Vacaciones en Mallorca. Dia 1. Relato corregido

Gracias a todos,en especial a los que me han reconocido y siguen en contacto conmigo en el face. Gracias tambien por recordarme algunos detalles que se me pasaron. Esta es mi esperiencia y asi la cuento:

Esta es la corrección de mis experiencias sexuales publicadas anteriormente, por supuesto he añadido más detalles que recuerdo y algún hecho que había omitido por no alargar demasiado los relatos. Como podéis comprobar he seguido los consejos de los lectores y de algunos testigos o participantes que contactaron conmigo vía email

Esta es la historia, es decir, mi historia, pero antes tengo que describir el personaje principal, que soy yo y las circunstancias que me llevaron al principio de mi iniciación o liberación según se mire.

No voy a hablar de mi infancia ni de mi adolescencia tampoco. Relatare solo los acontecimientos que dieron pie a esta historia.

Me crie en una familia normal, con vocación cristiana e ingrese en un colegio religioso para mi formación, las normas estrictas del colegio y el riguroso comportamiento cristiano en casa me condujeron a una ignorancia casi completa en el tema prohibido llamado “sexo”.

Cuando aun no había cumplido los dieciocho apareció en mi vida Juan, un chico unos años mayor que yo, cazadora de cuero, pantalones vaqueros, el clásico chico malo, desde el primer día llamo mi atención y mi curiosidad, me estuvo cortejando pero no mucho tiempo, en tres meses ya había caído en sus brazos, a pesar de la negativa de mis padres.

Él me fue descubriendo poco a poco todo lo que se tiene que saber en las relaciones de pareja, los besos las caricias dentro de su coche dejaron paso a cosas mas serias. Terminemos teniendo relaciones sexuales cada dos por tres, para mi empezaron a ser lo mas normal del mundo (y lo son). Todos los tabúes y las murallas que construyeron a mí alrededor, según ellos para protegerme se fueron desmoronando. Formalicemos nuestra relación en poco tiempo.

Juan como estaba trabajando tenia una independencia económica bastante holgada , al año siguiente , cuando me propuso unas vacaciones a Mallorca , ese año y esas vacaciones fueron el detonante, en solo diez días de vacaciones ya no volví a ser la misma de antes, mi vida cambio por completo y la de él también

Un viaje de diez días en Cala Mayor, un hotel a pie de playa Santa Ana se llamaba y se llamara seguramente. Yo era muy recatada, del centro de España, educación religiosa y una familia estricta en cuanto al sexo. Nada más llegar al hotel salimos a ver el mar, nunca había disfrutado de tal espectáculo, la primera vez que lo ves causa una gran impresión.

Nos tumbamos en la arena de la playa, yo con mi bikini y el con bañador y camiseta, estábamos muy blanquitos, no somos de ir todos los días a la piscina y tampoco habíamos tomado rayos uva para la ocasión, de pronto él se ofreció a darme crema, normal no le di importancia, yo estaba boca abajo no me percaté de la calentura que estaba suscitando en él. En un momento dado me desabrocho la parte superior del bikini, que por cierto era de estreno, le miré con un gesto de desaprobación, pero note que el bulto del bañador estaba creciendo, me sugirió que me diera la vuelta, yo le dije que no, el insistió, que no nos conoce nadie etc...

El caso es que me convenció, a los dos minutos tenia cuatro mirones a cuatro metros de mi en la arena, miraban con cara de deseo, cada movimiento de mi novio Juan sobre mi cuerpo, provocaba una mirada intensa, tenia las gafas de sol puestas y percibía sus miradas sin que ellos lo notaran, al contrario de asustarme, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo que me puso todo el bello de punta y erizo mis pezones. Me di cuenta de que mi novio Juan, disfrutaba de esto, entonces me sugirió un baño así como estaba, le dije que no, me abroche el bikini de arriba y nos fuimos al mar. Yo tenia un poco de miedo, no sabia que las olas te subían y bajaban a su antojo, la parte de arriba del bikini parecía tener vida propia, esto en una piscina no pasaba, el caso es que cuando estábamos jugueteando me doy cuenta que tres de los cuatro mirones estaban al lado de nosotros, eso si a una distancia prudencial. Se lo hice saber a Juan, pero él en vez de alejarme de allí, se acercó a mí y me dio un largo beso y me dijo:

  • Es normal estás espectacular.

