Vacaciones en la playa con sorpresa. Parte II

Continuación de las situaciones morbosas de una pareja de vacaciones en la playa.

Vacaciones en la playa con sorpresa parte II

Continuación de “ Vacaciones en la playa con sorpresa parte I”

Llegó el viernes. Por la mañana bajamos un rato a la playa que teníamos en frente, que todavía no la habíamos visto. Natalia se puso una braguita brasileña y yo un short de esos de competición. Estuvimos un par de horas y antes de comer subimos a la casa a esperar a mi cuñada y la amiga.

Cuando llegaron se colocaron cada una en una habitación, mientras mi cuñada Raquel enseñaba la casa a su amiga Silvia. Raquel había estado ya alguna vez de paso para hacer alguna reforma. Mientras deshacían las maletas nosotros preparamos la mesa y la comida.

Una vez bajaron ya con el bikini puesto, casi me caigo del infarto. Mi cuñada es rubia, de alta como Natalia, muy guapa de cara. Es más delgada y tiene menos caderas y tenía menos pecho, pero como se operó, se ha puesto unas buenas tetas. Se ve que no había caído en el detalle de que las tenía más grandes, y el bikini que tenía era de triángulos pero no la cubrían todo el pecho, luchaban por salir. Pero lo mejor fue la amiga. La conocía de oídas, porque es una amiga relativamente nueva de mi cuñada de desde que se ha ido a vivir a Marbella. Silvia es castaña, vestida como venía parecía algo rellenita, pero cuando la vi bajar en bikini, casi me da algo. Digamos que tiene algo más de caderas y pecho que Natalia, pero está todo superfirme, sin nada de celulitis, la tripa plana y dura. Parece ser que la encanta el deporte. La parte de arriba del bikini luchaba por liberar tensión, de pecho tenía que ser una 100 copa D y el culo… cuando me pasó y la vi de espaldas, llevaba un tangazo que parecía hecho para ella. Mi cuñada me pilló de lleno mirándola el culo y se rio.

Salimos todos a pegarnos un baño antes de comer y Natalia se quitó la camiseta que tenía puesta, quedándose con su bikini brasileño y en topless. A lo que mi cuñada enseguida la reprochó que tiempo le había faltado para dejar las tetas al sol. Y nos echamos a reír, mientras nos reíamos, Silvia hizo lo mismo que Natalia, se quedó en tetas, pero no nos dimos cuenta hasta que mi cuñada fue la que dijo:

-          “Otra con las tetas al aire!!!!!!!!!!!”

Me lo dejó a huevo y la dije que ya sabía lo que tenía que hacer, quitárselo también.

Mi cuñada me dijo:

-          No vas a tener la suerte de verme las tetas cuñado. Bueno... a lo mejor si te desnudas, lo mismo me atrevo.

A lo que la respondí:

-          No me lo digas dos veces que hemos estado todos estos días desnudos aquí y sabes que no me importa quitarme el bañador.

Pero ahí dejé el comentario.

Por cierto, me quedé atontado con las tetas de Silvia. Eran perfectas, naturales, enormes, firmes. pero bien puestas, con unos pezones grandes y marrones. Estaban morenas con lo que solían tomar el sol. Me tuvo que sacar Natalia de mi nube mirando esas tetas y diciéndome que me fuese a colocar la mesa y las dejase solas.

Tras la comida que fue algo ligero de ensalada, pasta, gazpacho; se quedaron ellas tomando el sol y yo me eché un ratito la siesta. Aproveché que Natalia tenía compañía y las dije que no me molestasen en un par de horas.

No estuve ni una media hora arriba y no me dormía, así que bajé. Al llegar a la piscina estaba mi cuñada de espaldas a mí, con un bikini brasileño de mi mujer y en topless. Estaba como probándose la braguita. Se contoneaba, se giraba, no pude verla las tetas porque me cogía a contraluz. Cuando ya era inevitable que me iban a ver, quise advertir mi presencia y la dije que la quedaba muy bien la braguita brasileña. Pegó un salto, se dio la vuelta y se tapó las tetas como pudo. Cogió la toalla y se la puso cubriéndose y me regañó diciéndome que qué hacía tan pronto, que había dicho dos horas. En esto, no me había dado cuenta, que Natalia estaba sentada frente a donde estaba de pie se hermana probándose el bikini, pero estaba desnuda y Silvia, estaba bocabajo desnuda también. Enseñando ese culazo increíble con la marca del tanguita.

