Vacaciones en Ibiza con mi mujer
Cuando tu mujer te sorprende y acabas realizando tu fantasia
Somos un matrimonio feliz, ella en 36, yo en 40. Mi mujer es bajita, guapísima de cara (parece tener mucho menos edad), pelo teñido con mechas rubias de melena larga, bajita pero muy bien proporcionada, con unos pechos enormes acabados en deliciosos pezones rojos, y unas piernas y un culo que, cuando usa tacón, se realzan haciendo de ella un manjar para cualquier mirada. Yo soy alto, atlético, no muy dotado pero en la media.
Si bien fantaseamos muchas veces con meter un tercero en la cama, nunca se dió lugar. Habíamos jugado mucho con el tema. Usando vibradores en la cama, vendándole los ojos, haciendole creer que tenía más de una polla a su disposición. Inclusó me aventuré a escribir algun que otro relato sobre el tema, los cuales ella leyó con morbo y agrado.
Pero los niños, el estrés, la rutina, hicieron que aparcáramos el tema. Si bien en nuestros encuentros sexuales seguiamos fantaseándo con ello a veces, de la fantasía a la realidad hay un buen trecho.
Pasaron los años, los niños crecieron, y por fin pudimos escaparnos solos, durante cinco dias, a Ibiza. Y esto es lo que ocurrió:
Llegamos al apartahotel, y accedimos por fin al que iba a ser nuestro apartamento unos dias. Estaba muy bien, amplia cama con tv, cocinita, y un ventanal precioso que daba a una zona ajardinada, justo en frente de otro apartamento. La besé con cariño y le dije:
-Ponte cómoda amor. Vamos a disfrutar estos dias. Voy a sacar todos nuestros juguetes sexuales y los dejaré al lado de la cama. Cuando queramos follar, follaremos, si queremos comer, comeremos, y si queremos dormir, dormiremos.
Ella me sonrió, estaba feliz, radiante como siempre. Entró al baño mientras yo me ponia el bañador, y salió con un bañador que le había regalado, que no era del todo tanga pero casi, dejando ver buena parte de su culito. No llevaba sostén. Me sonrió picara:
-Nos vamos a la playa o que?
-Chiquilla, que las cortinas estan abiertas, como haya alguien en el apartamento de enfrente, te van a ver en tetas.
-Que más dá, aquí no nos conoce nadie.
Se acercó y me besó. Empezamos a magrearnos. No pude evitar tumbarla en la cama, empecé a besarle las tetas, ella gemía, el deseo era máximo. Baje por su vientre, y le aparté el bañador, empezando a comerme su coñito depilado. Tras un rato me quité el bañador, me puse un condón y la penetré, con mucha furia. Estaba ansiosa de ella, y ella de mi. No pude evitar mirar por el ventanal, en el apartamento de enfrente no había nadie, tenían las cortinas abiertas, se veían enseres desperdigados, pero no había señales de vida. El morbo de pensar que alguien pudiese asomarse y vernos en plena faena, me ponía a mil.. Empecé a susurrarle guarradas a mi mujer en la oreja. Que si le gustaba como la follaba, que si echaba de menos mi polla. Le dije que si algun adolescente se asomaba a la ventana de enfrente, seguro que se pajeaba mirándola, mirando aquellas tetas deliciosas que tenía, mirando como se la follaban. Se corrió, y yo me vine a la vez. Había sido un polvo rápido, salvaje. El ansia que nos teniamos, supongo.
Tras un rato descansando tumbados, le dije:
-Que tal amor?
-Buff…
-Te ha gustado?
-Siiii – me besó –
– He visto que te has corrido, nada más mencionarte lo del adolescente y la paja. Exibicionista! jajaja
-Bueno, hemos venido a disfrutar y fantasear no? A ver que se tercia este viaje…
Este comentario me dejó con la cabeza dándole vueltas al tema. Me gustaba ver a mi mujer deshinbida. Y ahora parecía haber prendido la mecha..
-Vamos a la playa antes de comer? -Propuse-
-Vamos, me dijo
Preparamos todo, y nos fuimos para allá. Mi mujer llevó el mismo bañador, sin parte de arriba, solo con un vestido playero encima, blanco, que dejaba ver sus pezones. Me tenía cachondísimo, y el ver que se vestía sin ningún pudor me ponía a mil.
