Vacaciones familares 2

Mi hermana pequeña quería más... y yo también

Vacaciones familiares 2

Me fui a dar una ducha, y después volví a mi habitación, sobre la cama había una nota, escrita por mi hermana, con dos simples palabras. “Quiero más”

Mi madre estaba en la cocina, vestida con una camiseta vieja que usaba de pijama, y un pantalón de esos tan sueltos que apenas se marcan las curvas, me serví el desayuno en silencio y cuando me senté, me pregunto

-Has pensado en lo que te dije en la playa…

-Si te digo la verdad no he tenido tiempo, y tampoco creo que yo sea el más indicado para ir dando consejos y menos a mi madre, ¿Le has preguntado también a Rocío?

-Te he preguntado a ti porque eres el más sensato, ¿sabes por donde irían sus consejos?

-Que os separéis… es también una opción si… ¿Lo has pensado?

-No seas como tu hermana… si te pido opinión a ti es para eso precisamente…

-Bueno, de acuerdo, le daré una vuelta… por cierto… el piso de Madrid… ¿no lo vendisteis al final no?

-No, claro que no,  tu padre lo usa cuando le toca ir a las historias esas de la empresa, ¿Por qué lo preguntas?

-Es que he estado pensando, que Carolina viene el jueves a primera hora… en vez de darme el madrugón, irme la tarde antes, dormir allí y así hacer el viaje más descansado

-Ves cómo eres el más sensato de la familia… ojala  se comportase Rocío como tu

-Por cierto, hablando de Rocío, si quieres, me la llevo a Madrid… así no voy solo, y en el aeropuerto siempre son mejores cuatro ojos que dos…

-Si ella quiere… que lo dudo, que se vaya contigo….

Termine de desayunar y me fui en busca de mi hermana, si de verdad quería más, ya tenía la excusa y el momento perfecto.

Rocío no estaba en su habitación, ni tampoco en la ducha, ni en la piscina, finalmente me la encontré en el garaje, rebuscando entre unas cajas viejas. Me acerque a ella de manera sigilosa y le di un cariñoso cachetito en el culo.

-Te estaba buscando…

-Pues yo lo que busco son las zapatillas de colorines que me compre el verano pasado… ¿Qué quieres?

-Me has dejado una nota en la cama esta mañana…

-Sí… mientras te duchabas… ¿Algún problema?

-Ninguno, solo era para decirte que si lo quieres de verdad… tengo sitio y fecha… depende de ti

Dejo de buscar y se giró para mirarme, cruzándose de brazos.

-Mañana me voy a buscar a Carolina…

-¿No venia el jueves?

-Viene el jueves, pero mañana voy y me quedo en el piso que tiene papa en Madrid… le he dicho a mama que si quería te llevaba conmigo… así no se tenía que preocupar por ti…

-Joder con mi hermanito mayor... y parecías tonto…

-Pues ya sabes, si quieres más de esto- me agarre el paquete-  dile a mama que te vienes conmigo, pero que no se te note mucho que lo estas deseando. Por cierto, tus zapatillas están ahí- le dije señalando a la estantería del fondo

Esa tarde fui de compras con mi madre, aprovechando que tenía que comprar cosas para casa,  compre también algo para cenar y desayunar en Madrid, aquel piso lo usaba mi padre solo para dormir, y hacia lo menos dos años que no lo pisaba, así que era probable que no hubiera nada en la despensa y si lo había, era  aún más probable que estuviera entre caducado y muy caducado. Mi madre se empeñó en que Rocío se quedara en casa y la limpiara como castigo por la borrachera del día anterior, los tres sabíamos que aunque se quedara en casa no iba a tocar una escoba ni de lejos

Mi madre seguía a la espera de mi ansiado consejo matrimonial, pero lo cierto es que a mí ni se me ocurría nada, ni tampoco había pensado ni un minuto en ello. Aun así le propuse algo

-¿Has pensado en un amante?

-¿Ponerle los cuernos a tu padre?

