Vacaciones familiares 3

Descubrimos el secreto de nuestra hermana mayor, y ella el nuestro...

Vacaciones familiares 3

Cuando nos calmamos los tres por fin, nos sentamos para hablar, Carolina no sabía que hacíamos nosotros allí, y nosotros no entendíamos que ella estuviera a miles de kilómetros de donde debería estar en ese momento.

Rocío y yo fuimos los primeros en explicar que hacíamos allí, habíamos venido para recogerla del viaje… evidentemente omitimos que venir los dos había sido la excusa perfecta para echar un polvazo increíble, algo que tampoco le contamos que había sucedido.

Carolina estaba nerviosa, seguramente era la primera vez que daba esa explicación que supongo que de no haber sido pillada, jamás le habría dado a nadie.

-Llevo cinco meses aquí…  me despidieron y no supe dónde ir…  cuando llegué a Madrid, recordé que papa tenía este piso…  le llamé diciéndole que tenía que hacer un viaje relámpago a España y que si me podía quedar un día… él era el único que sabía que estuve aquí, pero seguro que no se imaginó que me quedaría tanto tiempo….

La historia tenía cierto sentido, pero faltaban datos y en eso Rocío solía ser más implacable que yo, así que la interrogó a fondo

-¿Por qué no dijiste nada?

-Me dio vergüenza, creíais tanto en mí… que me sentí una fracasada, y más por una estupidez como la que hizo que me echasen…

-¿Qué hiciste? – preguntó Rocío

Carolina dudo, y yo intenté echarle una mano

-Da igual, el caso es que estas aquí

Pero ella, trago saliva y nos lo contó. Tal vez porque en el fondo necesitaba sacarlo fuera

-Para mí jefa yo era la número uno, donde ella iba yo estaba detrás, tenía una confianza en mí casi absoluta., El último día me invito a una fiesta muy importante en su casa. Acudía gente muy importante de nuestro mundo, jefes e incluso presidentes de algunos de nuestras filiales, era una oportunidad de oro para darse a conocer…  y mi jefa lo sabía, me pidió que fuera un rato antes para hablar, yo pensaba que me daría información, pautas, para saber con quién y qué decir…  pero me equivocaba…  ella buscaba otra cosa muy distinta de mi

Se produjo un largo silencio, Carolina estaba a punto de contar por primera vez aquel episodio de su vida y le costaba. Nos miraba, pero sobre todo a Rocío. Cuando se sintió con fuerzas continuó

-Llegue a su casa con tiempo, me llevó hasta el salón donde iba a estar la fiesta, todo estaba preparado y perfecto, solo faltaba la gente, me pidió que mirase por la ventana, yo confiada me acerque y observé el paisaje, antes de que pudiera decir nada, note sus manos en mis hombros, me pregunto si estaba cómoda y…  bajo sus manos hasta mis pechos. No le di importancia, Rocío y yo nos hemos tocado las tetas muchas veces… Pero entonces una de sus manos bajo hasta mí… entrepierna, y se metió por dentro de mi pantalón. Yo me empecé a sentir incómoda, no me hizo falta pensar mucho para saber lo que quería…  tire de su mano y me alejé. “Tú y yo podemos llegar muy lejos juntas” me dijo. Yo respondí que lo sentía pero se estaba confundiendo conmigo

Carolina dejo caer algunas lágrimas por su mejilla, y sin pensármelo pase mi brazo por su hombro, ella se recostó sobre mí.

Rocío susurro cogiendo su mano.

-Yo habría hecho lo mismo… Las mujeres también pueden acosar y abusar de su poder y está igual de mal que si lo hiciera un hombre.

-Esa misma noche me llegó un mensaje al correo, no hacía falta que volviera al trabajo, y por si acaso no era suficiente que supiera que estaba vetada para cualquier trabajo de ese tipo, porque daría unas pésimas referencias… creedme sé que es capaz de eso y más

-Bueno ahora estas aquí… y encontraste trabajo…

-Si bueno, acabé hoy, sueldo de mierda, horarios malos y… esta casa… soy un fraude

-Anda boba…  eres la caña, mi hermana favorita… - le dije

Rocío me miró con cierto desdén, pero al final nos sonreímos

-Tengo hambre… ¿David vas tu a por la cena? Te esperamos aquí nosotras- me dijo Rocío

Supuse que era para hablar entre ellas, hay cosas que solo se hablan entre hermanas, así que me fui a por unas hamburguesas sin rechistar.