Llegamos a la playa, pusimos las toallas y la sombrilla, y ella se quedo en tetas. Me puso crema a mi, y yo empecé a ponerle a ella por todo. Pude comprobar como unos chavales, de veintitantos, no perdían de vista las untadas que le pegaba a mi mujer. Ella se tumbó, y yo me fui para el agua. Ya dentro, me relajé a mirar el paisaje. La playa no estaba muy concurrida. Había algunas parejas, algunos adolescentes. Reparé en mi mujer, tumbada boca arriba, relajada. Me fijé, que los chavales de antes, disimulando, no le quitaban ojo. Se ve que les había gustado ver como le ponía crema por sus piernas, por su culo, por su espalda, y por sus tetas, que ahora relucían al sol bajo la atenta mirada de esos chicos. De repente, uno se levantó, y se acercó a mi mujer. El chaval no era muy alto, pero si que estaba fuerte… tenía cuerpo de gym, vamos. Vi que le hablaba a mi señora, por las señas deducí que le pedía fuego. Mi mujer se incorporó, le sonrió, y vi que rebuscaba en su bolso. Para mi sorpresa, al rebuscar en su bolso, se arrodilló y quedó con el culo apuntando hacia el chaval, que le hizo una seña a su compañero con la mano como diciendo: -madre mía!….
En vez de celos, me puse cachondo. Quise seguir observando. Mi mujer le ofreció fuego al chaval, y este, agachándose, algo le dijo. Se dieron dos besos. Se había presentado, supuse. Mi mujer hablaba con él, gesticulaba, y le sonreía. Algo le dijo el muchacho, que mi mujer rió en carcajadas. Vi como se acercaba el otro chaval. Mi mujer se incorporó, y ya de pie también dio dos besos al muchacho. Charlaron los tres un rato más, y los muchachos se fueron a sus toallas. Entonces mi mujer se vino al agua.
-Que lujazo de agua amor – le dije cuando llego a mi lado-
-Siii que gusto -dijo abrazandome y besándome
-Tienes los pezones duros…. tienes frío?
-No.
-Entonces….? Estas excitada guarrilla mia? -dije mientras la agarraba del culo y la atraía hacia mi..
-mmmmmm. – me dijo-
-No tendrá nada que ver con esos chavales con los que has estado hablando no? -pregunté maliciosamente-
-mmmmmm -me sonrió-
-A ver, cuentame.
-Son dos chavales de Málaga. Con mucho salero. Estan aqui de vacaciones. El que se ha acercado a mi….- me miró con ojos dubitativos – ¿no te pondrás celoso?
-Joder nena, lo que me ponen a mi estas situaciones es cachondo, y si no, tocame la polla
Me agarro el paquete, que ya estaba morcillón….
-mmmmm -dijo- pues te decía, el que se ha acercado, esta como un queso. Y he pensado: joder, con el niño. Asi que, me ha pedido fuego, y yo he decidido darle un poco de juego, poniendome el culito en pompa hacia él…
-Lo he visto cariño, y me he puesto muy cachondo…
-Ajá….- me sonrió picarona- sabía que estabas mirando, y que te gusta que me miren…..
-Pues no veas la mirada que te ha echado el chaval..
-Ah, sí?…- me dijo a la vez que me besaba- joder, pues me excita la idea…. En fin, que se me ha presentado, se llama Israel, estan aqui de vacaciones con su colega (que se me ha presentado después) Rafa. Son muy graciosos, yo les he contado que estoy aqui contigo. Enseguida me han dicho que si fueran ellos mi marido, no me dejaban sola, que soy muy guapa, etc… en fin, que me han subido la autoestima que no veas. Y luego les he dicho que me venía al agua contigo, y ya se han largado.
En ese momento, la atraje hacia mi, para que comprobara lo dura que la tenia. Al notar mi polla en su coñito, me besó y exclamó: – coño, parece que a alguien le gusta que adulen a su mujercita.
-Pues si, no siento celos, si no orgullo de tener una hembra tan buena. Me parece que serán una interesantes vacaciones….
Poco más pasó esa mañana en la playa. Tras un rato, de entrar, salir, jugar a las palas y tomar el sol, decidimos comer en una terraza. Al irnos, mi mujer les dijo adiós a los chicos, y yo aproveché para acercarme a ellos y presentarme. Al ver que iba de buen rollo, se relajaron y Israel me espetó:
-Tienes un monumento de mujer, Juan.
