Vacaciones especiales
De común acuerdo, con mi esposa, comence las vacaciones mas interesantes de mi vida.
Llegar a esta edad, 47 años, con dinero, una esposa 15 años más joven y bonita, me ha dado la oportunidad de sacarme muchos gustos, gustos que de tener que trabajar día a día, de tener que rendirle cuentas a la gente, de tener el dinero justo, hubieran sido imposibles. Fue así que una noche, junto a Brenda, mi esposa, en momentos de divague, en la cama pero con la luz apagada, le comenté que me gustaría verla hacer el amor con una persona de color, grande, fuerte, con el miembro más viril y enorme que uno se pueda imaginar. Desde ya les digo que no le asombro para nada porque nosotros somos muy liberales en el tema del sexo. Sado, zoofilia, swinger etc. etc. han sido cosas normales en los 10 años que llevamos de matrimonio. De hecho, nos conocimos en un club de BDSM. Esperaba entonces su respuesta cuando me dijo: "La verdad, a mi me gustaría con dos o con tres de ese talante, pero no contigo delante" Me sorprendió un poco eso, ya que siempre hicimos las cosas juntos, pero me dijo que hace tiempo estaba pensando tomarse una licencia matrimonial, no porque no me quisiera, sino porque pensaba que yo tenía que pasar por otras situaciones. Me comentó que había visto en una revista de BDSM de un "Hotel", por así llamarlo, donde se podía internar por un determinado período de tiempo, tanto hombres como mujeres, en las condiciones que uno pactara, con todo tipo de situaciones, castigos, penitencias y esas yerbas. Fue entonces que me propuso lo siguiente:
Quince días yo internado en esa casa, y quince días ella en nuestra casa de campo, con los tres sementales de color. Inmediatamente me excité de una forma increíble, pero quedaba un problema, y era que yo no iba a poder ver lo que ella hacía, y eso me dolía. Me dijo que iba a filmar lo más que pudiera, pero además si yo estaba "preso" no iba a tener derecho a ver nada. Será tu castigo me dijo, y yo personalmente me encargaré de arreglar las condiciones de tu reclusión. A esa altura estábamos ambos excitados, hicimos el amor con una fuerza tremenda, y quedamos para el otro día en comenzar a arreglar todo para nuestra próxima fantasía. Acordamos que luego de vivirla nos tomaríamos unas vacaciones juntos y ambos nos relataríamos nuestras experiencias.
Así pues, en un par de días todo estaba combinado. Era jueves, mañana viernes llegarían a casa los tres "amigos " de Brenda, montarían en el auto junto conmigo y me llevarían a mi lugar de reclusión por los próximos quince días, y seguirán camino hacia el campo. Yo por lo pronto ignoraba donde, con quien, como y todo lo demás, pero estaba realmente muy excitado.
Llego el viernes a la noche y Brenda estaba pronta para partir. Hizo una sencilla maleta con poca ropa, me dijo que no iba a necesitar casi nada , así que no era necesario. Estaba realmente preciosa. Tiene un físico realmente esplendoroso. Morocha, tez blanca, ojos verdes, mis amigos me envidian de solo verla, sus senos, agrandados por una operación son impresionantes, y su cuerpo una escultura griega. De solo imaginarla en medio de tres enormes negros me moría de excitación. Sonó el timbre y ahí estaban. Una cosa es decirlo y otra verlo. Tres morenos de los cuales ninguno mediría menos de 1,90 metros, jóvenes, de una negrura total, de esos que son casi azules de la oscuridad de su piel. Las tres dentaduras, perfectamente blancas relucieron de esos rostros. Se besaron con mi esposa como si ya se conocieran y preguntaron "Este es ? " Si respondió ella.
Bueno vamos. Y sin que yo me diera cuenta me tomaron entre los tres, me quitaron toda la ropa, me ataron de pies y manos, me amordazaron y me llevaron hasta el auto que estaba en el garaje. Ahí me pusieron en la valija de atrás, subieron sus equipajes y en menos de diez minutos el auto se estaba moviendo. Estimo que no transcurrió una hora cuando el auto, mi auto, se detuvo. Sentí voces, no claras pero algo así como "aquí se lo dejo", recuerdo la voz de mi esposa que decía, "No se olvide señora, el tratamiento debe ser muy especial". Se abrió la puerta de la valija, entre dos morenos me bajaron de ella, me apoyaron en el piso. Apenas pude ver a Brenda, ya estaba sentada al volante del auto, ni se despidió de mi, el auto arrancó y ahí quedé, atado en el piso, esperando mi destino.