Yo note su bulto dentro del bañador, estaba a tope, no me dio tiempo a reaccionar y metió su mano por dentro de mi bikini acariciándome el coño,

Juan me insinuó otra vez que me quitara la parte de arriba a lo que yo dije que no, me aleje como cuatro metros de él y me di la vuelta, lo vi hablando con ellos, cuando me acerque me cogió en brazos y me dijo: -Vamos nena enséñales un pecho que ya te los ha visto todo el mundo. Me bajo un poco el bikini hasta que salió el pezón al exterior, me cogió después al hombro y al doblarme quedo mi trasero expuesto a los mirones, solo lo cubría una fina tira de tela, que por cierto estaba un poco descolocada de tanto movimiento.

Me comento Juan que eran cuatro amigos, que habían ido a pasar una semanita de vacaciones a la isla junto e una expedición por salirles más barata y que se alojaban en el hotel de al lado, se veía desde la habitación nuestra, eran nuestro vecinos de enfrente.

Después de tontear un poco, que si un chapuzón, que si un restregón, mis senos estaban más tiempo fuera que dentro del bikini, subió tanto mi temperatura que cogí a Juan de la mano y lo saque del mar, era escandalosamente perversa esa situación, podía perder el control en cualquier momento.

Por la noche suele haber fiesta en las terrazas de los hoteles todos los días, pero ese día decidimos ir a un disco que vimos al llegar.

Yo ya iba un poco caliente por la experiencia, no estaba acostumbrada, cuando fuimos al hotel a cambiarnos le pregunte porque actuaba así el me contesto con otra pregunta:

-¿Te Gusta?

Yo me quede pensativa, las miradas de aquellos extraños cuando estaba tumbada en la playa, el roce y los tocamientos de Juan en el mar me habían excitado enormemente, le dije que si, pero que me daba miedo, tenia miedo de perder el control, de lo que pudiera pasar, Juan me dijo con toda su seguridad que le caracterizaba que me lo iba a quitar.

Cuando me estaba cambiando casi desnuda, solo me quedaba la parte de abajo del bikini, me pidió que saliera a la terraza, aunque yo no quería, me insistió:

-Prueba y si te da miedo vuelves a entrar.

Mire hacia abajo y no había nadie, pero enfrente en la terraza estaban dos de los mirones que estaban en la playa, mi marido también los vio y entonces comprendí que le gustaba enseñarme, me quite el bikini de abajo, lo hice por él, vino y me dio un beso acariciándome todo el cuerpo, si se me quito el miedo, comenzó acariciándome el clítoris hasta que no pude más y me corrí allí mismo, pero de pronto paró. Me pidió que me pusiera provocativa para ir a la disco, busque y busque, no había nada, un traje con falda morado con volantes semitransparentes en la chaqueta y en la falda, era lo mas corto.

Caminamos hacia la disco y pasamos dentro, la barra a la derecha, una pista de baile en el centro rodeada por unas mesas con taburetes bajos, y a la izquierda unos reservados poco iluminados, como era día laborable, no había mucha gente en el local, pedimos un combinado observando la decoración del local, muchos espejos que hacían que pareciera mucho mas grande, después de cruzar la pista nos sentamos en un reservado.

El me desabrocho dos botones de la chaqueta con la escusa de alegrarse la vista, ya lo veía venir, alegrar su vista y del que quisiera verme.

Cuando llevábamos diez minutos de besos y caricias, de la barra a la pista entraron tres hombres y una mujer, mi novio me saco también. Noté que mi novio miraba mucho a esa mujer, un vestido ajustado blanco, muy corto, enseñaba todas sus piernas con generosidad, sin escatimar ni un centímetro. Queriéndome provocar, Juan me dijo al oído:

  • Esa mujer tiene la falda mas corta que tu.

A lo que yo respondí:

  • Que quieres que haga ahora, lo único que puedo hacer es quitarme los volantes, ya me los coseré mañana.

El me respondió:

  • Voy a la barra a pedir dos copas y tú vete al servicio y decide.

Pase al servicio y me mire de arriba a abajo, opté por arrancarme los volantes de la chaqueta, mi ombligo quedo al aire, después, de un tirón me arranque los de la falda, se me descosió un poco la costura derecha de esta no le di mucha importancia pues la falda quedaba muy bien así, me la subí un poco y con los volantes quitados enseñaba bien los muslos.