-Lo sé -dije guiñándole el ojo-
Comimos, charlando de cosas banales, y regresamos al apartamento. Mi mujer fue a la ducha, me invitó, pero yo decliné porque necesitaba descansar unos minutos. Me quedé traspuesto en la cama, y a la media hora me desperté. Escuché risas en el salón. Me incorporé y escuché a mi mujer hablando. Salí para fuera y me la encontré, con el pelo mojado, con una camiseta abierta por detrás, sin sostén, y en tanguita (la camiseta le llegaba a tapar, casi, el culo entero). Estaba apoyada en la ventana, y en la ventana de enfrente, sentados en unas sillas, todavía en bañador y con unas cervezas… Israel y Rafa. No se de que hablaban, reian los tres. Desde luego, entre la playa y ahora, los chavales se estaban poniendo ciegos de ver los encantos de mi mujer, que para mi sorpresa, estaba más deshinibida que nunca. Porque a mi me dicen que mi mujer hubiese estado hablando con unos chavales a los que apenas conocía tal y como iba vestida, y no me lo creo.
-Ey que pasa – anuncié mi llegada-
Mi mujer se giró hacia mi, para saludarme, y pude observar como los chavales no perdían detalle de su culito.
-Mira las casualidades, quienes tenemos de vecinos. Los chicos de la playa.
-Coño, Isra y Rafa verdad? Que pasa?
-Aqui tu señora, que la invitamos a cerveza pero no quiere
-Porque para ella shandy, para mi cerveza -dije acercando nuestras sillas a las suyas.
Rafa no tardó en entrar y salir con una shandy para mi mujer y una cerveza para mi. Mi mujer, para mi sorpresa, no se cambió. Tal cual, se sentó a tomar la shandy. Siguieron más cervezas y más sahndys, y pasamos unas tres horas muy agradables, y entrentenidas. Resultaron ser muy buenos chavales. Entre risa y risa, observava como se les iba la vista tras la tetas de mi mujer (que se adivinaban perfectamente bajo la tela de la camiseta), tras sus muslos… y ella, picarona, coquetona… joder, como me ponía. Llegamos a cojer tal confianza, que la conversación se tornó más picantona, siempre alagando a mi mujer, viendo que a mi no me importaba.
-Bueno, nosotros nos vamos ya a ducharnos y a salir por ahí. No os animáis?
-No, -se me adelantó mi mujer- Nosotros nos quedamos a descansar….
-Si, si, a descansar o a follar como locos, ahora que andáis sin los crios -dijo Rafa, tal era la confianza que habíamos cogido en poco tiempo.
-Bueeeno – contesté- vosotros seguro que pillareis algo
-Eso espero – dijo Isra- porque el calentón ya lo llevamos -dijo guiñandole un ojo a mi mujer-
-Jajaja ya será menos -le sonrió ella-
Asi nos despedimos, y tras ducharme yo, me la enconte con una cenita preparada (con cosas del super) en el salón. Cenamos a gusto, bebimos más. Esa noche le vendé los ojos y saqué todo mi arsenal de juguetes. Follamos muy rico. Cuando la tenía a cuatro patas, con los ojos vendados, follándomela por detrás, le puse un consolador en la boca..
-Chupa otra polla, putilla mia… Te han puesto cachonda hoy esos dos muchachos? No te quitaban ojo… Seguro que si follan esta noche, pensarán en la sexy señora del apartamento de al lado…..
-Mmmmmmmm- Gemía ella- Si, si, si…- mientras agarraba la polla ante mis embestidas-
– Te gustaría que esta polla fuera la de Isra, eh?
-Ooohh, si – dijo a la vez que se la metía en la boca-
-Te gustaría que fuera Rafa quien te folla por detrá?
-Mmmmmmm -dijo-
Noté como se corría, y me corrí a la vez. Fue glorioso.
Tras descansar un rato, me preguntó (no había duda de que le rondaba la cabeza):
-Celoso, amor?
-No -la miré a los ojos- más cachondo que nunca, y feliz. Te amo.
-Y yo a ti.
-A ver que ocurre mañana.
...............
Al dia siguiente, gozamos de la playa otra vez por la mañana. Pero no coincidimos con Isra y Rafa. Mi mujer siguió haciendo topless, muy sexy. En un momento en que la noté pensativa, le espeté:
-Estarán de resaca
-Quienes?
