Vacaciones en Salou
De como un fin de semana sola con mi amiga, puede acabar en una orgía...
Mi nombre es Eva y lo que voy a contar a continuación me sucedió el pasado verano. Una amiga mía, Vero, me invitó a pasar unos días al apartamento de sus padres en Salou, una localidad situada en la Costa Dorada, en la provincia de Tarragona.
Llegó el viernes y una repentina enfermedad de un familiar en el pueblo, obligó a los padres de Vero a desplazarse y nosotras les dijimos con nuestra mejor cara que nos portaríamos bien. Supimos de la celebración de una fiesta en una carpa al aire libre esa misma noche, con lo que aunque no tengamos la mayoría de edad, la verdad es que tenemos un cuerpo de escándalo y cuando nos pintamos y nos ponemos guapas nadie sería capaz de saber nuestra edad.
Total que nos arreglamos y fuimos a la fiesta, no sin antes esperar pacientemente en casa a que nos llamaran por teléfono y decirle a sus padres que habíamos alquilado una película de miedo en el videoclub y que luego nos iríamos a la cama, para ir prontito a la playa.
Yo llevaba un vestido cortito de tirantes, negro y debajo un bikini por si tocaba bañarse, así que una vez que llegamos a la carpa, fuimos asaltadas literalmente por una banda de moscones. Nos pasaron unos canutos y poco a poco fuimos perdiendo la vergüenza, que acompañado de la bebida que tomamos, nos hacía estar en un mundo de fantasía, parecía que todo se movía a nuestro alrededor mientras bailábamos, como si estuviésemos flotando y las luces de colores y las música eran como de vídeo-clip.
Con el tiempo nos fuimos separando y yo me quedé entre dos chicos que no paraban de intentar intimar conmigo. Ya casi de madrugada y después de algún beso perdido, empecé a encontrarme fatal. El mundo se movía de nuevo, pero esta vez la sensación de alegría había desaparecido. Intenté encontrar a Vero entre la gente que estaba en la playa sin conseguirlo y mis dos acompañantes se brindaron a llevarme a casa.
Como tenía problemas para caminar en línea recta, se pusieron uno a cada lado y apoyándome en ellos, caminaba de la forma más digna posible. Sin embargo no pude llegar muy lejos, ya que vomité poniéndome perdida. Uno de los chicos, Toni, que vivía cerca se ofreció a que fuese a su casa para limpiarme y a prestarme algo de ropa limpia para poder volver a casa.
Yo no pude o no supe negarme y entramos en su torre, una casa con un jardín enorme y garaje y para que me sintiera más cómoda y que nadie nos preguntase nos metimos en el garaje. Encendieron una luz muy mortecina y me dijeron que me desnudara mientras me traían ropa limpia. Yo no quería hacerlo porque me daba corte y ellos me dijeron que en la situación en que estaba, si quisieran haberme violado ya lo habrían hecho, así que me quedé desnuda, pues además de mi vestido, el bikini estaba completamente empapado de vómito.
Me trajeron una bolsa de plástico para guardar la ropa sucia, junto con una camiseta y un pantalón de deporte, pero antes de dármela a uno de ellos se le ocurrió que ellos me habían visto desnuda y que yo estaba en desventaja, así que se desnudaron ellos también. Uno de ellos, Toni, estaba un poco empalmado y se reía por la situación. El otro, Jaume, tenía su polla que permanecía fláccida.
Toni, el hijo de los propietarios, aprovechando que la tenía tiesa, se erigió en líder y nos propuso jugar a un juego. Dijo que el sería un caballo, yo una yegua y Jaume un potro joven y me preguntó si lo había hecho alguna vez con un animal. Yo lógicamente le dije que no y riendo me dijo, pues hoy lo harás, así que nos pusimos todos a cuatro patas y me iba dando golpes en las nalgas.
El juego logró excitarme un poco y al final me dijo: "Vamos a hacer una cosa, yo te vendo los ojos y a ver si adivinas quien te toca?" Desapareció y volvió al rato con un foulard de seda, al que hizo varios dobleces y me vendó los ojos, entretanto Jaume que se había quedado conmigo y nos habíamos besado, cumplía con su papel de potro, ya que con la excitación le había crecido enormemente y no pasó inadvertido por su colega, que después de haberme vendado, me embadurnó mi cosita y mi culito con un líquido suave y oloroso, llegando a introducir sus dedos en mi vagina y cuando le llamé la atención, me pidió perdón y empezamos el juego.
Debía adivinar quien era quien. Lo siguiente que noté fue como una lengua que me estaba abarcando todo mi sexo, seguía por el culo y volvía a mi sexo, con una avidez claramente perceptible, además es que me abarcaba completamente, no tenía ni idea de quien podía tratarse y así se lo dije y me contestaron que como castigo a mi torpeza, harían otra cosa y que serían más duros en el castigo.
Me dieron una azotaina en las nalgas y enseguida noté como un peso se montaba por detrás de mí y algo me golpeaba insistentemente con unas evidentes ganas de penetrarme. Yo les chillé "Hey!" y me respondieron "tranquila cariño, se lo he visto hacer a mi madre" y antes de que pudiera digerir la información, la mano de uno de ellos, dirigió aquel martillo percutor a la entrada de mi vagina, que fue penetrada hasta el fondo.