Salí del servicio hacia la barra, él se asombro del cambio y me pego un besazo y me saco a bailar. Me dijo que estaba muy sexi, que no había comparación. Desde luego había ganado toda su atención y gran parte de los que había allí presentes.

La música cambio y estos tres hombres se turnaban para bailar con la mujer. Yo me agarre a mi novio que es mas alto que yo y al subir los brazos se me salían mis pechos por debajo de la chaqueta del traje. Se lo comente a Juan, pero me dijo que al estar juntos no se notaria.

Me di cuenta que esos tres hombres no paraban de mirarme y él también pues me iba subiendo la falda poco a poco, cada segundo un poco mas. Indudablemente se habían percatado de todo y lo estaban disfrutando, no solo esos tres sino todo el que quisiera observarnos. Pase en un momento de la vergüenza absoluta al placer de ser observada. Nunca había experimentado esa sensación y tampoco creía que le gustara a Juan que me observasen.

Acabo la música lenta y nos sentamos al lado de la pista, en unos taburetes bajos junto a una mesa, ellos siguieron bailando ya sueltos y Juan empezó un jueguecito, que si te toco aquí, que si tiro de allá. A los dos minutos estaba enseñando las bragas a esos tres hombres, se notaba que ellos también disfrutaban con nuestro jueguecito. Yo aprecie que la rotura de la falda iba creciendo, había avanzado como cinco centímetros, se lo dije a Juan para que se calmara un poco, pero lo único que conseguí fue que se pusiera mas burro. Los abrazos y los besos, pasaron a ser tocamientos no siempre por encima de la ropa, la excitación de Juan era evidente y la mía iba creciendo por momentos, aunque he de reconocer que las miradas de aquellos tres tipos me cortaban al principio.

Se acercó uno de ellos y nos animo a unirnos al grupo, que si estábamos solos, que nos invitaban a una copa. Parecía muy simpático, nos fuimos a la barra, presentaciones, besos y miradas, muchas miradas de deseo, seguramente todos ellos me habían visto mis braguitas y mis pechos. Uno de ellos empezó a contarnos su situación y el porqué de estar allí, eran obreros que estaban trabajando en la isla, y ella era una enfermera que estaba de vacaciones, seguramente buscando sexo. Juan se aproximó a mi oído y me dijo:

-Por favor ve al servicio y quítate las bragas, que los quiero poner cachondos

Yo no supe negarme, o no encontré la escusa apropiada, de todas formas aquel jueguecito me había puesto caliente.

Me fui al servicio, me miré de arriba abajo en el espejo, la costura de la falda ya dejaba ver parte de mi muslo, no me creía lo que estaba apunto de hacer, pero estaba decidido y me las quité .Al volver, tenia preparado un taburete alto en la barra, me subí en el y Juan seguía hablando como si nada, la barra estaba bien iluminada, nos podíamos ver las caras perfectamente, incluso demasiado iluminada para mi gusto.

Juan me puso la mano entre las rodillas y me la fue abriendo poco a poco, me ruborice, sabía que desde enfrente se podía ver todo mi interior, con esa luz era evidente que solo seria cuestión de tiempo captar la atención de todos, no solo de aquellos tres, además la costura de mi falda iba cediendo .Juan con disimulo, mirando hacia otro lado, seguía hablando y se coloco entre mis piernas. De vez en cuando se movía sin previo aviso, me quedaba sin bragas delante de unos extraños, pero me empezó a gustar el jueguecito.

Cambio la música otra vez, música para bailar agarrados y sacaron a la enfermera a bailar. Acto seguido, otro vino a sacarme a mí, me querían sacar a bailar a mí, que estaba sin ropa interior, yo me negué, pero se acercó mi novio y me dijo:

-Déjate llevar, que disfruten un poco que estos trabajan mañana, luego me cuentas lo que has sentido, tú decides y tú pones los limites.