-Israel y Rafa
-No pensaba en ellos
-Por si acaso, jajajaja
-Cariñooo, no juegues con fuego…
Aparqué el tema y no le hablé más de él. En vez de eso, me dediqué el resto de la mañana a alagarla, a hacerla sonreir, a excitarla. Comimos en el mismo lugar que el dia anterior, y tras ducharnos en el apartamento, dimos un paseo por el lugar (a mi mujer le encanta ver tiendas de verano). Se compró un par de cosas, y volvíamos al apartamento, ya entrada la tarde, felices.
-Te quiero! -dijo abrazandome melosa- Gracias por el bolso (que le había regalado). Ara en el apartamento te hago lo que me pidas.
Me lo tomé al pie de la letra, y al llegar al apartamento, empezamos a besarnos, cogí el antifaz y le vendé los ojos.
-Que malo eres… -me dijo-
Entonces, fui al ventanal, y abrí las cortinas completamente. Ella lo notó por el ruido.
-Ah, no, eso no. Estas loco? -me dijo-
-Chsssss, has dicho que harías lo que yo quisiera.
-Y si nos ven esos dos?
-Y si te vieron antes de ayer? Ayer les dejaste muy cachondos. Ahora serás tu la que no sabras si, mientras te follo, te estan viendo….
-Joder, como me pones – dijo abalanzandose sobre mi-
Le quite el vestido, me desnudé y la tumbé en la cama. Le estuve comiendo cada rincón de su cuerpo un buen rato… Empezamos a hacer el amor, ella estaba fuera de si, me encantaba. La puse a cuatro patas, y me dió por mirar hacia la ventana. Joder, como me excité. Allí estaba Isra, sin ningún pudor, sentado en una silla, con los pantalones por los tobillos y cascándose una paja monumental. Me sonrió. Yo hice lo mismo. Segui follándomela, era la primera vez que tenía un espectador. Me ponía cachondo. Empecé, como sabía que le gustaba a ella, a decirle cosas cachondas al oido, que si te gusta como te follo, que buenas vacaciones me estas dando… En un momento dado dejé de montarla, y me tumbé boca abajo. Dejé que se pusiera ella encima, quedando ella mirando hacia el ventanal. Empecé a comerle las tetas, mientras ella se frotaba contra mi, con toda mi polla en su interior.
-Te gusta mi amor? -le dije-
-Joder, si, si….
-Y si algún vecino nos esta mirando?
-Mmmmm… no pares, joder, que rico
-Y si alguno de esos se esta poniendo las botas viendo como me follas?
-Pues que mire, joder, que rico…. que mire si quiere….
Noté como mi mujer estaba fuera de si, se iba a correr. Giré la cabeza y vi que Isra seguía solo, sentando, con la polla en la mano. Nos separaban unos 10 metros (y el ventanal).
-Deja que te quite el antifaz amor… -dije, mientras tiraba del antifaz bajandoselo…
La expresión de la cara de mi mujer fue un poema. Por un momento se quedó quieta, mirándo hacia donde estaba Isra…. temí lo peor. De repente, se mordió el labio, poniéndo la cara más viciosa que le recuerdo, mirando a nuestro vecino. Se agarró una teta y volvió a moverse…. Cerró los ojos, y se corrió en un largo orgasmo. Al abrirlos, miró de nuevo hacia Isra, me miró a mi, me sonrió, me besó, y consiguió que me corriera con el vaivén de sus caderas….
Nos quedamos abrazados un rato, y al mirar hacia la ventana, vi que Isra ya no estaba. Me levanté a cerrar las cortinas… y fui a la ducha. Decidí no hablarle a mi mujer sobre lo que acababa de pasar. Ella tampoco me comentó nada.
Poco más paso esa noche. Salimos a cenar, y nos recojimos pronto, cansados del dia.
Al dia siguiente (era el penúltimo dia), nos fuimos otra vez a la playa. Esta vez si estaban los vecinos, tumbados donde hacia dos dias. Fui yo el que me dirigí directamente hacia ellos, sin darle la oportunidad a mi mujer de echarse atrás.
-Hola chicos, que tal? Nos tumbamos con vosotros?
