Vacaciones en Mallorca. Dia 2. 2ª Parte Corregido

Se fue complicando y mis ganas fueron creciendo, los acontecimientos y mis decisiones seguramente fueron la causa de un final inesperado de aquel día.

Me tumbe boca arriba y Juan me miro, ya sabia lo que tenia que hacer, solté la parte de arriba del bikini y me lo quite. Me di la vuelta para recibir crema de Juan, pero el que se disponía a darme crema era David, mi novio Juan ni se movió.

David me dijo sorprendiéndome:-No, si la que va a repartir crema eres tú.

Me quede parada, no era eso lo que yo estaba esperando. Me dio el bote de crema y se tumbo bocarriba para recibirla con los brazos detrás de la cabeza. Era sensacional, se le notaban todos los músculos del abdomen, me tuve que sentar en la toalla de espaldas a Juan para poder darle crema y le pregunte a David:

-¿Vas al gimnasio verdad?

-Un poco. Me respondió.

Me dispuse a extender la crema por aquel cuerpo musculoso, y mirando alrededor vi que los viejos estaban mas cerca, a dos metros como mucho, se iban acercando poco acechando una presa

Empecé a repartirle la crema por arriba, y dando movimientos de vaivén lo iba extendiendo. Me estaba excitando esta situación, los viejos mirando como se movían mis tetas al frotar a David a solo dos metros, después nosotros y a continuación diez metros de playa hasta llegar al mar. Conforme iba repartiendo la crema por el cuerpo de David, notaba como crecía su bulto en el bañador a la vez que crecía mi excitación, era como si la gente desconocida que estaba en la playa se fuera alejando, como si solo quedáramos nosotros tres y los viejitos.

Dani entonces se dio la vuelta para que terminara mi trabajo, y se percató del acercamiento de estos mirones, me dijo en voz baja:

  • Estos no se pierden detalle. Yo afirme con la cabeza echándome a reír, siguiendo con mi tarea.

Dani me dijo entonces:

  • Ahora me toca a mí.

Yo me disponía a tumbarme cuando el me indico que me tumbara al revés, es decir, con la cabeza a los pies de Dani y Juan, boca abajo mirando hacia el mar.

Así lo hice, dejando una vista espectacular de mi trasero a los viejos mirones, apoye los codos en la toalla e incline la cabeza esperando la crema, entre mis tetas y mi brazo quedo un hueco por el cual veía a los mirones disfrutar.

David empezó despacio, por la parte de mis hombros, en mi campo de visión solo tenia que mover un poco la cabeza para ver el paquete de Juan, mi novio y David. Me gusto que los mirones no apartaran la mirada ni un segundo de mi cuerpo.

David siguió avanzando hasta mi cintura y luego paro para sacar otro bote. Ese bote ya lo había visto yo antes.

-¿Me vas a poner lubricante? pregunte a David.

Me respondió con otra pregunta:

-¿No te gusto ayer?

-Si, pero ayer no estábamos en una playa llena de gente. Además tenemos esos cuatro aquí pegados. Respondí yo.

Mire a Juan ya que David no hacia caso a mis escusas, ni dijo nada , ni perdía detalle mientras David iba apartando la fina tira de tela que ocultaba mis orificios, mire al paquete de Juan y note como creció en unos segundos. Le gustaba que le vieran a su novia todas sus intimidades.

David empezó a lubricarme entre los dos molletes, apartando uno un poco para un lado, de mi parte superior hasta la entrada de mi ano.

Mire la los viejos por el hueco y vi que estaban paralizados no movían ni un musculo ni siquiera los parpados y yo que estaba calentísima empecé a abrir mis piernas para que los viejos mirones me vieran mejor, como dándoles permiso para mirar.

David empezó a darme un masaje circular en el ano bajando cada dos por tres para hacer lo mismo con mi clítoris. Me corrí inmediatamente cosa que no paso desapercibida para los mirones pues los estaba viendo. Y de pronto uno saco una pequeña cámara fotográfica. Yo me alerte pero estaba tan caliente que no podía articular palabra.

David le dijo a mi novio Juan:

  • Vigila por si se acerca alguien más de lo debido, que le voy a dar todo lo que se merece a la puta de tu novia.