No entendía en aquel momento la actitud de Juan, no parecía el mismo. Me saco a bailar el más fuerte de los tres, David, no me atrevía a acercarme, sabía que al alzar los brazos , la chaqueta que llevaba se alzaría, y efectivamente eso pasó, al instante se acercó Juan a mi oído y me aviso, como si yo no me hubiera dado cuenta, me dijo que le gustaba las escena. Me acerque más a David en un acto reflejo, para poder esconderlas un poco, tanto me acerque que sentía su respiración El debió de notar mis pechos sueltos, pues seguro que no los había visto por estar bailando conmigo, como vio que Juan no decía nada fue bajando la mano de la cintura hacia mi trasero, despacio sin prisas, comprobó que no llevaba nada debajo, solo la fina tela de la falda, era delicado y eso me gustaba.

Juan en aquel momento se dirigió al servicio, era verdad que dejo que yo pusiera los límites, me dejó sola en medio de aquella escena. Solo tardo unos minutos los suficientes para que ese masaje que me estaba proporcionando David me dejara al límite.

Me soltó de pronto, y se fue a hablar con el que estaba bailando con la enfermera, seguramente para comentar lo sucedido, porque hizo cambio de pareja después.

Este que seguro me había visto los pechos no me cogió por la cintura sino por debajo de los brazos sin arrimarse, se quedaron todos boquiabiertos, hasta el dj ,se me veían las tetas hasta los pezones por debajo de la chaqueta, advertí entonces que el bulto de sus pantalones iba creciendo Al ver la escena el que estaba con Juan, salió a la pista he hizo cambio también, otro que quería tocar, yo gustosa , ya estaba caliente con tanto ajetreo y tocamiento, Juan parecía que consentía, no dijo nada al respecto. Este iba ya tocándome el culo abiertamente, como no protestaba. El descosido de mi falda había progresado considerablemente pero conforme estaba el ambiente era lo que menos me preocupaba en ese momento.

A los cinco minutos Juan vino hacia mi, pensé que era en mi ayuda, para calmar un poco lo que estaba pasando, yo estaba para explotar nunca había estado en una situación parecida, era como un trofeo que no paraba de cambiar de manos.

Juan en vez de calmarme me subió la falda un poco más hasta el final de mis piernas, mientras me acariciaba los pechos con ternura con la otra mano y me besaba sin parar, estaba a punto de caramelo, no me hubiera opuesto a nada en ese instante, tenia todos mis sentidos turbados.

El dj cambió la música, seguramente para prevenir lo que pudiera suceder allí, Juan no era precisamente discreto en medio de la pista. Nos invitaron a otro cubata, mi novio iba bien puesto, mientras yo estuve bailando él siguió bebiendo.

Nos ofrecieron tomar el ultimo cubata, pero en un piso que tenían alquilado cerca de allí, la enfermera dijo que si y mi novio que la estaba mirando dijo que también, yo no dije nada, me cogió el ofrecimiento por sorpresa y no supe reaccionar.

Llegamos al piso, un piso grande, entramos en el y había otros tres obreros mayores de unos cincuenta aproximadamente y sin apreciar nuestra presencia echaron la bronca a sus compañeros:

-Ya este bien vaya horas, ¿mañana que?

Cuando nos vieron empezaron las presentaciones, besos en la mejilla y roces en mi cuerpo innecesarios para tal saludo, note en cierto momento que sus miradas se desviaban hacia el descosido de mi falda, era bastante pronunciado ya, dejaba ver más de lo debido. Nos sentamos en el salón, en un tres dos los tres mayores se fueron a dormir, no sin antes dedicarle una mirada a mis piernas que asomaban por lo que quedaba de esa falda maltrecha, sacaron bebidas y sirvieron un cubata, ya no podía beber mas pero al parecer mi novio si, sentado a mi izquierda cogió el cubata y se metió medio de un trago, a mi derecha David el más fuerte no dejaba de mirarme con descaro , no me incomodaba, la verdad es que me gustaban esas miradas insinuantes, Juan me pregunto al oído a la vez que acariciaba mis muslos con la mano derecha:

  • ¿Te gusta como los tienes, estas caliente?

Yo no sabia si pararle o que hacer, al final se quedo medio dormido. Me quede con dos desconocidos frente a mi observando mi coño cada vez que hacia un ligero movimiento y Dani a la derecha que me devoraba con los ojos. Uno de los de enfrente cogió por la mano a la enfermera y se fue a una habitación, no la volví a ver más, tampoco pregunté donde había ido, era evidente.