Les dije que lo sentía pero que no me dormía y me había bajado. Pero que me iba si molestaba, y le dije a Raquel que tranquila que no había visto sus tetas porque me pillaba a contraluz. En eso que Natalia me interrumpió y me dijo que la dejase, que más tonta era ella, y que lo que tenía que hacer yo, es quitarme el bañador y así a ver si Raquel se ponía en tetas por lo menos. Creía que me lo decía de coña, pero me miró sería y me dijo que me lo quitase.

Así que no lo dude, me quité el bañador ante la atenta mirada de mi cuñada y su amiga y le dije a mi cuñada que ahora le tocaba a ella. Pero nada, le preguntó a Natalia que donde estaba el bikini de ese top, que los que se había traído eran antiguos y estaba a disgusto con ellos por el aumento de pecho. Mi mujer le dijo dónde y se subió a buscarlo.

No le di mayor importancia y me fui a remojar y luego salí a tomar el sol, que ahora era ella la que me quería exhibir, al igual que había hecho yo con ella con Javi y Sergio. Así que me tumbé a tomar el sol. Intenté no mirar a Silvia, que la vi de reojo ponerse bocarriba para no tener una erección, pero me duro poco. En esto que bajó mi cuñada y la oigo decir:

“-Venga, da igual, pero cuñado no mires mucho.”

Abrí los ojos, y ahí tenía a mi cuñada, a un metro, en tetas. La verdad es que las tenía preciosas.  Con unos pezones rositas muy bien puesto, quizás las tetas un pelín de más de grandes para su cuerpo, pero brutales. No me di cuenta de que me estaba empalmando y fue Raquel la que me dijo:

-          “Ves, eres un guarro. Ya te estás empalmando por ver unas tetas.”

Y después fue un …

-          “Hermana no te quejarás con lo que tiene ahí tu marido.”

Natalia y yo nos quedamos mirando como pensando ”bueno depende de con quien compares… “y nos echamos a reír…

Así que así pasamos la tarde. Yo desnudo, mi mujer desnuda, Silvia… madre mía como estaba Silvia, también tenía el sexo depilado y el culo con la marquita del tanga.  Además actuaba con total naturalidad o total descaro y no se molestaba en cerrar las piernas, con lo que la veía los labios y el culo con mucha facilidad…

Era la primera vez que estaba desnudo tomando el sol delante de tres bellezas con tetas de infarto. Que encima se masajeaban bien para darse crema, y pocas cosas me ponen tan  cachondo, así que la tenía morcillona todo el rato.

Hoy tocaba a Natalia que me mandase, así que, se la veía que disfrutaba exhibiéndome. Al oído me dijo una vez que su hermana y la amiga no paraban de mirarme la polla. Así que ella encantada. Me mandaban a rellenar copas, agua.

A media tarde, se lo ocurrió pedirme que la diese crema.  Me arrodillé junto a Natalia, que estaba boca abajo, y le di un buen masaje en la espalda, tocando bien por los laterales de los pechos, después bajo a su culo, aproveché para dar bien de crema por su sexo  y meterla disimuladamente algún dedito, al igual que en el culo, después baje por los muslos, los gemelos y volví a los glúteos… y mientras tenía la polla completamente dura.

Según terminé me levanté, con toda mi erección ante la atenta mirada de mi cuñada y Silvia y me fui a lavar las manos y quitarme la crema, pero Natalia quería que yo disfrutase y devolverme su polvo con Sergio. Así que dijo a las otras chicas que me tenían a su disposición, si querían masaje y crema o lo que sea que lo pidiesen. Sorprendentemente mi cuñada aprovechó la situación y me pidió, que si quería un masaje. Mi erecta polla y yo, nos colocamos junta a Raquel y el mismo procedimiento. También aproveché para tocar el contorno de los pechos, pero claro... al bajar por el culo, tenía el bikini brasileño, así que me fui para las piernas, muslos, gemelos. Y cuando iba a terminar me dice que qué pasa con el culo. Me quedé algo cortado y la dije que por mi encantado pero no sabía si podía, además iba a manchar la braguita. Le dije que se la quitase, se rio y me dijo que más quisiera. Pero se la metió todo lo que pudo en el culo a modo de tanga y me dijo que aprovechase. Así que ahí estaba yo pegando un repaso al culo de mi cuñadita. Estuve durante un rato, alternando también con los muslos para disimular un poco. Tenía un culo apretadito  y yo la polla a punto de reventar.