Note que David había cambiado el tono de su voz, era evidente que estaba calentísimo.

La gente, que estaba a más de veinte metros no se enteraba de nada.

David insistía e insistía en la entrada de mi ano que iba cediendo poco a poco a cambio de un placer inexplicable que me producía. Nunca antes había experimentado ese placer. De pronto introdujo su pulgar en mi ano y los otros dedos en mi coño, estire todo mi cuerpo cerrando las piernas en un acto reflejo.

David me aconsejó: -¡Abre bien las piernas, que te están haciendo fotos y no es cuestión de joderles el tema!

Abrí mis piernas, no pude decir nada, no me salían nada más que monosílabos sin sentido. David al ver mi colaboración empezó a mover su mano frenéticamente, empezó a gritar de gozo y Juan me puso la mano en mi boca, ahogando así mi voz. Orgasmo tras orgasmo mire a los viejos y seguían haciendo fotos, ya no me importaba, me gustaba en ese momento la idea de que tuvieran algo de mi para recordarme.

David paro de repente y dijo:

  • ¡Ya!!

No pasaba a creérmelo, ahora no, pensaba yo. Me había dejado a medias. No encontraba explicación e intente que me lo aclarase.

  • ¿Ya? ¡Como que ya!

David me respondió:

  • Ya no aguanto más, si sigo así voy a tener que metértela aquí mismo. Se tumbo para atrás dejando su paquete hacia arriba, parecía que iba a romper su bañador.

Yo seguía con las piernas abiertas enseñando todo a los vejetes que se estaban anchando, esperaba que Juan hiciera algo pero nada. Al cabo de unos segundos me coloque bien la parte de abajo del bikini y me puse de pie diciéndoles en voz alta para que me oyeran bien los mirones:

-Me voy a refrescar un poco.

Y avance despacio hacia el agua, no me puse la parte de arriba, no le ´di importancia, notaba las miradas de los viejos que mantenían mi calentura al máximo, correspondiendo empecé a mover mis caderas a la vez que mis pechos empezaban a bailar.

Antes de entrar en el mar volví la cabeza y vi como se incorporaba Dani para hacerme compañía, no lo espere y me adentre en el agua que estaba especialmente cristalina, note como me invadía el agua, como queriendo entrar dentro de mi, gracias al lubricante que me había puesto.

Cuando llego el agua por encima de mis caderas paré, di media vuelta y Dani estaba entrando dentro del agua, a unos metros por detrás de él avanzaban tres de los cuatro mirones. El otro estaba enseñando las fotos a mi novio.

Cuando llego Dani le pregunté:

  • ¿Les has invitado tú?

-No hizo falta, si no quieres los ahuyento

. Me respondió Dani.

-Déjalos, quiero ver donde tienen su límite.

Dani se colocó detrás de mi y agarrando mi vientre con las dos manos apretó su bulto sobre mi trasero mordiéndome suavemente la oreja derecha .Pase mi mano izquierda por detrás de mi espalda para tocarle el miembro y ya lo tenia fuera del bañador, mientras tanto los mirones se iban acercando mas y mas, alce mi cabeza hacia arriba para degustar más su lengua sobre mis labios. Un breve beso para volver a mirar al frente. Ahí estaban ya, a menos de un metro. Pararon entonces para mirarme detenidamente.

Dani sin consultarme nada, de un tirón arranco mi parte baja del bikini ofreciéndosela al que estaba más próximo. Era la guinda del pastel, lo que necesitaban aquellos mirones, era como el permiso para continuar. Mire hacia abajo, y el agua cristalina me dejo ver como con sus manos movían sus pollas debajo del agua, al igual que ellos podían ver mi coño con toda claridad, estaba completamente desnuda.

Mientras, mi marido se levanto, había visto la escena del bikini, observaba acariciándose el bulto por encima del bañador mientras avanzaba con decisión para meterse en el agua.

