ponerlo entre mis labios y absorber. Estaba muy perra. Me bebí toda su humedad, saboreando a aquella preciosa chica con cada lametón. Estaba apunto de correrse así que nos pusimos cada una a un lado de ella.

La besábamos y lamíamos por el cuello y las tetas, cada una por un lado, mientras nuestras manos de dirigían a su entrepierna. La abrimos de piernas, María le tocaba el clítoris y yo le metía dos dedos y le comía la boca, aun con sus fluidos en mi boca. Andrea empezó a tocarnos y no tardó en llegar al orgasmo.  Su respiración se aceleraba cada vez más, sus gritos subían de nivel, y su cuerpo se retorcía de placer, llegando al punto que nuestras manos tuvieron que seguir a su cuerpo para que acabará con ese gran orgasmo.

Cuando acabó, Andrea estaba agotada, a penas podía hablar. Le metí los dedos en la boca y los lamió, bebiéndose sus jugos.

-

Ha sido la mejor noche de mi vida. Gracias chicas.

Nos besamos entre nosotras, con besos húmedos pero muy lentos... y poco a poco nos quedamos dormidas, desnudas y dándonos pequeñas caricias...