-No me has dejado terminar… no hablo de follarte a nadie, me refiero a alguien con quien hablar… darle un poco de celos… algo sano, pero con un poco de malicia, para que despierte…

-Sigue pensando cariño… no sé si es buena idea… pero gracias

La tarde estuvo relativamente tranquila, cenamos los tres juntos, mama le contó a Rocío mi idea de irme a Madrid al día siguiente, y le ofreció ir conmigo. A mi hermana le faltó decirle que íbamos a ir a follar al piso, casi no la dejo terminar cuando ya estaba diciendo que sí.  Lo cual despertó ciertas sospechas en mi madre, no acerca de la verdadera razón, pero sí de que mi hermana aprovechase la noche madrileña para salir de fiesta

-No sé yo si es buena idea… muchas ganas tienes tú de ir… David, que no salga, porque si me entero… eres tú el que se acuerda del viaje

-Tranquila mama, no la voy a dejar salir, y si salimos a dar un paseo, te prometo que iré pegado a su culo para que no se escape.

Esa noche me dormí tarde, dándole vueltas a lo que iba a hacer, hasta ese momento me había dejado llevar por la pasión del momento, por el morbo de la oportunidad, pero no me había parado a pensar que la chica en la que estaba pensando en follarme era mi propia hermana, por mucho que ella lo deseara tanto como yo. Una cosa eran los jueguecitos de besitos y lametones y otra muy distinta era dar un paso más allá.  Una vez más deje a un lado a mi ángel bueno, y  cuando me desperté le mande un mensaje a Rocío

“Esta noche… vas a ver lo mojigato que es tu hermano”

Me respondió con el emoji de la carita asustada, una sonrisa y varios besitos

Aproveche la mañana para preparar una mochila con  algo de ropa de cambio, y las cosas típicas que se lleva uno para un viaje corto, un desodorante, un botecito de colonia…. Rocío también hizo lo mismo, pero si yo lo metí todo en una mochila, ella uso una maleta grande y otra de mano´

-Joder chata, que nos vamos una noche… parece que te fueras a la guerra- le dije mientras metía su equipaje en el coche

-Pero si no llevo casi nada… todo lo que hay ahí, lo necesito…

-Bueno mama, mañana volvemos con Carolina… pórtate bien…- le dijo Rocío

-Tu eres la que se tiene que portar bien… avisadme en cuanto lleguéis…

-No te preocupes, además iré despacio, ya sabes que conducir por Madrid a quien se le da bien es papa- dije yo arrancando el coche

Durante el viaje Rocío y yo hablamos de sus amigas, me conto que una de ellas se había acostado con su primo, y otra con su padrastro, y que ninguna de ellas sentía que hubiese hecho nada malo, y que esa era la razón por la que se lanzó aquella noche, quería saber  cómo se sentiría al chupársela al chico por el que todas amigas habían babeado esa tarde, al parecer después de verme cuando la dejamos, todas habían coincidido, tenía un buen polvazo e incluso una de ellas, creo que la que se había cepillado a su padrastro, la animo a  probarme

Llegamos al piso a eso de las siete y media de la tarde, había estado  en ese piso tan solo un par de veces en mi vida, y siempre de paso, sabía que era una especie de cuchitril con tres habitaciones un baño y un salón en el que solo había espacio para un sofá, estaba algo más cambiado que la última vez que lo pise, tenía como un toque femenino, lo que me llevo a pensar que tal vez lo que le pasaba a mi padre era que el sí que tenía una amante… pero no le dije nada a mi hermana que parecía deseosa de dar rienda suelta a sus deseos más carnales.

Se sentó en el sofá y me empezó a bajarme el pantalón

-Espera… que todavía hay que llamar a mama….

-Pues ve llamando… que yo voy calentando esto…

Llamar a mi madre mientras mi hermana me comía la polla fue una de las experiencias más surrealistas que había vivido nunca, intentar que  no se me notara el gustito que me estaba dando mi hermanita pequeña lamiendo mi glande o jugando con sus labios en el tronco de mi verga fue francamente difícil, intentaba colgar el teléfono pero mi madre se empeñaba en preguntar qué tal el viaje, que tal la casa… y cincuenta mil tonterías más, y mi hermana no parecía por la labor de facilitarme las cosas,  no paraba de jugar con mi rabo, eso sí lo hacía con la sutileza suficiente como para que no llegara al éxtasis tan rápido. Cuando por fin pude colgar, mi hermana se rio y abandono su labor mamatoria.