Me lo tomé con calma y los chicos de la hamburguesería aún más, casi una hora después regresé. Las dos hablaban tranquilamente en el sofá.

Cenamos entre risas y bromas. Fue algo distendido, una cena entre hermanos cualquiera, como si nada hubiese pasado Como si Rocío y yo no hubiésemos venido a follar y Carolina no nos hubiera ocultado que llevaba cinco meses en aquella casa

Tras la cena hablamos casi hasta la una trazamos una especie de plan de vuelta con horarios y llamadas a mamá para que no se oliera nada, era fácil siempre y cuando todos supiéramos que hacer

Llegó la hora de dormir, cada uno se fue a su cama…  serían las dos y media de la mañana, aún no me había podido dormir en parte por todo lo sucedido ese día, y porque tenía el deseo oculto de que Rocío buscase más aprovechando el sueño de Carolina.

Se abrió la puerta…  y entró Carolina, me preguntó si estaba dormido y cuando le dije que no se acercó a mi cama y se sentó a mi lado

-¿Qué pasa?- le pregunte sentándome yo también

-No puedo dormir… Rocío me conto una cosa esta tarde y… no sé muy bien como encajarla…

-¿De qué se trata?

-De ti… y de ella, me conto que habéis tenido más que palabras…

-Si…ha sido algo que paso sin pensarlo, si lo hubiéramos pensado…. Tal vez no estaríamos aquí….

-¿Te gustó? Quiero decir…

-Se lo que quieres decir, y si Carolina, ha sido un error, está mal, hemos hecho algo  que no debíamos, pero… no me arrepiento, lo disfrute, y ella supongo que también, habría hecho lo mismo.

-Yo no os juzgo, tampoco es que yo me haya portado bien… he estado pensando que… me gustaría formar parte de vuestro secreto…

-¿Cómo?

-Yo sabía que Rocío sentía algo por ti desde hace tiempo… desde que yo le dije que… tienes una buena herramienta.

-¿Qué? Tú le dijiste que…. ¿Cómo lo sabias?

-Somos hermanos, vivimos bajo el mismo techo, fue una vez hace un par de años, tú estabas en tu habitación… viendo unos videos de esos… entré sin avisar… y te la vi mientras te hacías una paja… ni si quiera te diste cuenta de que estaba allí.

-La verdad es que no, es la primera noticia que tengo….

-Desde entonces….te metiste en mi cabeza, no te voy a decir que me enamorase de ti, pero…. Me obsesione… te miraba con otros ojos…. Por eso me fui… busque un trabajo lejos de casa, se lo conté a Rocío, y ya veo que ella fue más valiente que yo…

-Nunca es tarde…- Le dije acariciando uno de sus tetones sobre la tela del pijama

-Pero yo no soy como ella… yo…

-Si no quieres…. Quítame la mano de tu teta, pero si quieres… quítatelo todo y déjate llevar

-Yo no estoy tan buena como ella… a mí me sobran 20 kilos por lo menos….

Levanté su camiseta del pijama, y dejé al aire unos tetones tan grandes como los de Rocío o incluso más, no le di tiempo a pensar, y me abalance sobre ellos para besarlos, sus pezones se erizaron al contacto de mi lengua con su piel, no necesite hacer nada más para que mi hermana mayor se abandonara a mis besos.

Besaba sus tetas, acariciaba su culazo sobre la tela de su pijama, mi hermana tenía una lucha interna entre lo que deseaba y lo que estaba bien y mal, y cuando mi mano llego hasta su chocho, cuando sintió mis dedos acariciando su sexo sin vello, se apartó, Carolina dudaba, lo podía notar en su cara, en sus gestos, en como temblaba su cuerpo. Me aleje un poco de ella, agarre su mano y le dije.

