Vacaciones en la tienda (2)
Como una violación deja de serlo y se convierte en placer.
Llegué como era mi costumbre, a las 9 de la mañana a la tienda, Julián ya se encontraba ahí, lo saludé de rápido y en seguida me pasé a acomodar algunas cosas, aunque mas bien fue para hacerme la desentendida, pues sabía que el había planeado junto con Alberto y Mario lo de la noche anterior. Contrario a los días anteriores, me vestí un poco mas decente, con una blusa de botones que no era muy escotada y no dejaba ver mucho, pues al estar eligiendo mi ropa, recordé las palabras que me habían dicho sobre que me gustaba andar enseñando. A pesar de haber llegado a masturbarme, me quería seguir autoengañando que no había disfrutado nada lo que había pasado.
Julián se acercaba hacia donde yo estaba y yo en seguida me iba hacia otro lado evitándolo. Cuando dieron las 10 de la mañana llegó su esposa con el desayuno, y como era su costumbre, se quedó un rato ahí, hasta pasado mediodía, en ese transcurso, yo seguí con mis tareas.
Respiré aún mas aliviada cuando a la media hora de irse su esposa, Julián me dijo que tenía que ir a comprar unas mercancías que hacían falta, así que me quedé sola en la tienda, atendiendo a la gente que llegaba a comprar y platicando con algunas de ellas. Cuando llegó Julián, era la hora de mi comida, así que me dirigí a mi casa. Hasta este momento todo iba bien, pero tenía que regresar aún, eran las 4 de la tarde, por fortuna cuando iba saliendo de mi casa, llegó mi papá y me acompañó, pues dijo que tenía que hablar algunas cosas con Julián, llegando a la tienda, este acababa de comer y se pusieron a platicar los 2, mientras yo atendía, pasó alrededor de una hora cuando papá se fue y por fin Julián habló de lo que había pasado
si mi compadre supiera la putita que tiene por hija, me dijo con una sonrisa burlona. Quien sabe que pensaría, pues ya me contaron lo bien que te portaste ayer
no dije nada, traté de ignorarlo
me dijeron que te resististe un poco al principio, pero que terminaste dejándote hacer y súper mojada
tomé una escoba y salí a barrer la banqueta intentando seguir ignorándolo. Me daba pena y coraje al escucharlo, según muy amigo de mi papá y lo que había no solo permitido, sino hasta planeado, pero también era conmigo todo ese enojo, por haber disfrutado lo pasado, y sobre todo, dejar que se dieran cuenta de esto. Dejó de molestarme mientras yo estaba afuera, pero llegó el momento que se le juntó la gente y tuve que volver a entrar a la tienda. Al despachar a una señora, tuve que sacar unas cosas de la pequeña bodeguita que tiene la tienda, y al hacerlo tiré unas cosas, así que cuando terminé, regresé a la parte de atrás a acomodar lo que había tirado, trataba de hacerlo rápido, pues sabía que era la oportunidad de Julián para seguir molestando, terminó de atender a la última persona que había en esos momentos
si ya lo decía yo, tienes una cara de golosa que no puedes con ella, oí su voz detrás de mí. De manera que lo que hablan de ti algunos chicos es cierto
déjeme en paz, por fin le contesté levantando un poco la voz, pero sin gritar
así decían que era tu poca resistencia, me contestó con una sonrisa en su cara
que me deje en paz, le volví a decir intentando salir de ahí, pero me tapó el paso tapando la pequeña puerta
que ricas chichis tienes, eh? Me dijo casi en el oído
si no me deja de molestar, voy a ir con mi papá a decirle lo que pasó, le solté mirándolo a los ojos
y que le dirás, que te cogieron mis 2 amigos? Que no opusiste resistencia alguna? Que aún con lo que pasó regresaste por mas?
Lo miraba a los ojos, con coraje y el solo me veía burlonamente, cuando alguien gritó para que saliéramos a atender, lo cual hizo el y yo me quedé ahí dentro, recargada sobre unas cajas y pensando, entre enojada, consternada. Ahora escribiendo estas líneas me pregunto por que no salí de ahí, no lo se, algo me detuvo, algo me impidió salir corriendo, aprovechando su distracción al estar despachando, sentía coraje en esos momentos, pero me daba cuenta que era mucho hacia, y en parte por eso, por que sabía lo que me esperaba y aún así no hacía nada por irme.