No tuve que esperar mucho. Dos mujeres vinieron con una especie de palo largo, lo pasaron a través de mis ataduras y juntas levantaron mi cuerpo, colgado como un animal cazado. Una de ella era de origen Oriental, menuda pero de buenas proporciones y de rostro angelical, la otra no tendría más de 18 añós, rubia, de rostro aniñado. Les costó bastante alzarme y mover mi cuerpo, pero una vez en posición me trasladaron adentro de la casa sin problemas.
Entonces vi donde estaba. En la recepción había un cartel que decía "Correccional", pronto entendería lo que eso significaba. Me apoyaron en un despacho donde una mujer madura, muy sensual, me dijo fríamente:
"Estás acá para dos cosas bien claras, una, dejar descansar un poco a tu esposa, que dice que lo necesitaba en demasía, otra, para realmente aprender a saber quien manda en tu casa." Te adelanto que tu hermosa esposa pagó por el tratamiento más sofisticado que tenemos, lo llamamos el especial, ya sabrás porque. Hay solo dos reglas que deberás obedecer. La primera. Silencio total si no se te pide que hables. La segunda: acá no eres nada. Por lo demás todo será de nuestro cargo. Dormirás cuando se te ordene, comerás cuando se te ordene, harás tus necesidades cuando se te ordene. Tienes totalmente prohibido tener placer o sexo, y el castigo por infligir esta regla excede las potestades que nos dio tu esposa, ya que la condición fue que eso corre por nuestra cuenta sin que ella o tu tengan derecho a protestas, así que cuidado, puedes llegar a la castración si fuera necesario, y eso sería lo más blando. Acá probarás los castigos más duros, las humillaciones más increíbles y nada de protestas o lamentos, o simplemente, será mucho peor. Bien, ahora es tarde, mañana a las cinco de la mañana comenzaremos a demostrarte que clase de persona eres, o sea la basura que realmente eres.
Ahora ya es la una de la noche, así que a dormir. Eso si es que puedes. Y diciendo esto salio de la pieza. Legaron de vuelta entonces las dos muchachas, me volvieron a levantar en vilo con esa pértiga y me llevaron, escaleras abajo, a un sótano, donde una tenue luz me permitió ver cinco o seis jaulas, tres de ellas creo ocupadas, increíblemente estrechas. En dos de ellas me pareció ver mujeres y en la otra un hombre. Me introdujeron en una jaula que aun hoy pienso que no se como hice para entrar, marcha atrás, enrollado como un ovillo, aun atado de pies y manos, y cerraron la puerta. Entonces vino lo peor. Mi culo había quedado expuesto por el lado de atrás, y estas mujeres se encargaron de hacérmelo saber. Introdujeron en mi ano un consolador metálico, que se atornillaba mismo de una rosca instalada en la jaula. Giraron, giraron, hasta que me sentí casi desgarrado. Giraban y reían, como si estuvieran haciendo un juego, un poco cada una. Cuando ya no daba más, quiso la diosa fortuna que se detuvieran. Vinieron hacia el frente de la jaula, me abrieron la boca, sacaron mi lengua y la apoyaron sobre un pedazo de madera incrustado en uno de los barrotes transversales, y acá fue el mayor dolor que sentí esa noche. Clavaron mi lengua a esa madera, y dijeron: " Así estarás inmóvil y callado, hasta mañana tempranito." Y riendo salieron de la pieza. Quede totalmente paralizado. No sabía si tenía miedo o estaba excitado, pero mi corazón latía muy fuerte. Recién ahí pude ver hacia un costado, de reojo, y distingui en la penumbra una de las mujeres, en las mismas condiciones que yo, solo que estaba totalmente rapada a cero y además de sus senos y su vagina colgaban pesas, seguramente de anillos que no lograba distinguir. Es así que me dispuse a pasar la primera noche en aquel lugar, bastande dolorido, pensando a la vez que estaría haciendo Brenda. A las cinco de la mañana se abrió la puerta ..
Continuará si Uds. Lo quieren