El que estaba en medio de los tres mirones avanzo un paso y Dani me dijo que me abriera de piernas, así lo hice yo , el mirón no espero y me introdujo su miembro dentro de mi, Dani entonces apunto su lanza y la fue introduciendo dentro de mi ano poquito a poco sujetándome por la cintura con una mano. Los otros dos se pusieron uno a cada lado para observar mejor. Yo me deshacía de placer, pensé que me iba a doler, pero solo fue un breve pinchazo lo que sentí. Juan mientras tanto acababa de llegar mire a los que tenía al lado y agarre una polla con cada mano comenzado a movérselas. Dani y el del medio empezaron a moverse dentro de mí. Era tanto el placer que sentía que se me escapaba la saliva por la coyuntura de mi boca y tanto el poder de sus embestidas que apenas tocaban el suelo mis pies.

Por si no le quedo clara la escena Dani se la aclaro en un momento:

-Juan, para, esta vez te toca a ti ser el mirón, pregúntaselo a Meche tu puta buscona.

Juan me pregunto entonces:

-¿Quieres que paren?

Yo le conteste fuerte, quizás por la excitación del momento, o porque note en su voz que le estaba gustando la escena:

-Quédate ahí mirando, cabrón, mira como se follan a la puta de tu novia.

Juan se quedo asombrado naturalmente, era la primera vez que me oía hablar así, pero fue un detonante para los demás, que comenzaron a tocarme y acariciarme los pechos con sus manos.

Para mi sorpresa el de la derecha se corrió primero y después el de mi izquierda. Aquella respuesta por mi parte y la situación en la que se encontraba Juan al parecer elevo su temperatura.

Dani se corrió a continuación jadeando todavía se acercó a mi cuello y me dijo:

-No tienes límite putita.

La consciente pasividad de mi novio ante aquella situación, sin querer provocó que yo me quedara a medias de nuevo, parecía increíble que con tres hombres pegados a mi esto pudiera ocurrir.

Los que acabaron se fueron hacia la playa abandonándome allí. . Se corrió también el que ocupaba mi coño, fue el que aguantó mas, emitiendo algo parecido un sonido animal abandonándome también., Juan permanecía paralizado.

Cerré los ojos y quede quieta para tranquilizar así mi calentura, cuando los volví a abrir en la orilla de la playa estaban todos mirando, uno al lado del otro, supongo que comentando la jugada, claro que desde la orilla se nos tendría que ver bien a los dos, Juan medio atontado y yo rodeada de semen por todos lados. En medio de todos ellos, Ramón que alzando la bolsa que tenia en la mano me indicaba que saliera a por ella gritando sin parar. Estaba desnuda y con tanto escandalo no me atrevía a salir, la humillación parecía inevitable, pensé que cuanto mas tardara en salir mas gente me vería, el escandalo estaba asegurado.

Decidí salir rápido pues la broma ya la tenían planeada de antemano, de ahí los dos bikinis.

Me apresure , mirando para abajo, cogí la bolsa de Ramón y me senté en la primera toalla que vi, me puse el bikini y comencé a secar con otra toalla todas las partes de mi cuerpo mientras observe que ellos al borde de la playa seguían hablando tranquilamente junto con Juan que ya había salido también.

A los dos minutos se acercó Juan y me dijo:

-Ramón nos invita a un cubata en el kiosco.

Sin esperar respuesta se fue dirigiéndose hacia Ramón que caminaba en dirección al kiosco. Dani venia hacia mí diciéndome con las manos que me levantara, deduje que iba a recoger las toallas. Esperé a que las recogiera para no avanzar sola por la playa, no sabia cuanta gente me había visto salir del agua y me invadió en ese momento un pudor que pensaba que ya no tenía.

Llegamos al kiosco y allí estaban esperando Ramón y Juan, los mirones se habían ido. Cuatro cubatas en la barra, tomé un trago y Juan me comento que Ramón nos quería dar un regalo al día siguiente.

Tomó la palabra Ramón que se disponía a dejar el vaso encima de la barra después de beberse el cubata de un trago:

-Le he propuesto a Juan un viaje en coche para ver un poco la isla. ¿Tu que opinas?

Le respondí con otra pregunta:

-¿Pero vas a venir sólo?

Asintió con la cabeza, y yo proseguí con mi respuesta:

  • Este bien, me gusta la idea.

Pero no me fiaba ni un pelo, ya no me acordaba en ese momento con cuantos hombres había estado y ninguno me había saciado.