Empezó a llegar mas gente, y estuvimos atendiendo, llegó la noche y con ello la hora pico, en ese transcurso, llegó Alberto, que solo tomó una cerveza del refrigerador y la empezó a tomar en la entrada de la tienda, no sin antes saludar a Julián y a mi con una sonrisa burlona también, a la media hora mas o menos llegó Mario, e hizo casi exactamente lo mismo que Alberto. Yo seguía en lo que me tocaba hacer y de repente los volteaba a ver, me dedicaban sonrisas burlonas y levantaban sus cervezas hacia mí en señal de salud, yo solo respondía con gestos de desaprobación y volvía a mis labores. De igual forma pienso, pude aprovechar cualquier momento, salir con la gente que iba a comprar y echarme a correr, pero no lo hice.
Cuando se acercaba la hora de cerrar, empezó a disminuir la gente, hasta que quedó sola la tienda
Julián, puedo irme ya tranquila? Le dije queriendo que todo se quedara ahí, que hiciéramos como que nada hubiera pasado
Hasta crees chiquita, me contestó y pude sentir las miradas entre burlonas y lascivas de Alberto y Mario junto con la de Julián. El cual los volteó a ver y les dijo que bajaran la cortina
Sentí un escalofrío en mi cuerpo y quise echar a correr hacia la salida, pero Julián me tomó con fuerza por el brazo, hice el intento de gritar, pero en seguida con su otra mano me tapó la boca, me abrazó y me cargó hacia la bodega de la tienda seguido por Mario, ahí me aventó haciendo que cayera de sentón y con la espalda me diera en unas cajas de cartón que estaban ahí, el golpe no fue muy fuerte, al menos no mas que la impresión. Julián se me quedó viendo con lujuria y coraje a la vez
mira perrita, desde cuando te me has antojado, y después de planear lo de ayer, hasta crees que me voy a quedar con las ganas de meterte la verga
me quedé muda, sorprendida, mientras lo veía tomar el teléfono y mas se acrecentó mi sorpresa al oírlo hablar muy amigablemente con mi papá y diciéndole de lo más normal que nuevamente me iba a quedar hasta más tarde pues teníamos que terminar el inventario, en seguida llamó a su esposa y le dijo las mismas palabras.
Estaban los 3 conmigo en ese cuartito, yo tirada en el suelo, recargada en las cajas de cartón y llorando, mientras Julián se iba acercando a mi e intentaba besarme, a lo cual lo empujé de una patada haciéndolo caer, lo cual se me facilitó por la postura que había tomado, pero en seguida se levantó y fue directo hacia mi tomándome de los pelos con fuerza
mira pirujita, vas a hacer mía, así que mas vale que no te resistas
déjame ir, le dije gritándole, a la vez que intentaba golpearlo
en seguida Alberto fue hacia nosotros y me tomó por los brazos, entre los 2 me levantaron, mientras yo trataba de forcejear, alcanzando a darles algunas patadas, pero sin éxito alguno
quien la viera, ayer no opuso tanta resistencia, decía Mario tomando el lugar de Julián, al cual intentaba patear
putos poco hombres, déjenme en paz!!!!!!!!!!! Les gritaba forcejeando.