-Hombre Juan, claro que si -dijo Rafa-
Mire a mi mujer, pero no ponía mala cara. Al contrario, estaba sonriente, y para mi sorpresa, colocó su toalla al lado de los chicos. Se quitó el vestido, quedándo de nuevo en tetas y con ese micro braguita. Yo coloqué la sombrilla y lo demás, situandome al lado de mi mujer. Pensé que estaría un poco cortada, pero para nada, parecían más cortados ellos. Mi mujercita no dejaba de sorprenderme, sentada al lado del chaval que la había visto follandome hacia unas horas, como si nada.
-Que tal chicos? Hubo más suerte anoche? -les dijo-
-Que va,- dijo Rafa- nada de nada, estas vacaciones no follamos, jajajaja
-Bueno, por lo menos alguien descargó anoche -dijo mirando a Isra. El chaval no se cortó:-
-Joder tía, disfruté mucho de veros. El tonto este de Rafa estaba dormido y no se lo creía cuándo se lo conté…
-Bueno, somos adultos todos, y aqui estamos para pasarlo bien…-lo dicho, mi mujercita me tenía flipando- Cariño… -dijo mirándome- me pones crema?
Reaccioné rápido: -Que te la pongan estos, yo me voy al agua que estoy acalorado.
Me fui para el agua, y cuándo me adentré me giré a mirar. Los chavales estaban uno a cada lado de mi señora, dándo crema por todo. Por todo. Como unos cinco minutos vi como magreaban a mi mujer, hasta que se tumbaron cada uno en su sitio. A los diez minutos de estar tumbados, mi mujer se levantó y se vino conmigo. Me abrazó y me besó.
-Joder nena… te han untado bien….
-Estas celoso o que?
-Que va, ya te dije que me pone cachondo el tema….
-Y hasta dónde quieres que llegue el tema, amor?
-Hasta dónde estas dispuesta a llegar tu?
-Yo estoy insegura. Pero los chavales lo tienes claro. Mientras me frotaban crema por las piernas, por la espalda… recreándose en mi culito… no paraban de alagarme. Pero con más confianza esta vez. Que qué polvazo tengo, que qué culito más precioso, que vaya par de tetas….
-Y tu como te sientes?
Se acercó a mi oido para susurrarme:
-Estoy mojada, súper excitada….
-Pués ya ves yo… -tenía que notar mi polla como un hierro, me había puesto a mil.–
Nos besamos. Me miró con inseguridad.
-Cariño, lo que tu quieras. Lo que pasa en Ibiza, se queda en Ibiza -dije besándola de nuevo-
Pasamos el resto de la mañana muy a gusto, entre risas y coqueteos. Esta vez comimos los cuatro juntos, y decidimos seguir en la playa… me eché una siesta. Cuándo desperté, no estaban. Miré hacia el agua, y estaban los tres allí, charlando. Desconozco si había pasado algo. Me acoplé a ellos, nadamos, jugamos, y se nos pasó casi la tarde en un santiamén.
Al regresar al hotel, fue mi mujer quien propuso salir a cenar juntos. Los chavales no dudaron en aceptar. Mientras nos duchábamos, empecé a besarla, a comerles las tetas, a tocarle el coñito…
-Que tramas, cariñito mio…?
-Lo que pasa en Ibiza, se queda en Ibiza…-fue su repuesta, mientras bajaba besándome el vientre y me daba una mamada riquísima.
Cenamos en una terracita del lugar, entre cervezas y un par de vinos. Al terminar la cena, la conversación en la sobremesa fue subiendo de tono. Los chavales no paraban de alagar a mi querida esposa, que además estaba preciosa esa noche. Los alagos y las aventuras de esos dias parecían haberla rejuvenecido. En un momento dado, Israel se soltó:
-Joder tía, desde que te vi follando con tu marido ayer, no dejo de querer follarte yo tambíen.
-Y yo…-dijo Rafa-
-Despacio chavales- intervení- esto nosotros no lo hemos hecho nunca. El viaje esta resultando muy morboso gracias a vosotros, pero si quereis algo más con mi reina, os la tenéis que ganar. De momento, creo que no váis mal. Depende de ella más que de mi, cómo acabe la noche.
-Porque no vamos al apartamento a tomarnos algunas copas más?-Intervino ella-
Ya estaba todo dicho, pensé. Aunque aún no me lo creía….
Llegamos al apartamento, y serví unos tragos. Isra y Rafa se sentaron en un sofá, y mi mujer y yo en otro. Parecía que el ambiente de la cena se había diluido, y decidí actuar. Empecé a besar a mi mujer, acariciándole el muslo por debajo del vestido. La notaba nerviosa.