Cambiamos de tema dejándolo por terminado. Estuvimos hablando un par de horas de temas que ya no recuerdo, del tiempo, de la falta de lluvia, etc.,

Se hizo la hora de la cena, Ramón se despidió fijando la hora de salida:

-Mañana a las nueve. Y se fueron los dos Ramón y Dani.

Nosotros nos dirigimos a la habitación, por el camino le pedí disculpas a Juan por el lenguaje utilizado, el me perdono y me pregunto por mi penetración anal quedo todo muy aclarado Juan me puso la mano en la cintura y me preguntó al oído:

-¿En general, te lo estas pasando bien?

Le respondí:

-Si, pero siempre me dejan a medias, parece que lo tengan calculado. Además nunca pensé que una mujer pudiera disfrutar con tanto hombre y dar tanto placer. Estoy descubriendo cosas nuevas y me gusta.

Juan señalando hacia mi cuerpo me dijo que me pusiera algo mas cómodo para cenar mientras él reservaba mesa. Volví a mirar en mi armario para decidir que ponerme mientras el desaparecía por la puerta. Estaba indecisa, la lavandería ya me había devuelto la camisa y la minifalda toda arreglado, muy buen servicio.

Mientras estaba pensando en estos temas oí la puerta pensaba que a Juan se le habría olvidado algo y abrí sin mas contemplaciones, una mano me empujo para atrás, eran dos amigos de Javi de otro empujón caí encima de la cama. Entonces uno de ellos me hablo:

-Te hemos estado observando en la playa, parece que no tienes bastante todavía.

Yo no conteste, seguía callada escuchando:

-Hemos decidido tomar unas copas vosotros, después de la cena, estáis invitados.

Me dieron el nombre la situación y el nombre del local mientras me incorpore en la cama , pensé por un momento que se liarían conmigo allí mismo pero no fue así, se fueron inmediatamente mirándome y yo decidí seguir con lo que estaba haciendo.

Yo no pensé en ir, al fin y al cabo solo había sido una invitación bajo mi punto de vista, aunque aun andaba caliente seguro que Juan daría cuenta esa noche de mi.

Me puse la mini azul y la misma camisa ya arreglada, me coloque un poco maquillándome lo justo y baje al comedor, él estaba sentado en una mesa en el centro y ya tenia el primer plato preparado para los dos. Me senté sin mas y nos dispusimos a cenar, no le comente nada sobre aquella visita inesperada, seguro nos habían seguido para comprobar que habitación ocupábamos, pensaba pasar la noche con Juan.

Juan se extraño un poco porque a través de la camisa se veía mi sujetador, este día estuve mas tiempo sin ropa interior que con ella, y me pregunto. Yo le respondí que seguramente habría sido la costumbre, y en verdad lo fue.

Sonó un móvil, era el de mi novio, comenzó una conversación de monosílabos:

  • Hola, si,... si.... ,si... si, si, a las once.

Corto la comunicación y dejo el móvil encima de la mesa, le había cambiado la cara por completo.

-¿Quien es? Pregunte yo.

-Carlos. Me respondió.

Carlos era el jefe de mi novio. Un hombre de mediana edad, que vino de Argentina a probar fortuna, y lo consiguió. Al principio no congeniaban muy bien los dos, pero seis meses antes la cosa cambió, fue Carlos el que nos aconsejó este destino para nuestras vacaciones.

  • Viene mañana a las once, y tengo que ir a recibirlo al aeropuerto. Siguió comentándome Juan

Cogió el móvil otra vez y pulso una tecla y llevándose este al oído le oí decir

:- Ramón. Mañana no puedo ir al viaje para ver la isla....

Me miró y me preguntó:

  • Dice Ramón que si te apetece ir a ti sola.

Yo me quede pensativa valorando la situación, por un lado Juan con su Jefe, me quedaría sola toda la mañana, por el otro un viaje con Ramón, me vino su tremenda polla a la mente y respondí que si. Sabia que algo se tenia entre manos y me entro un poco de curiosidad.

Juan dejó el móvil encima de la mesa y rápidamente lo atrape, fui directamente a la guía, estaban casi todos los teléfonos de los que me habían follado, y le pedí una explicación a Juan.