Cállate estúpida, me dijo Julián dándome una bofetada, e inmediatamente tapando mi boca
Dejé de forcejear y me quedé paralizada al recibir ese impacto, las lágrimas corrían por mis ojos
no te hagas la santa que bien sabemos que te encanta la verga, me dijo Mario jalándome aun mas los cabellos
si mi sobrino y los amigos de el lo dicen de ti, me dijo Alberto
los voy a denunciar perros!!!!!!!!! Todo mundo va a saber la clase de basuras que son!!!!!!!!! Les grité aprovechando un momento que Julián me solté y volví a forcejear
Julián puso su mano sobre mi cuello y me amenazó
donde tu abras la boca, quien la va a pagar va a ser tu familia y cállate que ya me tienes harto con tanta hipocresía, me dijo mientras me soltaba solo para empezar a amordazarme con un pañuelo
bien sabemos que eres una puta que ha pasado por media colonia y ahora te haces la santa, me dijo terminando de amarrar un pañuelo en mi boca
Alberto y Mario me sostenían con fuerza cada uno por un brazo, además de que Mario también me tenía agarrada por los cabellos, sin éxito alguno trataba de golpearlos con mis piernas, Julián estaba frente a mi, cuando sin miramiento alguno abrió mi blusa rompiendo todos los botones y dejando al descubierto mis pechos solo cubiertos por mi bra color negro, el cual enseguida levantó y empezó a tocar mis senos
te dijimos que estaban riquísimas sus tetas
que razón tenían, contestó Julián inclinándose a besarlas y morderlas
apenas me podía mover y me lastimaba, pues las chupaba con fuerza y en ocasiones me las mordía, y mientras hacía esto intentaba desabrochar mi pantalón, el cual tardó un poco debido a que no dejaba de moverme, pero por fin lo consiguió, imponiendo su fuerza a la mía, tiró mi pantalón hacia abajo junto con mi pantaleta, que era un bikini de color negro también, se alejó un poco para verme, mientras yo seguía inútilmente forcejeando. Se acercó de nueva cuenta hacia mi y pude sentir su respiración en mi oído
si que estás sabrosa mamita, ya verás que rico te voy a coger, terminó de decirme y enseguida metió su lengua en mi oído, terminando de pasarla por mi cara
Mario y Alberto se recargaron sobre las cajas, obligándome también a mí a hacerlo, mientras Julián desabrochaba su pantalón y lo bajaba, dejando al descubierto una verga que estaba medio flácida, la acarició un poco viéndome y cuando estuvo erecta se acercó a mí. Alberto tomó una de mis piernas levantándola, mientras con la otra mano seguía inmovilizando mi brazo, Mario apretó mas su presión sobre mi otro brazo y jaló con fuerza mis cabellos obligándome a empujar mi cabeza hacia atrás, mientras Julián tomaba mi otra pierna y también la levantaba. Con su mano libre tomó su verga y la llevó directo a la entrada de mi vagina y la empujó sin miramientos dentro de ella, sentí un fuerte dolor al sentirla entrar toda
mmmmmmmmffffffffgggggggg fue lo único que pude articular a través de la mordaza que tenía
que sabrosa estás putita ahhhhhhhh que rica, me decía al oído mientras me cogía sin piedad
sentía esa verga llenándome por completo, entrando y saliendo de mi, sentía mis lágrimas correr por mis mejillas, mientras estaba siendo vejada nuevamente, llegaba hasta mi el aliento alcohólico de Mario y Alberto, a la vez que sentía sus lenguas en mi cara, y sus manos sujetándome con fuerza, Julián me embestía una y otra vez con fuerza, mientras me sostenía una pierna con una mano y con la otra estrujaba mis pechos, a la vez que también los mordía. Su pene salía casi por completo, y se volvía a meter en seguida hasta dentro de mi, con fuerza, sentía un dolor terrible en cada una de sus embestidas, lo maldecía dentro de mi, pues lo único que podía articular eran balbuceos, gemidos, por mi mente pasaban una y mil cosas, dolor me repetía una y otra vez, eso era lo que sentía, me decía a mi misma, apretaba mis ojos para no pensar, para no ver, eso era lo que quería seguir sintiendo, al menos lo imaginaba, pues al reparar, Alberto y Mario, seguían sosteniendo mis brazos, pero ya sin apretarlos, no se en que momento pasó, pero Alberto ya había soltado mi pierna y Julián sostenía las 2 mientras me cogía, Mario solo tomaba mis cabellos, pero ya no tiraba de ellos, yo sola tenía la cabeza hacia atrás, mi cuerpo estaba flojo, ya no mostraba esa rigidez de un principio, la verga de Julián penetrándome una y otra vez ya no lastimaba, lo que alcanzaba a balbucear, ya no eran intentos de grito, eran pujidos. Esas sensaciones de dolor en mi vagina, ahora eran placenteras, ya no había tal dolor. Julián aceleró más sus movimientos, arrancándome más pujidos, acompañados de sus jadeos, hasta que entre gritos comenzó a venirse dentro de mí, sentí su leche caliente como me llenaba, sentía sus contracciones, acompañada cada una de un empujón mas hacia mi. Cuando terminó de descargarse, soltó mis piernas, provocando que terminara parada frente a el, notando mi respiración agitada, pude sentir su leche escurrirme y Mario y Alberto en seguida me soltaron, haciendo que cayera al suelo pues las piernas me temblaban, me recosté sobre el suelo frió y adopté una posición fetal, cubriendo mi cara con mis manos