-Hazlo solo si estas segura… yo si estoy convencido de lo que te quiero, y de lo que te deseo…

Carolina bajó su mirada, respiró profundamente y se lanzó sobre mí, me pillo desprevenido y rodamos los dos sobre la cama, quedando ella sobre mí, nos miramos y nos reímos, sus tetones rebotaban desnudos en un espectáculo absolutamente delicioso

Mi hermana debía sentir mi polla dura y tiesa apretándose contra su sexo, mientras mis manos agarraban su hermoso trasero.

-Llevo dos años imaginando ese rabo en mi boca, en mi coño… deseándolo, buscando algo parecido… pero no me he topado con ninguno así, es ahora o nunca…

Se hizo a un lado y tiro de mis pantalones a la vez que el calzoncillo y con un ágil movimiento me los quito hasta la mitad del muslo dejando mi verga a la vista. Me la había visto una vez pero eso había sido dos años antes, y de lejos , ahora de cerca le pareció incluso más grande, y no dudo ni un instante en agarrármela y empezar a pajearme, para conseguir el tamaño máximo, cuando considero que lo estaba, se agacho y empezó a chupármela con gran delicadeza.

Carolina se lo tomó con calma degustando cada centímetro de mi tieso miembro, acariciando mis huevos con ternura

Mi hermana quería mostrarme sus dotes mamatorias, pero ni por asomo pretendía que me corriera demasiado pronto así que en cuanto notó que se estaba viniendo demasiado arriba

Lo que ella no se esperaba era que yo no me iba a quedar con ganas de probarla, le quite el pantalón del pijama sin oposición, y le bajé las bragas hasta los tobillos, mientras ella se las terminaba de quitar me recosté sobre su vientre y le di un beso en los muslos, cuando por fin se deshizo de las bragas, pase a su chocho donde mi lengua jugó sin los reparos que ella había tenido en su mamada, yo si iba a por su orgasmo, o al menos a que su coño se lubricase en condiciones.

Le comí el coño con todo el deseo del mundo, hacerlo con Rocío había sido genial y morboso, pero con Carolina me pareció incluso más especial.

No voy a negar que siempre me han gustado las mujeres rellenitas, y tampoco que cuando veía a mi hermana en vacaciones en bañador o bikini siempre me pareció una mujer preciosa. Me gustaban sus tetones, que desde el momento en que mi hermana empezó con el desarrollo le crecieron rápido y mucho. Ella siempre había sido de caderas amplias, pero también por entonces su culo cogió formas redondeadas y apetitosas. Cierto es que el hecho de ser mi hermana hizo que nunca me fijase en ella como una mujer accesible, sino como una fruta prohibida de cuyo mayor logro sería verla desnuda y pajearme con esa imagen, fue un amor platónico de mi adolescencia, pero cuando crecí me olvide de ello, era mi hermana… y yo empezaba a salir con chicas de mi edad.

El coño de mi hermana no tardó en empaparse, de mi saliva pero también de sus jugos, no se había corrido, pero sí que estaba lubricando con facilidad. Aun así continúe con mi labor de caricias con la lengua en su deliciosa raja, ella se limitaba a dejarse y a tratar de gemir lo más bajo posible, para no despertar a nuestra hermana pequeña.

Se corrió, fue un orgasmo intenso, tuvo que morder la almohada para no chillar, y dio un par de golpes en el colchón, estaba desatada, acariciando mi cabeza susurro

-Ni te imaginas lo que necesitaba algo así…

-¿Quieres más?

Le pregunte terminando de quitarme la ropa

Carolina no respondió, sencillamente se puso a cuatro patas y me ofreció su culazo en pompa. ¿Quién me iba a decir que las que parecían ser las vacaciones más aburridas de los últimos años iban a ser tan bestiales?

Actué, no pensé, ni tampoco le di tiempo a ella a pensarlo mejor, me puse tras ella, enfile su coño con mi polla y me deslice en su interior de un suave empujón. Agarrándome a sus caderas, la folle como un campeón, entraba y salía de aquel coño tan cálido y húmedo como incestuoso. Al tiempo que mi hermana lo disfrutaba tanto como yo. Y entre susurros me pedía más y más, más fuerte, más profundo…

Agarraba sus tetones, su culazo, tenía tanta carne donde agarrar que por momentos no sabía ni dónde poner mis manos.