  • No hay ningún problema ellos tienen el mio también. Por si nos surge algún inconveniente en la isla, seguro que cuando nos vallamos de aquí no los volvemos a ver en la vida.

Me sentí un poco rara, no sabia como cogerlo aquello. Seguimos con la cena y después nos fuimos a dormir, Juan estaba muy nervioso con lo de su jefe y no le apetecía. Por más que me insinué al cabo de quince minutos estaba durmiendo. Todavía era temprano, no eran nada mas que las once, me asome a la terraza, la verbena estaba en todo su apogeo, mire hacia el otro lado y efectivamente la tienda de ropa donde había estado se veía desde allí, cerrada ya por cierto, en la otra acera el local donde me dijeron que iban a estar los amigos de Javi.

Estuve dudando unos minutos pero al mirar a Juan durmiendo me decidí a bajar, caminando por la calle despacio estuve dudando si entraba allí o no.

Al final entre, era un karaoke, poco iluminado, seguramente para que los clientes vieran mejor las pantallas, a la izquierda un billar, y frente a mi la barra, estaba prácticamente vacío, pensé que seria por la hora, parecía ser muy temprano. Solo dos personas en la barra que no distinguía dedo mi posición. Avance lentamente, no por miedo sino por la poca iluminación que había, al llegar a la barra vi que eran los dos de antes seguramente habían escogido ese local a propósito sabiendo que estaba vacío.

José y Antonio. Me preguntaron por Juan yo lo excuse diciendo que estaba muy cansado y se había quedado dormido, se echaron a reír no se si por lo que dije de Juan o por mi osadía de presentarme sin él. Ellos ya estaban tomando así que me preguntaron que quería beber, crema de wiski conteste, me encanta ese licor. Al momento el camarero puso un vaso alto en la barra y José le indico con el pulgar hacia arriba, lo lleno.

-El primero de un trago que te llevamos mucha ventaja. Me dijo José.

Me eche a reír pero me lo tome como una apuesta, de todas formas entra muy suave. Cuando deje el vaso en la barra le falto tiempo al camarero para llenarlo otra vez.

Sacaron la conversación de la tarde en la playa, me preguntaron quien eran los mirones, yo cada vez que hablaba de aquello me calentaba un poco mas y tenia que tomar un trago para continuar, en dos minutos ya había apurado el vaso que se volvió a llenar como por arte de magia, comprobé con sus preguntas que lo habían visto todo, pero todo todo. Empezaron después los a lagos, que si estaba muy buena, ya estaba yo algo contenta por la bebida y se dieron cuenta. Un brindis por nosotros, otro por mi marido el vaso desapareció en un instante y José ya me acariciaba las piernas con disimulo, era el que me la metió en el parque, pero al comprobar que llevaba bragas se paro y me dijo:

-¡Quitatelas!

Hasta el camarero se quedo mirando, no lo dijo en voz baja precisamente. Yo me disponía a irme al servicio pero me lo impidió, me cogió de la mano y me dijo que allí mismo señalando a un pequeño espacio dedicado a los clientes que quisieran cantar.

Estaba desinhibida, entre el calentón de recordar aquellas escenas en la playa y el alcohol que llevaba dentro , incluso me pareció excitante , la luz de la pantalla encendida iluminaba bien aquella zona , pero me impedía desde allí ver lo que mis amigos estaban haciendo, estaba como aislada, hasta que mis ojos se acostumbraron no pude distinguir bien. Comencé a bailar despacio, no lo había hecho nunca pero si lo había visto por la televisión. Me desabroche la camisa lentamente un botón tras otro par terminar deshaciendo el nudo moviendo las caderas al mismo tiempo, la luz de proyector me deslumbraba algunos momentos, seguí desabotonándome la falda que cayo al suelo sin previo aviso, entonces vi que el camarero lo estaba grabando, una pequeña luz roja lo delataba, me preocupo solo unos segundos, demasiada excitación y demasiado alcohol quizás, no me detuve me di la vuelta y me quite las braguitas dando la mejor vista de mi culo al agacharme, sin pararme jugué un poco con ellas pasándomelas por entre las piernas, cuando me di la vuelta allí estaban los tres, mis dos amigos y el camarero que había cambiado su posición , se había acercado para tener mejor ángulo y no perderse detalle, no era cuestión de parar ,así que me quite la camisa y ofrecí el sujetador a José para que procediera a desabrocharlo, lo hizo inmediatamente dejando mis pechos libres para moverlos. Se acercó a mí, y mientras me acariciaba el coño suavemente me dijo en voz alta:

-Te dije esta mañana que me gustaban rapaditos.