Cuando ya me parecía excesivo me retiré y según, me iba, ahora fue Silvia la que me reclamó, pidiendo permiso a Natalia, y su respuesta fue que no la pidiesen permiso,  que yo estaba para servirlas en lo que me pidiesen. Que el estar rodeado de tres tías buenas desnudas tenía su precio.

Yo creía que me iba a correr ya. Me puse junto a Silvia e hice lo mismo, aunque esta vez, metí las manos un poco más por los laterales de esos enormes pechazos de Silvia. Estaba dura, fibrosa, la espalda tersa. Fui bajando, fue ella la que al saltarme el culo me dijo que no, que en el culo también. Ya me salía líquido preseminal por la polla. Así que puso mis dos manazas con crema y me recreé en ese culo durísimo, según masajeaba veía su ano, sus labios, además ella abrió sus piernas. Silvia tenía su cabeza girada mirando la polla directamente. Baje a los muslos acercándome peligrosamente a sus labios que brillaban… baje a los muslos, gemelos, volví a subir por el culo, rocé varias veces a posta sus labios y su ano y ella no decía nada. Todo lo contrario, relajaba más las nalgas y los muslos como para facilitarme el acercamiento, aunque fui bueno y no me quise propasar más. Estuve un buen rato ahí y me fui a la cocina a por agua y con la intención de pajearme porque no podía más.

Una llamada de teléfono de un familiar me ayudó relajarme. Al volver a las tumbonas, ahí seguían las tres en la misma posición que las había dejado, relajadas. Así que me di un baño y me quedé dentro de la piscina. Al salirme, Natalia se dio la vuelta y me pidió la segunda parte, esta vez boca arriba. Así que, igual que antes pero ahora me recreé con sus tetas, sus hombros, masajee los pechos, después bajé a la tripa para seguir por su sexo, que di bien de crema, provocándola algún gemido y las risas de su hermana. Después bajé por las piernas y volví a subir haciendo el recorrido contrario hasta llegar al cuello, muslos, pubis, tripa, pechos…

Para seguir la coña, pregunté a mi cuñada si también quería y me dijo que me iba a quedar con las ganas y miré a Silvia y dudó, pero dijo que luego más tarde.

Me metí dentro de la casa, bebí agua y me iba a pajear cuando llegó Natalia, se arrodilló delante de mí y diciendo un:

-          “Pobrecito como te han puesto las dos guarras estas….”

Se metió la polla en la boca y me hizo una mamada en medio de la cocina, como se la había hecho a Sergio unos días antes. Estaba a punto de correrme, pero no quería, la quería follar sobre la encimera, recordando la follada que se pegó con Sergio, así que la puse sobre la encimera, de espaldas y se la clavé. Podía ver a mi cuñada y la amiga metiéndose en el agua mientras embestía a Natalia. Descargué todo dentro, no aguanté mucho. Era mucha excitación.

Estuvimos el resto de la tarde con normalidad. Por la noche nos quedamos en casa tranquilamente.

Pasamanos el resto de los días bajando a la playa por la mañana, (ellas en topless), luego por la tarde en la piscina desnudos excepto mi cuñada, que eso si, llevaba un tanga (solo en la piscina, en la playa braguita). Otro día fuimos a la nudista. Por la noche salimos algún día, ellas despampanentes y ligeritas de ropa. La más cortada mi cuñada, aunque sí que prescindía del sujetador para lucir libres sus melones bajo el vestido.