te dije que le encantaba a la putita, oí la voz de Alberto parado a mis espaldas, acompañada de un ruido que seguramente era su pantalón
Mario estaba frente a mí y lo vi salir de la bodega, mientras Alberto se hincaba a un lado mío
levántate, ponte de perrito, me dijo mientras me guiaba con sus manos y también hacía que quitara mi blusa junto con mi bra por completo
me dejé hacer mientras en silencio limpiaba las pocas lágrimas que aun me quedaban. Con sus manos jalaba mis caderas para que las levantara mas, lo hice y lo sentí abrirme las nalgas con una mano, para después sentir su verga por en medio de ellas frotándose, hasta que llegó a mi panochita y ahí de un fuerte empujón me clavó toda con fuerza, apenas me pude sostener, mientras alcanzaba a gemir, comenzó a meter y a sacar con fuerza, mientras sentía una de sus manos sobre mi espalda y con la otra azotaba mis nalgas con fuerza, a la vez que me decía el y los demás cualquier clase de obscenidades
te gusta verdad perra??
Le encanta la verga
Se los dije se le ve en la cara
Mmmmmmmmfffffffggggg es lo único que les podía contestar
Eran muy duras sus embestidas, apenas podía sostenerme, ayudada por mis brazos y por una de sus manos que ya había pasado a tomarme por los cabellos. Que rico me coge, era ya lo que pensaba en esos momentos, ahora si ya no me engañaba, lo disfrutaba, tampoco me di cuenta en que momento pasó, pero incluso ya movía mis caderas hacia el
eso perra mueve el culo, me decía al notar mis movimientos
solo le correspondía mas ante estas palabras. Mario ya estaba a un lado mío con la verga de fuera bien parada y acariciándola esperando su turno para cogerme, lo cual no tardó mucho. Empecé a sentir los movimientos de Alberto con mas fuerza, mientras me apretaba las nalgas y clavaba sus uñas en ellas, cuando sus embestidas alcanzaron su mayor fuerza, sacó su verga de mi e inmediatamente pude sentir su leche cayendo por mi espalda y mis nalgas, no me moví, me quedé quieta recibiendo ese baño, hasta que la limpió en una de mis nalgas.
Apenas se quitó Alberto y Mario hizo que me acostara boca arriba, puso mis piernas en sus hombros, dirigió su verga a mi vagina y la clavó por completo, empezando a cogerme enseguida, sentía una sensación deliciosa, ese cosquilleo en mi vientre cada que entraba su verga por completo, la sentía resbalar dentro de mi. Alberto se había sentado a un costado de nosotros y ya había acomodado su pantalón, mientras Julián, con su verga ya erecta totalmente, se había ido al otro costado y se había hincado a un lado mío, quitó mi mordaza y en seguida puso su verga al lado de mi boca, no me lo pensé y en seguida se la empecé a mamar, ayudado por sus movimientos. Mario me tenía tomada por los tobillos mientras me clavaba su miembro una y otra vez, con mucha fuerza, sentía ese ir y venir delicioso, acompañado por el golpeteo de sus huevos en mis nalgas en cada embestida, mientras Julián me cogía por la boca, a veces provocándome que me ahogara
chúpala así puta, sabía que te encantaba la verga, me decía Julián
siéntela toda perraaaaaaa me decía Mario
solo gemidos y balbuceos les contestaba yo, hasta que no pude mas, empecé a sentir esos espasmos, ese cosquilleo en todo mi cuerpo, esa descarga eléctrica, y con una mano ayudé a Mario con su tarea al empezar a tocar mi clítoris con desesperación
asiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii dame maaaaaaaaaaaaaaaassssssss me encanta!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Cogemeeeeeeeeeeeee asiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! le grité mientras me llegaba mi orgasmo, sin dejar de acariciar la verga de Julián
toma putaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!! Me decía Mario dándomela con fuerza
siiiiiiiiiiiiiii asiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Que rico!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Te encanta la verga, te gusta que cojan verdad? Eres toda una puta, me decía Julián
Siiiiiiiiiiiiiiiiii me encantaaaaaaaaaaaaaaa que me cojaaaaaaaaaaan!!!!!!!!!!!!!! Me encanta ser una putaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!