David mirándome fijamente me propuso echar a Juan en la habitación que quedaba libre, era un mal menor, pensé que en una hora quedaría como nuevo y le conteste afirmativamente con la cabeza, se levanto y lo agarro por un brazo yo por el otro, nos dirigimos a esa habitación, una cama grande de forja con una mesita y un ventanal que daba a una terraza.

Acostamos a Juan y yo pregunte por el servicio, me indicaron que estaba al final del pasillo, pero me avisaron de que la puerta no cerraba bien, la puerta estaba desencajada quedaba una abertura de unos cinco dedos cuando cerré la puerta. Al pasar me vi en el espejo del lavabo, y también los vi a ellos, estaban observando por la rendija, entonces tuve esa sensación otra vez la misma de los mirones de la playa y la de la terraza pero ahora no estaba mi novio, tenia que perder el miedo, me subí la falda y entonces la puerta del servicio se abrió un poco mas,

Me estaban viendo desnuda, todo el coño y me gustaba, ellos sabían que les había visto y yo sabia que me habían observado, esto me excito un poco más, era inquietante esa situación, podría acabar de cualquier manera, termine lo que fui a hacer allí, orinar y salí con decisión, me estaban esperando en el salón:

-Tomate el último por hoy

Yo dije que no, ya iba bien cargada, pero insistieron y me dispuse a degustar otro cubata sentada, ellos se sentaron uno a cada lado. La falda ya dejaba ver todo mi muslo y David parecía estar como loco, no dejaba de piropearme, que si eres muy guapa , que eres un bombón , opte por hacerme mas borracha de lo que estaba todavía , para ver si desistían en su empeño, doble una pierna para la derecha y la deje caer suavemente y recostando la cabeza hacia atrás cerré los ojos un momento ,cuando los entreabrí para ver si desistían en su empeño, uno estaba mirándome el coño entre medias de mis piernas, acachado, yo me excite mas aun, el otro me puso la mano en la perna y no reaccione, me deje llevar, subió la mano y me acaricio el coño, me puso a mil en un segundo, en un instante el otro ya estaba con la chaqueta, desabotonándola, dejo mis pechos al aire, y comenzó a acariciarlos suavemente.

Tardaron dos minutos en desnudarme, yo permanecí inmóvil pero como no llevaba ropa interior tardaron muy poco, de repente David se levanto y fue a la habitación de mi novio lo cogió y lo trajo. El otro mientras seguía acariciando mi coño, ya había conseguido que me corriera un par de veces. L o dejo enfrente de mi y se fueron los dos al dormitorio, yo estaba confundida pero muy caliente, Juan se levanto de puntillas y me dio un cachete en el muslo. Me sorprendió, me dijo que no estaba borracho, que solo lo fingió y que lo había visto todo tras la puerta de la habitación.

Le indique que nos fuésemos en ese momento pero él me puso la escusa de que su ropa estaba en la habitación y además estaba disfrutando como loco viéndome gozar así.

Me volvió a preguntar:

  • ¿A ti te gusta, lo disfrutas?

A mi no solo me gustaba, sentía morbo, mi sangre estaba hirviendo, mi coño chorreando, totalmente empapado y yo completamente entregada. Volvieron los dos de la habitación en calzones David me cogió en brazos y el segundo desapareció mientras mi novio permanecía quieto sin moverse, seguíamos con nuestro jueguecito particular, me tumbo en la cama de la habitación que había estado preparando con su amigo previamente, lo hizo boca arriba. Yo de vez en cuando entreabría los ojos para darme cuenta de mi situación. Estaba tumbada en una cama con un hombre a mi lado, completamente desconocido que encendía la luz para verme mejor todos los rincones de mi cuerpo.

Se abrió la puerta de pronto y entró su amiguito, no venia solo, había despertado a los compañeros de piso, los tres mayores que se habían ido a dormir, el que se fue con la enfermera no estaba, no lo volví a ver, empezaron a fluir comentarios de todo tipo:

-Esta buena esta niña.

-Tiene que ser muy putita.

Otro se reía con un acento malicioso mientras yo entreabrí los ojos para cerciorarme de lo que allí estaba pasando, desnuda en medio de esa cama delante de tantos hombres, la situación había cambiado drásticamente de excitante a peligrosamente excitante, estaba a disposición, al antojo de cualquiera de ellos, David que era el que estaba mas cerca le pregunto a otro:

-¿has traído eso que te dije?