Luego en la casa… a veces creía ser Hugh Hefner en la mansión playboy. No es que se paseasen todo el día desnudas, pero no sé si hubiese sido mejor que estuviesen desnudas a los modelitos que llevaban. En la piscina estaban desnudas (excepto mi cuñada en topless y tanga). Si entraban al servicio o a la cocina o subían a la habitación a por algo lo hacían desnudas. Para desayunar o después de cenar o salir a tomar algo, cuando llegamos a casa, se ponían el “pijama” que en el caso de Silvia era un short cortito y pegado abajo y arriba una camiseta de esas cortas que al levantar los brazos se la salían las tetas o una camiseta blanca de esas de hombreras, que dejaba las tetas libres por los laterales, con escote y finita, con lo que se la transparentaba los pezones. Aunque luego para dormir, dormía en tanga. Que algún día estaba con la puerta abierta y la veía en la cama. Mi cuñada para dormir usaba o un pijama de camiseta y pantalón o un camisón “picardías blanco” que transparentaba la braguita y un poco los pezones. Y Natalia aunque dormía desnuda, solía ponerse camisetas de tirantes ajustadas arriba y debajo en tanga. Así que como mucho esa era la ropa que llevaban en casa.

Para comer se ponían un vestido de playa, sin nada debajo, o se ponían la braguita del bikini y comían en topless.

Luego, el momento de salir por la noche, también era divertido. Era un desfile de chicas en tanga, o medio vestir, preguntando que qué tal esto, que tal lo otro. Entrando con el tanga puesto a pedir un secador a nuestra habitación. Era divertido.

Obviamente, Natalia y yo lo hacíamos por la noche, por la mañana y en algún encuentro por ahí en la casa, estabamos los dos cachondos. Yo de estar desnudos delante de Silvia y mi cuñada, y bueno de verlas a ellas también, y Natalia de exhibirme delante de ellas.

Estuvimos unos de días, con playa por la mañana, piscina por la tarde y luego algún día salíamos por la noche. Uno de los días, decidí dejarlas que saliesen solas, porque parecen que se cortaban un poco los tíos en entrar a ligar con mi cuñada y Silvia, y ahí las dejé a las tres. Y así de paso Natalia calentaba alguna bragueta.

Las tres iban despampanantes. Mi mujer tras cambiarse un par de veces, una de ellas por petición de mi cuñada que la dije que iba como un putón con un vestido negro corto y ajustado. Algo transparente arriba de esos que se ponen con un sujetador negro debajo para que se vea. Pero como obviamente iba sin sujetador (este sí que por error no lo echó en la maleta) se la transparentaban los pezones  y era tan ajustado abajo que se notaba que no llevaba ni tanga. Así que lo cambió por un vestido blanco corto, la parte arriba de punto  anudado al cuello pero apretado, con generoso escote, con toda la espalda al aire y  bastante corto por abajo y bajo petición mía sin bragas. Mi cuñada llevaba un top verde, también anudado al cuello y la espalda al aire, que dejaba sueltas sus tetas y se le marcaban los pezones y una minifalda ajustada negra, con taconazos. Se le marcaba el tanga. Y Silvia, llevaba un vestido rojo, que era como una bata anudada a la cintura y al cuello, con la espalda al aire y cruzado por delante que casi dejaba ver el inicio del tanga negro que llevaba (que había visto yo arriba mientras se cambiaban). Y el escote casi hasta el ombligo, con lo que al ir sin sujetador y tener esos tetazas, con poco se podían salir.

Así que así salieron las fieras. Y me quede sólo en casa.  Me fui a dormir y sobre las 4 de la mañana escuché que llegaban. Me despertaron con las risas, las voces, los tacones. Vamos venían con alguna copa de más y como esos días hacia algo más de calor de la cuenta, estaba con la ventana abierta, y las hoy decir que se iban a pegar un baño en la piscina. Escuché a mi cuñada decir que se bañaba desnuda que esperaba que no me despertase y bajase yo. Miré por el balcón de la habitación pero obviamente era imposible ver nada. Aunque estaban las luces de dentro de la piscina, se las veía a ellas oscuras.

Al poco rato Natalia subió a la habitación, desnuda como estaba. Me vio despierto, se subió a la cama. Sin decir ni una palabra, agarró mi semierecto peno con una mano y se la metió en la boca. En cuento estuvo dura, se subió sobre mí, se la metió entera y me cabalgó. Me pedía que la follase, que estaba muy cachonda. Que se había calentado mucho y necesitaba correrse, ya la preguntaba y ella me decía:

-          “Mañana te lo cuento… sólo fóllame duro”

Gemía gritaba, hasta las de abajo se ve que nos oían y se reían. Después la tumbé boca arriba, la levanté las piernas y se la clavé hasta dentro mientras ella se frotaba el clítoris. Nos corrimos los dos a la vez. Ella se fue a desmaquillar y yo me quedé dormido enseguida.