Agarro mi vello púbico y me dio un tirón que arranco de mi un grito, yo le dije que no hiciera eso que me hacia daño y entonces volvió a hacérmelo dándome una palmada en el trasero, le sujete la mano , fue un acto reflejo que lo enfureció y quitándose el cinturón del pantalón le dijo a Antonio que me sujetara, lo hizo sentándose en una silla y me coloco boca abajo encima de sus rodillas ,quedando mi culo en posición de recibir una reprimenda, cuatro golpes con la cinturón bastaron para que dejara de forcejear y Antonio siguió con la mano, cada golpe un grito, cada grito parecía un resorte que hacia levantar el bulto de su entrepierna, el camarero parecía estar obsesionado con mi cara cada vez que gritaba, un primer plano. Esto continuo hasta que empezó a untarme lubricante por todo mi ano y todo mi coño pero la postura sugería la penetración anal, era evidente. Me di cuenta entonces que el camarero seguía grabándolo todo. Pronto el dolor de loa azotes se convirtió en placer, me estaba repartiendo todo el lubricante hasta por dentro ayudándose de dos dedos, en un momento pase de los gritos de dolor a los gritos de placer, estaba preparada y deseosa y con todo mi trasero enrojecido.

Me levanto José y me indico que me apoyara en una mesa, comencé a andar para la mesa mientras el camarero me seguía, no se perdía detalle para el video, me tumbe boca abajo, pensé que lo querrían así, pero me equivoque, José me dijo que me diera la vuelta:

-Así se vera mejor tu cara de zorra y como chupas mi polla.

Lo dijo en voz alta, creo que para que quedara constancia en el video. Antonio andaba ya hurgando en mi interior con tres dedos por lo menos. Creo que se me pusieron los ojos en blanco de tanto placer, pero aun sentía un poco de miedo, podría pasar alguien al local en cualquier momento.

José se la saco en aquel momento y la dirigió hacia mi boca, yo me resistí, me cogió del pelo con fuerza y abrió mi boca con la otra mano, no pude impedir que entrara, no quería chupársela, sabia que aunque había tres hombres allí conmigo me podría quedar a medias, ya me había pasado, pero era lo que él quería en ese momento. Empezó a moverme la cabeza con fuerza mientras el camarero se posicionaba muy cerca para grabarlo todo. Puse las manos para impedir que entrada toda, no quisiera que se corriera en mi boca, no quería que terminara, lo necesitaba en otro sitio, pero él lo interpreto de otra forma, como si me resistiera, esto lo puso más bravo aun.

Me saco su polla de la boca y girándome la cabeza le dijo al camarero:

-¡Grábale bien esa boca de zorra, quiero que se vea!

Me fije entonces que el camarero ya se la había sacado y José que me tenía cogida por el pelo me empujo la cabeza hasta que me puso en posición para que el camarero me la introdujera.

Antonio ya estaba preparado para metérmela por el coño pero me dio antes un tirón en el vello que no me había rapado, un ligero dolor antes de un inmenso placer. José siguió masturbándose mientras yo chupaba aquella polla que no paraba de moverse dentro de mi boca, note como Antonio la metía dentro de mí sin preámbulos.

Sin remedio todo se aceleró, José eyaculo sobre mis pechos y el camarero no aguanto mucho mas, Antonio cuando mejor lo estaba pasando la saco para correrse encima de mi también, estaba completamente rociada de semen, pero como me temía no conseguí saciarme, demasiado rápido todo. Aunque parece que fue algo violento , no fue así, fue mas bien pasión desenfrenada , una perdida de control ocasionada por el deseo que se podía respirar y casi tocar, un juego de placer y perversión sin límites, no había código de conducta, las barrera entre lo bueno y lo malo caía en un solo momento dependiendo de la situación.