-Si respondió este ultimo entregándole un bote con un aplicador que no distinguí bien lo que era.

David me abrió las piernas un poco y se echo en la mano una cantidad considerable, yo estaba muy caliente, siendo observada y deseada por tantos hombres mu calentura no paraba de subir, pero aun así seguía inmóvil, no me pereció un buen momento para despertar de mi fingida embriaguez y dejé que los acontecimientos siguieran su curso. David puso aquel producto sobre mi coño y en el primer movimiento para aplicármelo, ya me corrí una vez, tuvo que salir algún ruido de mi garganta, porque ellos se percataron enseguida del placer que me producía .Volvieron de nuevo las exclamaciones:

  • Le gusta, le gusta.

-Esta caliente esta puta.

En otro contexto me hubieran ofendido tales expresiones, pero en aquel instante incluso me gustaron y me calentaron mas, eran fruto de las provocaciones de mi cuerpo sobre sus mentes

David me estaba repartiendo minuciosamente esa especie de crema hasta que acelero su masaje, ya no me podía aguantar más sin moverme pero no quería delatar el engaño. De pronto me metió dos dedos entraron como si nada. Tuve que encoger las piernas y retorcerme de placer. Empezó a moverlos dentro de mi, esto provoco en mi un orgasmo cada segundo, me estaba corriendo sin parar, peor que una vulgar puta frente a hombres que no conocía de nada pero ansiosos por poseerme, su deseo era mi locura en ese instante.

David paro de repente y saco los dedos, yo seguía con las piernas encogidas todas abiertas esperando, más bien deseando que alguno se decidiera ya a penetrarme, no podía esperar más.

Otros comentarios salieron de sus bocas, mas bien fueron preguntas:

-¿Lo tiene muy grande? ¿Has metido los dedos muy fácilmente?

También me extraño a mi, cuando mi novio Juan intentaba hacer algo parecido siempre terminaba haciéndome daño,

David termino aclarando mi incertidumbre, le contesto a su compañero que el producto que había utilizado era un lubricante muy bueno y que a pesar de tener el coño estrechito no me harían el mínimo daño. Esto alivió un poco mi temor, eran muchos para una mujer sola, pero a ellos en cambio pareció incitarles más.

Yo quería mas, estaba excitadísima e impaciente, nunca había usado ningún producto ahí abajo.

El primero fue un viejo que decía a los otros que no lo había hecho en años. Yo seguía con los ojos entreabiertos, pude ve que ya estaban todos con sus miembros fuera. Este viejo se fue aproximando, estaba a los pies de la cama, no me lo podía creer, con lo flaco que estaba el tremendo miembro que tenia, se puso de rodillas en la cama y se fue acercado hasta que sentí su calor corporal en mis piernas, apoyo la mano derecha al lado de mi cabeza, mientras con la otra dirigía su tremendo miembro, yo notaba como despacio muy despacio se iba llenando todo mi interior hasta que la tuvo toda dentro, la dejo descansar ahí unos segundos, parecía de piedra, mientras me comía los labios y el cuello, pude percibir su calor en todo mi cuerpo y un mal olor, este personaje no se había duchado en días, pero no me importo demasiado con lo que tenia dentro. Entonces de repente se volvió como loco, como si yo hubiera accionado algún interruptor dentro de él, la sacaba y la metía rápido, más rápido, su miembro entraba y salía de mi interior con una velocidad increíble, el sudor en su cuerpo no tardo en aparecer empapando todo el mio, yo sentía que mi interior iba a explotar.

Los otros que estaban mirando le animaban:

-¡Fuerte, dale fuerte!

-¡Que buena esta la morenaza ésta!

-¡No pares, mira como se retuerce!

La verdad es que me di cuenta de que mis movimientos eran incontrolados, proporcionales al placer que estaba sintiendo.

Todos frotaban sus miembros para ponerlos a punto. Tanto placer y las ganas que le echo no podían durar mucho, dos minutos mas tarde me apretó un pecho fuerte con la mano izquierda y termino como había empezado dejándola dentro unos instantes sin moverla después se incorporó y le dejo sitio al siguiente, parecía ser David, el que me había preparado, saco su polla y la vi, era mas fina que la del anterior pero bastante mas larga. Yo todavía estaba medio ida del polvazón rápido que me acababan de echar, pero tenía ganas de más. Este me levanto las piernas, las dos, y me las abrió exclamando

  • ¡Joder que pedazo de coño tiene esta niña, como le chorrea leche!