Estaba fuera de mí, fue un orgasmo delicioso, intenso, sentí toda una descarga en mi cuerpo recibiendo esas embestidas de Mario, me alternaba para gritarles y para mamar la verga de Julián, sin dejar de acariciarla con una mano, pues con la otra seguía frotando mi clítoris con fuerza. Estaba terminando de disfrutarlo, cuando Mario sacó su verga de mi, tomó mi mano y la llevó a ella, la acaricié rápidamente y en unos segundos comenzó a darme su leche, me llenó todo el vientre con ella, mi bello púbico también quedó embarrado, la mantuve en mi mano hasta que termino por completo, sin dejar de acariciar la de Julián. Cuando Mario se retiró de mi, Julián siguió cogiéndome por la boca, mientras con una mano se la acariciaba y con la otra le sobaba los huevos, tampoco tardó mucho, cuando me sostuvo la cabeza con las manos para que no sacara su pene de mi boca y empecé a sentir su leche salir disparada hacia mi garganta, me quedé inmóvil recibiéndola y tragándola, cuando terminó, sacó su verga y la frotó en mi mejilla, pasándola por mi lengua para terminar de limpiarla
que rico mamas la verga, me dijo mirándome a la cara
no respondí nada, solo me quedé acostada viéndolo y embarrándome la leche de Mario
ya es tarde, toma y límpiate para que te vistas, me dijo aventándome un trapo mientras el se acomodaba el pantalón
me senté limpiándome, mientras Alberto y Mario me veían tomando una cerveza, al levantarme, Alberto se ofreció a limpiarme la espalda y las nalgas que también las tenía embarradas. Sentía algo de pena y no me atrevía a hablar. Me terminé de vestir así en silencio, mientras ellos me dedicaban piropos, vulgares, pero piropos al fin, sobé mi mejilla y Julián me pidió disculpas por la cachetada que me había dado, al igual que Mario y Alberto por haberme lastimado al ver que movía mis brazos, pues ahora pasado todo y ya sin adrenalina en mi cuerpo los empezaba a sentir adoloridos, solo les dije que no era nada. Mi blusa estaba inservible y la tiré ahí en la basura, así que para taparme me puse una chamarra que llevaba. Al salir de la tienda, los 3 me acompañaron a mi casa en el carro de Alberto, yo igual fui en silencio todo el camino, mientras ellos hablaban de lo rico que había estado, y cuando se dirigían a mi, solo me limitaba a sonreír tímidamente y encogerme de hombros, me preguntaron si era la primera vez que me lo hacían 2 al mismo tiempo, y solo con un movimiento de cabeza les dije que no. En fin, durante el camino también me dijeron que podía contar con discreción y solo les contesté con un tímido gracias. Al llegar a mi casa, me baje igual en silencio
mañana a la misma hora Julián?
Si chiquita
Hasta mañana entonces
Fue lo único que dije y me despedí con un ademán de mano y entré a mi casa. Por fortuna todos dormían ya. Me metí a dar un baño y ahí me masturbé nuevamente, alcanzando otro orgasmo, pensando en todo lo que había pasado, y en lo que seguramente pasaría en los siguientes días