Vacaciones en Mallorca (2)

Mis vacaciones, si a eso se le pueden llamar vacaciones por que no puedo dejar el trabajo de lado, se vuelven interesantes..... o no¡¡¡

Para ser sinceros, el día no se presenta muy bueno que se diga, no tengo ningún plan preparado y todas las personas que conozco en la isla están fuera en estos momentos así que decido pasar el día en el jardín, trabajando un poco, aunque no me concentro muy bien, mis hermanos pequeños se han ido con mi madre a la playa, pero tengo delante unas vistas que no me importa tener. Las amigas de Raquel han aparecido nada más sentarme en la tumbona con el portátil, y se han puesto a tomar el sol a penas diez metros.

No sé sí Raquel les ha contado algo, aunque espero que no, no paran de pasar por delante de mí, se levantan por cualquier excusa tonta, contoneándose con esos minúsculos biquinis de colores fosforitos. Me pongo los auriculares y me concentro en el informe que tengo delante, lo he leído más de tres veces y no termino de enterarme.

Después de un par de horas sentado en la tumbona, cuatro informes y ocho llamadas de teléfono a mi secretaría, me fijo que ninguna de las chicas están en el jardín, pero las escucho en el interior de la casa. Recojo todo y me meto en la casa para darme una ducha pasando primero por la cocina a coger agua fría, está haciendo muchísimo calor y nunca voy a terminar de acostumbrarme a éste clima.

Dejo las cosas sobre la cama cogiendo unos boxes para ponerme. El agua fría cae sobre mí y de un momento a otro siento unas manos en mi cintura caminando suavemente hasta mi polla, la cual crece por segundos al recordar los momentos de anoche. Me doy la vuelta y me sorprendo mucho al ver que no es Raquel, sino una de sus amigas. Olga está desnuda frente a mí, mordiéndose el labio inferior de una manera muy sensual. Tiene una figura espectacular, unas tetas más bien grandes para su silueta, con unas aureolas oscuras y pezones muy tiesos.

Se acerca a mí suavemente, me da un suave beso y se agacha para lamer mi polla, la lame suavemente y se la mete en la boca hasta el final sintiendo que llega a su garganta. Me está haciendo una mamada increíble, mi polla está moviéndose sola y haciendo unos espasmos, estoy llegando al final, quiero follarla, pero no me deja, me vengo en su boca y no desperdicia ni una sola gota de mi leche, se la traga toda y me queda completamente limpio.

Se pone de pie delante de mí y comienza a besarme de nuevo, sintiendo el sabor salado de mi semen en su boca. Voy a tocarle su sexo, pero no me deja, agarra mis muñecas y me dice – Ahora me debes una -.

Ni siquiera puedo contestarle, coge su biquini y sale del baño. Termino de ducharme y cuando bajo a la cocina no hay nadie, se han largado todos y estoy sólo en la casa. Me preparo algo para comer y me subo a mi cuarto para trabajar un rato más, aunque no termino de entender lo que me dijo, -¿Por qué le debo una?, no me dejo follarla -.

Lo que queda de día lo paso tranquilamente trabajando y a eso de las diez de la noche aparezco por el salón para cenar con la familia. Apenas pronuncio palabra en la hora que estoy con ellos y al acabar, echo una mano en recoger todo, subo a mi cuarto para vestirme y salir a tomar una copa en cualquier pub de los muchos que hay en la ciudad.

Apenas me da tiempo a terminarme la copa que tengo delante de mí, cuando Raquel y sus amigas aparecen por el pub. La verdad, van todas como para proporcionar un infarto, pero Raquel, precisamente ella, con un vestido negro muy corto de tirantes, con la espalda al aire y tacones rojos. Mi polla ha comenzado a crecer al verla y recordar la mamada que me hizo, sin poder evitar compararla con la de Olga.

-          ¿Parece que tu amiguito quiere algo? – le escucho decir a la camarera que lleva tonteando conmigo desde que llegue.

-          Eso parece – le respondo si apenas interés.

-          Ven acompáñame, yo puedo ayudarte – me dice saliendo de la barra y poniéndose a mi lado.

-          ¿Dónde vamos? – le pregunto.

-          Al almacén, allí tenemos un hueco y no nos molestaran – me contesta dándome un beso sintiendo los ojos de Raquel en mi nuca.

La sigo sin dudarlo, mi polla está a reventar y me apetece un simple polvo. Entramos en el almacén y la camarera se abalanza a mí como una fiera, casi tengo que frenarla para que no me rompa la camisa, aún es temprano y no quiero volver a casa para cambiarme de ropa.

Mis dedos comienzan a jugar en su interior, es muy fácil cuando llevan falda y tanga. Ella ha liberado mi polla y me la masajea mientras me besa el cuello. Le ayudo a sentarse sobre una mesa y abre las piernas todo lo que puede, echando a un lado su tanga negro. Miro su chochito y me encantaría comérmelo, pero no lo hago, sus flujos comienzan a chorrear por sus muslos y mi polla está para explotar.

Me pongo un condón y de un solo embiste la meto hasta el fondo haciéndola gemir fuertemente. Mis movimientos son cada vez más fuertes, más profundos y apenas tardo cinco minutos en correrme, al igual que ella que ha gemido tan fuerte que si no llega a ser por el elevado sonido de la música nos abrían escuchado seguro. Al igual que está mañana, a pesar de estar con otra, no puedo quitarme a Raquel de mi cabeza. - ¿Qué demonios me está pasando? -.