-Relájate vida mía. – le susurré- te amo.
Seguimos besándonos. Empecé a magrearle los pechos por encima del vestido. Mi mujer se giró hacia los muchachos. Estaban los dos frotandose el paquete por encima de los pantalones, con cara de extasiados. Mi mujer alargó una mano, invitándolos. Fue Israel el que se levantó, y agarró la mano a mi mujer mientras se sentaba en el otro lado del sofá. Seguí besándole el cuello, y vi como ella agarraba el paquete de Isra por encima del pantalón, mientras lo besaba con pasión. Con la otra mano, agarraba mi paquete. Vi como Rafa seguía observando.
Me levanté, y invité a Rafa a ocupar mi lugar. Me senté en el sofa, dándo otro trago. Pude ver como mi mujer era besada en el cuello por los dos, mientras sus manos acariciaban sus paquetes. Los dos bajaron hasta sus tetas, que dejaron al aire bajándole el vestido. Empezaron a comérselas como si no hubiera mañana. Joder, que tetas tienes, le decían. Yo me desnudé y empecé a pajearme. Mi mujer me miró con deseo. Me acerqué, y ella avanzó su boca para cogerme la polla y empezar a chuparla. Los muchachos hicieron lo propio, y mi mujer empezó a cogerle la polla a uno, mientras le chupaba al otro, y la mia mientras chupaba otra. Estabamos los tres con las polla para ella. La levanté como puede, porque notaba como gozaba y disfrutaba, y la besé. ¿Quieres el antifaz?, le pregunté, pero me dijo que no. La llevé hacia la cama, y la desnudé.
Mientras le empezaba a comer el coñito, nuestros invitados le pusieron sendas pollas a su alcance. Ella chupaba una mientras meneaba otra, y viceversa. Rafa le dijo que se venía, y mi mujer dejó que se corriera en sus tetas, mientras tuvo su primer orgasmo de la noche mientras yo le comía el coñito. Luego la puse a cuatro patas, y empecé a follarla mientras se la chupaba a Israel. Israel me pidió cambiar.
-Quieres que te folle Isra, cariño? -Le pregunté-
-Joder, si…
Nos cambiamos, y mientras me la chupaba, pude ver como otro se follaba a mi mujer, y en vez de celos, me llenó de excitación. Tanta, que avisé a mi mujer y me corrí en su boca, en sus labios… mientras ella me miraba, fuera de sí, con unos ojos de viciosa que no le recordaba.
Para mi sorpresa, Rafa ya se había recuperado y ocupó mi lugar, empalmado de nuevo. Eran chavales, se recuperaban pronto.
Yo por mi parte me sente en el sofá y me dediqué a ver como se follaban a mi mujer, mientras daba otro trago y me recuperaba. Cuando Israel se corrió, yo ya estaba a punto de nuevo.
Aquella noche, recuerdo que yo me corrí cuatro veces, pero desconozco la cantidad de orgasmos que tuvo mi querida esposa. Nos la follamos, fue sexo salvaje, por el culo, por la boca, por el coñito, Hicimos doble penetración, fue algo asombroso.
Pasadas unas cuantas horas, mi mujer reconoció que estaba exausta. Era una fiera, y lo había demostrado. Se fue al baño, y yo invité a los chavales a marcharse, quedando al dia siguiente para despedirnos. Al salir mi mujer del baño, con cara de haber corrido una maratón, me besó y se tumbó en la cama, quedando profundamente dormida.
Al dia siguiente, cuando despertó, noté que me miraba con inquietud, con miedo. Le preparé un buen desayuno, y la besé con todo el amor que sentía en mi interior.
-Cariño, lo que pasa en Ibiza se queda en Ibiza. Disfruté, mucho. Disfruté porque te vi gozar como nunca. Y porque no fue algo forzado, surgió. Nada cambia mi amor por ti, y espero que no cambie el tuyo hacia mi. Sexo, es sexo. Te amo.
-Me miró emocionada y me besó. -Te amo! -exclamó, y me abrazó.
Hicimos las malestas, y nos pasamos por el apartamento de los chavales, pero no estaban. Que fue de ellos, quién sabe. Gente maja, nos dieron una vacaciones que mi mujer y yo no olvidaremos, y que deseamos repetir.