A la mañana siguiente, nos despertamos los primeros y nos bajamos abajo. Me estuvo contando la noche, que obviamente ligaron mucho. Que no pagaron ninguna copa. Que estuvo mucho tiempo hablando con Silvia, porque Raquel se ponía a tontear con todos los tíos. Dice que se encontraron a Javi y Sergio, y acabaron la noche con ellos. Que congeniaron muy bien.

Que estuvo tonteando con un sevillano mucho tiempo, que le llegó a tocar el culo, pero que llegaron Javi y Sergio y ya estuvieron con ellos. Que Raquel la regañaba porque era una calientapollas y Silvia defendía a Natalia.

Resulta que Silvia, por comentarios que hacía, digamos que era más abierta que mi cuñada Raquel. Que no sabe cómo surgió, que Silvia le preguntó si yo era muy celoso. Que si estuviese ahí lo mismo, aunque fuesen amigos suyos, no me sentaba bien a mí.  Y que le dijo que si estuviera yo allí estaría cachondo viendo como le entran a su mujer. Y que le contó que estuvieron con ellos en la playa desnudos, y luego un día en casa y que fui yo al que le gustaba que se exhibiese. A lo que Silvia le dijo que suerte tenía de tener a un hombre así, con un cuerpazo, simpático y que no sea celoso. Y Silvia la preguntó si ella era celosa, y la dijo que no. Que en eso éramos iguales. Que como había podido ver en la casa, también la gusta exhibir a su marido y que no se pone celosa si yo miro con deseo a otras mujeres. Que le dijo que como a ella (refiriéndose a Silvia). Dijo que Silvia abrió los ojos ante tanta sinceridad, y le dijo que yo la devoraba con la mirada el cuerpazo y las tetazas de Silvia. Y que a ella incluso la excitaba. Entonces Silvia la dijo que seguro que si hubiese algo más que miradas seguro que ya no la hacía tanta gracia. Natalia la contesto que bueno, algún caprichito nos damos de vez en cuando, y Natalia dijo que se tuvo que levantar a bailar un poco para no seguir con la conversación porque se dio cuenta que se había ido de la boca un poco. Así que estuvo bailando pegadita a Sergio y a su gran polla. Que después en otra conversación, Silvia la preguntó por lo de estar en la playa y en la piscina con Sergio y Javi desnudos. Dice que se echó a reír,  y que pregunto a Silvia, que a que se refería. Y Silvia la dijo, que qué tal cuerpo tenían. Que la dijo Silvia que Javi parecía que tenía un cuerpazo, definido, musculado, pero que Sergio no está mal pero está más normal. Natalia me contaba que sabía desde el principio lo que Silvia quería,  y era saber el tamaño de su pene. Pero que quiso jugar con ella y que Silvia le contó lo que ya suponía, que la gustaba Javi (tonta no era) pero que a Raquel también le había molado y parece que Javi respondía a Raquel más, y que bueno no quería cabreos con ella por un polvo.

Entonces la dio la sorpresa y que la dijo que si quería saber cómo la tenían, entonces Silvia se empezó a reír y la dijo pues que no estaría mal saberlo. Y le contó el notición. Le dijo que Javi, normal, dice, bueno, más pequeña que la de mi marido que ya se la has visto bien estos días. Y Silvia sonrió y la dijo que la mía no estaba nada nada mal. Y que Sergio la tenía enorme. Silvia no se lo creía y que Natalia la tuvo que insistir, que muy grande. Que Silvia la dijo que lo mismo luego eso empalmado era igual en erección que hay algunos que usan alargadores de pene y luego al hincharse se quedan igual. Dice Natalia que ahí el alcohol hizo efecto y que se fue de la lengua y la dijo que empalmada es muy grande pero que entra…- “te lo digo yo”. Y que Silvia se quedó con los ojos como platos y que no entendía. Que si le había visto empalmado. A lo que Natalia se lo contó todo (ver primera parte del relato). Silvia la preguntó que si no tenía miedo a que los hubiese pillado o me enterase. Y que contó a Silvia que yo les había visto en acción y que , tenemos una relación con ”caprichitos” y que no es que estemos todo el día con otros pero alguna vez no pasa nada.