Salimos del almacén y me invita a una copa, después del polvo, algo fresco ayuda a recomponerse. Las horas pasan rápido y después de unas copas más, casi todas gratis, decido despedirme de la camarera y regresar a casa. Estoy saliendo del pub y paso por la puerta del almacén, la cual está un poco abierta y escucho unos gemidos en su interior.

La curiosidad me mata y entro dentro escondiéndome entre una montaña de bebidas para ver un poco, ver sexo en directo es bastante emocionante. Aunque me llevo una sorpresa, al chico lo reconozco del pub, creo que es uno de los camareros, pero al chica es Raquel. Está echada hacia delante, dándole la espalda al tipo y tiene las manos atadas a una tubería en la pared.

Tiene el vestido enrollado en su cintura y puedo ver que está muy excitada. El tipo masajea fuertemente sus pezones tiesos mientras le da algún que otro azote en su trasero, tocando después su sexo haciéndola gemir. Tras una repetición de azotes, el tipo la agarra por el pelo fuertemente haciendo que levante su cabeza.

Se coloca detrás de ella y de un solo embiste la penetra fuertemente, escucho el chop chop de su chochito, pero el primer gemido no ha sido precisamente de placer. Sus movimientos son cada vez más fuertes y ella no puede moverse, la tiene completamente sujeta y a pesar de ello, la veo muy excitada, al igual que estoy yo, no he podido evitar sacar mi polla y pajearme mientras los veo follar.

Me corro a la misma vez que ellos y con un pañuelo me limpio saliendo pitando de allí para que no me vean. Llego a casa y no puedo dejar de ver su imagen sometida por completo. Entro directamente en el baño a darme una ducha para quitarme el olor a tabaco. Estoy secándome cuando la escucho llegar, siento que la manilla del baño se mueve, pero no entra, simplemente se encierra en su cuarto.

Cuando termino, me dejo caer en la cama, he vuelto más tarde de lo que pensaba y mañana tengo una reunión programada por skype. La escucho salir y entrar en la habitación y la puerta del balcón. Me levanto y salgo para ver si tiene la puerta abierta, sorprendiéndome de nuevo al verla sentada una esquina del balcón.

-          ¿Estás bien? – le pregunto acercándome a ella.

-          Sí, solo un poco mareada por las copas – me contesta.

-          No me lo creo, que te ocurre realmente – susurro sentándome a su lado.

-          Mi vida es una mierda y me quiero largar de ésta maldita isla – responde.

-          Ok, y que más – continuo insistiendo.

-          Está bien, un poco dolorida después de sexo duro – contesta.

-          No pensé que te gustara el sado – le digo.

-          ¿Cómo? ¿Me has visto? – me pregunta.

-          Si, ya me venía a casa y al pasar te vi – contesto.

-          No es que me apasione, pero me apetecía sexo y Víctor era una buena opción – susurra.

-          Me lo podías haber pedido a mí – le digo descarado.

-          Estabas muy entretenido con tu amiga, además somos hermanos y aunque lo de anoche estuvo bien, no debemos hacerlo más – contesta.

-          Pero conmigo habría sido diferente, yo te habría tratado con cariño, con dulzura – susurro acariciando su cara y viendo como sus pezones se vuelven duros bajo su camiseta de tirantes.

-          Podría ser, pero…- comienza a decir, no le dejo hablar más, busco su boca y juego con mi lengua en su interior.

Mis manos acarician suavemente sus tobillos y comienzan a subir por sus muslos sin llegar a tocar su sexo. Después de unas caricias, ella pone sus manos en mi pecho y suavemente comienza a bajar hasta llegar a mi polla, la cual abulta mi pantalón. Mis manos acarician la parte interior sus su muslos y ya no puedo más. Nos levantamos y nos metemos en mi cuarto, tumbándonos en la cama de lado, uno frente al otro, besándonos suavemente.

Me deshago de su camiseta y me pongo encima de ella, comenzando a besar sus labios, clavícula y pechos, mientras mis manos acarician su sexo por encima de su pijama. La siento muy húmeda y mueve sus caderas para tener más presión sobre su chochito.

Dejo sus pechos y continuo bajando con un camino de besos hasta llegar a su ombligo, donde muerdo y tiro de la barra del piercing. Mis manos se deshacen del resto de ropa que le queda y está completamente desnuda para mí. Los labios de su sexo están hinchados, pero puedo ver su clítoris asomando entre ellos y algunos flujos mojando sus muslos.

No puedo evitar gemir al introducir un par de dedos en su interior, está tan húmeda y caliente, tan abierta para mí que siento un dolor en mi polla. Me quito mis pantalones y me acomodo sobre ella, sintiendo el calor que su chochito desprende en mi polla, incluso sin haberla metido todavía.

No necesito ayudarme para meterla, está tan abierta de piernas que suavemente comienzo a metérsela escuchándola gemir suavemente, mordiendo su mano para no hacerlo fuerte. Ésta tan estrechita, tan echa para mí polla que tengo una sensación que no había tenido antes, ni si quiera con ninguna de mis ex. Suavemente comienzo a follarla, mientras beso sus tetas, muerdo suavemente sus pezones duros y gime cada vez que llego hasta el final. Aunque cojo un poco de ritmo, no lo hago fuertemente, quiero que sea suave, que disfrute tanto como yo.

Siento que mi polla comienza a dar leves espasmo, voy a correrme y se lo hago saber, no me he puesto condón pero no me deja acabar fuera, así que le lleno su chochito con mi leche, mezclándose con sus flujos y dejándome caer a un lado para recobrar el aliento. Nos limpiamos intentando no manchar más de lo que ya hemos manchado, nos tumbamos quedándonos dormidos abrazados.