No fue un impedimento para él, y la metió toda de golpe, no pude reprimir un gemido fuerte del gusto que me dio, movió hasta el cabecero de la cama.

-¿Pero que le habéis dado a esta niña? Escuche preguntar.

David respondió con la voz entrecortada:

  • Unos cubatas.

Un viejo le ordeno a otro que fuera a por agua y al llegar con el agua este lo paro en la puerta y le dijo:

  • El agua es para el acompañante para que no se pierda detalle, para que vea lo puta que es

David seguía fallándome sin parar, las dos piernas arriba facilitaban el trabajo entrando su polla hasta el final, sentía como golpeaba su cuerpo contra el mio hasta que termino corriéndose dentro de mi también, me dejo con las piernas abiertas. Apareció al momento mi novio fingiendo que se espabilaba, fingió sorpresa también y exclamo en voz alta:

-¡La vais a destrozar!

David le contesto:

  • Están todos a cien, tienen que terminar.

Mi novio poniendo cara de suplica le replico a David:

  • Terminamos mañana os lo prometo. Mañana terminareis todos. Pero ahora dejadnos ir, que descanse un poco.

Yo veía a mi novio Juan excitado, muy excitado cuando vio mi coño abierto cubierto de leche que no era suya.

Se acercó uno de ellos y me hecho agua en la cara, yo hice que me espabilaba, que me sorprendía, como si no supiera donde estaba tapándome lo que podía con la almohada. Este le dijo a mi novio:

  • Mañana los que no trabajamos te esperamos en el bar de abajo para desayunar a las nueve, señalando con el pulgar para abajo que era donde estaba el bar.

Yo me levante corriendo tapándome con la almohada, como si me diera vergüenza y me fui al salón, cogí mi ropa y me la puse en el servicio, al limpiarme toda la leche que salía todavía, me di cuenta que me había quedado a medias, no me lo podía creer, esto que había vivido solo pasaba en las películas porno y no en todas, además seguía caliente, nunca había tenido tanto apetito sexual, me habían follado dos tíos y seguía con hambre.

Me llamó mi novio Juan para irnos, me acomode la ropa y salí mirando para abajo, evitando las miradas de los que allí se encontrabas, como arrepentida de haber entrado en el piso.

En el camino al hotel le pregunte a Juan que si era broma lo de volver. Solo a un loco se le ocurriría ponerse otra vez en esa situación, la verdad es que tuve algún momento de arrepentimiento durante este trayecto.

El me respondió, que lo había prometido, que era hombre de palabra, y le gustaba cumplirla, que lo dejaríamos después, si yo quería. Pasamos por un pequeño parque que había en el camino desde el piso al hotel y me hizo sentar en un banco para hablar. Me comento que a él le pasaba lo mismo que a mí, que era la primera vez y que le entraba una sensación rara, que no me la podía describir, me pregunto otra vez que si me gustaba y que le comentara mi punto de vista. Me habían dejado a medias, que le iba a decir, así que evite ese comentario y le conteste:

-Tú sabes que fuiste el primero, sabes que nunca he vestido así, que en mi casa son anticuados y me ves como salgo a diario. La sensación que tengo ahora mismo es de miedo, no se cuantos hombres han visto mis intimidades, si me gusto, pero si hoy es el primer día como acabara esto.

Entonces mi novio me pregunto:

-¿Sigues caliente?

Yo le respondí que si, porque era la verdad, ellos habían sido muy rápidos

Me levanto del banco y nos seguimos hacia el hotel, me comento por el camino que en la disco se había ido de la lengua y aparte de contenle a David que éramos novios y no un ligue de fin de semana, le comento donde nos hospedábamos pero que no le dio el numero de habitación, yo quede mas tranquila.

No había tiempo para mas el trayecto era muy corto, yo esperaba que esa noche me hiciera algo pero se metió en la cama y se quedo durmiendo, quizás por la bebida o por tantas emociones y miedos perdidos.

Espero os hayan gustado las correcionesy los detalles que recordé.

Se despide sin mas ..un beso , siempre vuestra ...Merche

Seguiremos en contacto.