A raíz de esa conversación dice que Silvia fue a saco a por Sergio.

Y que hoy vienen a pasar el día. Que Sergio iba a cocinar algo.

Justo en ese momento, bajaron mi cuñada y Silvia. Mientras tomaban un café me contaban su versión de la noche y la visita que íbamos a tener hoy. Así que colocamos un poco todo y como había que ir a comprar, yo me ofrecí, pero querían ir mi cuñada y mi mujer. Con lo que nos quedamos preparando cosas Silvia y yo.

No tardamos mucho en colocar mesas y sillas y recoger los cafés. Nos salimos a la piscina a pegarnos un baño. Las hermanas se habían ido hacía 10 minutos y tenían que ir a otro pueblo a comprar e iban tardar una hora y media por lo menos.

Yo me quité el bañador y me tumbé en una cama balinesa que había, Silvia me dijo que iba a hacer la cama, y a cambiarse para cuando llegasen estos.

Al rato bajó, con una camisola de playa y un bikini blanco con las dos partes, lo de abajo tanga y lo de arriba de triángulos pequeños. Estaba increíble con el bikini puesto. Los triángulos del bikini no tapaban ni la mitad de sus pechos. Se ve que la miré con cara rara y me dijo:

-          “tranquilo, ahora me lo quito para ti, es para cuando vengan estos”.

Y se quitó el top, se agachó al bolsito que tenía a coger la crema protectora y aproveché para pedírsela cuando terminase. Me dijo que si quería me la daba ella. Obviamente acepté. Se subió a mi lado en la cama balinesa y empezó a repartir crema por los hombros, espalda… me dijo que me relajase, yo me relajaba aunque tenía la polla con una erección de caballo. Siguió por el culo me dio bien que hasta que rozó el ano, abrí las piernas y siguió por los muslos, gemelos… me estaba dando un buen masaje. Volvió a subir por mi culo y luego se puso sentada sobre mi culo, siguió masajeándome la espalda durante un rato. Después se incorporó y se tumbó a mi lado. Se quitó el tanga y me dijo que cuando pusiese la diese crema a ella. Buff… qué compromiso… intenté relajar la erección pero era imposible. Entre lo cachondo que me había puesto con el masaje y que ahora la tenía que sobar. Pero que cojones, si ya me había visto empalmado. Así que me incorporé, a lo que ella mirándomela por encima de las gafas de sol me dijo:

-          “como te has puesto con nada!!!!!!!!”

Me encogí de hombros y la dije que por nada por nada no era. Así que la pedí la crema y la dije que se pusiese boca abajo. Y entonces ella me dijo que no, que hoy si quería por delante. Casi me estalla allí la polla. Ella se tumbó, yo me coloqué a su lado, y empecé a repartirla crema por los hombros, por los laterales de las tetas. Las tenía delante de mí, mirándolas directamente. Era una pasada. Cuando bajaba a la tripa, me detuvo y me dijo que en las tetas también, que se lo diese como si ella fuese su mujer. Yo me quise asegurar y la dije que si estaba segura, me dijo que sí. Así que tenía vía libre, empecé a dos manos con las tetas, eran firmes, duras, naturales, me entretuve en los pezones, subía a los hombros, bajaba a la tripa y me entretenía con las tetas. Ella se mordía el labio, no sé si por placer o por calentarme más. Después de estar un buen rato, bajé por debajo de su ombligo, dudaba cuanto propasarme. Pero fue fácil, según bajaba la mano ella abría las piernas. Bajé por las ingles acercándome mucho a su sexo, después sus mulos, volvía a su entrepierna y no decía nada, pero pasaba las manos por encima. Bajé hasta los gemelos para volver a subir por sus muslos y volver a rozar su sexo, pero esta vez con más fuerza. Ella relajó más las piernas y las abrió un poco más. Yo ya pasaba la mano con descaró, metí los dedos por sus labios rozando su clítoris. Ella seguía sin decirme nada, así que llevé una de mis manos a sus labios, los masajeaba ya a conciencia, en círculos. En ese momento sentí su mano en mi polla, se incorporó y empezó a chupármela. Nos pusimos a hacer un 69. Yo abajo comiéndola el coño y ella se subió sobre mi chupándome la polla. Se la metía en la boca y chupaba el capullo, chupaba con fuerza mientras con una mano me pajeaba y con la boca chupaba mi glande. La chupaba muy bien. Yo movía mi lengua en su clítoris mientras la metía dos dedos en el coño. Después de un rato en esa posición, se colocó sobre mí y de golpe se metió mi polla en su sexo, empezó a cabalgarme primero muy despacio, dejando que el capullo saliese de su coño y volviese a entrar. Ella me marcaba el ritmo, era increíble, entraba y salía el capullo de su coño, de vez en cuando se la clavaba hasta el fondo pero luego se la sacaba hasta el capullo, mientras se rozaba su clítoris con mi tripa. Después de eso, empezó a mover el culo de una forma increíble, arriba y abajo hasta el fondo. Aceleró el ritmo, ese ritmo y ese control para que no se llegase a salir la polla sólo lo había visto en algún video de estos que te mandan por whastapp. La avisé que como siguiese así no iba a aguantar mucho y que me iba a correr, solo dijo:

“- Hazlo dentro…. “

Y estallé dentro de ella, ella siguió unas embestidas más hasta que tuvo su orgasmo. Luego se tumbó sobre mí y me beso.

Nos pegamos un baño y estuvimos hablando justo cuando sonó el teléfono. Entré a la cocina que allí tenía el móvil y era Natalia para decirnos que salían del supermercado y que en 40 minutos estaban.  Justo entró Silvia, con sus tetas moviéndose de un lado a otro, mi polla empezó a cobrar vida otra vez y levantarse y Silvia pasó, me la tocó y se fue a coger algo de la parte de abajo del mueble que tenía en frente. Era una olla grande, estaba al fondo del cajón y se agachó, con las piernas estiradas  y ofreciéndome el culo. Me quedé mirándolo, se la veía el coño y el ano. Me miró y me dijo que la ayudase y la dije que si me acercaba, así como estaba, lo único que la podía pasar es que se la metiese.

Me echó una mirada picara y me dijo que me iba a librar porque estarían a punto de llegar las otras, que si no me hubiese dejado seco. La di la vuelta y la comí las tetas, necesitaba meterme en la boca esos pezones, estuve un rato comiéndoselas. La giré otra vez, y la coloqué como Sergio puso a Natalia unos días antes, apoyando los brazos y la cabeza en la encimera, las tetas colgando y el culo abierto, se la clavé sin miramientos. Ella se dejaba llevar y se masajeaba el clítoris con la mano, me pedía más y más. En un momento dado, me empezó a decir:

-           “así es como empotró Sergio a tu mujer el otro día ehh… vamos cabrón sigue, vamos…”

Esas palabras me pusieron más cachondo aún, y ella estaba empapada. Sólo sabía decir:

-          “Si… cabrón, fóllame fuerte”

Y después, para mi sorpresa me dijo:

-          venga que te voy a dejar que hagas una cosa para superar a tu mujer, fóllame el culo por favor.

No me lo creía, la verdad es que estaba tan dilatado el coño que ya casi no sentía nada. Cogí un poco de aceite de oliva lo eché en el culo y la fui metiendo un dedo, dos… Mientras seguía follando el coño. Fue ella la que sacó la polla del coño y la puso apuntando a su culo y empezó a apretar. Costó meter la punta, pero una vez entró fue empujando poco a poco y entró toda, yo creo que nunca se lo había metido a Natalia entera. Era un culito tragón, mi polla fue entrando sola, me pidió que la follase y empecé un mete saca rápido, pero ella apretaba su culo contra mi, estaba desatada. Enseguida tuvo el orgasmo, yo tuve que seguir follándola el culo un rato hasta descargar dentro de ella.

Justo en ese momento oíamos un coche llegar así que fuimos a meternos rápido en la piscina, para disimular.

Continuará….

Autor davidrese@hotmail.com