Me incorpore para ir al lavabo pero José me dio mi camisa para que me limpiara y me dijo:

-Si vas a ser nuestra puta, tendrás que ir vestida como una puta.

Me calenté más con esos insultos, más de lo que estaba todavía, era otra forma de ver la excitación que causaba mi cuerpo.

Limpie todo mi cuerpo con la camisa blanca que llevaba, creía que me tenían ropa preparada, pero no, la idea era que me vistiera con ella, me puse la falda y la camisa toda manchada de semen, estaba húmeda y pegajosa, mire a José y le pregunte:

-¿No esperaras que vaya así?

Y el respondió medio riendo:

-No faltan algunos retoques todavía.

Continuo con la preparación desabrochándome cuatro botones de la camisa, que por cierto estaba bastante arrugada y con la humedad que tenia se hacia mas transparente de lo que era, dejando notar mis pezones que estaban de punta todavía. Prosiguió con la falda doblándome la cinturilla, ya de por si era demasiado corta ahora con esta maniobras mas todavía. Les pedí que me dejaran ir al lavabo para mirarme, pero se opusieron y nos dispusimos a abandonar el local, no advertía de aquella manera la imagen que daba pues ni siquiera me dejaron colocarme el pelo.

Al acercarnos hasta la salida el camarero saco una llave, comprendí que había estado cerrada todo el tiempo, no fue suerte que no entrara nadie, no vi cuando la cerró el camarero pero comprendí que era día de descanso de aquel local.

La calle estaba bien iluminada y yo no sabia como iba, hasta que enfrente, en la tienda de ropa me vi en el escaparate reflejada, un escote tremendo, no era lo que mas me preocupaba, la faldita dejaba ver parte de mi trasero me pare y se lo comente a José que me respondió, dándome un leve azote con su mano en mi trasero:

-Esa es la idea pequeña putita.

Me di cuenta entonces que nos dirigíamos a la verbena del hotel que estaba al lado del nuestro, eche una mirada a la terraza de la habitación la luz estaba apagada, me tranquilizo un poco no se porque, bueno, por lo menos no era la verbena de nuestro hotel.

Llegamos a la verbena, no sabia como pasar entre la gente, seguramente mas de la mitad de los que había allí me había visto en la playa, me di cuenta enseguida que la mas joven era yo, los jóvenes se habían ido a la playa del Arenal, esta cala era mas relajada, me lo comento José después .

Me hicieron abrir camino, pensé en ponerme lo mas alejado posible de la pista de baile, no me dejaron, tuvo que ser al lado de esta y mirando hacia la gente, ya al pasar se volvieron varios a mirarme el medio trasero que se me veía, no era difícil darse cuenta, el escote exagerado de la camisa medio mojada delataban mis pechos sueltos entre las luces de aquella pista. Al sentarme sentí el contacto de la silla pues era tan corta la falda que ni siquiera se interpuso entre mi culo y ella, José se sentó a mi izquierda mientras Antonio retiraba la mesa a un lado para irse después a por unas copas a la barra. El camarero apago su cámara, había estado grabando mi entrada triunfal en aquella verbena.

Entonces caí en la cuenta, era el hotel de los cuatro viejitos, solo era cuestión de tiempo que aparecieran por allí, mientras tanto ya llegaba Antonio con la bebida, como antes un vaso de crema de wiski lleno hasta el borde. No dio tiempo a calentarse José me indico que me lo bebiera rápidamente, acto seguido metió su pierna derecha por debajo de la mía y doblándola poniendo el pie en el suelo mi pierna quedo encima de la suya, vi como poco a poco me las iba abriendo, colocando después su mano derecha entre ellas, en la abertura que iba creando. En segundos llego a mi coño. Yo no sabia que hacer si le quitaba la mano se vería todo, si por el contrario la dejaba seguro perdería el control.