Di un grito de dolor, pero ahora ellos me sujetaban con fuerza, mientras era follada con unos movimientos convulsos como nunca había sentido. El dolor era insoportable y sentía mi vagina arder, pero no me dejaron mover, ya que estaba cogida por un perro que al poco se bajó de la monta, pero no podía separarse y me dijeron que me podía desgarrar y me asusté muchísimo.
Toni aprovechó para introducir su miembro en mi boca, para que no me aburriese, me dijo y me la metió de golpe, llegando al fondo de mi garganta, causándome unas arcadas terribles y mientras seguía con su juego, me cogía de la cabeza y me empujaba contra él. Supongo que llegué a vomitar, no lo sé, porque me encontraba fatal, llena de babas viscosas y sintiéndome humillada, hasta que se corrió en mi boca, escupiendo su semen con todo mi asco.
Jaume se acercó a mi y mientras me acariciaba con cariño los pechos y estando así como estaba yo, a cuatro patas, me dijo al oído que lo sentía muchísimo, que todo se le había ido de las manos, que no pensaba que pudiera pasar una cosa así... Estaba llorando y lo vi tan triste y arrepentido que antes de que me lo mandaran hacer a la fuerza, cogí su polla y me puse a chupársela y debido a su excitación se corrió enseguida y como acto de rebeldía me tragué su leche.
Eso fue realmente un error, como supe más tarde. Al poco rato noté como mi vagina chorreaba y que la presión en mi vagina había cesado y entonces es cuando vi al perro chupándose su polla completamente roja que sobresalía a su piel. Yo estaba asustadísima por si me podía quedar embarazada y así se lo dije y me contestaron que estuviese tranquila que hasta la fecha no se conocía que ninguna mujer hubiera dado a luz a ningún cachorro.
Al día siguiente, bajé a comprar el pan, me sentía sucia, herida en el amor propio y dolorida, no había dicho nada a Vero, por si se lo podía contar a sus padres y estos a los míos. Me encontré con Jaume, que estaba totalmente avergonzado y me dijo que me ayudaría si quería denunciar a Toni por lo del perro, yo le dije que no, que sólo quería que acabase el fin de semana para marcharme y no volver nunca más por allí.
En la esquina siguiente y una vez que Jaume ya se había marchado, me encontré con Toni, que con una mirada lasciva me dijo que sabía quien era y donde vivía y que si no quería que mis padres se enteraran que más me valía que me fuera con él, que ya vio que era una putita a la que le gustaba el sexo duro.
Me sentí tan indefensa que fui con él hasta su casa, me desnudó y me echó sobre una cama, se puso a jugar con mi sexo y sobre todo con mi culo, metiéndome un dedo y luego otro, hasta que metió los dos. No hacía caso de mis súplicas y el ardor que sentía era tremendo, se levantó y me untó con una especie de melaza y comenzó a meter su pene en mi ano, el dolor era intensísimo y no podía aguantarlo. Me amenazó por si gritaba, así que solo podía sollozar y gemir de dolor.
Se colocó estirado, boca arriba en la cama, sodomizándome y dejándome con las piernas abiertas, también hacia arriba y entonces me dijo que me iba a dar algo que nunca olvidaría. Llamó a su perro y yo temía que tratara de repetir lo de la noche anterior, pero se trataba de un perrito de raza chiquita que olió la melaza y dedicó a lamer mi sexo, abarcaba mucho menos que el otro y su lengua era más rasposa, pero el movimiento era tan constante que no pude evitar sentir por un momento placer, de tal manera que superaba al dolor y al miedo que pudiera sentir... noté como me mojaba por dentro, como crecía mi clítoris, como me martilleaba aquella lengua..., sentí..., sentí que me corría y oí una a vez más a Toni diciéndome "lo ves putita? como yo sabía que esto te gustaría?" y luego me dijo "pues ahora verás!".
Dio una palmada sobre mi vientre plano y el perrito empezó a subir sobre mí, ansioso, arañándome con sus patas y buscando..., buscando..., hasta que el muy cerdo me metió su cosa y Toni me pellizcó entonces los pezones muy fuerte, diciéndome "mueve el culo, putita, que se que esto te gusta!" El dolor era punzante, pero incomprensiblemente me gustaba sentir sus manos manoseando y apretando mis pechos, pellizcar mis pezones y empecé a mover mis caderas y entre el perro montándome por delante, Toni atrapándome por detrás, empecé a sentir una sensación que creo que nos llevó a un paroxismo, corriéndonos casi los tres por un igual.
En cuanto el perro me soltó y noté la flaccidez en Toni, me levanté de golpe y cogiendo mi ropa salí a la carrera, mientras Toni me chillaba "Adonde vas putita, mira como me has dejado... esto me lo tienes que limpiar con tu boca y se la has de chupar al perro también!" Yo ya no oía más, salí a toda prisa, poniéndome el vestido playero y con el bikini en la mano desaparecí de allí.
Llegué a casa de Vero muy sofocada, había perdido el pan y le dije que se había acabado en la panadería, que no me encontraba muy bien y que me iba a dar un baño y que si quería ir a la playa, que no me esperara que seguramente me echaría un rato en la cama. Acabó el fin de semana y ya éste curso nos hemos separado un poco, al haber cambiado de instituto y la verdad que aunque me apetece un montón volver a verla, me trae unos recuerdos que quisiera olvidar, porque me he sentido violada, humillada, pero además siento una confusión tremenda con el hecho de que me gustara el sexo con los animales, la sodomía, el dolor...