-Mira que eres mala…

-Anda, si estabas encantado…

-Voy a coger un condón y te voy a enseñar lo que es bueno…

-Déjalo… no te preocupes por eso… ya me tomaré la pastillita

-¿Seguro?

-Sí, tu tranquilo que tu hermana no es una santa, y sabe cómo va esto…

-Sí, si lo de que no eres una santa no tengo ninguna duda

Nos desnudamos rápidamente, cuando éramos niños nos habíamos visto miles de veces sin ropa, pero desde que llegamos a la adolescencia la desnudez fue un tema tabú, días antes le había comido el coño a mi hermana, lo  había tenido a milímetros de mí, pero verla completamente desnuda, poder ver sus tetones, enormes, redondos, con unos pezones apetitosos y rosaditos, y su culazo, deliciosamente perfecto… eran palabras mayores

Me acerque a ella y la bese en los labios, juntos nos dejamos caer sobre el sofá….

Mi hermana no era ni mucho menos la primera mujer que me iba a follar, pero no recordaba estar tan nervioso como en aquel momento, ni siquiera mi primera vez, mi hermana me abrazo y me susurro al oído

-Métemela hermanito….

No pensé, solo actué, es probable que si me hubiera parado tan solo un segundo a pensar en lo que estaba haciendo, me hubiera levantado e ido, pero no lo hice, simplemente me deje llevar por el deseo, por el morbo y por aquella mujer tan preciosa, que era mi propia hermana

Mi polla entro en el coño de mi hermana de manera limpia, me deslice en su interior de un solo empujón, mirándola a los ojos, sintiendo su respiración agitada, la apretura de su sexo, el calor de su vagina, la humedad de su coño, notando sus manos apretarme contra ella. Fue un instante mágico y delicioso

Rocío gemía y me pedía más, poco a poco fui acelerando el ritmo de mis embestidas, moviéndome más y más adentro de ella, ella se corrió hasta dos veces antes de que yo empezara a notar que estaba cerca, momento en que pare. Le pedí que se pusiera a cuatro patas y  aproveche para tomar aliento, no quería correrme tan rápido, quería que mi primera vez con mi pequeña hermana fuese lo más especial posible.

Rocío se puso con su culazo en pompa, se lo acaricie, abrí sus nalgas y observe su ojete, ella se giró para mirarme y me dijo…

-Si quieres luego me dejo dar por el culo… pero ahora córrete en mi coño

-¿En serio Rocío, me vas a dejar encularte?

-Claro hermanito, si lo estas deseando… como yo.

Se la metí por el coño, agarrándome a sus caderas, la folle con ganas, aguante tanto como pude, pero sé que no fue mucho, no conseguí que se volviera a correr antes de que yo le soltara un buen chorro de esperma en su coñito, pero antes de que se bajara la erección y tras unas cuantas embestidas más, batiendo mi semen en su coño, su flujo se fundió con mi leche.

Me deje caer rendido a su lado en el sofá, nos miramos, y nos reímos… ya no había marcha atrás posible, ahora sí que mi hermana podía presumir de la polla de su hermano con conocimiento de causa.

-Venga descansa un rato y en cuanto se te ponga dura… me rompes el culo

Fui a la cocina a beber un poco de agua, ella se quedó en el salón enredando con el móvil, seguramente contándole a sus amigas que estaba en Madrid follando, esperaba que fuese lo suficientemente inteligente como para no confesar que conmigo, pero conociendo a mi hermana… era una opción perfectamente posible.

Cuando volví de la cocina, Rocío tiro el móvil a un lado y se puso de rodillas en el sofá de espaldas a mí, separo sus nalgas y me mostro su ojete con gran descaro, sin lugar a dudas  mi hermana tenía ganas de probar mi polla en su culazo, y yo  seguramente más que ella de probar su delicioso trasero. Me acerque a ella y la agarré por la cintura, me apreté contra ella, haciéndola notar la dureza de mi rabo que con aquel precioso ofrecimiento había vuelto a la vida.

-Rocío, ¿Te puedo preguntar algo?

Acaricie sus tetazas, y bese su cuello, sin esperar que me diese respuesta, le hice la siguiente pregunta.

-¿Alguna vez te han follado el culo?