No hubo tiempo para decidir, ya estaba teniendo el primer orgasmo, solo me deje hacer, pero de pronto vi a los cuatro viejitos como se acercaban para saludar, mi postura no era precisamente la mas cómoda para devolver el saludo. La escena aquella quedo un poco rara, con la pierna izquierda encima de la pierna derecha de José que tenia la mano metida en mi entrepierna y yo tirando de la falda para intentar tapar lo que era evidente. José me quito la mano y me animo a bailar con ellos, el camarero ya estaba manejando la videocámara, seria grabado todo de nuevo.

Me tendió la mano el mismo que tuve en mi coño aquella tarde, me levante y solo nos separaba de la pista un par de pasos. No era un buen bailarín, apenas seguía el ritmo de la música, pero eso si se pegaba bastante, yo tampoco estaba muy despejada, el alcohol estaba haciendo mella en mi, pero estaba caliente José había sabido mantenerme así con su mano.

El viejo empezó a preguntar, entre chistes y comentarios sobre mi vestimenta, yo no le mentí, no había motivo alguno.

Mi descripción de lo que había pasado en esa noche se tradujo en un abultamiento de su miembro junto con un desplazamiento de su mano hacia el final de mi falda, tampoco es que tuviera que mover mucho la mano.

Después de unos minutos vi como los amigos de mi acompañante se iban hacia la barra, momento que aprovecho este para invitarme a dar un paseo por la playa, entre tanta excitación y la huella que estaba dejando tanto alcohol decidí tomar un poco la brisa del mar, pensé que me espabilaría un poco, acepte por supuesto, creí que me quitaría unos cuantos ojos de encima.

Apenas salimos de la terraza, vi que aquella playa por la noche estaba perfectamente iluminada, no es que pareciera de día pero si se distinguían bien los cuerpos, unos potentes focos proyectaban claridad desde el interior. Avanzamos hasta el agua claro que yo me quite los zapatos de tacón era imposible caminar por la arena con ellos, dándoselos a mi acompañante, la sensación de mis pies sobre la arena me gusto y me senté en ella tumbándome hacia atrás, comprobé que estaba húmeda, era agradable.

Aquella postura indefensa con mis piernas y brazos abiertos calentó el ambiente, yo notaba como procedía a quitarme el envoltorio como si de un caramelo se tratara, me desabotono la falda y la camisa, no me importo, estaba como en el cielo, no me importaba nada en ese momento.

De pronto note algo en mi coño, se había acomodado entre mis piernas y de rodillas me estaba acariciando con su lengua, solo tenia que dejarme hacer, sabia como hacerlo, todo estaba perfecto. Hasta que vi una luz, era la pequeña antorcha de la cámara de video, era lógico que no me dejaran marchar así como así.

No duro mucho esa posición cuando el camarero termino de filmarme bien , José me dio la vuelta dejándome a cuatro patas mi falda quedo en la arena y mi camisa colgaba de mi cuerpo totalmente desabrochada , ofreciendo mi trasero desnudo al viejo que había lubricado bien mi sexo, no tuvo que moverse mucho pero si le costó penetrarme por detrás. Me dolió un poco al principio, pero estaba dispuesta a saciar el hambre de una vez por todas.

Lo demás se ancaron de rodillas en la arena , mostrándome un panorama excitante con sus miembros al aire y tapando la visión que desde la terraza pudiera haber, por supuesto no tarde en empezar a saborear , parecía mentira , estaban preparados otra vez. Sin dejar de acariciarme todo mi cuerpo, el viejo término dejando parte al siguiente y ocupando su lugar para tapar el espectáculo, con mi coño lleno de semen el siguiente se encargo de mi coño. No había forma de parar d correrme, tampoco me dejaban mucho tiempo para reaccionar. Uno tras otro fueron vaciando dentro de mi su néctar y así quede exhausta unos minutos en la arena para poder recuperarme, me temblaba todo el cuerpo.

Ya después de unos minutos, allí tendida José tuvo la amabilidad de acompañarme a la puerta del hotel, bien arreglada y con la ropa en su sitio pero con el pelo lleno de arena y la camisa totalmente sucia.

Subí despacio hasta la habitación Juan dormía placenteramente y mire al reloj, solo habían pasado tres horas y casi no me lo creía, me pareció poco tiempo para tanto ajetreo.

Un beo a todos me gustan los comentarios..... siempre vuestra Merche...