De vez en cuando separaba sus nalgas y miraba su pequeño agujero del culo, pero a diferencia de Rocío, Carolina no parecía por la labor de ofrecerme su trasero con la misma facilidad que lo había hecho nuestra hermana pequeña

Carolina se retorcía con cada embestida, ahogando sus gemidos en la almohada, llegó al orgasmo casi al tiempo que yo, que reconozco que aguante bastante menos que con mi otra hermana, por el cansancio del día y sobre todo por el morbo de follarme a mi hermana mayor…

Caímos rendidos en la cama y aunque sé que Carolina se quedó hablando conmigo en algún momento de la conversación, me quedé dormido, abrazándola, aferrado a sus tetones y apretado contra su culazo

Me desperté temprano, Carolina ya no estaba a mi lado, pero me había dejado sus bragas como recuerdo.

Estaba desayunando cuando Rocío entró en la cocina, parecía aún adormilada, y no mencionó nada sobre Carolina y yo, aunque conociéndola suponía que tarde o temprano saldría el tema… siempre y cuando se hubiera enterado…

Cuando llegó Carolina lo primero que hizo fue preguntarle a Rocío

-¿A qué hora volviste?

-Tres y media… un poco más…

Mire a Carolina con ojos asesinos y ella lo noto enseguida, al igual que Rocío que enseguida  intervino

-Le dije a Carolina que os iba a dejar solos, tranquilo me porte muy bien…

-¿Entonces porque estabas tan preocupada en  que no se te oyese?

-Es una manía… ¿por qué te molesta tanto?

-Por qué… me quede con ganas de romperte el culo… no lo hice por temor a… que nos oyera… pensaba que te escondías de Rocío

-Eso tiene fácil solución.

Dijo Rocío acercándose a Carolina y bajándole los pantalones en medio de la cocina.

-¿Ahora?- pregunto Carolina, siguiéndola con la mirada pero sin levantarse el pantalón

-Por supuesto… esto quiero verlo yo.

-Vale… venga…

Para mi sorpresa, Carolina se apoyó en la encimera y me ofreció su enorme y precioso culo en pompa. Mientras Rocío le separaba las nalgas para facilitarlo todo un poco más.

No me lo podía ni creer, mis dos hermanas desatadas… una ofreciéndome el culo de la otra, e incluso antes de empezar, me dijo que me la chupaba un poquito para que estuviera más lubricada.

La mamada de Rocío, fue rápida, más para ensalivarme el miembro que otra cosa. En cuando paro, coloque mi polla en la entrada del culón de mi hermana mayor, y con un lento y suave movimiento  me cole por su estrechísimo agujero.  Por momentos pensé que aún estaba durmiendo y aquello era un sueño, estaba enculando a mi queridísima hermana mayor, y era la gozada más deliciosa del mundo, sobre todo porque a mi lado estaba mi hermana pequeña, ayudándome y disfrutando del sexo entre sus hermanos, y esperando su turno, porque en cuanto comencé a bombear en el trasero de Carolina, agarrándome a sus amplias caderas, Rocío aprovecho para desnudarse, y poniéndose al lado susurro…

-No te corras sin follarte un poquito el mío también…

Aquella petición era imposible de rechazar, y tras unas cuantas embestidas, cambien un agujero por otro.  Durante un buen  rato, folle el culo a mis hermanas alternativamente, ellas lejos de sentirse celosas un de la otra, disfrutaban conmigo del placer que sentíamos.

Me dio rabia no conseguir que ninguna de las dos se corriera antes de hacerlo yo,  de no conseguir sacarles un buen orgasmo a ninguna de las dos. Pero cuando les pedí que se arrodillaran para correrme en sus caras, como si fuese un actor porno, ninguna de las dos dudo, y se pusieron en postura, mientras yo me sacudía la polla un poquito antes de eyacular encima de ellas

Nos duchamos, nos vestimos y recogimos todo, era hora de volver con nuestra madre, de volver al mundo real… los tres sabíamos que la cosa no terminaba aun, aunque en los siguientes días deberíamos hacer como si nada hubiera pasado.

En ese momento ninguno de los tres nos imaginábamos que en pocos días las cosas iban a cambiar…

Continuara…