-¿Tu qué crees?

-Que sí, que no soy el primero…

-No soy una santa… solo lo he hecho una vez… es un poco chungo al principio… pero me gusto… también te digo, él no la tenía tan grande como tu…

-Si te hago daño dímelo… si no disfrutamos los dos, no disfrutamos ninguno

Giro su cabeza, me miro a los ojos y me dijo.

-Tu fóllame el culo… y ya luego hablamos

Me recoloqué en el asiento, puse el glande en la entrada de su pequeño ojete, y empujé con suavidad. Entró despacio y a trompicones, pero su culazo me recibió con calidez desde el primer intento. Rocío bufaba, era más que evidente que le dolía, pero no se quejaba, más bien todo lo contrario, en susurros me pedía

-Sigue así… métela más… que bueno hermanito… que polla más grande…

-Joder hermanita… que culo más estrecho… no te imaginas la de veces que me he imaginado esto… pero ni por asomo pensaba que sería tan delicioso…

El culo de Rocío se había dilatado lo suficiente como para que mi ritmo fuese un poco más intenso y por lo tanto, cada vez me movía con más ganas.

-Quiero follarte yo a ti hermanito...

Era  consciente de que si no paraba, no tardaría en correrme así que aquella petición me vino de maravilla. Bajé el ritmo, y salí del culo de mi hermana, le di un cachete en las nalgas y me senté en el sofá.

Rocío estaba desatada, se incorporó y me besó en los labios al tiempo que se colocaba sobre mis piernas, acaricie sus tetazas y las bese mientras se ponía encima de mí, me dejo jugar con ellas un par de minutos, y cuando ella considero que ambos estábamos preparados para volver, se giró y dándome la espalda, descendió muy lentamente para clavarse centímetro a centímetro mi polla en su pandero.

-Ábreme el culo hermanito, sepárame las nalgas

Hice lo que me pedía, estirando sus glúteos, desde mi posición no podía ver bien como mi rabo se perdía en su trasero, pero lo sentía y de qué manera, cuando mi hermana descendió por completo, agarré sus tetas, y dejé que ella marcara el ritmo. Sus movimientos eran más lentos que los míos, por momentos parecían incluso cansinos, pero eran igual de deliciosos.

-Qué bueno Rocío… que culo tienes… como me gusta…

-Vas a hacer que me corra hermanito… aguanta un poquito niño… aguanta…

Nos corrimos casi al unísono, mientras yo llenaba su culo de semen,  su coño se deshacía, y chorreaba flujo… fue un momento incestuoso e intenso, dos hermanos corriéndose a la vez… volteó su cabeza y nos besamos con mi rabo aun dentro de su trasero expulsando las últimas gotas de esperma y perdiendo lentamente su dureza.

Al separarnos, nos miramos y nos quedamos unos minutos sentados el uno frente al otro en silencio, después nos abrazamos y permanecimos desnudos y juntos un largo rato, había sido el polvo más intenso de nuestras vidas, probablemente el más delicioso y sin duda el más morboso.

Eran casi las nueve de la noche, decidimos salir a cenar algo en un burger que habíamos visto al llegar al barrio, nos vestimos entre bromas. Antes de salir fui al baño a mojarme el pelo y refrescarme, estaba abriendo el grifo cuando escuche a Rocío sobresaltarse, iba a preguntarle qué pasaba, cuando la oí gritar

-¿QUIEN ANDA AHÍ?

Acto seguido se abrió la puerta, eché a correr hacia el salón donde estaba Rocío, y cuando llegué me topé de frente con alguien que ni por asomo esperaba ver allí en ese momento, y supongo que ella tampoco se imaginaba que nos encontraría en esa casa.

-¡¡¡CAROLINA¡¡¡- gritó Rocío

-¡¡¡ROCIO¡¡¡. Gritó Carolina

Yo solo miraba a una y a la otra, incapaz de entender por qué razón Carolina estaba en la puerta, varias horas antes de que su avión saliese de Croacia, donde se suponía que debía estar, y no solo eso… ¿Por qué vestía el uniforme de una conocida tienda de ropa?

Los tres teníamos demasiadas preguntas que hacernos y esperábamos muchísimas respuestas….

Continuará….